Partida Rol por web

Luego de caminar las largas cuadras que los separaban de su destino, llegan finalmente y por poco que se pelean por ver quien entra primero al sentir el agradable aroma del pescado cocinado de las maneras mas exquisitas que se les ocurra. Tal vez en otra situacion se habrian sentido como en cualquier otra cadena mediocre de Sushi, pero sea por el hecho de que era la primera noche en un lugar distinto o que se estuvieran muriendo de hambre, el lugar parecia un paraiso culinario para sus 5 sentidos.

Una vez adentro ven que el lugar no esta demaciado lleno ni demaciado vacio, el ambiente era propicio para charlar sin sobresaltos pero no estaba tan vacio como para que lo que dijeran llamara la atencion de nadie realmente. Encuentran una hermosa mesa para ocho personas, con bancos de bambu y una mesa bien larga. A los pocos minutos aparece la mesera a tomarles la orden.

Konbanwa! Bienvenidos a Doraku, su visita nos honra! ¿En que puedo servirles? - con una amplia sonrisa en la boca y una voz alegre

Bocanegra, mientras los demas se aseaban, ordenaban sus equipajes, y demas, aprovechó para dormir un poco asta que le avisarán de que iban a salir ya para la cena.
Cuando le avisaron salió de la cama de un salto.
La siesta fue corta pero le vino a las mil maravillas, especialmente para la noche que tenia planeada. Ahora eso si, se habia despertado con un ambre atroz.
Cogió el kubotan de uno de los bosillos de la mochila y lo guardo en un bolsillo, también cogió algo de dinero en efectivo, y volvio a convertir su pantalón en un pantalón largo, y dejo todo lo demas dentro de la mochila debajo de la cama.
Le agradó mucho la idea de ir caminando para poder estirar las piernas y para poder ir familiarizandose mas con los alrededores, fijarse en los vecinos, y en como latian los alrededores.
Una vez en el restaurante esperó a que los demas decidieran que querían para cenar, el lo tenia claro, ni siquiera necesitaria mirar la carta, niguiris de atún rojo, salmon y langostino, makis de pepino, atún rojo y salmon, sachimi de atún rojo, ensalada de algas, un cuenco de aroz, unos filadelfia rol y sake caliente para beber.

Cuando dejo las armas en casa les quito las agujas percutoras y las escondo en las costuras de la mochila.

Caminando hacia el restaurante la rubia procuró seguir con las conversaciones. Procuró andar a la altura de Wilhemina y le mostró interés por su facilidad para cambiar de acento, a ella misma la había engañado y se había pensado que era americana. 

- Bueno, actualmente yo vivo en Washington, vivo en un mar de trajes grises, y el tiempo no ayuda mucho, por sanidad mental cuando salgo del trabajo hay que desconectar, sino no se rinde 100%.- comentó casual. 

Una vez llegados al restaurante Penny se adelantó al resto ya que era la que había hecho la reserva y se dirigió directamente a la mesera.

-Buenas tardes, teníamos mesa reservada para 7 a nombre de Penny.- informó con una sonrisa. Siguió a la mesera que los llevó hasta una mesa para 8 personas, por un lado era banco y por el otro sillas. Se sentó en una silla para poder levantarse e ir al baño sin molestar a nadie y  por el medio, para así poder establecer conversación con quien quisiera permitiendo además que los más reservados pudieran sentarse cómodamente en las esquinas, como suponía.

- Si nadie está en contra, pedimos un menú desgustación y así no tenemos que preocuparnos de quién ha comido qué y que tiene que pagar caga uno. -preguntó al grupo, si nadie estaba en contra se pediría eso y sino un menú individual cualquiera. 

Durante el trayecto el aire era animado. Por lo menos Penny no ocultaba las ganas de generar un clima agradable. 

