Partida Rol por web

New Sydney 2.0

Acto 3 - Hasta los Dioses sangran y caen

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16/04/2018, 17:16
James Hollow

Morrow aferró el hombro de Task, y tras despedirse de Blake y su grupo, volvió con el empresario al "mundo real". Desde ahí Task pudo llamar a Hollow por teléfono, que se presentó en cuestión de unos minutos haciendo uso de sus poderes. Estaba visiblemente agotado, con sudores fríos por la frente y la ropa mojada. Comentó brevemente lo exhausto que se encontraba, y tras aferrar a Task y Morrow por los hombros, y estar concentrándose durante unos minutos, los llevó al cuarto secreto del purgatorio. El teleportador se dejó caer en una silla, apoyándose en la mesa con ambos brazos mientras intentaba respirar de forma profunda y relajada.

Sarah permanecía en otra silla, encorvada hacia delante y aferrándose el pelo con ambas manos. Parecía estar igual de agotada, pero a su vez resoplaba de forma inconexa, rascándose la cabeza. Parecía una esquizofrénica en un brote maníaco, tratando de contenerse.

Lleva así desde que se puso a chillar cuando Morrow apuñaló al nazi— comentó Hollow con una mezcla de preocupación y fatiga—. No hay forma de hacerla parar.

Morrow miró a Sebastian, haciendo con la mano un pequeño gesto de echarse a dormir un rato, pero después ladeó la cabeza mostrando indiferencia, haciendo ver a Task que él sabría lo que hacía al respecto.

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16/04/2018, 17:24
Eve Wright

Yo tampoco creo que encuentren al tipo— comentó antes de echar un trago a whisky con hielo, en referencia al individuo que buscaba a Cotard—, pero al parecer encontrarlo vale su peso en oro. Sobre Kemper...— bufó—. Tenemos a gente con poderes parecidos a los tuyos, aunque mediocres. Pero hay una chica nueva colaborando con mi equipo— comentó, mirando de reojo al detective—. Al parecer es bastante buena, quizá tanto como tú. Y también está mal de la puta cabeza, como todos los Hijos de Dios con algo de talento— soltó una pequeña risilla. Hasta donde McKenzy sabía, ella no tenía ningún tipo de dones—. Nos ha dado pistas para indicar que fue Cotard quien mató a Kemper, probablemente con medios sobrenaturales. Y probablemente para llegar hasta ti.

Apuró su vaso y pidió otro Whisky. Pagó pasando su reloj por el escáner y poniendo su huella dactilar.

Si lo que quiere Cotard es que le enseñes tus movidas, y lo que quieres es encontrarle, tienes una buena excusa— propuso, aunque enarcó una ceja mostrando cierto escepticismo—. Pero vamos, que ese necrófilo ya está bastante hormonado tal y como está, y si no cumples tu parte del trato...meh. Cotard sabe cómo hacer amigos, pero sólo cuando están muertos.

Charlie seguía ahí, aunque parecía bastante abstraído, sin prestar mucha atención a aquel entorno particularmente diseñado para sobreestimular a sus visitantes. 

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16/04/2018, 20:13
Sebastian Task

- Descansad todos. - Dijo en referencia a Morrow y Hollow. - Yo me encargo de ella, y hablaremos en unas horas... De momento hay que recuperarse. -

Sin esperar respuesta de ambos, Sebastian se acercó a Sarah. Estaba preocupado aunque su rostro y sus gestos no mostraban el menor indicio de alteración. Era hora de que cortaran la conexión con sus poderes, y recuperaran las energías. Sin duda había sido el día más duro y tenso de sus vidas.

El empresario se agachó hasta que su rostro se situó frente al de ella. Tomó con suavidad sus hombros con sus manos y la echó levemente hacia atrás para que se encarara con él.

- Sarah... - Dijo con tono autoritario y potente. - Estoy aquí. Soy Sebastian. Sigue mi voz. -

Tragó saliva pero no la soltó. No quería que se apartara o descentrara.

- Vuelve conmigo. Deja atrás todo eso... y vuelve. Regresa, amor mío. - Ordenó.

Sus ojos buscaron encontrarse con los de ella. - Transmíteme parte de la carga que llevas. - Indicó. No le importaba. Por difícil o duro que fuera... Si ayudaba a Sarah a sobrellevarlo él mismo cargaría con el dolor mental que arrastraba la telépata.

Sabía que ella era capaz de eso y mucho más. - Ni lo dudes. - Añadió. Si había estado dispuesto a jugarse el pellejo... el alma, por absorber los poderes de Zimmerman, estaba más que dispuesto a sufrir las aterradores verdades que Sarah hubiera visto en la mente del psicópata nazi.

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19/04/2018, 18:33
Ethan McKenzy

Ni rastro de Abigail, dijo recorriendo el bar. Quizá más tarde... Escuchó a Eve, ¿Una chica les ayudaba?

- ¿Alguien con poderes similares a los míos, eh? - Dije con una risotada. - No creo que nadie tenga la misma maldición que yo. - Suspiré. 

Me quedé callado un segundo, mirando mi vaso de nuevo. 

