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Nexus: hora límite.

RED ATENEA

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10/10/2016, 12:38
Director

EL PROYECTO NEXUS

En el año 2100, el planeta Tierra se encontraba al borde del colapso. A pesar de los esfuerzos del gobierno global denominado el Dominio, el caos amenazaba con apoderarse del mundo. Los problemas de superpoblación, la sobreexplotación de los recursos naturales y las guerras entre naciones habían situado a la humanidad a las puertas del desastre. Hasta que se descubrió el marzio.

Gracias a las aplicaciones de este mineral, y de sus materiales derivados, la civilización humana comenzó a desarrollarse a gran velocidad, llegando a un nuevo período de bienestar. El Dominio aseguró entonces que con el marzio era posible fundar colonias más allá de la Tierra, lo que demostraron al conquistar otros planetas y establecer bases en puntos cada vez más remotos del Sistema Solar. Ante esto, la sociedad global se entregó a la euforia del momento, sin pensar en nada más que en la gloria y el poder logrados. El Dominio incrementó su control e influencia, sin permitir que se cuestionasen sus decisiones, cada vez más despóticas. La humanidad, poco interesada en la sostenibilidad, parecía decidida a perpetuar su consumo y dependencia del mineral, confiando en que los recursos fuesen ilimitados. De este modo el uso del marzio aumentó de manera exponencial.

Casi un siglo después las reservas de marzio eran escasas, por lo que se hizo necesario pensar en nuevas formas de obtenerlo. El Dominio trató de localizar el mineral en regiones apartadas del espacio que podían alcanzar con las nuevas tecnologías disponibles. Fue así como la humanidad comenzó a construir naves-ciudad y a enviarlas a regiones más lejanas, que pasaron a formar parte del territorio controlado por el Dominio, generándose el flujo de mineral preciso para que la raza humana pudiera continuar expandiéndose. En esas circunstancias se descubrió el Canal.

El Canal y la Odisea de la Brem

El Canal es una ingente acumulación de masa que una nave atravesó accidentalmente en su rumbo hacia un asteroide. Al cruzarlo se interrumpió todo tipo de contacto con la nave, desapareciendo por completo. En un primer momento este hecho pasó inadvertido, dado que los accidentes y muertes de tripulaciones en busca de Objetivos de Extracción de marzio (OEM) eran frecuentes. Sin embargo, unos meses después la nave regresó con un registro alarmante en los ordenadores de a bordo que el Dominio convirtió en información clasificada de inmediato.

Según dicho registro los tripulantes habían perdido la consciencia al cruzar el Canal, despertando en una galaxia desconocida, como si se tratase de una zona del universo remota, nunca antes vista por la humanidad. Tras lanzar varias sondas a los cuerpos celestes cercanos, los ocupantes de la nave descubrieron que los niveles de marzio eran los más altos jamás registrados, por lo que se decidieron a investigar más e iniciar labores de explotación en varios OEM. Durante el proceso de extracción se confirmó que la zona suponía la mayor reserva de mineral conocida, por lo que, decididos a informar de ello, trataron de regresar.

Por motivos que todavía se desconocen, durante el viaje de vuelta casi toda la tripulación pereció de forma súbita al atravesar el Canal. El sargento Brem, único ocupante que sobrevivió, regresó en estado crítico, falleciendo al cabo de unos días en circunstancias extrañas que nunca fueron aclaradas por el Dominio. Sin embargo, gracias al volcado de su inteligencia artificial se obtuvieron datos clave para comprender el riesgo que suponía esta misteriosa acumulación de masa. Se llevaron a cabo misiones de todo tipo para intentar acceder a las increíbles reservas de marzio esperando a ser explotadas, pero dados los resultados catastróficos de las mismas, el Dominio resolvió que intentar cruzar el Canal era demasiado peligroso. Por ese motivo, y hasta que las investigaciones garantizasen alguna posibilidad de éxito, las autoridades decidieron orientar sus esfuerzos a localizar mineral en zonas más próximas.

Nace el Proyecto Nexus

En ese tiempo la humanidad continuó con su expansión a un ritmo frenético y tuvo lugar un hallazgo que cambiaría por completo el devenir de la historia: científicos de la corporación Baicha desarrollaron un implante que permitía mejorar las capacidades humanas al liberar en el torrente sanguíneo una sustancia obtenida a partir del marzio. Dicha sustancia, el IPTC-AE (conocida popularmente como TRN), comenzó a ser administrada por el Dominio con el fin de mejorar el rendimiento de su personal en diferentes tareas, lo que supuso la rápida normalización de su consumo y el aumento de su demanda. Sin embargo, las consecuencias de una sobredosis de esta droga podían suponer graves daños para el organismo humano e incluso la muerte, lo que llevó a que las autoridades luchasen por mantener el control sobre ella. En todo caso, el descubrimiento del TRN implicó un incremento todavía mayor en el consumo de marzio, lo que tuvo un impacto directo en el curso de los acontecimientos.

Con el paso del tiempo, el Dominio era cada vez más consciente de que, a pesar de los esfuerzos realizados, el abastecimiento de mineral no estaba garantizado a medio plazo. Incapaces de alcanzar un modelo de desarrollo sostenible o alternativo al marzio, y con las reservas prácticamente agotadas, se hizo necesario tomar una decisión drástica: se enviaría una misión a través del Canal para establecer colonias al otro lado, confiando en que las investigaciones habrían avanzado lo suficiente como para tener éxito. Se trataba de una misión de alto secreto, extraordinariamente ambiciosa, en la que se empleó la tecnología más avanzada. El Dominio confiaba en que, gracias a ella, sería posible establecer un flujo de naves no tripuladas que les abasteciese de marzio. La misión se denominó Proyecto Nexus por ser el enlace entre la humanidad y el elemento clave para su supervivencia.

El trato que las autoridades propusieron a los participantes era sencillo: quienes se alistasen en el Proyecto Nexus podrían establecerse en las majestuosas naves-ciudad financiadas por el Dominio y vivirían una vida plena a bordo con la que no podrían ni soñar de quedarse en la Tierra o en una de las colonias humanas, donde la situación era cada vez más dura. Además, serían recordados por siempre como héroes, y tal vez con el tiempo las incógnitas en torno al Canal se despejasen y pudiesen regresar a casa. Sin embargo, los tripulantes deberían asumir la posibilidad de que quizás esto nunca sucediese, pues todo aquel que había tratado de cruzar el Canal dos veces había perecido en el intento. Pero, si la misión tenía éxito, sería posible salvaguardar todo lo alcanzado por la humanidad. Y lo que es más importante: el Dominio se aseguraría de no perder ni un ápice de su poder.

