Partida Rol por web

Mientras caminan entre los arboles…

Los bosques densos son un paisaje frecuente en la parte norte del País de la Hierba, donde hace frontera con las naciones de la Cascada y del Fuego. Más hacia el centro el terreno es de campiña, pero en esta región donde abunda la humedad, la vida vegetal se desarrolla exuberante.

El equipo se mueve ahora hacia el Sureste, luego de recibir una comunicación del cuartel general. Una de las comunidades de la zona los necesita. La aldea de Koani, un pequeño asentamiento no muy lejano a su posición, había enviado un breve y desesperado mensaje solicitando ayuda en horas de la noche. Luego, la comunicación se perdió. En estos momentos, es una misión de clase A restaurar la comunicación con la aldea, asegurar a sus habitantes y definir la amenaza.

Koani podría ser un punto estratégico importante, al estar en cercanías de dos fronteras, pero dado que no cuenta con ningún rasgo o ventaja defensiva ha quedado olvidado para los militares. La aldea se estableció oficialmente hace tan solo un par de décadas, como un rancho de agricultores al principio, que luego creció hasta ser una pequeña comunidad, donde viven aproximadamente medio centenar de personas. Actualmente se realizaban trabajos de deforestación, con el fin de ampliar la capacidad tanto de cultivo como de habitantes.

Recientemente habían tenido algunos problemas con bandidos inmigrantes, que tomaron parte de sus cosechas. Un equipo de entrenamiento estaba en la zona, un joven Jonin de nombre Hamachi y 3 genin de reciente egreso, Ramio, Valea y Osha, para hacerse cargo de la seguridad y resolver el problema. La autora del mensaje parecía ser esta última muchacha. 

No hay más datos desde el cuartel, ni hay necesidad de comunicarse hasta llegar. Otro escuadrón ha sido despachado desde el sur, pero están varias millas más lejos, así que incluso a marcha forzada llegarían recién mañana. Ustedes son la unidad más cercana y por ende, la misión es solo vuestra…

Ojala estén a la altura, pero de momento van hacia lo desconocido.

¡Apuesto la comida!

No sé los demás, al menos yo he venido hablando en voz alta al respecto. Una y otra vez, con la voz ligeramente ronca casi que astillada, atravesada por algún tipo de rastrillo; pero gruesa y varonil, como gruñidos:

El que gane paga la cena de los demás. Si sobrevivimos... JAJAJAJAJAJAJAJA. 

Camino tranquilo con la vista serena en los cielos. Es un gesto alegre y vital sin dejar de ser solemne, dominante en la altura de mi cuerpo. El aroma de la zona es mejor que en cualquier lugar de nuestra aldea porque no sólo huele al estiercol del ganado. Acá hay flores muy diversas, coloridas y olorosas. Kamelia, Kiku y Lirios. 

Sigo hablando a los demás- Lo evidente nunca es la causa. No es un ladrón, ni nada parecido. Seguro que tampoco es por amores o envidias, o cosa de alguna otra aldea. Digo lo que no es. Bueno, no digo nada, porque sólo quiero hablar un poco, sin decir nada. Sólo divago mientras huelo en el camino. Al final, todo se reducirá a algo que no podemos predecir ahora mismo.

¿Cómo te preparas para algo que no conoces ni podrás conocer? Así es el futuro. Así es lo que nos depara.

¿Qué es lo que queda al final? ¿Cuál es la pregunta?

Jamás tengo respuestas y tampoco pretendo tenerlas. Ahora sólo quiero oler y divagar. Me quiero perder en los aromas desconocidos que conozco. Siempre hay nuevos secretos en las flores y la humedad. La lluvia anuncia su beso inoportuno, que oportunamente llega en los ríos para dar de beber a las plantas que ahora mismo me hacen perder de mis ojos en un horizonte que no existe.

Al final sin la lluvia no habría discusión de nada. Por ella se cambia el cauce de los ríos y la gente pelea. Salvo cuando comen bien, o cuando orinan a tiempo. Por eso no sé cuándo lo inoportuno es inoportuno.

No sé nada salvo lo único importante. 

Okazaki saltaba de rama en rama de un árbol a otro siguiendo el ritmo del grupo. Trataba de concentrarse en no resbalar y abrirse la cabeza pero la perorata constante de Sunauto se lo hacía difícil.