- No puedo creer que hables en serio de hacer un trato con él. - Apreté los labios. - No es porque ya sea demasiado poderoso, es porque...porque bueno, es de los malos. - Dije sintiéndome infantil. Miré a Charlie, un leve instante, y hablé mientras le sostenía la mirada. - El problema no es lo que me pasará si pacto con él. Mi miedo es lo que podría pasarle al resto del mundo. 

Aparté la mirada, y devoré la copa. 

- Además, supón que le encontramos. - Dejé caer el plural, por si había suerte. - ¿Acaso tu gente tiene capacidad para pararle? ¿Esa chica nueva tiene algún as en la manga para tratar con este tipo de individuos? De hecho, no sé si debería llamarte de dar con una situación así. No quiero ponerte en peligro, pero... - Me giré para mirarla a los ojos con firmeza. - Supongo que sabiendo mi interés personal por ti entenderás que nunca sé cuando puedo llamarte, aunque siempre tengas de hacerlo. 

Muy lanzado, Ethan. Me giré de nuevo hacia la copa, tratando de parecer más distraído de lo que estaba.  

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20/04/2018, 00:52
Bevidiere Lafayette
Sólo para el director

Suspiraba finalmente, resignándose- Al menos admites que lo que haces no es que esté del todo bien...-dijo, con aquel tono ácido que la caracterizaba- Bien, admito que el hecho de tener a ese tipo respirándome en la nuca... Puede ser perjudicial para mí. Pero, ¿realmente tienes posibilidades contra él? Parecía bastante seguro de si mismo al hablar de ti. - indicó, encogiéndose de hombros, quedando entonces en silencio, mirando a uno de los tres cadáveres fijamente.

En fin, colaboraré contigo. Pero añadiré a la mesa un intercambio de información mutuo. Yo haré unas de preguntas. Tú contestarás, y a continuación me preguntarás sobre aquello que desees saber.- indicó- Si nos dejamos cosas en el tintero, habrá una segunda ronda. ¿De acuerdo?- preguntó, sin que esperase una respuesta siquiera, sin tardar mucho tiempo en empezar a exponer sus dudas, empezando a hablar tras haber enarcado levemente las cejas.

- ¿Para qué planeas utilizar tus habilidades en el futuro? Tus muertos reanimados, son un arma en si mismos. ¿Qué intenciones futuras tienes al respecto?- comenzó- ¿Para qué necesitabas al doctor Kidman? ¿Por qué tratabas de llamar la atención de McKenzy, y qué relación tiene él con todo este asunto?

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04/05/2018, 17:13
Narrador

— Nunca he dicho que lo que hago esté bien— confesó un cadáver, sonriendo—. Zimmerman es fuerte. Es cierto. Pero es un completo imbécil— un cadáver rio, con una voz escalofriantemente grave y fría—. El poder necesita cerebro, en otro caso te conviertes en un cretino sin futuro como Zimmerman.

Claramente Cotard no respetaba al alemán. Si bien admitía que sus capacidades sobrenaturales eran mayores, confiaba en que su limitada experiencia e intelecto lo convirtiesen en un blanco fácil de eliminar. Por el momento coincidía con la que impresión que Lafayette se había llevado; Zimmerman no era un estratega, y era fácil de manipular.

Sobre mis intenciones...— un cadáver se encogió de hombros—. No tengo interés en convertir esto— giró un dedo en el aire— en ZombieLand. A diferencia de Zimmerman— apuntó haciendo hincapié en la importancia de eliminarlo—. Pero creo que el Animismo es una disciplina infrautilizada, que podría usarse para recuperar almas perdidas y superar problemas como la muerte o necesidades corpóreas— parecía totalmente serio y formal al respecto—. No estos— los cadáveres se señalaron a si mismos—, pero creo que podría haber más individuos como tú o yo, mezclados entre los "vivos". Creo que el ser humano busca superar sus limitaciones, y que los no-muertos, mientras tengan alma, son sólo una alternativa a la hasta ahora inevitabilidad de dejar de existir.

Los cadáveres hicieron una pausa, breve, pensando en cómo responder a las siguientes preguntas.

Kidman es un psicópata sin escrúpulos— reconoció—. Como yo. Es cierto. Pero yo intento hacer algo... constructivo con mis capacidades. Kidman pagará por sus crímenes, a su debido tiempo. Hasta entonces, sus conocimientos son útiles para mi proyecto— según dio a entender, que la no-muerte constituyese una alternativa a que tu alma se perdiese para siempre al fallecer—. McKenzy puede hablar con las almas de los difuntos que aún no se han degradado. Usando palabras. Yo puedo comunicarme con ellas, pero de forma más limitada. Idealmente, quisiera que se uniese a mi cruzada, pero dudo que esté por la labor— alzó un dedo en señal de advertencia—. Podría arrancarle el alma y adquirir su poder, pero intento hacer las cosas de la forma más limpia posible, así que le he dado una oportunidad. Como a ti.

