Partida Rol por web

New Sydney 2.0

Acto 1 - Toda Luz proyecta Sombra

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14/09/2017, 22:23
Doctor Sapiens

Y por último, tras una breve espera, apareció por fin el Doctor Sapiens. Una figura masculina, con más de dos metros de altura y una musculatura sobresaliente pero natural. Llamaba la atención el tono de su piel, entre el azul y el púrpura, y el abundante bello corporal, incluyendo las manos y parte del rostro. A su manera parecía tener rasgos simiescos, aunque enfundado en un traje de color gris oscuro, con corbata y gafas, aquel hombre de origen surcoreano, convertido en aquel monstruo, parecía relucir más inteligencia que el resto de los allí presentes.

— Primero de todo, damas y caballeros, darles las gracias por su tiempo— comenzó el Doctor Sapiens con una ligera reverencia—. Entiendo que sus agendas están apretadas, y que es particularmente difícil hacerles coincidir, por lo que considero esto un honor. Intentaré robarles el mínimo tiempo posible, y explicarles la situación:

>> Todos somos conscientes de que los Vitalistas, o Hijos de Dios, han supuesto una tremenda disrupción en nuestra sociedad. Su salida a la luz ha creado todo tipo de problemas, pero también oportunidades. Hemos sido incapaces de manejar la situación, dando como resultado guerras, sociedades secretas y países con ciudadanos desestructurados.

>> Se dice que los poderes de los Vitalistas o la Inteligencia Artificial, quizás ambos, van a dictar el futuro de la humanidad, y hasta cierto punto estoy de acuerdo. Pero como bioquímico, creo firmemente que hay algo igualmente crucial, y es la muerte. Todos envejecemos, y sabemos muy bien porqué. Estados Unidos incluso clasificó la vejez como enfermedad a principios de siglo, y se destinaron billones de dólares a estudiarla y combatirla en el sector privado.

>> Pero el resultado siempre ha sido caro e ineficaz. En parte por culpa de la guerra, es cierto, pero en parte porque estudiar la muerte es un trabajo comparable a la conquista del espacio. Requiere ingentes cantidades de capital, tiempo y ensayo y error. A mayores, existe el conflicto ético en la prueba con humanos.

>> Hoy vengo a decir que, creo, estamos más cerca que nunca de convertir la muerte por causas "naturales" un hecho del pasado. Y hacerlo de forma asequible para las masas. Sabemos que el envejecimiento genético se da en los telómetros, los extremos de los cromosomas que contienen nuestro ADN, y que existen 7 daños físicos que se acumulan en nuestro cuerpo.

>> Hoy vengo a decirles que, gracias a un estudio exhaustivo del ADN de Vitalistas que no envejecen, incluyendo el de Adam Blake aquí presente, a quien agradezco su colaboración pese a pertenecer a un culto sobrenatural, creo firmemente que puedo utilizar tecnologías de edición genética para que el cuerpo humano repare dichos dichos daños por si mismo, manteniéndose adulto de forma indefinida.

>> Y para ello, lógicamente, quería pedirles que inviertan en dicho proyecto, a cambio de una fracción del mismo.

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17/09/2017, 12:50
Bevidiere Lafayette
Sólo para el director

De acuerdo...-dijo, guardando finalmente silencio, cautelosa y más bien preocupada durante el resto del camino, mirando hacia un lado y otro, observando la zona en la que se adentraban, diciéndose que ya que se estaba arriesgando tanto más le valía fijarse en todos los detalles posibles, por su propia supervivencia.

Al llegar, se bajó del coche, pensando que aquello no le gustaba en absoluto. Un almacén abandonado, y un hombre que sentía atracción por la idea de sorberle el alma, y que era capaz de adquirir las habilidades de otro de una manera relativamente sencilla, eran suficiente para entretejer el argumento de una película en la que la protagonista femenina no acababa precísamente bien, pero por alguna razón que no terminaba de entender, quería llegar al fondo de aquel asunto. 

Quizá era la sensación de encontrarse caminando al filo de una navaja. Quizá le gustaba saberse en peligro, coqueteando con variadas y floridas posibilidades de muerte. Quizá símplemente era pura curiosidad, o sincera preocupación por el futuro de la población de New Sidney... No. Eso no. No se consideraba tan filántropa, y su complejo de heroína se encontraba más que atrofiado en aquellos instantes. 

Sintió la mano de Zimmerman, o de aquel constructo hecho a base de sus genes y los de a saber quién más, sobre el hombro, aferrándose a ella, y escuchó sus palabras, durante un instante, sin entender. "Va a hacerlo ahora" pensó. "Va a robarme el alma", se dijo, mientras se le erizaba la piel, y su cuerpo se tensaba, sin llegar a hacer absolútamente nada en contra de la posibilidad. Y entonces su alrededor cambió. Sí, en cierta manera cambió, pero siguió siendo el mismo.

Se miró a si misma, ajada, oscura, en aquella versión mortecina de New Sidney. Miró hacia la mirada vidriosa y apagada, de Zimmerman, y suspiró, hondamente, sintiéndose casi como en casa- Sí... Conozco este lugar. Lo conozco muy bien.-musitó, cerrando brevemente los ojos, percibiendo el ambiente, antes de seguirle.

Viró el rostro, tratando de mantener la mirada gacha, de no resultar identificable para los lacayos de ese hombre que a su vez era el perro de alguien poderoso. Algo que sabía, a pesar de todo, que resultaba inútil. No sabía qué clase de seguridad había en aquel lugar. Y la vida y hechos de toda su puñetera existencia, seguramente era información gubernamental. Y por tanto, susceptible de ser sustraída y comercializada. 

Volvió a suspirar, esta vez con resignación, alzando la frente, siguiendo la sombra del ario y hábil, que había escondido a una puñetera guerrilla en aquella dimensión desprovista de vitalidad. Lo siguió hacia el sótano, a través de las escaleras, y del pasillo protegido por la barra de metal. Y lo que vio, la dejó impactada y sin ninguna frase coherente que poder mascullar- Me cago en...- dijo, aún sin haberse acercado, llevándose una mano al pecho, notando que de pronto el corazón le latía muy deprisa. ¿Aquello era a lo que se refería al mencionar las habilidades de Cottard? Aquello era grotesco, inhumano, desprovisto de cualquier resquicio de ética, de moral... Y a su vez tan... Asombroso. 

Se sentía asqueada y asombrada al mismo tiempo, mientras observaba los cadáveres, adquiriendo poco a poco una actitud analítica, tratando de serenarse, de actuar, sin poder evitar preguntarse si acaso esos seres humanos seguían poseyendo sentimientos, o sensaciones. Si la persona que los habitaba al morir seguía de alguna manera ahí dentro. Y sobre todo, si Zimmerman la necesitaba realmente, porque, ¿qué le hubiera impedido tomar sus habilidades él mismo, y ver lo que debía ver con sus propios ojos?

¿Es esto lo que desea hacer el Cuarto Reich? ¿Es lo que deseas hacer tú?- preguntó, sentida, antes de acercarse al primero de aquellos seres contranatura y posar, con cautela, las manos a cada lado de su demacrado rostro, notando cómo, en el acto, su alma se entremezclaba con el hálito de vida que aún podía habitar en su interior, si es que era eso lo que lo mantenía en pie. 

 

- Tiradas (2)
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18/09/2017, 17:36
Cotard "El Nigromante"

Zimmerman se limitó a indicar que "Lo comprobarás en seguida", dando a entender que las visiones reflejarían qué deseaban el Cuarto Reich y/o Zimmerman con respecto al ejército de cadáveres.

La doctora se aventuró de nuevo en el más allá, rebuscando entre la historia de aquellos cadáveres. Su visión del ocaso normalmente le permitía evocar los últimos pasajes de los difuntos, pero en aquel caso la experiencia fue distinta. Aunque solía ver cómo cerraban los ojos, en aquel caso vio cómo los abrían. Se trataba de sus primeros momentos en la no-muerte, quizás por el hecho de estar analizando cuerpos que habían sido perturbados y puestos en aquel estado de animación suspendida.

Por si aquello no fuese suficiente, la sensación que tuvo al establecer contacto con los cuerpos fue distinta. No era sólo un subidón frío y aséptico, sino que sentía estar invadiendo algo. No necesariamente alguien. Ni siquiera una consciencia. Pero sí que había algo más que pura energía del alma.

Dentro de la visión del primer cadáver, al abrir los ojos este gruñó con voz leve y parpadeó de forma errática, forzado a dejar de descansar. Se encontró en lo que parecía el cementerio principal de Sydney, con el cuerpo de un hombre difícil de describir frente a él. Parecía estar completamente tatuado, con la piel en la cuenca los ojos tintada de negro, y otros tatuajes que imitaban los huecos de una calavera y las líneas que la definían. Parecía completamente calvo, con líneas simulando el cerebro y una horizontal recordando la tapadera de los sesos. Hasta llevaba las vértebras cervicales tatuadas. Era alto, enfundado en una simple sudadera de color negro.

Una de sus manos mostraba los dedos ligeramente cerrados hacia dentro, recordando a la forma de una garra. Una energía blanquecina, etérea, flotaba hacia el centro de la misma, donde parecía desaparecer. Al mismo tiempo, aparecía en su otra mano, extendida hacia el cadáver, canalizada en una fina linea sinuosa que desaparecía en el pecho del mismo.

Si Lafayette tuviese que apostar, apostaría a que estaba extrayendo energía de otra dimensión e insuflándola en el cadáver. Al fin y al cabo, ella había visto esa energía mientras visitaba otra dimensión, y podía absorberla. De hecho, podía hacerlo también desde el "mundo real", aunque sin verla y mucho más despacio, lo cual daba que pensar que Cotard tenía un grado de control más avanzado de aquellas capacidades, siendo capaz no solo de absorber el alma del ambiente, sino arrastrarla al mismo desde otra dimensión, sin necesidad de absorberla directamente.

