Partida Rol por web

Mediodía del 2° de Halail del año 101 de la edad oscura (Turno 1)

El camino que salia del pueblo se dirigía hacia el norte, directamente hacia el territorio controlado por las fatas. Los aldeanos les vieron partir con curiosidad en aquella gran comitiva que conformaban al ser 8 aventureros que se adentraban a lo desconocido. Los aldeanos, aunque curiosos, no se habían acercado a ellos ni les habían despedido, salvo en el caso de Hurly y el viejo Tob. Incluso algunos aldeanos cuchicheaban de forma sospechosa, lo cual aumentaba las sospechas de Arvin, el cual se los hizo notar al resto de aventureros para que tuviesen constancia de que el tenía razón al considerar que no era buena idea hablar frente a los aldeanos.

El poblado, aunque no parecía estar densamente poblado, era grande, pues se conformaba por múltiples granjas o terrenos de labranza que se extendían en todas direcciones. Ya hacia los límites al norte, el haber llegado al final del poblado era notorio, pues había muchas casas abandonadas y terrenos marchitos y sin cultivar.

Media milla más adelante, el grupo hizo una corta parada para compartir la información obtenida, ya sin el riesgo de que esta llegase a oídos incorrectos, a su vez que habrían de elegir el camino a su destino e incluso planificar sus objetivos.

Cuando miro hacia atrás y ya llevamos tiempo que no se ve el poblado, tiro de las riendas de mi caballo para indicarle que vaya decelerando la velocidad.

-¡Hagamos un alto!

Tras eso me apeo del caballo, y le acaricio para transmitirle que todo va bien, que no se me asuste. Luego, miro al resto:

-Tengo que hacer unos preparativos por si fracasamos en no toparnos con el legado y su hueste de orcos. Aún así, querría aprovechar éste momento para que pongamos todo lo que sabemos en orden, no podemos cometer fallos de cara a los oscuros.

Miro hacia el enano y el mediano, unos instantes con gesto de disculpa.

-Me temo que no podré traducir en enano, pues desconozco esa lengua, algo que pienso corregir. En cuanto al mediano, apenas lo chapurreo y podrían haber errores de interpretación. ¿Puedo contar con que les vayan traduciendo todo cuanto se diga? Es mejor que nadie se quede sin enterarse.

En las alforjas del caballo dejé la lanza preparada, un truco que aprendí de los jinetes libres, aunque la verdad es que espero no tener que llegar a eso, porqué no tengo ni la fuerza ni la idea para empuñarla correctamente, siendo más un elemento disuadorio que un arma.

Luego, abro mi bastón y voy sacando material de escritura:

-Sé que puede parecer que perdemos tiempo, pero si lo invertimos en el éxito de la misión, prefiero pensar que en realidad lo estamos aprovechando. Si hace falta cabalgaremos más rápido. Bien, creo que es mejor que nos presentemos debidamente, ahora sin la mirada del pueblo. Yo soy Arvin, un sarcosano originario de Sharuun. Eso es al extremo sur del continente, como os podéis imaginar he viajado mucho. No soy un guerrero, no sé luchar, me temo que contar conmigo para eso es una idea pésima, y sólo lucharé con mi probable muerte, si estoy acorralado y no me dejan opciones. Lamento tener que informaros de eso, pues no es muy alentador. Sin embargo, tengo otras cualidades, tengo un don de gentes y aprendo de forma autodidacta el arte del disfraz. Además, sé leer y escribir, por lo menos en los idiomas más utilizados por la Sombra.

Parados, me preparo en plano ante una roca plana, motivo por el que decidí pararnos, para usarla de improvisada mesa, una hoja de pergamino vacía, el tintero y la pluma, mientras lo remuevo para que vaya humedeciendo, a medida que sigo explicándoles.

-Lo que dije es cierto, mi padre fue asesinado, y mi madre es una fugitiva, al igual que yo, porque es una maga. Y la Sombra lo sabe. Por fortuna, heredé su capacidad intelectual para desentrañar retos mentales y aprendí el arte de escribir a manos de mi padre. Fue una tradición familiar. Estudié en el palacio de Sharuun -les aclaro para que no tengan motivos para sospechar por mis conocimientos tan precisos sobre algunos aspectos de la Sombra- y he complementado esos estudios por el camino, en nuestra vida de fugitivo. Si se lo preguntan, yo no soy un mago. Le pregunté si querría enseñarme pero me lo prohibió, porque como madre no quiere que tenga más peligro en mi cabeza del que ya tengo. Estuve disconforme, pero lo acepté, es mi madre al fin de cuentas.

