Partida Rol por web

El grupo podía ver que la ciudad tenía una gran actividad, una gran cantidad de personas que iban de un lado a otro había una gran cantidad de comercios de todas clases

Aquello era una partida de rol al reves. La experiencia de Neithan era que el rol era  de muchos personajes masculinos y muy pocos femeninos. Pensaba y recordaba su referentes roleros, clásicos para él, vamos Dritzz do urden y sus compañeros... y en ese mítico grupo solo había fémina. Pero el karma, el cruel karma había hecho que la situación fuera invertida. Ahora estaba solo ante el peligro... otra persona pensaría que aquello el paraiso o el nirvana pero con lo de Navi por medio y sin conocer a la otra gente... bueno había que centrarse en lo que había. La elfa ya le había pasado a Alice (que parecía un poco furry con esas alas) una capa con capucha. Clásico pero funcionaba. Mientras caminaban (y la caminata fue larga), iban tratandolos temas:

-Será un clásico pero habrá que buscar un sitio donde pasar la noche y cenar...una taberna vamos, suerte que tenemos algo de dinero, quizás allí haya un tablón de anuncios o podamos conseguir alguna información interesante.. ¡Venga, animad esas caras! ¿no tenéis curiosidad por saber más cosas de este mundo o de esa misteriosa dama?

Había recuperado bastante ánimo y ganas. Estaban viviendo una auténtica experiencia, mejor que un rol en vivo. ¡Podían aprender mucho de eso! Si se topaba con la misteriosa dama, pues menudo regalo para la vista ¿porque le cautivaba tanto? No la conocía, no era un dejavu, y sin embargo, esa sensación tan rara...

La joven elfa no se separaba de su compañera Ainia y de vez en cuando se giraba para ver cómo avanzaban el resto de sus compañeros, atenta para que ninguno se quedase demasiado rezagado. Haberse separado del otro grupo implicaba riesgos, por ello quería cerciorarse de que esta vez nadie se quedaría demasiado atrás.

Junto a sus giros para controlar a sus compañeros, Lymsleia solía detenerse cada pocos pasos para ver el hermoso paisaje, pero sin apenas molestar la marcha del grupo. Emocionada, observaba los campos de su alrededor. La idea de correr descalza por todo aquel lugar era de su agrado, y en más de una ocasión estuvo a punto de hacerlo.

- Ojalá tuviese mi cámara para fotografiar cada momento.- decía seguido de una suspiración.
Kyle era amante de la fotografía y por cada lugar nuevo que visitaba hacía fotos de lo que fuese: paisajes, casas, árboles, caminos, montes, pueblos, ciudades…

- Y no olvidemos buscar un sitio en el que podamos equiparnos. No podemos vivir aventuras sin nada con lo que defendernos.- dijo Lym en uno de esos momentos en los que se había girado.- Sí, yo tengo muchísimas ganas. Es como si nos hubiésemos metido dentro de un Final Fantasy. Recuerdo en la descripción de mi raza que los elfos grises solían estar acompañados de un dragón. ¿Os imagináis que tuviese uno? ¡Sería genial!

Después de una larga caminata, llego el momento en el que divisó el pueblo no tan pueblo de Ye. Lamentó no tener su cámara fotográfica. Boquiabierta, Lym abrió los ojos al contemplar la ciudad. Se había esperado una pequeña aldea con cuatro casas contadas, como sucedía en los videojuegos.

- ¿Estáis viendo lo mismo que yo? ¿Lo estáis viendo?- exclamó.- ¡Es increíblemente alucinante!

Observó además la variedad de razas que había: humanos y elfos. ¡Incluso drows! Como llegase a conocer a un drow que se llamase Drizzt y que estuviese armado con dos cimitarras, haría todo lo posible para conocerlo.

Estaba maravillada por el lugar. Las calles, la comida, las casas, las personas... todo era nuevo, y quería verlo todo, como si de una excursión de tratara.

- ¡Mira, mira, mira!.- Señalaba a cada cosa nueva que veía.- Debemos de estar en un simulador de China o algo.

