Partida Rol por web

Al entrar en la escuela, un oscuro pasillo de paredes descascaradas exhibe los restos de lo que alguna vez fue pintura verde. En una pared vieron los planos del edificio.

Me toma un gran valor pero aún así decido ir a explorar.

Sin decir nada me acercó a la puerta que tengo a la derecha, intento abrirla lentamente por algún motivo.

Tengo bastante miedo y para que no pase lo que siempre me pasa cuando tengo miedo prefiero quedarme cerca de Oscar y Marcos antes de tomar accion alguna. 

Con fuerza abrazo a mi muñeca pero es una accion que hago involuntariamente.

El interior del edificio tenía toda la pinta de estar abandonado desde hace mucho tiempo. Marcos pasó una mano por la pared, sacando varios trozos de pintura, la cual se desasía al menor contacto. Darrow fue el primero en moverse, acercándose a la puerta más cerca.

-Aquí no hay nadie- murmuró muy bajo, casi para si mismo, sintiendo que si subía un poco el voz algo muy malo podría pasar.

Decidió ir detrás de Darrow, con imperturbable expresión, aunque sus ojos reflejaban perfectamente el miedo y la tensión que sentía. Cuando el otro chico abrió lentamente la puerta, no pudo menos que asentir con aprobación, el lugar se le hacía hostil.

No queriendo quedarme solo atrás, decido seguir a Marcos y a Darrow, en completo silencio. A pesar de mi corta vida, cuando mis papás estaban vivos, veía muchas películas de miedo en la televisión y sabía que los que se quedaban atrás o hablaban de más, siempre solían ser los primeros en morir.

Al entrar en el aula notaron que el pizarrón estaba lleno de nombres. En el fondo, una montaña de bancos se erguía como un monumento al caos. Una pequeña llave resplandecía sobre el piso sucio. De ella sobresalía una etiqueta que decía “Martin”.

Otra vez todo el lugar parecía gritar “abandonado” en cada rincón, este en particular tenía un tinte aún más siniestro. Marcos se aseguró que no hubiera nada peligroso antes de adentrarse en su interior. Un pizarrón lleno de nombres le llamó bastante la atención, pues pensaba que estaría en peor estado. Los pupitres apilados contra un rincón acentuaban el estado de abandono del edificio. Una vez más sabia que allí no encontrarían  ayuda. Se acercó al pizarrón y garabateó su nombre, luego se giró y observó las huellas que había dejado en el piso mugriento. Intentó identificar alguna otra huella, solo para verificar si había alguien más aparte de ellos.

Suelto un leve suspiro al ver la sala vacía, inconscientemente esperaba ver algo... O a alguien...

Me adentro al salón más tranquilo, tratando de visualizar lo más que puedo con la tenue oscuridad. Veo una lista de nombres en la pizarra, sigo caminando hasta casi pisar una pequeña llave en el suelo, la recojo y en ella colgaba una etiqueta con la palabra "Martín" o más bien el nombre.

Al ver la soledad de ese lugar que se me hacia tan grande solo pude quedarme atonita. Alli, en medio de la nada vi como los niños avanzaban y hurgaban, yo simplemente me sente en el suelo como si fuera lo mas normal del mundo.

Mis ojos se llenaron de lagrimas porque sabia que algo malo nos iba a pasar. Estabamos solo, tenia sueño, tenia hambre y me sentia sola. 

Las lagrimas simplemente salieron deslizandose por mis mejillas mientras sollozaba mirando alrededor. 

Al entrar en aquel aula, sentí un escalofrío recorriendo mi espalda. Aquello me hacía pensar en una película de miedo que había visto cuando vivían mis papás. En la película aparecía un señor muy feo con un jersey de rallas y unas garras en una mano, y ese señor luego se dedicaba a hacerle "cosas feas" a los niños. En la película nunca se veía qué cosas feas le hacía a los niños, aunque debían de ser feas de verdad, porque mi papá nunca quiso contarme qué eran.

Quizá en aquella escuela también hubiera habido un loco como el malo de aquella película.

-A lo mejor aquí vive Freddy Krugger y nos quiere matar a todos -dije, con cierto temor.

Me acerqué a la pizarra, donde Marcos había garabateado su nombre y decidí hacer lo mismo, escribiendo mi nombre justo debajo. No sabía por qué había tantos nombres escritos en la pizarra, pero esta seguro de que nadie notaría dos nombres más.

Guardo la llave en mi bolsillo, que yo sepa aquí nadie se llama Martín. Veo como los otros niños entran y algunos escriben sus nombres en la pizarra por alguna razón.

Escuche un sollozo a mi espalda, me voltee y vi a Brianna sentada en el suelo llorando.

Tambien tenía ganas de llorar pero prefería quedarme en silencio, aún así no pude evitar sentir empatia por ella.

Me acerque a Brianna y le extendí mi mano Tranquila, estamos todos juntos que es lo más importante. intente esbozar una sonrisa para animarla.

El trato de Darrow me animo un poco y me seque la cara con el vestido. 