- Claro que sobreviviremos.-Dijo en contestación al chico de ojos felinos. Le hablaba en un susurro quedo, para ver si captaba que era mejor hablar bajito. Su analítica mente se encontraba segura y confortable en la rigidez de los procedimientos.- Sólo es una misión de tipo A: 1.-restaurar la comunicación con la aldea, 2.- asegurar a sus habitantes y 3.-definir la amenaza. Nada más. - Ni menos, pensó tratando de dar una explicación al extraño mensaje de aquella genin, Osha. Poco a poco iba conociendo a Sunauto y su impredecible comportamiento le hacía la vida más difícil. Una variable que no podía controlar.- Debemos ceñirnos al plan establecido. El futuro no se puede predecir Sunauto, pero con tiempo y considerando todas las variables posibles, podemos anticiparnos a los acontecimientos más probables.- Miró a Hiroto con cara de preocupación. Le conocía de mucho tiempo ya y se sentía cómoda trabajando con él, al contrario que con Sunauto. Miró hacia atrás asegurándose de que Nadeshiko les seguía sin problemas.- Avancemos un poco más antes de volver a repasar el plan.- Okazaki podía resultar muy pesada a veces. Le gustaba tenerlo todo bien atado, sin cabos sueltos.

Hiroto observaba con una sonrisa el comportamiento de sus dos compañeros mientras caminaban por el bosque de camino a la aldea de Koani. "Son como el agua y el aceite." Pensó para sí. -Me temo que Oka tiene razón, Sunauto. No podemos llamar tanto la atención y mucho menos estando tan cerca del lugar de la misión.- Intervino finalmente para hacer ver al explorador su descuido.

Como estratega del grupo, Oka se puso a enumerar los diferentes objetivos a cumplir para llevar a cabo la misión. Conocía a Oka desde que llegó a la aldea oculta de la Hierba y confiaba en ella. -Bien, tan solo falta establecer el acercamiento a la aldea.- Hiroto adoptó una pose reflexiva. La llamada de ayuda que los había llevado hasta allí no revelaba nada preciso acerca de la situación de la aldea y eso suponía una desventaja para el grupo. -Lo más sensato sería observar desde una distancia prudencial por si detectamos cualquier movimiento sospechoso.- Dijo al fin tras mantenerse unos instantes en silencio. -Sunauto, quizás tú puedas avanzar por delante de nosotros y obtener más información de los alrededores del poblado. Eso sí, procura no apostarte la comida con ellos.- Añadió como pequeña broma cuando le propuso la tarea al explorador. 

Si no es con ellos, lo haré contigo -Respondo al capitán del grupo con tono afable y amistoso tras asentir aceptando la tarea que me encomienda, antes de trastocar mi gesto a una malhumorada versión mía al mirar a la kunoichi. 

O contigo -Sigo con la charla que venimos sosteniendo mientras puedo, antes que tenga que marchar. 

Desafiante y quizás herido en el orgullo se define en mi rostro áspero una ligera mueca de malestar -por demás deliberada-, que sin embargo no perturba mi oscilante movimiento entre las hojas, aun tranquilo, fresco y grácil como una pluma al viento.

Jamás podrás considerar todas las variables posibles... "Menos si se trata de una misión de rango A". -Susurro irónico- Pero si crees que sí, deberías apostar conmigo a que lo que sea que haya roto las comunicaciones, la tal amenaza, no tiene nada que ver con ladrones o un conflicto entre aldeas. 

De nuevo es el aroma a flores lo que corta el aire. Lo endulza, lo embellece. Y me rindo a la verdad que quiero mostrar hacia fuera, con una enorme sonrisa sincera y fraternal; como si nada hubiera pasado, como si nada se hubiera dicho. 

Por lo demás, confía en que de los dos sólo yo sé cómo moverme en silencio haciendo todo el ruido del mundo. Me toco la nariz en medio de la paradoja filosófica del sonido que nadie oye. Y le pico el ojo en son coqueto.

Nadeshiko se había quedado más atrás del grupo, con la radio de chakra en las manos chequeando si no había llegado otro mensaje importante pero nada, estaba en silencio, mientras tanto sus compañeros tenían una curiosa conversación de como debían enfrentar esta misión clase A. La chica pasó su dedo indice por sus labios, suavemente y jugó un poco con la carnecita de su labio inferior estudiando el plan que el líder establecía.