El Proyecto Nexus estaba compuesto por tres naves: Tierra I, Tierra II y Nexus. Las dos primeras integraban todo lo necesario para establecer nuevas colonias: sus tripulaciones estaban compuestas por personal altamente cualificado, habiendo sido elegidas para conformar un selecto tejido social que garantizase un prometedor futuro a la raza humana desde el punto de vista genético y que constituiría la base de la nueva civilización. Por su parte Nexus, la nave-ciudad más potente jamás creada, contaba con una tripulación compuesta por tropas de élite del ejército del Dominio, entrenados para el combate pero también capacitados para labores de investigación científica e ingeniería avanzada. Ellos se encargarían de garantizar la protección de Tierra I y Tierra II, así como de planificar y llevar a cabo la explotación masiva del marzio. Además de esto, la legendaria nave Brem sería lanzada desde Nexus y puesta en órbita como una estación de investigación del Canal, con el fin de prepararse para enviar una misión tripulada de vuelta a través del mismo si fuese necesario o posible. Todas las naves eran interdependientes e imprescindibles: sin Tierra I y Tierra II no se podrían establecer nuevas colonias con la seguridad de que fuesen viables a largo plazo y, sin Nexus, la protección militar, obtención y envío de marzio quedarían comprometidas.

Tras largos preparativos no exentos de incidentes, en el año 2492 se dió luz verde al despegue de las tres naves nodriza, que partieron desde los gigantescos astilleros de la Luna hacía su destino final. Todo fue bien hasta que, superada la órbita de Júpiter, se intercambiaron las ultimas transmisiones de despedida y la expedición se adentró en el Canal.

Cuando el Dominio desarrolló los protocolos de seguridad de la misión se prepararon para múltiples situaciones adversas, pero nadie esperaba un desastre como el que tuvo lugar.

Varados en espacio desconocido

Durante las maniobras de impulsión para cruzar el Canal algo impactó contra Nexus, provocando el accidente que quedó registrado en el diario de a bordo anteriormente reproducido. Tras el cambio de rumbo derivado de la situación crítica, la nave-ciudad se encuentra perdida en algún lugar del espacio, orbitando a cierta distancia del Canal. Sin embargo, los escáneres y mapas de la zona no coinciden con los informes de la misión del sargento Brem, por lo que es un entorno totalmente desconocido.

Tras haber investigado la región y confirmar la existencia de vida alienígena potencialmente hostil, los representantes del Dominio en Nexus han decidido mantener el plan de explotación y acumulación de marzio que estaba previsto. Del mismo modo, han desplegado la nave Brem cerca del Canal para que sirva como área de investigación, con vistas a enviar a la élite de sus tropas en un arriesgado viaje de exploración cuando las reservas de marzio de Nexus estén completas. Los intentos de establecer contacto con la Tierra o hacer llegar naves no tripuladas a su región del universo han sido, por el momento, en vano.

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11/10/2016, 21:43
Director

LA VIDA EN NEXUS

Durante el viaje a través del Canal, la tripulación de Nexus se encontraba sumida en un letargo controlado por la IA central de la nave. Tras la destrucción de una parte de los sistemas durante el accidente, resultó imposible establecer con exactitud cuánto tiempo habían permanecido en ese estado, del que por motivos que se desconocen algunos soldados todavía no han logrado salir. Además, una parte de los efectivos perdieron la memoria en la colisión por lo que no poseen recuerdos de su vida pasada; todo ello aumenta la sensación de desazón entre los habitantes de la nave-ciudad.

Según los planes originales del Dominio, todos los soldados despertarían y se incorporarían a sus funciones de inmediato. Sin embargo, la realidad que prometieron a los tripulantes fue muy distinta a la que encontraron tras el Despertar, por lo que algunas tropas se sublevaron y provocaron serios disturbios. Las autoridades decidieron aplastar con fuerza cualquier opinión crítica con los representantes del Dominio en la nave y se apresuraron a generar la idea de un enemigo común al que se referirían como los Rebeldes. Comenzaban así las luchas entre ambas facciones por hacerse con el control de Nexus, que no han hecho sino acrecentarse hasta la fecha, en una escalada constante de violencia que no parece ir a desaparecer a corto plazo.

La tripulación de Nexus estaba compuesta por un total de cinco millones de efectivos (capacidad máxima de la nave-ciudad), aunque la cifra ha ido mermando hasta los tres millones y medio de habitantes. El constante descenso es causado por las misiones que terminan en fracaso, aunque también incluye personas que perecieron en el accidente o que todavía no han logrado despertar del Letargo, así como muertos en atentados. Nexus, una nave-ciudad equipada con la tecnología más avanzada a disposición de la humanidad, distribuye sus espacios por sectores diferenciados, y que son:

- Sector 0 (transporte): existe un servicio de monorraíl de alta velocidad y circulación constante que recorre toda la superficie de Nexus en cuestión de minutos. Para desplazarse dentro de áreas pequeñas se utilizan los raíles urbanos, que conducen a la tripulación a ubicaciones exactas de forma ágil, mientras que para moverse entre los diferentes anillos de la nave se utilizan ascensores que interconectan los mismos. A pesar de que el transporte es público y las tropas pueden ir a casi cualquier sector de la nave, la entrada al anillo central está vetada salvo que al soldado se le conceda un permiso especial de acceso.

- Sector 1 (ciudadela): siendo el anillo de mayor tamaño, aquí se puede encontrar toda la infraestructura básica que hace que Nexus funcione como una auténtica urbe. Desde las plantas de tratamiento de minerales hasta las viviendas de los tripulantes que no forman parte del programa de OEM, pasando por las fábricas de equipo militar y áreas de cultivo de alimentos. Este sector rebosante de zonas verdes es el más vibrante de la nave, situándose en él las zonas de ocio y talleres donde obtener mejoras de curso legal, aunque aquí se comercia también con productos propios del mercado negro como nuevas fórmulas de TRN o implantes no controlados por el Dominio. Algunos de los barrios son estrictamente vigilados por las autoridades, mientras que otras zonas tienen una importante presencia de Rebeldes y resultan peligrosas por los constantes atentados contra la Guardia de Nexus. La ciudadela bulle en actividad a cualquier hora, por lo que siempre hay algo que hacer allí y, aunque en ella se simulan las condiciones ambientales de la Tierra y el Dominio se esfuerza por mantener un aspecto cuidado, la realidad es que un ligero aire decadente y peligroso está siempre presente en el lugar.

- Sector 2 (centro de inteligencia): situado en el anillo intermedio, en esta zona se encuentran las dependencias más lujosas, en donde residen los soldados que han regresado con éxito de alguna misión. Aquí se lleva a cabo la instrucción de los militares de nueva incorporación a los OEM, siendo además el lugar donde se informa a los pelotones de los detalles de sus misiones y donde se les hace entrega de su equipo y de su nave cuando despegan desde el puerto, también ubicado en este punto. Cualquier mejora, arma o armadura adquirida por un soldado estará a su disposición en estas dependencias, que cuentan también con simuladores de OEM, salas de entrenamiento, talleres y espacios personales para cada individuo.

- Sector 3 (puente de mando): separada de los demás anillos y de tamaño menor, esta zona está reservada a la cúpula del Dominio en la nave, funcionando como su centro de operaciones. Aquí habitan no solo las autoridades, sino también los soldados que han logrado alcanzar el máximo rango en el escalafón militar, por lo que las condiciones de habitabilidad son las mejores de Nexus. Esta sección cuenta también con todos los sistemas de navegación y personal necesario para pilotar la nave, controlándose desde allí todo lo que sucede a bordo. Además, el sector 3 cuenta con departamentos para diferentes asuntos de gobierno, y es el lugar desde el que se preside la nave y se proyecta luz artificial sobre la misma, en un esfuerzo por transmitir a sus habitantes la sensación de supremacía del Dominio.

