Partida Rol por web

New Sydney 2.0

Acto 1 - Toda Luz proyecta Sombra

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15/08/2017, 01:54
Ancel Zimmerman

Para mi... padre— comenzó el alemán, nuevamente sin que esa pareciese la palabra correcta—, y los nazis en general, suele ser así; primero intenciones y amenazas— ladeó el rostro, desaprobando ligeramente dicha afirmación— o advertencias— se corrigió—, luego presentaciones y formalidades. Queremos resultados, y los protocolos y rituales sociales— que no convencionalismos sociales, por algún motivo— son una pérdida de tiempo. Y mi escasa paciencia.

Sonrió. Claramente Ancel no tenía problemas con dicha cultura. Si es que a aquello se le podía considerar algo cultural en absoluto. Como fuese, era obvio que para él las relaciones sociales eran algo meramente utilitario, al menos la mayoría del tiempo, pues sí que parecía tener cierto sentido de pertenencia, o al menos, de familia y de afiliación.

¿Recuerdas los transplantes de órganos de cerdo en humanos?— preguntó, aunque a todas luces parecía una pregunta retórica—. Pues imagina coger el mapa genético de Viktor Eichmann, introducir algo de ADN encontrado en otra dimensión, y ponerlo en un tanque sellado hasta que madura— negó con la cabeza y suspiró, desaprobando semejante concepto, como alguna forma de autoengaño—. Cuando digo que no soy humano es porque no soy humano. Soy estéril, diferente a él por dentro —dijo señalando al cuerpo que descansaba en el asiento trasero— y en los intentos anteriores las madres abortaban o enfermaban.

Sin embargo, su discurso sonó tan "estéril" como él mismo. Parecía un discurso más científico que personal, como si entendiese la situación, pero le costase asociarla a su propia identidad. Probablemente prefería verse como un "demonio", un monstruo, un nazi o un Vitalista, que como un experimento o algún tipo aberración.

Salieron del garaje. Lafayette conocía perfectamente la ciudad, pero a ojos de cualquier refugiado de un país menos avanzado causaría, cuanto menos, impresión. Los coches tendían a moverse a la misma velocidad, perfectamente centrados en los carriles. Los edificios se alzaban, peleando entre si por llegar más cerca del cielo mientras las zonas en obras -demasiadas para el gusto de la mayoría- amenazaban con batir el récord. Había drones de seguridad surcando las calles desde arriba, amenazando el territorio de las aves, y cada pocos minutos se veía alguna aeronave saltarse todo el tráfico que recorría el asfalto.

¿Y tú, qué pasó para que te convirtieses en lo que eres ahora?— preguntó el nazi con curiosidad.

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15/08/2017, 16:15
Bevidiere Lafayette
Sólo para el director

Un híbrido.-comprendió, no sin cierto asombro- Los híbridos entre dos especies no pueden tener descendencia, por lo general. -explicó- Ahora sí que me muero de curiosidad. Y te haría mil preguntas al respecto pero... Hay algo que me da cierto temor razonable en todo esto. Y es que... ¿Qué pinto yo en todo este asunto? Entiendo que no desees que alguien sepa que te estés llevando este cadáver, y todo sea dicho, aún me pregunto por qué demonios lo haces y qué tiene que ver John Morrow contigo. -suspiró- Sin embargo, la manera más efectiva de dejarme callada, era precísamente la de no darme opción y directamente matarme. ¿Por qué entonces ofrecerme ir contigo?- preguntó, temerosa, aunque tratando de mantener la calma, sacando otro cigarro de la cajetilla, mientras gesticulaba al hablar.- ¿Me vas a llevar al lugar en el que está la probeta de la que naciste? ¿Es eso? -añadió, entrecerrando los ojos- No puedo responderte a esa última pregunta que me has hecho sin saber que no lo vas a utilizar para explorar cada átomo de mi psique, como si fuera una rata de laboratorio.- se encogió de hombros, encendiéndose el nuevo cigarro, dando una calada, mirando hacia la carretera- Puede que no seas humano, pero seguro que entiendes en qué se basa el principio de autoconservación. 

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16/08/2017, 14:18
Sebastian Task

Navegar por internet sin ningún dispositivo. Directamente con su mente. Con un cerebro con la potencia de un ordenador… Nóvak podía acceder a cualquier conocimiento de forma virtualmente instantánea. Aquello sí que resultaba interesante. El potencial era inimaginable.

Sarah había hecho bien en tener cuidado… en tratar de acceder siempre desde lejos. Task se preguntaba cuándo y cómo podría ser Nóvak accesible, o si una aproximación más directa podría ser de utilidad.

Pero claro, para ello debían de tener algo que ofrecer a Nóvak. Algo que pudiera interesar al millonario fusionado con la tecnología. ¿Y qué podrían ofrecerle a alguien como él? ¿En qué punto había algo interesante para Nóvak… que pudiera hacerle plantearse unirse a una organización como Avalon? Era una cuestión difícil de meditar.

Lanzó una breve mirada a Sarah. Ella le conocía bien, bastante mejor que el resto de los presentes. Quería que cuando acabara la reunión se quedara un rato con él. Tenían que hablar en privado.

- Sigue despacio. Paso a paso y sin precipitarse. – Dijo a Sarah en referencia a los avances con Nóvak. En cierto modo estaba orgulloso de la forma de trabajar de Sarah. Era una mujer inteligente y bella. Extraña y peligrosa combinación, pero a Task le atraía por ello.

La mirada de Sebastian pasó después a Hollow. Asintió a sus palabras, comedidas y prudentes, como siempre.

- Si hay problemas o necesitáis ayuda… no dudes en avisar. – Hollow sabía que Task, pese a sus excentricidades y manías, cuidaba de los que consideraba suyos. Y si alguien amenazaba a Hollow, sus empleados o el propio local, Task haría lo que considerara mejor para el grupo. Y, sobre todo, tomaría represalias brutales contra el agresor.

Finalmente habló Harper. Con cuestiones bastante prácticas dado el caso. Task esperó a que el psicópata acabara su exposición antes de responderle con su calma habitual.

- En efecto, sabemos algo sobre los poderes de Zimmerman. Por eso es tan peligroso y prefiero que mantengáis las distancias… en principio. – Explicó Task. – Ese… nazi de mierda – dijo utilizando el mismo término que había usado Harper – es capaz de moverse entre dimensiones, drenar a los demás y… dicen que “improvisar” también. Con lo que sería virtualmente capaz de hacer cualquier cosa. – Acabó por decir poniendo énfasis en la palabra improvisar. Quería que quedara claro que se refería a la capacidad Vitalista, y no a una improvisación absurda cualquiera, como si se tratara de un espía o agente secreto.

- Además – añadió haciendo un gesto con la mano para indicar que la amplitud de poderes era mucho más grande de lo que podían pensar – se sabe que puede utilizar telequinesis avanzada. – Indicó. – Y posiblemente otras muchas habilidades de las que no se tiene constancia. No viaja sólo y hay un grupo de alemanes y simpatizantes del nazismo trabajando para él. Con eso de que puede moverse entre dimensiones es un problema encontrarle en este mundo. Nuestra mejor baza sería dar con el Nigromante… y esperara a que Zimmerman aparezca para devorarlo. En ese punto deberíamos intentar acabar con los dos de un plumazo.