A Cotard le daba igual mancharse las manos. Si tenía que aterrar, chantajear, matar, torturar o drenar a quien fuese para conseguir sus objetivos, lo haría. Ninguna diatriba ética o moral iba a impedírselo. Pero prefería hacer las cosas "por las buenas", y si alguien no colaboraba, entonces lo tomaba por las malas. Si McKenzy no colaboraba, le arrancaría el alma. Si Lafayette no hablaba, Cotard la haría hablar, "no-muerta" como estaba ahora o separada de su cuerpo físico.

Cotard no era un buen tipo. Y sus objetivos podían ser una buena idea, o una forma de corromper la esencia de lo que significaba ser humano. Pero él creía en eso... y nada iba a apartarle de ese camino que probablemente Einar y Génesis también abrazaban. Sólo quería quitarse a Zimmerman de en medio. Dicho sea, hacerlo suponía evitar la posibilidad de que los nazis terminasen con un ejército o mano de obra no-muerta, sin almas ni voluntad.

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04/05/2018, 17:35
Eve Wright

Al parecer la forense es capaz de ver los recuerdos de los muertos— comentó la agente con su copa entre las manos—. Pero es cierto, eso es menos... intrusivo que ver y hablar con fantasmas, Ethan. No sé hasta qué punto eres un vidente o un loco...— se encogió de hombros—, pero en estos tiempos en los que nadie sabe nada, supongo que es ambas cosas— su mirada se perdió en el vaso, desenfocada mientras se recreaba en esa falta de significado—. Los nazis son los malos. El resto... ¿cuál es la diferencia entre ser bueno o malo? ¿Es malo porque utiliza a cadáveres y mata a gente?— asintió con la cabeza—. Supongo. Pero cuando trabajaba para el gobierno de EEUU, ellos se suponían los buenos, y no iban muy desencaminados. Ahora Omega tiene el cadáver de Kemper.

Poco sabía McKenzy sobre el pasado de Eve. Pero si había trabajado para el gobierno estadounidense era de esperar su actitud de alcohólica atormentada. Su vida se cimentaba en ayudar a un gobierno a controlar y entender a los Hijos de Dios. Australia tenía unas políticas más "limpias" que EEUU, pero es cierto que la moral era difícil de trazar. Omega usaba a Hijos de Dios como símbolos de poder y justicia, pero... ¿hasta el punto de ignorar a tipos como Cotard sueltos en su ciudad?

Pero no, no creo que podamos parar a Cotard— admitió la agente—. Quizá combinando nuestras fuerzas con los Patriotas— androides— de Novák, pero no lo sé. Cotard ya está muerto. Y claramente la forense es una malcriada inútil más allá de obtener información. Respecto a ponerme en peligro... prefiero arriesgarme a morir cada día que ser una oficinista más— apuró su copa y chasqueó los dientes—. Soy solo una "humana", Ethan. Sin poderes. Y ahora veo todo lo que hay ahí fuera que hemos ignorado hasta ahora. Necesito estar cerca de ello. Necesito sentirme útil haciendo algo que de verdad importa— se enredó las manos en el cabello, tensa—. ¿Qué se supone que significa que tienes interés personal por mí, de todos modos?

No parecía molesta por ello. Simplemente dudaba al respecto.

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04/05/2018, 17:51
Cuarto Reich

La calavera, de un tono a caballo entre ceniza y ónix, se alzaba casi dos metros sobre un traje del ejército del imperio alemán nazi. El hombre, alto y de complexión muy corpulenta, se alzaba estilizado, mostrándose como luciría la mismísima parca. Manos de hueso, con grandes uñas que más bien recordaban a zarpas, y unos ojos hundidos en el cráneo, eran lo único que reflejaban algo de vida. Sus dientes eran afilados, haciendo que su boca recordase a un cepo cerrado, y sin un solo cabello era un reflejo escalofriante de la muerte en si misma.

El hombre se alzaba de pie, en lo alto de una estancia con pilares negros y blancos, y por el suelo se extendía el dibujo de un sol negro con rayos ondulados, extendiéndose como tentáculos por la estancia. Sebastian veía a través de quien debía ser Zimmerman, que estaba de rodillas, con las manos apoyadas en el suelo, frente a aquella montaña negra de hueso, otrora un humano.

Tú eres mi hijo— dijo la parca, con una voz grave de ultratumba que helaba la sangre, más parecida a un espectro que una persona—. Y un Dios sobre la tierra. Irás a Sydney, solo, y volverás con el alma de Cotard— agravó su mirada, bajando levemente el mentón. Las sombras de la iluminación volvieron más oscuras las cuencas de sus ojos—. O puedo borrarte ahora mismo. Decide.

Zimmerman bajó la cabeza y murmuró "Sydney, padre", con una voz sumisa que suplicaba perdón.

Vuelve con el alma que pido, y tendrás un sitio entre Eichmann y Knochenmann— prometió, en referencia a los máximos dirigentes del partido nacionalsocialista además del Reich—. Vuelve sin ella— un zarcillo negro se extendió en un instante desde el hombre, clavándose en un pectoral de Zimmerman, que comentó a gritar sintiendo un dolor agudo, como si su pecho ardiese desde dentro— y me aseguraré de que sirvas como ejemplo.

El zarcillo se retiró de nuevo al cuerpo del Reich, desapareciendo por completo.

Desaparece de mi vista— espetó.

