Partida Rol por web

Transcurre el año 1983. Nazarene’s Lot y sus alrededores están incluidos en un proyecto para la construcción de un embalse. Se ha cercado el área que abarcará el futuro embalse, y sus carreteras están cerradas al tránsito desde hace unos meses. Según el USBR (United States Bureau of Reclamation), la zona está completamente deshabitada.

El nuevo proyecto del Embalse Brooks ha requerido que la empresa constructora y la autoridad municipal hayan reunido a un grupo de profesionales en diversas materias para hacer un estudio del terreno. El grupo es enviado al norte de Boston, en el interior del condado de Massachussets, con la intención de recabar toda la información histórica, documental y topográfica de Nazarene’s Lot para planificar su destrucción.

El camino hasta el pueblo está lleno de socavones y grietas. A ambos lados de la carretera se extienden grandes prados y arboledas. El único signo de civilización es la señal de carretera cortada en la zona donde está proyectado construir el Embalse Brooks.

La acción comienza con vuestra llegada de los personajes al desolado pueblo de Nazarene´s Lot, a media tarde. De la vieja localidad solo queda en pie la calle principal bordeada por ruinosas casas de piedra, literalmente engullidas por la naturaleza del entorno. Se percibe un olor a carne descompuesta que parece emanar de las flores. Nubes de mosquitos cubren el silencio con sus zumbidos. No se ven cables de teléfono ni sistema eléctrico. Y para mayor inquietud, tenéis la extraña sensación de ser observados a cada momento. Os han ordenado comenzar desde la plaza central.

En ella hay una gran estatua de piedra que representa un tocón de árbol de enormes dimensiones, con un hacha clavada en su base superior. El hacha tiene algo de óxido en su hoja, que impregna el tocón con un color sanguinolento.

Tras un largo viaje había llegado a mi destino, mi próximo proyecto laboral me esperaba, tenía bastantes ganas de darle comienzo, parecía una obra importante, y estaba al cargo de bastante, podía ser importante para mi carrera profesional, así que allí estaba, dispuesta a hacer un gran trabajo.

Al bajar del coche y poner un pie en aquel desolado pueblo hay algo en el ambiente que parece estar muriendo, arrugo la nariz ante aquel desagradable olor y sacudo la cabeza intentando hacer que desaparezca, aunque no tengo mucho éxito en ello. Suspiro y me pongo manos a la obra, hay mucho que hacer, mucho que documentar y no tenemos todo el tiempo del mundo.

Miro de reojo a mis compañeros, se suponía que son profesionales en sus campos, al igual que yo, así que quizás lo primero que debería hacer era informarme un poco acerca de ellos.

Les tiendo la mano mientras me presento.

- Gloria Mendez, arquitecta, para cualquier cosa que necesiten.

Al bajarme del vehículo, después de estar de un lado para otro durante todo el camino, lo primero que hago es estirarme, agarrar mi espalda para disminuir el dolor por el viaje. Noto como todo está en ruinas, y pienso que cuando antes terminemos el trabajo, más pronto nos iremos y más pronto me pagarán por ello. 

Veo el gesto de Gloria y al presentarse, le devuelvo el saludo y me presento con los demás.

- Huele bien, no? Un gusto, yo soy Frank; vamos a convertir estas ruinas en algo útil y entre más pronto comencemos, mejor.

- Creo que lo primero es poder montar un sitio dónde poder dormir y para que no nos molesten los bichos ni el olor. Por cierto, soy yo o nos están observando?

Miro a todos lados como buscando a alguien o algo...

El viaje había sido accidentado y el escenario con el que nos encontramos desolador, la verdad que ni el olor ni el estado del lugar me inspiraban demasiado para realizar un buen trabajo pero con un poco de suerte la sacristía estaría en mejores condiciones.

En cuanto escucho a Frank no puedo evitar sonreír al decir lo siguiente -Te he mandado que seas fuerte y valiente. No tengas, pues, miedo ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.- Tras terminar la cita le tiendo la mano a Gloria mientras me presento. 

-Pueden llamarme Arnold y me especializo en el área de la Antropología, encantado.

Estaba cansada, había recorrido ya bastantes kilómetros y practicado el arte de esquivar socavones. Aun así me impulsaba el entusiasmo por este trabajo tan intrigante. Pocas veces (o ninguna) había trabajado en un lugar tan hediondo y tan desolador.

Veo la actitud de mis compañeros y me entusiasma, así que sonriendo me dirijo a ellos.

- Hola a todos. Encantada de conoceros. Mi nombre es Sharpay -les tiendo la mano y continúo-. Tendremos que ver si es viable construir el embalse en este lugar.

