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Noche del 2° de Halail del año 101 de la edad oscura (Turno 1)

Al cabo de avanzar cerca de media milla tras dejar atrás la ciénaga extraña por la que habían pasado atravesando aquel puente viejo, los héroes llegaron al final del valle entre las montañas. No había ninguna cueva a la vista, pero todos sabían que estaba allí, pues el alcalde les había dicho que la entrada se encontraba escondida tras la cascada de la que nacía aquel arroyo que se extendería atravesando el pequeño valle y llegando a perderse tras las laderas montañosas, llegando a renacer más adelante para llegar hasta el poblado de Koln.

Los héroes miraron al valle, sus compañeros no estaban cerca aún y no había señales de ellos, podrían esperarles, pero ya habían tomado la decisión de continuar independientemente de lo que pasase con ellos. De los orcos y el legado tampoco había señales, y salvo que el legado tuviera un gran poder que no conociesen, deberían aún tardar horas en llegar, al menos un par, y quizá muchas más.

El valle era un lugar sumamente fértil, donde el poder de la sombra no había llegado del todo con su poder corruptor. Incluso si alguien viviese allí, casi podría olvidar el tema de que la sombra era quien gobernaba realmente en aquel mundo. El agua del arroyo estaba fresca y se sentía pura, sin corrupción, incluso se podía sentir que el agua restablecía sus fuerzas. El valle tenía un relieve irregular y una vegetación un tanto abundante, tal que era una buena fuente de recursos y esconder allí era un tanto fácil a aquellas horas de la noche.

La caverna se encontraba completamente a oscuras y ni el alcalde ni nadie les habían explicado como era su interior, lo único claro era que si bien Arvin tenía buena capacidad viendo en la noche y Ulfrin otro tanto, la oscuridad pronunciada dificultaría tanto la exploración como las actividades posteriores que debían de cumplir allí.

El mediano rodo por la hierba y se quedo tumbado mirando al cielo el cielo nocturno mientras reía. Se incorporo solo un instante después sobresaltado, como el que ha perdido algo. Comenzó a buscar en las cercanías del arroyo mientras miraba al ondulante superficie del agua, despreocupado pese a no saber que peligros podían ocultarse en ellas.

Por fin, tras tantas horas de marcha y tantas discusiones y demás enfrentamientos con las consecuencias del paso de la sombra, habíamos llegado al pie de la cascada y, más allá, debería de estar la entrada a la misma.

Hacía mucho tiempo que no había visto un agua tan pura y cristalina, no pudiendo evitar sacar varios botes de cristal y redomas para llenarlas de agua. Su frescor haría que aguantases agradables durante más tiempo.

Bueno compañeros, me gustaría quitarme la ropa y darme un baño en estas aguas tan cojonudas, y espero poder hacerlo, pero cuando volvamos. 

Ahora debemos de entrar ahi y buscar cualquier indicio de la resistencia para eliminarlo, pero si vamos a oscuras, poco podremos hacer. ¿Habéis visto alguna vez la casa de un ciego? ¿eh? ¿eh? pues eso, que si queremos ver algo tendremos que encender unas antorchas.

También deberíamos de ir marcando nuestro avance. Para eso tengo unas tizas, aunque igual Arvin también tiene algo para hacer las marcas. Eso sí, deberemos de tener cuidado y hacerlas bien escondidas, no vaya a ser que vengamos a quitar pistas de la resistencia, y dejemos nosotros otras. Sería cojonudo ¿no? jajajaja

- Antorchas? Quizás no hace falta. Para eso tengo esta lámpara - comentó Wendell levantando la linterna sorda que aún llevaba en sus manos y revisando la bolsa para el cinto donde había guardado un vial con aceite - Alumbra más que unas antorchas y, si es necesario podemos apoyarla en alguna roca - explicó

Sin embargo, antes de prender la lámpara para ingresar a la oscuridad de la caverna, se arrodillo unos momentos y tomó unas gotas de agua en su puño, oliéndola brevemente, casi por instinto, antes de intentar acercar el liquido a sus labios.

