Partida Rol por web

La ciudad de New Luck es una ciudad comun y corriente, posee un camino que atraviesa la ciudad de lado a lado llamado calle principal, a los lados de la calle principal se encuentran las casas, tiendas, bares y demas establecimientos de la ciudad. No hay ninguna construccion que no este junto a la calle principal.

La entrada a la ciudad cuenta con un gran cartel que reza: Bienvenido a New Luck, el cual tiene algun que otro agujero de bala que permite el paso de la luz a traves de ellos.

La disposicion de los edificios de la ciudad es muy simple, primero indicare los edificios del lado derecho de la calle y luego los de lado izquierdo; justo en la entrada, al lado derecho de la calle se encuentra la oficina del Sheriff donde el Sheriff y sus cinco ayudantes pasan la mayoria del dia bebiendo o como ellos lo dicen, haciendo guardia y velando por la seguridad de la ciudad. Despues de la oficina del Sheriff, estan varias casas particulares, siguiendo las casas se encuentra un Motel donde la mayoria de la gente que no tiene casa se aloja, se come bien y no se duerme mal. Pegado al Motel podemos encontrar un bonito salon/bar, al parecer el dueño del mismo es un hombre llamado William McCoy y trata bien a los clientes siempre que pasa por el bar, pasado el bar se extienden una serie de tiendas de ropa, complementos, animales, objetos varios, armas, reparaciones, etc... y despues de las tiendas se encuentran mas casas y por ultimo, casi a las afueras de la ciudad se encuentra el banco donde la mayoria de los ciudadanos guardan sus ahorros.

Por el lado izquierdo de la ciudad, la disposicion es muy similar, nada mas empezar nos encontramos con casas particulares, seguidas de tiendas variadas incluida la mítica tienda "Bronco Billly´s abierta por más de 20 años, un burdel, varios bares, la estacion de tren, otro motel, mas casas particulares y justo al final del pueblo, los juzgados, unos pequeños calabozos donde el Sheriff guarda a los indeseables a esperas de ser condenados y por ultimo una capilla.

Es muy temprano y te entran ganas de ir al bar que esta justo al lado del burdel, es un bar bastante acogedor y pequeño, por no tener no tiene ni mesas, tan solo una larga barra con varios taburetes, cuatro de ellos estan ocupados por tres hombres y una mujer, el bar esta vacio en comparacion a como suele estar. El barman se acerca a ti y t sirve un baso de whisky sin mediar palabra antes de volver a limpiar vasos con total tranquilidad.

Parece que no son buenos tiempos, ¿verdad? Muchos dicen que son grandes tiempos porque se ha descubierto la mina y mucha gente tiene trabajo pero ultimamente lo unico que hay es mala gente en el pueblo, gente que trata de adueñarse a la fuerza del dinero que te has ganado legalmente con el sudor de tu frente, ¿y que hace el Sheriff? Nada, nunca hace nada, quien tiene que poner un poco de orden siempre es el alcalde; es el unico que le echa pelotas al asunto, aunque claro, yo si estuviera forrado de esa manera tambien le echaria pelotas a todo. Dice el barman un instante antes de escupir hacia una escupidera.

Yo soy nuevo en la ciudad, tan solo trato de ganarme un dinero sirviendo copas ya que todos esos trabajos que ponen en el tablon del centro del pueblo son demasiado duros y peligrosos para mi aunque debo reconocer que estan mas que de sobra de pagados, hay mucho loco que se aventura con los trabajos del alcalde, normalmente es buena gente o incluso mala gente que trata de redimir sus pecados, el alcalde siempre tiene trabajos muy bien pagados para grupos de gente como vosotros, gente dura, gente con ganas de aventuras de todo tipo, en especial los tres ultimos trabajos que ha ofertado, al parecer esta buscando grupos de cinco personas, gente valiente y bien preparada para las confrontaciones, creo haber oido que tiene varios trabajos nuevos en los que paga alrededor de 500$ por trabajo, pero para mi...nunca tiene nada bien pagado, siempre oferta trabajos para grupos de personas y yo siempre estoy solo, jeje, cada uno se busca la vida como puede y ya comienzo a estar cansado de fregar vasos, si tuviera pelotas y un rifle, asaltaria el banco y me haria rico para siempre, pero como las tengo aqui me teneis sirviendoos, por cierto, a esta ronda invito yo que bastante habeis tenido que aguantar mi habladuria, debeis perdonarme pero hoy tengo un dia hablador, jeje, yo vengo de la lejana ciudad de Nueva Esperanza, ¿vosotros de donde sois?

