Partida Rol por web

- …te dije que me dejaras algo de diversión…lo bueno es la cena está servida –

Harvey escuchas nuevamente las palabras carrasposas que se acrecentaban desde el norte, sientes como eres levantado y lanzado en lo que parecía ser un maletero, el sonido de un carro en marcha te disipa la duda, sientes tambien como otro cuerpo es apilado junto a ti, uno frio y completamente inerte.

Luego de un largo tiempo eres nuevamente cargado, llevado de acuerdo al sonido sobre unos pisos de concreto con las pisadas haciendo eco, luego por un ascensor y ultimo bajado sobre una silla y liberado tanto de la estaca como de la bolsa de arpillera.

La luz te molesta levemente y es ahí cuando notas los rostros de tus… ¿salvadores?

Shamil saca lentamente la bolsa de la cabeza de su nuevo invitado, lo mira directamente a los ojos y Harvey pudo notar que no contaba con ningún solo ápice de coloración que no sea el azabache brillante en ambas cavidades.

Luego le sonríe y puede notar que todos sus dientes eran horribles, completamente afilados como si se trataran de alguna mandíbula de tiburón.

Le saca la estaca y le habla tranquilamente.

- Perdona que no te hayamos traído más cómodamente…aún no sabemos si podemos confiar en usted – la voz era carrasposa e perturbadora, por lo que la memoria de Harvey posiblemente pudo ubicarlo con la frase de “es hora de acabar con este payaso” – también disculpa la estaca, pero si te pedíamos amablemente que nos sigas, posiblemente vuelvas a correr y créeme niño, a mi edad ya no estoy para ir detrás de fugitivos –

Relame un poco los dientes en señal de satisfacción quizá, pero más bien en un gesto que un psicópata haría cuando ve a una víctima.

- ¿Cuantas bajas han tenido? – pregunta mientras se cruza de brazos - ¿y cómo pudieron ser tan estúpidos de pelear contra un mago en su propio refugio? -

Al quitarme la bolsa ambos os fijáis que mis ojos son peculiares también, el izquierdo es verde y el derecho es azul, son curiosos y resaltan mucho en mi rostro. Después de escuchar a Shamil me quedo mirando a Dante - Que guapo eres, no? - después me sacado mirando lo que tengo alrededor, una vez me he situado miro a Shamil - Tu en cambio das un mal rollo que flipas ¿que pasa? Me llamo Harvey, vosotros sois? - digo extendiendo mi mano a Shamil, sin apenas dar margen a responder sigo hablando - Ahora aclaremos las cosas, yo no me he pegado con un mago, no soy idiota, bueno si, si que lo soy, pero de otro tipo. - entonces todo mi cabeza como buscando algo - habéis visto mis gafas? Y mi petaca? 

-Vamos, vamos le dijo Dante a Shamil, sonriendo y dandole unas palmaditas en la espalda Despues de lo que hicimos esta noche, vas a tener mas de una oportunidad de divertirte, hermanito. Lo cual me recuerda...

Con una seña del menton, le indico al nagaraja que era hora de encargarse del otro asuntito de la noche.

Cuando la estaca y la bolsa fueron retirados, Harvey pudo ver que se encontraban en una lujosisima oficina con un ventanal de fondo, que permitia ver la ciudad a lo largo. Estaba en uno de los sillones que daban al escritorio, sobre el que estaba sentado cruzado de brazos de forma casual un tipo rubio de aspecto aristocratico, que le sonrio tras su comentario. Detras de Harvey habia una enorme mesa redonda de caoba, con detalles en relieve.

-Te diria lo mismo, pero... le guiño un ojo, señalando con un gesto a su muñon. Hablaba con un levisimo acento britanico No encontramos ni tus gafas ni petacas, pero tenemos esto.

De tras de su espalda, del escritorio y como si fuera un regalo para un niño, saco un brazo. Justo la parte que a el le faltaba.

-Que te parece si nos cuentas que haces en Erebo, y mi amigo el buen doctor te da una mano, literalmente?

- Hostia tu, mi brazo ¿que le habeis hecho al mago? - Digo mirando fijamente a los ojos de Dante - En la ciudad, estaba de paso, vine a un concierto de un grupo de música y ahora estaba esperando al concierto de "Turning the tables", conciertazo, aunque todavia no tengo entradas, ¿no tendreis alguna de sobra, no? - Entonces situo mi mirada en el nagaraja - Ojitos azules, ¿crees que puedes ponerme el brazo de verdad?

Dante rio, negando con la cabeza.