Observo los gestos de mis compañeros, escucho a Frank y los miro.

- Creo que todos nos hemos dado cuenta de las condiciones -Agito la mano frente a mi nariz, señalando el aroma. - Este olor... Esta cantidad de insectos... Podrían señalar algo putrefacto. -Y con gesto de preocupación añado: - Debemos hacer una buena evaluación compañeros, podríamos poner en riesgo la salud de personas humanas.

Discretamente, por si alguien nos observa, miro a mi alrededor buscando pistas, buscando algo vivo o muerto, algo que pudiera indicar la presencia de alguien por la zona. Presto atención a la estatua de la plaza, tratando de encontrar inscripciones, el grabado de alguien, cualquier cosa.

Escucho a Frank, asiento y hablo a mis compañeros.

- Frank lleva razón, no podemos descansar aquí en medio. ¿Alguien sabe si hay un lugar cercano donde hospedarnos? -Toco algo en mi bolsillo. - Tengo la llave de la sacristía, supongo que estará deshabitada como el resto del pueblo.- Miro a Arnold. - Si Arnold, persona de fe, lo considera una buena idea podríamos pasar allí la noche.- Miro a Gloria. - Gloria podría indicarnos si el edificio está en buenas condiciones. ¿Qué os parece?

Escucho a mis compañeros presentarse mientras no dejo de observarlo todo a mi alrededor, definitivamente íbamos a tener mucho trabajo.

- ¿Qué? Oh, sí claro, puedo encargarme de eso, - si al tal Arnorld le parecía bien o no, la verdad es que me importaba bien poco -  la verdad es que pensaba que nos alojaríamos en algún sitio... agradable, pero en fin, el trabajo es el trabajo. Me daré una vuelta por el edificio y os informaré. Si alguien quiere acompañarme, ya sabe. 

Les doy unos minutos por si alguien quiere venir, y sino me iría sola.

Todos los participantes en la empresa de descubrir problemas para la realización del embalse están motivados para ello. Tras las salutaciones iniciales, todos trataron de percibir en los demás algo que les permitiera conocerse un poco mejor, pero el pragmatismo se impuso inmediatamente. Quedaban aún muchas horas para la noche, pero no tantas para la puesta de sol y parecía imperativo tener algún sitio al que regresar en caso de que la noche se echase encima. No era ese el plan que sus superiores tenían en mente: medio día era suficiente para la recopilación de todos los documentos de interés y la exploración del lugar.

A pesar de las palabras tranquilizadoras del padre Flaherty extraídas de memoria del Libro de Josué, Frank Gambetta no podía quitarse de encima la desagradable sensación de estar siendo observado. Miró a su alrededor y pudo ver las casas de uno o dos pisos, vacías, desvencijadas, ajadas por el tiempo, desde donde podría ser un buen sitio para contemplar a los desconocidos que se acercasen o incluso planificar una emboscada. Y es que, como ya se sabe, la imaginación es un caballo desbocado y una vez que se le da rienda suelta, no hay forma de detener su galopar. Desde el centro del pueblo, donde se encontraba la estatua, había un buen camino a pie hasta la sacristía.

Pese a ser evidente para todos, la señorita Wong es la única en mencionar el desagradable olor que flota por el aire como si fuese parte de la brisa del lugar. De hecho, lo es. Y si hay una gran cantidad de materia en putrefacción, es evidente que las aguas que se concentren en ese lugar quedarían contaminadas con mortales resultados para la flora, la fauna y la población humana. Podrían ser descontaminadas, claro está, pero el comienzo sería desafortunado. La existencia de cementerios, túneles, grutas y cualquier cosa que no haya sido exhaustivamente registrada e indicada en papel podría suponer el fracaso del proyecto. ¿Habría tiempo suficiente?

Tras anunciar su intención de ver la viabilidad de la sacristía, pero al comprobar sus papeles, decide pensarlo un momento antes de ir sola. Se trata de un lugar, tanto la sacristía como una iglesia. La primera se encuentra fuera de la zona de casas de Nazarene’s Lot, mientras que la segunda se halla cruzando un puente de madera cubierto. Ambos parecen puntos de interés y ambos van a ser anegados por las aguas del embalse. Apenas ha levantado la cabeza del papel cuando tiene la impresión de que una figura de apariencia humana y un tamaño no muy grande ha cruzado una calle en penumbra para esconderse tras una esquina.

¿Qué demonios ha sido eso?

¿He visto algo?

No puede ser...

Una serie de fugaces pensamientos cruzan mi mente, sin embargo, no me atrevo a pronunciarlos todos en voz alta, no quiero que piensen que soy una loca, ya de buenas a primeras.

