Partida Rol por web

Mysterium Crucis Magienta

Epílogo. De Vermis Mysteriis

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24/02/2015, 18:55
Narrador

 

EPÍLOGO

 

Yabiz y el pequeño Carbón, una vez habían recobrado el aliento, siguieron corriendo, alejándose de aquel terrible lugar. No paró de avanzar en toda la noche, enfundándose en su capa y gorro y apenas deteniéndose. Era el propio miedo y el terror vivido lo que le daban fuerzas para continuar, un aliento de inverosimilitud. Yabiz, en principio, avanzó en la misma ruta y dirección por la que llegó al castillo con Lotario, aunque dada la impericia nocturna, se desvió. Llegó a una pequeña aldea tras cuatro horas corriendo, trotando y caminando. Una vez allí, se percató que se llamaba, por boca de los vecinos, Breamo.

Sin darse cuenta había vuelto al lugar donde el templario centenario había localizado su leyenda y la leyenda de la cruz de Mayenza. Claro que, una vez allí, sería mejor no abrir la boca, y así lo hiciste. Observaste por curiosidad la fachada de la iglesia y vístes en su frontal el rosetón de once puntas, bien esculpido y muy bello (tal y como te lo describió tu salvador).

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Tu, sin embargo, habías visto morir al último de ellos (o al menos lo habías intuido), por lo que pasarías a ser el duodécimo protector, seguramente hasta que vendieras aquella mítica cruz.

Tras observar y pensar en el rosetón, volviste a cerciorarte de que allí no había nadie. Nadie. Ni un alma en el pueblo. Era como si aquel sitio hubiera estado así durante años, décadas. Fue en estos momento cuando viste aparecer, como de todos lados, un montón de hombres, tipos altos envueltos en túnicas, a los cuáles apenas se les veía la silueta (nada de rostro, manos o pies). Uno de ellos te resultó familiar. Era el tipo que os encontrasteis, el viejo armado.

Él se adelantó entre todos ellos, y te habló.

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24/02/2015, 19:18
Viejo armado

Será mejor que no vendas nunca esa espada -te dijo con un tono de voz grave pero conciliador-. Si: es una espada. La cruz alberga en su interior un arma de filo plateado. Empúñala en momentos de peligro, y la cruz se convertirá en la mejor espada. La cruz de Mayenza fue forjada con la plata fundida del caliz de Mayenza, el que usó Jesucristo durante la Última Cena.

Luego miró un momento a sus compañeros, diez compañeros, para ser exactos.

Yo ya estoy muerto. Aquel hombre era el Mal. Logró descubrir el paradero de la cruz, queriéndola usar en su propio beneficio...  -se refería al tipo de la piel de azul-. Seguramente te buscará, buscará incesantemente esta reliquia. No te separes de ella, no la pierdas. Ahora conoces el secreto, sólo tú. Empúñala también contra él, sin miedo alguno.

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24/02/2015, 19:20
Narrador

¡¡¡PAFFFF!!

Te despertaste.

Parecía que te habías golpeado la cabeza, pues estabas delante de la iglesia de San Miguel, la del rosetón, en Breamo.

El párroco del pueblo te ayudó a levantarte, y te dijo que te habías golpeado la cabeza tras tropezar con una de los escalones de piedra de la iglesia (que estaba semiocultos por el musgo). Las casas de los aldeanos centelleaban por dentro (seguramente con sus gentes durmiendo), y el señor cura te ofreció cobijo en la iglesia, a lo cual aceptaste amablemente.

De lo que hicieras con la Cruz de Mayenza y su Espada interior es otra historia que quizá vea la luz en otra ocasión.

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24/02/2015, 19:22
Narrador

DE VERMIS MYSTERIIS.

De Vermis Mysteriis o los Misterios del Gusano era un antiguo y perdido grimorio recopilado por Krugter Fahn, un alquimista alemán, nigromante, y reputado mago (como le conocían algunos) que se jactaba de haber alcanzado una edad milagrosa antes de ser quemado en la hoguera en la ciudad Santa de Compostela.