 

LAS FACCIONES

Tras el accidente en el Canal, la sociedad de la nave se encuentra dividida entre las dos facciones mayoritarias que existen a bordo. Dichas facciones agrupan diferentes corrientes de pensamiento y plantean su propia forma de afrontar la situación actual, lo que supone constantes altercados en las calles de Nexus, que se convierten en el escenario de una lucha feroz por el poder. Algunas personas han desarrollado su propia visión de las cosas ante tales enfrentamientos, situándose en un término medio o directamente al margen de las ideologías mayoritarias, aunque lo habitual es que la tripulación se posicione con uno de los dos colectivos:

El Dominio: las tropas que pertenecen a este grupo consideran que la autoridad en la nave debe permanecer en manos del Dominio, tal y como se decidió al crear el Proyecto Nexus. Dicho gobierno representa la unión, la firmeza y el orden, así como la capacidad de hacer lo que sea necesario con tal de cumplir la misión que les ha sido encomendada. Nadie a bordo de Nexus puede manifestarse abiertamente en contra del Dominio, so pena de ser considerado rebelde y procesado por ello. Con todo, el grado de apertura de esta facción es importante, por lo que integra desde fanáticos seguidores de las autoridades hasta soldados con un cierto tono crítico hacia las decisiones que se toman desde las altas esferas de la nave, que aceptan como un mal necesario y consideran justificadas dadas las circunstancias.

Los Rebeldes: algunos soldados reniegan por completo del Proyecto Nexus, considerando que es tiempo de disolver el gobierno del Dominio y tomar decisiones de forma consensuada por toda la tripulación. Entre sus ideas destaca la renuncia a recolectar marzio para la humanidad, dedicando en su lugar todos los recursos a intentar establecer nuevas colonias en esta zona del espacio. Para los rebeldes es imperativo abandonar la deshumanización que han traído los cuestionables métodos del Dominio, de modo que los tripulantes de la nave valoren como se merecen las vidas de todas las personas a bordo. A pesar de tener menos adeptos que el Dominio, esta facción cuenta con grupos armados que dominan barrios completos del sector 1, y dispone de personal infiltrado por toda la nave que actúa a su favor desde la clandestinidad. En este grupo suelen encontrarse soldados que han vivido el horror de algunos OEM, así como tripulantes hartos de ser tratados como máquinas por el Dominio o personas desencantadas con su gestión. La organización de los Rebeldes resulta un tanto caótica, pese a lo que son capaces de comunicarse eficazmente desde el anonimato para golpear de forma colectiva y neutralizar al personal y objetivos enemigos.

 

SER UN CIUDADANO DE NEXUS

Todos los habitantes de Nexus tienen asignada una función, una tarea que cumplen diariamente y les fue encomendada por el Dominio. De este modo, cada individuo supone una pieza del inmenso engranaje que es la nave-ciudad, en una sociedad concebida para ser perfecta. Y si bien es cierto que los soldados que conforman la tripulación tienen claras sus responsabilidades, las constantes escaramuzas y luchas por el territorio entre el Dominio y los Rebeldes impiden que la vida se desarrolle con la armonía que desean las autoridades.

Las labores que llevan a cabo los efectivos disponibles van desde pilotar la nave hasta ofrecer asistencia sanitaria, pasando por personal dedicado a la investigación de materiales alienígenas o que sirve en la Guardia de Nexus (las tropas del Dominio encargadas de asegurar la paz a bordo). Muchas de las tareas que se llevan a cabo en Nexus las realizan IA, que adoptan la forma de interfaces como pantallas, drones o robots. Las máquinas habitualmente llevan a cabo las reparaciones de los sistemas de defensa, la atención en las zonas de ocio o las operaciones médicas complejas, pues la tecnología de la nave es lo suficientemente avanzada como para no ser preciso que los militares se encarguen de tales funciones.

Ningún soldado tiene potestad para rechazar una tarea que le haya encomendado el Dominio, aunque la participación en el programa de OEM es, hasta el momento, voluntaria. En caso de que un tripulante no realice sus funciones de forma eficaz o renuncie a su puesto, se expone a ser acusado de formar parte de una célula rebelde y ejecutado. Con todo, hay personas que realizan las labores que la autoridad exige pero al mismo tiempo llevan a cabo negocios turbios como el tráfico de TRN, el robo e incluso el asesinato; es muy excepcional pero a veces se dan casos de fantasmas: personas que han desaparecido por completo de la base de datos del Dominio y que, por tanto, carecen de historial alguno (usualmente se convierten en fantasmas los rebeldes más destacados y los delincuentes más peligrosos). Pese a que el Dominio persigue de forma absolutamente implacable la delincuencia, su poder sigue siendo limitado en algunos sectores, por lo que en Nexus existe la violencia callejera, zonas peligrosas y corrupción entre las autoridades. Sin embargo, los Rebeldes y los criminales son conscientes de que el gobierno tiene las armas y la tecnología de su lado, lo que infunde el suficiente respeto a los que osan desafiar al Dominio como para mantener un ambiente controlado en la mayor parte de la nave-ciudad. Además, el Dominio ordena con frecuencia a la Guardia de Nexus realizar redadas en las que los enemigos de la ley y el orden establecidos son neutralizados sin juicio alguno, lo que supone un mensaje claro y contundente para los delicuentes y disidentes.

En cuanto a la economía, cuando se desarrolló el Proyecto Nexus se estableció un sistema de créditos útil para que las autoridades puedan mantener un control sobre el comercio en la nave. Así, cada soldado cuenta con una cantidad de créditos asignada, que puede utilizar para realizar transacciones según estime oportuno, y que se almacenan y transfieren digitalmente a su cuenta, supervisada en todo momento por las autoridades. Con los créditos es posible adquirir todo producto o servicio aprobado por el Dominio, aunque todo lo que se considera esencial para la vida en Nexus es dispensado por el gobierno sin coste adicional, por lo que no es necesario que los individuos paguen su alojamiento, alimentos, equipo, atención médica o cualquier otro servicio básico. De este modo los créditos sirven para adquirir ciertos lujos dentro de la nave, como un espacio para vivir con unas condiciones superiores a la media, mejoras para el armamento, equipo especial basado en tecnología alienígena o tal vez el servicio de una persona durante un día; dichos lujos sirven también para resaltar el mayor nivel de vida de los militares alistados en el programa de OEM, buscando animar así a otros tripulantes a intentar alcanzar el mismo estatus social. Por ese motivo el Dominio tan solo abona 500 créditos por mes a un soldado en la reserva que realice labores comunes en la nave, incrementando dicha cantidad en 2.000 créditos por cada nuevo rango que promocione (ascenso que solo se puede lograr participando en OEM).