Es muy temprano y os entran ganas de ir al bar que esta justo al lado del burdel, es un bar bastante acogedor y pequeño, por no tener no tiene ni mesas, tan solo una larga barra con varios taburetes, os encontrais tres hombres y una mujer, el bar esta vacio en comparacion a como suele estar. El barman se acerca y os sirve un vaso de whisky a cada uno de vosotros, en ese instante un hombre entra por la puerta y el barman le sirve a el tambien otro vaso de whisky sin mediar palabra antes de volver a limpiar vasos con total tranquilidad.

Parece que no son buenos tiempos, ¿verdad? Muchos dicen que son grandes tiempos porque se ha descubierto la mina y mucha gente tiene trabajo pero ultimamente lo unico que hay es mala gente en el pueblo, gente que trata de adueñarse a la fuerza del dinero que te has ganado legalmente con el sudor de tu frente, ¿y que hace el Sheriff? Nada, nunca hace nada, quien tiene que poner un poco de orden siempre es el alcalde; es el unico que le echa pelotas al asunto, aunque claro, yo si estuviera forrado de esa manera tambien le echaria pelotas a todo. Dice el barman un instante antes de escupir hacia una escupidera.

Yo soy nuevo en la ciudad, tan solo trato de ganarme un dinero sirviendo copas ya que todos esos trabajos que ponen en el tablon del centro del pueblo son demasiado duros y peligrosos para mi aunque debo reconocer que estan mas que de sobra de pagados, hay mucho loco que se aventura con los trabajos del alcalde, normalmente es buena gente o incluso mala gente que trata de redimir sus pecados, el alcalde siempre tiene trabajos muy bien pagados para grupos de gente como vosotros, gente dura, gente con ganas de aventuras de todo tipo, en especial los tres ultimos trabajos que ha ofertado, al parecer esta buscando grupos de cinco personas, gente valiente y bien preparada para las confrontaciones, creo haber oido que tiene varios trabajos nuevos en los que paga alrededor de 500$ por trabajo, pero para mi...nunca tiene nada bien pagado, siempre oferta trabajos para grupos de personas y yo siempre estoy solo, jeje, cada uno se busca la vida como puede y ya comienzo a estar cansado de fregar vasos, si tuviera pelotas y un rifle, asaltaria el banco y me haria rico para siempre, pero como las tengo aqui me teneis sirviendoos, por cierto, a esta ronda invito yo que bastante habeis tenido que aguantar mi habladuria, debeis perdonarme pero hoy tengo un dia hablador, jeje, yo vengo de la lejana ciudad de Nueva Esperanza, ¿vosotros de donde sois?

- Yo soy de El Paso, cariño. Dijo Abby al camarero con su suave voz. – Más o menos… Una sonrisa coquetona se dibujó en su rostro.

Sentada en un taburete, cogió el baso que le había ofrecido el barman, y empezó a beber a pequeños sorbos. Con un sutil movimiento, se apartó uno de sus rebeldes y ondulados mechones de pelo de la cara.

- No me vendría nada mal un poco de dinero…Hábleme más de esos trabajos. Dijo mientras continuaba sonriendo al camarero. – Por cierto, gracias por el trago.

De nada mujer, sinceramente de los trabajos se poco, se que el alcalde suele ofrecer trabajos que normalmente ayudan al orden y bienestar de la ciudad o de los intereses de los ciudadanos ya que tanto el Sheriff como sus ayudantes no suelen hacer mucho, aunque otras veces son trabajos personales para el alcalde como los que te podrian ofrecer cualquiera de las familias influyentes de cualquier ciudad.

El doctor Ackley dio un sorbo y se lamió sutilmente el bigote para quitar los restos de bebida del mismo. - Hmm. La verdad es que me podría venir bien uno de esos trabajos, montar la clínica no ha sido barato y la Señorita O'Toole y yo no estamos viendo tanto trabajo como esperábamos.