Fahn fue capturado durante la Novena Cruzada en 1271, y atribuyo su conocimiento oculto a estudiar junto a los magos y hacedores de prodigios de Siria durante su cautiverio. Tambien se cuenta entre los derviches libios que este viejo vidente anduvo durante un tiempo por Alejandría.

En el momento de su ejecucion por brujeria, Fahn vivia en las ruinas de una tumba preromana que se alzaba en un bosque cercano a Finisterre, en medio de un enjambre de criaturas familiares y terribles invocaciones que él mismo experimentaba. En este bosque donde los viejos altares paganos se encontraban desmoronándose en las mas oscuras cañadas, estos altares se encontraron con manchas de sangre fresca cuando Fahn fue detenido. Durante su estancia en lo que luego sería reconstruido y llamado como castillo de Vimianzo, el alquimista probaba todo tipo de pócimas y brebajes, trucos y secretos paganos y diabólicos. En sus vanos intentos por controla lo inexplicable, el mal quedó anclado allí, y sus posteriores ocupantes, la noble familia de los Ossorio, sufrieron este mal.

El grimorio, que estaba escondido en alguna parte de Vimianzo, contenía hechizos y encantamientos con los que podía invocarse una rara entidad. Concretamente a Anazareth, tesorero del infierno (que a los ojos de los hombres parece un hombre de piel azulada...).

En el capitulo dedicado a la invocacion de las criaturas familiares aparece un hechizo dedicado a la invocación de un vampiro estelar. También hace referencia a los dioses de la adivinación, tales como Padre Yig, Han el oscuro y Byatis la serpiente barbada. También habla de Nyarlathotep como el dios mas antiguo de Egipto. Existe un capitulo titulado “Rituales sarracenos” donde se revela la sabiduría de la Efreet y los djinn, los secretos de la secta de los Hashashin, los míticos cuentos árabes sobre los ghoules, las practicas ocultas de los cultos derviches, y las leyendas del Egipto oculto.

A la llegada de Yabiz, seguramente, alguien estuviera intentando recrear alguno de estos conjuros con sacrificios de animales en la propia capilla. Quién sabe si fue el propio Fahn.

 

DE LA FAMILIA OSSORIO

Los Ossorio, noble familia que hizo suyo el castillo de Vimianzo décadas atrás de la llegada de la cruz a su refugio, ejercieron dominio feudal en la comarca de los alrededores. La joven hija del señor, Don Felipe de Ossorio, era apenas una nina por aquellos tiempos, y como todas los niños, Inés (pues tal era su nombre), acostumbraba a corretear por el castillo. Pero un mal dia la niña, en una de sus alocadas carreras, decidió bajar a la cripta, tropezando en las escaleras y partiéndose el cuello en la caída.

Ante la desaparición de la niña, se alerto a todo el castillo, organizándose batidas para buscarla. Pero fue su propio progenitor, Felipe de Ossorio, el que hallo el desmadejado cuerpo de su hija, con el cuello doblado en una antinatural postura. La terrible visión fue demasiado para el, y pasando una soga por una de las vigas de madera de la oscura cripta, se ahorco. La servidumbre, horrorizada tras estos hechos, afirmaba que el castillo estaba encantado, y este fue poco a poco abandonado, a medida que las habladurías y rumores empezaban a extenderse.

Unos decían que don Felipe de Ossorio se ahorcó por no poder soportar la visión de su hija muerta, y otros aseguran, sin embargo, que las razones vendrían por algún asunto relacionado con los días previos al suceso, en los que el señor de Vimianzo ya hablaba con alguien llamado "Krugter", un tipo embozado que visitaba mucho a don Felipe (siempre de noche. Desde luego, que resucitaran padre e hija convertidos en muertos vivientes quizá fue otro experimento del mago germánico...

La Cruz de Mayenza, sin embargo, fue refugio y lugar custodio donde el último de un pequeño grupo de templarios la llevó, justo antes de que se levantaran en vida los miembros de la familia de Ossorio en sus catacumbas.

 

:: FIN ::