- Bueno, actualmente yo vivo en Washington, vivo en un mar de trajes grises, y el tiempo no ayuda mucho, por sanidad mental cuando salgo del trabajo hay que desconectar, sino no se rinde 100%

-Estoy de acuerdo. Lástima que no tenga mucho tiempo para eso.- Suspiró nuevamente - Mi padre trabaja en el gobierno y bueno. Cenas, cócteles y esas cosas me esperan luego del trabajo. De día soy una consultante para la plicía. De noche, la hija de un político inglés y eso, no es nada comparado con la política americana. Es mucho más formal y aristocrático. Y todos son unos pesados de nariz respingada.

El restaurante lucía muy bien. Había un aroma agradable y la mesera parecía amable.

Si nadie está en contra, pedimos un menú desgustación y así no tenemos que preocuparnos de quién ha comido qué y que tiene que pagar caga uno.

Propuso Penny. 

-Perfecto por mi- contestó sonriendo. - Mientras pidamos postre - Y soltó una risita traviesa. 

Eran las 7 pm cuando llegó al restaurante, tal cual había convenido. En la habitación había hecho el llamado de rigor a su contacto, y había repasado los datos que le dieron en el servicio secreto sobre algunos personajes de Miami que debía observar. No había descansado desde que bajó del aeropuerto, y el hambre comenzaba a ganarle, así que no había mejor plan que compartir la mesa con los otros agentes cuanto antes.

Divisó a la agente White rápidamente, no era difícil, podía verla desde la entrada hablando con la camarera. Se incorporó al grupo apenas pudo y se sentó junto a ellos. Ante el debate por la comida, asintió sin ninguna reserva, sabía que disfrutaría de los sabores de oriente. 

- Postre?- le preguntó a Wilhemina - tu primero disparas y luego cargas el arma? - si bien su pregunta era aspera, el tono de voz era ameno y su rostro se mantenía imperturbable.

Menu Degustacion entonces - Se apresuro la mesera al no ver que nadie se opusiera a la sugerencia de la rubia.

La mesera se alejo hacia la cocina y tras algunos minutos que parecian eternos por el hambre aparecio con una bandeja abundante de comida para que los 7 pudieran comer.

Artyom despues de cambiarse de atuendo por algo menos holgado se dirigio al restaurante donde estaba los demas diviso a la Agente White hablando con la mesera se disculpo por la tardanza y se sento junto a ellos no se opuso a la recomendacion de la agente aunque nunca habia probado el sushi esto era mas una oportunidad para analizar a los demas agentes.

despues escucho el comentario de la agente Wilhemina

Perfecto para mi, Mientras pidamos el postre

le parecia gracioso, no le gusto el comentario del agente crown

Tu primero disparas y luego cargas el arma?

Miro a Crown y le dijo con tono de seriedad

Digame Agente Crown le molesta algo o es que no le gusta los dulces 

Cuando Charleston le llamó para que se reuniera con el grupo le dijo que iría de inmediato, pero no fue exactamente así. Estaba terminando de hablar con su contacto y no le gustaba dejar las cosas a medias. 

Apurado por la demora supo que habían ido a comer a un restaurante japonés cerca del piso franco. Llegó hasta allí, vestido con vaqueros desgastados, una camiseta blanca y una fin camisa azul sin abotonar.

-Verá, había quedado aquí con un grupo de... ¡Oh! ¡Allí están! -dijo a la camarera que le salió al paso cuando entró. Saludó hacia la mesa y se acercó -Veo que os habéis acordado de mí -bromeó señalando el octavo asiento vacío. Sonrió de nuevo y tomó asiento-. Soy Brian Wall. FBI -comentó una vez pudo asegurarse de que nadie escuchaba-. Siento el retraso, aunque técnicamente he sido el primero en llegar. En el proyecto creyeron que sería bueno que me adelantara y reconociera la ciudad para facilitar el trabajo. Llevo un mes trabajando por aquí y... bueno ya os contaré. ¿Habéis conocido a Charleston? Estricto pero cercano, ¿no?