El siguiente cadáver parecía encontrarse en otro edificio vacío, a todas luces algún tipo de fábrica o almacén abandonado, similar a los refugios de Zimmerman, aunque parecía encontrarse en el mundo real, no aquella dimensión gris que recordaba El Vacío. Además, este cadáver pareció parpadear de forma pausada, enfocando su vista en Cotard.

El Nigromante volvía a encontrarse frente a él, aunque en este caso sin camiseta, mostrando un cuerpo atlético pero completamente tatuado, con calaveras y murciélagos en en los brazos, y el relieve de las costillas del pecho y el símbolo de peligro biológico en el centro del mismo. Parecía cargar algún tipo de escopeta en la mano.

Bienvenido de nuevo, Doctor Kidman— saludó Cotard con una voz que helaba el alma y ningún otro movimiento corporal más que la sonrisa en sus labios y el verbalizar de los mismos—. ¿Cómo se siente?

Por respuesta, el no-muerto se llevó las manos al rostro y cogió aliento de forma intencional, aunque no parecía respirar con normalidad. A su alrededor había un coro de cadáveres, que se contaban por docenas.

Sin embargo, Lafayette pudo distinguir tres tipos de cuerpos entre el coro. El primero mostraba mostraba movimientos erráticos, típicos de un zombie, y ningún tipo de inteligencia. El segundo parecía más sosegado, esperando pacientemente sin moverse pero sin mostrar tampoco rasgos de inteligencia. El tercero, en cambio, parecía disponer de consciencia, con movimientos corporales casuales y expresión facial, desde parpadeos hasta sonrisas o rostros ceñudos.

Nuevamente, si Lafayette tuviese que apostar, diría que los primeros eran el reflejo atormentado de un cuerpo vacío pero devuelto a la vida por la fuerza, los segundos eran éxitos de convertirse en una extensión de la voluntad de Cotard, y los terceros seguían siendo... quienes fueron en vida.

Por último, un tercer cadáver abrió los ojos en el salón de un piso decorado con mobiliario minimalista pero de diseño, esta vez de forma lenta y pausada pero constante, hasta dejarlos abiertos por completo y mantenerse completamente quieto. Frente a él se volvía a encontrar Cotard, enfundado en un traje negro a juego con la corbata, camisa blanca, y un semblante neutro. A su lado se encontraba una mujer, visiblemente atractiva, enfundada en una cazadora de cuello alto y color granate.

Lo siento, Genesis— dijo El Nigromante con voz apesadumbrada, mirando a la mujer a su lado mientras el cadáver se levantaba de forma calculada—. Su espíritu ya se había disuelto. Puedo recrearlo desde tus recuerdos, pero sabes que no será lo mismo.

La mujer asintió con mirada grave, indicando a Cotard que lo hiciese mientras caminaba el cuerpo, que se mantenía inmóvil de pie. Extendió sus manos hacia el cadáver, poniéndolas a ambos lados del cráneo, mientras Cotard se acercaba y ponía una mano sobre el pecho del cuerpo.

Como quieras— indicó El Nigromante mientras volvía a canalizar aquella energía blanquecina, la cual resplandecía levemente sobre el pecho del cadáver, donde la mano de Cotard descansaba.

Algo que hubiera pasado inadvertido para cualquiera, pero no para Lafayette, era que tanto Cotard como aquella mujer, "Genesis", solamente movían partes de su cuerpo cuando intencionalmente deseaban hacerlo. Los cadáveres que había visto en la visión anterior y parecían tener consciencia de si mismos gesticulaban y mostraban una comunicación no verbal normal -salvando por el hecho de no respirar-, pero ninguno de los dos, en este caso, parecían componer muecas o moverse salvo que intencionalmente buscasen hacerlo. En cierto modo, recordaban a aquellos cuerpos que parecían descansar esperando órdenes, salvo que parecían ellos mismos quienes se las daban.

Tras explorar brevemente dichos recuerdos, de vuelta en la estancia original al lado de Zimmerman, Bevidiere pudo observar con detenimiento los tres cadáveres. El primero sí que profería movimientos erráticos y parecía ligeramente inquieto, pero los otros dos permanecían en aquel estado de pasividad estática, sosegados y esperando pacientemente sin mostrar ningún tipo de inteligencia.

Aquello no casaba con la información que la doctora había obtenido de sus visiones, pues el segundo cadáver parecía mostrar consciencia durante la visión, y el tercero parecía que iba a ser imbuido con una "recreación" de la misma, lo cual daba que pensar que, aquellos dos cuerpos habían perdido su consciencia en algún momento. La duda residía en si la habían perdido para siempre o bien se trataba de algo distinto, como por ejemplo la distancia con Cotard o el deseo de este por mantener sus mentes en standby.


Añadidos en la Escena de Ambientación los tipos de cadáveres animados y sus diferencias. Aquí.
Añadidas en la Escena de Ambientación las Dimensiones que resultan familiares para Lafayette. Aquí.

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18/09/2017, 22:08
Bevidiere Lafayette
Sólo para el director

Aquella sensación familiar de estar sumergiéndose en un pozo sin fondo, en una balsa de petróleo o alguna clase de denso aceite que la embadurnaba y la entumecía por completo, la invadió. Era casi la misma sensación que había tenido al quedar suspendido su cuerpo en aquel extraño vacío, en el interior de la bañera, cuando había estado a punto de abandonar el mundo, solo que esta vez en lugar de derramarse hacia un pasado que precedía el último aliento, su percepción alterada se deslizó hacia algo no visto antes. 

Vivió cada uno de aquellos renacimientos, con una mezcla de náusea, confusión y fascinación enfermiza. Vislumbró la corriente de almas, de energía espiritual procedente del Limbo, fluyendo de las manos de Cotard, animando, arrancando del descanso eterno a aquellos tres desgraciados, que habían sufrido un despertar diferente, conservando pedazos de si mismos, o siendo animados por una suerte de falsa consciencia. Convirtiéndose en un amasijo de carne y huesos que se movía en el peor de los casos.

Miró cada una de las veces a aquel hombre, que no respiraba, que sólo gesticulaba cuando era estrictamente necesario, percatándose de que al igual que aquellos a los que levantaba, estaba muerto. Animado y consciente, movido por algún motivo ulterior que no llegaba a vislumbrar. Y lo mismo ocurría con aquella mujer, Génesis, y con el Doctor Kidman. 

Se fijó atentamente en su hacer, impactada, tratando de analizar cualquier pequeña marga, rasgo, o forma de hablar que delatase un pedacito más de lo que pudiese quedar de su persona. Se fijó en sus tatuajes, como lo habría hecho con las heridas antiguas y marcas cutáneas de uno de sus silenciosos pacientes. Se fijó en su acento, su complexión, su manera de moverse. 

Se sentía asqueada, al mismo tiempo que admitía para si misma la proeza que suponía aquella habilidad suya. Y se dijo que si había estado muerto, alguien lo había creado. Alguien, que quizá necesitaba una marioneta útil con la que mejorar su potencia bélica. Quizá un enemigo del Cuarto Reich. O quizá el propio Cuarto Reich. Puede que incluso la propia Rusia, utilizando alguna clase de vitalista hábil en aquella clase de manipulación de ánimas. 

Y si ya antes lo sospechaba, ahora comenzaba a entender el alcance del problema en el que había acabado introduciéndose, como el felino que llevado por la curiosidad se encuentra a si mismo tras los barrotes de una trampa de la que es difícil zafarse, y de la que tampoco está seguro de querer salir, pues tras ella sólo existe un mar poblado de terribles depredadores carnívoros. 

Cuando volvió en si misma mostró la misma reacción que solía invadirla cuando desconectaba de la psique de cualquier difunto. Una reacción que resultaba tremendamente violenta y confusa cuando presenciaba una muerte desagradable, y que en esta ocasión la hizo sentir restringida. Como si de hecho su propia alma se encontrase atada por cuerdas invisibles. Como si su pecho estuviese oprimido. Como si no necesitase respirar, aunque sus pulmones gritasen y ardiesen implorando por una bocanada de aire. 

Se abrazó a si misma, y se pellizcó fuertemente los brazos. El dolor... El dolor era una prueda fidedigna de que seguía estando presente. De que seguía siendo ella. De que sentía. De que vivía. Era difícil enfocarse en ello en más de una ocasión. Pero el dolor siempre funcionaba.

Respiró entonces, notando cómo las lágrimas, producto de pura excitación emocional, resbalaban por sus mejillas- ¿En qué demonios me he metido?- pensó, fugazmente, dirigiendo su mirada de pupilas dilatadas y perdidas hacia Zimmerman- Necesito fumar.-declaró, rebuscando en los bolsillos de su bata blanca, y en los de sus pantalones vaqueros- Joder. -profirió- ¡Joder!- repitió, perdiendo momentáneamente la calma, temblándole el cigarrillo recién extraído de la caja entre los dedos, mientras trataba de encenderlo, con dificultad.

Dio una profunda calada, inspirando el aire hasta que notó cada bronquiolo terminal invadido por el humo, la nicotina y el alquitrán, y contuvo el aliento unos segundos, antes de exhalar, muy despacio, la profunda nube de humo blanco que ascendía caliente por su tráquea, paladeándola, cerrando los ojos momentáneamente- Esto no está bien, ¿sabes? No hay que joder con los muertos. Hay que dejarlos en paz, maldita sea. Cuando uno cree que es el fin, debería ser el fin. De otra manera la vida jamás tendría puto sentido. -masculló, con auténtica indignación, negando con el rostro, mesándose la sien con la mano libre. 

