Partida Rol por web

Nueva Orleans Nocturna

Delta Night

Cargando editor
18/12/2017, 22:41
Babylon Mynk

Es temprano, apenas se marcha el sol y todavía se respira calor y moscas en la habitación. Me despierto en el motel, las cortinas son una mierda y debo mover el colchón al cuarto de baño. No voy a negar que es algo incomodo... para lo que he pagado ya les valía cambiar las putas cortinas o al menos poner persianas que no estén picadas. Joder!

Me duele la espalda, se que es algo raro, para hasta los chupasangre tenemos ese sentimiento al despertarnos en una posición de mierda al caer el sol. Nada, tengo que dejar este sentimiento de ser humano, yo soy mejor. Me digo al mirarme al espejo y guiñarme un ojo antes de salir a la noche a comerme el mundo.

Salgo por la puerta del motel cargado con una funda de guitarra con mi preciosa Lucille, una mochila y un casco adecuado a estar en el codo. Viajo sin la intención de partirme la cabeza y prefiero que me de el aire en la cara, me hace sentir mas "vivo".

Me dirijo a la gasolinera, ya han vuelto a subir la gasolina, su puta madre. Autoservicio lo llaman, más mugriento y oxidado de lo que nadie quisiera ver en su miserable vida. Ni un puto ser vivo tocaría esta mierda sin morir de tétanos, como para que te lo ponga todos los días el mismo tío. Sonrío. Este sitio da asco, pero no quería pasar la noche en Nueva Orleans, prefería estar en las afueras un poco más. Las estrellas llegan tarde a los sitios, hay que hacerse notar desde el primer día.

Paso de largo la gasolinera en dirección al estacionamiento trasero, el parking de empleados, algo más recogido para esconder a mi preciosa Janette. Janette es, como decirlo, pura atracción, una belleza pura con su temperamento y sus curvas, fina y delicada, voluminosa y a la vez suave, sencilla y delicada. Janette algo que ha sufrido tantos cambios como mi propia vida, mes fascinó cuando la vi y patee varios traseros para conseguir un buen precio, pero mereció la pena. Es mi Harley, la niña de mis ojos. Y más de uno se ha quedado sin ellos por propasarse con mi pequeña.

Arranco con su precioso sonido, irregular, potente y con un tubo poco homologado que despertaría a los muertos... a otros quiero decir. Me dirijo a llenar el depósito y la botellita de repuesto. Janette chupa mucho, que vamos a hacerlo. Suspiro al acariciar el deposito, todavía caliente del día que ha pasado, ella si que ha podido ver el sol y no morir en el intento. Lleno el depósito y levanto mi mano al dependiente, el mismo que me cobró dos días de habitación por descansar en su cuchitril durante 12h diurnas si llegan. Menudo hijo de puta. Levanto el dedo corazón con mucho cariño hacía el dependiente algo preocupado por no haber pagado la carga de combustible mientras arranco a mi preciosa, noto su armonía entre las piernas y me relaja. Me marcho dejando la manguera descolgada, al dependiente cabreado y gritando en plena noche en ninguna parte, sabiendo que la poli no atendería su llamada. 

- A la próxima, será mejor que pongan cámaras. Imbéciles -

Llego a las pocas horas a la ciudad. Nueva Orleans apesta a primera vista, con suerte mejora con el tiempo. Aura fue muy clara la última vez: última oportunidad, ya no puedo hacer más. Me jode causarle problemas, pero no puedo esquivarlos, me persiguen.

Me dirijo a un rincón donde me dijeron que un pavo vende buena mercancía. Un yonki discreto, un camello solitario que se fabrica su mierda en casa. Voy dirigido por el Google Maps, no conozco la ciudad y tanto hacer paraditas para guiarme es una mierda. Tardo más tiempo del que me gustaría, y como no llegue a la fiestecita del ricachón estoy jodido.

Por fin lo encuentro. Aparco a mi querida a varias manzanas del drogata, junto a otras buenas burras que he visto de camino, perfecto para que no me la toquen. Bajo a Lucille conmigo, más de uno ha perdida algo más que unos dedos al tocarla. Me considero un tío pacífico, pero con poca paciencia. Llego andando al tipo con capucha del rincón oscuro. A 100km sabían que se encontraría aquí, la pasma de este lugar debe ser gilipollas.

- Oye, tú. ¿Eres Lancer? - Pregunto al tipo de la sombra con una actitud ya trabajada por los años de callejeo. - Necesito algo

Me indica que me acerque. El tío va colocado, parece que se ha tomado su propia mierda. Es cierto que pedí a un incompetente, pero tanto nivel nubla mi juicio. Se para tambaleando y mirando a todas partes por si hay movimiento. Detrás suyo hay un callejón que huele a vómito, el callejón es un charco de meadas y delante hay un par de naves abandonadas.

- Dame algo fuerte, tengo que aguantar toda la noche en pie. No te preocupes por la pasta - Enseño un fajo de billetes plegado. En verdad son hojas de papel y un par de billetes por fuera que me hacen parecer todo un fabricante de oro. Trucos de un lobo viejo.

El pavo se emociona, se pone nervioso. Tiembla y rebusca con la cabeza gacha y algo encorvado en una bolsita que acaba de sacarse de las pelotas. Asqueroso. Miro alrededor, nada se ha movido, todo igual. Perfecto.

Le arremeto con la rodilla en toda la cara. Una de las ventajas de ser más alto de la media es que poca gente me ve las intenciones, y un mierdecilla de metro setenta si llega con acento de panchito no debería suponerme mucho problema. 

