Partida Rol por web

Despues de algunos minutos andando por las calles de Freeport y observando, llegais a la taberna "Rata de Agua", efectivamente, se trata del típico tugurio portuario, tan sucio y cutre como su propio nombre indica, pero la cerveza es mejor de lo que uno podría esperar.

Una vez dentro Egil os conduce hasta una mesa como forma ovoide, la cual esta rodeada por taburates de pura madera, un poco gastados del tiempo. Las mesas con bajas y las ralladuras de las incripciones talladas en ellas también son signos de antiguedad. - Tabernero, traiga un ronda de cervezas para esta mesa, si es tan amable. - Dijo Egil, estaba dispuesto a invitar la primera ronda a su viejo amigo y a sus compañeros.

Despues de que el Tabernero os sirviera las cervezas..... - Bueno mi querido amigo Moses, creo que ahora que esta todo mas tranquilo creo que va siendo hora de que te dé una explicación de la carta que te envie. Hace unos dias, un hermano bibliotecario de mi templo desapareció sin dejar rastro. Por razones que resultan un tanto complejas, nuestro sumo sacerdote ha declinado investigar este asunto. El hombre desaparecido, Lucius, es un buen amigo mío, y me temo que algo malo pueda haberle ocurrido. Estoy dispuesto a ofrecerles 75 piezas de oro a cada uno, 25 ahora y 50 al final del trabajo, si pueden descubrir el paradero de Lucius, y traerlo de vuelta sano y salvo. Les proporcionaré toda la inforamción que pueda y les dispensaré curaciones si la necesitan. ¿Podríais ayudarme? - Termino diciendo Egil.

Uffffff, no te diria que no, pero no puedo hablar por mis compañeros.

Moses puso cara compungida y prosiguió hablando mientras meneaba una pinta de cerveza, suficiente para bañarse dentro.

Esta la depreciación monetaria, gastos imprevistos, tarifas de aduanas, desgaste del equipo, ropa para Abyl, comida para el perro. Tras cada palabra Moses levantaba un dedito.

En fin, que no es por decirte que no te ayudamos, y menos para encontrar a un amigo tuyo y siervo de los dioses. Es solo que creo que mis compañeros necesitarian algo mas de oro para sentirse a gusto. Después de todo, son mercenarios diestros y duchos y sufren una gran tensión por su trabajo, y luego deben gastarse casi todo lo que ganan en especialistas que les ayuden a recuperarse.

Estoy de acuerdo con el pequeñajo, y añado a la lista de gastos... paladear todas las crevezas de esta isla!

Dicho esto, apuró su jarra de un largo trago y pidió un par de cervezas negras de la casa (una era para Abyl)

La cara de felicidad de Egil se torna a tristeza, - La verdad mi querido amigo es que escogemos vivir de la mano de Dios, renunciamos a las cosas materiales, entre otros esta el dinero. Tenemos lo justo y necesario. Casi os estoy dando todos mis ahorros - diciendo esto este acabó con la cabeza gacha.

Abyl miraba con ojos vizcos los dedos de su mano mientras intentaba contar setenta y cinco

Se empezaba a marear.... necesitaba birra

De un trago vació media jarra para refrescar la garganta y siguió contando

Parecía que setenta y cinco era poco, pero aún así no podía contar hasta allí

De un movimiento rápido, inocente, encubriendo su ignorancia, Abyl guardó las manos bajo la mesa sonriendo y asintiendo a lo que dijeran sus compañeros

¿De qué estaban hablando?

Me giro hacia Lona susurrando

Oye no entiendo nada ¿Saco el espadón? Eh, ¿Lo saco?

Miro alarmada a Abyl.

- ¿¡QUÉ!?

Grio levantándome rápidamente del taburete y antes de darme cuenta que estoy llamando la atención. Cuando por fín pienso en lo que acabo de hacer me vuelvo a sentar roja de vergüenza.

- Esto... lo siento - musito avergonzada - Pero setentaicinco monedas no es tan mala recompensa... además es por un amigo...

Hablo mirando a un punto indeterminado de la mesa, que curiosamente me hace bajar la cabeza.