No me importa que vean un aspecto "débil" por amor y obediencia familiar. Es importante que nos conozcamos bien...

-Me gustaría sugerir, aunque no os voy a obligar a que todos nos narréis un poco a los demás como he hecho yo, vuestra historia.

Evito mirar a Hamil, que tanta insistencia tuvo. Mi mente nunca descarta la sospecha del todo, aunque de ser un traidor sería un excelente actor, mejor que yo, ya que sentí su juramento de corazón. Creo que dice la verdad pero no por ello no tomaré precauciones, quiero oir las historias de sus labios.

Una vez todos han dicho la suya, les informo:

-A mi parecer, deberemos aprovechar la ventaja de los caballos, los orcos van a pie, esa es la desventaja de su gran número y probablemente sea la única. Por desgracia, que alce la mano quien sea un excelente jinete -yo no la levanto- más allá del trote ligero no me atrevo a ir. Quizás sea suficiente ya que van a pie y no nos llevan tanta ventaja. Es mejor llegar con menos tiempo, pero suficiente, a sufrir un accidente y no llegar.

Luego miro a Jonad:

EN MEDIANO

-¿Considerar buscar niños? ¿Ellos quizás ver algo?

FIN DEL MEDIANO

-Trataba de considerar la opción de buscar a esos chicos, quizás sepan o tengan algo que puedan ayudarnos. Además, tampoco me quedo tranquilo sin saber si les pasó algo. Pero eso necesariamente si nos llevará algo de tiempo. ¿Qué opinais? Pienso que bien vale un desvío, aunque quizás eso signifique que debamos acelerar nuesrtra cabalgata... -expongo los pros y contras. Quizás si hayan buenos jinetes y podamos cambiar la formación.

-Ese legado, ese nombre, no me sonaba de mucho, creo que lleva poco en el cargo, un novicio recién ascendido en la iglesia de la sombra, quizás. Eso debería ser esperanzador, pues seguramente sus oscuras bendiciones no sean tan poderosas como podrían ser. Y significa, que también tendrá poca experiencia en el camino, algo que quizás nos sirva para marcarnos una ventaja. Mi idea, es preparar un documento de Theros Obsidia, instigándome como legado y agente secreto supervisar la zona a la que vamos a visitar, y delatar a los legados ineptos ante las autoridades superiores. Podremos venderle como favor el no delatarlo si se deja manipular a mis deseos, es decir los nuestros. Tras la nota, me disfrazaria de legado para el resto del viaje, para que sospechen de nada. ¿Os parece bien? ¿Queréis comentar algo más que creáis que podría venirnos bien o aportar otra idea o mejorar la mía? En el caso de que yo interpretara al legado, Girolamo sería mi contrabandista de confianza, es decir mi guía, y vosotros colaboracionistas de confianza del contrabandista. Salvo el enano, a él lo disfrazaré para... que parezca un gnomo, si el enano me lo permite, aunque necesitaré algunos ingredientes que oscurezcan la piel, y apilar hojas o tela para darle una barriga más redondeadita... mmmm,pero necesitaria la colaboración de todos para buscar esos ingredientes para el disfraz.

Miro al enano de forma especuladora, mientras espero a ver que dice el resto.

Salir del pueblo a caballo, detrás mientras Girolamo controla las riendas es un alivio pues las miradas indiscretas y susurros sospechosos que Arvin detecta y nos indica, demostrando que tenía razón en desconfiar de las personas del pueblo. Yo no confío mucho en los humanos, pero la verdad es que vernos marcharnos es probablemente lo mejor que podemos hacer para proteger a quienes nos protegieron, como el sheriff y el alcalde.

Viajamos un tramo antes de que Arvin haga la señal de alto y desmonte. Le imito pues no sé qué trama pero estoy interesado en escuchar lo que tiene que decir, probablemente lo que adelantó antes de salir del pueblo.

Escucho atentamente toda su exposición y creo entender la mayoría a pesar de que lo hace en la lengua del comercio (a excepción de las palabras que dice en otro idioma que no conozco). Cuando termina de hablar, escupo al suelo y respondo:

 - "No disfraz no fingir a legado. Cumplir mison sin ser vistos o matar legado. No más. Más... Fallará."

No sé decir bien que creo que intentar engañar al legado después de haberle visto ya y para intentar un engaño tan burdo como intentar hacer pasar un grupo como este y sin orcos como su escolta, tiene demasiadas probabilidades de fallar y, en ese caso, expondremos toda la misión a un peligro innecesario. Lo mejor es simplemente intentar no toparse con ellos y, si no pudiésemos evitarlo, asesinarle antes de que pueda reaccionar y usar esa sucia magia que Izrador les brinda.