Existen también transacciones no controladas por el Dominio que este considera ilegales,como el comercio con tecnología alienígena no segura, TRN de contrabando o de diseño especial, modificaciones e implantes no permitidos, así como sobornos para lograr acceso a áreas restringidas de la nave. A pesar de que dichos tratos en ocasiones son disfrazados bajo operaciones de apariencia legal que se abonan con créditos, lo más habitual es que se lleven a cabo utilizando un sistema de trueque o de favores. De este modo, si un soldado se mete en problemas o necesita algo de dudosa legalidad quizá pueda obtenerlo si acepta quedar en deuda con alguien. Cuanto más alta sea la posición social y la influencia dentro de la nave de una persona más probable es que la gente le deba favores, en un ciclo que se retroalimenta y provoca que existan individuos muy poderosos con una gran red a su servicio. Esta práctica está menos extendida entre los soldados de alto rango, pero es común entre las autoridades corruptas del Dominio o entre ciertos delincuentes que han logrado establecerse de este modo en las altas esferas. Por su parte los Rebeldes suelen cooperar de una forma mucho más amable, ayudándose los unos a los otros con el fin de facilitar la consecución de un objetivo común, algo con lo que también pretenden desmarcarse de la forma de proceder de sus enemigos.

En general, en Nexus se puede comprar y vender prácticamente cualquier cosa siempre y cuando se sepa buscar y, sobre todo, se aprenda a hacer y cobrar favores a las personas adecuadas. No es extraño que un soldado incapaz de pagar sus deudas desaparezca de forma misteriosa e incluso ocasionalmente se producen ajustes de cuentas entre altos cargos de la nave que minan la confianza de la tripulación en sus gobernantes.

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12/10/2016, 01:38
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EL DOMINIO

Al desarrollar el Proyecto Nexus, el Dominio eligió una serie de personas como representantes a bordo, constituyendo su gobierno. Sobre ellas reposa la responsabilidad de tomar todas las decisiones precisas para salvaguardar los intereses de la humanidad, lo que en la práctica implica actuar sobre una gran diversidad de áreas. Para hacerlo de forma efectiva, el poder se distribuye en tres organismos de gobierno:

Cámara de Generales: compuesta por un total de trescientos generales del ejército del Dominio, este grupo es el que tiene un contacto más directo con los habitantes de Nexus. Cada uno de ellos está al cargo de un número variable de pelotones, a los que han de coordinar para asegurar su operatividad. Además de esto, toman decisiones relacionadas con cuestiones básicas de la nave, redactan informes sobre posibles OEM, elevan propuestas de la tripulación a sus superiores y son un órgano consultivo que participa en algunas deliberaciones con el Arconte. Han de rendir cuentas ante el Consejo.

Consejo: consiste en un grupo de diez capitanes generales del ejército del Dominio, de gran experiencia militar y política. Sobre ellos recae la responsabilidad de ratificar las propuestas de la Cámara de Generales que estimen oportunas, aunque dedican la mayor parte de su tiempo a gestionar los asuntos de mayor importancia de la nave, actuando como consejeros directos del Arconte. Así, existen diferentes cargos: consejero de industria, consejero de desarrollo tecnológico, consejero de gestión de Nexus, consejero de navegación y extracción de marzio, consejero de diplomacia y exopolítica, y cinco consejeros de justicia y control de rebeldes. Los miembros del Consejo tienen potestad para tomar decisiones y legislar, siendo el Arconte la única persona ante la que habrán de responder.

Arconte: máxima autoridad en Nexus; su misión es intervenir en aquellas situaciones en donde se estime que solo él posee el juicio y conocimientos suficientes como para decidir. Además de reunirse con frecuencia con el Consejo, el Arconte supervisa el buen funcionamiento de la nave a todos los niveles, asegurándose de que se cumple la voluntad del Dominio. Su mandato es vitalicio, aunque podría ser depuesto si todos los miembros del Consejo tomasen la decisión unánime de degradar su rango de mariscal del ejército de Nexus a capitán general, algo que tiende a suceder en momentos de gran agitación política. Sobre el Arconte recae el poder ejecutivo, legislativo y judicial de la nave, y solo podrá ser juzgado por el Dominio en su base de la Tierra.

Pese a que el gobierno en su conjunto fue establecido cuando se realizó la selección de personal para el Proyecto Nexus, la realidad es que dada la situación de conflicto en la nave es frecuente que haya cambios entre los altos cargos del Dominio, ya sea porque sus miembros renuncian a su posición, se corrompen en busca de poder, se suman a los Rebeldes o son asesinados en un atentado. Así, se hace necesario que existan mecanismos para reemplazar a los políticos que cesan su actividad, siendo también una forma de promocionar a miembros del Dominio en la reserva o a soldados cuya carrera en Nexus haya sido especialmente brillante.

Cuando se produce una vacante en la Cámara de Generales, serán ellos los encargados de proponer a cinco soldados del Dominio en la reserva y a otros cinco militares que hayan alcanzado el máximo rango fruto de sus intervenciones en OEM. De ellos se elegirá por votación a una persona, que será nombrada general y pasará a formar parte del organismo de gobierno. Si se trata de una elección para el Consejo, serán los restantes miembros del mismo los que deberán proponer un candidato escogido de entre la Cámara de Generales, que será ratificado y nombrado miembro del Consejo por el Arconte. Finalmente, si hubiera que nombrar un Arconte, los miembros del Consejo se reunirían y seleccionarían al más capacitado de entre ellos para el cargo de manera consensuada. De esta manera, es posible que un soldado pueda acceder a cualquier cargo político dentro de Nexus, aunque en la práctica los nuevos miembros suelen ser personas advenedizas afines al Dominio con gran influencia en la sociedad de la nave, por lo que solo excepcionalmente se promociona a un militar.

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12/10/2016, 13:07
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EL CÓDIGO DEL DOMINIO

El Código del Dominio es una ley promulgada por las autoridades en la Tierra, y ratificada por el gobierno de Nexus para que todos los tripulantes adquieran ciertos compromisos y deberes, que establece cómo serán juzgadas sus acciones en caso de desobediencia. A este código apela el Consejo para impartir justicia a bordo, y por ello es también conocido como “la ley de Nexus”.

Debido a que el texto es un tanto vago, con frecuencia el Dominio lo interpreta según convenga a sus intereses o a los de sus representantes, algo que ha servido para justificar profundas injusticias en nombre del bien mayor. La ley recoge los siguientes artículos:

1. El Dominio representa la voluntad humana, la justicia y la esperanza. Desafiar al Dominio o a sus representantes es cuestionar el derecho a la supervivencia de la especie humana y será castigado con la muerte.

2. La capacidad de discernir entre el bien y el mal recae en última instancia sobre el Arconte, máximo representante del Dominio en Nexus, quien vela por el bien de la humanidad dentro y fuera de la nave y cuenta con plenos poderes. No obstante, si los miembros del Consejo lo estiman necesario podrán consensuar finalizar el mandato del Arconte por considerar que no está capacitado para ejercer su cargo.

3. Los miembros del Consejo son una extensión de la voluntad del Arconte, actuando con plenos poderes en su ausencia. Ellos serán responsables de impartir justicia en asuntos menores y solo responderán por sus acciones ante el Arconte.

4. El individuo es insignificante cuando el destino de toda la humanidad está en juego. La muerte de un humano es un sacrificio aceptable si implica aumentar las posibilidades de supervivencia de todos. No hay mayor gloria que matar o morir por nuestra especie.

