Partida Rol por web

Montserrat

II. Nuevos encuentros

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29/06/2013, 01:40
Gabriel Soto De Queiroga

 Ante semejante derroche de elocuencia, opto por callarme y permanecer en segundo plano, que mejor es parecer un honrado rodeado de mentirosos que un mentiroso más... O al menos que quede la suficiente duda razonable.

 En lugar de de hablar, opto por escuchar y observar a los monjes, para ver la reacción a las palabras de mis compañeros provocan en ellos...

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04/09/2013, 12:23
Don Gregorio

Ya veo... -dijo el abad sentándose en una de las camas-. Harto preocupante es lo que decís, don Bernardo, si es que lo que decís es verdad. No creo que vos mienta, pero aprenda a cuidar bien de su rebaño si tan "perro guardián" es -dijo mirando al resto de presentes-, de no decir más mentiras, y aún más de no hacer ninguna tontería por el monasterio mientras... mientras investigan, si..., o lo que sea -con muestras de refunfuño, accedio a que visitarais algunas partes del lugar-. En la biblioteca entrarás sólo vos, don Bernardo, ¿me han oido?

Entonces el Abad Gregorio se levanto del camastro y comenzo a dar vueltas por la habitación. Sus novicios les seguían con la mirada.

Bueno, Dominique... -dijo pensativo-, Dominique e empezó un fuerte ayuno ¿saben?, que con el tiempo le nubló cada vez mas la mente. Hasta que al fin, todos los pecados que había cometido, y por los que sin duda había venido hasta aquí a expiarlos, empezaron, al parecer, a atormentarle. De esta manera se volvió cada vez mas reservado, cualquiera de los hermanos de aquí podrá decírselo.  A veces se le oía gritar palabras sin sentido, llegó hasta a hacerse violento. Tuvimos miedo con ésto... Finamente, cuando huyó, los lobos... acabaron con él... -al decir esto, el abad se santiguó, y los novicios le imitaron ipso facto-.

Tirada voluntaria de Empatia (PER)

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04/09/2013, 12:45
Gonzalbo de Mur

Habida cuenta de mi desastrosa intervención, gracias a Dios enmendada por don Bertrán y el hermano Bernardo, no pensaba abrir más la boca delante del venerable anciano. Sin embargo, yo no solo tenía (o al menos solía tener) un pico de oro, sino que también había aprendido a escuchar para saber cómo atravesar las defensas mentales con argumentos adaptados a cada persona (habilidad que se adquiere después de hacer cientos de tratos, pues por mucho que quisiera ser un guerrero, yo seguía siendo un mercader), así que observé al viejo con suma atención en busca de algún detalle que me dijera algo más de lo que decía con su boca.

- Tiradas (1)
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04/09/2013, 12:46
Gabriel Soto De Queiroga

 Escuché al viejo en silencio, sin terminar de confiar en él. Nunca me había terminado de fiar de los supuestos hombres de Dios, unos hipócritas, que se inventaban cargos para quemar gente y acostarse con las hijas de los campesinos ignorantes, además de dejarlos sin dinero...

- Tiradas (1)
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04/09/2013, 20:34
Bertrán Berenguer

Sin decir nada asiento al escuchar las palabras del abad, dándo gracias al señor mentalmente por haberme traido a Bernardo en su momento. A contiuación aguardo unos instantes por si el abad tiene algo más que añadir, antes de preguntarle nada.

- Tiradas (1)
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05/09/2013, 00:11
Hermano Bernardo

Bernardo soportó en silencio la reprimenda del abad, en su silencio reconociendo la razón que había en sus palabras. De la misma manera asintió lentamente a la exigencia del padre Gregorio: sería el único en acceder a la biblioteca.

Con atención escuchó el discurso del religioso, que parecía turbarse a medida que lo refería. Se extrañó cuando los tres religiosos se santiguaron, dudando si lo hacían por referirse a un hermano difunto o por alguna otra desconocida causa.

 

- Tiradas (1)
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07/09/2013, 12:06
Director

Ciertamente hay algo que el abad se ha callado... lo notas en su mirada, en sus gestos faciales y su timbre de voz...