Task se frotó el mentón, pensativo. – Quizá soltando a Morrow para que se agite un poco el avispero… Creo que tiene una cuenta pendiente con ese Zimmerman.

Las posibilidades eran muchas. Pero primero debían dar con el Nigromante o con Zimmerman… O con los dos si tenían mucha suerte.

- Ah, y Roy… - dijo elevando la mirada como si se hubiera percatado al final de algo más.

- Tienes razón. Necesitamos reclutar a alguien que nos enseñe a devorar almas. – Task sospechaba que no era algo agradable, ni de presenciar ni de realizar… y por supuesto mucho menos de sufrir. Pero si querían tener alguna oportunidad… Roy no andaba muy desencaminado. Sus siguientes palabras se dirigieron a los tres: - Si encontráis a alguien que pueda hacer algo así, la prioridad es reclutarlo. Avisadnos de inmediato a los demás. – Ordenó.

Luego volvió a centrarse en Harper: – Pero no te preocupes por Knochenmann. Llegado el caso creo que podríamos manejarlo. Me veo capaz de aguantar sus envites mientras tú le golpeas, trituras y reduces a cenizas. Creo que hasta podríamos disfrutarlo. – Comentó con una sonrisa en los labios. - Me preocupan más otros Vitalistas. Todo lo que tiene que ver con el espíritu, drenar almas o poderes y similar supone una amenaza para nuestro grupo. Debemos prepararnos. – Miró brevemente a Sarah y a James para ver qué opinaban ellos del tema. A lo mejor no les resultaba agradable, pero debían estar dispuestos a tener la mente abierta… y a aprender.

-  Respecto al submundo… Estás haciendo un gran trabajo. – Admitió al arsenal andante. – Pero hay que tener cuidado con Locke y los suyos. Y mantener todo lejos de los ojos y oídos de Omega. Además de los rusos… ¿algún otro problema? – Preguntó. No quería sorpresas. No le gustaban y luego requerían de demasiado trabajo y esfuerzo para que el trabajo valiera la pena.

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18/08/2017, 02:13
Radoslav "Rado" Levin

Rado recuperó la consciencia cuando el Astro Rey se despedía, justo su momento preferido para despertarse. No quedaba gran rastro de la resaca, lo que era bastante de agradecer, y solo un ligero escozor con el que mantener fresca la memoria de lo sucedido después de despertarse en el yate, no vaya a ser que les ocurriese a esos recuerdos lo mismo que a los de la noche.

Volvió a pasarse por agua, buena falta que le hacía, y bajó a la planta baja sin más que unos slips, una camisa que le iba algo grande a medio abotonar y zapatillas de andar por casa, donde encontró a Raleigh.

Todo el mumbo jumbo informático no le pasaba por encima, de echo entendía bastante de lo que Raleigh le explicaba, sin problemas, siempre y cuando decidiera pararse a pensar en ello, para lo que no tenía muchas ganas normalmente. De todas formas, una cosa era entenderlo y otra saber hacer lo que él hacía, y confiaba en Raleigh.

Cuando acabó de hacer la prestidigitación informática, se sentó con su amigo a jugar a Mario Kart en una Nintendo 64 que había comprado hacía unos meses, más cara que un coche nuevo.

De esta guisa les encontró Pavel al llegar.

- Si claro, pasa. – respondió Rado, con expresión despreocupada y la boca llena de palomitas. Tras cerrar la puerta continuó – Me alegro de que todo este rollo haya funcionado, no sabía cómo reaccionar. Siéntate.

Radoslav volvió al sofá, sentándose con las piernas cruzadas en él. Raleigh, que estaba en el cheslón, saludó al recién llegado cortésmente con la mano.

- ¿Qué tal?

Pavel pasó y dejó la botella de vino en la mesa del comedor, de camino al único sillón al lado del sofá, mirando a la televisión.

- ¿Qué hacéis? ¿Esto es lo que pagué el otro día?

- Si. – Respondió Rado – Mario Kart, un juego japonés del 1996. ¿Juegas? Tenemos más mandos.

- Si claro. – Pavel cogió el mando de color naranja que estaba sobre la mesita de café, con el cable enrollado, y lo conectó a la consola. - ¿Cómo se coge esto?

- Mano izquierda al cuerno de en medio, la otra a la derecha. – informó Raleigh - El botón azul es para aceptar / acelerar, el verde para frenar. El gatillo de la mano izquierda dispara, y el botón de la parte de arriba del mando, R, sirve para derrapar.

- Listo.

- Pues allá vamos – Rado movió por el menú de pausa para reiniciar el juego, y la pantalla de inicio apareció.

- Esto parece un cuadro abstracto cubista. ¿Seguro que funciona bien?

- A la perfección. Espera y verás. Escoge el personaje.

- Siempre quise ser una princesa sobre ruedas.

- Yo me quedo con Bowser.

- Tu siempre te quedas con Bowser, Ral. Yo al del bigote interesante. Vamos.

La partida empezó, y Pavel no necesitó más que un par de segundos para saber cómo funcionaba todo, consiguiendo ganar en su primera partida.

Rápidamente se aflojó el nudo de la corbata, se abrió un par de botones de la camisa, se descalzó y puso los pies sobre la mesa, poniéndose cómodo y preparado para la siguiente ronda.

- ¿Asumo que no os habéis tomado la molestia de sugerirme indirectamente mediante mediso que no acabo de entender que viniese para que os diese una paliza?

- Nah. – Rado respondió, recolocándose en el sofá, medio tumbado ahora que veía que su hermano iba a quedarse en el sillón y Raleigh tenía sitio de sobra en el cheslón. – Anoche me fui de fiesta. ¡Joder Ral! Puta suerte, iba primero, si no es por el caparazón rojo…

Raleigh rió, sin comentar la jugada, contento de haberse llevado los puntos esa vez.

- Ya, me lo dijiste el otro día. – respondió Pavel - ¿Debo entender que no fue bien?

- Oh no. De puta madre. – Continuó Rado - ¿A que no adivinas donde, y con quien me desperté?

- Ilumíname.

- Pues amanecí con una resaca horrible, sin recuerdos de toda la noche, y desnudo en la misma cama que la jodida Faith.

- ¿Te has tirado a Faith? ¿En serio? ¿Qué paso con lo de no llamar la atención?

- No tengo ni idea. ¡Si! – Rado saltó de emoción en el sofá, volviéndose a dejar caer rápidamente - Por fin gano una. No recuerdo nada de la noche, no sé cómo acabé así. El caso es que lo hicimos, una vez, y otra, y otra… Y estas son las que recuerdo. No sé lo que hicimos durante la noche.

- ¿Detalles por favor? ¿Cómo lo hace?

Rado y Ral se miraron, riendo, y uno de ellos pausó el juego.

- Enséñaselo tío.

Rió Raleigh, Rado levantó las cejas y sonrió con cierto aire de sorna a su hermano, dándose media vuelta en el sofá y levantándose la camisa para que le viese la espalda.