- Vosotros lo creasteis. -dijo entonces, convencida- Vosotros. O los rusos. Cotard también está muerto. Es una marioneta que resultó ser más voluntariosa de lo esperado. 

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18/09/2017, 23:51
Cotard "El Nigromante"

En la apariencia y la voz de Cotard, tras una pequeña reflexión y análisis de lo visto y escuchado, Lafayette observó varios hechos significativos. El más obvio, y en cierto modo un alivio, es que el hombre verdaderamente tenía una reminiscencia de acento escandinavo, aún en la muerte. Además, paradójicamente, su voz sonó mucho más tétrica que la de Zimmerman al dar al bienvenida al Doctor Kidman de entre los muertos, pero mientras hablaba con Genesis fue mucho más humana que nada de lo que Zimmerman había dicho hasta el momento.

La conclusión a la que llegó Lafayette era que Zimmerman nació siendo un tarado sin empatía, mientras que Cotard se había visto condicionado por su naturaleza y habilidades, pero tuvo unos 30 años de humanidad normal antes de convertirse en lo que es. Por su forma de moverse, siempre calculada por necesidad, estaba acostumbrado a actuar, algo particularmente obvio en el segundo recuerdo, donde cada movimiento y palabra intentaba demostrar poder y generar respeto frente al Doctor Kidman y los no-muertos conscientes, mientras que en el tercero, al lado de Genesis, se limitaba a mostrarse seguro de si mismo pero mucho más relajado y cotidiano. Zimmerman tenía muchas más dificultades para sacarse la percha de los hombros y el distorsionador de voz de la garganta. Concretamente, costó que Lafayette le manipulase emocionalmente para que el hombre se mostrase más humano con ella.

Por otro lado, no todos sus tatuajes parecían verdaderamente ser tal cosa. Si bien algunos estaban compuestos por tinta, como el símbolo de peligro biológico en el pecho, otros parecían marcas en su piel, como una manifestación de su esencia o una parte de él. Varios de los cráneos marcados en su piel parecían manchas con una forma muy precisa, no tinta, lo cual no podía indicar nada bueno. Lo mismo sucedía con los trazos que marcaban los pliegues superficiales del cerebro, y aquellos que, en lugar de seguir los huesos, marcaban el curso de algunos conductos linfáticos. Parecía que el grueso de sus tatuajes era una tapadera para cubrir aquellas marcas no voluntarias.

Finalmente, llamaba la atención una musculatura marcada, entrenada cientos de horas, y un porcentaje bajo de grasa corporal. Las letras "R I P", verdaderamente tatuadas sobre el abdomen, mostraban un leve relieve circular en algunos puntos, revelando cicatrices de lo que parecían ser heridas de bala, a todas luces pre-mortem. Si bien no tenían porqué ser la causa de su muerte, habían sido heridas, causadas mientras vivía, de las que no se olvidan. Y por último, uno de los murciélagos tatuado en su brazo derecho parecía más grande y grueso de lo normal, lo que hizo brevemente sospechar a la doctora sobre la posibilidad de cubrir otro tatuaje, quizás un águila, aunque considerando las circunstancias, seguramente fuesen solo paranoias del momento.

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19/09/2017, 02:18
Ancel Zimmerman

Zimmerman se mostró paciente, dejando que la doctora se recompusiese, aunque solo fuese un mínimo, antes de intervenir. Aún así, e incluso en estado de pánico, Lafayette pudo ver cierta expectación en el normalmente frío rostro del alemán, que claramente sentía debilidad por aquella pequeña empresa suya de devorar el alma de El Nigromante.

— Está bien. Está bien— concedió Zimmerman, indicando la puerta de la salida.

Tras dejar a los muertos atrás, encerrados bajo aquel portón de metal, como si no verlos ni escucharlos negase su existencia, aunque solo fuese por unos minutos.

— Nosotros no convertimos a Cotard en quien es— dijo negando convencido con la cabeza, aunque mostraba un leve ápice de preocupación al afirmarlo, quizás ante la posibilidad de que ella tuviese razón y le hubiesen mentido—. Fue él mismo. Forma parte de sus poderes. Su control de la muerte se extendió tanto que se extendió a su propio cuerpo. Lo... cronificó.

Sin embargo, aunque aquel argumento de Ancel era plausible, parecía menos probable que el escenario obvio. Si a algo se le daba muy bien a Bevidiere era atar cabos, y lo más razonable era que alguien con poderes similares a los de Cotard le hubiese convertido en lo que es. Era la conclusión lógica tras saber de la presencia de aquella mujer apodada "Genesis", otro individuo como Cotard. Si El Nigromante había sido un Vitalista en vida, era lógico que hubiese adquirido dichos poderes "post-mortem".

Sí, el argumento de Zimmerman seguía teniendo cierto sentido; era muy normal que dos Vitalistas desarrollen el mismo poder sin tener contacto entre ellos, pero Lafayette no había escuchado de nadie que tuviese la capacidad de resucitar a los muertos, salvo en boca de estafadores y los rumores sobre el ejército nazi. ¿Qué era más probable, que Cotard fuese un Vitalista que desarrollase esos poderes por si mismo, o que se lo hubieran dado los nazis? Considerando la cercanía geográfica, el interés de los nazis en él, y los rumores sobre los no-muertos en el ejército nazi, lo segundo parecía lo más probable.

Teóricamente, sí, podían haber sido los rusos... pero Cotard parecía ser el único, dejando de lado los rumores sobre los nazis, con poderes similares. Al menos hasta donde los conocimientos de Bevidiere llegaban.

— Lafayette. Mi hermano tiene 30 años— aproximadamente— desde la segunda guerra mundial, y él no es como Cotard. Su corazón late y sus pulmones respiran, pero simplemente ha dejado de envejecer. Su alma le mantiene joven — aquello no era ningún secreto, pero lo decía porque le importaba lo que Lafayette pensase al respecto. Quería que pensase como él —. Cotard está muerto desde un punto de vista médico, sí, pero tengo entendido que su alma mantiene su cuerpo en un estado de criptobiosis.

Dicho de otro modo, su cuerpo no mostraba señales visibles de vida y su actividad metabólica se volvía latente. Evitaba que su cuerpo se degradase, sí, pero Zimmerman obvio decir que si Cotard se movía y caminaba no era por su estado corpóreo, sino por su condición sobrenatural.

— Tú moriste, Lafayette. Y aquí estás. Pero tu corazón late, y el suyo... — no terminó la frase, dudoso de la respuesta, aunque Lafayette podía apostar a que era "no, salvo que él lo hiciese latir", como quien fuerza su respiración —. No es tan distinto. Hay Hijos de Dios que no envejecen, simplemente porque son demasiado poderosos. Incluso los hay que... — fue a decir algo, a todas luces importante y relacionado con un mayor estado de trascendencia o ascensión vital, pero se calló—. Da igual. La vida solo tiene un sentido, Lafayette: Evolucionar —técnicamente, en un enfoque biologista, el sentido de la vista era la evolución, aunque eso ignoraba el neocortex de los humanos y su capacidad para contradecirlo—. Trascender lo que éramos. Y la muerte es solo un obstáculo en el camino.

Lafayette sabía de buena tinta, con su pequeña biblioteca mental de conocimientos varios, que había especies inmortales. La hidra, por ejemplo, ciertas medusas, e incluso algunas langostas, tortugas y cocodrilos, aunque estas últimas terminaban muriendo por inanición debido a no dejar nunca de crecer. El cáncer y las células germinales eran los ejemplos en humanos.

Estados Unidos a principios de siglos había pasado a considerar el envejecimiento como una enfermedad, y diversas macrocompañías habían dedicado billones de dólares a estudiar cómo curarlo1. Pero obviamente, aquello era muy distinto a Cotard, sometido a aquel estado de no-muerte por artificio de un poder extraído de otra dimensión. La dimensión que tan de cerca había tocado a Lafayette, por otro lado...

Ancel Zimmerman no dijo nada más, esperando la reacción por parte de Lafayette, aunque la doctora sabía bien que, aún en caso de refutar la opinión del alemán, esto no iba a cambiar la suya, determinado a cumplir con la voluntad de los nazis como si fuese su único propósito. Y eso incluía utilizar los poderes de Bevidiere por las buenas... o por las malas. Saltaba a la vista que el alemán se había encaprichado ligeramente con ella, pero considerando su trasfondo y personalidad habitual, probablemente era solo un psicópata entretenido con las luces brillantes de su juguete nuevo, algo que se podía confundir con la empatía o el afecto... pero sin serlo de verdad.

Si había mencionado todo ello a la doctora era por eso mismo, en parte, pero también porque, claramente, el tema tocaba de cerca a Zimmerman. No a él mismo - él era un híbrido con otra dimensión, y había sido engendrado en un laboratorio, pero estaba vivo, al contrario que Cotard -, pero sí claramente a alguien cercano -probablemente Knochenmann, el "arma" favorita del Cuarto Reich, aquella suerte de Vitalista cuyo cuerpo atormentado sobrevivía solo gracias al poder de su alma, pero posiblemente no era el único-.


1* Esto ya ha pasado; Véase Calico, SENS Research Foundation, Methuselah Foundation o Bioviva.

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20/09/2017, 00:17
Bevidiere Lafayette
Sólo para el director

Bediviere alzó el rostro, mirando fijamente al ario, escuchándolo, aún bajo los efectos de un entumecimiento que quizá se alojaba tan sólo en su mente, pero que la mantenía ligeramente encogida, enlentecida, provocando que frunciese el ceño con una confusión casi palpable al mismo tiempo que trataba de discernir el significado de las palabras de Zimmerman, como si de alguna manera le costase comprenderlas. Aunque lo hacía. Las entendía. Y entendía algo más, o más bien lo sospechaba. 