Así que no, nada de argucias ni intentos de agradarle a un imbécil que solo quiero ver muerto. A él, su escolta y todo el puto sistema que le protege, con su asqueroso dios en la cima de esa pirámide de estiércol que espero vivir para ver caer.

Me giro, dándole la espalda y hablo por última vez:

 - "No contar historia de mi-yo. No hoy. No aún."

Entonces me subo al caballo y me quedo ahí sentado, a la espera de que el resto hable, ojalá que rápido pues tenemos que movernos y el tiempo apremia.

Viendo las miradas de los pobladores, Wendell no pudo dejar de pensar que las sospechas del Sarcosano parecían tener algo de cierto, por lo que agradeció para sus adentros la idea de Manfred de no haber hablado en el mismo pueblo.

Además, en esos minutos hasta salir del pueblo trató de encontrar las palabras para explicar lo que habían averiguado. Sus ojos intentaron medir, de alguna manera, la velocidad a la que caminaban los caballos y compararla con la que el mismo era capaz de moverse. Por otro lado, trataba de recordar cuan rápido se movían el enano, el mediano y el gnomo con respecto a si mismo. Era complejo de medir. Esperaba que alguno de sus compañeros fuera capaz de obtener la relación que el mismo no era capaz de encontrar.

Sin embargo, cuando Arvin se detuvo, se olvidó por un momento de sus comparaciones y lo escuchó con atención antes de contar su historia en forma simplificada.

- En mi caso la sombra torturó y finalmente mató a mi padre por ayudar a los rebeldes - dijo sencillamente - Sin embargo aunque me hubiera gustado vengarme de quien lo hizo, le prometí que lucharía inteligentemente contra ellos, sin dejarme matar. Y esta puede ser una manera inteligente de hacerlo - aseguró orgulloso de su discurso.

Cuando el falsificador expuso sus planes aceptó parte de los mismos - Si, los caballos son una ventaja, por lo menos hasta que lleguemos a la tierra de las fatas, luego debemos dejarlos. Eso fue lo que prometimos - comentó inocentemente - además no podrán viajar por allí, el terreno es muy accidentado. O eso nos dijo el viejo Tod -; dudó respecto a otra parte - Más allá que me gustaría encontrar a los niños no tenemos mucho tiempo. Y ya tenemos la información necesaria para llegar hasta la cueva. Quizás cuando volvamos? - se explicó; y meneó la cabeza cuando lo escuchó hablar respecto a su plan.

El enano se le adelantó, pero el defensor puso en su boca las palabras que probablemente Ulfrin no conocía - No creo. Prefiero pensar que deberemos evitarlo a toda costa. Te he visto en acción y se que sabes hablar, pero recuerda que el legado ya nos vio. Si llegamos a ese punto no creo que puedas convencerlo de mucho -

Acomodándose en su caballo, sin bajarse de la montura explicó lo que habían averiguado con Manfred - Aunque no lo hayan notado, este no es exactamente el camino que siguió el legado - Conduciendo el primero de los caballos se había asegurado de avanzar por el sendero Norte y no por el sendero Este - El camino normal, el que entiendo le indicó el alcalde es por allí - señaló un sendero apenas visible que se bifurcaba de aquel en que se encontraban - Llegar a las cuevas por ese camino demora más o menos unas 12 hs. Supongo que eso significa que, incluso, deberán parar a descansar. Por más que sean orcos no creo que quieran llegar a un sitio donde sospechan que hay rebeldes estando exhaustos -

- Por este camino la distancia es menor. Según nos indicó el viejo Tob se tardan unas 4 hs hasta llegar hasta la tierra de las fatas, seguramente a caballo se tarde menos, y luego debemos elegir entre dos opciones. El camino Bajo y el Alto. Por el Camino Bajo serían unas 4 hs más y por el Camino Alto solo 2. De cualquier manera serían 8 hs o 6, en vez de las 12 que tarde el legado -

Tras un momento de pensarlo, buscando las palabras expresó, sin embargo, la que era su preocupación - Supongo que el habló de horas al ritmo de un humano caminando. Con los caballos, esas 4 hs hasta el territorio de las fatas puede ser menos tiempo, aunque pero no se exactamente cuanto. Y después, en el territorio de las fatas supongo que iremos algo más lento. Más que todo por ser un terreno desconocido para nosotros - aclaró, reacio a nombrar la poca longitud de las piernas de algunos de sus compañeros.