- ¡Ja! – exclamó Pavel – La verdad es que no me extraña. No me la imaginaba siendo cariñosa y amable, pero tampoco la veía fogosa y salvaje, la verdad.

- Mas bien lo segundo, sí. – continuó Rado – Cuando se cansó me ató a la cama con mi corbata, se fue a duchar y se escapó por la ventana o algo así.

- Interesante, pero sigo sin pensar que esto mereciese el secretismo, conociéndote lo habría visto publicado en la prensa rosa. Dadle a continuar a esto, ¡que iba ganando!

Alguno de los dos le dio al botón y la partida se reanudó.

- ¡Pero avisad antes! – Pavel se exclamó, mientras perdía varias posiciones al no estar preparado para darle al acelerador.

- Perdón perdón. – Se disculpó Raleigh, riendo – Pero vas ganando en puntuación, hay que aprovechar todas las ventajas según vengan.

- Hijo de… ¡toma caparazón rojo!

- ¡Eh! – exclamó Rado - ¡Me has dado a mí!

- Estas en medio enano, entre mi venganza y yo. Es culpa tuya.

- ¿Ah sí? Ahora verás.

- ¡Ala! ¿En serio te has suicidado para tirarme a mí al lago?

- Venganza tío, venganza.

- Hijo de…

- Gracias por pelearos por el segundo puesto y dejarme ganar, Levins.

- No te rías tanto, a la siguiente pillas.

- No si yo le doy antes.

- ¿No sería conveniente que le explicases a Pavel lo importante?

- ¿Qué dices? Eso era importante. Mi hermano se preocupa por mi vida sexual.

- Me preocupan sus consecuencias Rado, y no despertarme un día con una horda de sobrinos, nada más. Por mí podrías volverte experto en onanismo.

- Dices eso porque te acabas de tragar un caparazón azul.

- Quizá. O porque sigues picándote conmigo y dejando ganar a Raleigh.

- Es que no es justo, llevamos días jugando, tu acabas de llegar y ganas. Hay que enseñarte una lección.

- ¿Qué al populacho no le gusta la gente con talento?

- Que en el mundo hay… ¡Justicia! ¡Si!, ¡Comed plátanos los dos! ¡Vuelvo a ir primero! El mundo está en su sitio.

- Come tú caparazón azul, Rado.

- ¡No! ¡Cabrón! ¡Hay que ganar a mi hermano! ¡Pensaba que teníamos un plan!

- Yo tengo un plan, incluye conseguir que gane yo. – sonrió - Nada más.

- ¿Qué es lo importante? – Pavel volvió al tema, mientras su personaje adelantaba a los otros gracias a un turbo infinito – Porque si esperas a ganar para decírmelo podemos estar toda la noche.

- No. Tú no te preocupes, que ganaré, en un momento u otro. Pero sí, lo importante – Rado llevó la mano al cubo de las palomitas y se llevó a la boca tantas como pudo llevarse – El sitio en el que me desperté, era un jodido yate de la ostia, propiedad de Kurt Novák.

Pavel frunció el ceño, sin dejar de jugar.

- ¿No tenías suficiente con liarte con Faith que también tenías que colarte en la propiedad de Novák?

- No me colé. Me invitó. Él estaba allí.

- ¿En serio? ¿A santo de qué te invita a ti?

- Tiene información sobre mí. Insinuó que sabía lo que hago cuando no estoy de fiesta.

- ¿Se lo confirmaste?

- ¿Me tomas por un novato? No. Me hice el nini. Como siempre. Le confirmé que tengo poderes, o que soy “Vitalista”, como dicen ellos. Cualquiera que sepa un poco del mundillo sabe quién eres tú, yo soy tu hermano y esto es hereditario. Me pareció que era algo seguro de confirmar, para no negarle todo, darle algo de plausible a la excusa. Dijo que tenía vídeos de cámaras de los últimos años parseando mi cara, y que tarde o temprano tendría pruebas de lo que hasta ahora solo intuía.

- Tendré que hablar con él. Supongo. – Continuó Pavel, ahora algo preocupado – Aunque no sé que tipo de influencia puedo tener en un hombre de ese calibre. ¿Qué quería de ti? ¿Por qué te confrontó?

- No lo tengo muy claro. Parece que quería que hiciese algo. Dijo, en pocas palabras, que cuando los Nazis ganen a los Rusos, vendrán a por Australia y cuando ganen aquí me convertiría en rata de laboratorio. Parecía querer sacarme la voluntad de pelear o hacer algo. En ese momento le confirmé que sí, tengo poderes, pero que, si madre no consiguió convencerme de hacer algo con ellos, menos lo iba a hacer él.

- Amén a eso.

- Amén. – Coincidió Raleigh.

Uno de los hermanos paró el juego, y ambos se quedaron mirando algo sorprendidos al rubio.

- ¿Qué? Vuestra madre es aterradora. Cuando se enteró de que sabía lo de Rado, me echó tal sermón que casi me lo hago encima. Tuve miedo de ir a vuestra casa durante meses.

- ¿Por eso no venías nunca a las barbacoas en la piscina?

- Exactamente.

- Me parece correcto.

- ¡Joder! – se quejó Pavel - ¡Os dije que avisarais antes de continuar!

- ¡Te jodes Pablito! – Respondió Rado mientras pasaba zumbando junto al Kart de Pavel.

- En fin, por eso te he enviado el pop-up. Rado no quería que pareciese que Novák había dado en el clavo con él, y con un jodido tecnomante una llamada por teléfono era difícil que pasase desapercibida.

- Hicisteis bien pues. – respondió, mientras recuperaba los puestos que Rado le había robado, dejándole de regalo una caja falsa en el camino.

- Hijo de una hiena… Hay algo más.

- ¿Mas? ¿Qué más puede haber? ¿También te tiraste a Novák?

- ¿Qué? No. Ya le gustaría. No. Lance Knight estaba allí, hablando con Novák, pero no sé de qué, no llegue a oir la conversación. Había un maletín negro. ¿A lo mejor Novák está reclutando “Vitalistas”?

- ¿Para qué?

- Ni idea. ¿Pelear con los Nazis?

- Como dije, tendré que averiguarlo… A lo mejor si hablo con él directamente saco algo en claro.

- Si hablas con él directamente sabrá que yo te lo he contado y se podrá imaginar que estaba bastante cerca de la verdad conmigo.

- Es Novák. – intervino Raleigh - Lo sabrá tarde o temprano.

- Exactamente. ¿Algo más?

- Si. No me lo llegó a enseñar, pero insinuó que tenía algo del suero, el “elixir negro”. ¿Queremos tener algo que ver con eso?

- No lo sé. Está bien que no le confirmases nada. Si como dice Raleigh, tarde o temprano tiene que averiguarlo, que se esfuerce un poco, no se lo pongas fácil. Esto nos dará algo de tiempo para planear. Y… ¡Si! – Pavel se puso en pie de golpe, levantando los brazos en un gesto de victoria - ¡He ganado! Tragaos esa pezqueñines. Entrenad cien años y seguiréis sin ser capaces de alcanzarme.

- Suerte del principiante. – Rió Raleigh, que había quedado segundo. – Un caso especialmente fuerte.