- Tiradas (1)

Motivo: reserva de sangre

Tirada: 1d10

Dificultad: 1+

Resultado: 7 (Exito)

Cargando editor
18/12/2017, 22:42
Eris Grey

Aquel sueño había impregnado mi mente lenta e inexorablemente de una manera maravillosa. ¡Qué colores fluorescentes tan hipnóticos! Un magnetismo que me atrapaba y me sumergía entre sus voces.

Puede que aquello hubiera sido obra de Julian y sus quiméricos ojos del color del océano, con los que era capaz de iluminar lo más oscuro de mi mente o hacerme caer en su profundo abismo a voluntad. O puede que fuera porque la morgue de aquel hospital tenía la capacidad de nublar todos y cada uno de mis sentidos: aquellas paredes nacaradas, las batas de algodón sobre los percheros y el olor a asepsia me hacían nadar en un paraíso hecho justo a mi medida.

Había pretendido pasar por allí solamente durante un par de horas, pero el juego de musas y mis colmillos heredados de Caín se habían alargado más de lo que debían. Cuando desperté con esfuerzo y sedienta de más, distinguí la pulcra invitación sobre su camisa manchada de carmesí al lado del vestido con el que pretendía que disfrutada de la velada. Él no tenía reservas en enfundarme en sus joyas y yo no tenía reservas en calzarme aquella segunda piel plateada aunque fuera solamente durante algunas horas. Si el Príncipe nos reclamaba no estaba de más acudir a su llamada a pesar de que prefería sentirme libre en una ciudad llena de misterio y placer.

Pero antes de gozar de todo lo que me esperaba no dudé en encaminarme por las calles del Lower Garden District, donde sabía que aquellos ingenuos estudiantes de arte disfrutaban de su Luna creciente entre el humo de sus cigarrillos y la desnudez de las modelos. Una mirada angelical, una sonrisa inocente y unas palabras desprovistas de tela fueron suficientes para aquello que pretendía.
-Voy a lamer tu sangre -dije sonriente al veinteañero que me desabrochaba el vestido con avidez antes de Besar su yugular palpitante -Ya sabes que el sabor nunca ocupa lugar. -Delicioso.

Un par de lametones más tarde y varios cuerpos inconscientes que dejé a mi paso me permitieron llegar con una alegría desbordante al puerto en el que se encontraba el Delta Night. 
Subí la escalerilla parsimoniosamente para entregarle la carta al mozo y encontrarme con una deslumbrante JoJo. -Buenos días, querida -dije mientras delimitaba con mi dedo índice las manchas descoloridas de su hombro derecho de manera despreocupada dirigiendole una amplia sonrisa - El Sol está radiante, ¿no crees? -Aunque los invitados de aquella noche fueran aburridos estaba convencida de que ella sabría aportar la locura y la diversión hacer de aquella fiesta todo un festín. Estaba espectacular, como de costumbre, con aquel vestido dorado que se pegaba a sus largas e insinuantes piernas.

Tras una breve charla entusiasta repiqueteé los tacones sobre el suelo marmóreo y caminé directa hasta el centro del gigantesco primer piso, atestado de mesas donde reconocí algunas caras desconocidas. Crucé la mirada con un impoluto Jerome y lo saludé con un gesto de cabeza antes de llegar hasta la mesa donde se encontraba Caroline, que vestía sus mejores galas de manera sorprendente. Afectuosamente le di un abrazo y un par de besos cariñosos, sentándome a su lado sin más dilación. Había echado de menos su presencia durante los días que había pasado enclaustrada en la tienda y no esperaba que estuviera allí, ya que sabía a la perfección que aquellos formalismos no eran santo de su devoción. Aquello, por tanto, me encantó. -Sí, estamos de acuerdo en que esas ropas dejan a la luz todas tus virtudes. El invierno parece sentarnos muy bien a los vivos, y ese color resalta tus ojos.

 

- Tiradas (1)

Motivo: Embaucar

Dificultad: 3

Tirada (7 dados): 8, 4, 2, 8, 2, 5, 7

Éxitos: 5

Notas de juego

Tirada de caza: -2 dificultad por fama, +1 dado por 30 minutos de vigilancia.

Mesa 1 Mesa 2 Mesa 3 Mesa 4 Mesa 5
 Morgaine    Jerome    Leonardo
 Julia   Helena    Alice
    Christopher    
    Constance    Antoine
         Trisha
         
      Eris Jane
      Caroline  

 

 

 

 

 

Cargando editor
18/12/2017, 23:14
Constance Foix La Roche

La invitación, aquella invitación...

La miró de reojo cientos de veces, si dejaba de ir estaría en serios problemas, pero tenía tantas ganas de no acudir. Miró por encima las pipetas que cuidadosamente había etiquetado, clasificado y colocado en las gavetas de refrigeración.

Si hubiera podido, hubiera hecho el acto reflejo de suspirar, como antaño cuando vivía. Pero ese no era el caso, esta noche tendría que dejar sus intereses personales al lado, para acudir a una reunión importante. 

Bien merecía tener la cabeza sobre le cuello y no separada.

Dejó de lado sus notas, alimentó a su mascota, un cuervo de negro plumaje lustroso a quién había bautizado como Logan.

Miró con desgano la percha donde colgaba el vestido que había seleccionado para la noche, un sobrio traje negro largo, con pedrería incrustada y un escote sencillo. Sobrio, elegante y práctico, no necesitaba más.

Se vistió allí mismo, hasta que subió George. Constance también había barajado la idea de que fuera este el que la acompañase. Pero finalmente había decidido acudir sola, había muchos juegos peligrosos a los que no valía la pena exponer a mortales. George se acercó y le extendió una caja, con unos pequeños pendientes brillantes; ella sonrió y se los colocó.

Ella entendía la mirada que el mantenía sobre ella, estaba ansioso por sentir de nuevo aquella sensación placentera que solo los colmillos de un cainita podían provocar en los mortales.