- Pareciera que conviene el Camino Alto, pero el mismo Tod aclaró que era más accidentado que el Camino Bajo. No se que significa eso. Y aunque ambos Caminos sean más cortos, no se si podremos compensar la ventaja que nos lleva el legado - finalizó mientras se encogía de hombros, demostrando su impotencia ante sus propias dudas.

Cuando Wendell colocó mis cosas en el caballo, asentí con la cabeza Gracias Wendell agradecí al prospector. Aunque fuera una carga demasiado pesada, suponía que iba a ser útil si queríamos limpiar esa zona. Por un lado estaba el tema de la iluminación en las cavernas, que suponía que pocos, salvo Uffrin, podrian ver algo en la oscuridad. Luego estaba la pala y la palanqueta, que podrían ser útiles si queríamos limpiar la zona. Sin saber qué podía haber, era difícil adelantarse, pero creía tener todo lo necesario.

Una vez en marcha, al igual que el resto, escuché y observé a los aldeanos, pero al contrario que el resto, tampoco me parecía algo tan extraño. No era normal que en un pueblo apareciera una caravana, luego una patrulla orca con un legado y, al momento, partieran 8 aventureros en caballos que, a todas luces, eran del pueblo. 

En silencio, intenté concentrarme para manejar al caballo, pues yo estaba acostumbrado a manejar a mi burro y mi carreta. Esto era un poco distinto, y además, llevaba a un pasajero atrás, pero cuando Arvin comentó lo de hacer un alto, es una buena idea, pero podríamos aprovechar el alto para que Jonad rastreara a esos muchachos y así matar dos pájaros de un tiro ¿no?

Una vez que nos detuvimos, me acerqué a Jonad ¿Podrías mirar a ver si encuentras algún rastro de esos muchachos? sabía que al mediano le gustaba vagar por el campo, montaña, bosques, lo que fuera con tal de estar en contacto con la naturaleza. Al fin y al cabo, él no había obtenido información alguna, por lo que ahorraríamos un poco de tiempo.

Arvin tomó la palabras, y me sorprendió la franqueza con la que habló. Eso denotaba que tenía total confianza en nosotros, demostrando que confiaba en sus habilidades para relacionarse con otras personas, como bien expuso a continuación.

Como ya sabéis, yo soy comerciante, como lo fue mi padre antes que yo, y el padre de mi padre antes que él. Con la llegada de los ejércitos de la sombra, mi familia sufrió bastante. Como resultado, y para no extenderme demasiado, tengo parientes por todo Aryth, desde el norte, al sur, hasta las montañas y los lindes del bosque, y todos ellos, en mayor o menor medida, han sufrido por los ejércitos de la sombra. Tengo una tía que está casada con un enano de las Kaladrun, al que he visita un par de veces. Conozco los caminos y, al igual que nuestro amigo Arvin, mi únicas habilidades son las de mi palabra. En combate poco puedo hacer, salvo esconderme y pasar desapercibido jajajaja parecía que no tenia ningún problema en decir lo inútil que podría ser.

Una vez que había contado quién era y lo que podía hacer, llegó el momento de la estrategia, momento que miré a ver si Jonad ya había visto algo y se incorporaba

Lo primero de todo, quiero decir que yo sí he oído, aunque vagamente, hablar del legado Drugam. No es mucho, la verdad. Se trata, como bien ha dicho Arvin, de un legado menor y de poca importancia. Pero no debemos de confiarnos, pues se dice que es muy obstinado y presuntuoso. También dicen que suele verse en círculos de poder, por lo que habría que considerar que tiene buenos contactos. Ante esa idea, usar nombres de legados que le superen en rango podría ser peligroso, no sabiendo a quién conoce y a quién no.

Con esto no descarto tu idea, Arvin, pero creo que eso no debería de ser nuestra primera opción ni mucho menos. Como ha dicho Wendell, los legados normalmente son acompañados por patrullas orcas, no por....esto digo señalándonos uno a uno, como mostrando lo variopinto del grupo. También corremos el riesgo de encontrarnos con unos rebeldes y que nos ataquen, claro. Seríamos como un dulce y tierno caramelito a la puerta de la escuela.

Me detento un rato, como ordenando mis ideas hasta asentir, convencido de saber cómo continuar

Las opciones que ha comentado Wendell son las mismas que me dijo a mí el viejo Harly. Creo que antes de considerar la opción fácil o difícil, podríamos esperar a ver lo que hemos avanzado con los caballos, de forma que nos arriesguemos. Supongo que el camino complicado pasará por desfiladeros o cañones ante los que, un pequeño despiste, haga que caigamos.