Ni siquiera me di cuenta que estaba volando, de un lado a otro, mirando de cerca cada especie. Me pasaba por cada puesto*, preguntando.

- ¿Qué es esto? ¿Se come? - Tocaba todo lo extraño, curioseando.

Quería llevarmelo todo, sobre todo la comida, y hacer un festín.

Luego paré al ver a los guardias...

- ¡¡*0* wooo!!- Di vueltas alrededor de ellos, mirando cada parte.- ¿No teneis calor? Esa armadura debe pesar mucho. Tú te pareces a Mulan - Dije mirando a una de las mujeres.- y tu a Bruce Lee.- Hablaba rápido, con palabras atropelladas, pero estaba tan ilusionada que no podía contenerlo.

Al fin y al cabo, esto era como un sueño. Tantos años frente a una pantalla jugando, y ahora podía ver y tocar todo.

A Alice todo aquello no le parecía tan magnífico. No entendía nada y se sentía como pez fuera del agua, para los demás aquello debía ser un sueño hecho realidad, para ella era una auténtica pesadilla. Se envolvió con la capa cubriéndose la rubia cabecita con la amplia capucha de modo que su rostro quedó semioculto bajo ésta. Se arrebujó en el interior de la prenda y caminó en la dirección en la que los demás se movían.

Mientras avanzaban, la muchacha pensó en si el uso de la magia sería innato en ellos ¿Sabría por ejemplo crear uno de aquellos golems que se mencionaban en el texto sobre su raza? Pensó en las armas ¿Sabría defenderse con una espada? No estaba segura. Tuvo el impulso de intentar algo, pero en seguida pensó que sería mejor que no, ni siquiera sabría por dónde empezar, ni cómo podía salir el experimento con la magia. 

Por fin llegaron a la ciudad. Su visión le resultó sobrecogedora. Lo que más llamó su atención más allá de la congregación de edificios de estilo oriental, fue la gran cantidad de personas de todo tipo que se movía en todas direcciones, abarrotando las calles. 

"Impresionante" pensó, observándolo todo desde debajo de la capucha justo antes de que el hada saliese disparada, revoloteando de acá para allá, de puesto en puesto, y de persona en persona parloteando excitada y velozmente.

"Eso es. Ante todo discrección" Se dijo a sí misma la Shamjin.

Me había quedado sumida en mis pensamientos. Esto era demasiado surrealista. La verdad es que era increíble de asumir. Pero asi era. Estábamos en un juego de Rol. Y claro un juego de Rol en vivo al ciento por ciento. Y si algo tienen los juegos de rol para ser emocionantes es que son peligrosos y estan llenos de aventuras. Por que asumámoslo nadie jugaría a un juego de rol de la casa de la pradera. Todo el mundo quiere un juego de rol de un mundo fantástico donde se pueda ser la heroica salvadora, no la diestra hilandera.

-Creo que ahora mismo podemos servirnos de todos los clásicos y tópicos del mundo. Para que luego digan que el rol no sirve de nada y las matemáticas si. Comente divertida.

Mire a Lymsieia.

-Bueno reconozco que tiene su parte de emoción. Y por lo menos no estamos en juego de Tronos. Por que si así lo fuera tendríamos muchas papeletas para morir. Y si fuéramos Stark directamente apareceríamos muertos. sonreí. Pero si necesitamos armas. Mi personaje era exploradora de arco y espada. Y si tener un Dragon molaria. comente respondiendo a lo que decia.

El grupo caminaba y los hombres y mujeres de los puestos parecía que les hacía bastante gracia ver revolotear al hada, en general parecía que eran gentes abiertas. Un una ocasión un hombre que tenía un puesto con ungüentos diversos miro al hada con una sonrisa que realmente le transmitió que no quería nada bueno, pero no paso mas allá de eso.