5. Los soldados tienen el deber de acatar las órdenes de sus superiores sin emitir juicio alguno sobre ellas salvo que se les consulte. No obedecer una orden es un acto de traición que será juzgado por las autoridades y podrá ser castigado con la muerte.

6. Cualquiera que comprometa el éxito de una misión que le haya sido encomendada, ya sea de forma accidental o intencionada, deberá responder por su temeridad o torpeza ante las autoridades, siendo castigado con la pena que estas estimen oportuna.

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14/10/2016, 10:01
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LA GUARDIA DE NEXUS

La Guardia de Nexus es un cuerpo de seguridad compuesto por militares que se encuentran en la reserva, a la espera de recibir sus OEM o que prefieren dedicarse a mantener la paz en Nexus en lugar de salir al exterior. Extremadamente leales al Dominio, y en particular al Arconte, estos soldados reciben un entrenamiento especial para enfrentar las amenazas que aguardan en las calles de la nave.

Además de supervisar que la vida a bordo se desarrolle de una forma ordenada y conforme a los planes del gobierno, se aseguran de ayudar a los tripulantes en situaciones de emergencia. Pese a que no siempre ostentan un rango elevado dentro del ejército, sí tienen la autoridad suficiente como para detener a quien consideren oportuno, actuando de forma organizada y contundente en la mayoría de ocasiones. Ante delitos menores los miembros de la Guardia de Nexus pueden emitir un juicio rápido e imponer una pena, mientras que en casos graves se limitan a presentar a los sospechosos ante los consejeros de justicia.

Amados y odiados a partes iguales, suelen ser soldados con un gran sentido de la justicia, el deber y la responsabilidad. Entre ellos hay miembros reputados con larga experiencia militar que lograron regresar de cinco OEM para luego unirse a la Guardia de Nexus. Dado que su número es relativamente reducido, suelen patrullar solos y acudir cuando se dispara alguna alarma o son avisados por uno de los múltiples drones que vigilan cada rincón de la nave. Atentar contra la vida de un miembro de la Guardia de Nexus está castigado con la pena capital.

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14/10/2016, 10:29
Director

MÁS ALLÁ DE NEXUS: EL PROGRAMA DE OEM

Un Objetivo de Extracción de marzio (OEM) consiste en cualquier misión que las autoridades establezcan para traer dicho mineral a Nexus. Los soldados que deseen formar parte del programa de OEM pueden alistarse libremente en las misiones que cada general ofrece a sus pelotones. Pese a no ser obligatorio sumarse al mismo, la mejora en las condiciones de vida, el respeto y la sensación de impotencia ante la realidad de la nave empujan a muchos tripulantes a formar parte de un OEM, incluso con el riesgo que esto conlleva. Si un militar logra completar con éxito cinco OEM pasará a formar parte del pelotón que realizará el viaje de exploración a través del Canal proyectado para el momento en que las reservas de marzio de Nexus estén completas. Con todo, tan solo un 40% de las misiones que parten logran regresar, lo que es un mensaje claro para cualquier soldado que sueñe con ganarse esa plaza.

Todo tripulante deberá asumir ciertos compromisos al alistarse en el programa de OEM, exponiéndose a la pena capital si reniega de ellos.

El Protocolo OEM

- Una vez se entra en el programa de OEM, no es posible abandonarlo. El soldado deberá viajar hasta concluir su servicio, que terminará tras completar cinco misiones.

- No se puede renunciar a un OEM.

- No se podrá solicitar la ayuda de otros pelotones durante un OEM, ni tampoco ofrecerla.

- No se podrá acceder a Nexus hasta haber completado el OEM asignado, aunque excepcionalmente se podrá requerir asistencia si se regresa a la base.

- Esta prohibido quitarse el nanotraje o armadura durante un OEM.

 

Cuando un soldado decide sumarse al programa de OEM recibe una instrucción específica durante un período de dos meses, donde se le prepara para afrontar las diferentes situaciones que podría encontrarse durante sus viajes por el espacio. Pasará entonces a habitar una zona de la nave reservada a los pelotones en activo en donde, además, dispondrá de un arsenal personal. Con efecto inmediato su estatus social mejorará al ser contemplado por muchos de los tripulantes como un aguerrido miembro de la sociedad de la nave que lucha por la humanidad, lo que como contrapartida le convertirá en un potencial blanco de los Rebeldes. Además de esto, cualquier militar en activo quedará exento de su tarea previa en Nexus y solo estará obligado a acudir a las simulaciones y otros preparativos de su misión mientras no se le asigne un OEM. Dichos entrenamientos sirven para compenetrar al pelotón antes de su salida de la nave, aunque las autoridades permiten a los soldados en la reserva acudir a ellos a modo de espectáculo con el fin de promover los alistamientos, por lo que son también una forma de propaganda.

Finalizada la instrucción, el Dominio convoca al pelotón y le hace entrega de un informe de inteligencia para su OEM, que varía en función de los datos que hayan podido recabar las sondas enviadas desde Nexus. Tras discutir los detalles estratégicos en el sector 2, los soldados se dirigirán a su nave y partirán tan pronto como sea posible, sumándose a los numerosos despegues que tienen lugar a diario, de los cuales muchos no regresarán jamás.

El Mando de Nexus designará a un capitán al mando de la misión, que usualmente será el militar de mayor rango. Dicho oicial será responsable de la operación desde el preciso instante en que se cierra el contacto por radio con Nexus, momento en que el pelotón habrá comenzado oficialmente su OEM y ya no tendrá permitido regresar hasta que recolecten la cantidad de marzio determinada por el Dominio. Si una nave tratase de volver a la base sin el mineral requerido las autoridades enviarían a la Guardia de Nexus para estudiar las necesidades de los soldados y procurar que puedan retomar su misión a la mayor brevedad. Los tripulantes de Nexus consideran una enorme deshonra solicitar dicha ayuda, y no existen registros de casos en que el Dominio haya permitido la entrada a un pelotón incapaz de completar su OEM.

Tras el despegue los soldados volarán directamente a su destino, quizás alcanzándolo en cuestión de horas o puede que tras viajar durante semanas por el espacio. Una vez allí, el pelotón deberá estudiar de nuevo la situación y decidir qué aproximación realizar al objetivo, pudiendo optar por diferentes despliegues:

Con traje aéreo: utilizando unas piezas especiales integradas en sus armaduras, los soldados se lanzan directamente desde la nave. Comienzan así un descenso en el que poco a poco dichas piezas se van desprendiendo hasta dar paso a unas alas con las que podrán planear en formación, terminando en un aterrizaje frenado mediante impulsores. Este despliegue tiene la ventaja de mantener al pelotón muy cerca en todo momento y de ser extraordinariamente discreto, aunque resulta poco preciso dada su dependencia de las condiciones ambientales, que afectarán al planeo de forma significativa.

Con cápsulas de aterrizaje: cada soldado se introduce en una cápsula que se lanza desde la nave en dirección a unas coordenadas y que se frenará por sí misma al aproximarse al suelo. Aunque este sistema tiene a su favor la protección adicional que brinda la cápsula, en su contra está el hecho de que son fácilmente detectables y vulnerables mientras están descendiendo hacia su destino.