 -Mientras el camarero de su explicación, "BB" (bibi) deja su sombrero sobre la barra y su chaqueta sobre una de sus piernas. Saborea la bebida espirituosa que el barman le ha ofrecido, aunque prefiere mantener su salud bien cuidada, brinda por este excelente día.-

-Ha llegado usted hace un tiempo y parece que ya esté de los nervios. Siga mi consejo y tranquilícese. Tan alterado no llegará a buen puerto. Pero tengo que reconocer que está en lo cierto, yo también prefería tiempos pasados en los que esto era un reducto de paz y tranquilidad. Árido reducto.-añade.- No va usted a poder conseguir un rifle si sigue invitándonos-saca la billetera.-Así que tenga, mi bebida y la de todos, y sírvase usted una también. Por cierto, si le interesa un revolver,un rifle, o cualquier cosa, hable conmigo- Deja en la mesa 1.50$. Girando la cara busca al doctor  y le saluda- Buen día Doc.- Se vuelve al barman-

-¿La cantina está un poco vacía hoy verdad? ¿Será por algo de lo que yo no me haya enterado? Dígame, aparte de su nombre, si hay algo que le moleste en especial del Sheriff; Amén de que se ponga hasta arriba de Whisky todos los días y no cumpla con sus obligaciones.

Pat había observado con pena el vaso de whisky, sin siquiera tocarlo... no se lo podía permitir. Con su triste sonrisa a cuestas, y el saco a sus pies, escuchaba la conversación. Cierto es lo que dice el hombre de la barra; hay trabajo pero peligroso... y él ya no tiene dinero como para pagar ni una noche. Ni siquiera puede permitirse ese vaso de whisky, como despedida de lo que alguna vez fue su misión en este mundo.

Ante la generosidad del dueño de la tienda, el tal Bronco, agradece y toma el vaso. De a pequeños sorbos, intenta que le dure para siempre.

- Gracias por el trago, señor, muchas gracias. Mi nombre es Patrick, Pat para la buena gente de Dios... y vengo de Dakota. Haciendo memoria, recuerdan que Pat llegó al pueblo hace ya dos o tres días.  Señor Bronco Billy, señor, tal vez alguien como usted pueda usar de un hombre saludable y fuerte como yo, con un buen rifle y un mejor ojo, dice palmeando el arma junto a sus pocas pertenencias, más que nada un saco con ropa. Es que es dificil el ser honrado, y esta noche ni un plato de sopa tendré.

Su mirada, triste y como ausente, esconde evidentemente más verdades... así como hambre. Un gruñido de sus tripas, que los demás probablemente prefieren ignorar, le recuerda que este whisky es lo primero que se lleva a la boca en el día.

- O tal vez necesiten alguien en el bar que palear la basura, o atender a los caballos. Soy bueno con los animales...

-Antes de marcharse escucha con pena las palabras de "Pat". No le encaja del todo que un hombre fornido se pronuncie como si fuese un mequetrefe. Se acerca a él,  poniéndose la chaqueta y el sombrero. Le palpa el brazo y el hombro, para comprobar su musculatura, aunque era obvia.- Vaya, chico, parece que no has tenido muy buena suerte últimamente. Ya tengo un chico que cuida de mi caballo y un tendero. Tampoco me sobran habitaciones, solo una cama que compartiría contigo si fueses mujer  y no tuvieses sífilis. Si quieres ganarte un dinero, podrías ojear los anuncios que ha dejado el alcalde. ¿Por qué no coges tus cosas y vamos a echarles un vistazo?.- Tras esto, se da media vuelta, parado, se ajusta la corbata, mirando disimuladamente de reojo las piernas de la mujer,da unos pasos hasta la posición del Barman aguardando por su respuesta antes de marchar, esperando a que "Pat" se equipe sus enseres.- 

 Tiro psicología (INT+Habilidad+1d10) por si en sus palabras apenadas guarda alguna artimaña. Dice que no tiene dinero, ni un techo y quiere parecer débil y desamparado.

- Jajajaja. Una jovial risotada se escapa de los labios de Abby. – La virgen María madre de Dios. Dice divertida en español. - Veo que no somos pocos los que necesitamos dinero. ¡Y todos hemos ido a parar a la misma cantina! No me dirán ustedes si no es casualidad. Mirando con alegre expresión a los demás clientes de la cantina.

Apura de un solo trago lo que le queda en el baso y se pone de pié con las manos a los costados.