Los guardias en cambio no parecían tan amistosos y se limitaron a no hacer caso del hada, de hecho uno de ellos dijo:

- No causéis problemas en la ciudad extranjeros

En la gran avenida había toda clase de puestos y tiendas, de comida, telas, armas, armaduras, calzado, hierbas, posadas, lugares para comer etc etc

Estaban por el buen camino.  Más o menos situados en la ciudad, dejaron hacer a la hada, que curiosea. Todos debían estar un poco así, con el mono de la novedad. Tan mal no lo habían hecho. Con aquella avenida delante suyo, que tenía un toque a bazar, podian hacerse con todo un poco, armas, víveres y alguna taberna. Él prefería una taberna que no tuviera mucha suciedad, algo medio decente. Se suponía que al final del dia, tendrían todas las cosas resueltas, que no quería decir solucionadas. Les amonestaron por la actitud de Navi. El chico, paciente, le dijo a su amiga, con algo de paciencia y calma:

-Todos tenemos ganas de ver cosas nuevas pero así llamamos la atencíon...cuando quieras algo, dimelo... ya has visto como te ha mirado ese mercader socarron...

Luego miro a las chicas, que iban un poco a lo suyo. Buscaban cosas, posibilidades de equipo. Lo que hacía el tambien, dicho sea de paso. Cuando las miraba, también miro a Lym. Conocía a Kyle en el mundo real, desde hacía unos años, de la universidad. Era un muy buen chaval, se habían hecho favores mutuos... de prestarse apuntes y cosas así. Y ahora era una elfa gris... con todo lo que conllevaba. Hablaría con ella (¿o debería decir con él?) cuando estuvieran más tranquilos. Almenos, no se comportaba como la histérica de Zaira. Entre Navi y Lym... ¿quien había salido perdiendo más?

-Bueno, primero la posada, una que no este muy sucia y sea respetable, como minimo dormir bien....y luego a por armas, a ver si tienen unos puños americanos o katares... creo que podria derrotar a algun camorrista a puño suelto pero los monstruos son arena de otro costal..

Y dicho esto, se fue a mirar alguna taberna, la que estuviera más cerca...

Sonreí cuando el rubio dijo lo de los puños americanos.

-No se yo si aquí tendrán de eso. Aunque estoy segura que si se lo describes un herrero te lo forja. Los monstruos serán arena de otro costal sin importar el arma. Ahora si peleamos lo hacemos de verdad. E imagino que si mueres aquí mueres de verdad. Por que claro. ¿Esto es tipo matrix? ¿Tenemos nuestro cuerpo por ahí? sonreí. Mejor lo dejo por que me volvería loca pensando las posibilidades. Pero si lo primero un posada y algo de comer.

El grupo no tiene que caminar mucho para encontrar una posada, el lugar se encuentra en una calle que parte de la calle en la que están tiene un pequeño patio delante de la entrada principal y el resto del edificio rodeándolo. La decoración es como la del resto de la ciudad, para ellos pareciera que están en China. Una vez entran pueden ver como en la posada también hay varias mesas con bancos donde algunas personas están comiendo tranquilamente de unos cuencos, las personas son en su mayoría de etnia asiática, aunque destacan un par de occidentales.

Cuando entran un chico rubio, aparentemente un elfo o un semielfo con un sobrero se levanta y se les acerca, el chico animadamente dice:

- Ooo vaya, que grupo más variopinto... seguro que no sois de la zona... pero si teneis con vosotros un hada y todo...

El elfo se quita el sombrero y dice mientras hace una reverencia exagerada:

- Perdonen señoritas mi nombre es Twint un placer conocerles... se les ve algo perdidos no?

El grupo puede ver como una mujer no les quita ojo, mira seria hacia ellos. Todos pueden ver como a su lado descansa un arma, parece ser una Katana, aunque parece que tambien lleva otra arma mas pequeña en el cinto

Lym tenía la sensación de estar en el mundo real, como si nunca hubiesen sido llevados a otro mundo. El tono oriental le recordaba a la de su mundo. Eran prácticamente gotas idénticas. Tan iguales y a la vez tan distintas, pues ya no eran sólo hombres y mujeres los que andaban por las calles. Otras razas como elfos o drows deambulaban con total naturalidad.

Como si fuese el mundo real. ¿Acaso lo era? ¿Una realidad de verdad y no un sueño?

