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Nazarene´s Lot

Nazarene's Lot

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08/02/2021, 20:44
Sharpay Wong

If life seems jolly rotten, there something you've forgotten…

Tras dedicar una amplia sonrisa a Frank, continué con algunos versos mientras nos dirigíamos al despacho, agradecida por compartir aquellos silbidos en momentos tan crudos.

—Y nunca se ha visto demasiadas veces… No está mal recordar de vez en cuando que la última risa está en uno mismo —Las palabras de Frank fueron la luz que faltaba en Nazarene's Lot.

Llegamos al despacho y la imagen que se dibuja ante nosotros me sobrecoge. Aunque el moho debe haber carcomido bastantes documentos, la cantidad de información que puede haber es inestimable. Mi deseo de revisar cada página de la biblioteca se debate contra el sentido común. Dadas las circunstancias, el ganador de mi lucha interna es indiscutible. Lanzo un suspiro y miro Frank.

Tranquilo, sé que no hay tiempo para revisarlo todo. Intentaré centrarme en lo más importante. -Me acerco al escritorio, cubierto por un grueso baño de polvo, donde parece haber algunos documentos. Deslizo el dedo por la mesa y no puedo evitar señalar el estado de la sala.

Desde luego…, si se pudieran censar los ácaros o el moho…, creo que Nazarene's Lot sería uno de los lugares más poblados de Massachusetts… Mientras tanto, continúo examinando la zona.

Acerco la linterna directamente a los documentos y puedo observar que el polvo no se reparte igual por todos ellos. Algunos parecen tener una fina capa que puede formarse fácilmente en pocos días. Extrañada sigo alumbrando y unas huellas confirman mis sospechas.

Parece abandonado, pero creo que alguien ha pasado por aquí hace pocos días Detengo sobre ellas la linterna y miro a Frank. Sobre estos libros hay huellas. Deben ser de un niño, no medirán más de quince centímetros. No sé si buscaría algo… puede que sólo estuviese jugando como hacen en cualquier otro sitio abandonado...

Permanezco pensativa. No quiero crear una alarma donde no es seguro que exista riesgo, pero no dejo de pensar en los libros quemados. No puedo evitar plantearme la posibilidad de que alguien intente ocultar información importante en la historia de este pueblo. Ahora la pregunta es…, ¿sabían que vendríamos? Hace unos días ni si quiera nos conocíamos entre nosotros…

Dirijo la linterna a las estanterías y observo algo que ansiaba encontrar. Me detengo en varios volúmenes que parecen contener registros de Nazarene's Lot. Debido al desorden, tardo un rato en darme cuenta de que falta algo. ¿Apiló algún niño esos libros en la silla para alcanzar los registros que faltan? A pesar de ello, mantengo la esperanza de poder encontrar algunas pista en los volúmenes que quedan en la estantería. Los registros más antiguos son posteriores a la construcción de esta iglesia y a la muerte de Henry Willard. Me detengo en ellos y la alusión a posesiones demoníacas llama mi atención, pero no es lo único… Miro a mi compañero y comparto con él mi sorpresa.

Según estos documentos debe existir una cueva bajo nosotros. No sé si habrá más… Vuelvo a fijar la mirada en el documento, pero no encuentro más información al respecto. Hay pocas referencias, pero no me sorprendería. No es un mal escondite para espías prepúberesVuelvo a mirar a Frank. Creo que deberíamos investigarlo en algún momento Una iglesia absorbida por raíces comienza a dibujarse en mi mente con trazos infantiles…

Me detengo en los casos de posesión, pero la información es bastante subjetiva. Estos casos son todavía impenetrables para la ciencia. Alucinógenos y esquizofrenia son las causas, en general, más apoyadas. La existencia de cuevas subterráneas me lleva a pensar que, al igual que pasó en Salem, las alucinaciones provocadas por el cornezuelo, devorador de cereales, podrían ser responsables de esas… posesiones. Sin embargo, una mención superficial de estas cuevas, unido a vagas y sugestionadas descripciones de supuestas posesiones, dificultan establecer una causa de manera fiable. Allí donde la ciencia carece de pruebas…, sólo queda espacio para hipótesis y conjeturas. La presencia de este hongo no sería extraña, pero también es cierto que a Henry Willard le gustaba jugar con la hechicería… Y que esas posesiones están datadas pocos años después de su muerte… ¿Fue su fallecimiento producto de un desliz con fuerzas ocultas? ¿Despertó con ello algo que asedió y castigó al resto de la población? ¿Realmente murió?

Busco el apellido Willard, tratando de encontrar algún descendiente entre los registros. Antes de encontrar ninguno, veo que el propio Henry se menciona en ellos. Una nueva pieza parece que encaja a la perfección en este puzle. Sin dejar de mirar el documento, comparto mis sospechas.