Zimmerman dio media vuelta y comenzó a gatear hasta la salida, poniéndose en pie como podía y echando a correr.

¡COMO UN HOMBRE, ANCEL!— bramó el esqueleto a sus espaldas, haciendo vibrar la sala y helando la sangre de Zimmerman, que tragó saliva, se enderezó, y paró de correr, intentando caminar con porte militar pese a estar muerto de miedo.

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04/05/2018, 18:10
Narrador

Sebastian comenzó a sentir la angustia. La ansiedad. El pánico. El dolor.

Zimmerman debía haber revivido algunos de los recuerdos de su "educación paterna" cuando Morrow lo apuñaló... y la mente de Sarah había quedado marcada con ellos. La joven, de nuevo frente a Task durante unos instantes en los que el empresario recuperó control de sus sentidos, parecía algo más aliviada, pero seguía sufriendo una visible presión psicológica.

El propio Sebastian, sin embargo, comenzaba a sentirse intoxicado por ello. Miedo, estrés y desesperación, sensaciones que normalmente conseguía evitar con éxito, pero que empezaban a taladrar su mente. Podía seguir aceptando aquello, pero... ¿a qué precio? Pensar en todo lo que debía haber oculto en la extinta mente de Zimmerman llevaba a preguntarse en cómo podía haber vivido con ello... si no fuese porque probablemente el hombre no fue realmente humano.

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15/05/2018, 21:50
Bevidiere Lafayette
Sólo para el director

Supongo entonces que, ¿debo darte las gracias?- dijo, enarcando una ceja, emitiendo un suspiro hastiado antes de proseguir, sacándose el teléfono del bolsillo. No tenía ganas de que "casualmente" quien no debiera escuchase nada impropio debido a cierta nueva aplicación. De manera que metió el teléfono en una de esas bolsitas de cierre hermético de las que disponía entre los materiales de la morgue, y metió el dispositivo electrónico en un cajón alejado- Esto es por ti. Y por mí.- aclaró- Mira, no creo ni lo más mínimo en tus mierdas, y a mi juicio, a los muertos hay que dejarlos e paz. Pero se ve que el asunto ha pasado a ser una cuestión... De vida o muerte. O de elegir el mal menor.- admitió- Entre todos me habéis puesto entre la jodida espada y la pared, y bien... Llevas teniendo el poder de convertir esta ciudad en algo parecido a Zombieland durante bastante tiempo, y aún no lo has hecho. -expuso, manifestando en voz alta sus pensamientos- Así que supongo que no, no es esa tu intención. Y no puedo decir lo mismo de Zimmerman. -concedió- Me importa una mierda la gente viva de esta ciudad o de cualquiera. A día de hoy, considero que mi vida propia es un error que no me atrevo a corregir. Pero, como ya te he dicho, no me gusta eso de que no se deje a los muertos en paz. -admitió, sin añadir nada más al respecto.

Así que te diré algo que no le he dicho a esos perros del gobierno que piensan que pueden comprar mi palabra con dinero e instalaciones fastuosas.-dijo, con evidente molestia, al recordar la propuesta de Nóvak- Zimmerman se esconde en el Vacío. Por eso nadie lo va a encontrar hasta que a él le de la gana salir de ahí. -explicó, empalideciendo ligeramente, o más bien... Aún más- Tiene un almacén en esa dimensión, en el que mantiene a sus hombres y guarda algunos de tus Caminantes. Entre ellos a Kidman, a quien no sé cómo pretende usar. -añadió finalmente, tragando saliva- Lo demás, lo que he descubierto a través de tus Caminantes... No tiene sentido contártelo. Ya lo sabes de sobra. -indicó- El único detalle importante que también deberías tener en cuenta es que John Morrow también está implicado en todo esto. Mató a uno de los hombres de Zimmerman, ejerciendo uno de esos actos suyos de supuesta justicia poética. 

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15/05/2018, 22:51
Narrador

Uno de los cadáveres sonrió, satisfecho con la información.

¿Crees que Morrow podría aliarse con nosotros en esto?— preguntó, aunque fue un "nosotros" muy mayestático—. No sé mucho sobre él, pero parece un tipo prometedor— por supuesto, un asesino en serie y fanático con una buena mascarada era visto como un "tipo prometedor" para alguien como Cotard—. Y... ¿podrías indicarme como llegar hasta ese almacén?— añadió, claramente interesado en saber la localización exacta del "cuartel general" del nazi—. Tu propia vida es un error que no te atreves a corregir— parafraseó con cierta curiosidad mórbida—. ¿Significa eso que quieres morir del todo?

Estaba intentando refinar los detalles de aquella conversación para saber cómo proceder. Parecía ligeramente interesado en Lafayette, pero de forma meramente anecdótica. Seguramente estaría interesado en tenerla de su lado, pero no iría tras ella si no estaba predispuesta. No parecía que pudiese amplificar sus propios poderes usándola, lo cual era de agradecer teniendo en cuenta las posibilidades que eso daba a McKenzy.