Lymsleia se rascó la parte de atrás de la oreja, no sin antes tocar su oreja en forma de punta. La percepción fue real. La elfa apartó tales ideas de su mente. Ahora entendía cómo se deberían sentir los personajes de videojuegos que se hacían preguntas sin hallar la respuesta.

- Comprendo tu emoción, pero debemos actuar con cautela, Navi, no conocemos nada de la ciudad, ni tampoco a sus habitantes.

Siguiendo los instintos más básicos, pronto llegaron a parar a lo que parecía una posada, acogedora y bonita. Ni un segundo tardó en salir un muchacho a recibir al grupo.

- Encantad…da, Twint. Yo soy Lymsleia.- respondió la elfa al saludo del rubio.- Estábamos buscando un sitio para alojarnos y pasar la noche.

Lym sonrió al chico cuando acabó de hablar. Y mantuvo la sonrisa, pese anotar cómo una mujer equipada con una katana les observaba. ¿Sería alguna guardiana de la posada?

Ainia vislumbró la ciudad desde lejos y cuanto mas se acercaba más se fascinaba con su belleza innata, para una chica como ella que apenas conocía su pueblo aquel lugar era increíble. - disfrútalo, será lo más cerca que llegues a estar de china en tu vida.- Al cruzar las puertas observaba con atención a cada habitante de aquel lugar y todos los puestos de comercio, era una ciudad bulliciosa por lo que se podrían relajar un poco, era difícil que se fijaran en ellos, hasta que Navi empezó a hacer de las suyas.
Al ver a Navi revolotear de lado a lado y molestando a los guardias Ainia pensó en estrangularla, pero Katsu se adelantó para amonestarla por su comportamiento de manera mucho más educada de como ella lo hubiera hecho, lo que sació en parte sus ganas de matarla. - Dejaré que Katsu se encargue, parece que sabe tratar con ella.

Llegó a la taberna junto al resto e instantáneamente examino a cada individuo que se encontraba en la sala principal. Se quedó tras Lymsleia observando a una mujer que les miraba fijamente, parecía tener un arma envainada. -Mal asunto- De repente, una voz le atrajo, y al girar la cabeza vio como un elfo acudía a presentarse.-demasiado simpático para acercarse a un grupo en el que no conoce a nadie, ¿Qué tramara?- la confianza en desconocidos nunca fue una de sus virtudes y el tal Twint, no iba a ser merecedor de ella.

Retrocedió un paso y se quedó vigilando a ambos, tanto al elfo como a la mujer que los miraba, intentando ver algún objeto, gesto o comportamiento extraño.

Tras un rápido vistazo Aina se da cuenta que la mujer aunque les miraba no parecía tener una actitud hostil hacia ellos, más bien parecía que buscaba a alguien o algo entre los recién llegados, en cuanto al elfo notaba que sonreía bastante y se frotaba mucho las manos, lo cual hacia verle un poco sospechoso. También se dio cuenta que el elfo tenía dos dagas en su cinto semi escondidas

Tras las broncas varias de mis compañeros, decidí calmarme un poco con un sonoro suspiro.

Es un desperdecio estar en un lugar nuevo y no poder aprovecharlo.

Cada vez con un mejor manejo del vuelo (descubrí que si no pensaba en ello, lo imaginaba como unas piernas, podía volar sin contratiempos), me situé en el hombro de Katsu. Escuché la conversación que mantuvía el grupo, sobre todo en el tema de las armas. Entonces me miré las manos.

¿Armas? ¿Yo? No me imaginaba atacando con un palillo de dientes... en el peor de los casos tendría que ir a por los ojos, zona segura y efectiva. Sin embargo, esperaba poder usar magia, era lo que más pegaba con mi clase. ¿Tendría que aprenderla? ¿Comprar algún libro de magia? Lo investigaría más tarde.

Cuando llegamos a una posada, un jóven elfo rubio nos habló. Me sorprendí cuando me mencionó. ¿Acaso me escogí una raza tan rara?

- Twins...- Dije en susurro.- como la chocolatina..- Pensar en comida hizo que me rugiera el estómago. Me sonrojé, rezando para que no se hubiera escuchado.

Algo captó mi atención. Una mujer asiática no dejaba de mirarnos, seria, y con un arma cerca.