- Muchas gracias George -respondió mirándolo de manera provocadora- luego... -dejo en el aire la idea, dejándola que el completase a su antojo. Se acercó y le plantó un beso en la mejilla y tras ello, se calzó y descendió por las escalerillas hasta la salida.

Era momento de acudir, sobretodo por ver cómo se desempeñaban sus congéneres.

Al llegar al lugar, apreció el magnífico cuidado que había tenido la selección del lugar, el "Delta Night" estaba perfectamente iluminado, lleno de música, voces y "vida". Constance mostró su invitación por respeto al protocolo más que por deber, conocía al dedillo a mucha de la gente de la ciudad.

Se detuvo a admirar la exquisita decoración de los interiores y caminar pausadamente saludando con sobriedad a los rostros familiares. Se detuvo especialmente en Morgaine y la Señorita Baker, a quienes dedicó un saludo con una elegante inclinación de cabeza, un saludo más deferente, muy merecido y no invasivo.

Prosiguió hasta la zona de las mesas y allí divisó distintos rostros aún más familiares, pero no fue hasta que divisó a alguien con quién tenía especial interés en hablar esta noche, hasta que seleccionó la mesa que le interesaba.

Después de todo la noche no será del todo frívola...

Empezó a caminar hacia su destino, esperó que le retirasen la silla para sentarse y le ayudasen a acomodarse para finalmente hablar:

- Buenas Noches a todos -su voz suave fue acompañada de una mirada educada a cuantos estuviera en la mesa. Luego centró su vista en uno en particular- Jerome, que agradable coincidencia, aunque no me sorprende que recibieses una invitación, siempre has sido un tipo muy bien conectado -sonrío, esperando que capte la pequeña broma que he soltado y que no es común en alguien como yo.

- Tiradas (1)

Motivo: Vitae

Dificultad: 6

Tirada (1 dados): 10

Éxitos: 1

Notas de juego

Mesa 1 Mesa 2 Mesa 3 Mesa 4 Mesa 5
 Morgaine    Jerome    Leonardo
 Julia   Helena    Alice
    Christopher    
    Constance    
         
         
        Jane
      Caroline  

 

Cargando editor
19/12/2017, 01:16
Antoine

Estaba enamorado.

De acuerdo, de acuerdo, lo digo casi todo el tiempo, pero en esta ocasión iba completamente en serio… más que de costumbre.

Estaba enamorado.

O bien podría decir, fascinado, el vestido de Trisha aquella noche era… magnifico… sofisticado, y ella era una completa obra de arte y yo estaba viéndola desde la base de las escaleras donde la esperaba, enfundado en un elegante traje de color oscuro.

-Magnifica –susurre con la voz apenas contenida, observándola admirado –Esta noche estás magnifica –susurre, tomando la mano que me había extendido entre las mías antes de depositar un beso sencillo en el dorso de su muñeca, pude oler de cerca el olor de la sangre que debía haber consumido al despertar, pues no podíamos ir a aquella fiesta sin asegurar nuestro buen ver.

El hambre es un enemigo a tomar en cuenta.

-Gracias, querido –contesto ella, antes de darme una mirada de aprobación que agradecí internamente, el traje lo había escogido ella, oscuro el color, corte perfecto y caballero… adecuado, le sonreí.

-¿Nos vamos? –ofrecí el brazo…

.

La mujer en la entrada del Delta Night era… interesante, puesto que la vi incluso de lejos, bella, bella a un modo difícil de describir y admirable, Trisha y yo sabíamos apenas su nombre, pero de oídas, por ser ella la dueña de aquel lugar donde habíamos ido un par de veces… y por la invitación que ambos habíamos leído en su momento. Incline educado la cabeza, muy levemente cuando llegamos ambos a su altura, formando en los labios una sonrisa apenas cortes… iba con Trisha del brazo y no quería ni por un segundo incomodarla a ella, aunque seguro que ya tenía en mente otras cosas.

-Buenas noches, hermosa velada –salude, cortes mi voz, antes de ingresar al interior, el decorado era en cierta forma agradable, la disposición de las mesas, sillas, decorado… asentí apenas perceptiblemente para luego inclinarme hacía mi adorada esposa.

-Magnifica recepción ¿No lo crees? –pregunte en apenas un susurro, mientras íbamos al mismo paso hacía una de las mesas, una donde ya se habían acomodado tres personas, con casi tanto estilo como mi hermosa acompañante -y por añadidura yo- Buenas noches señor, damas... ¿Podemos acompañarlos?  -saludo a los ya presentes y hago una pregunta más por cortesía que por ninguna razón, puesto que las mesas están libres por lo que he visto,  antes de ayudar a Trisha con la silla y sentarme a su lado, mis labios se acomodan y si bien no sonríen si tienen esa curva complaciente que dice que cualquier conversación sera bien recibida. 

-Antoine Sellier, un placer  -me presento amenamente, si alguno desea presentarse esta bien, y si no... bien también, por mi parte se que Trisha opta por presentarse ella misma. 

Notas de juego

Mesa 1 Mesa 2 Mesa 3 Mesa 4 Mesa 5
 Morgaine    Jerome    Leonardo
 Julia   Helena    Alice
    Christopher    
    Constance    Antoine
         Trisha
         
        Jane
      Caroline  

 

Cargando editor
19/12/2017, 03:15
Lavonne Drummond

Había asistido a innumerables fiestas, algunas de las cuales habían marcado un hito histórico, de cuando los ojos del mundo entero miraban con fijeza aquella espléndida nación cuyo reloj marcaba el ritmo de todos. Días de esplendor y opulencia ya aciagos, que habían quedado atrás, sometidos a la decadencia y las turbulencias del tiempo que innumerables historiadores y filósofos trataban de plasmar todavía con veracidad en páginas cuarteadas. Pero nada de eso importaba porque, de todas las fiestas a las que había tenido el placer de asistir, ninguna había sido en un barco como aquel o en una ciudad tan vibrante y colorida como lo era Nueva Orleans, que ya parecía haberle robado el corazón y el alma entera. El Támesis y casi incluso el Sena, sencillamente palidecían ante aquella sobrecogedora visión, y bajo el velo de irreprochable corrección, como era costumbre en la alta sociedad británica desde que el mundo era mundo, Lavonne no cabía en sí de alegría cuando llegó del brazo de Jeremiah.