Contemplo las aguas y asiento a las palabras de Girolamo... dan ganas de darse un baño, incluso de retozar en ellas... pero algo me apremía a medida que hablan sobre cómo deberían encarar la situación.

-¿Recordáis lo que dijo el alcalde de Koln? Un Astirax encontró un lugar mágico justo fuera del camino regular. -abarco con mis brazos el arroyo cristalino- me pregunto si estamos en el sitio, y si el astirax sigue por aquí... de ser así, corremos peligro, porque ya estará intentando contactar con el legado. Y no les llevamos tanta ventaja...

En esos momentos miro hacia Jonad:

-He visto que se te da bien la exploración... quizás se te de bien confundir con pistas falsas para confundir... para que nos de tiempo a limpiar la zona. Luego si nos han visto ya buscaré la forma de usar mi disfraz a nuestro favor... -dejo caer en el aire- sea como sea, no podemos perder tiempo hablando, el enano y yo delante, vemos bien. Tomad la decision para iluminar cuanto antes, pero sin estar parados, tengo una mala sensación de todo esto...

Miro el agua de aquel arroyo que encontramos después de marchar hasta donde deberían estar las cuevas. Es cierto que transmite la sensación de una enorme pureza, pero no es algo que me importe demasiado en este momento y me concentro más en encontrar la entrada, la que está detrás de la cascada, tal como dijo el Alcalde del pueblo.

El grupo comienza a hablar y doy mi opinión al respecto:

 - "No marcas. Legado tonto es-no, podría notarrlas y fallaríamos de inmediato. Solo recordar camino."

Me pongo en primera fila junto a Arvin:

 - "Encender lámpara de Wendell, buena para luz. Cumplir misión rápido y largar para no vernos."

Comienzo a caminar dentro de la caverna, intentando ver dentro para encontrar las cosas que podrían haber llamado la atención del Astirax, el que dudo esté cerca pues no creo que no haya vuelto donde su legado si hubiese podido. Debe estar encerrado o directamente muerto, lo que siempre es una buena noticia para el mundo.

Un revisión al agua del río

linterna de Wendel para iluminar la cueva

discusión sobre dejar marcas en el camino

Insistencia de Arvin sobre su disfraz del legado

Entran a la cueva, pueden ver bien con la linterna

Descripción del interior, rio interno de no más de 15cm de profundidad en el centro. Va a dar a una extraña cascada de agua que desciende por sobre las paredes de una alta columna irregular de piedra. El agua que cae forma una pequeña poza profunda, que alimenta el río interno y a su vez al río que llega hasta Koln.

Ya no hay más camino, no parece haber ningún rastro de nada. Tiradas necesarias.

Deben indicar si harán algo respecto a la retaguardia; el enemigo debe estar muy lejos.

Noche del 2° de Halail del año 101 de la edad oscura (Turno 2)

Estando aún fuera de la entrada a las cavernas, que no fueron difíciles de encontrar con la información que viejo tob les diera a Wendell y a Manfred muchas horas atrás, el grupo tuvo que detenerse un momento, ante la súbita y desesperada acción del pequeño Jonad. En un principio solo se había tumbado en la hierba, y de ello consideraron que se trataba de una reacción ante la pureza de aquel lugar poco tocado por la sombra. Pero repentinamente se puso de pie y arrojándose al suelo junto al arroyo empezó a buscar en las orillas, tal como si hubiese perdido algo muy preciado. Ya cuando habían perdido suficiente tiempo y estuvieron apunto de detenerle, el propio mediano parecido rendirse y simplemente se limitó a analizar aquellas aguas, al igual que lo hicieron varios otros. Tanto Jonad como el ereño Wendell, llegaron a la conclusión de que aquellas aguas no eran naturales, algo especial había en ellas, quizá fuese solo su sabor, o su gran pureza, para de la mente no se les quitaba la idea de que quizá también hubiese algo mágico en ellas. 