- Mi nombre es Abby Márquez, y si alguno de ustedes está pensando en conseguir ese dinero, puede contar conmigo.  

Había entrado en el bar cargando un saco a la espalda lleno de cachivaches y otras pertenencias, lo lanzó contra la barra deslizándolo por el suelo poco antes de llegar y se apoyó en ella con una pose elegante. Como si la tuviera más que de sobra ensayada.

Dejó el sombrero en la barra a un lado y pidió un vaso al barman. Era un tipo extremadamente alto, considerando la epoca, mediría un metro ochenta y seis aproximadamente, era muy joven y tenía un atractivo que resaltaba a la vista, incluso pese a estar sucio como estaba. Lleno de polvo y con aspecto de haber pasado largo tiempo sin una ducha y una cama bajo techo.

Llevaba el pelo corto, algo despeinado y sucio. Se adivinaba que era de un color negro aunque ahora más bien tenía un aspecto polvoriento, su barba de varios días era otra de las pistas que indicaban que llevaba tiempo sin asearse como es debido. Pese a todo aquellos detalles no le restaban atractivo. Sus ojos azules repasaron a los parroquianos de aquella taberna y al barman cuando se apoyó en la barra y dejó su sombrero. Sonrió a la muchacha cuando la vió dejando a la luz una mandibula perfecta, con todos los dientes en su sitio.

Acababa de llegar al pueblo aquel mismo día y lo habían visto por la mañana dando una vuelta por sus calles. Fue hasta el final, dió la vuelta al banco y volvió a recorrer la calle principal hasta el letrero, después dió otro rodeo hasta la estación y se pegó allí un rato, tras eso fue a visitar las minas y después volvió al bar. Se había dejado ver desde el primer momento y saludó cortesmente a toda la gente con la que se cruzaba por la calle.

Buenos días tengan, buenas gentes. Tenía gesto simpático y la voz algo agotada, sin embargo no dejó de mostrarse cortes. Cuándo el hombre mayor pagó la ronda le hizo un gesto con la cabeza para agradecerselo.

Mi nombre es John Grady, vengo de lejos. ¿Qué tal se cuecen las cosas por este lugar?

 -Excelente, ya somos tres- ¿Que dice usted Doc? Ya dejó claro que le vendría bien... -pausa- ¿Y usted jóven?- Dice a Grady, esperando que se diese por enterado de toda la conversación anterior-

Bueno... Dijo el jóven. No me vendría mal ganar algo de dinero. Digamos que mi cuenta se ha visto drasticamente reducida.

Miró al viejo, tenía pinta de llevar varios años en aquel pueblucho y seguramente conocería a todos los habitantes que había allí. Incluso a los nuevos que se acercaban al olor del oro de las minas.

Soy bueno con los animales. Dijo. ¿Sabe usted si hay alguien que necesite ayuda con los caballos?

 -Pues la verdad es que no.- le responde al muchacho-Y como ya le dije a "Pat", mi caballo está servido. Entonces que... ¿Formamos una "banda"? Podría ser divertido- Se ríe y pone mirada melancólica, como recordando tiempos de juventud-

No puedo aportar mucho en cuestión de músculos y aunque mi enfermera está más que capacitada, no puedo dejar la clínica sola demasiado tiempo. Los mineros del lugar tienen una habilidad pasmosa para darse con el pico en la espinilla.  A las cuatro de la mañana, debo añadir. - El doctor añadió el último comentario con un tono quejumbroso. - Supongo que dependerá del tipo de trabajo; si no es obstáculo para mi trabajo en la clínica, puede contar con mi ayuda.

 -Desde luego, un "serrucho" siempre es de agradecer- dice con ironía- Yo también me debo a mi trabajo, he de hacer el turno de noche, lo prefiero, que no serían horas de andar haciendo el chaval por ahí en adelante.-

- Gracias señor, dice Pat dirigiéndose a Billy. Es cierto que he tenido tiempos mejores, se levanta en toda su estatura, la cara seria, pero confundirme con un cualquiera es demasiada cosa. Y no compartiría su cama, señor. Pero mi padre siempre dijo, Dios lo tenga en la gloria, que a un trabajo honrado no hay moral dañada, y eso es lo que preciso.

Hizo una pausa y recogió el saco, presto a acompañarlo para ver los anuncios. Ya veremos esos anuncios, siempre que sea dinero honrado mi hombro está presto.