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16/05/2018, 19:24
Bevidiere Lafayette
Sólo para el director

No sé si Morrow querría apuntarse a tu peculiar cruzada. No sé qué demonios tiene metido en la cabeza. Tan sólo sé que tiene una forma súmamente especial de aplicar su propia Justicia. Si es que puede llamársele así.-dijo, contestando a su primera pregunta, frotándose las sienes- De mi vida, y de mi propia muerte, permíteme que no hablemos. Te he hablado ya demasiado de ese tema.-indicó- Y sobre ese sitio...-suspiró entonces, largamente- Verás, estaba bastante ocupada preocupándome por mi propia integridad mientras ese pirado atractivo y con Asperger de Zimmerman me tenía secuestrada en su coche, así que sólo podría darte indicaciones bastante generales. - concluyó. 

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23/05/2018, 00:48
Cotard "El Nigromante"

La sonrisa macabra inundó la estancia, seguida por una ronda de aplausos secos como el sarcasmo.

Eres de lo que no hay, chica— dijo Cotard, divertido.

Con una sonrisa de oreja a oreja, El Nigromante estaba en el centro de la sala, vestido con su traje negro, corbata a juego y una camisa blanca. Llevaba una pala entre las manos, que giraba divertido.

Y todo por jugar con muertos— comentó en referencia a los comienzos de la aventura con Zimmerman, al tiempo que señalaba una fosa en el suelo.

Se encontraban en el cementerio de Sydney, frente a la tumba del novio de Lafayette, aunque aquella sección estaba dentro de una habitación que bien recordaba al refugio de Zimmerman. Visto así, recordaba a una cárcel para el cadáver. La propia Lafayette tenía grilletes en sus pies, que como serpientes avanzaban hasta la fosa, donde atenazaban el cuerpo inerte de su difunta pareja.

Cotard intentó golpear las cadenas en el extremo de la fosa, dando un golpe seco y bruto con la pala. Provocó unas pequeñas chispas plateadas, sacudiendo los grilletes, pero no cedió.

Primero Zimmerman. Luego Omega. Luego Novák. Hasta yo— se quejó El Nigromante, ácido—. ¿Si no tienes nada por lo que vivir, porqué no le echas un par de ovarios y te pegas un tiro?

Sacó el revólver de su traje, a todas luces demasiado grande para caber ahí, y se lo lanzó a Lafayette, que instintivamente lo atrapó con la mano derecha. Un coro de muertos, que pareció aparecer de la nada, comenzó a corear "Hazlo" de forma incesante y devota.

¿Es cobardía lo único que te mantiene en el mundo? ¿O disfrutas siendo un parásito?— preguntó de forma mordaz, hiriente, dando un par de golpes más a los grilletes—. Simplemente no puedes dejarlo ir, ¿verdad?— golpeó de nuevo—. Me cago, en, la puta, ostia— cuatro golpes en sucesión, al ritmo de las palabras, intentando romper la cadena—. Oh, perdón... casi se me olvidaba— rebuscó en su traje, sacando un par de cartuchos que lanzó a Lafayette.

Lafayette sacudió el brazo, abriendo el cargador del revólver. Las balas entraron directamente en la recámara tal y como Cotard las había lanzado. Una nueva sacudida del brazo puso el revólver listo.

Adelante— comentó Cotard—, vuélate los sesos y acaba con esto de una vez. Seamos realistas, deberías estar muerta de todos modos— lanzó la pala a un lado—. No hay forma de forzarte que pases página— chasqueó los dedos—. O... podrías dispararle a la cadena— sugirió—. Pero te va a tocar elegir, porque yo tengo otros sueños donde dar el coñazo. Y estos gilipollas— con un círculo de la mano señaló al coro de cadáveres— también.

Una Lafayette, con cabello rubio platino, traje negro, condecoraciones de guerra nazis y gorra de división Totenkopf de las Warren-SS, rodeó a la doctora, abrazándola desde atrás y sujetando el revólver con ella, poniendo su propia mano de porcelana blanca sobre la de su gemela.

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27/05/2018, 13:10
Sebastian Task

Por unos segundos Task permaneció con la respiración congelada. Pudo notar cómo perlas de frío sudor se acumulaban en su rostro y le caían por la nuca. Sin parpadear, mantuvo los ojos fijos en los de Sarah. Comprendió al fin una pequeña parte de la carga que ella había tenido que soportar durante todo aquel combate.

Y la abrazó. Así, sin más. Simplemente la abrazó. Tras otros pocos segundos por fin apartó su corpulento cuerpo del de ella, se llevó una mano a la sien y cerró los ojos por fin. Respiró hondo, intentando acompasar la respiración para relajarse. Y finalmente se enderezó de nuevo y giró el rostro para observar con calma a todos y cada uno de los presentes.

Morrow, Hollow y Sarah. Se le antojaba extraño que Harper no estuviera ahí con ellos. Apoyó su mano en la misma mesa que había usado Hollow para apoyarse unos segundos antes.

- Hemos perdido a Harper. - Dijo confirmando lo evidente. Aunque para Hollow y Sarah quizá fuera una confirmación apropiada... ya que no habían visto lo ocurrido al otro lado. - Pero no podemos permitir que su trabajo en el mundo del hampa se vaya a la mierda. Locke aprovechará la falta de Harper si se entera... debemos buscar un nuevo líder... y que no se note la ausencia de Harper. -

Se encaró con Morrow.