Y es que aquel discurso tan lleno de lagunas, tan cimentado en el vocabulario de aquel producto genético que era el hombre que se encontraba frente a ella, seguramente había sido introducido en su peligrosa cabecita de un modo adoctrinado. Casi ineludible. Puede que incluso su hermano, ese del que procedían los genes humanos que poseía y que lo hacían identificable como hombre o algo parecido, le hubiese dado una interesante charla sobre más de un principio fundamental en el que debía basar sus creencias. Unos principios en los que debía creer fervientemente a posteriori. Unos a los que atenerse a pies juntillas. 

No eres capaz de ponerlo en duda, ¿verdad?- dijo, de pronto, dando una nueva calada al cigarrillo, persistiendo el temblor en sus manos, y entre sus dedos, aunque de una manera algo menos llamativa que indicaba que a pesar del exabrupto mostrado en el sótano, deseaba llamar a la calma, al pensamiento lógico, al distanciamiento emocional que le daría la seguridad necesaria para afrontar aquel terrible montón de mierda con cordura y entereza- Así te lo contaron, y así debe ser. Después de todo, ¿qué sería más peligroso que dejar campar libremente a un agente tan peculiar como tú, convencido de lo contrario? -añadió, encogiéndose de hombros- Es que no sé cómo puedo siquiera preguntármelo. Obviamente estás convencido de ello. 

Cerró los ojos, notando latir sus sienes al mismo tiempo que echaba la cabeza hacia atrás- Nadie adquiere unas habilidades tan grotescas e íntimamente relacionadas con el más allá sin antes haberlo visitado de alguna manera, o al menos, tal cosa, es muy poco probable. -explicó- El caso de tu hermano, a pesar de que también verse sobre la prolongación indefinida de una existencia más o menos satisfactoria, no es igual al de Cotard, como bien afirmas. En su caso hablamos de no envejecer. Hablamos de que unas células vivas no sucumban a la tara genética  y a las mutaciones irreparables tras sucesivas y continuas duplicaciones. Hablamos de evitar el fracaso biológico y a la apoptosis.

Hablamos...-alargó su mano entonces, posándola, con decisión, sobre el pecho de Zimmerman- De que le late el puñetero corazón, como bien has indicado. Igual que a ti. -indicó, a pesar de que aquello fuese obvio, encontrando aquella aclaración necesaria en su explicación- Cotard es diferente. Sus células están muertas. No se multiplican. Pero algo las mantiene alejadas de la necrosis. Un proceso diferente. Un caso diferente. Un corazón que no late de manera autónoma, y tan sólo finge hacerlo bajo la voluntad de su dueño.- añadió, retirando la mano, despacio, en un gesto delicado que quizá no casaba con su lenguaje contundente y ligeramente soez- Y alguien ha debido proporcionarle ese algo, esa base capaz de frenar su acelerado deterioro, capaz de mantenerlo en un estado de quiescencia y de alzarlo como un ser consciente.

- Alguien ha creado a Cotard. Alguien lo ha alzado- insistió, entrecerrando aquellos ojos que bajo la luz mortecina del Vacío se habían vuelto de un gris profundo- A él, y a otro ser que reúne sus mismas condiciones, aunque no sé si sus mismas habilidades. Una mujer, una no-muerta consciente a la que él mismo llamó Genesis en mis visiones. 

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22/09/2017, 13:44
Sebastian Task

Task permaneció sentado en el asiento de su despacho, una especie de silla-sofá bastante cómoda, cara y elegante. Tapizada en cuero negro concordaba perfectamente con el resto del escandalosamente lujoso despacho.
Su rostro inescrutable estaba atento a la reunión, y supuso que el resto de los presentes le verían como él les veía a ellos... como un rostro en un holograma.
Tener que transigir vendiendo materiales a Novák, sabiendo que acabarían engrosando los dispositivos que Omega usaba para controlar la ciudad no era plato de gusto, pero en la mente de Task, algún día él estaría en la posición de Omega, por lo que bien podía considerarse una inversión de futuro. Un futuro que esperaba no fuera muy lejano, pero Task podía ser un hombre muy paciente si era necesario.
El billonario escrutó levemente los rostros de todos los presentes, aun sin saludar con la cabeza a ninguno. Respetaba, y mucho a la señora Levin. El sobrenombre le venía al pelo y si aquella mujer fuera un par de décadas más joven bien podía haber sido la pareja que Task buscaba. A día de hoy no dudaba de que no había nadie más indicado para ese puesto que Sarah.
Luego estaba Locke, aquel crío impertinente en un cuerpo "adulto" que de tanto en tanto traía problemas a Harper. Confiaba en que en cuanto Roy se hiciera por completo con los bajos fondos, Locke se conviertiera en un problema menor que pudiera aplastar bajo su bota. Pero de momento, se mantenía al margen. Era Roy quien tenía que encargarse de ello. Su responsabilidad. Si fracasaba Task se lo haría pagar y encontraría a otro que hiciera el trabajo.
Por supuesto, el mismísimo Novák no podía faltar. A menos que se tratara de algún truco y aquel holograma fuera una imagen controlada por inteligencia artificial, y el propio Novák estuviera en otro lugar dedicándose a sus asuntos... algo que Task no descartaba por completo. Sabía que pronto tendría que reunirse con Novák en persona, debido a ese nuevo sistema de defensa, y sería entonces cuando Task podría evaluarle mejor... como aliado en potencia o como enemigo que triturar.
La imagen de Omega Task prefirió obviarla. Aquella silueta impersonal le traía de cabeza desde que llegó a Australia. No mostrar su figura o voz reales era un movimiento inteligente, pero en cuanto Task descubriera su identidad y acabara con él, aquel movimiento de ocultación le resultaría útil para seguir actuando como si nunca hubiera desaparecido Omega.
Y finalmente, el miembro más interesante para Task de aquella reunión, por lo novedoso para el billonario, el líder de los "Iluminados". Su secreto para permanecer joven era algo que rondaba en la mente de Task desde hacía muchos años. Siempre había supuesto que se debía a algún poder Vitalista del que Task no disponía pero ahora... ahora que creía poder aprender a absorber poderes de otros... quizá no estaría mal tener a Blake cerca, como "aliado". Además, también disponía de su propia sociedad secreta ocultista. Su grupo de gente con poderes... Quizá hablar con él reportaría beneficios para ambos grupos. O quizá incluso Sarah pudiera controlarlo y hacerse con el control del otro grupo. Seguramente tendrían miembros muy útiles para Avalon. 
Task parpadeó, esos pensamientos era mejor dejarlos para futuro, cuando tuviera más información. Centró entonces su atención en el Doctor Sapiens. El anuncio debía ser algo sorprendente e impactante... algo que cambiaría la sociedad para siempre. De lo contrario no habría reunido con tanta urgencia a la creme de la creme.
Los ojos de aquella criatura enorme brillaban con inteligencia, y Task, procurando no dejarse llevar por prejuicios, escuchó. ¿La muerte? ¿Qué tenía que ver la muerte con los Vitalistas? ¿Y por qué el Doctor Sapiens estaba tan enconado con ella?
No dejó que ninguna emoción trasluciera en su rostro, pero siguió escuchando cada vez con más atención. Cuando Sapiens acabó, Task esperó unos segundos para ver si alguien quería tomar la palabra. Finalmente se decidió a hablar él.
- No soy científico, Doctor Sapiens. No me atrevería a catalogar la vejez como una enfermedad pero si lo que dice es cierto... si convertir la vejez... la muerte por causas naturales en algo a olvidar, es posible... Si es así puede contar con el apoyo y financiación de industrias Task. - Declaró con voz calmada y profesional. De primeras quería dar la impresión de que podría interesarle por las posibilidades económicas, que eran muchas. Pero para ello debía aportar algo más. - Probablemente tenga ciertos límites... éticos. - indicó. - Y, si llegamos a un acuerdo de cooperación, me aseguraré de que todo cumpla con las leyes establecidas. - Aclaró por si Omega se pensaba cosas raras. Aunque desde luego Task no pensaba poner frenos o límites a semejante proyecto.
- Esa forma de hacerlo "asequible" a las masas... intuyo que puede ser potencialmente muy beneficiosa. - Aclaró con una sonrisa. No tenía dudas de que, aun poniendo un precio muy bajo, la empresa que comercializara algo así ganaría billones... trillones de dólares pues absolutamente todos y cada uno de los habitantes del planeta querrían algo así. Pero eso no era lo que le interesaba.
- Me gustaría discutir los detalles de esta... inversión de forma más privada cuando disponga de un rato, Doctor. - Matizó finalmente para acabar con su aportación.
En su interior ardía en deseos de saber más acerca de esa investigación. Sabía que debía haber esperado a ver qué opinaban el resto de los presentes, pero dejar escapar una oportunidad así... no era algo propio de Task. Quizá fuera todo una falacia, quizá Sapiens buscara algo imposible. Pero ¿y si era posible? No podía permitir que todo el mundo fuera inmortal en ese sentido. Debía de lograrlo para él mismo y luego destruir la investigación y asegurarse de que nadie era capaz de reproducirla nunca.
Porque si no lo hacía, el control de la humanidad, de los Vitalistas y del mundo entero... dejaría de tener sentido.
Además, si Task apoyaba de forma pública y sin reservas a Sapiens, quizá algún otro se decidiera a invertir su dinero también. Y con más dinero más rápido avanzaría la investigación. Bueno, en breve comprobaría el interés del resto en semejante proyecto. Y no le importaba que se hubiera visto el interés de Task... Como casi siempre, podía ocultarlo por puros motivos egoístas y económicos.

