Partida Rol por web

Tras un suculento almuerzo, tomais la decisión de partir hacia el templo, ya que, era la ultima y unica pista que teniaís para investigar la desaparción de lucius. Egil os despide y desea suerte tras vuestra partida.

Despues de un rato a pie llegais a un edificio bastante grande y muy visible desde muchos sitios de la ciudad, es el templo.

Este templo es una estructura impresionante, con un armazón abovedado que mide mas de un centenar de pies de altura. Las grandes puertas de bronce están abiertas, dejando ver en su interior un atrio revestido de azulejos. Las estatuas del dios indican que esta sala es el centro del culto y adoración pero las galerías superiores, revstidas de libros, llegan hasta el techo cubierto con frescos. Este lugar parece tanto una biblioteca como un templo, y las filas de silenciosos estudiantes trabajando en las galerías así lo atestiguan.

Mientras estáis observando esto, un hombre joven se os acerca. Se os presenta como Norton un çnovicio del templo - En que puedo ayudaros?? - os pregunta este.

Me arremango la chaqueta que cubre los hombros del corsé rojo que hace sobresaltar unos muy generosos senos a los que yo no doy más importancia que la que su propia función biológica tienen, una correa de cuero se desanuda y mi espadón nuevo baila en mi mano dando vueltas de un lado a otro, en su propia punta apoyada con cuidado en el cuero de mi bota.

El tal Norton me olía a malo maloso, olía a raptador, hablaba como un raptador, y era novicio, como casi todos los raptadores, a decir verdad, nunca jamás Abyl había supuesto que terminaría investigando una desaparición y sospechando de un rapto, es inconcebible raptar a alguien en Lormyr, no tiene finalidad práctica ninguna, o al menos Abyl, no se la encontraba.

Sonrio contenta al ver que el resto de mis compañeros me dejan hablar primera, pienso que, debe ser una muestra de confianza a mis bien demostradas capacidades de diplomacia y persuasión. Una persuasión que cada día que labre mi nombre será algo más convincente.

Soy Abyl de Lormyr, Líder de los TronchaMucho y Capitana del Venganza

Venimos a este templo con intenciones de hablar con Thuron, el sumo sacerdote del templo de..., de este templo

No espero su respuesta y haciendole una ligera reverencia e invitandole a caminar junto a mí hacia el interior del templo, paso junto a él por la alfombrada estancia mirando a ambos lados a los eruditos lectores chupatintas de la ciudad, mientras, confiando en la estructura arquitectónica Lormyriana, pienso que, el sumo sacerdote, si es el líder del templo, estará al final de la sala, o haya un altar que él debe presidir en las contadas misas celebradas y por tanto, desde el interior del templo, será más facil nos escuche hablar y salga él mismo a recibir nuestra inquisitiva e impertinente visita

- Discuple señorita, no puedo llevarles hasta Thuron, pero si me seguiis os llevaré hasta Milos, es el ayudante directo de Thuron - dijo este mientras que se vuelve a poner delante de Abyl, hizo una breve pausa y continuó - Seguramente el os pueda ayudar - temirnó diciendo este.

Contemplo el interior con interés, comparando las diferencias del edificio con una capilla dedicada a Pelor. Los libros de las paredes son un contraste claro que denotan el interés del dios por el saber recogido en ellos, un saber sin fín tal y como indica el que las estanterías lleguen hasta el techo, simulando que los afán de reunir conocimientos nunca acabará y en caso de apliarlos éste llegará a los cielos.
Resulta interesante, pero el conocimiento aquí guardado no puede compararse con la calided de la luz de Pelor, capaz de purificar cualquier cosa y acabar con el mal allá donde lo encuentre. En cambio éstos libros, como mucho, sólo mostrarán formas de combatirlo que pueden ser contrarrestadas, dado que el conocimiento no tiene fin para nadie, aparte de que puede ser facilmente extraviado y acabar perdido para siempre.

- ¿No se encontrará enfermo?

Reacciono rapidamente cuando Norton nos avisa de que Thuron no se encuentra disponible.

Norton mira a Lona, - No señorita, lo que quiero decir que para hablar con Thurón antes teneis que hablar con Milos, por cierto perdonen mi descortesía, mi nombre es Norton - termina diciendo este.

Moses se dedicaba a dar rapidos paseitos por la estancia, observando detenidamente los productos de valor que pudiera hayar en la misma, y sin hacer caso al novicio. Abyl y Lorna serian mas efectivas en un hombre que llevaria años sin tocar a una mujer.