¿Será otra viajera?

Tenía el impulso de acercarme, pero sabía que, si lo hacía, volverían a regañarme, asi que opté por mirarla con una sonrisa y saludarla con un movimiento de mano.

A medida que se internaban en la ciudad, Alice se maravillaba más envuelta en aquel ambiente con olores extraños y nuevos, lleno de razas desconocidas y sensaciones atrayentes. Parecía una especie de China de otra época, un tiempo remoto, una realidad diferente pero a la que ellos pertenecían. 

La Shanjim fue relajándose oculta bajo la gruesa prenda con la que se cubría, al principio no quitaba ojo de cualquiera que pusiera su atención sobre ellos, luego -poco a poco- empezó a fijarse también en otras cosas, en los puestos, en algunos rostros, aunque sin mirar a nadie directamente, las armas, los alimentos, las telas, los objetos... No tardaron en llegar a un hermoso edificio que resultó ser una posada. 

Un chico con orejas en punta, cabello rubio y ojos claros y vivaces salió a recibirles. Alice dejó que los demás hablasen mientras ella permanecía en un discreto segundo plano y observaba alrededor, vio a la mujer que, un poco más allá, les observaba con expresión ceñuda y concentrada, pensó en dar aviso a sus compañeros, pero en cuanto vio el rostro de Ainia supo que no sería necesario.

Bueno, si que estaban un poco perdidos pero no tanto.  Cuando encontraron una posada que daba bastante el pego, cuidada limpia y no ruidosa, como que no les dio tiempo a entrar. Un elfo de pelo rubio, les llamo la atención bueno se la llamo a las chicas porque le falto poco de llamarles "guapas y macizas"... o eso pensaba Katsu. Que corte de elfo... ¿tanto llamaban la atención, aunque no quisieran? Y mira que, si quitabas lo de Navi, se habían comportado. Vamos, Alice era una encapuchada y las chicas no habían hecho nada extraño... a ver, quizás un ojo extraño viera que no tenían armas o estaban perdidos... ser no orientales no ayudaba.... pues poco más podían hacer. Katsu pensaba que no llevar armas les debía hacer menos intimidantes más anónimos... menudo chasco.

Mientras Lym, hablaba con el elfo rubiales, otra mujer callada, reservada, les miraba ceñudamente... menudas armas, una cosa que se parecía mucho a una katana y una katana más pequeña... ¿un wakizashi? No estaba muy seguro. "venga, mujer, no nos mires así que somos unos corderitos, no unos criminales", eso era lo que pensaba. Pero la mujer tenía una pinta intimidante, seria... no la miró mucho para no provocarla. Menuda labia se gastaba el rubiales. Katsu cruzó su brazos. se puso un poco a la defensiva, y carraspeó fuertemente... luego dijo:

-Lo siento... tengo la garganta seca..

Había hecho eso para romper el ritmo del elfo, su concentración y ver si vacilaba o algo... por primera vez, Katsu se mostraba un poco hosco... pero el diría que era protector...

La verdad es que parecía que estábamos en China. Todo me recordaba a ello. Aunque claro dudaba mucho que nadie aquí salvo nosotros supieran que era china o ese estilo.

Por fortuna no tardamos en encontrar una posada. Al menos podríamos descansar y aclarar ideas.

Fue en ese momento cuando se nos presentó un Elfo.

- Un placer. Soy Akesha.

En ese momento me fije en una mujer con una Katana la cual no nos quitaba el ojo de encima. Y no es que nos dedicara la mas amable de las miradas. Es mas parecía que nuestra presencia la molestara.

-Perdone twint . Sabe quien es esa mujer? Le pregunte al Elfo. Igual podía decirnos algo de por qué nos miraba asi

El elfo sonríe y dice:

- No sé, pero llevo un rato así, mirando mal a todos los que entran... no sé, si yo fuera el dueño de la posada ya le habría echado hace tiempo, porque me espanta a los clientes jejeje. Buenooo, por sus ropas es de Arisu... aunque, si os fijáis bien tiene orejas de elfa.... no sé, no sabría decir qué clase de elfa es, pero dorada o medio dorada no es eso seguro, y gris tampoco porque no veo ningún dragón por los alrededores...

