Partida Rol por web

No tardo mucho en darme cuenta de mi conversación con JoJo, era una casualidad, pero quizás podían pillar desprevenidos a algunos que hubieran sido avisados de tal forma.  Si ella hubiera sabido de esto me lo hubiera dicho o eso quería pensar. Cierta preocupación recorre mi rostro por un momento, tal vez si que indicara peligro todo esto y que fuera culpa mía su posible entrada era mucho más molesto.

Salgo corriendo hacia el interior del barco, buscando a JoJo o en su defecto a Dutch. Me dirijo a la mesa del Príncipe lo más rápido que puedo, acercándome a la mujer con esa extraña tonalidad de piel.

-Buenas noches.- Saludo rápidamente a la mesa y luego la miro. -Señorita Baker ¿Tiene algún espectáculo montado en el que vengan “piratas”?- Recordando su comentario sobre el abordaje. -Si no es así, quizás haya cierto problema en el exterior.-

Mierda… Esto me pasaba por hablar demasiado, como se colaran por mi culpa… 

Sonrío cuando veo entrar a Jane, pero mi expresión muta de inmediato al observar su rostro preocupado. Su pregunta me hace fruncir el ceño, y la tomo del brazo, para apartarla de la mesa del príncipe. Tampoco hace falta alarmar a otros invitados.

¿Tiene algún espectáculo montado en el que vengan “piratas”? Si no es así, quizás haya cierto problema en el exterior.-

-...¿Qué? -Murmuro- No. No hay... -parpadeo unos instantes, completamente aturdida- ... ¿qué? ¿Qué quieres decir?

Echo un vistazo a los ventanales, alarmada. 

Delicadamente aunque con firmeza, tomo la mano de Angélica y la conduzco a la pista. No tardamos en comenzar nuestro baile, tanteándonos al principio y, paulatinamente, confiándonos el uno al otro. La música suena a nuestro alrededor, inundándonos, golpeándonos y arrojándonos de un lado a otro; yo permito que su tonalidad y el pathos que esta sugiere se refleje en mi expresión facial al tiempo que mis ojos la miran directamente, frontalmente, en todo momento. Nuestros cuerpos se mueven como tallos flexibles mecidos por el viento, entrelazándose y enmarañándose sin ser totalmente conscientes de ello. Y a medida que bailamos, tengo la sensación de ir cayendo lentamente hacia un lugar profundo y oscuro del que no sé a ciencia cierta si luego podré escapar.

Pero no me importa.

—Así que sabe bailar —afirmo con una sonrisa enigmática. ¿Cómo iba a ser de otro modo?—. Es usted toda una caja de sorpresas. Dígame, ¿qué tiene en mente esta noche? ¿Qué expectativas tenía cuando aceptó la invitación del Príncipe Guilbeau?

-Yo no veo muy bien…- Digo con cierta reticencia mientras cojo las gafas por la patilla para colocármelas mejor. Me daba vergüenza llevarlas, pero en esta situación, prefería poder ver bien a mi alrededor.

-Pero una vampiresa… ha comentado que se acercaban varias zodiacs… y me he acordado de lo que hablamos, ninguna tiene que ver conmigo.- Quería dejarle claro que venía nadie de mi parte, esa era la principal razón por la que había venido tan rápidamente, sino hubiera preferido que otro se tomara esta molestia.

-¿Entonces no esperamos a nadie?- La cara de preocupación de JoJo, me sugiere que he hecho bien en venir.

-Sorpresa…- Digo con ironía.

Tras la llamada de teléfono puedes ver que Dutch está inquieto. Hace un gesto a Jake, que se acerca a una ventana y mira a Marcel. 

Marcel continúa la conversación impasible.

Coño. Joder. Su puta madre. Putain, putain, putain.

Vale. Vale, vale. Relax, madame vache. 

-Espero que sea una sorpresa más del tipo "chica saliendo de la tarta", que una del tipo... - una del tipo sabbathnado. Sacudo la cabeza.

¿Debería avisar al Príncipe? Joder, ni siquiera sé quién es el sheriff.

-¿Podrías avisar al sheriff por mí, chérie? De momento no hay por qué preocuparse, pero será mejor que le mantengamos informado. Saldré a averiguar qué está pasando.