- Eso y que me habéis puteado toda la partida – se quejó Radoslav, que había quedado cuarto, por detrás de una IA – Me he comido más caparazones rojos de los que pone un restaurante chino en la sopa en un año.

 +  - Llorica. - Coinciderion Raleigh y Pavel.

Pavel volvió a sentarse. Los tres se quedaron mirando la pantalla de victoria, sin decir gran cosa.

- ¿Y ahora qué hacemos?

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19/08/2017, 21:21
Pavel Levin

Bueno...— respondió Pavel echando un vistazo a su reloj— esta princesa sobre ruedas —comenzó refiriéndose a si mismo— debería volver a casa antes de que se le acabe el tiempo de descuento y Miranda le corte los huevos— comentó con una breve sonrisa—. Respecto a lo de Novák, depende de ti, Rado. Hablaré con él, a ver qué sabe exactamente y qué coño quiere de ti, o de nosotros —titubeó antes de añadir—. ¿Quieres que se lo diga a mamá, o prefieres dejar su cólera celestial al margen?

Sonrió. Probablemente Raisa fuese más eficiente que Pavel al lidiar con la situación, pero seguramente también tendría menos tacto y decoro al respecto. Siendo Novák como era, la matriarca seguramente optaría por cantarle las cuarenta al billonario, forzándole a poner todas las cartas sobre la mesa, pero también podía generar tensión innecesaria entre dos gigantes económicos y políticos de la ciudad.

Mientras tanto, tú entretente como siempre— sugirió palmeando el hombro de Radoslav—. Tírate otra vez a Faith, pero ándate con ojo: Probablemente sólo quiera usarte como su juguete sexual, pero no deja de ser una ex-agente del gobierno japonés— se rio por lo bajo, probablemente pensando en qué clase de cosas podría tramar Faith—. Estaría bien salir de dudas y ver si solo eres un polvo o sabe qué eres en realidad.

El hombre se levantó de la mesa, echando a andar lentamente hacia la puerta. Recogió su cazadora por el camino.

Novák tiene razón en que Sydney no va a ser "Un Mundo Feliz" para siempre— confesó—, pero aún está por ver cuándo llegará ese día, y qué pasará para entonces. No tengo ningunas ganas de volver a mis años mozos— concluyó en referencia a su vida en Rusia—, pero llegado el momento se verá qué opciones que tenemos.

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19/08/2017, 21:56
Ancel Zimmerman

El nazi miró a la doctora con seriedad, agravado.

— Lafayette, no estoy acostumbrado a que ignoren mis preguntas, así que responde cuando termine— comandó con frialdad, refiriéndose a "qué pasó para que te convirtieses en lo que eres ahora"—. Ahora, este cadáver tiene dos propósitos; el primero, evitar que Omega u otros indeseados consigan información de él, como sospecho que tú has hecho— esbozó una media sonrisa, con el lateral derecho, mientras miraba brevemente a la doctora—. La Telemetría es un poder asociado al más allá, y no has desmentido mi teoría sobre volver de entre los muertos. Por otro lado, aún es posible que este soldado se presente a alguna batalla más. Hay un Vitalista en la ciudad que puede animar a los muertos — titubeó antes de añadir— de una forma más permanente a la mía.

No sería de extrañar, no obstante, que Zimmerman planease devorar el alma de dicho Vitalista, quizás con la esperanza de aumentar sus capacidades, o incluso de adquirir las de aquel pobre diablo, aunque Lafayette no sabía o recordaba si lo segundo era siquiera posible.

Poco a poco, la zona urbana de New Sydney fue diluyéndose, dejando paso a edificios más vulgares y poco atractivos, hechos de cemento y hierro, anchos y funcionales, sin tanto adorno de cristal o ambición de alcanzar las nubes. Era la zona industrial de la ciudad, con menos peatones, menos drones pululando como avispas, y en general, menos actividad: ideal para el refugio de Zimmerman y su plebe.

Morrow es un perro enfadado. Peleó contra los míos en Europa, y ahora yo, viva imagen de la mano derecha del Reich, y a sus ojos una encarnación del mal, soy su nueva némesis. O eso se cree— señaló el cadáver en el asiento trasero—. Tiene mucho trabajo por delante si piensa acabar con mis hombres uno a uno, y sabe que en cuanto me plante cara directamente es Vitalista muerto. Y en cuanto a ti— concluyó señalando a la doctora— en cuanto sepa qué eres, y de qué eres capaz exactamente, veremos porqué sigues viva. En principio, creo que tus poderes te hacen más valiosa viva que muerta —probablemente, con objetivo de reclutarla para su causa—. Además, normalmente la gente se mea encima con escenas similares a la de la morgue. Tú no, y eso tiene mérito.

Parecía que la intención de Zimmerman era simple: averiguar más sobre el origen y las capacidades de Lafayette. A partir de ahí podría tomar una decisión; tratar de devorarla su alma, o reclutarla para sus filas. Seguía siendo posible para la doctora tratar de escapar, especialmente considerando que Zimmerman aún no sabía que ella podía moverse entre dimensiones, aunque era posible que el hombre fuese tratar de seguirla en otros planos de la existencia. Vencerlo en un combate físico, o místico, parecía más difícil, aunque nunca se sabía.

- Tiradas (1)
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19/08/2017, 21:56
Narrador

El Purgatorio era un club nocturno bastante notorio. No solamente su gerente, James Hollow, lo manejaba de forma experta, asegurándose de que cualquier decisión y detalle pasase a través de él, sino que también ofrecía trabajo a cualquier Vitalista que necesitase dinero; camareros, ayudantes de cocina, seguridad... y los conflictos hasta el momento siempre se habían podido resolver sin recurrir a la violencia, algo inusual para un club nocturno.

Todo ello convertía al Purgatorio en un nido perfecto para Vitalistas, ya no solamente entre el personal, sino entre los clientes. Aunque era inusual, de tanto en cuando se podía ver a alguien haciendo algo sobrenatural -nada espectacular, eso sí-, y Hollow, aunque mantenía un ojo sobre Aby debido a la inestabilidad de sus poderes, la dejaba hacer a su aire.

Aquella noche en particular la joven estaba llegando al final del turno, y ya no había tanta clientela, ni de lejos, como en hora punta. La barra estaba más vacía que llena, la DJ estaba poniendo ya las últimas canciones que Aby tan bien conocía a estas alturas, y la clientela estaba demasiado borracha como para recordar cuanto era nueve multiplicado por siete.

Ey— saludó una voz femenina, aunque firme, desde cerca.

Era una mujer, sentándose en la barra. Llevaba un abrigo gris bajo sobre un brazo, un traje de fiesta negro sin mangas, y una espesa mata de cabello negro recogido. Era guapa, pero nada espectacular, y la fina capa de maquillaje no parecía hacerla más atractiva. Parecía en sus treinta y, sorprendentemente, sobria. No era normal ver a una mujer de esa edad, con ese aspecto y sobriedad, a esas horas de la noche.

¿Qué es lo más fuerte que tienes?— preguntó con cierta desesperación en la voz—. Llevo toda la noche espantando babosos, necesito algo para lavarme el cerebro— sonrió—. Soy Eve, por cierto —añadió señalándose el pecho con la mano abierta—. Eve Wright.