En el texto se menciona a Henry Willard, el tipo del retrato que vimos abajo. Según dice, su familia se instaló aquí en 1962. Justo la época en la que se construyó esta sacristía... Dirijo la mirada a Frank. Es curioso, un tal John Willard fue condenado por brujería ese mismo año, en Salem. Según la leyenda huyó a Boston antes de que le atraparan y nadie supo nada más de él… ¿Será Henry un descendiente? Permanezco pensativa. No puedo evitar pensar en la historia de una familia maldita… Entierra su cadáver en los cimientos de la casa y cuelga su ceñudo retrato en la pared, convirtiéndose en el genio malo de la familia, y todavía espera que sus biznietos sean felices… ¿Sería cierto que John era un hechicero incapaz de orar a Dios? ¿Sería cierto que fue John quién comenzó todas estas desdichas? ¿Fue él el promotor de esta construcción? ¿Transmitiría a sus descendientes las claves para contactar con esas fuerzas con las que Henry juagaba?

Los registros finalizan en 1930. Su relación con el crac del 29 parece inequívoca, pero creo que la historia de este pueblo no terminó ahí. Levanto la cabeza y miro al fondo de la sala para relajar la vista y aclarar las ideas. Entonces…

Pero... ¿Cuántos pisos tiene esta sacristía? alumbro con la linterna la puerta de la sala y la luz descubre una pequeña escalera, gobernada por una trampilla. Miro a mi compañero con ese gesto de sorpresa rayano al de incredulidad. Trato de hablar, pero el pasmo me impide encontrar cualquier palabra. El miedo por lo que podría esconder se enzarza con la curiosidad por lo que podría encontrar. No quiero abrir la trampilla, pero tampoco irme sin saber qué oculta. Alumbro a mi alrededor, buscando una barra, alargada y rígida, con la que poder empujar la puerta de la trampilla.

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09/02/2021, 11:12
Arnold Flaherty

La pregunta de Gloria me agarra distraído, pensando en otras cosas, así que tardo unos segundos en recomponerme antes de percatarme de la situación.

Esto parece estar poniéndose bastante complicado, Gloria querida —digo mientras me acerco al auto. Ella no nos quería aquí pero ¿Quién era ella? eso aún no estaba claro. Lo que si estaba claro es que la situación se hacía cada vez más insostenible—. No sé qué tan seguro sea quedarnos en este pueblo por mucho más tiempo. Sugiero que, en cuanto vuelvan los otros dos, consideremos salir del pueblo y avisarle al Bureau que los vecinos son un tanto peligrosos. Tal vez nos brinden apoyo, además que Servicios Infantiles tiene que enterarse de esos niños-

Trataba de parecer calmado y, en este momento, el pensar en toda la burocracia que vendría después me ayudaba a desconectar un poco la mente.

Revisemos el coche no sea cosa que además de las pintadas se les ocurriera hacer alguna otra broma.

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10/02/2021, 21:20
Frank Gambetta

Escucho con atención a Sharpay, totalmente sorprendido por su buena memoria y esa capacidad para hilar acontecimientos que a mí me pasan inadvertidos. Tal y como plantea las ideas que tiene en mente, todo sigue una lógica progresión de descenso hacia la locura y la maldad desde la llegada de ese despreciable hombre a estas tierras. Y tiene sentido. Ignoro cómo encajan los niños en todo eso, pero parece llevar razón.

Entro en las tres habitaciones y veo que son muy similares las unas a las otras salvo por un pequeño detalle: en una de ellas falta una estufa que sí existe en el resto, hecha de hierro. Según mi experiencia en construcciones, debía de proporcionar una enorme cantidad de calor. De hecho, ya no se construyen de ese material por lo caro que resultan. El resto de los enseres son prendas muy viejas, colchas y mantas. Nada de valor, en definitiva.

Voy a mirar en el escritorio, Sharpay —digo mientras me acerco—. Veo algunas hojas…

Por desgracia no contiene nada de interés, por lo que vuelvo a mirar a la mujer. Después de escuchar su pregunta retórica acerca de los pisos. Eso es algo de mi total incumbencia y conocimientos.

Por lo que pude ver desde fuera, este edificio tenía cuatro pisos comenzando desde el suelo, lo que quiere decir que quedan dos más hacia arriba, como poco… aunque no creo que haya más de una habitable.