Pasado eso, fue Wendell quien permitió explorar con tranquilidad las cavernas al prestar su linterna para la tarea, lo cual se agradecía, pues como pudieron comprobar más adelante, las antorchas se podrían haber apagado fácilmente en muchos momentos. Respecto a la propuesta de Girolamo sobre dejar marcas en el camino, claramente no convencía a todos, sobre todo al enano quien se mostró en contra, aun cuando sus palabras siguieran siendo difíciles de entender. Durante el trayecto inicial Arvin de nuevo insistió sobre el tema del disfraz de legado para engañar a los orcos y al legado, lo cual ya desde la primera vez no convencía a muchos, aunque claramente Arvin tenía mucha confianza en si mismo.

El grupo cruzó entonces la cascada para ingresar a la caverna (BH,48), y su primera impresión era que allí habría mucha agua. Ya solo en la entrada había un extenso cuerpo de agua de no más de 15cm de profundidad en su centro, el cual provenía de una pequeña cascada interior (N,33), tras está, había aún más agua. Está, parecía provenir de una extraña cascada (Z,24), cuyas aguas descendían por sobre las paredes de una alta columna irregular de piedra. El agua que caía desde lo alto se estrellaba contra el suelo formando una pequeña poza profunda alrededor de la columna de piedra. Y era esta poza la que alimentaba al cuerpo de agua interno en la caverna, y a su vez a todo el arroyo que llegaba hasta el poblado de Koln. Pero, aunque quizá, no tuviese importancia, era intrigante pensar desde donde provenía tanta agua. Lamentablemente para los héroes, más allá de aquella poza profunda, ya no había más camino, o si lo había, estaba oculto a sus ojos.

Jonad se rindio pues y no había o el no era capaz de encontrar esos hongos que le amarraban a la felicidad. Lo que si encontró fue algo antinatural en aquellas aguas, algo que le invitaba a sumergirse en ellas o beber hasta llenar la panza, pero aunque no le importaba disgustar al resto el quería sobre todo encontrar a los rebeldes.

Una vez dentro de la cueva el mediano avanzo por aquellos pasillos cavernosos donde el agua era el elemento predominante. Ese pensamiento quedo reafirmado cuando llegaron a la poza, el corazón de la cueva y del mismo arroyo.

Sin manera de continuar el pequeño montaraz se puso a explorar buscando el camino, confiado en su suerte de tener éxito en tan dificil tarea.

Noche del 2° de Halail del año 101 de la edad oscura (Turno 1)

Al cabo de avanzar cerca de media milla tras dejar atrás la ciénaga extraña por la que habían pasado atravesando aquel puente viejo, los héroes llegaron al final del valle entre las montañas. No había ninguna cueva a la vista, pero todos sabían que estaba allí, pues el alcalde les había dicho que la entrada se encontraba escondida tras la cascada de la que nacía aquel arroyo que se extendería atravesando el pequeño valle y llegando a perderse tras las laderas montañosas, llegando a renacer más adelante para llegar hasta el poblado de Koln.

Los héroes miraron al valle, sus compañeros no estaban cerca aún y no había señales de ellos, quizá ya se encontraban dentro de las cavernas, o quizá no, aquello era algo que simplemente no podían discernir mientras no se adentrasen a las cavernas e investigasen. De los orcos y el legado tampoco había señales, y salvo que el legado tuviera un gran poder que no conociesen, deberían aún tardar horas en llegar, al menos un par, y quizá muchas más.

El valle era un lugar sumamente fértil, donde el poder de la sombra no había llegado del todo con su poder corruptor. Incluso si alguien viviese allí, casi podría olvidar el tema de que la sombra era quien gobernaba realmente en aquel mundo. El agua del arroyo estaba fresca y se sentía pura, sin corrupción, incluso se podía sentir que el agua restablecía sus fuerzas. El valle tenía un relieve irregular y una vegetación un tanto abundante, tal que era una buena fuente de recursos, y esconderse allí era un tanto fácil a aquellas horas de la noche.

La caverna se encontraba completamente a oscuras y ni el alcalde ni nadie les había explicado como era su interior, lo único claro era que la oscuridad pronunciada dificultaría tanto la exploración como las actividades posteriores que debían de cumplir allí.