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20/08/2017, 02:00
Ángel

Ángel tomó asiento al lado de la recién llegada Eve, mirándola de forma descarada antes de volverse hacia Abigail. Parecía un poco más mayor que la joven Vitalista, vistiendo una camiseta negra de manga corta y vaqueros azules. Naturalmente, Eve no podía verle, ni oírle, y nadie salvo Abigail parecía consciente de su existencia.

Recuerdo a esta mujer— dijo señalándola con un pulgar—. Viene de vez en cuando por aquí, sola, pero suele limitarse a mirar desde una esquina, o el segundo piso— comentó en referencia a la balconada tras subir las escaleras, con vistas a la pista de baile y la barra del bar—. No suele beber, bailar, ni relacionarse con nadie. ¿Qué quieres, Eve?— preguntó mirándola, aunque la mujer ni siquiera se inmutó por razones obvias.

Ángel tomó un vaso casi vacío entre los dedos, los restos de un cliente anterior, aunque era incapaz de moverlo o interactuar con él de ningún modo. Mientras Abigail trabajaba, demasiado ocupada atendiendo a los clientes, Ángel podía permitirse el lujo de observar el ambiente, aunque tras semanas comenzó a volverse monótono y aburrido para él. Ni digamos al paso de meses, lo cual se reflejaba en su forma pesada de permanecer en la barra, cansado y aferrado a un vaso vacío.

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20/08/2017, 20:52
Ethan McKenzy
Sólo para el director

El mundo se interrumpió. Todo lo que hubiera pasado con anterioridad aquel día, los anteriores días, quizá incluso las últimas semanas, fue irrelevante. Miré desconcertado a Mongoose, e hice amago de decir algo varias veces. Tras unos segundos me levanté, apreté los labios, y, seguidamente, volví a sentarme, frunciendo el ceño. Sin reacción todavía más allá de una sorpresa abrumadora y un sinfín de confusión. Por un segundo, pareció que la tierra había dejado de girar. Él... ya no estaba. El sentido de mi existencia, mi deseada venganza... No era consciente todavía de si me traía paz o ira aquella situación. Solo era capaz de imaginar su horrible rostro, cada una de sus facciones, sus arrugas y lunares perfectamente memorizados, allí, en mitad de una celda con el corazón arrancado. Cerré los ojos un segundo, respiré hondo y me forcé a despertar. 

Al abrirlos de nuevo me puse en marcha. Ni rastro de mi horrible resaca, solo miles de preguntas recorrían mi cabeza, ¿Cómo ha podido pasar? ¿Quién? ¿Se le interrogaría antes? ¿Sufrió? ¿Sufrió tanto como debería? ¿Qué pensaría antes de morir? You're welcome. Recordé. La carta revoloteó en mi cabeza, como un gatillo que se dispara en mi mente. Mi mente empezó a buscar conexiones sobre a quién podría interesarle tanto mi vida como para tomarse tantas molestias mientras me esforzaba en no pensar si estaba bien o no al respecto. Aún no sé si quiero darte las gracias, pensé en un momento de rebeldía contenida. 

- Te reconozco que esto no me lo esperaba. Vamos. - Dije de repente poniéndome en pie. Estaba despierto, más de lo que había estado en mucho tiempo. Miré fijamente a Mongoose. - Por supuesto que quiero verlo. - No vi necesidad de decir nada más, mis pensamientos fluían demasiado deprisa y sabía que no podría parar de imaginarme cosas hasta que supiera más al respecto. Mi expresión, no obstante, indicaba claramente que pensaba llegar al fondo de esta, fuera como fuera. 

Mientras cogía mis cosas y salía con impaciencia pensé que prefería que Charlie no viera nada de esto, que no se acercara a mí en todo este proceso a ser posible, exacerbaba mi odio hacia Kemper, y mi odio no me dejaba pensar claramente, además prefería que no viera nada relacionado con su agresor. Entonces caí... Espera... ¡Espera! Kemper... Está muerto... entonces... entonces... Oh... no... ¿Podré verle? Hice un esfuerzo monumental para no pensar en ello. Primero, escena del crimen, luego interrogar a conocidos, y por último... el más allá. 

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20/08/2017, 22:36
Narrador

La prisión estatal de Sydney era el lugar donde más infame era el detective McKenzy. Caminar por los pasillos suponía una orgía de gritos, amenazas y burlas lanzadas en su dirección, aunque no importaban. En cierto modo, eran un elogio a su trabajo bien hecho, ayudando a mantener la escoria de la ciudad contenida en el sitio donde pertenecía. Sin embargo, de todos los criminales McKenzy que había ayudado a encerrar, Kemper era el peor de ellos.

Encerrado en una celda común, pero individual, descansaba su cadáver. La escena era, por supuesto, dantesca. El ya de por si poco atractivo cuerpo de Kemper, obeso y sin camiseta, yacía tirado en mitad del suelo de la celda, con una gran piscina de sangre coagulada a su alrededor. En su mano derecha, entre uñas alargadas y teñidas de sangre, descansaba su corazón, arrancado del pecho, aunque resultó obvia para el detective la herida en su muñeca izquierda, a todas luces fruto de un mordisco. El trozo de carne correspondiente descansaba tirado en el suelo, cerca del cuerpo. En la pared estaba escrito, con su propia sangre, "You Are Welcome".

Sin embargo, lo más impactante era el pecho de Kemper. Algunas costillas del lado izquierdo estaban rotas, sobresaliendo del pecho, y la carne parecía desgarrada y abierta de forma irregular. Las venas y arterias que conectaban al corazón parecían haber sido separadas de un tirón brusco acorde a la policía forense. Según ellos, era literalmente imposible que Kemper hubiese hecho aquello en vida por si solo, pero todo parecía indicar que aquello lo había hecho él solo, mordiéndose para escribir el mensaje en la pared y luego rajarse el pecho con las uñas, hurgando en él hasta forzar las costillas y arrancarse el corazón. Aquello era, según la opinión del equipo policial, probablemente fruto de alguien con la capacidad de controlar los cuerpos de otros, incluso en la muerte, aunque no dejaba de ser una especulación.

Ese pedazo de mierda decía que yo le robaba los sitios donde descargar los cadáveres— comentó Mullin, otro asesino en serie, aunque no tan escandaloso como Kemper, encerrado en la celda contigua a él—. Era un cobarde. Nunca hubiese tenido huevos para hacer algo así. Ha sido el Diablo— comentó con una sonrisa—. Tras tantos años, supongo que a Kemper le llegó el turno en la lista de espera.

Mullin sufría esquizofrenia paranoide, y no era una fuente de información fiable. Aunque no había oído nada más que a Kemper quedarse callado de pronto mientras hablaba con él, y hacer aquella barbaridad en un silencio ritual, aquello podía indicar algún tipo de control mental, o corporal a juzgar por la continuidad post-mortem del acto.

