Partida Rol por web

7 de septiembre, 2018

-12°

07:12 hs.

Luego de la llamada, te preparas raudamente y sales de tu hotel, donde cada empleado te saluda afablemente.

Había pasado ocho meses desde el ataque, varios empleados habían muerto a causa de aquellas criaturas, sin embargo, las autoridades locales se habían encargado de encubrir todo rápidamente, diciendo algo sobre gases tóxicos y ataques frenéticos a causa de ellos, los mortales parecían conformes con la explicación, quizá un poco traumatizados, pero contentos al fin.

Subes al vehículo de copiloto, Martin lo conduce, recibe la orden de ir a la dirección antes brindada por teléfono y la acata.

Martin, por su parte, dejo de ser un simple mortal, ahora era consciente de todas las cosas sobrenaturales que lo rodeaban, sabía que había vampiros, hombres lobos, demonios, hadas y fantasmas, lo que en vez de asustarlo o perturbarlo, parecía que lo habían reconfortado.

Siempre iba equipado con municiones especiales en caso de ser necesarias para cualquier encuentro, balas de plata e incluso algunas de oro, comenzó a leer más libros esotéricos y a pesar de tener algunas informaciones erróneas, sabia más o menos lo que se tenía que saber.

Llegan al hogar del Señor Lichman, la misma, contaba con un muro bastante alto que lo rodeaba, una gran verja evitaba el paso a extraños y en una caseta se encontraba un guardia quien, al mirar al chofer, llama a su patrón, rápidamente recibe la orden de dejarlos pasar y activa un botón que abre lentamente el portón.

La casa era relativamente grande, de quizá tres pisos, con una fachada particular y una arquitectura gótica.

El vehículo debía ser estacionado en una rotonda y desde ahí debían caminar algunos metros hasta la gran puerta de madera, llegando a ese punto, se abre nuevamente dándoles paso para ingresar a la casa.

Adentro, todo se asemejaba a un estilo medieval, desde la entrada hasta el techo, parecía más una especie de castillo antiguo que el hogar de alguien que gobernaba una ciudad.

La sala era circular, con una chimenea y algunos sofás relativamente cerca, en uno de ellos, se encontraba el dueño de la casa y el mayordomo que les abrió la puerta, decide tomar sus abrigos.

- ¡Buenas! ¡Buenas! Adelante por favor, pasen, ¿desean beber algo? ¿Ya desayunaron? – saluda el viejo caballerosamente –

Iba vestido con una bata de casa, unas pantuflas y gruesas medias, abajo se notaba que iba en pijama y se olía en el ambiente una mezcla de café con leña quemada.

- Por favor, díganme caballeros, en que puedo ayudarlos -

La llamada fue tan rápida que tan solo llegué a contestar algunas palabras y el saludo antes de tener que prepararme y salir, Martin estaba listo como siempre y cuándo Pip hizo un gesto como para acompañarme con un par de hombres levanté la mano en negativa, iba a ver a un futuro aliado por lo que como gesto de cortesía y confianza iría sin escolta.

Martin se había afianzado como un digno seguidor bajo mi ala, era atento, leía libros y se había cultivado en todo sentido, me enorgullecía como ese mortal había mejorado antes las adversidades y no había caído ante el terror o la locura.

Hablamos de cosas triviales, del clima y de como las cosas se había encubierto, del periodo de paz y de que seguramente no duraría demasiado.

Al llegar a la residencia del alcalde me sorprendí por su fachada más no por su seguridad, era algo apreciable y esperaba poder tener algo así propio en poco tiempo.

Apenas entramos acepté que tomaran mi sobretodo de piel y los guantes de cuero, mientras me quitaba la bufanda.