Su sire les presentó a ambos nada más llegar ante aquella mujer que Lavonne reconoció de inmediato como JoJo. Sabía poco o nada de la ciudad, pero en un mes le había dado tiempo a familiarizarse con algunos nombres y descripciones que Jeremiah le había dado, y por supuesto el de ella y su posición como anfitriona eran inconfundibles. Alabó su atrevimiento y energía, y el infinito trabajo que había detrás de un evento como aquel. Después, Jeremiah les excusó. Había gente que quería presentarle y la noche era joven, pero antes de llegar a la mesas Lavonne ya le había insistido lo suficiente como para que accediera un baile corto y sin florituras al agradable ritmo de jazz, como si fuesen una pareja cualquiera disfrutando de una noche encantadora.

Los londinenses eran tan novedad para el resto de invitados como estos lo eran para ellos, y resultaba imposible negar la impresión mutua que dejaban a su paso; no de todas las personas, y desde luego de muy pocos lugares, se podía decir lo mismo. Sin embargo, era por ella y no por él, que las palabras no bastaban. Decir que era hermosa no hacía justicia, y aquella noche en particular brillaba de forma arrebatadora, haciendo gala de un gusto y elegancia impecables, luciendo un vestido exquisito, blanco y sedoso, que detallaba una sugerente silueta dejando la espalda y el delicado cuello de cisne expuestos a la vista y al tacto. Pero incluso sin eso, su belleza natural habría bastado, con aquella forma de mirar y sonreir que la hacían tan humana y tan perfecta en su pureza. Lo único que delataba su condición como Vástago eran sus ojos, los cuales emitían un leve fulgor de la tonalidad del lapislázuli imposible de obviar, y que en otras circunstancias se habría guardado de mostrar en público.

Pero allí podía ser ella misma. Aquella noche podía disfrutar, charlar y reir con los suyos sin temor, y era la primera vez que aparecía de forma pública. Quería deslumbrar y lo hacía, todo sonrisas y buenas palabras. Porque se lo había propuesto, porque le gustaba, y porque sabía perfectamente cómo hacer que todas las miradas fuesen para ella sin caer en lo ordinario y vulgar.

El sutil arte de deleitar los sentidos.

Su sire, por otro lado, era un joven de buena planta y cierta rigidez en sus movimientos, que tampoco desmerecía la presencia de su Chiquilla a pesar del contraste que eran el uno con el otro. Bailaba con un atisbo de sonrisa en la comisura de sus labios, orgulloso porque iba con él y no con nadie más. Y había muchas razones por las que cualquiera habría deseado ocupar su lugar, y otras tantas para no querer hacerlo. Cuando la canción terminó, Lavonne dio una vuelta de gracia dejando que el vestido ondease en el aire antes de dejar un beso en su mejilla. Después, ambos aplaudieron y acudieron a sentarse a la mesa más cercana.

-Buenas noches. ¿Podemos acompañaros? -preguntó con educación-. Marie-Lavonne, un placer.

Notas de juego

Vestido de gala

Jeremiah & Lavonne


Mesa 1 Mesa 2 Mesa 3 Mesa 4 Mesa 5
 Morgaine    Jerome    Leonardo
 Julia   Helena    Alice
Jeremiah   Christopher    
Lavonne   Constance    Antoine
         Trisha
         
      Eris Jane
      Caroline  

 

Cargando editor
19/12/2017, 03:17
Eris Grey
Sólo para el director

Notas de juego

Oido lo de la pieza de piano

Cargando editor
19/12/2017, 03:41
Sebastian Crawford

El motor del Ford Thunderbird del sesenta y dos color guinda emite un sonido similar a un ronroneo mientras se desliza por las calles bañadas por el halo de las luces de la ciudad. Hoy siento algo extraño en el aire, como si la noche brillase con un color diferente y ajeno al espectro observable por los sentidos convencionales. No se trata únicamente del hecho de que estemos en carnavales, con toda su mezcla de música y olores empalagosos. Casi se diría que el oscuro cielo está preñado de augurio, aunque no soy capaz de definir con exactitud la sensación. Miro a Alan. Por el modo en que mi Sire escruta la calle a través de la ventanilla, sin que haya ni siquiera un atisbo de movimiento en sus pupilas, me resulta imposible discernir si él también lo percibe. Nunca ha sido fácil para mí saber qué piensa o siente, si es que siente algo en absoluto aparte de aquello que elige aparentar. Louis, el chófer de Alan, no parece ser consciente de esta vaga impresión que me embarga, y conduce tranquilamente a través de la ciudad, navegando por los lagos de oscuridad que separan las islas de luz derramada por las farolas.

Hemos sido invitados a una fiesta a bordo del Delta Night, el barco privado del Príncipe. A medida que nos aproximamos a nuestro destino, algo parecido a los nervios se aposenta en mi estómago y atenaza mis pulmones vacíos, con una presa lenta aunque implacable. Sé que Alan se toma tremendamente en serio estos eventos, y nada en el mundo me disgustaría más que no estar a la altura. Cuando mi mirada vuelve a buscar a mi Sire, me encuentro inesperadamente con sus ojos turquesas clavados en mí. Parece como si pudiese leerme el pensamiento.