Egil se os queda mirando esperando una respuesta, con cara de desesperación y pasado unos segundos - Lo mas que os puedo dar son 5 monedas mas para cada uno y tendre que hacer una recolecta para ello, mas de eso no tengo y la verdad me gustaría mucho poder ofreceros algo mas, de todas formas podeis contar como ya os dije antes con mis artes curativas cuando lo necesiteis - Egil coge la pinta de cerveza y le da un buen trago. - Gracias por su entendimiento señorita - dijo mirando a Lona con cara de agradeciento.

Abyl da un enorme porretazo en la mesa con el puño, las jarras se tambalean en un milagroso acto de equilibrio

Su cuerpo casi sobre la mesa, sosteniendo su jarra, el rostro semicubierto por la melena pelirroja, los labios apretados en una mueca de indignación y los ojos clavados en los de Egil

LO HAREMOS

Por tí y tu amigo

Porque somos buena gente

Le guiño un ojo en un intento de complicidad, aunque no era muy ducha en comportamiento social

Choco la jarra de Jenkins y me termino de beber la mediajarra que me quedaba

JAJAJAJAJAJA

¿Qué ocurre Jenkins?

¿Tanto te pesan los años que necesitas dos horas para terminar la jarra?

Vuelvo a dirigirme a Egil

Danos lo que necesitemos, y nos pondremos a ello cuanto antes

Jajajaajaja

¿Alguno habia hecho planes para mañana ?

Abyl no parece consciente de los peligros que un trabajo así, en una urbe como Freeport, llena de las cucarachas humanas que pudren sus corrompidas entrañas, puede suponer.

Un ánimo inextinguible habita en ella, al principio parecía que se debía al buen humor con el que se levantaba en el barco por las mañanas, al mirar el mar, sentir el viento, y atar los nudos de los aparejos más fuertes que cualquier otro marinero, pero algo os dice, que esos ánimos tan rejuvenecedores, tambien han desembarcado en Freeport.

El alto jovenzuelo sigue sin problemas al resto de su grupo que parece haber encontrado un nuevo miembro, al menos provisionalemente, amigo del mediano llamado Moses el Poderoso. El hombre parece tener algun problema y sugiere que vayamos a un lugar llamado taberna. Luego dice algo de una rata de agua que el druida no entiende muy bien, encogiendose de hombros y siguiendo a sus compañeros. Por el camino tanto él como Qüet observan todo con vivaz curiosidad, olisqueando y tocando cada cosa nueva que encuentran en el camino. El chacal no se ha separado de su amo en ningun momento y parece conocerle tan bien que siempre da la sensación de que un segundo antes de que Bohatíti se pare, el animal ya lo sepa e imite al chico.

Hecho de menos mi hogar, tan lejos de aqui y tan distinto de esta enorme ciudad en la que todo es nuevo para mi, nuevo y peligroso. Al contrario que en casa, aqui cada persona parece estar absorta en sus historias, sin importarles nada sus vecinos ni la tribu, que por cierto aqui es descomunal. Luego tendre que preguntar a alguien cómo logran organizarse para hacer las tareas mas basicas... ¿Donde cazaran para alimentarse todos? Supongo que del mar...

Al llegar al sitio llamado taberna, el joven observa el rotulo y lee mientras sonrie:

"Rata de Agua", parece que el anfitrión ha decidido poner su animal totem en la puerta, para llamar la atención de otros que compartan su vinculo. Interesante.

Al entrar descubre que el lugar llamado taberna no es mas que una casa de reuniones, algo decepcionado y llamando la atención de algunas miradas por sus vestimentas, el druida se sienta en el tosco taburete y escucha atento la historia del hombre llamdo Egil. El hombre no sólo parecía tener problemas, sino que tiene uno de verdad.

Tukerit suax, norab mistra. Le dice a su chacal señalandole con el dedo indice, que enseguida se pone acurrucado justo a sus pies.

Bohatíti mira extrañado la jarra de cerveza cuando se la sirven, dando un timido sorbo nota el amargo sabor del lúpulo en su paladar. Frunciendo el ceño la aparta un poco de sí y escucha como Moses el Poderoso pide mas oro por salvar al amigo de su amigo.

Inhaudito. Aunque pensaondolo mejor, Moses el Poderoso parece que es un mercenario, porque de la misma tribu que Egil no debe ser, por la diferencia de altura... y teniendo un apodo como "El Poderoso", supongo que tendrá buena fama y sus servicios serán caros.

Sobresalta al druida de pronto un grito de la chica sanadora, que luego se sienta y habla de ayudar por ese precio al amigo del amigo de su conocido.