-Uno diría que con el tiempo se acostumbra a este clima pero la verdad es que no es así- dije sonriendo y yendo a estrecharle la mano al alcalde- sería un honor compartir desayuno con usted- comenté quedándome de pie y apreciando el lugar - la decoración es magnífica, muy de la Edad Media u Oscurantismo, ahora entiendo su afición por el ajedrez- ante su pregunta sonreí dócilmente - disfrutemos primero el desayuno, si nos ponemos a hablar de negocios de inmediato ya tendríamos que destapar el whisky-

- Ni hablar muchacho, ni hablar, llevo más de cincuenta años en este lugar y sigo sufriendo del frio tal como cuando tenía veinte años – suelta una amena carcajada mientras se atusa la barba – perfecto entonces, uhm, Robert, tráenos por favor el desayuno, dile a Matilda que tenemos visitas, así que trae el jamón ahumado y el azúcar –

- Enseguida señor – le responde su mayordomo, era un hombre de mediana edad, quizá de unos cuarenta, de piel caucásica, cabello negro y de barba bien afeitada –

- Es un gran empleado, su esposa es una inuit cuyo nombre me era imposible pronunciar, por lo que se lo cambie a Matilda, actualmente ambos trabajan para mí, pero Robert viene de un linaje bastante antiguo de mayordomos, su hijo creo que es el primer muchacho que decidió abandonar la casa para buscar suerte en otro país…estos… ¿Cómo se llaman? – mira al cielo tratando de acordarse – ¿millenials puede ser? Bueno, estos jóvenes de hoy en día, no saben qué hacer con sus vidas y por eso son la generación con mayor depresión a nivel mundial -

Robert vuelve con su mujer, era mucho más joven que el mayordomo, contaba con facciones indígenas muy marcadas, de caderas anchas y cabello recogido, el hombre llevaba una bandeja en la mano tapada, mientras que su esposa tenía otra bandeja con un juego de tetera ahumante y tazas impecablemente limpiadas, el desayuno es bajado frente a una mesita ubicada en el centro y al retirar la tapa metálica, se nota jamón, queso y pan tostado dispuesto a ser acompañantes de un aromático café que era servido uno a uno.

- Por cierto, señor Lichman, llamaron del ayuntamiento, una tal Katherine de Northeumbria desea reunirse con usted de ser posible hoy, es respectivo a algunos negocios locales –

Al decir esto, el viejo revisa su reloj de muñeca, se rasca un poco el mentón y dice:

- Apellido de nobles…curioso, diles que termino de hablar con los caballeros aquí presentes y los atiendo – se cruza de piernas y Matilda llega con azúcar, miel, mermeladas varias, leche y jugo fresco – por favor, sírvanse lo que quieran, si desean algo frito, Matilda les preparara algo rápidamente – al decir esto, bebe un poco del café sin azúcar y negro -

-Matilda eh? Se debe sentir muy cómoda para no haberse quejado- dije sonriendo - pensé que los Inuit se habían extinguido en estas tierras, me alegra saber que usted pudo proteger a alguna de esa tribu, fue una lastima lo que pasó aunque bueno, no espero que usted tenga más detalles que yo, aunque si los tiene me agradaría escucharlos- dije teniendo en cuenta que lo que había pasado con los garous no eran más que rumores bastante turbios pero por ahora no eran más que rumores - y si, los millenials son un problema, todo los ofende, por todo sufren, aunque cada tanto aparece alguno que hace algo bien...pero son los menos- me encogí de hombros tras el comentario y fruncí un poco los labios antes de acomodarme en el asiento al ver que llegaban las bandejas.

Todo parecía suculento y de la mas alta calidad, tal como esperaba del señor Lichman, se me hizo agua la boca y acepté de buena gana un café con crema, para luego prepararme un pan tostado con tocino y queso y dejar que este se derritiera un poco por el calor del pan.

-No hará falta que cocine nada, con esto es más que suficiente, hacía tiempo que no podía tomarme un rato para disfrutar de un buen desayuno- el comentario del mayordomo no me pasó por alto pero no quería ser descortés, aunque tras las palabras del alcalde comenté acerca de ello- un apellido muy antiguo es verdad y dijo estar interesada en los negocios locales, espero que no sea en los mismos que estoy interesado yo- comenté con una sonrisa suspicaz.

- Uy no, no joven, los indígenas siguen latentes por estas zonas, solo que a niveles alarmantemente inferiores a otros tiempos – dice mientras se unta un poco de mermelada en su tostada – la verdad es que no sé qué clase de grupo o ser tan maligno pueda ser capaz de realizar semejante matanza racial, es simplemente inaceptable, hemos barrido la zona, pero no nos topamos con ningún posible culpable – dice luego de masticar el gran bocado que se llevó a la boca –

Cuando mencionas algo sobre los negocios, termina de beber su café, atiende las llamaradas de su chimenea y se acomoda la barba.