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10/02/2021, 21:21
Director de juego

Gloria y Arnold han llegado hasta el coche. A pesar de la escasa visibilidad debida a la niebla y a la poca potencia de las escasas luces eléctricas que alumbran el camino, lo cierto es que el automóvil se encuentra relativamente cerca. La visión de la advertencia «Ella no os quiere aquí», resulta todo un revulsivo contra la tranquilidad que esperaban encontrar. Lo que sí está claro, cuando menos, es que el breve paseo ha despejado a la arquitecta y al antropólogo completamente de los perniciosos efectos de los hongos del sótano de la sacristía y, la sorpresa por la pintada en el coche ha terminado de ponerles en alerta.

Gloria, que pensaba que encontrarían sosiego y refugio se pone nerviosa de nuevo al leer el mensaje escrito en rojo en el capó. Vuelve a pensar en los niños como causantes de lo que podría ser una broma, un intento de asustarles quizá para conseguir que se marchasen a toda velocidad de Nazarene’s Lot. En el caso de Gloria es más que una opción, se trata de un fuerte deseo que había tenido desde casi el principio de la tarde, cuando habían llegado. Se pregunta por sus compañeros, allí en la sacristía recorriéndola de arriba abajo intentando encontrar pistas sobre el pasado del lugar y la posibilidad de construir la presa en el lugar.

El padre Flaherty también duda que sea buena idea permanecer en ese lugar habida cuenta de todo lo que ha sucedido. Por un instante parece olvidar los sucesos más extraños, o quizá lo haga de manera deliberada, y decide basarse en lo que puede verse, tocarse y está sucediendo de manera innegable: los niños. Si denuncian el sitio ante los Servicios Sociales no tardarán en aparecer por allí para ponerlos a salvo lejos de un ruinoso pueblo donde lo menos que van a conseguir es contraer el tétanos. Por humanidad… y sí, como escusa para largarse de allí… deben hacerlo cuanto antes. En cuanto regresen sus compañeros.

Mientras piensa todo eso, Gloria ya ha empezado a registrar el vehículo en busca de cualquier cosa que esos pequeños demonios hayan podido meter o cualquier desperfecto que hayan podido causar. Pero o cierto es que no encuentra nada.

¿Pensáis que os hemos roto el coche?

Quien ha hablado es una niña a la que ya han visto antes. Charlotte, la niña con la máscara de conejo. Por vez primera, Arnold se percata de que tiene formas femeninas, si bien no demasiado marcadas aún. Aparta la vista lo antes posible para no dar lugar a equívocos.

Detrás de Charlotte, se encuentra el niño con hojas y ramas por todas partes de su ropa, como una especie de traje de camuflaje. Lleva la máscara de oso puesta, aunque le queda un poco pequeña.

Nosotros no hemos roto nada —se defiende el niño.

—Cállate, Rudolph, estoy hablando yo con estas personas.

Lo siento, Charlotte —se disculpa rápidamente el niño bajando la cabeza.

Se escucha un maullido tras los niños y aparece una niña tras ellos. Rachel, con su bonita máscara de zorro.

¿Aún guardas mi muñeca? —le pregunta al padre Flaherty.

Eso no importa —le corta al instante Charlotte con muy mal genio—. Lo que ella quiere saber es por qué no os habéis ido todavía. Los otros niños me han dicho que habéis estado en la sacristía.

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10/02/2021, 21:32
Director de juego

Con un palo encontrado en el suelo y bajo la mirada atenta de Gambetta, Sharpay hace bajar la escalera con relativa facilidad, lo que provoca una sonrisa en la mujer, satisfecha por lo que acaba de hacer. Gambetta ayuda a que los últimos escalones queden bien colocados en el suelo. Se asegura de que se pueda subir por ellos sin riesgo y, una vez que confía en lo que ha hecho, se aparta medio metro para poder verlo con cierta perspectiva.

De la planta superior proceden unos ruidos de aleteos bastante fuertes y continuos. Muy probablemente se trate del grupo de cuervos que se veían entrar y salir un rato antes.

¿Quieres que suba yo, Sharpay? —pregunta Gambetta—. Ya te has arriesgado mucho…

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12/02/2021, 08:07
Arnold Flaherty
Sólo para el director

Notas de juego

Pregunta ¿Tengo la muñeca encima? No recuerdo haberla dejado en manos de nadie más pero chequeo con vos por las dudas.

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12/02/2021, 10:34
Director de juego

Notas de juego

En efecto, llevas aún la muñeca contigo dado que no te deshiciste de ella. Te cuento, fuera de juego, que la muñeca no tiene ningún efecto maligno ni fue un regalo hecho con mala voluntad.

Cualquier otra duda, puedes preguntarme siempre que quieras.

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12/02/2021, 11:54
Gloria Méndez

Y... ahí estaban de nuevo, iba a tener pesadillas con aquellos malditos niños y sus máscaras de animales, que si no las llevasen ellos en aquel lugar, podían ser hasta bonitas, pero en aquel momento me parecían peor que la máscara de cualquier película de terror donde la llevase puesta un asesino.