- que no aparezca una ardilla en tu camino - le dice con una mediana sonrisa a Sunauto con el que tenía una relación de mayor confianza y se permitía esas licencias, pero de todas formas le complicaba algo profundamente, que el jonin al que irían a ayudar no sería otro que Hamachi, aquel chico que no perdía la oportunidad de ser un impertinente. Mordizqueo su labio inferior de nuevo,  y se acercó a un árbol.

- el futuro no puede ser predicho pero si puede barajarse las diversas posibilidades y anticiparse - se apoyó en el árbol  "si fuera tan simple como Okazaki  dices, no nos hubieran enviado, debemos tener conciencia que puede ser una gran trampa" se dijo así misma, y se giró hacia sus compañeros, en especial a Sunauto - considera que deben estar esperándonos, así que debes ser el doble de sigiloso hasta dar con los chunin o Hamachi, que nos enviaron el mensaje-  abrió mucho sus ojos color turquesa  y observó a su alrededor, estaban bastante cerca ya de la aldea.

- Hiroto, nosotros deberíamos buscar trampas, ¿no crees? - sonríe, y se apoya de nuevo en el árbol jugando con esa  postura algo infantil que a veces tomaba, echando mano a su condición de ser la más pequeña del grupo.

- Yo puedo ir con él Hiroto.- Los ojos de Okazaki reflejaban una firme determinación. Alguien tenía que controlar al contradictorio ninja. El reconocimiento consistía en recabar información. No quería que Sunauto tuviera el impulso de acabar la misión precipitadamente y tratara de hacerlo solo. Para estimularlo trató de jugar a su mismo juego. - Veamos quien hace menos ruido, Sunauto. Te seguiré a una distancia prudencial.- Dicho eso, Okazaki sacó unas agujas ninja y comenzó a impregnarlas en unos pequeños tarros que manipulaba con extrema precaución.- Vosotros andaos con pies de plomo.- Dijo haciendo referencia a las trampas de las que hablaba Nadeshiko.- Si hubiera algún problema yo me encargaría de daros aviso.- La noche estaba cayendo pero las pupilas de Okazaki se expandían para captar toda la luz de la que eran capaz. Desde el incidente, habiendo pasado bajo tierra todas aquellas penurias, su vista se adaptaba mucho mejor que la de la mayoría ala oscuridad.

Hiroto asintió al escuchar a Oka. Tanto ella como el excéntrico explorador eran los más indicados para hacer de avanzadilla, uno por sus dotes de infiltración y la otra por su capacidad de estudio del terreno.

-Vale, pues nos dividiremos a partir de aquí. Nadeshiko y yo seguiremos este camino hasta que tengamos el pueblo a la vista. Será entonces cuando nos reunamos y, según la información que obtengáis, decidiremos cómo actuar.- Poco más podían hacer en esta situación, pues conocen muy poco la situación real de Koani. Como bien había mencionado Sunauto, cabía la posibilidad de que fuesen algo más que bandidos los que ocuparon el pueblo. Así que tendrían que extremar precauciones para no correr el mismo destino que Hamachi y los demás...

Burlona. Así es mi mueca.

¿Esa es una apuesta? Por supuesto que no. No lo es. Vaya premura con que evalúas a los demás. 

En el fondo es un gesto prudente, calculado y manipulador. Es tu forma diplomática de decirme que me calle para enfocarme en nuestra misión. Lo entiendo después de todo. Quizá si yo hubiese sido criado en otras circunstancias intentaría algo similar con alguien como yo.

En verdad me da lo mismo, las variables inconmensurables están ahí aunque nadie hable de ellas. No podremos escapar de las coyunturas y de la posibilidad. ¿Acaso ésto no es un ejemplo? Puse a girar la rueda y la fortuna nos ha sonreído como pareja de exploración. 

Así es todo. Un comentario inocente sin más pretensión que la de distraer un poco, ¿y cómo predecir el resultado? Ahora tú y yo iremos a explorar juntos. 

Y me parece perfecto. En las cercanías seré tan evidente, tan público, que haré silencio en medio del ruido. De lejos tú observarás, en la distancia de tu propia óptica certera y precisa. Cuán impredecible es el futuro, que con ansia espera a alguien que como yo entienda la entropia, y como tú la lógica. Entraré directo por la entrada principal. 

Hiroto -Digo serio y con determinación- si me quieres para ésta misión, una opción es confiar en mis métodos. La otra es desconfiar de mi y no enviarme. 

Mis métodos son...

Lo importante no es pasar desapercibido; todo lo contrario. Ya que iré con alguien más, alguien que "no hace ruído" -le guiño un ojo a Okazaki- haré evidente la llegada de un ninja, yo, sin que sepan que en verdad somos dos.