Por supuesto, McKenzy podía tratar de usar su postcognición, o su comunicación con los muertos -si el espíritu de Kemper aún estaba por ahí, aunque no fuese obvio-, para tratar de obtener más información, aunque probablemente, a juzgar por la magnitud del acto, si había sido costa de otro Vitalista, McKenzy acabaría bastante fatigado en el proceso. Nada grave, pero sí un esfuerzo suficiente como para joderle el resto del día. Por otro lado, tampoco sabía si sus poderes interactuarían de algún modo con los del responsable, fuese quien fuese, aunque a todas luces el artífice de la carta de aquella mañana.

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20/08/2017, 23:24
Roy Harper

Sarah y Hollow asintieron de forma dócil y simple ante las breves instrucciones de Novák. Nada fuera de lo ordinario o que dejase dudar a dudas. También tomaron nota de las capacidades de Zimmerman, como Harper, que por su parte respondió a las sugerencias de Task en lo que se refería a cómo tumbar a Zimmerman.

Si tenemos tacto es posible que alguien conozca a alguien que conoce a alguien— elaboró—. Ya sean los chicos del Purgatorio, o los criminales de segunda y tercera, creo que es posible tirar de la manta hasta encontrar a Zimmerman o el Nigromante— sacudió la cabeza, satisfecho—, aunque la idea de usar al Nigromante o a Morrow como cebo para el nazi suena bastante bien, siempre es más fácil pelear con un animal cuando está cansado.

Hollow asintió, indicando que trataría de, sutilmente, ver si alguien en el club sabía algo que pudiese servir como pista para llegar a alguno de los Vitalistas. Con discreción y sin revelar sus intereses, por supuesto.

Dudo que nadie en el Purgatorio sea capaz de Drenar— comentó igualmente Harper—. Por lo que tengo entendido, cualquier Hijo de Dios puede aprender a hacerlo, pero la mayoría de Vitalistas son demasiado mediocres como para preocuparse por algo así, desarrollarlo, o encontrar un mentor— arrugó los labios, como si le molestase lo que iba a decir—. Si me preguntas a mí, veo más probable que tipos como Morrow, Locke o estos dos — el Nigromante y Zimmerman — estén al tanto de eso. Son normalmente los tipos turbios quienes saben esa clase de mierda.

Sarah y James parecían coincidir con Novák en cuanto a qué clase de Vitalista resultaba más peligroso. Sarah no parecía particularmente especialmente por su propia seguridad respecto a los poderes menos físicos, probablemente por la naturaleza de sus propios poderes, aunque ciertamente respetaba su sutileza. Para James, en cambio, parecía algo incómodo ante lo que estaba desnudo como un bebé, como probablemente era el caso de Novák. Los tres podían tratar de resistir tales efectos, combatirlos con su propia mente o espíritu, pero Sarah era, de entre los tres, probablemente la más estoica a nivel mental y la más pura en espíritu.

En cualquier caso, tanto Sarah como Hollow -aunque particularmente Sarah- parecían abiertos a la posibilidad de aprender a Drenar, aunque algo inquietos ante la idea de llegar a matar y absorber el alma de otro Vitalista, probablemente por las consecuencias que pudiera tener más allá de aumentar su propio poder.

Ya que lo mencionas, Locke ha estado inusualmente calladito— continuó Harper—. Demasiado para un ególatra narcisista —comentó de forma redundante—. Es posible que esté tramando algo, pero ese tío es, en mi opinión, un showman aburrido. Nunca ha intentado ganar territorio, o controlar el tráfico de armas o drogas, sólo dar por culo de vez en cuando — se rio por lo bajo — es más un problema para Omega y Novák que para mí. Salvando los rusos defendiéndose como cucarachas frente a nuestras botas... — titubeó, poniendo los ojos en blanco — creo que no hay nada más relevante. Sigue habiendo criminales con poderes sobrenaturales haciendo el imbécil — apuntó particular desdén en aquel juicio de valor —, como Robert Red, pero nada organizado o particularmente centrado en nosotros. Creo que ganar nuestra guerra por el submundo de New Sydney es cuestión de tiempo, Sebastian. Poco tiempo— concluyó con una sonrisa abierta, enseñando los dientes superiores.

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21/08/2017, 00:09
Bevidiere Lafayette
Sólo para el director

Así que volvemos a las amenazas.- resolvió, dedicándole una mirada de soslayo, dando otra profunda calada al segundo cigarro que se fumaba ante la presencia de Zimmerman- John Morrow puede o no ser un perro enfadado. Pero alguien que se dice juez y verdugo no merece mayor estima que aquel que comete un crimen. El concepto de la Justicia no funciona de esa manera. - opinó, notando de nuevo cómo le temblaban las manos- Podré haber visto esto, o lo otro. Pero me importa una mierda. Me importas una mierda tú, me importa una mierda él. Y me importa una mierda cualquier cosa que no sea seguir... Malviviendo, por puro instinto. Hasta que me canse del puro instinto y vuelva a intentarlo otra vez.- se encogió de hombros.

Supongo que igual tampoco es un gran secreto. Los lameculos que trabajan para ti, y aquellos que te tienen como mascota pueden fisgonear y saber en seguida qué fue lo que me pasó, si saben dónde buscar. -bufó- Una bañera llena de agua, cortes verticales a lo largo de las arterias radiales, unas cuántas unidades de insulina rápida y un bote de diazepam- enumeró- Eso fue lo que me ocurrió. Y lo que debía ocurrir a continuación no debía ser esto. Pero, me encontraron. Me reanimaron tras permanecer varios minutos en parada cardiorrespiratoria.- suspiró- Y no. No vi la luz. Sólo había... Oscuridad. - explicó, temblándole ahora la voz al pronunciar aquella palabra- Pero a la vez, todo dejó de doler, y de importar.- añadió, observando el humo, ascender, tras emanar de sus labios-  Después abrí los ojos. Y tuve que volver a vivir. Y todo había cambiado, de manera definitiva. -admitió, casi para si misma.

Supongo que por esto que me ha ocurrido es por lo que no me he meado de miedo. He visto cosas horribles. Demasiadas. Y sentirse en parte... Muerto por dentro, aporta cierta calma fría, que a veces incluso puede ser beneficiosa.- lo miró de nuevo, examinando su expresión, con una ceja alzada- Aunque debo admitir que fue espectacular. Y que esencialmente, estaba, y estoy asustada. 

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21/08/2017, 17:36
Abigail Kidman

Cuz nothin' good comes after midnight
Ain't no good love comes from pain
Whoah whoah!

Para cualquier persona, trabajar casi todas las noches en un bar nocturno podía ser una faena y una pérdida de capacidad de audición constante dado el alto volumen de la música, por mucho que te guste el ambiente nocturno, escuchar horas y horas las mismas canciones a todo trapo es un infierno para cualquier persona. Pero a Aby era lo que más le gustaba de trabajar allí y lo que menos le pesaba... La música estaba tan alta, que no podía casi oírse ni pensar y eso era maravilloso. Aunque algunos fines de semana, había tantas personas que ese murmullo incesante era capaz incluso de elevarse sobre la melodía... Y ese día siempre tenía jaqueca al volver a casa. 

Pero ahora era la hora del cierre, y dado el pequeño número de personas, ni siquiera los oía. Aby estaba en la barra, reponiendo la nevera con botellines de cerveza cuando una voz femenina la sorprendió, provocando un pequeño temblor en uno de los botellines, como si este se hubiese sobresaltado con ella. 