Y por eso creo que buscar a los muchachos puede ser una buena idea. Quizás ellos nos puedan ayudar. Los jóvenes siempre son más atrevidos, y puede que sepan pasar de una manera más sencilla. Por otro lado, si han visto o conocen algún peligro, también podrían avisarnos.

No digo de perder demasiado tiempo, pero sí avanzar a un paso un poco más rápido y detenernos cada hora, o 45 minutos, para que Jonad pueda intentar encontrar un rastro. Sabía que en este punto podría haber controversia, pero yo exponía mi opinión, y lo que pensaba. Además, ayudar a esos muchachos quizás nos sirviera para investigar un poco mejor a las gentes del poblado.

Y ahora, haciendo números, digo cogiendo un palito para escribir en la tierra Ese legado y sus orcos mueven como cualquier humano, aunque no olvidéis que el legado va a caballo, y los orcos podrían forzar la marcha perfectamente, incluso yendo al trote detrás de Drugam

La manera más segura sería ir al trote. No me atrevo a ir más rápido, la verdad, pero tampoco podemos forzar nada porque estamos solo a 4 horas del desvío de las montañas.

Dicho esto, niego con la cabeza mientras miro el dibujo creo que no vamos a tener más remedio que arriesgarnos por el camino difícil. Recuperar 2 horas puede ser de vital importancia

Parece que no tienen claro mi plan del disfraz, lo más importante es que el propio enano se ha negado en redondo por lo que poco puedo hacer. Así que cancelando el plan y recogiendo de nuevo mis utensilios y guardarlos, no puedo evitar sino encogerme de hombros. Por lo menos estamos exponiendo todos (salvo el enano) un poco nuestra historia tal como pedimos.

Me pregunto porque el enano no lo hizo. ¿Es tozuderia? ¿Demasiado orgulloso para hacerlo? ¿O no termina de confiar en todos los miembros del grupo?

Dijo lo de matar al legado cómo quien mata moscas. Me preguntos si podría estar loco o de verdad es capaz de matar a uno rodeado de orcos. He escuchado sobre las proezas de los enanos, pero eso sería demasiado... ¿no? La duda me corroe, y casi me dan ganas de forzar la situación para verlo en acción.

Casi. Tampoco podemos arriesgar su vida por algo así.

Como Wendell corrobora que no creen que fuera a funcionar... no insisto, pese a que creen que el habernos visto impediría la efectividad del plan. Creo que no valoran suficiente mi capacidad del disfraz para dejar de aparentar ser quienes en realidad somos. Quizás algún día se lleven la sorpresa, pero no puedo perder tiempo en convencerlos. No disponemos de ese tiempo.

-De acuerdo, si no lo véis claro no insistiré con el disfraz.

Y por ende, tampoco con la carta. El enano se pondría a matar legados antes que dejar que lea alguno de mis documentos. Espero que sepa lo que se hace. Yo no lo veo tan claro.

Girolamo resume perfectamente lo que tocaría a continuación.

-Me parece estupendo lo que decís de acortar a buen ritmo a caballo lo que nos queda de trecho. Cabe mencionar que si encontrasemos a los muchachos, siendo jovenes cazadores criados entre caballos... que ellos sean mejores jinetes que nosotros. Si los encontrasemos quizás podrian llevarnos a mayor velocidad de la que nos atreveriamos nosotros. Es algo a valorar.

- No es mala idea - reconoce Wendell al escuchar al gnomo hablar de las ventajas de la búsqueda de los niños desaparecidos - Y es cierto, nos podrían ayudar. Sobre todo si vamos por ese camino más rápido, pero peligroso - añadió tras escuchar la observación de Arvin

El pequeño Jonad trato de seguir la conversación a pesar de encontrarse con el problema del idioma y a grandes rasgo logro comprender lo que sus compañeros conversaban.

- Claro, niños, si. Dijo respondiendo a los compañeros que lo instaban a comprobar el terreno en busca de algún rastro. Mientras observaba el lugar circundante el mediano continuo hablando esforzándose para que todos lo entendieran, aunque creía que ya había contado su historia mas de una vez no quiso ser menos que el resto y comenzó a relatar de nuevo.

- Aprender de ancianos mi poblado alquimia y de padre oficio montaraz. Ellos ya no están, todos muertos... Menos mi pequeña, mi mujer y mi hermano... Ellos vivos. El mediano sonrió - Aun ahí esperanza, los rebeldes seguro ayudar.