Forzaré reacciones entre la gente, no dando duda de que he venido por los míos. Okazaki y su aguda mente observará los patrones de respuesta en la multitud, aquello que no pueden ocultar más que con el silencio; para ver finalmente de entre ellos quién sabe algo. 

La información no la obtendremos por lo que nos cuenten. Nuestra fuente de conocimiento será lo que ellos nos ocultan, la entropía de sus cuerpos, su comportamiento como comunidad. Ellos mismos delatarán en medio del temor o de la codicia el camino que habremos de seguir.

Si algo atacó a los de nuestra aldea, nos estará esperando. A todos. Si me ven sólo no actuarán aun, y no podrán contener la serie de reacciones de entre la gente. 

Corto la intervención abruptamente apresurándome con una risa burlesca. Jajajajajaja, o puede que nada de eso ocurra y me toque improvisar.

Nadeshiko pestañeo unas cuantas veces viendo a sus compañeros deliberar sobre que hacer, la chica rodó los ojos, y se puso detrás del verborreico de Sunauto, y colocó sus manos en sus hombros  empujándolo hacia la aldea.

- basta de cátedra, que no estamos en clases, tantas chácharas y ya estaríamos muertos -exclama y pasa su dedo por su nariz - ya ir y volver rápido, - se gira hacia Hiroto  con sus manos en su cintura - vamos capi, observaremos en la cercanías, vuelvan a este mismo lugar, es sólo un movimiento de avanzada, nada más - de hecho par ella, solo debería ir uno, ver que sucede y volver nada más, porque si era para hacer la misión, mejor que fueran todos.

- shu shu.. que no tenemos tiempo que perder - les guiña un ojo y se pone al lado de Hiroto.

Hiroto endureció su expresión al escuchar el plan de Sunauto. -No voy a permitir que te expongas de esa manera sin saber qué es lo que ocurre en esa aldea.- Las palabras del shinobi sonaban duras y contundentes. Tras graduarse por fin en la escuela ninja, Hiroto se propuso proteger a los habitantes de su tierra y eso incluye a sus compañeros. Comprendía que habrían ocasiones en las que esa filosofía no sería aplicable, pero no permitiría a nadie jugar con las posibilidades y arriesgarse de manera tan gratuita.

-Tan solo haced una ronda de reconocimiento.- Añadió. Luego se mantuvo pensativo unos segundos. -Pero me has dado una idea... Nos reuniremos donde ya hemos acordado y una vez allí discutiremos la manera de actuar. ¡En marcha!- Dijo para apremiar tanto a Oka como a Sunauto para que se diesen prisa en partir. Por su parte, él y Nadeshiko continuarían por el camino que tenían pensado tomar desde el principio.

Una caricia se camufla en un empujón, pero es caricia al fin y al cabo. Inmediatamente sé que es ella.

Vuelvo sobre mi espalda con el rabillo del ojo y suelto un gesto amable. Soy su cómplice que sonríe, porque quién si no ella sabe la verdad. No expongo un plan en realidad. Sólo me doy la licencia de hablar de las cosas que me gusta hablar con cualquier excusa; de lo incierto, de lo efímero. 

Ya pasaron las ardillas, ¿las vis...? De nuevo empuja tras de mi. Sabe que con más oportunidad seguiría hablando de lo mismo una y otra vez. Es mi obsesión.

Nadeshiko Aoi. Qué aguafiestas eres, dulce rosa con espinas- Capitán Aizawa, jamás me atrevería a tal cosa. Dejo en el aire un hálito de picardia. Regalo un poco de duda aunque sé que haré las cosas como se me han ordenado.

- Vosotros acercaos con todas las precauciones posibles.

Okazaki guardó primorosamente las agujas envenenadas y sin más salió como una exhalación hacia la aldea de Koani. Con un gesto de las manos, que ya había ensayado con los demás, le dijo a Sunauto que rodearían la aldea sin entrar en ella.  Un vistazo rápido para descartar emboscadas o rastros de huída de algún grupo agresor. Tras unos momentos dejó que el explorador la adelantase para convertirse en su sombra.

Rapidamente, el grupo se divide en las cercanias de la aldea, para comenzar su aproximacion. Por un lado, Sunauto y Okazaki avanzan entre los arboles dando un rodeo, buscando revisar el perimetro, mientras Hiroto y Nadeshiko se dirigen directamente hacia la misma, aunque sin entrar...