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25/09/2017, 14:51
Raisa Levin

Raisa Levin escuchó con paciencia el discurso. Su rostro se mantuvo regio, impasible, mostrando la actitud de un muro de piedra.

Lo siento, Doctor Sapiens, pero me temo que mi familia no invertirá capital en su proyecto— se limitó a decir con seriedad tras la intervención de Task—. Aceptamos el progreso, pero creo que todo tiene límites, y la muerte es uno de ellos— aunque hablaba en plural, era fácil presuponer que la única con real voz y voto en la familia era ella—. Sé que podríamos tener una discusión eterna al respecto, pero me temo que nuestros valores son firmes. Le deseo suerte en su proyecto.

Tras esa breve intervención guardó silencio, dejando espacio a los demás. Uno diría que una señora con la edad de Raisa Levin, que seguía envejeciendo, querría alargar sus años de vida o alagarla indefinidamente, pero a todas luces la dama de hierro compartía otros ideales, y tenía intención de morir en algún momento.

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25/09/2017, 14:52
Trevor Locke

Trevor Locke se mantuvo, de forma muy poco profesional, al teléfono durante parte de la exposición del Doctor Sapiens, aunque de forma más discreta después de que el simiesco hombre terminase las presentaciones y pasase al asunto a tratar. Sin embargo, cuando el doctor mencionó la inmortalidad, Locke levantó la cabeza de su teléfono, dejándolo a un lado, y dedicó su atención de forma más plena al asunto que le traía a esa reunión.

¿Dónde hay que firmar?— bromeó con una sonrisa—. A falta de escuchar el resto de detalles sobre la solidez de la inversión— comenzó, a sabiendas de que llegarían en algún momento antes de firmar nada—, cuente con mi respaldo económico, Doctor Sapiens— concretó con un cabeceo firme—. Hablaré con mi equipo de asesoría para estudiar la cifra, pero cuente con un mínimo de 100 millones y un máximo de 2 billones — equivalente a 2.000 millones.

El patrimonio de Locke era sustancial. No en vano, era uno de los gigantes económicos de New Sydney. Pero aún así no llegaba a la altura de Task o Novák, cuyo capital era superior al de Locke sin necesidad de sumar el valor de sus compañías. Aunque 2 billones era una cifra muy elevada, probablemente no fuese más del 10% del patrimonio total del hombre.

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25/09/2017, 14:53
Al Adam Blake

Adam Blake, el líder de "Los Iluminados", fue el próximo en hablar. Disponía de un ligero acento escocés, aunque muy difuminado con el paso de las décadas.

Ya conoce los términos que puedo ofrecerle, Doctor Sapiens— apuntó el Hijo de Dios—. Para el resto de la mesa— hizo un ligero abanico con el brazo, refiriéndose al resto de miembros en la reunión, aunque el término "mesa" era claramente una referencia anticuada— aportaré un modesto capital de 1.7 millones de dólares, y otros miembros de la organización aportarán un capital similar, pero ninguno hará una contribución por encima de los 4 millones, y el monto final ascenderá a una cifra entre los 60 y los 100 millones. No superior.

"Los Iluminados" era una organización endogámica y muy defensiva, compuesta principalmente por judíos, pero no exclusivamente por ellos. Aunque en ella había multimillonarios con un patrimonio respetable, ninguno llegaba a una cifra tal como para tener, por si mismo, un significativo peso en la economía a escasa mundial. De hecho, todos juntos quizá pudieran compararse a Locke, pero seguían sin alcanzar las cifras de Task o Novák.

No suponían una verdadera amenaza a nivel económico para alguien como Task, aunque claramente Blake estaba haciendo su aportación de forma defensiva, declarando que su inversión económica no suponía una intrusión en otras figuras interesadas en impactar verdaderamente en el capital social de la empresa.

No obstante, me gustaría ver qué tiene que decir Omega con respecto a la disponibilidad del producto final, especialmente en el ámbito político de la guerra mundial— añadió al final, claramente en referencia a su enemistad con el régimen nazi.

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25/09/2017, 14:54
Omega (Avatar Digital)

El avatar de Omega permaneció inerte mientras el Doctor Sapiens y los demás hablaban. Se hizo un breve silencio tras la intervención de Adam Blake, pero Novák no hizo ademán de pedir turno de palabra, por lo que aquella figura que representaba a Omega cobró expresividad y comenzó su discurso.

— Financiar su proyecto con dinero público implicaría una serie de condiciones, Doctor Sapiens— comenzó Omega de forma directa e implacable—. Empezando por quién podría beneficiarse de dicha terapia genética. Si pretende universalizar su acceso, demandaría la custodia de la misma en Australia y neutralidad permanente con el Imperio Nacionalsocialista Alemán.

Naturalmente, Omega tenía que traer los asuntos políticos a la mesa. Omega, a diferencia de los demás, no apostaba con su propio patrimonio, sino el de el Australia. El dinero de los contribuyentes. Si iba a financiar una campaña así, claramente debía aportar a sus ciudadanos un beneficio mayor que el producto en si mismo. Además, se veía forzado por la intervención de Blake, a tratar aquello ahí y ahora, aunque no miró al Vitalista en ningún momento.

Una vez cumpla con los requisitos éticos y legales para la experimentación en humanos, tras la debida experimentación en primates, tejido, órganos y embriones, en dicho orden— enumeró, demostrando conocimiento sobre el marco legal de la experimentación en humanos—, permitiré que los ciudadanos cuya edad biológica supere los 80 años puedan prestarse voluntarios, siempre y cuando estén en pleno uso de facultades— capacidad de decisión—, no padezcan enfermedades y se produzca una compensación económica en caso de perjuicio.

Eran condiciones duras, pero asequibles. Era difícil encontrar a alguien por encima de los 80 que no padeciese alguna enfermedad u otra, pero los había, y con ello conseguía evitar que la lista de voluntarios fuese tan grande como para ser motivo de discusión en los medios de comunicación. Además, con la compensación económica en caso de que algo fuese mal, algo inusual en la experimentación con sujetos voluntarios, se garantizaba una buena respuesta por parte del público. Omega sabía lo que hacía.

Cuando la terapia genética se valide en humanos, se ofrecerá a los ciudadanos y contribuyentes de Australia a precio de coste— de nuevo, una regla destinada a reforzar la posición de Australia, y la suya como líder—. A cambio podrá hacer pleno uso de las instalaciones científicas de todo Australia, New Sydney en particular, a precio de coste, y cuando lo requieran, el equipo de contramedidas del gobierno garantizará su seguridad.

Aquello podía no llegar a pasar nunca, pero se refería a posibilidades donde algún colectivo, organización o país intentase robar los avances del proyecto, o las secuencias genéticas una vez terminado. Claramente su "equipo de contramedidas" incluía a los dichosos "Superhéroes" del gobierno, no solo a los cuerpos de policía y militares al uso.

Por supuesto, también aumentaremos el presupuesto del sistema de salud y dedicaremos gran parte del fondo de investigación a su proyecto— concluyó con un tono sobrio pero que no daba lugar a réplicas.

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25/09/2017, 14:55
Kurt Novák

Kurt Novák escuchó al Doctor Sapiens con paciencia, aunque apagó su puro cuando el hombre mencionó la palabra "inmortalidad". Su semblante se volvió ligeramente más serio, y esperó a que Omega terminase de hablar para hacer su intervención.

Excelente presentación, Doctor Sapiens— comenzó, mostrando ciertas florituras que los demás decidieron ahorrarse—. Entiendo el esfuerzo y sacrificio que debe haberle costado llegar al día de hoy, y lo importante que esto debe ser como el momento más importante de su carrera— añadió, indicando que aquello, de tener éxito, sería lo más importante que el Doctor Sapiens había hecho, y hará—. Igualaré cualquier oferta que Sebastian Task pueda hacerle— declaró con descaro—, aunque no cometeré el error de excederme y pelear por quien consigue un 0.1% más en la compañía. Confío en el criterio de Sebastian.

Básicamente, estaba dejando a Task decidir qué porcentaje de la compañía iban a adquirir. Lógicamente, si era demasiado bajo, intentaría establecer su propio acuerdo, pero Task conocía lo suficiente como para ver lo que Novák intentaba. Probablemente esperaba que ambos hombres adquiriesen cada uno entre un 20% un 24% de la compañía. Ni Omega, ni Trevor, ni Sapiens si estaba en su sano juicio, dejarían ambos hombres adquirir en conjunto un 50% de la patente o más.

Además contará con cualquier recurso material que pueda ofrecerle— refiriéndose a si mismo y su compañía— a precio de coste. Creo que habría que discutir con más calma el margen de beneficio al que se venderá esta terapia, considerando que la venta del producto sólo se efectuará una vez por persona— ya tardaba en hablar de aumentar el beneficio, aunque tampoco parecía querer ser demasiado exagerado al respecto—, y la posibilidad de ofrecer un sobrecargo a los nazis como medida para marcar las distancias.

Claramemente, Kurt Novák consideraba aquello como su ticket para consolidar su posición como gigante económico, y estaba dispuesto a hacerlo en términos pacíficos, sin querer aprovecharlo como arma para competir con Task. Sabía que, en caso contrario, una campaña así podía ocasionar demasiado revuelo. Además, parecía compartir la idea de Omega de usar aquel producto como tarjeta "queda libre de la cárcel" contra los nazis.

Aprovecho para mencionar— comentó girándose hacia Omega— la sinergia que la esperanza de vida indefinida tendría con el "Proyecto BrainH+".

Ante aquello, Omega se limitó a negar con la cabeza, provocando que Novák se ajustase los botones del traje y se acomodase de nuevo en su asiento, terminando su intervención.