Tras observar con curiosidad a Jonad, Wendell se encogió e hombros sin querer juzgar lo que estaba viendo "Debe ser alguna costumbre de los medianos" no pudo menos que plantearse, sorprendido por la forma en que sus manos recorrían la orilla.

Tras verificar la pureza, casi mágica, del agua bebió unos tragos ahuecando sus manos y finalmente tomo su odre de la mochila y, tras vaciarlo, perdió unos segundos adicionales en llenarlo con esa agua a todas luces tan pura - Uno nunca sabe cuando necesitará un poco de agua - se lo escuchó comentar sin dirigirse a nadie en particular - Y lo cierto es que esta agua es más rica que la que estaba llevando -

Al entrar en la caverna, el defensor quedó sorprendido por la extraña forma de la misma y, sobre todo, por la cantidad de agua y la forma en que esta brotaba de la columna - Es curioso - comentó - Nunca había visto algo así. Pero quizás nos pueda servir para ocultar lo que debemos ocultar. Si esa poza es lo suficientemente profunda puede ser que sirva para esconder esas mercaderías - explicó su idea mientras trataba de medir la profundidad de la poza usando la palanqueta que sacó de su mochila - Claro que primero debemos encontrarlas -

Tras una breve recorrida trató de pensar que podrían hacer si eran sorprendidos en su interior por el legado y los orcos - Tratemos de no perder demasiado tiempo. Si llega el legado estaremos en problemas. No parece haber otra forma de salir de aquí que no sea por la entrada principal. Aunque si no queda otra opción quizás podamos contenerlos desde aquí - Señaló el lugar donde estaba parado - Atacar a distancia, mientras cruzan la cascada, protegidos por la columna de agua y luego... bueno, si llegamos a ese punto probablemente estemos muertos antes de que podamos hacer mucho más. Quizás el disfraz de Arvin nos de un poco de tiempo, como mucho para retirarnos hacia allá - señaló el sitio donde se adivinaba un angosto pasillo - Así si no los convence, por lo menos no podrán atacarnos todos juntos -

- Ahora que recuerdo... - Wendell se rascó un poco la cabeza antes de continuar - Algo nos dijo el viejo Tobías... como era?... A ver. Si. Era algo así como que había una poza profunda a la izquierda de la boca de la serpiente... o era de la entrada? - el defensor se encogió de hombros muy poco  seguro de sus recuerdos - y que a la derecha de esa poza había una entrada oculta hacia el interior de la cueva - Moviendo su cabeza arriba y abajo aclaró - Creo que la cascada boca de serpiente era precisamente la entrada. O eso espero -

- Y que más dijo? Algo de unas trampas. Como era? - El rostro de concentración del ereño dejaba en claro que no estaba seguro de recordar exactamente las palabras que había escuchado en su momento - Sí. Ya sé. Que los rebeldes dejaban trampas preparadas cuando se iban. Había algo de un remolino, un puente de piedra y un laberinto de pasadizos. Era complicado, pero lo importante es que el camino no lo era tanto. Algo así como "Siempre derecho hasta la bifurcación.  Allí a la izquierda hasta la bóveda grande y luego... y luego... Ya me acuerdo. Luego un giro bien cerrado a la derecha y ya casi llegaba"... Por lo menos creo que era así -

Finalmente, tras la cascada, parecía que habíamos llegado a lo era la caverna que daba acceso a las montañas y, en teoría, al escondrijo de los rebeldes.

Antes de entrar, al igual que Wendell, aproveché para refrescarme y rellenar los odres de agua para renovar el agua que tenía, aprovechando ésta para mojarme un poco la cabeza.

Una vez en la caverna, me quedé mirando un tanto boquiabierto, guauuu, esto es un escondrijo de puta madre. No me extraña que hayan estado sin ser encontrado todos estos años, aunque parece que no hay ningún acceso ¿no? Muevo la cabeza a derechas e izquierdas, como mirando a mi alrededor ¿Os imagináis que todo esto haya sido un desvaría del viejo Tod?, hay veces que una persona mezcla realidad con ficción sería gracioso, sí esto último lo digo para mí mismo, pues evidentemente, no tendría nada de gracia.