-Que te parece si en vez de eso uso el brazo para remodelarte el craneo hasta que parezca un strudel mal cocinado? le dijo con una sonrisa, pero Harvey pudo ver que hablaba muy, muy en serio Tienes espiritu chico, pero no exageremos. Estas en un mar de mierda y no tienes remos.

Se acerco con unos pasos a la silla donde estaba sentado el manco y se inclino sobre el. Ya no habia rastro de esa sonrisa picara que tenia hacia unos momentos. Sus ojos azules eran dos tempanos de hielo.

-Que le hice al mago, preguntas? Lo mate, por supuesto. Tipo peligroso, desencadenado... No habia mucho que hacer. Y si mate al tipo que destruyo a tus dos compañeros y te hizo esto sin esforzarme siquiera, que piensas que puedo hacerte a vos? Lo observo desde arriba, con una expresion de piedra Una ultima vez: Que hacias en la ciudad?

- No tengo claro por qué me han mandado, creo que la camarilla quiere librarse de los vampiros de los que no se fía - pauso un momento - y no vuelvas a amenazarme o haré que desees no haber nacido, vale?

Me levanto de la silla y añado - ahora me voy, si quieres intenta detenerme, aunque mejor quédaos quietos.- y me marcho.

Este niño o lo trata de estúpido, o él es el estúpido.

- Es decir…llega un vampiro a Erebo, van a un pub sin gente, hablan con el dueño, este dueño resulta que es uno de los magos más poderosos de la zona y de alguna manera logran que los ataque, sin mencionar que al parecer le hizo el amor a tu brazo y… ¿me estás diciendo que todo es por culpa de un concierto? –

Le molestaba bastante que lo tomen por tonto, comienza a hacer ruidos extraños con sus dientes afilados y toma el brazo que Dante le había dado, muerde una de sus uñas y se rasca la barba con los dedos fríos de aquella extremidad.

- Mira…por favor, nos hemos encargado de un mago, bueno…uno se ha encargado de él… - mira de mala manera a Dante, como un niño enojado - …no me gustaría hacerte daño, ya has tenido suficiente, te estamos brindando una segunda oportunidad de mantener tu no vida e incluso podemos darte nuestra protección, pero para ello, necesito que seas sincero con nosotros –

Cada pregunta se la hacía mientras se acercaba a su cuerpo maltrecho y comenzaba el proceso de reunir el brazo.

Shamil tenía aspecto de monstruo, pero la realidad era que Dante era en esa habitación al menos el verdadero psicópata, sabia de lo que era capaz y lo había visto cabreado, ahora mismo no lo estaba, pero en caso de que los nervios se le suban, Harvey estaba jodido, muy jodido.

- Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios – dice Shamil con una risa leve – por favor hermanito, no te exaltes, démosle una última oportunidad al muchacho… ¿Qué haces en Erebo? ¿Cuántas bajas han tenido? ¿Por qué el mago los atacó? -

Apretando los dientes, Dante logro por fin resistirse a la orden del manco. Se abalanzo sobre el a la velocidad del rayo.

-Yo te voy a enseñar a darme ordenes, chico le dijo mientras sus manos se volvian un borron, dirigiendose hacia sus ojos.

Con un rapido 1-2 hacia la cabeza, Dante destroza completamente los globulos oculares de Harvey, que deja escapar un grito desgarrador mientras con las manos se cubre las cuencas oculares.

Me tiro al suelo gritando y sujetandome los ojos.

Todo paso demasiado rápido, Dante perdió la compostura y le destrozo los ojos al tal Harvey, Shamil observa aquel brazo con el rigor mortis completamente extendido, se hace un facepalm con él y luego decide que lo mejor era acabar con la no vida de ese pobre desgraciado.

Le arranca la cabeza y deja que las cenizas se dispersen dentro del lugar.

El baron tomo del cuello al manco y lo levanto, sosteniendolo en lo alto con un agarre de acero.

-Habla dijo con voz calmada, aunque apretaba mas y mas el cogote del rubio Y puede que evite que mi amigo te lo saque a torturas.

Con un movimiento despectivo, lo arrojo sobre el sillon. Se sacudio su traje y se trono el cuello. Era dificil mantener la compostura en una situacion asi, pero sus siglos al servicio de Karsh le enseñaron, cuanto menos, a cuando mantener el protocolo y cuando dejarse llevar por la Bestia.

Acerco una silla y se sento comodamente cruzando las piernas frente al ciego. Se obligo a sonreir, aunque en su interior habia algo que lo preocupaba: Si este tipo habia podido Dominarlos, era porque tenia, cuanto menos, una sangre tan potente como la de ellos. Y eso era algo en extremo extraño y potencialmente peligroso.