- Me molestan muchas cosas pero he aprendido a vivir con ellas, Artyom - dice junto antes de tomar un bocado de arroz, estaba realmente hambriento y la comida sabía bien. - a que viene su pregunta?- 

La llegada de otro agente fue una sorpresa para él, nada sabía al respecto, pero había trabajado perfectamente con gente del FBI con anterioridad, así que agradeció por dentro que ese fuera el caso. Asintió al comentario sobre Charleston aunque no lo había conocido lo suficiente como para emitir un juicio sobre él. Se hizo a un lado y dejó lugar para que se siente.

-Tu primero disparas y luego cargas el arma?- Comentó Jared.

-Digame Agente Crown le molesta algo o es que no le gusta los dulces- Retrucó Artyom. 

-Creí que como todos éramos adultos íban a entender que me refería a DESPUÉS de comer para pedir postre. Amo los dulces japoneses. - Dijo la chica con toda naturalidad pero acentuando la palabra "después" con ahínco. 

 Soy Brian Wall. FBI -comentó una vez pudo asegurarse de que nadie escuchaba-. Siento el retraso, aunque técnicamente he sido el primero en llegar. En el proyecto creyeron que sería bueno que me adelantara y reconociera la ciudad para facilitar el trabajo. Llevo un mes trabajando por aquí y... bueno ya os contaré. ¿Habéis conocido a Charleston? Estricto pero cercano, ¿no?

-Buenas noches Sr. Wall. Wilhemina Haggard. Nueva Scotland Yard. - Saludó sonriendo. -Pero no le esperábamos, el Sr. Charleston no nos comentó nada al respecto. Creo que al llegar a casa necesitaremos de una linda y larga reunión familiar. ¿No te parece Penny?

Cuando terminó de ducharse se puso el traje ya preparado y bajó a esperar que estuviesen todos listos deseando probar el sake del restaurate.

Mientras caminaban hacia el restaurante se dedicó a examinar los alrededores y a escuchar las conversaciones de los demás colo la de Penny y Mina, era de los que preferían que alguien se le acercase a hablar que acercarse él.

Una vez llegaron al restaurante esperó a que las dos damas tomasen asiento para sentarse él, porque a pesar de parecer algo serio, sobretodo se había tenido que acostumbrar a ser un caballero en las cenas y fiestas a las que ha asistido a lo largo de su vida.
 

Le pareció buena idea el pedir de todo para comer pues había tantas cosas que no sabía que pedir, eso sí, el sake estaba claro que debía pedirse.

No se metió en la discusión el postre, pues le pareció una tontería y no le implicaba a él.

Cuando el agente Brian Wall hizo acto de presencia simplemente le estrechó la mano pronunciando su nombre como saludo.

De prontó se acordó de que no pudo comprar la botella que quería y se preguntaba que harían tras terminar de cenar por si podría ir a buscar alguna licorería o algún local 24 horas que estuviese abierto.

-Bueno, la comida está estupenda, un acierto con el lugar Penny-Hizo un gesto de reverencia con la mano- Espero que estéis todos de acuerdo conmigo. ¿Habéis pensado que hacer tras la cena? Me pareció ver una tienda de 24 horas al final de una calle mientras caminábamos, así que daré un rodeo para ver que tal es la noche y pasar a comprar algo, además creo que disfrutaré de la noche, la brisa marina por la noche es fresca y me sentará bien.