Un miembro de tu tribu ha desaparecido y tu jefe no quiere buscarlo. Pero dices que es un chamán de tu dios, ¿acaso se porto mal con él o con vosotros y por eso no quiere buscarle el sabio de la tribu? Si es un chamán de dios bueno, como Lona, la chica de pelo castaño, Bohatíti y Qüet te ayudaremos. El oro no me sirve, solo el justo para pagar comida.

Dicho esto da un pequeño golpe con su lanza en el suelo de madera.

Moses se queda a cuadros cuando oye las palabras

Cita:

Oh, cielos.

Tengo que hablar seriamente con la gente de este grupo, nos van a arruinar a este paso.

Moses se pasa la mano por la cara en un gesto de indignación y prosigue él con la negociación.

Esta bien. 80 piezas de oro por cabeza, eso son...560 en total. Y las bendiciones y curaciones gratis, claro. Y necesitaremos algo por adelantado, por supuesto.

Ahora Moses vigilaba al druida, éste era capaz de liarla de nuevo y estaba dispuesto a darle una patada en la espinilla o un dagazo en la espalda, lo que fuera necesario para que no abriera más la boca. Ya se la había liado dos veces, primero la elfa y ahora el dinero.

Me quedo pensando en las cuentas de Moses, tal y como las ha dicho tan seguro no me cuadran.

- Moses, somos seis, el chacal "entra en el precio" de Bohatíti... y si este no va a cobrar más que lo mínimo con cuatrocientas ochenta monedas nos sobra incluso.

Hablo en un tono bastante inocente, dejando claro que sabe mal intentar estafar a Egil.

Moses deja caer la cabeza sobre la mesa y se da unos cuantos golpes en la frente contra ella, para acto seguido, mirar a Lorna con una expresión que en otro mundo, en otro tiempo, hubiera sido algo así como: ¿Tú también, Bruto, hijo mio?

Pero...pero...¡hay muchas cosas que necesito y que no tengo! ¡¿No lo entendeis?!

Moses se levanta de la mesa y empieza a caminar gesticulando violentamente

Necesito una ballesta de repetición, necesito materiales para el latr.... para ayudarnos a solventar obstaculos, necesitamos efectivo para sobornos, materiales para tranquilizantes. ¡¡¡¡ESO ES UN MONTÓN DE ORO!!!!

Moses seguía pero ahora ya en voz baja, más que nada para sí mismo

Y virotes, y una borriquita, y una armadura más trabajada, y ropas limpias, y ropas limpias y caras, y un porteador, y canicas, y un mazo de cartas trucadas, y tintas y pergaminos, y ...

Y asi seguía la lista

Sigh... soy un incomprendido

A Egil se le cambia la cara cuando el grupo decide aceptar, se levanta de la mesa y grita. - ¡¡¡ TABERNERO UNA RONDA DE CERVEZAS MAS PARA MIS AMIGOS !!!!! - Luego mira al Druida - Si amigo mio es una persona muy importante para mi. Os agradezco de todo corazón que acepteis a ayudarme muchisimas gracias de verdad - dice este con una cara de felicidad que era notable.

Sonrío agradecida ante la nueva invitación de Egil, la cual seguro que agradecen Jenkins y Abyl, pero que a mi me sobra.

Aunque quizás sirva para levantar el ánimo de Moses

Mi sonrisa se amplia ligeramente ante la idea, aunque lamente que el mediano tenga esa necesidad de tantas cosas materiales.

¿Quizás lo lleve en la sangre?

A lo mejor se lo pregunto algún día de estos...

Míneas respiró el aire metropólitano en el camino a la Rata de Agua con placer. Hace rato que venía oliendo peces y agua salada, pero no había podido acostumbrarse. Ahora, se sentía como en casa, rodeado de gente gritona, mercaderes gritones, mendigos gritones. Ruido.

Arribó a la taberna con entusiasmo, y se sentó en la mesa un tanto alejado del resto del grupo, con su capucha cubriendo su cabeza. Esta vez debía aislarse del barullo de los marineros borrachos para prestar atención a Egil. Oyó su problema y su propuesta atentamente, dejando que el resto hablara de negocios. Él era un hombre de libros y estudio, y no conocía el lenguaje de los comerciantes. Disfrutó su cerveza en silencio, atento a los detalles de la conversación, riendo para sus adentros al ver las reacciones de algunos de sus amigos más primitivos.