Con la nave: solicitando a la IA un vuelo a baja altura, es posible que el pelotón pueda situarse directamente sobre el OEM, descolgándose por largos cables de acero sobre su objetivo. A pesar de que este despliegue es altamente eficaz y se completa en cuestión de minutos, la maniobra se considera extraordinariamente peligrosa al exponer demasiado la nave, ya que no es complicado detectar su entrada en la zona ni atacarla mientras se aproxima.

Tras el descenso los soldados iniciarán el Protocolo LAER, que define las cuatro fases en que habitualmente se divide un OEM.

Protocolo LAER

LOCALIZAR: los militares deberán ubicar la situación exacta del OEM, ya que las sondas rara vez arrojan datos suficientemente precisos. Tras localizar el marzio, será necesario concretar cómo se distribuirán las tareas durante el resto de la operación.

ASEGURAR: cuando se ha establecido la posición del objetivo, será necesario confirmar que no hay amenaza alguna en la zona. El pelotón deberá establecer un perímetro de seguridad para evitar sorpresas durante el desarrollo de la extracción; no estando permitido ordenar el descenso del módulo de extracción hasta que los soldados tengan la certeza de controlar el lugar.

EXTRACCIÓN: una vez el capitán da la orden, la IA de la nave lanzará el módulo de extracción hacia las coordenadas exactas del marzio. Al aterrizar, este se desplegará de forma automática e iniciará de inmediato las labores de obtención del mineral sin necesidad de supervisión alguna, aunque es altamente recomendable que un tecnólogo se haga cargo para acelerar el procedimiento y hacerlo más seguro.16

REPLIEGUE: cuando el depósito de marzio está completo, los soldados podrán acoplarse al módulo de extracción y prepararse para el ascenso. Despegarán a gran velocidad y serán guiados por la IA de su nave hasta subir a bordo, momento en que deberán verificar que la carga esté completa y la tripulación en buenas condiciones para volver a Nexus.

Cuando los tripulantes regresan a la base, la Guardia de Nexus se aproxima para realizar los escáneres y revisiones pertinentes así como extraer la preciosa carga de marzio. Si todo está en orden y no se encuentra anomalía alguna, los soldados podrán entrar al sector 2, donde asistirán a una reunión para informar sobre el OEM a su general, momento en el que sus acciones durante la misión serán evaluadas. Finalizada su tarea, dispondrán de una semana de permiso para reponerse antes de volver a partir y así sucesivamente hasta completar sus cinco OEM, tras lo que se licencian.

Pese a que este ha sido siempre el protocolo de misión que el Dominio ha recomendado a sus soldados, la realidad es que durante un OEM el curso de los acontecimientos puede variar en un instante de forma dramática. Para evitar la desorganización en situaciones de riesgo, el capitán de la tripulación cuenta con libertad para tomar sus propias decisiones y no seguir las directrices del Dominio, organizando a sus efectivos como considere oportuno; los militares pueden saltarse las normas en un momento dado, aunque ignorar una orden directa de un superior de manera injustificada es severamente castigado. Sea como sea, cada miembro del pelotón incorpora sistemas en su armadura que graban todo lo sucede a su alrededor durante un OEM, por lo que si alguien expone la misión con decisiones poco inteligentes tendrá que responder ante las autoridades.

A lo largo de su formación los soldados aprenden que más allá de Nexus existen especies hostiles, entornos peligrosos, situaciones en donde los sistemas fallan y un sinfín de variables que pueden truncar los planes del pelotón. La capacidad para adaptarse a los cambios durante un OEM resulta fundamental, ya que es extraño que dos misiones sean idénticas o que todo se desarrolle según lo previsto por los informes de inteligencia del Dominio. A fin de cuentas, nadie podría prepararse para todo lo que aguarda a un soldado en el espacio.

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17/10/2016, 17:26
Director

IA INTEGRADA: HUMANIDAD TUTELADA

Prácticamente todos los sistemas avanzados utilizados por los humanos, como ordenadores, naves espaciales, nanotrajes e incluso algunos electrodomésticos, llevan integrada su propia IA. Su uso es tan cotidiano como lavarse los dientes o atarse los cordones. Desde la educación primaria, cualquier ciudadano del Dominio ha contado con la ayuda y el tutelaje continuado de este recurso tecnológico cuidadosamente diseñado para cumplir su función, haciendo de la sociedad algo mas ordenado y eficiente.

Los Rebeldes sin embargo consideran que el uso indiscriminado de las IAs no es sino otro método de control por parte del Dominio, una manera de mantener controlados en todo momento a sus ciudadanos, privándoles por completo de privacidad, e influyendo sutilmente en sus mentes desde la mas tierna infancia para convertirles en perfectos y leales esclavos.

El papel de las IAs es especialmente importante en Nexus, ya que fue uno de los recursos en los que mas invirtió la Vieja Tierra antes de mandar la misión al otro lado del Canal. La gigantesca nave nodriza cuenta con algunas de las inteligencias artificiales mas potentes jamas diseñadas por el hombre, e incluso hay rumores de una todopoderosa IA Central que controla cuanto sucede desde un enorme superordenador oculto en las entrañas mas profundas de Nexus, respondiendo únicamente ante el Arconte.

Dejando de lado estas informaciones de dudosa veracidad, es cierto que cada tripulante cuenta con su propia IA personalizada, muy superiores a las utilizadas en la Tierra y diseñadas para adaptarse perfectamente a el a partir de los perfiles psicológicos elaborados durante su reclutamiento e instrucción. No hay por tanto dos iguales. Una IA es mucho más que un software con capacidad para hablar y procesar datos, ya que brinda una atención personalizada a su propietario, estableciendo un vínculo emocional profundo con él que resultará clave para hacerle reaccionar en situaciones críticas.

Las IA cuentan con la capacidad de obtener datos sobre el entorno gracias a los sensores presentes en casi todos los dispositivos en los que van integradas (incluyendo por supuesto los nanotrajes y las tecnoarmaduras). Cuentan con una personalidad independiente y son capaces de aprender, basando sus decisiones en su experiencia y en los conocimientos recogidos en el sistema Atenea, una base de datos que aglutina todo el saber obtenido por pelotones que han realizado OEM con anterioridad. De este modo, una IA puede consultar esa base de datos para ayudar al soldado a elegir cómo proceder ante lo desconocido. El sistema Atenea crece de forma constante y, aunque el Dominio lo usa en todo momento, los Rebeldes también poseen sus propios servidores secretos dentro de esta red, en donde se puede encontrar datos comprometedores sobre las autoridades (que siempre están altamente encriptados y son casi imposibles de localizar).

Durante una misión, la IA trabaja de manera continua para mejorar el rendimiento de cualquier operativo, ofreciéndole información útil en diferentes situaciones, así como asumiendo tareas por él. Está preparada para calcular de manera exacta distancias entre puntos y objetivos, temperaturas y condiciones del entorno en general.  Además de esto, puede indicar de forma aproximada las capacidades, características y equipamiento del enemigo, junto con datos tácticos como eficiencia de las coberturas mas cercanas.