- Tengo entendido que usted es un hombre de corporaciones, así que desayuna negocios con café – sonríe sin dejar de mirar la chimenea – me gusta la compañía señor Knox, uno llegado a cierta edad añora estar junto a alguien con quien charlar y compartir historias, por lo que me gustaría que sea franco conmigo, ¿Ha llegado aquí exactamente para qué?, por favor, hable sin rodeos – no era un tono tajante, sino más bien, como una postura de un hombre que hacía pocos segundos era un anfitrión hogareño, pero que de pronto cayo en la realidad de que tenía asuntos más relevantes que atender -

Sonreí ante su halago.

-La verdad es que estoy interesado en las propiedades y el puesto que Alana tuvo alguna vez, cuándo abandonó la ciudad le dije que no iba a permitir que esta caiga y ella solo me deseó suerte. Sinceramente en estos meses me he encariñado con el lugar, con su gente sencilla y trabajadora y con las grandes cantidades de recursos que estas pueden ofrecer. Me gustaría cuidar de ella, así como usted lo hace, como dos guardianes, uno de lo mortal y otro de los sobrenatural, pero trabajando juntos, codo con codo y obteniendo ganancias ambos- bebí un poco de café - estoy seguro de que le agradaría terminar sus días en paz y a mi me gustaría disfrutar de los míos, por eso es que vengo a pedirle su bendición, autorización y guia en esto. Cómo primeros proyectos me gustaría volver a construir la plataforma petrolífera de nuevo, no solo para extraer el crudo y generar ganancias para Erebo si no para mantener vigilado lo que pueda yacer ahí, luego me gustaría demoler los restos del hotel dónde Heliodoro Baker falleció, limpiar la zona y volverla a entregar a los Inuits, si le parece bien, sería un gesto de buena voluntad, aunque es una pena que el viejo Nanuk ya no esté para poder recibirlo, luego habría más cosas pero estoy consciente de que no somos los únicos que hablamos de negocios en esta ciudad y por alguna razón intuyo que la paz que disfrutamos no durará demasiado- tras terminar de hablar terminé la tostada y me dispuse a esperar su respuesta.

Suspira profundamente, se lleva un dedo al cachete derecho y sin dejar de mirar el fuego comienza a hablarte.

- No sé cómo puedo ayudarle con las propiedades de Alana, mi cargo es publico señor Knox, es decir, soy gobernador, no dictador, esto no es Venezuela…sin mencionar que ella sigue operando como gerente del banco, solo que fue a Londres para sumergirse en ciertos trabajos cuya presencia era exigencia del banco, pero según tengo entendido, la señorita Vondik volverá dentro de poco, no estoy seguro de cuando exactamente, pero imagino que entre este y el próximo mes ya la veremos de nuevo en su puesto –

Mencionas sobre tus ganas de proteger a la ciudad, diciendo algo sobre que eres un ser sobrenatural, el gobernador por primera vez en un largo rato te observa extrañado.

- ¿Ámbito sobrenatural dice usted? – un nuevo suspiro – pues entonces será mejor dejar de hablar con términos mundanos y hablar abiertamente, si es que su acompañante es un hombre ducho en estos temas, pues que se quede aquí, caso contrario, me niego a seguir tocando ese tema –

Su tono era serio y tajante, pero tranquilo a la vez.

- Reconstruir la plataforma no es tarea sencilla señor Knox, se trata de una inversión de un par de cientos de millones ya que el lugar le pertenece a Pentex y dudo mucho que ellos estén interesados en vender alguna propiedad, pero para ser más claros, eso deberá hablarlo con ellos, yo no tengo contacto con ninguno de sus dirigentes desde hace al menos veinte años –

Ahora hablas sobre el Hotel Baker.

