Partida Rol por web

Despues de 5 minutos andando llegais hasta un posada situada mas o menos, según os dice Egil entre la casa de Lucius y el templo. Se trata de una taberna tranquila, y un poco apartada de las calles principales que suelen frecuentar los académicos. Desde la fachada podeis comprobar que la posada es bastante amplía, tiene 3 plantas. Al entrar veis ya a un par de estudiantes terminado su ultima copa sentados en la barra, una mujer de tras la barra y otras dos fuera, una de ellas sirviendo a la unica mesa ocupada unas copas a un grupo de cuatro hombres con cara pacifica que parecen estar jugando a un juego con una dados. La otra mujer se dedica a limpiar el suelo y las mesas vacías.

Egil se dirige hasta la barra - Muy buenas noche Señora Desi, que tal el día - preguntó Egil apoyando su bastón en la barra y acomodandose en unos de los bancos de madera pegados a la barra.

- Buenas noches hermano Egil, pues la verdad como siempre, y tu como que estas aquí? quienes son los que han venido contigo? - pregunto Desi.

Egil sonrió - Bueno la verdad es que estos son unos amigos que han venido a hacerme una visita, los conocí antaño cuando vivía en mi pueblo, iban hacia el continente y han parado saludar y pasar unos dias conmigo, como sabes no puedo llevarlos al templo, y me gustaría si fuera posible alojarlos en tu posada, se que aquí estaran comodos - termino Egil

- Claro que sí, tus amigos son bien recibidos aquí, por ser amigos tuyos les ofrezco alojamiento por una moneda de oro por todo el grupo, que ademas le incluira un ligero desayuno y la cena. - dijo Desi asintiendo con la cabeza, - Desean los señores o la señorita, algo para tomar antes de dormir? - pregunto esta dirigiendo la mirada a los forasteros.

La verdad es que yo me comería un jabalí asado... al punto, si es posible! y una jarrita de cerveza para que entre mejor!!

Muchas gracias!

- Lidia, marchando jabalí asado y un jarra de cerverza para el señor enano - dijo esta a su criada. - Si quereis podeis sentaros en una de las mesas - añadió esta.

El mago recorrió las oscuras y peligrosas calles de Freeport junto a sus compañeros, luego de haber sido "rescatados".

Que diablos, nosotros los teníamos del cuello

A medida que se acercaban a la taberna pudo notar el cambio que se producía en la zona. Esta era más tranquila y acogedora, al contrario que el distrito porturio, que parecía una ratonera. Míneas entró en la taberna y se deleitó con el aire cálido y agradable del ambiente, como en los días de su juventud.

-Que buen lugar Egil- le felicitó antes de que este saliera disparado a hablar con la mujer en la barra. -¿Vas a comerte un puerco tú solo Mazogordo? Pues, te advierto que mi magia no cura problemas estomacales amigo- dijo, acercándose a la barra y situándose junto al sacerdote. -Buenas noches, mi nombre es Míneas Lauren, es un gusto para mí poder alojarme en esta formidable estancia- le dijo a la mujer, demostrando sus modales y etiqueta. -Agradezco el módico precio que nos ofrece, y si usted y Lidia son tan amables, pues les pediré algo de la mejor cerveza que tenga y cualquiera sea el plato que usted me recomienda- le pidió con voz afable. Acto seguido, de un saco que colgaba de su cinturón sacó dos piezas de oro que dejó sobre la barra.

- Muchisimas gracias Mineas por tus palabras de elogia a mi posada, intento que mis clientes esten lo mas comodo posible, y si son amigos del hermano Egil todavia mas, con lo cual - dijo poniendo las manos sobre las dos monedas de oro y empujandolas de nuevo hacia el mago, - Hoy invita la casa, Lidia, marchando un estofado de venado, especialidad de la casa para el señor mago - dijo mirando a Lidia. Despues saco la mejor cerveza que tenía y le ofreció una jarra de cerveza a cada uno de los presentes.

- Marchando una de estofado de venado - dijo la criada que estaba en la cocina preparando el jabato.

- Permitame señora Desi, que le niegue la cerveza, no quiero parecer desagradecido, pero creo que ya por hoy he bebido suficiente - dijo este

Míneas estaba a punto de refutar el regalo de la mujer, pero se dio cuenta que sería mal educado.

-Pues debo agradecerle. Con esta atención estoy seguro de que mantendrá y obtendrá buena clientela- le dijo sonriente.