Respiré hondo y me giré hacia ellos.

A ver, que estáis acabando ya con mi paciencia, ¿por qué habéis escrito eso en nuestro coche? ¿Quién es exactamente ella? Si hacéis el favor de responder quizás nos larguemos de este maldito pueblo, porque creedme, ahora mismo es lo que más deseo. Así que dejaos de jueguecitos y respondedme.

Estaba harta, hartísima, así que ha me daba igual mi tono de voz y mis palabras, aquellos niños no paraban de molestarnos, y yo solo quería hacer mi trabajo y regresar a mi casa donde poder olvidarme de toda aquella historia que parecía que iba a perseguirme hasta el día del juicio final.

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12/02/2021, 13:48
Sharpay Wong

De todos los sitios que habíamos recorrido en Nazarene's Lot, la sacristía era uno de los más interesantes y espeluznantes. Posiblemente no era sólo el lugar y, posiblemente, no era sólo la información que habíamos encontrado. Posiblemente era la conexión de esa información, y del propio lugar, con aquello que habíamos aprendido a lo largo de nuestro periplo.

Mientras hablo con Frank, su atenta mirada me invita a continuar meditando. Parece, también, bastante interesado en la historia de este pueblo. No obstante, y a pesar de ver cómo algunas piezas parecen encajar, la ausencia de pistas sobre los desaparecidos empaña la satisfacción que podría sentir. Mi compañero se acerca a la mesa y su aptitud me recuerda que puede haber más información.

Buena idea Frank —Apruebo su disposición con un gesto de asentimiento y agradezco su interés con una sonrisa—. Yo voy a ver si encuentro algo más en estos documentos —Mientras él revisa los documentos esparcidos sobre el escritorio, decido examinar detenidamente los últimos registros.

Abro el último volumen. Hace cincuenta y tres años que las personas aquí registradas vivieron en Nazarene's Lot. Cabe la posibilidad, y existen pruebas de ello, de que no sea realmente un pueblo abandonado. Examino los apellidos del libro. ¿Podrían estos niños ser hijos o nietos de algunas de las personas que aparecen aquí? ¿Podrían estar en la lista de desaparecidos? ¿Serán los volúmenes calcinados los registros de 1767 a 1768 o serán posteriores a 1930? Vuelvo a ojear los libros quemados, en un último intento de entrever algún dato. Observo las zonas menos afectadas, tratando de distinguir algún apellido o alguna fecha. Tras intentar comprobar y extraer la información, con cierta lástima, abandono los libros calcinados sobre le escritorio.

Cuatro pisos… La respuesta de Frank me sorprende. Estamos agotados, pero es un gran profesional y continuamente examina cada una de las construcciones que encontramos.

Muy buena Frank, siempre atento —Sus palabras me generan cierta esperanza de encontrar más pistas— Pero…, aun sin ser habitables…, es posible que podamos encontrar algo. Parece que a esos niños les gusta jugar por aquí —Lanzo una mirada inquisitiva a los libros—. Quizá no todos los registros que faltan se hayan convertido en carbón. Los últimos son de 1930 —Vuelvo a mirar a Frank mientras, manifestando esa zozobra que produce la incertidumbre, ciño las manos sobre mis caderas—. ¿Dónde están registrados esos niños? ¿Qué hay de las personas desaparecidas? -Paro y trato razonar con claridad—. Pero bueno, todavía tenemos que investigar más zonas. No sabemos qué encontraremos —Sonrío y comienzo a buscar un palo con el que empujar la trampilla—. Espero que Gloria y Arnold hayan podido acomodarse en el coche sin problemas.

Estamos frente a la escalera, bien asegurada por mi compañero. La apertura de la trampilla deja salir el sonido de un insaciable aleteo, propio de las aves. Recuerdo la bandada de cuervos que vimos antes de entrar en la sacristía. Mientras mi mente divaga entre córvidos graznidos, Frank se ofrece a subir primero. Desde el principio había demostrado valentía, pero su ofrecimiento demuestra, además, que es un compañero amable y generoso.

Pues no puedo decir que no prefiera que tomes la iniciativa Frank... Pero no olvides que no vas sólo —Aún así, no puedo evitar sentirme egoísta y responsable por su asunción del riesgo—. Ten mucho cuidado Frank, por favor. Este pueblo es imprevisible —Además, parece que estos amantes del fiambre vayan a clamar nunca más de un momento a otro—. Y el festín de los cuervos no suele presentarse halagüeño… arrojados o enviados a esta desértica tierra encantada, a este hogar hechizado por el horror…

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13/02/2021, 19:22
Arnold Flaherty

Mientras Gloria hablaba yo rebuscaba en mi abrigo hasta que finalmente logré encontrar la muñeca que me había regalado esa niña. La saqué y se la mostré con una sonrisa antes de comenzar a hablar, con voz serena y segura.