Lo harás bien —me dice con voz grave y monocorde, aunque no hay nada en su expresión que me dé ningún aliento. Busco sin encontrar nada dentro de él. Sin que ninguna de sus facciones perfectas se mueva en absoluto, Alan vuelve su rostro de nuevo. Sus ojos paralizados regresan al exterior del vehículo. Tan similar es su posición actual a la que acaba de abandonar, que no puedo por menos de preguntarme si realmente me ha dirigido la palabra o si tan solo me ha hablado en mi imaginación.

El Delta Night es un imponente barco de vapor de nada menos que cinco cubiertas, provistas de varios salones y numerosos camarotes para el Príncipe y sus invitados, además de numerosas atracciones que sin duda harán las delicias de algunos de los Vástagos más prominentes de la ciudad. Esta noche navegaremos a lo largo del Misisipí, y tendré la oportunidad de charlar con la élite de la Camarilla de Nueva Orleans, así como con otros Cainitas jóvenes que, como yo, aún están buscando su lugar dentro de la jerarquizada sociedad Condenada. Mi Sire no me lo ha dicho, pero sé que espera mucho de mí. ¿Quién sabe? Quizá esta noche obtenga al fin mi emancipación, y pase a ser considerado un miembro hecho y derecho de nuestra peculiar cultura. Y sin embargo, ¿por qué ese pensamiento me sobrecoge?

Buenas noches, señorita Baker —saluda cortésmente mi Sire a la organizadora, JoJo, una de las personalidades más salientes de la noche de Nueva Orleans. Sus labios tan solo se curvan ligeramente en la más sutil de las sonrisas. Sé que siempre debo esperar a que él hable primero. Alan reanuda entonces su marcha hacia el salón principal, decidido a no perder más tiempo en formalidades con quien, en su opinión, no las merece. No obstante, yo me detengo.

Buenas noches, Jo —la saludo con una sonrisa afable. JoJo Baker es una de las mujeres más divertidas que uno puede conocer—. Me da a mí que esta noche vais a triunfar tanto tu fiesta como tu vestido. Chica, me alucina. —Le guiño un ojo con picardía, posando suavemente mi mano sobre su brazo en estampado bicolor. Veo entonces que mi Sire me está esperando—. Luego nos vemos. Buen trabajo.

Alan y yo desfilamos con parsimonia por el salón. Hay que reconocer que todo está decorado con un gusto exquisito, y la música es todo un deleite, de la clase que invita tanto al baile como a la conversación íntima. No esperaba menos de JoJo.

Entonces, la veo.

Mi corazón se habría detenido durante un segundo si todavía latiese. En una de las mesas, compartiendo lugar con la Primogénita de mi Clan y la que debe de ser su acompañante, está sentada la que sin duda alguna ha de ser una de las criaturas más hermosas que pisen la faz de la Tierra. Su delicado vestido blanco realza una vez más la sensación que tuve la primera vez que la vi de encontrarme frente a un ser celestial. Sus pálidos y relucientes ojos azulados lo contemplan todo con curiosidad, y una bellísima sonrisa adorna sus labios perfectos.

Lavonne.

El universo parece detenerse durante un instante en el que los sonidos se atenúan y los colores se difuminan hasta que solo queda ella. Me da la impresión de que me mira, aunque estoy tan encandilado que no acierto a reaccionar. Cuando por fin consigo sacudirme el embeleso que se ha apoderado de mí, me percato de que mi Sire se encuentra en un estado similar de estupefacción. Sin duda se estará preguntando quién será ese ángel caído del cielo. Es entonces cuando veo al joven de facciones afiladas que, sin ningún lugar a dudas, debe de tratarse del Sire de Lavonne, y temo lo peor. Como atraído por una fuerza invisible, Alan gravita en dirección a la mesa, con la sonrisa más radiante que le he visto en años.

Buenas noches, damas y caballero. —Mi Sire hace gala del irresistible encanto de que es capaz—. ¿Nos permiten compartir esta velada con ustedes?

Con una sonrisa cordial y ensayada, tomo asiento junto a Alan tratando de aparentar no haber visto jamás a Lavonne, cruzando únicamente la más casual de las miradas con ella para asegurarme de que es tan consciente como yo de la situación.

Notas de juego

Alan y Sebastian

Mesa 1 Mesa 2 Mesa 3 Mesa 4 Mesa 5
 Morgaine    Jerome    Leonardo
 Julia   Helena    Alice
Jeremiah   Christopher    
Lavonne   Constance    Antoine
Alan        Trisha
Sebastian        
      Eris Jane
      Caroline  
Cargando editor
19/12/2017, 04:55
Jerome Faure Dumont

El rostro de Jerome se giró con esa calidez de sus años mozos -Helena chérie, c'est de la nouvelle orléans ... tout le monde se réunit tôt ou tard - dijo el anticuario dejando el bastón a un lado y colocando la mano derecha sobre la mesa como afirmándose y así mover su cuerpo para no darle media espalda a la muchacha.

-Ya sabes que puedes pasar por la tienda cuando gustes y así escuchar las historias de este viejo, la curiosidad es buena hasta en sus más finos limites – Sonrió – No puedo quejarme, realmente este año está siendo prometedor en todo sentido- fue allí que la vista hizo un paneo general del lugar mientras todos iban llegando – Las caras nuevas parecen estar poblando la ciudad estos días, será el mardi grass…- La voz paciente y gestos calmados del vástago se hacían presentes.