Hola-saludó ella con una sonrisa-, ¿qué te pongo?

Se quedó un momento pensativa, escuchando a Ángel sin mirarlo, estaba acostumbrada a ignorarlo estando en público... no es que le gustase hacerlo, de hecho, lo detestaba, pero ya le costaba hacer vida normal como para intentar hacer explicar a todo el mundo que tenía un "amigo invisible", ¿bicho raro y loca? No, gracias.

Aby-se presentó. No hizo el amago de estrechar la mano, cuando tocaba a alguien era como una especie de conexión directa a su cabeza y no le apetecía invadir su intimidad de esa manera. A decir verdad no le sonaba la mujer, pero era lógico si no solía acercarse a la barra a pedir bebidas-. Lo más fuerte que tengo...-repitió, pensativa. Se giró para mirar la estantería llena de bebidas, buscando la botella verde de absenta, casi arriba del todo. Debido a su alta graduación, no era algo que pidiesen con frecuencia. Tenía otra cosa más fuerte, lo que a ella le gustaba llamar Mata-ratas, pero solo estaba destinado a borrachos terminales que necesitaban echar la pota lo antes posible y largarse. 

Cogió la botella poniéndose de puntillas y se giró de nuevo a la recién llegada, sacando un vaso de chupito de debajo de la barra. Abrió la botella y sirvió la bebida verde.

- ¿Una mala noche?-preguntó. No solía dar conversación a los clientes, pues no solía tener tiempo... Pero ahora que no había prácticamente nadie, podía permitirse el lujo. Miró durante un momento a Ángel y contuvo un suspiro, si supiese lo que daría por poder hacerlo partícipe... Por suerte o por desgracia, el chico ya estaba más que acostumbrado, por mucho que pesase. 

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21/08/2017, 21:01
Eve Wright

Podría ser peor— respondió la mujer antes de coger el vaso con dos dedos, beber la absenta y dejarlo de nuevo sobre la barra—. Podría ser una Telequinética sin control de mis poderes, ¿no?— comentó con una sonrisa mientras ponía la huella dactilar sobre la pantalla de su móvil, antes de tendérselo a Aby boca abajo, esperando a pasarlo por el escáner para pagar—. Se me da bien observar a la gente— comentó como si nada.

Si lo que había dicho antes Ángel era cierto, y probablemente lo fuese, no era tan raro que aquella mujer hubiese visto a Aby mostrar sus poderes por accidente en algún momento. No era algo típico en ese ambiente, pero si en algún momento estaba muy nerviosa y estresada, podía pasarle. Algunos vasos se habían roto por accidentes del estilo.

Voy a ser directa, Aby, porque esta parte se me da fatal— comenzó a elaborar con tono autocrítico mientras pagaba—. Trabajo para el gobierno de Sydney, principalmente identificando Hijos de Dios que puedan contribuir al bienestar de la sociedad— Eve torció el gesto, casi como diciendo "Sí, lo sé, a mí tampoco me gusta que me asalten para venderme algo". Los entrenamos y los ponemos a defender la ciudad, básicamente. Si me dejas, me gustaría presentarte a un par de personas, y poder enseñarte lo que hacemos. Sin compromiso.

Habiendo terminado de pagar, y guardado su móvil, la mujer sacó una tarjeta de visita de un bolsillo, tendiéndosela a Aby.

No tienes porqué responder ahora. Podemos hablar de esto un rato, o no, y...— ladeó la cabeza, frunciendo los labios en una mueca patosa, dubitativa— tras pensártelo un poco en tu casa mientras tocas la guitarra, puedes llamarme o quemar la tarjeta.

Guiñó un ojo. Bueno, desde luego sabía más de Aby de lo que hablaba, pues parecía estar al tanto de su actividad como artista -aunque tampoco era algo difícil de averiguar con una búsqueda rápida en internet-.

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21/08/2017, 21:18
Ángel

Oh— exclamó Ángel, sorprendido—. Pensé que quería ligar contigo, pero está intentando reclutarte— comentó cual Capitán Obvius, asintiendo con la cabeza—. Bueno, ahora todo tiene sentido— se encogió de hombros—. Tiene el tacto de una zapatilla, pero al menos no te ha metido en un camión con una bolsa en la cabeza, supongo.

El gobierno de New Sydney, aunque bajo el liderazgo de Omega, una persona cuya identidad se desconocía, se caracterizaba por ser bastante limpio. No había impuesto un registro legal de Vitalistas, sus poderes y/o exámenes genéticos, y había tratado de "formalizar" a los Vigilantes bajo su ala, pero por otro lado tenían la ciudad plagada de cámaras y drones, y no tomaban parte en el conflicto bélico del resto del mundo contra los nazis, actualmente demasiado ocupados en el frente ruso.

Las malas lenguas solían considerar a los Vigilantes y demás Vitalistas al servicio del gobierno como sus "títeres", aunque por otro lado, ninguno de ellos estaba forzado a colaborar. Se dedicaban a ello porque querían, y las malas lenguas hablaban desde hasta cierto punto hablaban desde la envidia, pero donde el río suena... agua lleva. Tener a Vitalistas trabajando para el gobierno implicaba que este podía decidir qué discurso escuchaban los Vitalistas, así como a qué se enfrentaban y porqué luchaban, en lugar de dejarlos a su libre albedrío, convertidos en potencial desperdiciado, delincuentes, o al servicio de sus propias causas.

Por el momento parecía que la voluntad de Omega y del gobierno era la seguridad de Australia, pero el hecho de que no tomasen acción contra los nazis, y fuesen "supersoldados" al servicio del gobierno... bueno, molestaba a ciertas personas. Una minoría, pero una fracción de la población al fin y al cabo: generalmente Vitalistas que decidían conservar su independencia tras ser "abordados" por el gobierno, o que no querían poner sus poderes al servicio de algo más grande que ellos mismos.

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25/08/2017, 01:01
Radoslav "Rado" Levin

- No. Deja a madre fuera de esto. Si la incluimos en el tema empezará a olerse que hay algo más en mi aparte de… En fin, aparte de nada, específicamente.

Se acercó a su hermano y le paso el brazo sobre los hombros, bajando la voz casi imperceptiblemente, haciendo la pantomima de que no quería que Raleigh oyese aquello, sin poner nada de su parte en conseguir tal cosa.

- Sobre lo de Faith, puede que no esté en mi control lo de volver a las andadas. No creo que sea como el resto de mujeres de New Sydney, que caen rendidas a mis pies. O a los de tu dinero en mis manos, lo que es más probable. Creo que, por primera vez en mi vida, una mujer se me ha Tirado a mí, y no al revés.

Cuando llegaron a la puerta de la calle, le dio la mano a Pavel a la manera especial en la que ellos lo hacían, cogiéndose del antebrazo.

- Invítame otro día a eso de la comida casera de Miranda. – sugirió Radoslav – A poder ser avisando con un par de días de antelación, para que no vaya con resaca. NO queremos que piensen que soy del todo incorregible.

 

Cuando Pavel se fue, Radoslav volvió a sentarse junto a Raleigh en el sofá, todavía con la pantalla de victoria de la última partida sonando en la pantalla.