- Esto es Avalon. - Dijo abarcando con la mano a todos los presentes. - Nadie más sabe de su existencia... Hasta ahora. - Era una mierda haber tenido que descubrirse ante Blake y los suyos.

- Estuvimos debatiendo sobre la opción de hacerte una oferta y que te unieras a nosotros. - Asintió mientras se humedecía un poco los labios y procuraba centrarse en la conversación para olvidar los pensamientos del nazi, y la visión del mismísimo Cuarto Reich.

- Ahora es innegable. Conoces nuestra existencia aunque no sepas aún nuestro propósito. Sabes de nuestras capacidades y nosotros conocemos algunas de las tuyas. La hora de la oferta ha llegado. - Admitió. - ¿Quieres unirte a nosotros? Por supuesto podrías seguir por libre... o tratar de unirte a otro grupo. - Comentó. Claro, Morrow era libre de escoger la opción que viera más interesante.

Se encogió de hombros. - Pero nadie más puede ofrecerte lo que nosotros te ofreceremos. Tu libertad e independencia pese a formar parte de este... grupo. - Alzó un poco la cabeza, con cierto orgullo.

- Blake y los suyos te exigirían lealtad. Lo comprobarían de algún modo. Sus telépatas se asegurarían de que tus intenciones son puras y que buscarías lo mejor para ellos... y finalmente para el propio Blake. Que compartes sus ideales. - Explicó. Y era cierto. O Task así lo creía tras haber escuchado las explicaciones de Blake.

- Por tu cuenta en cambio no dependerías de nadie... pero eres más vulnerable. Otros como Zimmerman podrían intentar darte caza, y aunque eres poderoso no eres invencible. - Explicó. - Ese mismo principio es el que nos impulsó a unirnos en el origen de Avalon. - Añadió.

- Si te intentan dar caza podrás acudir a nosotros. Preparemos un plan de contingencia. Nadie toca a uno de los nuestros. - Dijo muy seriamente.

Quizá estuviera siendo precipitado. Con todo lo ocurrido, con el combate, con las fuerzas de todos mermadas. Pero daba igual. Era el momento, no podían retrasarlo más y Sebastian quería saber a qué atenerse. ¿Aceptaría Morrow formar parte de su grupo? ¿O tendría su propia agenda privada? De eso último estaba seguro, aunque el millonario confiaba en que sus intereses fueran compatibles.

- Tenemos nuestros propios planes para esta ciudad. Y eventualmente, para el mundo. - Admitió. No eran sueños de grandeza de un megalómano. Eran planes reales. Trazados con cuidado y pensados con tiempo. 

- Es tu decisión si quieres formar parte de ello o no. - Le animó a que diera una respuesta. - En cualquier caso, incluso si decides rehusar... estaremos encantados de estudiar la posibilidad de colaborar contigo en cualquier proyecto futuro. - Confesó. - Has cumplido con creces tu parte del plan y eres un hombre de palabra. Yo también lo soy. - Dijo tendiendo la mano a Morrow.

Era el momento para que descansaran un rato. Se tirarían en las diversas sillas y sillones y repondrían fuerzas por unas horas. Todo estaba demasiado reciente y no era el momento de asomarse a la superficie. Mejor así. Si había alguien pendiente de lo ocurrido y trataba de atacarles... bueno, ahora eran vulnerables.

La mente de Task comenzó a elucubrar a una velocidad vertiginosa mientras se preguntaba cuál debía ser su siguiente paso.

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29/05/2018, 19:17
Ethan McKenzy

Ethan apuró la copa, y no pudo evitar una sonrisa cuando oyó hablar de aquella malcriada que al parecer veía los recuerdos de los muertos. 

- Vaya - Dijo con una pequeña risotada. - Relaciones con los muertos, y mal carácter. Esa chica y yo debemos ser parientes. - Negó con la cabeza y le dio otro trago a la copa. 

Un vidente o un loco... La frase se perdió en la mente de Ethan, era algo que había oído muchas veces pero aún así, pese a ser un comentario casi inofensivo siempre dejaba cierta huella. 

- No te equivoques, Eve, a mí siempre me han tratado de loco. Y después de todo lo que ocurrió... bueno, es cierto que estoy algo colgado. - Bajó la mirada, evitando el contacto. - Bueno, sobre Cotard... Es cierto que no tenemos muchas opciones, pero si lo que dices de esa chica es cierto, quizá podríamos colaborar. ¿Crees que podría conocerla? Creo que si yo tengo un modo de contactar con Cotard, quizá podríamos pensar algo para tenderle algún tipo de trampa. Sé que es difícil, y que nos sobrepasa en fuerza, pero si quiere aprender de mis poderes necesitará cadáveres, si esa amiga tuya es forense y puede hablar con los muertos... No lo sé. Quizá podamos trazar un plan. 