Luego volvió su atención hacia Helena – ¿haz viajado este último año? – pregunto con ganas de entablar esas conversaciones que quien sabe dónde terminarían, bueno lo sabemos bien, cuando el príncipe entrara por la puerta grande la misma debería esperar al termino o dejar que fluyera más entrada la noche.

Luego la voz tan familiar como los años sobre sus hombros se dejó escuchar cálida como la primera vez que había haciendo que el viejo se girara en aquella dirección, Constance se sentaba junto a su persona mientras las palabras de su boca eran bien recibidas – Los años y la buena reputación quizás son el privilegio de esta invitación, o simplemente esta vez no querían dejarme fuera – soltó una leve carcajada.

Notas de juego

*Helena querida, esto es new orleans... todo el mundo se rencuentra tarde o temprano.

Disculpen mi frances, hace tiempo no lo hablo y menos escribirlo

 

edito: una vez en la mesa, marcad solo a los de la mesa. 

Cargando editor
19/12/2017, 09:47
Babylon Mynk

Está claro, el rodillazo impacta como toca. Le rompe la nariz y empieza a brotar sangre. La contusión rostral hace que sus gemidos no se oigan lo más mínimo. En realidad debe sentir la mitad con la mierda que lleva dentro, mejor para él. Lo recojo del suelo , con bastante desgana la verdad, lo alzo con facilidad recostándolo en la pared y le destapo la capucha.

Un polluelo de no más de unos 25 años con complexión mediocre y cara de yonki con pocos amigos. Algo es algo. Muerdo en el cuello al pobre maldito justo donde palpita su pulso. Ligeramente más excitado por el golpe, su cuerpo se alarma mientras su dueño no se entera. Hace demasiado que no noto algo como eso. Una rabia interior, causada por la envidia de volver a sentir vida y el desperdicio que este hace de la suya me invade y le muerdo. No demasiado, me digo a mí mismo. No hay que llegar muy colocado a las fiestas de gente importante.

Me separo del cuerpo, aún con vida y sin saber dónde está. Si algo aprendí en las calles es que hay que ocultar tus motivos. Le doy unos buenos golpes en la cara y el abdomen, lo dejo caer al suelo y arremeto unas pocas patadas no demasiado fuertes. Una paliza a un yonki, no habrá investigación. La causa... me agacho a coger su bolsita de trapicheos y desplumar al pobre drogadicto: simple hurto. Le dejo caer 20 pavos, por si quiere pasarse luego a por alcohol.

Nunca fui un tío listo, tirando a mediocre por más que lo intentara. La no-vida me ha demostrado que no hace falta una carrera para labrarte un futuro y poder estar acomodado. Miro al pobre apaleado en el suelo. Ya no hay rabia ni envidia. Este es mi sitio, qué coño. Camino alejándome de él y acercándome a mi querida y voluptuosa Janette. Tendré que pasar por la gasolinera de nuevo, a esta invita mi anfitrión. Viajo sonriente por las desconocidas calles de mi nuevo hogar. 

Al llegar y montar sobre mi querida Janette, dejo a Lucille en su sitio. Fuerzo una buena inspiración y exhalo con calma con los ojos cerrados antes de que las vibraciones del motor me pongan a 100. Muestro una sonrisa pícara tras abrir los ojos despacio: sí, creo que podría acostumbrarme.

Tras pasar por la gasolinera me dirijo a la fiesta. Espero no quedarme sin batería en el móvil o Aura me va a matar.

- Tiradas (2)

Motivo: Astucia3-callej2

Tirada: 5d10

Dificultad: 5+

Resultado: 34 (Exito)

Motivo: Astucia3-callej2

Tirada: 5d10

Dificultad: 5+

Resultado: 6, 5, 2, 3, 4 (Suma: 20)

Exitos: 2

Cargando editor
19/12/2017, 09:31
JoJo Baker

Estoy despidiendo al bombón rubio deslizando, como quien no quiere la cosa, una mano por su suave espalda, cuando otra vampiresa entra. No es lo que se dice la elegancia en persona, pero su aspecto lánguido me da ganas de besarla para hacerle recuperar algo de calor humano. Le devuelvo el saludo con un gesto de la cabeza, antes de atender al siguiente invitado.

La preciosa Eris, quien me saluda con una caricia en el hombro, me arranca una sonrisa. Me inclino para depositar un afectuoso beso sobre su mejilla, con cuidado de no manchar su nívea piel con mi pintalabios.

-Buenas noches, chérie. Si te gusta el sol, hay una piscina en la cubierta cinco con una maravillosa vista al cielo -comento con una sonrisa. Me pregunto cómo será vivir dentro de su cabeza. Como un viaje de LSD muy largo, supongo.

La vampiresa rubia que espera detrás de Eris es preciosa a la par que fría. Se limita a enseñarme su invitación, y yo a dirigirle una sonrisa cordial.

-Bienvenida. El príncipe dirá unas palabras en el salón principal en los próximos minutos.

Sonrío al ver llegar a un muchachote rubio con una preciosidad a su lado. Me encanta que la gente se haya animado a traer un mortal para la fiesta; conocidos sólo de vista, me limito a darles la bienvenida.

-Buenas noches. Esperamos que la fiesta sea de su gusto.

Una pareja de cainitas hace su aparición poco después. Mientras él es un hombre razonablemente atractivo, ella es... como Mary Poppins. Prácticamente perfecta en todo. Y tan cortés que apenas puedo disimular mi azoramiento cuando comienza a alabar la fiesta.

-Chérie, reserve sus alabanzas para el final de la noche -sonrío, devolviéndoles sus invitaciones tras comprobarlas. Apenas les echo un vistazo; una mera formalidad.- Precioso vestido, por cierto.

Mi sonrisa se ensancha al ver, al fin, un rostro familiar. Sebastian, con su elegancia habitual, me saluda con más confianza que su sire, al que le dirijo una mirada amable. 