Una vez el sacerdote hubo festejado y pedido más cervezas, aguardó al camarero para llamarle la atención.

-Me preguntaba si tenían algo de tabaco por aquí. El maldito mar se tragó la mía hace tiempo-

Despues de aceptar la oferta de Egil este les cuenta lo que sabe de la misión. - "Conozco a Lucius desde casi siempre. Crecimos juntos en el templo, él se convirtió en el bibliotecario y yo en sacercdote. Hace seis años, algo extraño ocurrió. Parecia que había cambiado de la noche al día. Un día era mi amgio de siempre y al siguiente era un completo extraño. Hacía preguntas extrañas, no parecía recordar nada de nuestra amistad y trataba al templo como su propia biblioteca personal. Unos meses más tarde le descubrieron en el santuario y le expulsaron del templo. Poco después se fue de Freeport y estuvo fuera cuatro años.

"Cuando volvió, volvía a ser él de nuevo. Vino al templo y suplicó que le readmitieran, diciendo que no recordaba nada de lo ocurrido en los últimos cinco años. Thuron, el sumo sacerdote, parecía dispuesto a rechazar su petición, pero tras una reunión en privado con él cambió de opiniòn.

"Lucius regresó al templo y todo volvió a ser como en los viejos tiempos, durante ocho o nueve meses. Luego, empezó a tener mal aspecto, parecía cansado y se le veía ojeroso. Me confesó que no dormía bien. Algo le molestaba, pero no me dijo qué era. Empezó a hacer muchas preguntas sobre lo que había estado haciendo antes de que le expulsaran. El sumo sacerdote habló con él para que dejara de atosigar a todos con sus preguntas, pero Lucius siguió con ello.

"Empecé a preocuparme de verdad por mi amigo. Parecía estar al borde de la locura, como si cualquier cosa, por pequeña que fuera, pudiera precipitarle al abismo. Hace dos, no vino al templo. Fui a su casa y la encontré vacía. Los sacerdotes de mi templo no lo creen, pero yo estoy convencido de que algo malo le ha ocurrido a Lucius. Querría que descubrieran que ha pasado". - Termino Lucius despues cogió la jarra de cerveza y le dió otro trago. Su cara volvió a ser de preocupación, estaba claro que pensaba que algo malo le había pasado a Lucius.

A la espera del camarero, con una urgencia por volver a probar el dulce sabor de una buena hoja de tabaco, se reclinó y oyo. Míneas prestó atención a las palabras de Egil como si nadie más estuviera gritando y emborrachándose en ese antro. La historia del sacerdote le recordó a algunos demonios con habilidades extrañas para poseer a la gente común, suprimiendo o dominando sus mentes. Sin embargo, era muy apresurado sacar conclusiones en ese momento.

-Por lo que entiendo, usted no cuenta con el apoyo de su clero. Espero que pueda asegurarnos una paga. De otro modo, no participaré. Si es que puede, pues tendrá que permitirnos un día de descanso, ya que la vida en el mar no es precisamente relajante- Se sentó apropiadamente, dió un trago a la cerveza y se reclinó nuevamente. -Ahora, explíqueme, ¿qué es exactamente el santuario? ¿Y que hacía Lucius allí?-

Egil se gira levemente para mirar al mago - Es el templo del Dios del Conocimiento es uno de los más importantes de Freeport. Tiene una amplia biblioteca de antiguos rollos de pergamino y conocimientos arcanos que lo convierte en un imán para estudiosos y magos. Ademas de los sacerdotes, el templo emplea a un gran número de bibliotecarios, que manteinen la colección y tratan con los visitantes - Coje la jarra de cerveza y si termina el poco que le quedaba antes de continuar - Lucius era uno de estos bibliotecarios que había crecido en el templo y vivía para servirlo.-

Egil saca una bolsa con lo que parecen ser monedas, las suelta encima de la mesa - Aquí teneis la mitad de la paga 40 monedas de oro para cada uno. Y con respecto a descansar esta noche os podría llevar hasta un posada, se llama La Pluma del Estudiante, es una taberna agradable que se encuentra entre la casa de Lucius y el templo. Muchos visitantes del templo se alojan allí y no tiene la clientela grosera de la mayoría de tabernas. -