Ethan trató de fingir que se olvidaba de la posibilidad de pactar con Cotard, aunque, en realidad, eso era casi imposible. Se había ido dando un portazo, pero allí tras esas horas, no podía parar de pensar en Charlie. Una parte de él sabía que no podía negarse, por terrible que fuera. Aunque eso le destruyera, ya estaba destruido de todas formas, ¿No? La pregunta de Eve le sacó de su ensimismamiento. 

- Emm... - Ethan se sorprendió de lo directo de su pregunta. Terminó la copa, sin llevar la cuenta de cuantas llevaba ya. Se puso en pie y se acercó a ella, sosteniéndole la mirada. Pasó la mano por su mejilla con delicadeza. Sus ojos bajaron un segundo a sus labios. Por un segundo, claramente perceptible, estuvo a punto de besarla. - Creo que sabes a qué me refiero. - Dijo a media voz. Entonces respiró hondo y se apartó un poco. - Pero nunca he querido incomodarte. - Volvió a hablar a tono normal. 

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30/05/2018, 16:02
John Morrow

Dame el control del crimen— sugirió Morrow.

El británico había tomado asiento en una de las sillas. El cuchillo con el que había apuñalado a Zimmerman yacía sobre la mesa, con restos de sangre seca en el mismo. El hombre estaba visiblemente cansado, pero se mantenía en pie. Era un hombre curtido, con entrenamiento militar y talento para la violencia. No era un Vitalista con un nivel de poder comparable al de Task, Novák, o Locke, pero no se quedaba atrás de Harper, Sarah o Hollow... y a diferencia de estos últimos tenía un vasto conocimiento sobre los entresijos de su condición.

La única forma de tapar la ausencia de Harper es con un líder que no dé la cara, y eso no funcionará en el mundo del crimen— apuntó Morrow—. No tras Harper. Era un jefe directo. Sin una cabeza visible, sólo habrá insubordinaciones internas por el poder. Y Locke barrería sin dificultad a un grupo descordinado y enfrentado entre si.

Morror tomó el cuchillo y sostuvo en vertical, con la punta sobre la mesa, señalando una puñalada.

Ponme al mando, y deja que algún cabecilla intente quitarme el puesto— hizo presión con el cuchillo—. Un par de muertes entre nuestras filas nos mantendrán unidos. Saldré a la luz, y entonces podemos confrontar a Locke y barrerlo del mapa. Quizá Sarah incluso sea capaz de absorber su poder— apuntó señalándola con el cuchillo—. Pero... no sé cuánto reposo necesita, o si se recuperará por si misma. Creo que deberías vigilarla, Task.

Dejó caer el cuchillo y extendió el brazo hacia el millonario, con la mano abierta para que la estrechase.

¿Qué me dices?— preguntó con una media sonrisa.

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30/05/2018, 16:03
Eve Wright

Eve contempló a Ethan, expectante, mientras la acariciaba el rostro. Cuando el hombre dejó de hablar, se quedó quieta durante unos instantes, hasta que decidió salir de su ensimismamiento. Rompiendo la tensión, se reincorporó sobre la barra y dio trago, clavando los ojos en su vaso.

Puedo presentarte a Lafayette— asintió la agente con una pequeña sonrisa—, pero no le cae bien nadie, en general. Es como un erizo— curvo los dedos, simulando un par de garras—: Intenta pinchar todo lo que se le acerca. Pero eh— negó con la cabeza—, no es mala idea. Con ayuda del gobierno, incluso pueda funcionar.

Eve se levantó, recogiendo su abrigo de la silla haciendo alemán de irse. Claramente estaba demasiado nerviosa como para seguir con aquella charla con normalidad.

Llámame si pasa algo— comenzó a despedirse mientras se colocaba el abrigo—, cuando quieras hablar con la forense, o cuando quieras otra copa.

Se inclinó sobre Ethan, le besó en la mejilla, y comenzó a alejarse hacia la puerta. Ethan diría, aunque era difícil estar seguro, que la mujer caminaba con menos confianza de lo normal, como si estuviese descolocada mentalmente. ¿Debería simplemente haber intentado besarla en lugar de usar palabras?

En otro orden de cosas... el detective debía plantearse su siguiente movimiento. Aceptar la oferta de Cotard, reunirse con la forense, hablar con Abigail (la joven con un fantasma dentro de ella, como Ethan con Charlie), o volver a reunirse con Eve, entre otras opciones.

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31/05/2018, 17:05
Eve Wright

La reunión entre Ethan, Eve y Abigail se disolvió. Ángel y Abigail siguieron a Eve hacia la puerta principal.

No vamos a forzarte a nada, y no queremos presionarte— comenzó la agente mientras salían al exterior—. Podríamos usar a alguien con tus capacidades, y las de Ángel. Sería una gran oportunidad, a tu edad. Profesional y personalmente hablando— se limitó a decir sin extenderse en los detalles—. Pero eso ya lo sabes. Lo que necesitas es decidir si confías en nosotros, y qué quieres hacer con tu vida.