-Bueno, el príncipe me advirtió que esta noche los vampiros sois los protagonistas. Pero eso no significa que no pueda lucirme un poco, ¿no? -Respondo ante su comentario, girando sobre mí misma para que pueda apreciar la maravillosa obertura en mi espalda. Me río ligeramente, antes de despedirme de él con un gesto de la mano.

Cuando desaparecen de la vista, suspiro. Supongo que ya no deben quedar muchos más. Consulto la hora en mi móvil, para asegurarme de que nadie se está retrasando, por el momento.

 

 

Cargando editor
19/12/2017, 10:26
Morgaine

El sentido del humor de esta anciana me irrita levemente, permite que cualquiera pueda sentarse a tu mesa sin hacer distinciones a los primogénitos. Nunca he sido partidaria de la mezcla de "clases". Carraspeo y les dedico mi mejor sonrisa mientras levanto mi copa de sangre. 

¡Buenas noches! estoy tan contenta de estar aquí hoy con vosotros, Alan, Jeremiah, siempre es un placer. 

Me recuesto en mi asiento sin soltar mi copa después de todo, ay, cuantas emociones en el ambiente... fascinante..., muertos y aún así llenos de sentimientos que podrían llevarles a una muerte definitiva. Su aura crepita como una llama y podría hacerle prender fuego solo con que una palabra saliera de mi boca. 

Pero se me está ocurriendo algo aún mucho más divertido. Tal vez la idea de la anciana no haya sido tan mala después de todo. Podría escuchar sus ideas desde cualquier punto de la habitación pero prefiero ver el espectáculo en primera fila. 

Ohhh Jeremiah, no conocía a tu chiquilla, un gusto exquisito querido. No seas tímida pequeña, ven, siéntate a mi lado. 

 

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: percepcion +emp (Especialidad)

Dificultad: 6

Tirada (7 dados): 2, 4, 10, 9, 10, 10, 7

Dados repetidos: 1, 8, 3

Éxitos: 5

Cargando editor
19/12/2017, 10:45
Roger

Buenas noches Caroline aparezco sentado a su lado, llevaba ya un rato pero he preferido esperar y ver espectáculo desde la barrera. Se nota que no estás cómoda en este ambiente, un consejo que no lo note nadie más o esto se convertirá en un infierno para ti. 

Miro alrededor, muchos conocidos de otros años, algún nuevo, todos los años es lo mismo y me encanta. Pero este año tengo muchas expectativas puestas en la humana, JoJo y estaba deseando sentarme a la mesa a disfrutar de la velada aunque Lawrence nos ha insistido que vigilemos desde el sigilo. 

Buenas noches también a ti Eris. 

Notas de juego

Mesa 1 Mesa 2 Mesa 3 Mesa 4 Mesa 5
 Morgaine    Jerome    Leonardo
 Julia   Helena    Alice
Jeremiah   Christopher    
Lavonne   Constance    Antoine
Alan        Trisha
Sebastian     Roger   
      Eris Jane
      Caroline  
Cargando editor
19/12/2017, 10:59
Nigel Porter

He insistido mucho en la unidad de mi capilla. últimamente están habiendo muchas desavenencias y eso es algo que no me gusta, no deseo estar en el punto de mira del consejo de antiguos, no voy a tolerar la indisciplina. Loui ha venido sin su chiquilla, puedo ver la recriminación en la cara de Lucille que si está acompañada por Xavier, pero hoy no toleraré más hostilidades. 

Estoy deseando ver a la jovencita, Marcel la tiene prácticamente recluída en su casa, pero debe de entender que ella tiene una obligación con su clan y su capilla. Miro a Sebastian y le doy una palmada en el hombro antes de subir la pasarela y encontrarme con JoJo Baker, una leyenda de Nueva Orleans, dentro de unos años desvancará a la mismisima Marie Laveau. 

Buenas noches señorita. Cojo su mano y la acaricio suavemente con la otra antes de besarla. ¿Disponemos de alguna mesa para mi familia?

Notas de juego

Mesa 1 Mesa 2 Mesa 3 Mesa 4 Mesa 5
 Morgaine  Nigel  Jerome    Leonardo
 Julia  Sebastian Helena    Alice
Jeremiah  Loui Christopher    
Lavonne  Lucille Constance    Antoine
Alan  Xavier      Trisha
Sebastian     Roger   
      Eris Jane
      Caroline  
Cargando editor
19/12/2017, 11:13
Jake Almerson

Odio las putas cenas de gente estirada, sobre todo los putos extranjeros que vienen aquí y parece que van bailando de un puto lado al otro. Si, es Jazz, si, la calle esta jodidamente llena de putos borrachos de mierda. Si no fuera porque como un banquete de jodidos gilipollas odiaría el carnaval. 

Y encima las putas fiestas, con la panda de gilipollas. Joder, voy a entrar sentarme en una puta esquina y rezar, si es que se hacer eso, porque a algún estirado de mierda la cague y pueda darme el gusto de sacarlo a patadas y tirarme a la zorra que le acompaña. Siempre al servicio del  príncipe y las tradiciones y bla, bla, bla. ¿Dónde hostias está Dutch?

Miro de arriba a abajo a la putilla que el príncipe ha colocado para recibirnos, joder con JoJo, yo sí que quiero que me recibas nena. Luego la buscaré. 