- Me imagino que entenderá que cada país y cada ciudad cuenta con sus propias leyes con respecto a las inmobiliarias, ese terreno en cuestión pertenece aun a la familia Baker por lo que yo no puedo ayudarle en ese aspecto, pero…puedo darle el número de Alicia Baker, la hermana de Heliodoro, aunque tampoco prometo que sea atendido ya que es un numero bastante antiguo –

Busca con la mirada a Robert y le habla para solicitarle su agenda, el mayordomo asiente educadamente y pocos minutos después llega al lugar con un pequeño cuadernillo forrado en cuero artificial.

El señor Lichman se coloca un par de lentes que reposaban cerca de una de las mesitas y busca por un rato entre sus amarillentas hojas, luego anota algo en una pequeña hoja y la rasga para entregártela.

- De nuevo, dudo mucho que sea atendido, pero quizá tenga suerte – te dice mientras estira su brazo – no me malinterprete señor Knox, pero como hombre de negocios, entenderá que esto no es una autocracia, cada parcela de Erebo pertenece a alguien o a alguna empresa, solamente las tierras salvajes son propiedad del gobierno y en este lado del mundo, son parques donde se preservan varias especies autóctonas, por lo que lo siento mucho, entiendo y admiro sus ganas de defender la ciudad, pero sinceramente, no veo como poder ayudarlo con sus proyectos -

Asentí a lo dicho por Lichman aunque no me pudiera ver y en cuanto hizo mención a Martin tomé la palabra

-No solo esta versado en los temas si no que mató a un par de las criaturas que causaron del desastre en las calles y alrededores del hotel, además de mi chofer es un hombre de extrema confianza- dije con tono serio escuchando todo lo que podía decirme - Pentex...una multi nacional muy bien sustentada, debería de hablar con mi contador pero estoy seguro de que compartimos más de un emprendimiento, con un poco de suerte quizás tenga un contacto ahí- me incliné y tomé el papel con el número de la señora Baker- muchas gracias, ella sigue viviendo en Erebo? Sería mucho pedir su dirección? Por si no contesta claro y creo que la forma en la cuál podría ayudarme sería no ceder nada a nadie que se lo pida, mantener su postura neutral como un guardián del orden, pero de todos modos sigamos hablando, ahora que sabe que puede hablar abiertamente quizás surja alguna cosa más-

No esperaba que Alana volviera y claramente no lo haría con las mejores intenciones, pero esta nueva información era muy valiosa...

- Entiendo, pues, entonces veo que está muy bien protegido – suelta una leve sonrisa – dichas criaturas siguen siendo objetos de estudios, solamente leí sobre ellas en relatos de Lovecraft, lo que me parece tontamente interesante, al parecer el autista ese tenía contactos o fue capaz de ser testigo de alguna aparición sobre ese tipo de humanoides –

Resopla nuevamente.

- He contactado con algunos viejos colegas y ellos a su vez me ayudaron a conseguir agentes para que me ayuden a limpiar las calles e implantar la idea del gas, fue una tarea titánica como imaginara, incluso varios días después los habitantes podían ver aquellas criaturas desparramadas por las calles, las cadenas de comunicación fueron interceptadas y todo el material de cada cámara de la ciudad fue confiscado…en síntesis, un trabajo arduo para preservar la cordura general…incluso tuvimos que pedir varios psicólogos y psiquiatras para que lleguen a tratar a los sobrevivientes – se lo notaba un poco exhausto solo con el recuerdo -

Se cruza nuevamente de piernas, pero intercambiando su postura.

- La gente de Pentex no son personas muy abiertas, pero supongo que puede intentar contactar con ellos, de mi parte lo siento mucho, pero no me gusta tratar con ellos –

Ante la pregunta sobre Alicia, retrae un poco el labio inferior y se atusa la barba.