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07/09/2013, 12:06
Don Gregorio

Si... -continuó tras una breve pausa-. El hermano Dominique, en la Gloria de Dios nos lo encontremos, se encuentra enterrado en nuestro cementerio particular, tras los muros del monasterio, junto a otros hermanos de este lugar. Quizá su padre, ese que decís que os encargó esta tarea, le hubiera gustado ver la tumba de su hijo... es una pena.

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07/09/2013, 12:38
Gonzalbo de Mur

Iba a decir: "¿podemos verla nosotros?" Pero callé. No quería volver a meter la pata, y, en cualquier caso, si lo consideraban necesario, don Bertrán o el hermano Bernardo ya se lo pedirían al abad.

Sin embargo, aquel viejo zorro algo nos ocultaba... algo me decía que no nos iba a poner las cosas fáciles, pero no sabía si era solo porque no le hacía gracia que husmeáramos en el monasterio o porque estaba protegiendo a alguien o a él mismo. En aquellos casos, mi estrategia era poner nervioso al sospechoso para que cometiera errores y se delatara de alguna manera, pero aquel era el abad, y si intentaba algo la reprimenda de don Bertrán, que ya estaba calentito, iba a ser de aúpa.

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07/09/2013, 12:49
Gabriel Soto De Queiroga

 Tras escuchar las palabras del abad, respondí:

 - ¿Puedo preguntar la razón por la que no se nos permite acceder a la biblioteca?. Una de las razones que me han traído, ha sido poder estudiar los libros que en ella se guardan y lamentaría perder la oportunidad de apreciar el trabajo de los monjes...

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07/09/2013, 17:16
Director

Notas de juego

mi estrategia era poner nervioso al sospechoso para que cometiera errores y se delatara de alguna manera

Te comento: por sí solo, nadie va a cometer errores si los hay o se delatará si esconde algo.

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07/09/2013, 20:36
Gonzalbo de Mur
Sólo para el director

Notas de juego

Bueno, esa es la estrategia de Gonzalbo, otra cosa es que le funcione. Más que nada lo pongo como trasfondo, para ir descubriendo su personalidad. En este caso, indico que es muy inquisitivo en lo que se refiere a los negocios, y eso lo aplica a situaciones como esta en las que hay que desentrañar un misterio.

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08/09/2013, 01:28
Hermano Bernardo

Bernardo inspiró profundamente al oír las palabras de Gabriel. Era de natural bondadoso y comprensivo, mas sabía también que aquel hombre pretendía abusar –puede que aun sin malicia- de la paciencia del superior del monasterio.

-Gabriel –se adelantó el benedictino a la respuesta del abad-, nos consta el interés que demuestras hacia la sabiduría de los escritos. No dudamos, hijo mío, de la rectitud y la bondad de tus deseos. Mas debemos obediencia al Padre Abad en tanto nos hallemos entre estos muros, y debemos encomendarnos a su sabiduría. Si es su criterio restringir el acceso a la biblioteca, lo acataremos fiando en los motivos que él considere en razón a su mayor experiencia y conocimiento. Sicut enim per inoboedientiam unius hominis peccatores constituti sunt multi, ita et per unius oboeditionem iusti constitutentur multi*.

Ignoraba Bernardo si Gabriel dominaba o no la lengua de la Iglesia, mas dejaba así claras al abad sus rectas intenciones al tiempo que buscaba apelar a su benevolencia para con todos ellos.

Notas de juego

*porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos (Romanos, 5:19)

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08/09/2013, 02:10
Gabriel Soto De Queiroga

 Tras las palabras de palabras de Bernardo, me dí cuenta de que tal vez mis palabras podría haber sonado de manera falta de respeto, así que respondí al abad:

 - Mis disculpas, no era mi intención ser irrespetuoso, es que me supuso una enorme decepción escuchar la prohibición, ya que estaba muy ilusionado con examinar los libros...

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08/09/2013, 11:00
Don Gregorio

El abad Gregorio aceptó las disculpas de Gabriel (aunque no dijo como tal un "no te preocupes, te perdono" o cosas similares), movido seguramente por la intercesión del Hermano Bernardo, siempre coherente, razonable y lleno de fe.