El semielfo mira a todos y con una gran sonrisa dice:

- Son extranjeros verdad? por una cena puedo explicarles lo que necesiten saber de esta ciudad

Ainia al intentar fijarse más en los 2 desconocidos notó como sus sentidos se agudizaron unos segundos, consiguiendo averiguar todo lo que necesitaba de ambos. Decidió que la mujer podía esperar y que el elfo merecía ahora toda su atención.
Resopló molesta, ese tipo tramaba algo y estaba armado, no iba a dejarlo coger vuelos con ellas. - Eres una amazona, actúa como una.- En ese momento escuchó la respuesta de Akasha al elfo, absolutamente confiada con él, así que tenía que actuar rápido. - más vale prevenir que curar.- dio un paso al frente sacando pecho y apretando los dientes y los puños tratando de ser lo más amenazadora posible, iba a hacer lo que mejor se le había dado en su vida: espantar a la gente.  Apartó a Limsleia apoyando la mano en su hombro con cuidado y se encaró al elfo sin levantar la voz asegurándose de que solo le escuchara él y sus compañeros, no quería llamar la atención.
- Puede que a mis compañeras elfas les engañes por tus orejas puntiagudas, pero a mí no, yo solo veo una enorme sanguijuela esperando el momento para sacarnos la sangre.- Levanto más la cabeza sin dejar de mirarlo fijamente con desprecio, altiva- ¿Sabes lo que hacen las de mi raza con tipos como tú? los degollamos vivos y colgamos sus cabezas en los límites de nuestro territorio para que el resto comprenda el mensaje - totalmente inventado, pero le pega a las amazonas y si servía para meter miedo venía bien.- Y si te has acercado a nosotros pensando que somos unos jóvenes indefensos estas muy equivocado, si tú sabes esconder tus armas, como el par de dagas que llevas escondidas - desvió momentáneamente su mirada al cinto del elfo para que supiera que no era un farol.- nosotros sabemos esconderlas mejor.

La joven hizo una pausa tras la perorata para cruzarse de brazos aún en actitud amenazante
- Así que te doy 2 opciones: la primera es que vuelvas a tu mesa y que finjas que no hemos tenido esta conversación, la segunda opción la sabes, montar un espectáculo que nadie quiere ver en una taberna 6 contra 1, la cual no te recomendaría. Ah, y procura que no nos falte ninguna moneda porque serás el principal sospechoso y el robo para mí solo significa una cosa. - calló unos segundos para hacer un gesto dibujando con el dedo índice una línea recta frente a su cuello. Al instante cambio totalmente su actitud, dio un paso para atrás con una leve sonrisa y  levantó más la voz. - Encantada de conocerte Twint, pero no puede ser, estamos muy ocupados.

A Alice el chico le parecía un pillastre, un ladronzuelo o como quisieran llamarlo, mucha labia e intenciones difusas, incluso ella -Que no tenía ninguna experiencia en todo aquello- Lo percibía, quizá fuese por su nueva condición, a lo mejor aquel cuerpo y la raza a la que pertenecía empezaba a influir en ella. 

De cualquier modo, Ainia no tardó en tomar la palabra y en dejar claro que no eran ningún grupo de idiotas y que no iban a dejarse engañar ni engatusar por el primer espabilado que les saliera al encuentro. Disimuladamente movió la mano bajo la capa para comprobar que su bolsa con el dinero aún siguiese allí cuando Ainia aludió a las verdaderas intenciones de Twint. Sin embargo, algo de lo que dijo aquel muchacho, la hizo reaccionar de un modo un tanto extraño dada su intención inicial de no inmiscuirse en nada salvo caso de extrema necesidad.

Así, cuando la amazona hubo terminado de hablar, Alice dio un paso adelante para llamar la atención del joven rubio y fijó sus ojos azules en los de él.

- En cuanto a tu cena, permite que corra de mi cuenta - Hizo una ligera pausa para sonreír casi imperceptiblemente - Soy Alice. Un placer.