Lo que mi compañera está tratando de decirles es que no es de muy buena educación vandalizar el auto de nadie. Suele alterar a la gente —Esto lo dije mirando al niño con la máscara de oso, que parecía ser al que la culpa lo hacía ponerse más a la defensiva. Luego miro a Rachel para volver a sonreírle y comentarle—. ​​​​​​Por supuesto que conservo tu muñeca, fue un regalo ¿No? Asumo que me lo diste con mucho cariño y por eso no pienso deshacerme de ella... Salvo que me la pidas tú, de más está decir.

Por último, dirijo mi mirada hacia Charlotte. La había dejado para el final no solo porque su contestación probablemente cortará la charla con los otros dos, sino porque así dejaba claro las bases de la conversación. Por su actitud se podía asumir que ella se consideraba la líder de su pequeño grupo, la que hacía las preguntas y la que daba las respuestas. Hablarle al final dejaba en claro que a mis ojos ella era cuánto menos igual que sus compañeros.

No nos hemos ido porque aún nos queda trabajo por hacer. No mucho, la verdad, cuando salgan nuestros compañeros probablemente podamos darle fin a esta jornada de trabajo. Lo que sí puedo decirte que este tipo de bromitas —Señalo a la pintada sobre el auto—.​​ No hace más que retrasarnos. Cuánto menos traten de asustarnos, menos tardaremos. Y eso también va por mis compañeros dentro de la sacristía, si alguno de los otros chicos los molesta lo más probable es que tarden más en salir.-

Tras terminar ese breve discurso me llevo la mano al mentón al tiempo que comienzo a hablar ya con un tono más de curiosidad.

A mi también me gustaría saber quién es ella y por qué no nos quiere aquí.

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15/02/2021, 13:58
Director de juego

Los niños no parecen alterados en exceso por las palabras de Gloria ni las del padre Flaherty, cuya autoridad como hombre de fe era muy probable que ni siquiera reconocieran. Los más pequeños se quedan mirando a Charlotte esperando que sea ella quien responda a toda la diatriba que les ha caído en pocos segundos. No están preocupados, únicamente expectantes.

Tú preguntas por qué he hecho eso en tu coche —parafrasea la niña con tono de burla—. Yo no he sido, pero también te puedo preguntar que quién te crees que eres tú para venir a nuestro pueblo. No se trata de vandalismo, es un mensaje. Y es un mensaje muy claro: ella no os quiere aquí.

Rachel, la niña que le había regalado la muñeca al padre Flaherty se acerca a él con una sonrisa. Claramente el sacerdote no tiene nada que temer de la niña.

Ahora es tu muñeca —le dice la niña—. Es un regalo porque has sido muy bueno conmigo. Los regalos no se devuelven.

—Pero no tenías que haberle regalado nada —le regaña Charlotte—. Ya sabes lo que nos dijo ella: no son nuestros amigos, vienen a echarnos de aquí.

La niña pega un puntapié al suelo. Una respuesta tan infantil como ella es.

Pero es mi amigo —replica, obstinada—. Y le regalé la muñeca.

La niña pequeña escucha la frase de Arnold. «A mí también me gustaría saber quién es ella y por qué no nos quiere aquí».

—Ella es tan vieja como el pueblo —dice la niña—. O a lo mejor más, pero no siempre estuvo en el mismo sitio. Ella ahora es un animal, pero antes fue…

—¡Rachel! —grita Charlotte fuera de sí—. ¡Cállate o te echaremos de cena esta noche a ella! ¡Nos vamos! ¡Ahora!

Los niños comienzan a correr en todas direcciones para librarse así del mayor número de perseguidores. Quizá no sea la primera vez que alguien acude a ese pueblo… pero luego desaparece.

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15/02/2021, 13:59
Director de juego

Gambetta escucha las preguntas de Sharpay prestando toda la atención que puedo mientras se prepara para subir la escalera plegable. Su solidez ha quedado demostrada a pesar de su penosa apariencia y no hay motivo para que no comience el ascenso al piso superior.

Yo creo que estos niños no son del pueblo —supone mientras pone el pie izquierdo en el primer peldaño de la escalera—. Han debido de llegar aquí huyendo de algún otro sitio. Lo digo, sobre todo, porque la primera inspección superficial que se hizo del sitio no detectó a nadie. Supongo que a alguno habrían visto —Duda un momento—. O quizá no…

Sigue, paso a paso, ascendiendo por la escalera.