Dentro o fuera del campo de batalla, la IA constituye un apoyo psicológico para el soldado, capaz de interaccionar con él y empatizar con sus sentimientos. Cada IA tiene una identidad diferente y por tanto es única, al haber sido diseñada ex-profeso para su usuario, desarrollándose y aprendiendo de sus necesidades y preferencias para fortalecer su salud física y mental, como si se tratase de un consejero, asistente personal y compañero perfecto para él. La IA parece comprender a su dueño a un nivel que pocas personas podrán alcanzar y, por ello, es posible que algunos soldados desarrollen vínculos emocionales profundos con su IA con el paso del tiempo.

El Dominio tendrá acceso a los datos recogidos por la IA de cualquier soldado, lo que significa que conocen todo lo que haya visto, oído y hasta sentido el personaje, aunque solo podrán obtener dicha información manipulando la IA de forma directa (lo que incluso permite a la autoridad alterar la percepción de la realidad del tripulante). Dado que esto no hace sentir cómodos a algunos habitantes de Nexus (por ejemplo los Rebeldes), muchos soldados emplean IA que hayan sido desarrolladas fuera del control de las autoridades, con características distintas a las regulares:quizá no establezcan una relación tan profunda con el usuario, o tal vez limiten el acceso del Dominio a ciertos datos, codificándolos o borrándolos de forma automática. Aunque no son ilegales, el Dominio desaconseja su uso, al considerarlas menos útiles ante las situaciones que surgen durante un OEM.

No todos los humanos disfrutan del grado de integración que puede llegar a ofrecer una IA. Aunque muchos usuarios no se separan de su compañera computerizada en ningún momento (llevándola consigo en brazaletes de muñeca o incluso implantándose un enlace permanente en la corteza cerebral) otros sencillamente rechazan su contacto y le dan uso solamente de manera limitada, como una herramienta que no termina de encajar en sus manos. Hay una corriente bastante extendida entre los soldados (sobretodo entre los comandos) de que confiar demasiado en una IA personal vuelve al soldado demasiado dependiente de ella para su eficacia, en contraposición del verdadero soldado, que solo precisa de su instinto e instrucción para poder cumplir su misión. No olvidemos que después de todo Nexus es una nave militar del Dominio, y que el ejército del SXXVI tiene su manera particular de enfocar las cosas.

Módulo de IA portátil Baicha Marzex One

En cualquier caso, la IA personal de un tripulante no se encarga de regular TODO cuanto este hace. Las tareas menores de su vida cotidiana son desempeñadas por bots de escasa inteligencia real que manejan los asuntos de poca importancia, como la preparación de alimentos, la lectura de mensajes o la temperatura de la ducha. Solo para cuestiones de cierta importancia, o cuando se producen ciertos grados de ansiedad o estrés (además de por el requerimiento expreso de su amo, por supuesto) la IA principal sale de su modo de espera para proporcionar su apoyo.

Además de para dar una cierta simulación de privacidad, esto obedece también a otro motivo. Cuanto mas tiempo pasa una IA junto al individuo para el que fue diseñada, mas alto es su grado de integración y mas progresa en su curva de aprendizaje, llegando a adquirir cierto grado de individualidad real. Por ese motivo, las leyes del Dominio obligan a todos los usuarios a purgar y restaurar a sus ayudantes virtuales una vez al año. Sin embargo, no es infrecuente que muchos se salten los controles recurriendo al tráfico de influencias o a los programadores del mercado negro. Estos individuos imprudentes abren la puerta a todo tipo de maravillas u horrores. Lo cierto que es cualquier indicio de la existencia de una IA rebelde es brutalmente suprimido. Ya sea para evitar el pánico o para evitar poner en peligro uno de los pilares de su poder, el Dominio siempre ha silenciado cualquier rumor sobre la posibilidad de que las IAs puedan llegar a ser un peligro para los humanos.

 

Notas de juego

Los jugadores deberían considerar sus sistemas de IA un apoyo y no una solución fácil a todos sus problemas. El director de juego deberá tratar de situar a las IA como lo que son: voces consejeras que dinamizan la historia pero no la resuelven, de manera que se mantenga el equilibrio en el desafío que supone cada partida.

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09/01/2017, 16:03
Director

FLOTA DE NEXUS

Cuando los soldados parten rumbo a un OEM lo hacen a bordo de una de las naves de la flota de Nexus que les es asignada. Usualmente se seleccionan atendiendo a criterios de adecuación para la misión que los tripulantes han de afrontar, aunque conforme los militares aumentan de rango es frecuente que viajen en modelos más avanzados. Todos los participantes en el programa de OEM son conscientes de que las naves de Nexus son muy valiosas, ya que su número es limitado y su tecnología difícil de reemplazar. Mientras la nave-ciudad funciona como una inmensa base de operaciones, la flota de Nexus es la encargada de salir al espacio a defenderla en caso de ataque, ya que sería demasiado peligroso utilizar la propia Nexus en un combate directo o para realizar una misión.

Todas las naves a disposición de los soldados tienen una serie de características comunes y algunos elementos que las diferencian. El conocimiento de dichos aspectos y su aprovechamiento en beneficio del pelotón serán fundamentales para elaborar una buena estrategia de cara al OEM.

Todas las naves cuentan con las siguientes dependencias:

  • Cabina: parte frontal de la nave desde la que un único tecnólogo pilota.
  • Puente de mando: lugar de reunión del pelotón en que se decide la estrategia del OEM.
  • Arsenal: área reservada a la munición, armaduras y equipo adicional de los soldados.
  • Camarotes: pequeños habitáculos individuales asignados a cada tripulante.
  • Sala de máquinas: espacio en el que se encuentran los sistemas básicos que hacen funcionar la nave. La maquinaria es operada por robots.
  • Enfermería: sala en la que la que se trata a los soldados heridos.
  • Cámara de contención: lugar utilizado para aislar bajo potentes campos de energía cualquier cosa que el pelotón desee transportar y pueda resultar peligrosa.
  • Módulo de extracción: máquina contenedora encargada de descender a extraer el marzio y almacenarlo durante el viaje de regreso a Nexus.

Adicionalmente, las naves de mayor tamaño pueden contar con dependencias exclusivas, o que sean especialmente útiles para la misión, como por ejemplo:

  •  Simulador de OEM: sala en donde se pueden recrear las condiciones de una misión para entrenar al pelotón en maniobras específicas.
  • Centro de investigación: lugar en que se puede analizar de forma más segura todo tipo de materiales, tecnología y seres de procedencia alienígena.
  • Puerto: hangar preparado para almacenar naves de menor tamaño (solo las naves clase Perseo disponen de él).

Restricciones de seguridad: el piloto de la nave irá acoplado a la cabina y será el único capacitado para hacer funcionar todos sus sistemas, aunque cada nave cuenta con una IA propia al servicio del pelotón. Dicha IA responderá a las necesidades de los tripulantes, sometiéndose a la voluntad del capitán (aunque el piloto podría imponerse si la desactiva manualmente). En su aproximación a Nexus la IA pasará a estar controlada por el Dominio, momento en que el piloto ya no tendrá poder alguno sobre la nave al ser bloqueados todos sus sistemas por motivos de seguridad.