Suspiro aliviada al escuchar que el sacerdote en verdad se encuentra bien y que ésto es simple protocolo que por desgracia no se verá alterado por más que insistamos.

- Entonces supongo que nos contentaremos con el Milos. - continuo resignada a la idea - Pero decidme Norton, ¿conoceis al hermano Egil?

Prefiero dar un pequeño rodeo a nuestro auténtico motivo para visitar el templo y sus dirigentes, por si resulta que nuestros invisibles enemigos han conseguido infiltrarse incluso entre los sacerdotes.

Nunca está de más ser precavida.

- El hermano Egil?, claro como no lo voy a conocer. - dice este con cara interrogante, seguidamente se agarra la barba una y otra vez a modo pensativo y continua - Por que lo preguntas?, es que acaso lo conoceis? - dijo este.

- Poco la verdad, coincidimos con el en una taberna. No paraba de hablar sobre un tal Lucius y veníamos a comprobar si podemos ser de ayuda en algo.

He de admitir que a veces pecaba de ingenua y acababa hablando de más cuando no me detenía a pensar las palabras. En cualquier caso, el desliz siempre puede resultar útil para analizar la reacción del sacerdote.

- Ah bien... - dijo este pensativo. - En que estará metido Egil? - pensó este. - Bueno si sois tan amables seguidme. - Norton os lleva un nivel por debajo de la sala principal hasta donde se esta el despacho de Thuron, y os lleva en presencia de Milos, el ayudante de Thuron. Un hombre delgado con gafas de montura de cuerno.

- Señor Milos, estas personas desean ver a el sumo sacerdote Thuron - dice esta haciendo una cortes reverencia, seguidamente se va por donde ha venido.

- Buenas tardes señores, con que quereis ver al Sumo Sacerdote Thuron? - hizo una breve pausa y se puso la gafas en su sitio con el dendo indice - Me temo que no va a poder ser posible. - dice este. - El sumo sacerdote se encuentra tremendamente ocupado haciendo los preparativos para la inauguración del Faro de Drac, y no puede ser molestado de ninguna manera. Sin embargo no deben preocuparse; yo soy los ojos y oidos de Thuron aquí en el templo, así que pueden hacerme directamente a mi todas las preguntas que quieran. - terminó diciendo este.

Nunca me han caido bien los ayudantes, seguro que este tio trama algo contra nosotros, ley de vida. Quedan 5 segundos para que Abyl le de dos ostias y nos lleven ante el sumo sacerdote.

Mi desliz ante Norton no parecía haber significado nada especial para el novicio o por lo menos yo no había notado ningún gesto extraño ni que estuviera fuera de lugar. Así que dejé de preocuparme por un enemigo invisible dentro del templo, dado que de existir alguno, posiblemente sería el primero en recibirnos y así poder distraernos. Además no había llevado ante Milos, el segundo en la jerarquía, lo cual tampoco era tan malo.

- Encantada de conocerlo señor

Saludo acompañando las palabras con una pequeña reverencia al sacerdote y manteniendo la cabeza ligeramente agachada, intentando no mirarle directamente por deferencia a su cargo.

- Soy Lona Cuilwen, mis compañeros y yo veníamos a interesarnos por el hermano Egil y su amigo Lucius. Hemos escuchado que el segundo desapareció y nos decidimos a intentar encontrarlo, pero tras seguir otras pistas infructuosas, nos hemos visto obligados a venir a molestaros con éste asunto.

Milo mira a lona fijamente - ¿Y que quereis saber, cual es tu pregunta,  te respondere todo lo que sepa? - dijo este.

Precisamente había omitido realizar cualquier pregunta para comprobar la actitud de Milos para colaborar y dado que no me había parado en seco, quizás pudieramos averiguar algo sobre Lucius.

- Teníamos entendido que Lucius fue expulsado del templo hace unos años y que después fue readmitido tras una conversación con Thuron, pero como no podemos preguntarle directamente... ¿podríais ilustrarnos sobre los auténticos motivos que llevaron a imponerle ese castigo? - acabo por preguntar para después seguir explicando el motivo de la pregunta - Resulta excesivo una expulsión por simplemente andar por donde no se debe, o incluso bajo la excusa de actuar de manera inapropiada. Pero también nos gustaría averiguar las preguntas que hacía al resto de miembros del templo cuando regreso de... su primera desaparición.

Moses cerraba los ojos y sonreía mientras contaba para sus adentros

5.....

¿Clarividencia, coincidencia, suerte?

4...

¿Conocimiento, camaradería, previsibilidad?

3...