Lo del resto de personas desaparecidas me intriga bastante… —subir por la escalera es bastante fácil—. Estos niños no creo que tengan nada que ver con ello. Quizá esa persona a la que llaman “ella”, ¿no te parece?

Algunos cuervos comienzan a volar a su alrededor, tranquilamente, mostrando más curiosidad que miedo mientras el constructor anima a Sharpay a que suba: el lugar es tranquilo y seguro. En ese momento, Frank se gira y abre ligeramente los ojos.

Aquí hay algo, Sharpay… ¡sube!

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17/02/2021, 02:40
Arnold Flaherty
Sólo para el director

Notas de juego

¿En mis conocimientos hay algo que se me venga a la cabeza que vincule una leyenda o mito urbano antiguo con esta zona y con algo que cambie de forma a la de algún animal?

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17/02/2021, 09:03
Director de juego

Notas de juego

Conocimientos, como tales, tienen los siguientes:

En literatura, un cambiante o cambiaforma (en inglésshapeshifter),​ también llamado mimetista, transmutador o metamórfico, es un ser humano (o algún otro tipo de criatura o ser sobrenatural) que puede cambiar de forma, generalmente adoptando la forma de otro ser vivo (otra persona o animal). Tienen la capacidad de transformarse físicamente a través de una aptitud inherentemente sobrehumana, intervención divina, hechicería o haber heredado esa habilidad.

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19/02/2021, 00:07
Sharpay Wong

Definitivamente no encontré más información en aquellos registros que me diese alguna pista sobre las personas desaparecidas. Aunque alegre por las nuevas pistas encontradas, no dejaba de notar cierto amargor pensando en el destino que aquellas personas podrían haber sufrido, o incluso seguir sufriendo. Mi compañero, con sus palabras, me brindaba la oportunidad de ver las cosas desde otro punto de vista, de hacerme preguntas que, de otra forma, nunca me hubiese planteado. Mientras continuábamos avanzando, cavilaba sus ideas y compartía aquellas que mi mente gestaba.

Frank se prepara para subir y expresa la impresión que le causan los niños del pueblo.

Ciertamente… sería sorprendente que esos niños viviesen aquí… Pero cuando nos encontramos con ellos tampoco parecían tener miedo, ni estar heridos —Recuerdo el momento en que los conocimos. Intento traer a la memoria algo importante. Tenían máscaras y parecían un pandilla. Podrían haber venido jugando. ¿A qué niño no le gusta hurgar en lugares desconocidos? Trato de poner en orden mis ideas, mientras apilo los registros sobre la esquina del escritorio, con la intención de recogerlos a la vuelta De cualquier manera, me parece muy extraño que hayan venido a parar a este sitio. De camino hacia aquí pude ver que Nazarene's Lot está bastante lejos de otros pueblos habitados —Bosques especialmente tupidos y bloques de asfalto, entre una gran cantidad de grietas, fueron la bienvenida a nuestro lugar de trabajo. Es cierto que no detectaron a nadie. O eso nos dijeron… —Hacía tiempo que dudaba de que la agencia nos hubiese dado toda la información que manejan sobre Nazarene's Lot. Lo que nos contaron dista demasiado de lo que estamos encontrando. Aún así, aparto las dudas de mi mente para tratar de centrarme en el hilo de nuestra conversación. Pero también acabamos de descubrir la existencia de cuevas supuestamente desconocidas. Si la agencia no sabía ralamente la existencia de esas cuevas, cualquiera podría ocultarse en ellas con bastante facilidad.

Veo que mi compañero avanza por la escalera con seguridad y aprovecho para seguir husmeando la zona con la linterna. Mientras tanto, lanza una pregunta bastante interesante.

—La verdad es que he pensado bastante en ello —No sé si pensar es la palabra oportuna. Cualquier intento de representar la imagen de ella en mi cabeza había dado como resultado una amalgama de trazos sin contorno ni forma. Pero, con lo que hemos encontrado no consigo pensar en quién puede ser —Pienso en las pocas referencias que tenemos de esa figura. Lo único que sé es que parece ser una autoridad entre esos niños. Sigo pensando que una secta encaja bastante bien en el escenario que se nos presenta. Ella podría ser el líder de esa secta, alguien adulto o con un carisma sobresaliente Aun así, ni siquiera tengo la certeza de que sea una persona. Incluso puede ser aquello a lo que adoran… Los juegos con la magia, y la creencia en su poder, han quedado grabados en el retrato de la sacristía, y registrados en los volúmenes que he dejado sobre el escritorio. Para crear una secta no hace falta nada sobrenatural, sólo un grupo de personas que crean en ello… A pesar de todo, sólo puedo divagar sobre esa posibilidad. Aunque mis indagaciones me revelen una historia, no dejan de ser meras pesquisas.  En cualquier caso, no pienso que los niños sean responsables de esas desapariciones, sino más bien víctimas… Y tu idea de que ella sea responsable podría encajar bastante bien Frank alcanza los últimos peldaños y, asegurando la tranquilidad de aquel lugar me invita a subir.