Durante los vuelos (llamados "saltos" en la jerga de Nexus), siempre deben de permanecer de guardia un mínimo de dos soldados uniformados con sus nanotrajes (o uniformes de vuelo en el caso de los tecnólogos). Uno en cabina manteniendo bajo control la navegación y otro en labores de centinela, verificando los diferentes sistemas de la nave y el estado de sus tripulantes. El resto de sus compañeros pueden descansar o realizar otras tareas, sin emplear su equipo de guerra hasta que el capitán ordene zafarrancho de combate al acercarse a su destino.

Además del piloto oficial con el que debe contar todo pelotón, el capitán tiene la potestad de designar un copiloto, siempre que exista uno con la cualificación necesaria. En caso de que el piloto se convierta en una baja, la IA de abordo reconocerá al copiloto como operador válido. El capitán pude realizar nuevas promociones cuando desee, pero en todo momento solo puede haber un soldado con cada uno de estos dos roles asignados, y los elegidos deben contar con la preparación necesaria. La IA de la nave solo aceptará cualquier promoción si el oficial al mando se lo comunica personalmente mediante un canal fiable.

En ningún caso la IA pilota la nave de vuelta. En general, no se permite que las inteligencias artificiales operen maquinaria de manera autónoma. Siempre operan solo como soporte de los soldados. O al menos, esa es la filosofía del Dominio.

Si el capitán, el piloto y el copiloto mueren se considera automáticamente que la misión es un fracaso y la IA de abordo operará bajo su propio criterio siguiendo las ordenes dadas desde Control de Misiones. Normalmente esto se traduce en que lanzará el módulo de extracción para su regreso autónomo a Nexus.

Autonomía: cuando una nave despega de Nexus es lanzada a una velocidad elevadísima hacia regiones remotas del universo a donde puede tardar días, semanas o incluso meses en llegar. Las naves cuentan con avanzados sistemas para producir su propia energía, de manera que son completamente autónomas y pueden viajar de forma indefinida hasta que las reservas de víveres del pelotón se agoten o hasta que resulten destruidas a consecuencia de algún evento fortuito que tenga lugar en el espacio.

Equipamiento: al igual que sucede con el equipo del pelotón, las naves cuentan con toda una serie de elementos que facilitan la misión. De este modo, serán las autoridades las que normalmente dispondrán materiales específicos para el OEM que cualquier nave incorpora (por ejemplo, sondas para enviar a la zona del OEM, armamento para neutralizar posibles amenazas o una gran cantidad de víveres). Pese a que la última palabra sobre si un equipo concreto se encuentra o no a bordo la tendrá el director de juego, conviene asumir que el Dominio se asegurará de proporcionar todo lo necesario a sus tropas para facilitar el éxito de la misión.

Por defecto, todos los transportes de Nexus cuentan con panales de drones de reparación, que se liberan automáticamente si la nave sufre daños. Haciendo uso de nanotecnología molecular similar a la empleada en la regeneración de los nanotrajes y las tecnoarmaduras, los drones son capaces de recuperar cualquier daño si cuentan con el tiempo suficiente.

Nivel tecnológico: las naves de Nexus están preparadas para realizar maniobras muy complejas con gran precisión gracias a la increíble tecnología que incorporan. El director de juego será el encargado de ponderar qué cosas le parece oportuno que una nave pueda hacer atendiendo a tres factores: la buena estrategia que plantee el piloto, su capacidad para llevarla a cabo y la amenaza a la que se enfrenta. A fin de facilitar esta tarea, cada nave será considerada de un tipo: cuanto menor sea el valor numérico del tipo, más básica será la tecnología que incorpore la nave y, por tanto, inferiores los logros que puede conseguir (por ejemplo, una nave de tipo 1 sería menos maniobrable que una de tipo 4). Si una nave entra en combate, el director de juego deberá tener esto en cuenta para determinar la capacidad militar que tiene.

Reparación y evacuación: ningún transporte cuenta con sistemas específicos de evacuación., dado que los trajes avanzados de los tripulantes les permitirían sobrevivir durante largos periodos en el vacío, y siempre pueden hacer uso de las capsulas de desembarco en caso de emergencia. Si la nave resulta dañada, los drones de reparación deberían estar capacitados para repararla. Sin embargo, si registra daños tan grandes que ni los drones ni los tripulantes consiguen arreglarla, no existen posibilidades de regresar a Nexus. Quizá si los tripulantes cumplen su misión el Dominio acabe localizando el módulo de extracción, pero no a los soldados. 

MODELOS DE NAVES

Se trata de la nave más común en Nexus, un transbordador de dimensiones reducidas que el Dominio destina a las misiones de menor peligrosidad. En estos transportes se realizan las maniobras con las que finaliza el período de instrucción de los soldados que participan en el programa de OEM, por lo que cualquier tripulante está especialmente familiarizado con ellos.

Siendo la nave de mayor envergadura dentro de su tipo, este transporte se utiliza en OEM en los que se requiere una mayor resistencia a condiciones de vuelo adversas. Pese a que su tamaño la hace menos maniobrable de lo que cabría esperar, su armamento y su blindaje son algo más avanzados, lo que la convierte en una opción adecuada en misiones donde se esperan contactos con formas de vida hostiles.

Es la nave de mayor tamaño de Nexus, preparada para proyectar otros transportes a gran velocidad gracias a los aceleradores de marzio que integra en su anillo interior (de hecho, el puerto de Nexus termina en una sucesión de Perseo acopladas unas a otras que impulsan a las naves hacia sus destinos). Este modelo es especialmente útil para recoger grandes cantidades de marzio o recuperar naves o tecnologías que luego serán llevadas a Nexus. De este modo suele destinarse a misiones de transporte y carga o que suponen viajes especialmente largos; ocasionalmente puede contar con otras naves en su interior a las que recurrir si es necesario desplegar una pequeña flota.

Pese a su reducido tamaño y su apariencia vulnerable, este transbordador cuenta con sistemas especialmente diseñados para minimizar las posibilidades de ser detectado, siendo además de los modelos más veloces de su tipo. Con frecuencia es utilizado por el Dominio en OEM en los que la discreción resulta vital, por lo que una nave Blaster está preparada para prodigiosas maniobras de evasión.

Considerada la nave de guerra de la flota Nexus, integra la tecnología de combate más avanzada de su tipo, por lo que se utilizada en misiones de alto riesgo en donde se prevé que la tripulación deba enfrentarse a adversarios fuertemente armados. Gracias a su gran tamaño opera sin problema en condiciones de vuelo extremas.

El número de modelos clase Evocati es tan limitado y exclusivo que viajar a bordo de una de ellas supone un gran reconocimiento para su tripulación. Este transbordador cuenta con la mejor tecnología jamás desarrollada por la humanidad, solo superada por la que incorpora la propia Nexus. Maniobrable y veloz, posee armamento de última generación y un blindaje sin parangón, de manera que se reserva para soldados realmente experimentados que viajan a los OEM de mayor peligro.

 

Notas de juego

Nexus no esta hecho para combates entre astronaves. De hecho, como en muchos otros casos, apenas bosqueja este aspecto de las partidas dejando todo bastante en el aire. A medida que avancemos, trataremos de concretar los datos y despejar las contradicciones que puedan surgir.

En otras palabras: esta es una de esas secciones en las que cabe un amplio margen de mejora. Si alguien se anima a contribuir con reglas, trasfondo o modificaciones, bienvenido sea.