Pensó en buscar una mesa y sentarse, pero recordó un pedido que no le había sido concedido antes. Sin embargo, decidió aguardar a que el resto pidiera algo para llenarse el estómago, y despidiéndose con una sonrisa, buscó una mesa lo suficientemente grande como para albergarlos a todos, donde tomó asiento.

Bohatíti  vuelve a extrañarse al ver como sus dos camaradas son metidos, de nuevo, en aprietos involuntariamente. Por suerte nadie habia acabado herido, nadie de su manada, claro.

Acompañando al grupo se deleita con las nuevas chozas que puede ver a su alrededor.

Seguro que en cada una viven varias familias, a juzgar por su tamaño.

Al entrar en la posada, el joven druida, acompañado de su fiel chacal, es recibido junto a sus compañeros por una mujer amabilisima, desde que abandono su tribu que no veia una hospitalidad igual.

Para mi, agua y fruta, por favor, y para Qüet, algo de carne, si es posible. Dice lentamente y señalando a su compañero cuadrupedo. Mirando a la mujer con su blanca sonrisa llena de inocencia le dice. Bonita casa, gracias por amabilidad. Y acto seguido se sienta en un taburete, acariciando a su animal mientras mira al resto de sus compañeros.

Es de agradecer que nos inviten a la camida pero no estaría bien abusar de la generosidad que nos brindan. Y además un lugar que no se mueva mientras duermes es algo por lo que hubiera pagado gustosamente no hace ni una noche.

- ¿Podría tomar algo de pescado?

Pido sonriente, como si se tratara de algo muy inusual y exótico que rara vez está disponible en el menú... de alguien que no viva junto a la costa obviamente.

Graaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaatis....

Moses escala hasta un taburete de la barra. Buenas noches hermosa dama. Estoy felizmente encantado con vuestra hospitalidad.

Si pudiera ser, me gustaria pedir algo de carne, un poco de sopa, frutas, verduras, nada de pescado después de dos meses en el mar por favor, y una botella de vino. Gracias.

Desi salto a carcajadas cuando escucho la peticion del pequeño, parecía simpatica - VAYAAA! pero donde te cabe tanta comida amiguito - dijo esta en tono muy cariñoso.

Desí con una sonrisa en la boca tomo nota de cuanto pidieron los heroes y una de las criadas fue sirviendole en la mesa todo lo que esa noche pidieron, al fin el dia parecía que no habia terminado tan mal.

Abyl entrecierra a los ojos mirando con dificultad al enano y con un gesto competitivo levanta una mano solícita

Otro lechón para mí, y una cerveza que sino no baja

Madre mía, y todo esto por una moneda, jujuju si mi vecino Eugen viera esto, aissh qué estará haciendo ahora

Seguramente a estas horas regresen al poblado tras otra incursión en territorio enemigo

Como se lo pasan los gañanes.... ainss

Tengo ganas de regresar a Lormyr, espero que vengáis algún día si teneis ganas de pelea

Allí las incursiones son tan normales como girar la verga del trinquete cada vez que cambiaba el viento

Mmmm ya huelo mi lechón.. mmm aiiish que hambre, de esto no hay en Lormyr jejeje

Al mago se le sumaron los demás en la mesa, y se dedicó a aguardar el estofado pacientemente. Cuando la muchacha les acercó los platos, le dedicó una sonrisa relajada, y una vez se hubo ido probó la comida.

-Esto es bueno- comentó luego de tragar un bocado. -Es una suerte que conozcamos a alguien aquí, o hubiéramos terminado en un antro como el de antes. ¿La Rata de Agua? Que nombre más acertado- dijo Míneas. Luego de terminar su cena y cuando sus aportes a la charla de la noche acabaron, se levantó de la mesa y se acercó a la barra, en busca de Desi.

-Bueno, muchas gracias por tu hospitalidad. Ese estofado que hacen aquí es una verdadera delicia, no dudes que lo recomendaré- le prometió. -Ahora, tal vez puedas ayudarme en otro asunto. Estoy buscando algo de tabaco que disfrutar para acabar esta noche tan placentera como es debido. ¿Acaso podré adquirir una pipa y algo de esa deliciosa planta?-

- Muchas gracias por el cumplido - dijo Desi con una sonrisa en su cara - Pues la verdad ahora que lo dices si que tengo - Desi saco una bolsa de tabaco y una pipa de madera, y se la ofreció al mago - Aquí tienes espero que te guste, no puede decirte como esta no fumo - dijo esta.