Todos comen hasta el hartazgo mientras algunos de ustedes charlan conociendose mejor y otros simplemente lo hacen en silencio escuchando y observando todo. Se rien, charlan y se divierten hasta que finalmente llega la hora de irse

Es justamente gracias a esa reticencia social que ustedes dos por ser los mas atentos al ambiente se dan cuenta de una pequeña escena que se desarrolla en la trastienda del local. Un hombre elegantemente trajeado, con zapatos italianos junto a otros dos de vestimenta mas oscura y funcional pero aun asi trajeados medianamente aceptable, los tres de aparente nacionalidad asiatica se acercan al encargado del lugar y mantienen una conversacion en un idioma casi imperceptible que ninguno de uds llega a notar mas que nada por la lejania de la escena pero aun asi notan que la conversacion no es demaciado amigable. Tras pocos minutos los tres hombres junto al encargado entran por una de las puertas de la cocina que probablemente da al almacen del lugar o un escobero y no vuelven a saber mas nada de ellos.

La mesera se acerca con la cara un poco mas seria que antes pero igualmente simpatica.

Señores, perdonen pero estamos cerrando. Seran $20 cada uno

Veo que has quitado la escena de la discusión entre el dueño del local y los asiáticos así que he borrado la relación de Bocanegra.

--¿Le pasa algo señorita?-- pregunta Bocanegra amablemente a la mesera.

Si la mesera no dice nada especial, Bocanegra paga su parte de la cuenta y se despide de sus compañeros. Les dice que él ha podido dormir que no está cansado y le apetece pasear solo un rato por las calles de la ciudad para irse familiarozando con la noche de Miami.
Dicho esto se levanta y se va.

Digame Agente Crown le molesta algo o es que no le gusta los dulces 

No sería la primera vez que América y Rusia estuvieran enfrentados en la historia. La sola pronunciación del  título "Agente" había provocado un escalofrío en la rubia. 

-Ayrton...- llamó con voz grave.- Tenemos dos opciones: O no estamos de servicio y por lo tanto no le llames Agente porque no se encuentra en el ejercicio de sus funciones o estamos de servicio y estás poniendo la integridad del grupo en peligro con tu falsa profesionalidad al usar un título innecesario.- terminó muy seria y en voz baja para que sólo los de la mesa la escucharan. 

El encuentro entre Ayrton y Jared podría ser debido por una falta de interpretación, ambos parecían ser bastantes reservados y con poco sentido del humor, pero el descubrir nuestra identidad en público era una falta que no pensaba tolerar.

Justo en ése momento llegó un hombre que no había visto, decía ser del FBI y llamarse Brian, casi tuvo que reprimir un bufido exasperado. ¿El FBI? La DEA y el FBI no se llevaban precisamente bien, resultaba que el FBI era una organización de seguridad pero la DEA era LA organización de segurar ante el tráfico de drogas, los del FBI siempre tenían la manía de meter el hocico en los asuntos de la DEA. Ante su mención por parte de Wilhemina, Penny tuvo que hacer un pensamiento positivo, el chico y ella eran los únicos estadounidenses presentes, debían tratar de hacer buena pareja y dar lo mejor de sí, el espíritu Americano era lo más importante. Había visto dos cosas buenas en él, había sido discreto y ya se conocía la zona pero...

- Un placer Brian, yo soy Penny.- dijo con una de sus mejores sonrisas.- Sino te importa me gustaría ver tu placa, la mención de Charleston no te legitima como Agente.- le dijo bajito, no tenía caso de hacerse pasar por civil, algunos ya se habían presentado como Agentes, así que si era una especie de infiltrado ya sabía dónde se encontraba. Una vez verificada la placa, levantó su copa de vino blanco y brindó por el nuevo Agente. 

Cedió su Dorayaki a Wilhemina, y cuando la mesera llegó dejó encima de la mesa 25 dólares y se levantó para ir al baño. Cuando volvió, todos estaban recogiendo para irse, así que salió del local.

Saco el dinero de mi cartera, pago mi parte y dejo una modesta propina.

-Bueno, lo dicho voy a ir a la tienda que he mencionado, si a alguien le apetece ir por mi perfecto.

Acto seguido me levanto y me despido educadamente de la camarera que nos ha atendido.

Al salir a la calle noto como a bajado un poco la temperatura y corre una suave brisa marina, que bien se siente.