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25/09/2017, 16:23
Ancel Zimmerman

Ancel escuchó con paciencia, aunque no parecía particularmente interesado en los aportes de Lafayette.

Quizás a ti te importe lo natural que sea o deje de ser todo esto, pero tendrás que excusarme si a mí me da exactamente igual, Lafayette— comenzó de forma tajante—. Ni siquiera soy de tu misma especie, por mucho que lo parezca— sentenció, queriendo dar por cerrada aquella discusión—. Si tanto te preocupan los latidos del corazón coge un vuelo al Vaticano— dio una pequeña palmada—. Perdón... se me olvidaba que el papa está muerto, y las esvásticas cubren los cuadros de Dios.

Aquello era demagogia, y él lo sabía, pero no le importaba. Aunque Lafayette no hubiese hablado de religión, sino de respetar lo que era intrínseco al ser humano, claramente Zimmerman estaba indicando que no iba a prestarse a ese tipo de discusiones, y que mientras él estuviese delante se haría lo que los nazis quisiesen. Sin peros, con punto y final.

Lafayette bien sabía que aquella era una respuesta motivada porque Ancel estaba acostumbrado a mandar sin que le llevasen la contraria, pero también porque los valores de Ancel eran un constructo de los valores de su padre, del Cuarto Reich, y de los nazis en general. El hecho de que fuese un híbrido le hacía sentirse aislado o diferente, pero la adherencia a los nazis y figuras paternales y de liderazgo eran lo único que le hacía sentirse unido a algo, y lo único que daba sentido y propósito a su existencia. No podía permitirse poner en duda aquello que era central a su filosofía.

Bien — comenzó de nuevo, pasando página—. ¿Qué más sabemos de esa tal Genesis y de Cotard? Creo que va siendo hora de establecer contacto con ellos.

Zimmerman quería información sobre cómo localizarlos. O sobre donde podía obtener más información sobre ellos. El hecho de que hubiese mencionado primero a Genesis, cuando su objetivo era Cotard, indicaba que quería estudiar más a fondo a alguien similar a Cotard, aunque no parecía que eso fuese a distraerle de su objetivo. Como un perro de presa.

Un perro de presa, recordemos, que había decidido ignorar la información sobre el origen de Cotard, simplemente porque contradecía lo que le habían dicho. El hecho de que no hubiese mencionado nada sobre ello en su última intervención, tras negarlo en la anterior, indicaba que, simplemente, prefería no pensar en ello. Y considerando que Zimmerman no parecía estúpido, daba que pensar que el hombre realmente era un juguete roto.

Aunque el hombre solía mostrarse frío, y había demostrado ser vulnerable ante la manipulación de Lafayette, parecía que los efectos de la misma estaban terminando de surtir efecto — no cambiaba sus decisiones previas, pero sí las actuales—. Su respuesta natural cuando no se hacía lo que él quería era mostrar una actitud tiránica e intransigente, aunque considerando de donde venía, era de esperar.

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25/09/2017, 21:55
Bevidiere Lafayette
Sólo para el director

¿Y a mí qué cojones me importa que el Vaticano sea hoy una oda al Cuarto Reich? ¿Te crees que lo que te digo tiene que ver con Dios? - dijo, enarcando, irremediablemente, una ceja, mientras apuraba el cigarrillo, sintiendo la pulsión característica de la indignación, de la ira, en su sien, tirando la colilla restante del cigarro hacia un lado, para cruzarse de brazos acto seguido, y bufar, echando todo el aire que contenían sus pulmones, lentamente, por la nariz.

En fin. No voy a cabrearme contigo. No. Me niego. No tiene puto sentido que lo haga. -concluyó, con un tono de claro autoconvencimiento, llevándose los dedos índice y corazón de la mano derecha a la cabeza, masajeando el punto pulsátil de incipiente molestia. No, no tenía sentido enfadarse. En absoluto. Después de todo, perder energía en reprochar a un ser lobotomizado y carente de empatía el evadir una realidad poco conveniente para sus creencias y el no darle importancia a la dimensión ética, moral y biológica a un hecho que revolvía los cimientos de la idiosincrasia del ser humano, era absolutamente absurdo. 

Responderé a tus malditas preguntas. -profirió, con un suspiro entrecortado- No encontré mención, ni pude observar ningún lugar reconocible para mí en las visiones. Sé que el cadáver que está más estropeado fue extraído del cementerio principal de New Sidney, y que al no poseer éste consciencia al despertar a la no-vida, no pude leer ningún pensamiento ni emoción que me indicase algo sobre su identidad o persona. -explicó, alzando un dedo, mientras miraba fijamente al ario, desde su altura claramente inferior- El segundo cadáver se encontraba en un almacén, parecido a este. Poseía consciencia y Cotard lo llamó por su nombre. Doctor Kidman. -añadió, enumerando al elevar un segundo dedo- El tercer cadáver se encontraba en un piso de decoración minimalista y a todas luces bastante cara, supongo que de alguna zona privilegiada de New Sidney. Parecía tener alguna relación con la tal Genesis, a juzgar por su reacción al percatarse ella, y Cotard, de que el espíritu de ese hombre se había... Disuelto en el Limbo, resultando irrecuperable. Pero no sé cuál puede ser la naturaleza de la misma. -explicó- Genesis parecía asimismo tener alguna clase de vínculo con Cotard en esta última visión. Por lo general, pude escucharlo hablar con un tono más bien intimidatorio, frío y suficiente a los no-muertos que lo rodeaban, pero, a ella.. A ella le hablaba como si fuera una igual. Y de una manera más empática.

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26/09/2017, 10:07
Sebastian Task

Task de nuevo volvió a permanecer impasible tras las distintas intervenciones. Comprendía la decisión de Levin, podía aceptar que había gente con determinados valores. Pero no era su caso. Había vislumbrado el potencial de su poder. Y el corazón y el alma de Task se aferraban a él. Sí, sentía adicción por esa sensación de invulnerabilidad... de ser mejor que los demás. Y si lograba evitar o engañar a la muerte natural, dispondría de todo el tiempo del mundo para volverse más poderoso... más invencible.
Pero claro, eso no era lo que estaba dejando ver al resto de la cúpula. Debían seguir viéndole como un tiburón de las finanzas. Como un empresario sin escrúpulos que se lanzaba a degüello en cuanto veía ocasión de obtener beneficio.
Y de esa manera, le subestimaban. Aunque sabía que ninguno de los presentes iba a subestimarle demasiado. Estaban donde estaban por ser inteligentes, capaces. En cierto modo, su nivel estaba a la par con el de Task. Pero eso no era suficiente para él.
No pudo evitar mostrar una leve sonrisa ante la reacción de Locke. Parecía tan entusiasmado como el propio Task. Y, pese a que todos decían que Locke se comportaba como si estuviera en un patio de juegos, Task sospechaba que tenía sus motivos ocultos para todo lo que hacía.
Había dicho dos billones. A Task no le importaba invertir toda su fortuna, varios miles de billones, si era necesario con tal de conseguir semejante objetivo. Seguramente Sapiens estaría impresionado por la generosidad de Locke, pero cuando hablara con Task en privado, todas sus previsiones se verían enormemente sobrepasadas.
Blake por el contrario fue mucho más cauto. Task no temía que se echara atrás en su decisión de apoyar a Sapiens permitiéndole estudiar su ADN. Si Omega ofrecía el producto a los nazis libremente, Blake se retiraría. Pero Task podía obligarle a colaborar de muchas maneras. Algunas más, y otras menos agradables.
Y entonces Omega intervino. Por fin Sebastian pudo escuchar - en cierto modo - las palabras de su némesis. Aunque parecía que tuviera una cuenta pendiente con Adam, o al menos que no le hubiera hecho mucha gracia tener que intervenir de aquel modo en la conversación.
Las condiciones impuestas por Omega no resultaron del agrado de Task. Comprendía su interés político y que impusiera tales restricciones, sobre todo para que no se le echaran encima grupos éticos, la prensa y la opinión pública. Omega se cubría las espaldas como un político de mierda... en lugar de uno inteligente, atrevido o sagaz.
Pero... ¿precio de coste? ¿Qué mierda de beneficio económico les iba a reportar aquello? Por lo que decía Omega, aquella empresa iba a suponer una enorme inversión inicial, y no iba a dar beneficios hasta un muy muy largo plazo. Esta vez, Task sí reaccionó y se llevó una mano al mentón, pensativo. Como si de un enorme depredador se tratara, rumiando sus pensamientos sentado en su silla...
El último en hablar fue Novák, y su intervención le gano aun más el respeto de Task. Kurt era un tipo inteligente. Task lo había estado pensando y planeaba ofrecer una inversión de alrededor de un 23% para la compañía de Sapiens. Si Novák lo igualaba, aunque no controlaran la compañía, serían entre ambos los accionistas mayoritarios seguramente. El resto tendrían que dividírselo entre Locke, Omega, Blake y otros inversores. Bueno, no era lo mejor pero sí algo bastante aceptable. 
Entonces se le escapó. Novák mencionó el nombre del proyecto. Probablemente ése en el que estaba trabajando a la par que el sistema de defensa. El proyecto BrainH+. Omega estaba al tanto, lo que no hizo sino enfurecer más a Task. Estaba convencido de que Novák y Omega colaboraban en cierto modo, aunque no le gustaba que fuera tan estrechamente como parecía. Al menos, ese leve desacuerdo entre ambos le hizo confirmar algo, o más bien descartarlo. Task llevaba un tiempo temiendo que Omega no fuera más que una ilusión, cual Mago de Oz, manejada por Novák. Con ello, un gigante como Novák conseguiría un control absoluto de una potencia como Australia, y puede que más. Era por ello que Task quería descubrir la identidad de Omega, matarlo y suplantarlo.
Sebastian de nuevo volvió a repensarlo. Tenía una reunión pendiente con Novák para tratar varios asuntos... Pero no sería él quien llamara primero para organizarla. Hasta ahora Novák parecía ajeno a todo, inmune a presiones e influencias de terceros o cualquiera que no fuera él. Pero tarde o temprano hablaría con Task. Probablemente se guardaría ases en la manga, Task también lo hacía. Pero tendría que soltar alguno, o puede que todos, en esa reunión entre los dos magnates si quería que hubiera posibilidades de cooperar.
Bien... ahora debía organizar sus prioridades. Primero reunirse en privado con Sapiens. Luego pedir cita para hablar con Adam Blake, un Vitalista interesante del que Task podía aprender mucho. Ignorar a Levin y a Locke... a la primera con respeto y educación, salvo que ella quisiera reunirse con él, y al segundo sencillamente como si no existiera. Era un problema de Harper y confiaba en que pronto perdiera una significativa cantidad de dinero, o la vida. Y por último, la reunión más importante... Novák y Task. La que planeaba dejar para el final, y si podía apurar... lo haría hasta que fuera Novák quien se la solicitara.
Tras todas las intervenciones observó a Sapiens para comprobar cómo se tomaba las repuestas, qué decidía y cómo finalizaba la reunión.