- Según entiendo, solamente Heliodoro vino a vivir a la ciudad, sus demás familiares creo que siguen en Londres, aunque bueno, de ellos no sé nada hace un par de décadas, así que tampoco sabría decirle sus actuales paraderos -

-El nombre de la criatura que estaba en el hotel también proviene de la literatura de aquel autor, así que es evidente que algo sabía aunque sus habilidades para comunicarlo no hayan sido las mejores ni tomadas en cuenta más que como obras de ficción, he contratado un grupo de arqueólogos para que se encarguen de investigar y tomar todo objeto misterioso que encuentren alrededor del mundo, haciendo hincapié en culturas antiguas como la sumeria y babilónica, pero bueno, la verdad es que han hecho un gran trabajo en ocultar eso a los ciudadanos...entiendo lo que me dice sobre la hermana de Baker y sobre Pentex, también he escuchado rumores, en cuanto al otro punto usted mantenía una estrecha relación con Alana, supongo que eso continuará en cuanto ella regrese sin embargo sabe que ahora son otros los cainitas que manejan la ciudad durante la noche...-

Cuando mencionas a la criatura, se queda pensativo, distante en sus elucubraciones internas, se queda callado por un rato y luego habla.

- Entonces será un buen momento para estudiar de nuevo a Lovecraft, ya lo único que le faltaba a mi vida es temerle a Cthulhu –.

Parecía un chiste, pero su rostro no demostraba eso.

- Hace poco había donado una serie de libros de mi colección privada a la biblioteca privada, entre esos libros, tontamente se me escapo uno, uno muy valioso y único en su especie…tengo entendido que fue a parar a la universidad de Buenos Aires, y que ahí se celebró una subasta, por lo que dicho libro paso a manos de un comprador anónimo…se llamaba el Libro Negro de Alsophocus y si mal no recuerdo solo hay tres ejemplares, uno lo tenía yo, otro estaba en Londres y el ultimo no se sabe su paradero, - respira un poco y continua – pues, en ese manuscrito se podía leer varios pasajes interesantes sobre una criatura en particular de Lovecraft: Nyarlathotep, quizá usted haya escuchado algo sobre él...pero lo certero es que si el escritor no había plasmado simple fantasía cósmica sino que más bien estaba informándonos sobre realidades calamitosas más allá de la comprensión de un simple mortal…entonces, en ese caso, me temo que es a Nyarlathotep a quien debemos temer, ¿me repite por favor el nombre de la criatura que estaba en el hotel? – nunca le dijiste ningún nombre, así que probablemente sea solo un descuido senil  - mejor no me lo diga, solo escríbalo aquí –.

Te facilita su agenda para que escribas sin temer algún tipo de invocación u efecto paranormal colateral solo por decir ese nombre.

Al leer el nombre, lo analiza detenidamente con sus lentes nuevamente puestos, lo mira un par de veces y luego habla nuevamente.

- Interesante y aterrador a la vez – resopla – si desea mi recomendación, intente unirse con otros seres igual de poderosos que usted y prepárense para lo peor, los seres cósmicos de Lovecraft se caracterizan por su infinita maldad y por su absoluta falta de empatía hacia los seres humanos -.

Pasan a hablar de Alana.

- Pues, imagino que sí, teníamos un acuerdo: no matan ciudadanos, yo no les doy caza, cuando vuelva tendré que reunirme con ella para ver que haremos con ese pacto, más aun que el viejo Nanuk ya no se encuentra entre nosotros -.

-He estado leyendo todo lo que encuentro en libros e internet, solo para estar preparado pero todo parece una fábula, incluso me hice con una copia del Necronomicón por e-bay pero a pesar que dice ser un grimorio no parece más que una obra de ficción para resaltar los relatos de Lovecraft- el dato sobre ese libro y la criatura de la cuál preocuparse fue algo que aprecié considerablemente - cada vez que ese ser aparece hay masacres- respondí pensativo terminando de desayunar - veré que puedo averiguar de ese libro que menciona- escribí el nombre de Y'golonac - destruya el papel luego de eso y no lo pronuncie, según lo que estuve investigando hasta leerlo con malicia o mal pensamientos podría despertarlo de nuevo y a pesar de que lo destruimos estas entidades pueden regresar...- me relajé un poco en asiento - gracias por el consejo y teniendo en cuenta lo de Alana supongo que estarán preparados para expulsar a los nuevos jefes de la noche una vez ella regrese-

- No, no se confunda señor Knox, el libro que recorre por internet o por cualquier biblioteca no es nada más que una simple imitación, un libro creado por Lovecraft para distraer a la gente, el verdadero fue escrito por un árabe: Abdul Alhazred, cuyos detalles históricos son turbios o directamente entremezclados con la ficción…el Necronomicón en realidad es como una especie de Biblia pero repleta de apócrifos, por lo que conseguir el verdadero libro es algo realmente difícil…por no decir imposible –

Cuando le indicas que destruya el papel, lo arruga hasta formar una pequeña bolita y lo lanza al fuego.