- Tengo hambre. – Anunció Raleigh, que siempre estaba hambriento tras usar sus poderes - ¿Cenamos algo?

Rado puso los pies sobre la mesita, sin ningunas ganas de moverse.

- ¿Chino? – Raleigh se encogió de hombros. – Chino pues. – Rado usó sus poderes para tirar del teléfono inalámbrico hacia sí, y llamó al restaurante asiático que les proveía el 90% de lo que consumían en una semana. Estaba registrado en la marcación rápida. Cuando acabó lanzó el teléfono a la butaca que Pavel había abandonado, y recogió su mando de Nintendo 64. - ¿Revancha mientras esperamos?

- Te concederé otra oportunidad de mover el polvo, - sonrió Raleigh - por supuesto.

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25/08/2017, 13:36
Abigail Kidman

"Nothing good comes after midnight" ¿En serio?

A veces el universo nos habla y parece que con esa canción le estuviese advirtiendo de lo que significaba la llegada de Eve.

Con el ceño fruncido, cobra lo que le ha costado el chupito. No le ha gustado su forma de abordarla así, no hacía falta ser un lince como para darse cuenta de que no controlaba del todo sus poderes, eso no era lo que la había molestado, lo que hacía que su cuerpo se mantuviese alerta y en tensión era su posterior declaración. El gobierno. 

Si bien era cierto que el gobierno de Sydney parecía ser limpio, había algo que a Aby no le gustaba, le escamaba todo eso. ¿Por qué se iban a fijar en ella? Ahora mismo era más un peligro que una ayuda... Aunque tal vez buscaban eso, quitar el riesgo mediante entrenamiento... ¿pero qué clase de entrenamiento? Ella ya había sido "entrenada" y, desde luego, no había sido nada agradable. Frunció los labios e inspiró hondo. Ella no quería ser entrenada, no quería tener esos poderes, ella no los había pedido y solo quería tener una vida normal, sin ese murmullo incesante de voces, sin platos rotos. 

No quería ser un títere del gobierno. Aby no se creía la propaganda llena de rostros sonrientes, de poses heroicas y eslóganes inspiradores. 

Escuchó a Ángel y no pudo evitar que un macabro Todavía cruzase por su mente, completando el último comentario de su amigo.

Aún con el ceño fruncido, tomó la tarjeta que le tendía y le echó un rápido vistazo antes de guardarla en su bolsillo trasero. Tamborileó los dedos con nerviosismo sobre la barra, mientras la miraba.

¿Podría conocer a esas personas y los métodos de entrenamiento y ya está?-preguntó-. Es decir... no tendría que quedarme luego si no quiero, ¿no?

Ni siquiera sabía por qué preguntaba, no quería ir. Porque no quería, ¿no?

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27/08/2017, 17:08
Eve Wright

Eve compuso una sonrisa amplia, genuina y a todas luces sincera.

Por supuesto— asintió con la cabeza—. Antes de Sydney, trabajaba para los Estados Unidos— antes de que la radiación arrasase más del 90% de las urbes—, y pese a ser una Hija de Dios, nadie me obligó a nada cuando llegué. No somos como tu pasado, Aby.

Se levantó del asiento, deslizando ligeramente su abrigo gris con ánimo de indicar que se iba.

No dudes en llamarme si tienes cualquier duda— comentó con una nueva sonrisa—, o cuando estés lista. Y tranquila, solo tienes que llegar hasta donde quieras. No tendrás que quedarte a nada.

Acto seguido, Eve acentuó la sonrisa en el lado izquierdo, componiendo una mueca torcida queriendo indicar "eso es todo", y comenzó a caminar hacia la puerta mientras se ponía el abrigo.

Abigail podía suponer que la señorita - o señorita - Wright tenía bastante experiencia en ese tipo de tareas; investigación y reclutamiento. Por la forma en la que habló, y la tranquilidad pacífica con la que abordó el asunto sin perder tiempo, aquel no era su primer rodeo. De hecho, parecía disfrutar de aquel trabajo.

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27/08/2017, 17:24
Ángel

Entonces, ¿estamos considerándolo?— preguntó Ángel con cierta incredulidad, empleando el plural mayestático—. Sé que es una oportunidad para aprender a controlar tus poderes, pero...— suspiró—. No sé. Por un lado creo que vendría bien aprender a defendernos, pero por otro... no me apetece juntarme con el resto de raritos, Aby.

Lo que Ángel quería decir en realidad era "soportar" al resto de raritos, más que juntarse con ellos. Ángel estaba hastiado de su propia existencia, encerrado sin experimentar el mundo más allá que a través del entorno de Aby, sin siquiera poder relacionarse con él. Conocer a otros individuos con facultades sobrenaturales, y la posibilidad de que Aby hiciese nuevas amistades suponía algo... conflictivo para él.

Aby sabía que Ángel no le deseaba ningún mal, y que sólo quería lo mejor para ella, pero por otro lado, cuanta más vida social y relaciones tuviese Aby, menos tiempo y atención tendría Ángel con ella, y ella era la única persona con la que podía relacionarse.

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27/08/2017, 17:37
Ancel Zimmerman

Zimmerman arqueó una ceja. Aunque seguía aparentando calma, para Lafayette era visible que el hombre se encontraba en alerta, más de lo habitual, dispuesto a tomar medidas físicas si resultaba necesario. Estaba irritado, a expertos ojos de Lafayette, por un ataque a su ego.

— Estar asustada es decisión tuya— comenzó el hombre, insensible por haberse puesto, inconscientemente, a la defensiva—. Por ahora sólo hay dos normas. Número 1: la próxima vez que me llames mascota— señaló la ventanilla del vehículo— te atravieso la cabeza por el cristal. Y Número 2: Haz lo que te diga.

Era eso. Zimmerman sabía que Lafayette tenía razón, pero prefería vivir repitiéndose otra. Tras mucho decírselo, tras mandar sobre su pequeño grupo, vivía convencido de que era su propio monarca, pero en el fondo, sabía que no, y ver como una desconocida se lo hacía ver le sentaba como un escopetazo en el estómago.

El hombre echó un vistazo a la zona, asegurándose de dónde estaba. A juzgar por la forma de ojear la calle y los edificios alrededor, no llevaba mucho tiempo asentado en aquella parte de la ciudad.

— Estamos llegando. Te toca tomar una decisión, Lafayette. Puedes intentar escapar y probablemente terminar muy mal— comentó con una sonrisa torcida—, o puedes hacer algo útil con tus poderes y, con suerte, llegar a convertirte en alguien relevante. Tienes una fuerte conexión con el Limbo, no hay muchos así hay fuera.

Vitalistas había "muchos". Seguían siendo una ínfima mayoría en comparación a la población global, y de entre los Vitalistas, aquellos con un poder significativo eran los menos, pero desde luego, lo normal al morir era eso: morir. Lafayette era la excepción, lo cual, al menos a ojos de Zimmerman, alguien interesado por el origen de los poderes y su naturaleza, era algo valioso.

Por otro lado, el juicio del nazi se encontraba nublado en aquel momento, por lo que si Lafayette iba a ejercer algún movimiento sutil contra él, probablemente fuese el momento.