Me acerco a la escalera, asombrada por la tranquilidad y el valor de mi compañero. ¿Es realmente coraje o serán aprensiones mías y realmente no hay tanto que temer? De repente, parece sorprendido. Me apremia a subir y acelero mi ascenso. En un momento, todos mis pensamientos se diluyen y se reducen a uno sólo: ¿Qué coño habrá encontrado?

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22/02/2021, 12:51
Gloria Méndez

Escuchaba a los niños mientras mi cabreo iba en aumento, ¿quién sería aquella mujer y qué le importaba nuestra presencia allí? Si encima el pueblo parecía abandonado... 

Para cuando iba a replicar los niños huyeron, y no iba a ser yo quien fuese tras ellos.

- Esto va de mal en peor, Padre, no me gusta que me amenacen, y menos que lo haga alguien que no se atreve ni siquiera a dar la cara. Aunque pensando en lo que han dicho, no tiene sentido nada, ¿cómo demonios va a ser un animal? Y si es más vieja que el pueblo... ni siquiera debería estar viva... Ufff... Necesito sentarme, vamos, esperemos a Sharpay y Frank dentro del coche, necesito descansar.

Tenía un cacao mental importante, por un lado quería largarme de allí y no volver a saber de ese pueblo nunca más, por otro, mi profesionalidad imperaba, no podía irme sin más, tenía que acabar el trabajo, y por suerte no estaba sola para ello. Así que lo mejor era eso, descansar en el coche y poner nuestras ideas en común cuando estuviésemos todos juntos. Quizás al día siguiente con la luz del día veíamos las cosas de otra forma...

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22/02/2021, 21:01
Frank Gambetta

Sharpay está a mi lado en el desván. Nunca la había tenido tan cerca como en estos momentos y debo admitir que me transmite sensaciones muy positivas. Es tan activa, vital y dinámica que me ha hecho salir de la desidia inicial con la que había comenzado este trabajo cuando llegué al pueblo hace tan sólo unas horas. Sus conocimientos, además, resultaban de lo más interesantes. Tanto el padre Flaherty como ella eran pozos de sabiduría.

Vivimos en una época de vacío espiritual y escasa de valores —le digo para tratar de dar alguna respuesta a su interesante disertación sobre las sectas con la que coincido plenamente—. Si esa persona a la que conocemos sólo como «ella» es alguien lo suficientemente carismático es normal que estos niños hayan caído en sus garras —pienso en los niños con los que nos hemos cruzado—. De alguna manera puede ser un sustituto de una figura de autoridad consanguínea. Como una madre. Ellos obtienen un falso orden y cariño y esa persona poder sobre un grupo de personas.

Miro a Sharpay fijamente y sonrío. Probablemente sea el mayor número de palabras que me haya escuchado seguidas desde que estamos en Nazarene’s Lot. Pese a lo agradable de la charla, no quiero permanecer más de lo necesario en ese desván, habida cuenta de que la mitad del grupo se ha ido hacia el vehículo. No es que piense que nos van a abandonar allí, pero cualquier cosa es posible.

He descubierto que, en uno de los nidos de los cuervos que viven aquí, hay algo muy curioso. Echa un vistazo a esto —le digo mostrándole un extraño objeto brillante en medio de la cuasi oscuridad total de la noche.

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22/02/2021, 21:02
Director de juego

Cuando Sharpay se acerca a donde se encuentra Frank, contempla un extraño objeto. Se trata de un pequeño trozo de marfil tallado con restos de hilo dorado, entre otros varios objetos brillantes escondidos en el nido de los cuervos y carecen de toda relevancia. El marfil ha sido tallado para dotarlo de la apariencia de un diente humano.

¡Es una prótesis dental! —exclama Frank sin alzar demasiado el tono de voz—. Pero debe de tener muchísimos años. Fíjate qué antiguo parece...

En el suelo, Sharpay se fija en un par de documentos que han llegado hasta allí. Se encuentran encima de una de los múltiples muebles y cajas que permanecen acumulados allá arriba. Lo más escalofriante de todo es que una cabeza de ciervo disecada colocada en la pared. No por lo que es en sí, puesto que es algo que puede encontrarse en muchas casas norteamericanas, sino por el hecho de que se encuentre en un lugar donde no debería haber estado.