Comenzaron a atravesar los jardines, con un césped verde artificial entre explanadas de piedra beige y las tres torres que conformaban aquel complejo, sin contar con la extensión subterránea del mismo. Era notable el número de drones cámara que peinaban la zona de forma constante, pero también de individuos sentados en bancos, hablando de pie, o sentados o tumbados sobre el césped. Parecía un parque universitario a juzgar por el número de ordenadores portátiles abiertos. O lo haría si no fuese por los 4 patriotas que Abigail alcanzaba a ver: Androides con inteligencia artificial generalmente destinados a aplicaciones militares, pero que tenían un comportamiento similar al de los humanos, aunque sin una significativa profundidad emocional.

Nuestra oferta se mantiene, te unas a nosotros o no— continuó Eve, que tenía un aspecto muy informal para ser una agente, considerando el significativo número de personas adecuadamente vestidas con traje—. Puedes llamarme cuando quieras, pero si te parece bien... puedo organizar un encuentro con Ruth, la que sería tu mentora de unirte a nosotros, en 3 días. Algo informal, sólo para que la conozcas y hables con ella de lo que consideres oportuno.

Llegaron al final del terreno verde. Una pequeña rotonda circular con una sola salida, a una avenida general cercana al puerto de Sydney, parecía ser su destino. Un coche autónomo del gobierno, negro y sin volante, se detuvo frente a las dos mujeres. Eve abrió la puerta, indicando a Abigail que podía entrar.

Os llevará a donde le indiques— comentó, aunque miró sólo a Abigail al no poder ver a Ángel—. ¿Puedo mandar el coche a recogerte a casa el Lunes a mediodía?

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04/06/2018, 11:02
Abigail Kidman

Mientras Ethan y Ángel hablaban, no sabía cómo sentirse respecto a lo que estaba viendo; por un lado, se alegraba por él, porque por fin alguien pudiese verlo y pudiese hablar con alguien que no fuese ella... por otro, se sentía abrumada; que él existiera quería decir que ella no estaba loca, que no tenía por qué mentir a su madre o al señor Goldman. Ella había asumido que muy bien de la cabeza no estaba y que Ángel no era más que su amigo imaginario... Su amigo. 

No supo bien qué sentir cuando Ángel se lanzó a por ella con sus ojos abiertos llenos de ilusión y esperanza. Esperanza por ser corpóreo, por ser... libre. ¿Se sentía atrapado por ella? ¿Eso era Abby para él? ¿Su carcelera? Era una sensación agridulce, entre la alegría de verlo feliz y esperanzado... y el dolor de sentirse un ancla para él, algo que lo retiene y lo ata. Cuando tuviese cuerpo tendría libertad por fin, ¿y qué haría entonces? Se marcharía. No lo culpaba, no demasiado, quizás ella haría lo mismo en su situación... pero Ángel era el único que había estado siempre con ella, la única persona que la había acompañado, apoyado, consolado y hecho reír cuando nadie más estaba. Y se iría. Se iba a ir, era una certeza que se le atragantaba y la abrasaba. 

Ángel la miraba, esperando una respuesta.

No. No es buena idea. Mejor no hacerlo. No quiero que te vayas - quiso decirle. 

Claro... claro que quiero-respondió en su lugar. 

Aceptó la tarjeta de Ethan y la guardó en el bolsillo trasero de sus vaqueros. Necesitaba un cigarro, le empezaba a doler la cabeza... volvían los zumbidos incesantes de los pensamientos de la gente. La presión de la situación la estaba sobrepasando y no le gustaba lo que solía ocurrir cuando eso sucedía.

El paseo con Eve lo pasó en silencio, respirando hondo para intentar calmarse e intentar no romper nada. Se centró en observar lo que había a su alrededor para distraerse un poco, se fijó en los drones, en las IAs... parecía que estaba todo sacado de una película, no se terminaba de creer todo lo que estaba ocurriendo y todo lo que veía. 

Asintió a Eve.

De acuerdo... el lunes a mediodía-accedió asintiendo-. Gracias... por lo de Ángel-le dijo, más por él que por ella. 

Montó en el coche y bajó la ventanilla para encender un cigarrillo. Necesitaba fumar, aunque ahora mismo necesitaba algo más que tabaco. Tras dar la primera calada, profunda y lenta, indicó que los llevasen a casa. Tenía mucho que hablar con Ángel... 

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04/06/2018, 18:47
Ethan McKenzy

"O cuando quieras otra copa" - No pude evitar sonreír. Ahora tenía nuevas razones para legitimar su adicción a la bebida. 

- ¡Espera! - Dije corriendo tras ella. - He pensado que... - Balbuceé un poco. - ¿Podrías organizar ya la reunión? Con la forense, para dentro de poco, quiero decir. Tengo entendido que Cotard quería contactar en dos días, igual... puede que podamos organizar algo, ¿No? Puede que cuando conozca a esa forense me arrepienta. Pero bueno... eso está por ver. - Dijo antes de que se fuera.

Si se daba a sí mismo demasiado tiempo para pensar, no podría evitar sentir la ausencia de Charlie. No sabía perderlo, y la oferta de Cotard era demasiado tentadora. Su mejor opción era mantenerse ocupado. 

Es más, iría a hablar con Abigail, tenía algunas preguntas, y de nuevo, ocuparse era mejor de las sus opciones. Eso o salir en busca de drogas duras, pero dado que había un asesino suelto en la ciudad, de estas características, eso parecía mala idea.