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26/09/2017, 11:28
Doctor Sapiens

El Doctor Sapiens se mantuvo firme con una actitud de escucha activa, aunque para un tiburón de los negocios como Task era fácil notar pequeños gestos de nerviosismo en el Doctor, particularmente ante el rechazo de Raisa Levin y las condiciones de Omega. No en vano, en aquella reunión se jugaba el mayor logro de su carrera.

Al terminar, por suerte, pareció aliviado y satisfecho con el resultado. Se reajustó el botón superior del traje, tal y como Novák había hecho al final de su exposición, y respondió a los presentes.

Muchas gracias a todos— comentó el Doctor con una ligera reverencia—. Espero poder hablar con más calma con el Señor Task sobre el capital a invertir en la compañía— giró ligeramente el rostro, mirando al empresario—. Mientras tanto, me aseguraré de que se les envía a todos los interesados— o más bien, a sus asistentes, aunque no hacía falta decirlo— la documentación pertinente sobre la compañía, las finanzas y la adquisición de capital social. Además, les agradezco el soporte adicional que ofrecen— miró a Task, Novák y Omega— y en vista de las circunstancias— una forma elegante de decir que el grueso del dinero de los inversores estaba en aquella mesa— creo que sus condiciones son razonables. Estudiaremos con más calma el alcance de la distribución, aunque si la custodia de la terapia se produce en Australia como salvoconducto ante el Imperio Nacionalsocialista, creo que debería estudiarse un impuesto o compensación por la misma.

Sapiens no era un depredador económico, pero tampoco era estúpido. Sabía que, por mucha protección que Omega pudiese ofrecer, custodiar la terapia genética le suponía una ventaja más que un quebradero de cabeza. Si no estuviese custodiada en Australia, la inmunidad contra los nazis no sería tan sólida. Por ello, Sapiens quería que Omega diese su brazo a torcer, ofreciéndole algo que le resultase beneficioso, en lugar de solo restricciones a cambio de dinero, seguridad y recursos materiales.

Ante aquella petición, Omega asintió con la cabeza componiendo una sonrisa torcida, a sabiendas de que Sapiens acababa de devolverle el golpe en el único sitio donde podía.

Creo que eso es todo, damas y caballeros— apuntó juntando las manos—. Lamento que no se una al proyecto, Señora Levin, aunque lo comprendo. Para todos los demás, estamos en contacto. Tengan un excelente día.

El Doctor Sapiens cortó su transmisión. Después Raisa Levin, Omega, Locke, Blake y finalmente Novák, dejando que Task pudiese quedarse pensativo en la soledad de su despacho.

 

* * * *

 

Un par de días más tarde, el Doctor Sapiens pasó a aquel mismo despacho, tras recibir permiso de Task a través del recepcionista. Podría haber mantenido aquella reunión a través de un holograma, pero era de sospechar que Sapiens quería demostrar su predisposición para con el inversor, y desplazarse hasta el despacho de Novák era una forma de hacerlo.

Aquel día el hombre llevaba un atuendo similar, un traje de color azul marino, a juego con la tonalidad azulada de su piel, con una camisa blanca debajo. A todas luces el traje estaba hecho a medida, pues la proporción de los hombros con respecto a su cintura era excesiva, similar a la de un culturista. Algo similar sucedía con sus zapatos, también personalizados, pues sus pies parecían más grandes de lo normal, especialmente a lo largo.

Sin embargo, y pese a tener aquel aspecto de eslabón perdido, era un genio en su campo. Novák había hecho sus deberes; surcoreano, estudió en Harvard, Tokyo y la Singularity University de California. Poco después, el gerontólogo inglés Aubrey de Grey se convirtió en su mentor, y participó en diversas empresas contra el envejecimiento; Calico, SENS Research Foundation, Methuselah Foundation y Bioviva.

No se sabe exactamente el cómo de su transformación física, aunque tuvo lugar en Tokyo pocos meses antes de que el país sufriese exposición a materiales radiactivos y sufriese una severa epidemia de mutaciones. De hecho, el Doctor tuvo visitar distintos países y someterse a multitud de tratamientos durante meses para estabilizarse físicamente y poder volver a hacer una vida normal.

Muy buenas, Señor Task— comentó el científico mientras recorría la inmensa estancia hacia la mesa del inversor, cargando consigo un maletín que a todas luces contendría un ordenador, una tablet y enseres varios—. Un placer poder reunirme cara a cara con usted, al fin. Tiene un despacho excelente.

Se paró frente a la mesa, sin tomar asiento hasta que Task lo invitase, y tendió su mano al empresario para que la estrechase. Pese al considerable tamaño de la mesa, el doctor pudo salvar la distancia sin mucha dificultad, debida a su elevada altura y notable complexión.

Su mano, más allá del traje azulado, camisa blanca y un par de gemelos dorados con un símbolo similar a una "S" , mostraba una notable cantidad de vello azulado en el dorso, y un tamaño muy superior a la de Task, pero con una anatomía ligeramente diferente, mostrando una palma más ancha y dedos más alargados. Por lo demás, no parecía una mano diferente, ni que provocase disgusto o rechazo en ningún modo. En caso contrario, probablemente el Doctor se hubiera contenido al ofrecerla.

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26/09/2017, 15:28
Sebastian Task

Task sabía que Sapiens tendría muchas dudas en ese instante. Había ganado parte de confianza tras la reunión... y tras saber que los peces gordos pensaban apoyarle en su empresa. Pero probablemente no tendría muy claro qué esperar de su reunión con Task.

Y el tiburón aprovecharía eso para tomar ventaja. Le gustó que Sapiens no fuera un sumiso y procurara sacar ventaja del único hilo que podía tirar para con Omega. De no haber sido políticamente incorrecto, casi hasta le habría aplaudido. Pero Task esperó a que la reunión finalizara y los hologramas fueran desapareciendo uno a uno.

Una vez sólo, Task activó la música de su despacho y se relajó durante largo rato escuchando a su compositor favorito, Ludovico Einaudi. Tenía mucho en qué pensar.

* * * *

Cuando Sapiens entró por la puerta de su despacho, Task examinó su figura más de cerca, por fin en persona. No estaba seguro de si Sapiens era un Hijo de Dios, o alguien con quien habían experimentado - quizá el propio Sapiens - genéticamente hasta conseguir deformar y retorcer a un humano de modo que aparentara ser una bestia azulada. Grotesco quizá, pero con un resultado sorprendentemente eficiente. Task se preguntaba si Sapiens tendría ahora más fuerza que un humano normal, dada su complexión, o si sería capaz de alguna otra habilidad extraordinaria.

Pero pese a ello, Task no menospreciaba a Sapiens. Éste había conservado la cabeza fría, y, dado su deslumbrante genio intelectual, estaba a punto de proporcionar a Task algo que había anhelado desde que descubrió sus poderes como Vitalista. Tiempo infinito.

Task apreció la educación de Sapiens al presentarse vestido en aquel traje hecho a medida. Sabía que no debía ser nada fácil encontrar a alguien dispuesto a hacer un traje con esas medidas. El billonario alzó la mano sin titubear y estrechó la de Sapiens.

- El placer es todo mío. - Respondió en cierto modo efusivo, para lo que solía ser él.
- Por favor, póngase cómodo. - Pidió haciéndole un gesto para que tomara asiento. En previsión de la llegada de Sapiens, Task había hecho instalar una silla ergonómica adecuada para las dimensiones del genio.

- Debo decir que me sorprendió muy gratamente su anuncio de hace un par de días. Veo muchas posibilidades en su empresa. - Continuó mientras desandaba el camino alrededor de la mesa para sentarse a su vez en su propia silla. - He estudiado brevemente su trayectoria profesional, su carrera, sus investigaciones y sus logros y debo decir que admiro su genio y su trabajo. - Elogió al doctor. No eran elogios vanos, sino sinceros.

Tras acomodarse continuó. - Tal y como se mencionó en la reunión, me gustaría invertir en su proyecto. No me importa la cantidad. - Matizó, y hablando de Task aquello podía ser un número infinito de dinero. - Calculo que, si permite que mi empresa se haga con el 23 o 24% de las acciones, sumado al otro 23 o 24% de Novák... sería suficiente para calmar nuestros egos y necesidades, y lo justo para que Omega, Locke y otros no eleven el grito al cielo. - Explicó con una sonrisa. - ¿Qué le parece? - Y todo aquello sin haber entrado en detalles de estudios financieros o viabilidad de la empresa.