- Esto... ¿viene alguien entonces? -no me apetecía mucho ir hasta la sacristía a mi sola, no después de aquello que no estaba segura de si lo había visto o no, así que mientras seguía mirando los planos que tenía en mis manos, esperé a ver si alguno de ellos se dignaba a acompañarme...

Te has percatado del movimiento que ha realizado Gloria Méndez y has llegado justo a tiempo de ver desaparecer tras una esquina una sombra pequeña, del tamaño que podría tener un niño que estuviese escondiéndose de un grupo de adultos. Por supuesto, también es muy posible que se trate de otra cosa, como un animal de gran tamaño, y que la escasa luz que entra entre los semiderruidos edificios de Nazarene's Lot te ha impedido verlo con claridad. De reojo miras al grupo y ni Gambetta ni Wong parece haberse percatado de nada.

Ante la disposición de Gloria me ofrezco a acompañarla. - Yo podría ir contigo, creo que podremos guiarnos bien con ese mapa.- Pero observando el mapa que Gloria tenía entre sus manos, me doy cuenta de que el camino a la sacristía es largo y añado. - Vaya, parece que hay un buen paseo y estaríamos lejos de muchas zonas que debemos evaluar. Aunque podríamos movernos en coche.

En ese momento, me da la sensación de que Gloria no está cómoda. Durante un segundo una expresión de terror invade su rostro. Me preocupa. - Gloria, ¿va todo bien? 

Frank también parece nervioso. Yo empiezo a notar la presión de este trabajo. ¿Nos estará volviendo un poco paranoicos este ambiente? ¡Joder, esta ciudad parece un arma biológica!.

Noto la ponzoña del ambiente y me dirijo a todos. - No sé con cuánta información cuenta la agencia compañeros, pero aquí hay más mierda de lo que parece... Y no sólo en sentido literal.

Trato de calmarme y decir algo con sentido. -Si la agencia espera resultados con brevedad, deberíamos informar de la imposibilidad de remover esta cantidad de mierda en una tarde.- Y mirando al cielo añado. - Vamos a necesitar que Arnold rece por todos nosotros.

Me acerco a Gloria y con cautela trato de ponerle la mano en el hombro como para reconfortarla al tiempo que escuchaba a Sharpay atentamente. Se la notaba nerviosa aunque también era evidente que trataba de que las cosas no escalaran. 

Cuando termina no puedo evitar lanzar una sonrisa nerviosa. Todo en este pueblo estaba torcido, o al menos es lo que parecía de momento, pero era temprano para sacar conclusiones. 

-No tengas dudas de que lo haré querida, el olor a muerte nunca es un buen presagio- Seguido a esto miro a cada uno de mis compañeros a los ojos para detener mi mirada en Gloria al final -Querida, lamento si es que soy un tanto brusco con mi pregunta pero, ¿qué es exactamente lo que viste? Yo sólo alcancé a verlo esconderse y sería muy peligroso para nosotros meternos en un lugar donde hay un animal salvaje rondando -Es que tenía que ser eso, un animal salvaje y uno grande además. Esperé la respuesta de Gloria mirándola a los ojos con intriga en mi mirada al tiempo que pensaba Siempre tengo presente al Señor, con él a mi derecha, nada me hará caer.

Me sentía un poco nervioso e intranquilo pero lo que dice Sharpay me viene bien para centrarme de nuevo en la labor que debo realizar.

- Tienes razón Sharpay, deberíamos evaluar este lugar antes de movernos. Si les parece bien, podríamos mirar primero esta zona y después vamos hacia la sacristía; no me gustaría tener que separarnos sin saber que bichos pueden existir por aquí, no sabemos que tan seguro sea. 

No me gustaría quedarme solo en esta situación pero veo a Gloria con ganas de ir, si es así ojalá no se vayan los tres, ¿cómo nos comunicaríamos?

-Con respecto a lo que dices del olor, seguro se elimina al ir demoliendo y cavando para hacer el embalse.No deberíamos preocuparnos mucho por eso.

Espero que eso no sea un impedimento o represente más tiempo en escavar tumbas o cualquier fosa común que esté por aquí. O que vengan los ambientalistas a decir que hay que descontaminar Eso solo nos atrasaría.

Mientras el grupo de profesionales comienza a tomar la decisión de comenzar su estudio discutiendo acerca de las distintas opciones que el pueblo les ofrece, el padre Arnold no puede evitar mirar la estatua en el centro del pueblo. Como ya habían visto todos momentos antes, en la plaza central hay una gran estatua de piedra que representa un tocón de árbol de enormes dimensiones, con un hacha clavada en su base superior. El hacha tiene algo de óxido en su hoja, que impregna el tocón con un color sanguinolento. El padre Arnold puede leer una inscripción en el mango del hacha: «Fuera de Nazarene´s Lot, el mundo no existe; solo el purgatorio, la tortura, el propio infierno. 1696». Sonríe extrañamente al leer la cita, como si supiese algo que calla a todos los demás, y el grupo puede percatarse de este detalle.