Rápidamente pongo dirección al exterior de la sala; por el camino, tecleo en mi móvil:

Adelantamos la ruleta Arcadia. Todo el mundo preparado en el quinto piso.

Esbozo una expresión pensativa ante la propuesta de Jane, pero antes de responder la llegada de una de las parejas nuevas le hizo detenerse para saludar con un cabeceo a la presencia de ambos. Seguidamente, murmuro en tono bajo.

-Creo que estaría bien así, si... un rápido trueque. 

No obstante, no se pudo seguir esa negociación por la repentina alarma. Caroline intento ver que era eso que ponía tan nerviosas a Jane y a la pajarilla, pero sus ojos parecían empañados. El cambio de las luces del interior a la oscuridad de las aguas, tal vez. Se los froto intentando despejarlos.

De todas formas, no se movió de la barandilla cuando la señorita Morgan abandono la misma para ir a buscar a Jojo. Era logico consultar con la anfitriona antes que nada. Pero ya fuera parte de un espectáculo o un problema, no sería ella quien reclamase atención al respecto. Se contento con pensar en las palabras dichas al principio... gymkana. 

-Estos niños...+murmuro quedamente, volviendose hacia la bailarina rubia y su compañero+ Guarden la calma. Pronto tendremos aclarado lo de esas visitas.

Salgo rápidamente hacia el exterior, para reunirme con los cainitas que se han asomado a la terraza para disfrutar de la noche.

Fowler camina hasta el grupo con el teléfono aún en la mano, mirando a las señoritas. Saluda a la pareja con una ligera inclinación de la cabeza, dejándolas que cuchicheen tranquilas. Desde donde está puede ver a la compañera de baile de Sebastian entrar de la mano de otro vampiro y, justo cuando se dispone a presentarse, su móvil comienza a vibrar. La pantalla le ilumina el rostro y el mensaje que lee le pone una sonrisa en la cara. Perfecto. Teclea una respuesta, y finalmente lo guarda en el bolsillo interior de su chaqueta. 

Es entonces cuando ella, la rubia, menciona las lanchas. Pese a ello, él se mantiene de espaldas al río, tranquilo. Si como ella dice tan solo son tres, no habrá ningún problema. Por muy cargadas que vayan de malas intenciones, no van a ser suficientes: el Delta Night es el Dominio del Príncipe. Y si ha aprendido algo tras cien años en la ciudad, es a admirar la capacidad de los antiguos de la Camarilla, Marcel en particular, para cubrirse el culo.

Cuando Jo aparece junto a ellos, mantiene la misma mueca complaciente, desapacible. 

—¿Esperamos compañía, madame?

Fowler tira tu también percepción y alerta.

Las voces de los demás vástagos que allí se encontraban era un tanto interesante, al parecer la presencia de Jerome había pasado desapercibida, Lavonne había expresado su desconcierto sobre unas embarcaciones que se aproximaban las cuales quizás en su distracción Jerome no había visto. Pero no lo descarto ya que Fowler había comentado prácticamente lo mismo en otras palabras, la mirada de Du mont busco dichos vehículos acuáticos y luego volviendo a tomar el bastón camino hacia donde estaban los demás.

-Creo que es una excelente pregunta Sr. Fowler- ambas manos una sobre otra se apoyaron sobre el pomo del bastón en forma de serpiente – Lamento haber estado ausente, la mente suele ir mas allá cuando piensas en muchas cosas al mismo tiempo – agrego con voz amable.

—Monsieur Dumont —le replica—. Un placer, como siempre. 

Se da la vuelta, y saca el móvil, apoyando los antebrazos sobre la barandilla mientras teclea algo más sobre la pantalla. 

Giro mi cabeza levemente para escuchar mejor las palabras de la señorita Morgan, pero mis ojos no se apartan de la mujer llamada Roxy.

Si vienen problemas es cosa de la chusma del príncipe y sus lacayos, ahora mismo me interesa bien poco lo que pueda estar viniendo a estropear la fiesta. A menos que un montón de jodidos perros de dos metros con babas de rabia rompan esa puerta y empiecen a desmembrar vampiros, nada me va a levantar de esta cómoda silla...

- ¿Y bien... ? - sigo esperando una respuesta de la primogénita con una sonrisa mientras entrecruzo los dedos de mis manos y me apoyo en el respaldo de mi asiento