- Pero eso no es lo importante. - Comentó poniéndose algo más serio. - Lo importante es, y espero que esto quede entre usted y yo... - Aclaró procurando no sonar sombrío - que me interesa mucho a nivel personal que lleve a buen puerto su proyecto. Tanto que estoy dispuesto a financiarle a nivel personal, de forma oculta si es necesario... y créame, nadie podría rastrear el dinero de vuelta. - Dijo muy convencido de sí mismo.

- Dígame. - Añadió entrelazando las manos. - ¿Cómo de avanzado está? ¿Qué efectos secundarios tiene? - Preguntó. - Tengo muchos interrogantes al respecto y no sé si dispondremos de tiempo necesario para hablar de ello... pero créame, Doctor Sapiens, puede considerarme su nuevo mejor amigo en el mundo. -

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26/09/2017, 19:48
Doctor Sapiens

El Doctor Sapiens se sentó frente a Task, en el asiento adecuado para sus medidas, y sonrió con satisfacción al hacerlo, consciente de que aquella silla no era tan enjuta como aquellas en las que normalmente tenía que sentarse.

Escuchó con paciencia al empresario, claramente satisfecho con sus aportaciones, empezando por haber hecho los deberes y saber de su trayectoria, algo de lo que sin duda el doctor estaría orgulloso. Probablemente Sapiens se había enfrentado al rechazo de la comunidad científica durante décadas, y había tenido que seguir, pese a ello, apostando por aquel proyecto.

Cuando Task terminó con su discurso, el científico miró discretamente su pequeño reloj de pulsera, pulsó un pequeño botón, y Sebastian pudo observar cómo el símbolo del micrófono mudo aparecía en la pantalla, tal y como el propio empresario había hecho en su reunión con John Morrow. Sapiens estaba comprobando que Task no estaba grabando aquello, probablemente para comprobar que su discurso no era una trampa. Algo lógico considerando que Task acababa de proponer algo ilegal.

Nunca se es lo bastante precavido— comentó el científico con un gesto de disculpa—. He estado dándole vueltas durante estos días, y esperaba que la inversión terminase rondando dicho 23-24%. Considerando que Novák y usted son los más acaudalados del país, y forman parte del Top 10 mundial, me costaba imaginar otro resultado— comentó con una pequeña sonrisa taimada—. Especialmente sabiendo que Omega preferiría estrecharle la mano al Cuarto Reich que permitirles adquirir un 50% de la compañía.

Estaba claro que, después de la intervención de Task, el Doctor Sapiens había optado por un lenguaje, aunque conservando cierta formalidad, más personal. Claramente una respuesta a la franqueza que el billonario mostró en su discurso.

No quiere morir. Lo entiendo. ¿Quién querría, verdad? — soltó aire por la nariz desde el pecho, como criticando algo—. Los nazis no son de mi agrado, pero debo reconocer que desde que el Vaticano se cubrió de esvásticas y el papa fue asesinado — el Cuarto Reich no es precisamente un hombre católico, y no iba a conquistar Italia dejando al Vaticano seguir con sus críticas al genocidio — esto ha sido mucho más fácil. Desde un punto de vista ético. En cuanto a recursos humanos se refiere, que Estados Unidos y Japón hayan perdido su posición no ayuda. 

Aquellas frases eran en cierto modo una forma de desahogarse con alguien que parecía compartir sus ideales. Claramente Sapiens pensaba, y con razón, que a Task le importaban los resultados y no la opinión de los demás al respecto. Pero si Sapiens estaba mencionando aquello era por contextualizar la situación.

Estados Unidos nos permitió saltarnos ciertos protocolos— explicó con una mirada y tono de gravedad, claramente indicando que no han seguido siempre el protocolo que Omega exigió días antes—, pero su caída retrasó mucho nuestro proyecto. El fallecimiento de mi mentor, Aubrey de Grey, y la caída de Tokyo, lo retrasó aún más— bajó ligeramente la cabeza por un momento, claramente disgustado por las dificultades sufridas—. Disponemos de una fórmula, pero no es estable, ni segura. Puede causar envejecimiento prematuro, autofagia celular, cáncer e incluso fallo multiorgánico o la muerte.

Alzó ligeramente una mano, indicando que a Task que no se asustase todavía.

Pero eso se debe a que hablamos de una fórmula universal y holística, capaz de afectar a cualquier humano sano, congelar todos los procesos de enfermedad, y devolver lentamente al sujeto a una edad cercana a los 30 años biológicos— aclaró con una pequeña sonrisa de satisfacción—. Si se realiza un estudio individual del ADN del sujeto, y se diseñan secuencias genéticas específicas, podemos alterar el cuerpo para que evite la mayoría de los procesos de envejecimiento y retrase significativamente los demás. Como complemento podemos aplicar terapias externas individuales, rejuveneciendo al individuo biológicamente en cualquier aspecto.

El Doctor Sapiens se inclinó ligeramente hacia Task, haciendo crujir levemente la silla, mientras juntaba las manos.

En otras palabras. Hipotéticamente, si estudiásemos su ADN, Señor Task, podríamos hacer que envejeciese mucho más despacio, de forma parcial, y modificar su edad— a todas luces parecía una oferta—. Los cambios tardan meses en hacerse visibles, y años en terminar de producirse, pero usted debe ser un hombre paciente, y supongo que le importa más invertir el reloj que verse hecho un chaval de la noche a la mañana. De hecho, eso sería contraproducente para su imagen.

Naturalmente, algo así expondría que se había sometido a una terapia genética ilegal.

No se lo negaré. El proceso es todavía muy costoso. Pero es viable, y cuanto más respaldo económico tengamos, más fácil será universalizar y abaratar la fórmula— concluyó recuperando un tono lógico—. Preferiría mantener la financiación del proyecto en papel, sólo por si acaso, pero— abrió su maletín, y sacó un pequeño dispositivo blanco y rojo, poco más grande que una uña— sería una injusticia negarle la oportunidad a alguien con su intelecto.

Básicamente, estaba ofreciendo a Task la oportunidad de tratarle en secreto, a cambio de la debida compensación económica.

Sin embargo, Sapiens parecía muy profesional al respecto. Aunque lógicamente se lucraba con ello, y tenía intención de hacerlo, parecía que su principal motivación para hacerlo eran principios. Tras tantos problemas en el transcurso de dicho proyecto, simplemente quería hacer aquello que mejor se le daba, sin que siguiesen poniéndole trabas.

Esto es un GenoChip— explicó, sujetando el dispositivo blanco y rojo entre sus dedos—. Una gota de su sangre basta para que haga una secuenciación completa de su ADN en cuestión de horas. Con ella podríamos estudiar su condición genética actual y preparar una terapia acorde— declaró. Aunque se ajustó la chaqueta y carraspeó ligeramente—. Debo advertirle, como deferencia personal, que también sería posible crear clones de usted, averiguar su árbol genealógico completo, y las enfermedades a las que sufre predisposición genética. Pero por supuesto, me aseguraré de evitar que nada de eso pase, e incluso podría advertirle sobre cualquier problema médico al que sea propenso, y proponerle un plan de actuación.

Dejó el GenoChip sobre la mesa, al alcance de Task.

Diez millones de dólares, Señor Task— se limitó a decir el científico con seriedad—, y me aseguraré personalmente de todo sea hecho con la máxima seguridad y discreción. O puede esperar unos años a que sea legal, esté pulido y sea asquible. El objetivo es que termine costando unos 1.000 dólares.

Se acomodó en el asiento, dando a entender que, aunque le ofrecía la posibilidad, y ciertamente 10 millones de dólares eran una cifra extremadamente asequible para Task, no necesitaba hacerlo, y no estaba allí para venderle la terapia. Simplemente se la ofrecía como una diferencia en caso de que le interesase... ya.

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28/09/2017, 11:26
Abigail Kidman

Reforzar mi autoconcepto...- Repitió mentalmente, sin saber muy bien a qué se refería. A veces se perdía cuando su psicólogo usaba ese tipo de terminología que Abigail no terminaba de entender, aunque a esas alturas ya casi ni preguntaba, intentaba aprender por el contexto y el uso.

Todo lo que él decía era cierto. ¿Cómo podía confiar en un gobierno cuyo líder no daba la cara? Ni siquiera sabían su nombre... Y a su alrededor parecía que todo el mundo estaba conforme, Abigail apenas veía gente a su alrededor preocupándose por ello. En ese momento se dio cuenta precisamente de ese conformismo general que había. El presidente actual funcionaba, ¿qué importaba que nadie supiera quién es mientras cumpliese su labor? Nunca antes se lo había planteado y quizás era el momento de hacerlo. 

Su mente voló un momento del tema que los concernía y gracias al señor Goldman pudo volver a centrarse. La propuesta de la señora Wright y lo que eso conllevaba. Quizás era una buena idea, llamarla y quedar con ella en algún sitio "neutral" donde poder charlar con tranquilidad y exponer las dudas que tenía, que no eran pocas.

Entonces... Podría hablar con ella...-comenzó a pensar en voz alta-. Si todo va bien, quizás podría visitar las instalaciones o algo así... ¿no? Para saber dónde es y en qué consiste... No creo que sea buena idea comprometerme de forma definitiva con algo así, al menos no de primera...

Sin darse cuenta, llevó una mano a la boca y comenzó a morderse las uñas. Se mantuvo pensativa durante unos momentos más, hasta que se dio cuenta de que tenía el dedo en la boca y el esmalte rojo que había aplicado comenzaba a cuartearse. Chasqueó la lengua con disgusto y retiró la mano para colocarla bajo su muslo, como si pudiera contenerla. 

Quizás la mejor opción sea una colaboración puntual... En caso de aceptar, claro-termina concluyendo.