Una vez termino de hablar se tomo su tiempo para seguir buscando alguna pista afinado su vista y su oído hasta que reanudaran la marcha. Además aprovecho para acariciar el animal que montaba y susurrarle suavemente intentando ganarse su confianza, esperando que llegado el momento pudieran contar el uno con el otro.

A pesar de que parecía tranquilo, sabía cómo se sentía Arvin, por lo que me acerqué mientras guardaba sus ropas, papeles y demás utensilios que llevaba

No te preocupes digo poniendo la mano en el hombro, aprovechando que está agachado para guardar sus cosas seguro que serías capaz de engañar a tu misma madre. Te he visto actuar, comento asintiendo, convencido, recordando sus palabras ante el legado que, aunque en mi opinión equivocadas, había logrado engañar a ese listillo y eres bueno, muy bueno. Tan solo tenemos que esperar a una ocasión más propicia. De los aquí presentes, seguro que hay muchos que no serían capaces de aguantar la tensión, y de nada servirían tus habilidades. Estoy convencido que en algún momento, tus habilidades nos salvarán la vida. Dicho esto, vuelvo al grupo, para decidir por fin cómo continuar.

Esperaba que Jonad encontrara una pista de esos muchachos. Al fin y al cabo, no creo que tuvieran mucho cuidado, y el mediano parecía saber lo que hacía.

Me sorprende que el gnomo viniese a consolarme, quizás fui muy evidente en mi rostro sobre cómo me sentía al respecto, aunque aprecio el gesto que tuvo. Es sólo que me preocupa que la cosa salga mal. Pero no puedo decirlo en voz alta, eso los podría desmoralizar, y bastante mal estamos ya de partida.

-Te lo agradezco, lo que tratas de hacer. Ahora sólo nos queda esperar que lo que hemos planteado funcione, encontremos a los chicos a tiempo y haya suerte para llegar a tiempo.

Asiento en su dirección imprimiendo la gratitud en cada gesto. No es algo a lo que esté acostumbrado, no de corazón por lo menos, ya que la mayoría de este mundo, no hacen mucho que se pueda agradecer, por cortesía de la Sombra.

Tras eso miro al resto:

-Quizás mientras Jonad rastrea, ¿podamos ayudar de alguna otra forma?

Me consuela que por lo menos los caballos estan descansado con lo que podremos darles un buen tirón de energia si hace falta.
 

El resto del grupo está de acuerdo con no continuar con la idea de los engaños y disfraces, lo que me parece bien pues no soy amigo de esas estrategias. Soy un enano, un kurgun, preferimos morir en combate que someternos. Plantarse frente al legado y sus orcos, fingiendo ser aliados, nos pone en una situación demasiado expuesta, en la que el cautiverio es tan posible como la muerte.

Por otro lado, ni siquiera sabría qué hacer en una situación en la que deba mentirle a alguien. No sabría qué decir, qué cara poner ni nada. Además dijo de disfrazarme de gnomo. ¡Eso es imposible pues nuestras constituciones y estaturas son muy diferentes!

"Bueno, mejor ni siquiera pensar en eso."

Entonces continúan hablando de sus historias personales mientras se ponen de acuerdo para intentar rastrear a los niño del poblado que e perdieron. Me parece muy buena idea que les rastreen y me gustaría mucho que les encontrásemos sanos y salvos. No por la ayuda que puedan brindarnos, sino porque no quisiera que esos críos tuviesen un triste destino.

Pero yo no sé rastrear ni planeo hablar de mí, por lo que me quedo sobre la montura mirando los alrededores, preparado por si algo a nuestro alrededor apareciese.

- Perdonad que poco cuente de mi vida pasada, solo diré que he vivido en el bosque haciendo vida eremita aunque también he comerciado en el poblado con plantas y hierbas. Es todo lo que puedo deciros... lo demás lo dejo en manos del azar o el destino.

- En cuanto a la ruta opto por el camino más corto que es el tramo común norte y después el camino alto. El camino se dividirá justo al entrar en el territorio de las fatas y desde allí, empieza ya a ser imposible seguir a caballo, sobre todo por el camino alto. El alcalde nos dijo que dejásemos las monturas en la frontera de las fatas ya que estas regresarán por sí solas. Sugiero el paso normal en caballo conlleva poco riesgo e iremos avanzando sin ir tan lento.