- No lo sé, que yo sepa, los vampiros que se asentaron en el lugar no han creado mayores problemas, según me comento Kenneth McAlpin, fueron maldecidos de alguna manera por un tal Allan Smith, por lo que no pueden matar inocentes, al enterarme de eso, me sentí muy tranquilo, por lo que la llegada de Alana puede reforzar más la paz… - te mira directamente a los ojos de manera algo dramática - …o empeorarla -

-Si, eso lo sé pero nunca se encontró al árabe loco y Alhazred puede ser un acrónimo de "All has read" por lo que este bien podría ser un pseudónimo del mismo Lovecraft, en fin es como si fuese real y no a la vez, pero ahora sabemos que su poder al menos es muy real- comenté al Alcalde viendo como destruía el papel en el fuego - conozco a Allan, es un mago poderoso pero no me fío de él tiene...como decirlo? Una actitud como si siempre supiera todo, además de que según lo que él mismo dijo fue parte del proyecto Amalgama, sería mejor tenerlo vigilado de ser posible y en cuanto a Alana...pienso lo mismo sinceramente, en cuanto llegue lo mejor sería tener una reunión a fin de que sepamos como piensa proceder-

- O eso es lo que quieren que creas… - te guiña un ojo cuando mencionas el acrónimo - …ahora que sabemos que es real, no nos queda otra que tener cuidado e intentar averiguar más sobre las deidades cósmicas descritas por Lovecraft, ver cuáles son reales y cuales son influjo directo de la locura al enterarse de toda la verdad –

Robert ingresa nuevamente a la sala y le habla al gobernador.

- Disculpe señor, Lady Northeumbria ha llegado, ¿la dejo pasar? –

El gobernador lo mira por encima de sus lentes y le hace un ademan de afirmación, luego te mira y con una sonrisa que ya era típica en él, te habla.

- Pues, creo que hasta aquí llego nuestra reunión señor Knox, agradezco la compañía, pero tengo varios asuntos por atender, por favor, anote mi numero personal y ante cualquier duda o descubrimiento, contacte conmigo y veremos en que queda todo este asunto –

Te pasa su número privado y luego de un rato, un par de personas entran y sus abrigos son tomados tal como contigo, ambos permanecen en la entrada mientras tú te despedías del gobernador.

Asentí sonriendo y agendé su número privado, para luego levantarme y estrecharle la mano.

-Ha sido un verdadero placer y nos estaremos comunicando, tenga usted un agradable día- le hice una llamada perdida para que me agendara - del mismo modo cualquier cosa que necesite o surja no duda en contactarme-

Me despedí y acompañé al mayordomo a buscar nuestros abrigos, saludando solo con la cabeza a las dos personas que habían llegado para luego irme a la camioneta con Martin.

 - Me encantaría. - Sonreí de manera aprobadora, mientras me disponía a jugar con el anciano. La verdad es que no había jugado al ajedrez desde que dejé Europa y, como entusiasta del juego que soy, será un placer desempolvar mis conocimientos y estrategias sobre el tema.

La primera jugada la hacen las blancas, por lo que el señor Lichman empieza moviendo un peón.

- Vera, me encanta la fluidez y a mi edad comprenderá que no me gusta malgastar el poco tiempo que me queda en este mundo, por lo que, a pesar de que agradezco de la compañía, prefiero las cosas directas y sin rodeos…por lo que le repetiré una vez más, ¿para qué me necesita? -

 Mientras realizaba pensaba mi siguiente movimiento, le respondí:

 - Bueno, como he dicho, me interesa hacer negocios con usted, pero me gustaría contar con alguna información antes de decidirme a invertir, si no le importa. No es que no me fíe de usted, pero si voy a invertir mi dinero, necesito referencias...

 A continuación hice mi movimiento en e tablero.