Justo en ese momento, Wendell comenzó a hablar, o mejor dicho, a soltar un torrente de palabras ey ey ey, con calma, con calma, que parece que estás soltando uno de esos trabalenguas ¿los conocéis? Digo girándome hacia el resto alzando las cejas es como este que decía: Lado, ledo, lido, lodo, ludo, decirlo al revés lo dudo. Ludo, lodo, lido, ledo, lado, ¡qué trabajo me ha costado! Según iba diciéndolo iba moviendo la cabeza y los hombros, a derecha e izquierda, a derechas e izquierdas. Bueno, que me lío. Por favor, Wendell, vuelve a contarlo más despacio.

Una vez que Wendell ha repetido el mismo galimatías, pero esta vez un poco más despacio, voy asintiendo si, claro. La entrada es la cascada, que puede asemejarse a la cola de un dragón, si. Luego a la izquierda de la cascada está la poza digo señalando la poza y esto está claro, pues una poza es una poza, y aquí solo hay una, por lo que la entrada debería de estar a la derecha de la poza, pero claro, mirando ¿desde dónde? Y luego están esas trampas que dices, pero que yo no he sido capaz de encontrar, y eso que algo sé de eso.

Llegados a este punto, miro de nuevo a Wendell ¿estamos seguros que el Legado va a entrar por esta misma entrada? Yo creo que él accederá por otro sitio, y si eso es así, esta debería de ser nuestra ruta de escape.

Después de esperar a que Jonad termine con el agua de fuera y el mismo Wendell tomase agua de la cascada, ingresamos en ella. Yo no tengo problemas para ver pues veo en la oscuridad, pero para el resto, se enciende una linterna y eso ayuda mucho. El escondite es grande y con varias formas interesantes, con agua por doquier. Miro el agua y los rincones que están cerca de nuestra posición, pero no me parece ver ninguna mercancía.

Wendell comienza a hablar muy rápido y Girolamo le responde de una manera aún más extraña.

"¿Qué están diciendo? Hablan muy rápido y extraño. ¡Mierda, no entiendo nada! ¿Tod? No sé qué significa eso en la Lengua del Comercio."

Pero entiendo entonces que dicen dragón mientras apuntan a mi espalda, por lo que me giro asustado mientras saco mis hachuelas:

 - "¡¿Donde dragón?!"

Miro desesperado hasta que bajo lentamente los brazos pues creo que me están engañando. No sé si será una broma que me están jugando o si entendí mal la palabra. De todas formas, siento que solo estoy haciendo el ridículo.

No entiendo como pueden estar con los ánimos tan alegres, por lo menos así lo parece Girolamo. Es cierto que el lugar es revelador, y es agradable ver por Aryth un trozo del mundo dónde la Sombra aún no ha causado estragos, pero tengo la sensación de que eso pronto va a cambiar.

Escucho a Wendell, y asiento para mí mismo, mientras Girolamo hace que repita. Es cierto, algo así dijo, pero no hay tiempo para debatir ni para dudar. Está claro que no confían en mi plan del disfraz, hasta casi me hacen dudar de mi mismo, pero será mejor invertir el tiempo en avanzar mientras pienso un plan B.

El enano parece pensar lo mismo, aunque parece algo alterado también, le miro con seriedad, tratando de que serene un poco y finalmente también investigo la caverna.

Es mejor no dejarnos ninguna pista que nos fuera de vital importancia, por no hablar de trampas... si tienen razón y no desmantelaron las trampas, podríamos tener una sorpresa desagradable. Así que me adelanto, aprovechando mi capacidad para adecuar mi vista a la oscuridad y me pongo a buscar esas sospresas desagradables antes de que las encuentre otro por el lado que pincha.

Me mantengo en silencio todo el rato, esquivo a la cháchara, necesito concentrarme.