Notas de juego

Mesa 1 Mesa 2 Mesa 3 Mesa 4 Mesa 5
 Morgaine  Nigel  Jerome    Leonardo
 Julia  Sebastian Helena    Alice
Jeremiah  Loui Christopher    
Lavonne  Lucille Constance    Antoine
Alan  Xavier   Jake  Trisha
Sebastian     Roger   
      Eris Jane
      Caroline  
Cargando editor
19/12/2017, 12:04
Angélica Blake
Sólo para el director

 

- Tiradas (2)

Motivo: Reserva de sangre

Dificultad: 2

Tirada (1 dados): 4

Éxitos: 1

Motivo: Apariencia + subterfugio

Dificultad: 6

Tirada (5 dados): 1, 1, 1, 6, 5

Éxitos: -2 Fallo

Notas de juego

Dires!! No sé qué hacer con esta tirada XD Ustedes me dirán qué pasa con esas 2 pifias XDD

Cargando editor
19/12/2017, 12:45

Notas de juego

Un d10 por favor.

Cargando editor
19/12/2017, 12:46
Angélica Blake
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: pedido del máster

Dificultad: 2

Tirada (1 dados): 2

Éxitos: 1

Notas de juego

A tu servicio!

Cargando editor
19/12/2017, 12:53
Shane Saunière

Agradezco el permiso de la exótica criada del príncipe. Sin duda la dama no pasa desapercibida, su piel es tan característica que no se perderá entre la multitud. Al príncipe debe gustarle tener a sus cachorritas bien controladas.

- Le agradezco el gesto, Mademoiselle. Sois muy amable. - digo con una sonrisa. Tratando de no mirar su escote ni la vertigionsa figura que su cuerpo traza con ese vestido.

Voy a pasar cuando me percato de una posible indiscreción en la etiqueta. Me detengo y me giro.
- Oh, disculpe... soy un poco olvidadizo y como no quiero causar problemas me gustaría dejarle al cuidado de mi mascota.

Supongo que este precioso barco será una propiedad del Príncipe, y quiero que sepa que no vengo más que a presentar mis respetos... - digo mientras meto la mano dentro de mi pantalón para sacar del final de mi espalda un abultado artefacto.

Es una Smith & Wesson 500, una maravilla. Dicen que es el revólver de serie más potente del mundo. Emplea balas de 12,7 mm. Como si cualquier cosa capaz de meter un pepino como ese no fuera digno de mención. La deposito en sus manos como quien deja un cachorrito al cuidado de otra persona.

- Lo último que querría es ponerla a usted en un apuro por pasar este tipo de menudeces. Volveré a por ella cuando termine la fiesta, así que trátela bien. - digo guiñándole un ojo antes de irme

Por suerte, ya no necesito este tipo de armas para matar si tengo problemas. Pero siempre es bueno que perciban una buena predisposición ¿no?

Entro en el barco y me paseo de forma lenta entre las sombras de los pasillos exteriores.
Llego hasta la sala, analizando la "fauna" local. Pero decido quedarme en el exterior.
Los guapos y elegantes se juntan como siempre, los usurpadores, los raritos... Trato de contener una carcajada. Si esto fuese un instituto medio americano estaría viendo a las animadoras, a los nerds y a los góticos.
No niego que alguna de las hermosas criaturas llama poderosamente mi atención y me entran ganas de ir a arrancar uno de esos vestidos con los dientes. Pero calma Shane, todo llegará.
De momento me apoyo en una de las columnas cruzándome de brazos, mi presencia no era esperada y no quiero robarle el asiento a nadie.
Si cuando llegue el príncipe queda algún asiento vacío puede que lo ocupe.

Cargando editor
19/12/2017, 13:40
-Narrador-

Angélica, esta vez vamos a ser buenos pero en las reglas especifica que debes precisar la zona de caza para aplicar los modificadores. Vamos a interpretar que estas en el barrio francés, porque en bayou te hubieran comido los lupinos... XD.

Notas de juego

Ups, I did it again: Tu víctima flipa durante el Beso, y quiere más, por lo que te va a buscar en adelante.

Describe por favor tu encuentro y "tu víctima" con precisión

Cargando editor
19/12/2017, 14:10
Caroline

La aparición de Eris es como un faro en la niebla tensa que amenaza ser esta noche, un alivio al pulso alterado  (o lo que tendría en su lugar) de Caroline. Esa pequeña… su presencia es de las pocas que pueden sacarle una breve sonrisa, y por eso es que relaja un tanto los hombros cuando se llega a su lado, devolviendo el abrazo con sinceridad e incluso uno de los besos en la mejilla, acompañado por una leve caricia a su costado.

-Querida, solo son trapos viejos… +descarta el cumplido, pero ladeando la cabeza a un costado para mirar por un momento su reflejo en una de las copas de la mesa, con ojos ligeramente obnubilados+ Los lucia mucho mejor hace años.

Encoje los hombros y regresa a mirarla, estudiándola con atención. Esa delgada pero atractiva figura, y la carita angelical con tantas cosas detrás… Noches como esta pueden hacer que una envidie el escapismo de la locura.

-Tu sí eres un encanto, aunque lo serias aún vestida con el abrigo de un vagabundo. ¿Dónde has estado?

Antes de responder, sin embargo, se presenta alguien más a nuestra mesa. La rigidez en la espalda vuelve, aunque no se va la sonrisa, incluso ante un rostro como ese. Los buenos hombres son extraordinariamente raros en estas noches, lo suficiente para que cuestionar su apariencia sea cosa del pasado. Asiente a su consejo lentamente.

-Comprendo, aunque preferiría que directamente no se me note a mí…+replica Caroline suavemente, para luego agachar ligeramente la cabeza en una reverencia+ Buenas noches, Roger. Es bueno verlo aquí.

Ciertamente las cosas pintan mucho mejor ahora y el ambiente ya no se siente tan opresivo. Lo suficiente como para no temer demasiado al cuarto que se nos une, pero sí saludarlo con un pequeño gesto de reconocimiento. Algo de modales debía de tener, por encima de los nervios.