Una cosa más -dijo el abad sin cambiar el rostro de sorpresa que instantes antes había adquirido-, les solicito ahora yo a ustedes que hagan preguntas por el monasterio, pues la paz y la tranquilidad en este sitio es absoluta... No me gustaría que fueran ustedes quienes pusieran nerviosos a los hermanos... Nada más, que duerman bien. Buenas noches.

El abad hizo un gesto a sus novicimos como para marcharse. Asi que salió dejándoos en vuestras habitaciones mientras uno de los novicios cerraba la puerta de madera, que crujió sobre sus goznes. Fue entonces cuando una ráfaga de aire helado agitó la llama de la lámpara que iluminaba la habitación, deformando grotescamente y por un momento vuestras propias sombras proyectadas sobre las paredes.

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09/09/2013, 00:26
Bertrán Berenguer

Muchas gracias Don Gregorio. Digo para despedirme justo antes de que cierren la puerta. Aguardo unos segundos frente a la puerta en silencio. Jamás he sentido tanto bochorno. Me giro para mirar al resto del grupo, el ojo lechoso da un aspecto terrorífico a mi cara de enfado mientras exclamo tratándo de que no se escuche al otro lado de la puerta lo que digo. ¡Mentir en un lugar sagrado! ¡En la casa del altísimo! ¡¿Así es como vamos a honrar la memoria de Eric?!

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09/09/2013, 01:46
Gabriel Soto De Queiroga

 Me encogí de hombros, mientras examinaba la estancia, en busca de cualquier medio por el que no estuviera estar escuchando:

 - Yo no he dicho mentira ninguna al abad, y mi interés por la biblioteca es sincero, así que creo que, por mi parte, la memoria de Eric estará en paz...

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09/09/2013, 10:08
Gonzalbo de Mur

Sabía que el enfado de don Bertrán se debía sobre todo a mi actuación, así que aguanté el chaparrón y no tuve otra que disculparme.

-Lo siento, don Bertrán. Mi intención era buena, pues pensé que si los monjes se enteraban de que veníamos a investigar la muerte de Eric nos sería mucho más difícil averiguar algo. Intenté hablarle al padre abad sin revelarle nuestras verdaderas intenciones, pero creo que hoy no es mi día. Mas sobre todo lo siento por Eric, pues agora habemos casi imposible conoscer la verdad de su caso.

Agaché la cabeza, apesadumbrado, más por haber decepcionado a don Bertrán que por lo que había hecho.

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10/09/2013, 12:01
Hermano Bernardo

-Sosegad el ánimo, don Bertrán, os lo ruego. Encomendaos a la virtuosa Templanza –dijo Bernardo, posando familiarmente una mano en el brazo de su señor-. Ha sido la nuestra una torpe e incorrecta presentación. Hermanos, debemos aprender la lección. Ocultar nuestras rectas intenciones no ha hecho sino atraernos el recelo del abad aun antes de comenzar nuestra pesquisa. Ahora bien, él mismo nos ha recomendado discreción a la hora de tratar con los hermanos benedictinos. Creo por tanto que deambular al azar por el monasterio no es lo más apropiado, sino que deberíamos trazarnos un plan para la investigación.

“En primer lugar propongo que averigüemos qué celda ocupó el malogrado hermano Dominique –Deus requiem eius anima- y reconocer sus alrededores, así como a los hermanos que duerman en su proximidad. Si ciertamente hubo ruidos, voces de mujeres... u otras cosas... por los pasillos, tal vez también ellos notasen de ellas.

Pasó una mano por su afeitado rostro, pensativo.

-Lo mismo podríamos hacer respecto a sus quehaceres diarios. Si trabajó en el huerto, en las cocinas o en otros lugares, puede que allí comenzaran sus delirios, justificados o no, y que sus compañeros de labor se percatasen de los mismos.

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11/09/2013, 09:53
Bertrán Berenguer

Mucho más calmado después de escuchar a Bernardo, hablo para el resto del grupo

Cierto, su celda es un buen lugar para comenzar, preguntemos a alguno de los monjes cómo diriginos allí... Quizás el de Mur no sepa tratar con un abad, pero con los monjes será otra cosa... Adelante pues, busquemos a alguno de los hermanos que viven en el monasterio.

Tras esto abro la puerta lentamente, procurando no hacer demsiado ruido

Notas de juego

vamos a pedir indicaciones a un monje y dirijirnos hacia la celda, ¿no?