Un respingo de excitación había invadido al rudo norteño en cuanto su montura comenzó a dar los primeros trotes. Pues hacía muchos años que no sentía aquella vibrante sensación de cabalgar en libertad, con el fresco aire golpeando su rostro y el melodioso retumbar de los cascos llenando sus oídos. Tantos, que ya casi había olvidado cómo se hacía.

Por supuesto, aquel pensamiento también le trajo una dolorosa punzada de nostalgia, al recordar a todos los viejos amigos y familiares que habían compartido sus cabalgatas de saqueo y pillaje contra las huestes de la Sombra, y que ya habían abandonado hacía tiempo este mundo. Tal vez por ello, el hosco personaje empezó poco a poco a retrasar su marcha, aprovechando su posición como último de la fila para mantenerse algo alejado de sus compañeros de viaje, buscando algo de intimidad para llevar su pena...

Cuando por fin se detuvieron a conferenciar, el dornita ni se molestó en descender de su montura. Y permaneció en silencio todo el rato, escrutando las inmediaciones en busca de alguna señal de la presencia de otros seres vivos en la zona. Nunca había sido un experto rastreador. Ni siquiera de joven. Pero luego de errar tanto tiempo por los interminables senderos del mundo, había aprendido algún que otro secreto.

- Creo que deberíamos apresurar nuestra marcha todo lo posible. - comentó finalmente con un tono grave y distante, que dejaba a las claras su completo desinterés en relatar las penurias que había sufrido durante su vida - Al menos, mientras contemos con las monturas. Son nuestra mayor ventaja, y haríamos bien en aprovecharlas.

- Hace tiempo que no andaba a caballo. Y mis viejos reflejos ya no son lo que eran. Pero podría intentar adelantarme, si es necesario. O quizás algún otro, llevando al mediano. Así podría tener más tiempo para buscar rastros de esos niños perdidos.

Viendo que algunos parecían reacios a hablar, me llevé una mano a la frente mientras bajaba la cabeza levemente y negaba.

A ver digo elevando de nuevo la cabeza para mirar a todos lo que os haya pasado en un pasado, si no lo queréis contar, me parece respetable. No queremos haceros recordar episodios dolorosos ni momentos duros en vuestra vida, no digo negando nuevamente con la cabeza, mirando a unos y a otros, principalmente a los que no habían querido contestar es más bien saber de lo que sois capaces. Solo si sabemos cada uno de los son capaces de hacer el resto, podremos coordinarnos como debemos, si no, nuestra misión está destinada al fracaso.

Esto último lo dije bajando un poco la voz, como aceptando el hecho de que la sombra ya nos había derrotado y no eran capaces de darse cuenta. Solo si estábamos perfectamente coordinados, y nos conocíamos los unos a los otros, podríamos saber lo que iba a hacer alguno y actuar nosotros en consecuencia. 

Si no se, o no sabemos vuestras cualidad y capacidades, no podemos plantear las mejores acciones en las que saquemos lo mejor de nosotros ¿no es cierto? digo girándome hacia Arvin, que parecía que compartía mi línea de razonamiento.

Aunque solo sepas dar palos, ¿qué utilizas? ¿eres bueno manejando armas? ¿cuáles?. ¿Eres bueno escondiéndote? ¿eres bueno con el arco? cualquier cosa, por tonta y nimia que os parezca, podría ser importante.

- Tienes razón - las palabras del gnomo sonaban, por lo menos para Wendell, muy coherentes - En mi caso tengo algo de entrenamiento en combate sin armas. No diré que soy un experto ni nada de eso, pero aprendí de un maestro que si lo era y espero estar a la altura de sus enseñanzas. Siempre me dijeron que soy bastante ágil y rápido, aunque no tengo claro si realmente es así o sólo se trataba de una comparación respecto a quienes no lo eran -

Tras una pausa agrego - Además tengo cierta habilidad para pasar desapercibido, sea escondiéndome o moviéndome en silencio. Supongo que tiene que ver con esa supuesta agilidad y soy capaz de cargar bastante peso. De hecho reconozco que debería sacar algunos objetos de mi mochila, pero como no me molesta su peso nunca lo hago - completó antes de encogerse de hombros, algo avergonzado por sus propias palabras

- Ah, además de con los puños tengo algo de experiencia con la honda -

Tarde del 2° de Halail del año 101 de la edad oscura (Turno 2)