El lugar es algo más húmedo que el resto de la sacristía, incluyendo el sótano en el que han estado hace tan sólo unos minutos. Frank mira a su alrededor haciéndose una idea de la solidez de la estructura, sobre la que no parece haber duda alguna, pero que trata de averiguar llevado por algún tipo de deformación profesional. Sonríe algo nerviosamente y, en ese instante, se oye el graznido de un cuervo en el exterior del desván en el que se encuentran.

¿Has oído eso? —pregunta el constructor de forma retórica.

Como si se hubiese tratado de una orden (¿y quién sabe si no lo era en realidad?) los cuervos comienzan a entrar por los huecos de las paredes, que en el exterior conforman el tejado, en tropel y sobre las cabezas de los dos investigadores se acumulan en número de unos quince o veinte. Como si recibiesen una orden no audible por el oído humano, vuelan hacia arriba tan alto como les es posible en el interior de la planta superior de la sacristía y se lanzan en picado hacia Sharpay y Frank, atacándolos.

En ese momento se escucha la bocina del coche todoterreno. Gloria Méndez y el padre Flaherty han regresado.

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22/02/2021, 21:11
Arnold Flaherty

Aunque la carrera de los niños me toma por sorpresa me parece innecesaria, ninguno de los dos estábamos con los ánimos de jugar a las escondidas. Aún así no puedo evitar seguir con la mirada a la pequeña Rachel hasta que está se pierde en las sombras. Solo cuando Gloria me habla dejo de mirar el sitio donde la niña se perdió. A Gloria le dedico una mirada comprensiva al tiempo que suelto.

—Acerquemos el auto a el edificio y toquemos la bocina, la hora de jugar a la casa embrujada ya pasó.

Además de que si las alucinaciones volvieron a atacarlos puede que necesitemos entrar para sacarlos- Un dejé de ira comienza a recorrerme por dentro, si algo les había pasado era claramente su responsabilidad ya que yo les había advertido -​​​​​​-Pero un buen pastor nunca abandona a sus ovejas.

Con este pensamiento en mente lanzo un suspiro y comienzo a acercarme al automóvil.

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22/02/2021, 21:56
Director de juego

Gloria es la primera en romper el silencio.

Esto va de mal en peor, Padre, no me gusta que me amenacen, y menos que lo haga alguien que no se atreve ni siquiera a dar la cara. Aunque pensando en lo que han dicho, no tiene sentido nada, ¿cómo demonios va a ser un animal? Y si es más vieja que el pueblo... ni siquiera debería estar viva... Ufff... Necesito sentarme, vamos, esperemos a Sharpay y Frank dentro del coche, necesito descansar.

Tras el desconcertante diálogo con los extraños chiquillos, que habían sugerido que «ella» no era un ser humano, Gloria sube al coche harta de tanta situación absurda y alejada de su verdadero cometido. Lo que podía haber sido una oportunidad excelente para destacar definitivamente por un trabajo se está desviando de una manera extraña hacia una zona gris. Parar supone reconocer incapacidad para realizar un trabajo al alcance de sus posibilidades pero, por otro lado, seguir supone implicarse más y más en una historia que se aleja de la razón hacia zonas donde la superstición y lo mágico están haciendo tímidamente acto de presencia. Su trabajo debe proseguir sin dejarse influenciar por las tonterías con las que otros quieren perder su tiempo.

El padre Flaherty, es un científico y al mismo tiempo un hombre de fe. Sabe que ningún alma humana debe darse por perdida, pero la situación con esos niños está traspasando ciertos límites para los que el religioso no se encuentra, quizá, lo suficientemente preparado. ¿Qué sabe un sacerdote de cuidar niños? Quizá más que muchos padres, eso es cierto, pero no cuando su comportamiento rebasa tanto la normalidad. Lo que sí tiene muy claro es que no pueden abandonar a sus compañeros en estos momentos que pueden ser difíciles para ellos.

Acerquemos el auto a el edificio y toquemos la bocina, la hora de jugar a la casa embrujada ya pasó.

Su frase, que sentencia la situación como suele ser habitual cada vez que habla, muestra muy a las claras su prioridad de recoger a sus compañeros para pasar la noche juntos en el coche o, cuando menos, encontrarse a salvo en su interior. Arranca el vehículo y lo conduce tranquilamente por las calles del pueblo moribundo en dirección a la sacristía donde han dejado a Sharpay Wong y Frank Gambetta. Apenas unos pocos minutos después han llegado a la puerta del edificio. Bajando una ventanilla del todoterreno, lo único que oye el sacerdote es un revoloteo de aves procedente del tejado donde faltan algunas tejas.

El padre Flaherty hace sonar la bocina del coche para indicar a sus compañeros que ya han llegado.