Noche del 2° de Halail del año 101 de la edad oscura (Turno 3)

El grupo cruzó la poza para llegar a un callejón sin salidas, aunque, Jonad, metido en sus pensamientos, parecía estar de nuevo buscando algo, aunque esta vez ya no a las orillas del agua, sino que ahora entre las rocas. Quizá fuese eso lo que había motivado a Wendell o quizá simplemente lo había recordado en aquel momento, pero de un modo u otro Wendell empezó a hablarles en palabras confusas sobre lo que les dijera el viejo Tob en el pueblo, a él y Manfred sobre la cueva. Al parecer el viejo le había dicho que, tras la entrada a la cueva, la cual tenía algo que ver con una serpiente, debía haber una poza, y más allá, aparentemente hacia la derecha, ¿de la poza?, debería haber una entrada secreta que daba realmente al interior del escondite de los rebeldes.

Encontrar la puerta de roca secreta no fue nada difícil, y muchos dieron con ella en poco tiempo, apenas Wendell había pronunciado las indicaciones del viejo. Aunque Jonad por si mismo ya había encontrado el lugar un poco antes. Lo preocupante era que, según señaló Wendell, el viejo Tob le contó que los rebeldes solían dejar trampas preparadas para los intrusos no deseados, por lo cual, podrían estar en riesgo si continuaban andando.

El mecanismo que habría paso a las cavernas era rudimentario, pero bien oculto, este permitía que una pared gruesa de piedra se precipitase suavemente a través de cuerdas hasta el suelo, permitiendo tener acceso a un túnel que ascendía justo apenas acceder a él. Pero el instinto y las palabras de advertencia les detuvo, la entrada podría tener trampas, y ya habían derramado demasiada sangre en aquel día como para arriesgarse a perder a uno más de ellos, con la misión aún sin terminar. Por suerte, el pequeño mediano montaraz habría de salvarles en aquella ocasión pues sin mucho esfuerzo y con aparente suerte, logró dar con un par de trampas entrelazadas entre sí, cuya activación era doble; tal como confirmó Arvin, cuyo esfuerzo fue igual de bueno. Primeramente, observaron que había un conjunto zigzagueante de hilos muy ocultos y seguido a ello había algunas piedras clave en las paredes que al recargase detonaban, al igual que en el caso del hilo, el conjunto de trampas.

Más adelante, dentro del túnel, se alcanzaban a ver rastros de sangre, y si bien no podían a la distancia saber si eran frescos o no, el hecho de que el rastro fuese ascendiendo por el túnel y que más allá a lo lejos se escuchasen ligeros sonidos de agonía y esfuerzo, les hacia pensar que había algo a alguien allí arriba.

Al ver la reacción de Ulfrin, me giré un tanto sorprendido por su reacción, momento en el que me di cuenta del problema con el idioma.

EN ENANO

Tranquilo, tranquilo digo poniendo una mano en alto. Por un momento había pensado en hacer una broma, pero no creía que fuera el momento tan solo estaba recordando alguno que le contó el viejo Tod

Según parece continuo ya, con el brazo bajado y acercándome un poco al enano hablaba de una cola de dragón, y a su izquierda de una poza. La cola sería la cascada y la poza esta misma vuelvo a señalar la poza. También hablada de que la entrada estaba en a la derecha de la poza, pero podía haber trampas que hubieran puesto los de la resistencia. Acabo haciendo un asentimiento con la cabeza y alzando un poco las cejas para comprobar que el enano se había enterado ya del asunto.

- Uhm... Esto es demasiado complicado para mi - reconoció el defensor al darse cuenta que los hilos y las piedras estaban dispuestos de una forma que no era capaz de entender.

- Creen que, si conseguimos pasar, podremos cerrarla desde adentro? No digo volver a conectar estas trampas, pero por lo menos tratar de que si llegan los orcos no descubran más que la cueva inicial -

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Luego de abrir la puerta y al notar, finalmente, el rastro de sangre y lo ahogados sonidos, su expresión se puso seria - Parece que alguno de los rebeldes todavía está por aquí. Deberíamos avisarles que somos amigos. No me gustaría que nos atacaran por confundirnos con siervos de la sombra - se explicó - Aunque, hagamos lo que hagamos, insisto en  que antes que nada verifiquemos si es posible volver a cerrar esa puerta de piedra. Oculta como está quizás sea suficiente como para evitar que la descubran los orcos -