- ¿Vamos a morir como mis padres? Iremos al cielo?

Era una pregunta retorica. Estaba segura que el no sabia. Como ya habia escuchado antes era cosa de adultos, pero tenia que confiar en alguien o me quedaria llorando como una tonta y nadie podria salvar a mi muñeca.

- Quien es Freddy Kruger y porque quiere matarnos?

            - Nadie quiere matarnos Brianne, solo es una broma pesada de Oscar ... en cuanto a morir todos lo vamos a hacer pero si nos mantenemos juntos y estamos atentos no lo haremos aquí ni ahora ...    No se exactamente para que escriben sus nombres chicos ... pero por si acaso pondré los del resto -    Dijo Simone en voz baja después de sonreir a Darrow y dar le una palmada en el hombro a Brianne para animar los y dejar con ellos un momento a Maggie, entonces caminó hacia la pizarra con los otros chicos y apuntó los nombre de Brianne, Maggie, Darrow y el de ella misma al final ... entonces tras meditar lo un momento sugirió:

           - En esto estamos todos juntos!  .... pero ... ¿Donde estará el conductor? ¿Por que se habrá parado aquí? ¿Que pasa en este lugar? ¿Quien será ese tal Martin? ¿Acaso esa llave será la de su locker en la escuela? -    Asaltó Simone con preguntas en voz baja mientras que terminaba de escribir os nombres atenta a su alrededor

-Es solo una película- dijo Marcos por lo de Freddy Krueger, película que nunca le dejaron ver-. No pasará nada- todos habían seguido su ejemplo de escribir sus nombres en el pizarrón, aunque en su caso fue solo un impulso.

Darrow había tomado la llave, quizás le serviría más adelante. No esperaba encontrar nada más por el momento y ese salón no les permitiría encontrar ayuda. Brianna parecía más afectada que antes, temerosa de todo, algo normal viendo el estado general del lugar. Marcos omitió un escalofrió y se encaminó hacia la puerta. Sabía que si alguno de los chicos miraba su brazo, notarían como se le puso la piel de gallina desde el momento en que entró a esa escuela.

-Si es una llave grande, es de una puerta y si es pequeña de un candado- dijo Marcos señalando el bolsillo donde Darrow había puesto la llave. Recordaba eso de cuando jugaba con las llaves de su padre-. Vamos Brianna, buscaremos a alguien que nos lleve a... al orfanato- estuvo a punto de decir casa, pero el orfanato distaba mucho de serlo-. González es un inútil, no debería habernos dejado solos- le dijo a Simone dando por sanjado el asunto del conductor, no esperaba ninguna ayuda de parte de ese tipo.

De pronto comenzaron a escuchar pasos en un pasillo más adelante. Cuando los pasos estuvieron más cerca comenzaron a escuchar la voz de un hombre.

-Los niños, debo proteger a los niños.

Y eso era todo lo que decía. Lo repetía una y otra vez.

Fernando había intentado hacerse el valiente, pero la verdad es que aquella escuela lo aterraba hasta los huesos. Tan deseoso estaba de encontrar un adulto que lo cuide que al escuchar al extraño no lo pensó dos veces.

Antes de que se dieran cuenta, se acercó e intentó hablar con aquel hombre. ¿Cuando se había separado del grupo?

-¿Hola? ¿Señor? ¿Puede ayudarme? Estoy perdido.

-Oh ¿Pero qué tenemos aquí? ¡Pero si es otra inocente palomita! Ven conmigo, yo te protegeré -le dijo con cara de loco

-Señor, me esta asustando. ¿Que hace? ¡No! ¡No se acerque! ¡No! ¡Váyase! -dijo ya al borde de la histeria mientras intentaba alejarse de aquel lunático. Pero la parálisis que le provocaba el miedo apenas le permitía dar unos pocos pasos en cámara lenta.

-¡He dicho que vengas conmigo, criatura desobediente! -dijo abalanzándose sobre él y tomándolo de la cabeza.

Entonces comenzó a azotar su cabeza contra la pared. ¡BAM!... ¡BAM!... ¡BAM!... ¡BAM!... ¡CRAC!... ¡CRAC!... crac...

-Eso es. ¿Ves como todo es mejor cuando haces caso al profesor Martin? -dijo sonriéndole al cadáver- Vamos, te llevaré con los demás. Estarán a salvo en el sótano.

Entonces se llevó el cuerpo hasta la puerta del sótano, la abrió, arrojó el cadáver dentro y la volvió a cerrar. Luego de eso miró hacia el otro extremo del pasillo que doblaba.

-Oh, ya veo. Así que entraste por ahí. Mejor cierro la puerta -y reanudó su ronda… y su monólogo mientras se acercaba a la puerta de entrada de la escuela.

-Ssshhhhhh... intento que todos hagan silencio Creó que escuche algo. digo en voz baja señalando el pasillo. Me acercó a la puerta en paso silencioso y asomó levemente la mirada a través de la ventanilla de la puerta. Juraría haber escuchado algo, pero no estoy seguro.