A medida que se van aproximando, es notorio que esta zona todavia se encuentra demasiado inhospita. El bosque no afloja en densidad incluso cuando deben estar a no mas de unos cientos de metros de la aldea. Es una vegetacion muy densa, que impide ver bien a mas de 50 metros adelante. Si todo el pais fuera así, quizas seria mejor que fuera el pais de los Bosques, en lugar de la Hierba.

Pero un fuerte aroma que no se corresponde con la naturaleza, va haciendose mas fuerte a medida que recorren los uiltimos metros. Un aroma que en ambos jovenes del team Huerfanitos trae desagradables memorias.

Madera quemada. Mucha, madera quemada. 

Mientras se desplazan en el denso panorama del bosque, van cayendo en un leve problema. Es imposible ver la aldea sin salirse de los arboles. Por alguna razon, la vegetacion sigue siendo enormemente densa incluso estando tan cerca de la misma, y mas alla de unas decenas de metros todo es el mismo laberinto de troncos... 

Esto no quita que sus otros sentidos esten funcionando bien, y lo que capten no resulte muy bueno. Muy pocas aves, y ningun animal de a pie... La zona esta casi abandonada. 

En eso, tras unos arbustos, les llega un desgradable pero familiar aroma. No les cuesta nada descubrir su origen, puesto que vuestro paso asusta a los pocos pajaros que almuerzan alli.

El cadaver de una mujer, tirado en el suelo entre las hojas...

Si todo fuese bello. Si nada nos sorprendiera. Me detengo. Bestias debieran correr y los surcos imaginarios de la orientación en senderos abrirían la tierra al frente. Nada de eso ocurre. La ausente vida en medio del vigor colorido de la humedad habla mucho sin voz. La tierra parece enferma, o al menos manipulada; es una carcelera. Es selectiva al escoger su presa reclamando la muerte.

Hiede. Apesta. Algunas aves comen, pero los demás animales se niegan a asomar su rostro. Sienten algo que escapa a nuestra verdad.

El cuerpo que ha muerto es evidente, ¿pero será su muerte la única importante? ¿Será una muestra de algo más grande e importante que apenas da señales de existir?

Abro mis ojos felinos desde la rama donde observo en las alturas, proyectando el iris en una lejanía que trasciende el espacio, a la profundidad del intelecto. Profundizo al orden en medio de éste caótico escenario de muerte, paradojicamente en medio de tanta vida.

Okazaki podría investigar el cuerpo. Ella es mejor que yo con la anatomía humana, cualquiera lo es. Verifico que no hayan ojos alrededor capaces de observarnos y hago las señas pertinentes para solicitarle que inspeccione el presunto cadáver; con cuidado. Sospecho de algún veneno en la tierra al nivel del suelo. Seguro ella sabrá mejor que yo qué es lo que ocurre; y que no nos podemos demorar en ésta posición. Los pájaros han salido en vuelo, avisarán que algo se mueve donde nada más que ellos debiera hacerlo.

Sigo de largo para verificar qué tan reincidente es la ausencia de animales que no vuelen, qué tan inusual es el comportamiento de la flora y fauna local. Depredaré lo oculto, veré lo inconexo y sabré desde dónde hay un peligro potencial. En mi camino evito ahondar más allá de éste punto al interior de la aldea. Eludo adentrarme más en el muro aparente de troncos tan inusual, propicio para trampas enemigas.

Okazaki se acercó ante las señales de Sunauto. Encontrar un cuerpo con aquella facilidad no indicaba nada bueno. La aldea había sido atacada. Se arrodilló junto al cadáver y extremando las precauciones se dispuso a examinarlo. No era Nadeshiko, pero tenía pequeños conocimientos en medicina. Su cara de preocupación lo decía todo. No le gustaba nada todo aquello.

Pobre chica, al menos no la enterraron con vida.

El examen es muy extraño. Dentro de tus modestos conocimientos, no ves ninguna herida letal. Aunque tiene golpes, y laceraciones menores (los pajaros hicieron su trabajo, especialmente en el rostro) no hay nada fisico que sea la causa de la muerte de la muchacha. Parece que solo cayo muerta. Igualmente eso no descarta otras alternativas, como algun veneno o jutsu, pero no tienes los medios para probarlo solo con un examen a simple vista. 

Esta muy fria. La muerte no es reciente pero tampoco distante en el tiempo, probablemente durante la noche...