Venga estirado que no tenemos todo el dia

Aún con la hoja apoyada contra el suelo, Abyl se encuentra nerviosa entre tantos libros y manosea el pomo del espadón una y otra vez impregnandolo de un sudor brillante debido al nerviosismo

2....

Mi pregunta es ¿Donde está Lucius?

Nuestro mago es inepto, ¿No tendreis por ahí una bola de cristal?

Además que rayos, hemos venido a hablar con Thuron, sino explícanos todo lo que recuerdes del día de la expulsión de Lucius sin escatimar detalles, si eres los ojos de Thuron debes recordarlo tan bien como él ¿no?

1...

Religión. La guía de los ingenuos e ignorantes. Pobre aquél que sirva a los caprichosos y egoístas deseos de una deidad.

Normalmente, Míneas se hubiera sentido incómodo, aunque ligeramente superior entre todos aquellos fanáticos y lame botas de los dioses. Aquella vez fue diferente. Al entrar al lujoso templo no pudo evitar admirar la bella decoración, pero las altas estanterías repletas de conocimiento, tal vez algunos tan oscuros que ni la mente más fuerte soportaría, le hacían imposible que cerrara la boca, dejándole con una mueca idiota de puro asombro.

Siguió al grupo inconscientemente mientras observaba la ingente cantidad de libros, deseando poseer una biblioteca de aquel tamaño, tal vez un sanctasantórum también. Todo a su tiempo... Para su pesar, dejaron la sala y se internaron en las profundidades del edificio, encontrándose con Milos. Hizo caso omiso al comentario de Abyl, inmune a las burlas desde pequeño, cuando había aprendido a ignorarlas.

Los métodos de la lormyriana le molestaban, pero no podía negar que a veces resultaban efectivos. No obstante, sabía que en esa situación la violencia les acarrearía la muerte. Si las cosas se ponían feas, su lealtad hacía los TronchaMucho pendía de un hilo finísimo. Aún así, se mantuvo en silencio. Las preguntas pertinentes habían sido formuladas, y sus dotes diplomáticas no eran las mejores.

Milos miró a la barbara - Como cree que va a venir al templo y va a hablarme de esa manera que educación es esa -  Penso este, seguidamente miró a Lona y respondió a sus preguntas.

- Lucius es un buen hermano y un excelente bibliotecario, auqneu cometió algunos errores de juicio en el pasado. Se mantuvo alejado del templo durante cuatro años, y el año pasado regresó finalmente. Ahora hace ya bastantes días que ha vuelto a desaparecer; no tengo la menor idea de dónde puede estar. - Hizo una breve pausa para ponerse bien las gafas y continuó.

Con respecto a las preguntas que hacía Lucius, preguntaba pormenores acerca de sus activiades en el templo duarnte la época inmediatamente anterior a su expulsión. ¡Como si él no hubiera estado allí! Ninguno de nosotros necesitaba recordar que Lucius profanó el santuario, pero él parecía no querer dejar correr el asunto, ya que no paraba de insistir sobre ello.

Como bien dices Lucius cuando volvió se entrevisto con el Gran Sacerdote Thuro, Lucius había sido algo negligente con su trabajo en los últimos tiempos y Thuron le dijo que intentara centrarse y ser más diligente. El Sumo Sacerdote le recomendó que olvidara el pasado y se preocupase unicamente del presente. Lo mejor para todos nosotros sería olvidar los ocurrido aquí hace cinco años. Violó las sagradas normas de conductas. - Terminó diciendo este.

Asiento antes las palabras del sacerdote, por si con ello consigo que cuente algo más, por muy pequeño que sea y que no debería decir.

- Comprendo su postura, las normas deben ser respetadas, más aún las impuestas por los dioses. - parezco meditar unos momentos, como si intentara comprender la actitud de Lucius - Quizás estuviera interesado en averiguar los motivos de su comportamiento si de verdad era incapaz de verle ninguna lógica o recordar nada. Pero de ser así, significaría que ya habría entrado con anterioridad sin que fuera descubierto y necesitaríais hacer una revisión de todo el templo...

Parezco seguir pensando sobre las acciones de Lucius mientras dejo que mis palabras hagan efecto Milos. En verdad era una posiblidad que debía tenerse en cuenta y una revisión de que todo andaba en su sitio podía ser tediosa, pero nunca estaba de más en ningún lugar, más si hacía tiempo que no se realizaba.

- Todo esta correctamente, fue la primera y la unica vez que intentor violar el codigo de conducta, todo fue revisado y todo estaba en orden - dijo este.