El motivo de tu sonrisa es que la cita pertenece al drama Romeo y Julieta, de William Shakespeare. El párrafo completo dice así: «Fuera del recinto de Verona, el mundo no existe; solo el purgatorio, la tortura, el propio infierno. La proscripción es la muerte con un supuesto nombre; llamar a ésta destierro es cortarme la cabeza con un hacha de oro y sonreír al golpe que me asesina».

Entre las calles, pueden ver que la figura que antes corría a toda velocidad por ella parece una niña que mira a vuestro grupo desde la seguridad que da la distancia. Sólo tú te has dado cuenta de este hecho, y durante un momento no das crédito a tus ojos.

En vista que Gloria Parecía demasiado turbada para contestarme en el momento decidí buscar alguna forma de quitarle hierro al asunto. Así comencé a buscar con mi vista, no sabía el que pero si sabía que cuando lo viera sabría que lo había encontrado. De repente lo vi, inscrito en el mango de ese hacha oxidada. No puedo evitar mostrar una media sonrisa mientras susurro -Que no se diga que esta gente no era culta-

¿Mis ojos me estaban jugando una mala pasada? O... ¿qué demonios había sido eso?

Me había quedado paralizada en medio de aquel extraño lugar que estaba empezando a volverme loca, se suponía que ese sitio estaba totalmente deshabitado, así que... ¿qué acababa de ver entonces?

Sacudí la cabeza intentando poner en orden mis pensamientos y mirando hacia mis compañeros, que debían estar pensando cualquier cosa de mí.

- Yo... - recuerdo que Arnold me había preguntado acerca de lo que había visto - no lo sé, quizás sea que no he dormido bien y mis ojos me hacen ver cosa que no existen, pero... juraría haber visto algo por ahi- señalo hacia donde lo he visto dubitativa.

Cuando el grupo entero mira en la dirección señalada por Gloria, aciertan a ver una figura pequeña cuya sombra parece alargada debido al sol que va camino de ocultarse a su espalda. Se trata de un niño o una niña que, por su altura, no puede tener más de diez años. Lleva puesta una máscara de un animal que parece ser un zorro, aunque también podría tratarse de un lobo. Mira al grupo con curiosidad desde la distancia y, al cabo de unos segundos, empieza a ladrar.

El sonido es enormemente realista. Tanto que, durante unos segundos, el grupo entero duda de si se trata de una increíble imitación o es un perro de verdad el que está emitiendo el sonido. Sabiendo que ha logrado impresionar al grupo de adultos, el pequeño se quita la máscara y su cabello largo, sucio y ondulado os confirma que es una niña. Pocos segundos después se la vuelve a poner de nuevo. Hay algo en esa máscara que recuerda a las máscaras japonesas.

—Hola... —comienza a hablar con un timbre de voz enormemente infantil—. Yo me llamo Rachel... ¿Y vosotros?

Noto que el padre dice algo. Pensé en preguntarle si había visto algo interesante pero aparece la niña frente a nosotros y dejo pasar lo que pensaba.

Una persona aquí? pero nos habían dicho que estaba deshabitado. Esto es malo, espero sea alguien que esté de paseo, caminando o algo y ya se vayan.

Trato de poner una cara amigable a la niña, aunque se combina, sin querer, con un poco de preocupación por su presencia.

Hola Rachel, cómo estás? Yo soy Frank. Dónde están tus padres? Están de paseo por esta zona? Es mejor que se vayan pronto, no es un sitio seguro para estar. Podríamos hablar con tus padres?

Le hablo sin moverme de donde estoy pero me agacho un poco, colocando mis manos sobre mis piernas para estar a su altura y no verme amenazante.

Parpadeo varias veces, pero no, mi vista no me está fallando, la niña es de carne y hueso y parece que no soy la única que puede verla, lo cual es un alivio.

Suspiro ya más tranquila mientras escucho a Frank presentarse, la verdad es que no entendía que hacía esa niña allí perdida, a ver que los niños son así, se escapan de casa, ignoran a sus padres, los consejos de sus mayores y demás, pero de ahí a meterse a un pueblo que está a punto de desaparecer y salir tan campante delante de unos desconocidos, pues oye, a mi parecer esa cría no tenía muchas luces.

No digo nada, no se me dan bien los niños.