El grupo de héroes se tomó varios minutos para conversar sobre ellos, sobre la situación que se presentada y sobre el futuro. Del pasado, solo Arvin, Wendell, Girolamo, Jonad y Manfred hablaron, en mayor o menor medida. Aunque al final, también lo hizo Hamil, ante las palabras de Girolamo. Hamil les contó que era un ereño de la costa sur del mar de Pelluria, de un lugar llamado Vorstuk. Allí vivió con sus padres y hermanos, hasta que obligados a conseguir alimento para las fuerzas de Izrador fueron atacados por una oscura bestia que surgió de la tierra, su padre murió aquel día y su madre tuvo que asumir toda la carga. Con el tiempo tuvo que pagar el alimento de sus hijos con su cuerpo, para tras los años morir de tristeza. Uno de sus hermanos se unió entonces a los rebeldes y ya nada supo de él desde entonces, mientras que el menor murió enfermo poco antes de que Hamil iniciará su viaje para unirse a los rebeldes que luchaban en las montañas.

Hamil también les contó que sabía usar la onda y un poco la lanza, pero que más allá de eso, jamas había peleado contra algún orco y otro sirviente de Izrador, pero que se había jurado dar su vida combatiendo al mal. Aunque sus últimas palabras tenían cierto toque de pesadumbre; quizá el ereño sentía que no sobreviviría a aquel viaje. Wendell y otros también declararon sus capacidades en combate, así como Arvin y Girolamo se declararon incompetentes en él.

Respecto al viaje, tras contar Manfred y Wendell lo que habían descubierto, decidieron continuar por el camino norte por el que marchaban y luego tomar el camino alto, asumiendo los riesgos en favor del tiempo. Habrían entonces de dejar los corceles al llegar al territorio de las fatas y desde allí, continuar a pie.

Cabalgaron a paso ligero, ninguno era un diestro jinete e incluso algunos prácticamente nunca habían montado. Así, evitaron cualquier tipo de accidente, y aunque no fueron tan rápidos como hubiesen deseado, lograron mantener un buen ritmo sin que surgiese ningún incidente inesperado con las monturas. Durante el viaje, se detuvieron otras tres veces a la par de su parada inicial para buscar rastros en el terreno, pero Jonad no encontró nada salvo en un primer momento, cuando se detuvieron a deliberar cerca de la aldea. En ese momento, mientras todos hablaban, Jonad pudo ver el rastro de tres pequeños, claros como la luna en la noche, avanzaban por el camino internándose en las praderas, por el mismo camino en el que ellos avanzaban. Su rastro se había perdido más adelante o bien Jonad no había podido retomarlo. Quizá si hubieran avanzando a pie a paso lento podría Jonad haberles encontrado, pero ahora ya no podían dar marcha atrás.

Llegaron así, tras más de tres horas de viaje, hasta el lugar donde iniciaba el territorio de las fatas. Allí desmontaron para, tal como habían prometido, hacer que los corceles regresaran, o al menos cuatro de ellos, aquellos que estaban entrenados para hacerlo. El fin del camino era claro, simplemente se cortaba abruptamente el sendero, y el camino daba paso a las montañas. Aunque el viejo Tob les había descrito a Wendell y a Manfred como ubicar cada camino, claramente uno cosa eran las palabras y otra los hechos. Allí no parecía haber ningún camino, o al menos no alguno claro a la vista; por tanto, tuvieron que dividirse en parejas para intentar encontrarlos.

Tras bajarse de su caballo y ayudar a Jonad a hacer lo propio, Wendell estiro los brazos hacia el frente, antes de mover sus piernas hacia uno y otro lado, como si pateara a un ser invisible, con el fin de desentumecer sus músculos - No es tan fácil como parece - reconoció, siendo consciente que un par de veces había estado a punto de caerse de su montura - Pero creo que valió la pena el riesgo, caminando, incluso a paso rápido no hubiéramos llegado tan pronto -

- Se supone que aquí empiezan esos Caminos Alto y Bajo - añadió sin ser capaz de verlos en un primer momento y antes de preocuparse por los animales - Como eran las instrucciones del Alcalde? Dos silbidos y una palmada o un silbido y dos palmadas? - preguntó a sus compañeros - Recuerdo que dijo algo así, pero no estoy seguro. O serán dos silbidos y dos palmadas? -

Tras acomodarse su mochila al hombro y verificar que no le molestase para moverse se adelantó un par de pasos buscando los caminos que sabía que estaban por allí mientras continuaba conversando - Por cierto, alguno de Uds. tiene problemas con el peso de su equipaje? - preguntó pensando más que nada en el gnomo que le había pedido ayuda para subir su bolsa a la montura - Si eso mejora la velocidad del grupo, quizás yo pueda llevar algo más mientras caminemos. Eso si, si en algún momento necesito moverme rápido dejaré caer el equipaje que no sea mío -