Partida Rol por web

-Pero... pero... las cosas no se quitan a otros niños, se comparten.- digo mirando a Gari como si algo se me escapase -y un profesor no puede pegar a los niños. Papá decía que eso estaba prohibido.-

Dejo de comer mirando a mis compañeros. No puede ser lo que están contando. Esas cosas no pasan. Al menos cuando papá y mamá vivían no.

Bajo la mirada hacia el plato, cogiendo el tenedor. Como despacio, sin apartar la vista de la comida. No quiero estar en este sitio, no me gusta que peguen a los niños, ni que estos sean malos, ni que los profesores tengan la cara torcida.

Miro la comida con tristeza, tengo hambre pero no tengo ganas de comer.- A los niños los protegen sus papas.... yo tengo a Gol para cuidarme pero me parece que no vamos a tener a nadie mas de nuestro lado... Creo que es buena idea cuidarnos entre nosotros pero no se como lo haria si tuviera que defenderos, no se pelear ni nada....

Miro a la niña del gorro...esta claro que aun no se cree que no tiene a nadie y que piensa que su vida no ha desaparecido. Cuando antes se crea que todo se termino, antes podrá afrontar lo que nos viene encima. Aun asi, no se ni como empezar a decírselo. Yo nunca he conocido a mis padres, así que no se por lo que esta pasando.

Luego la ojazos azules dice que no tiene forma de defendernos, cosa que es normal.

Es fácil...si uno de los otros trata de pegaros salís corriendo y me buscáis. Si es uno de los profesores y hay mas chicos, tratáis de pasar desapercibidas...luego recuerdo la forma en que nos miro el tipo de la comida y reprimo un escalofrió...me parece que aquí es a los adultos a quien habrá que temer. Lo mas importante es no hacerse notar.

Tras un momento de silencio, acaricio la cabeza a Marta y le pregunto. Esta buena la comida Marta?.

La niña de nombre Marta me gusta cada vez menos, contra mas atenciones les da el niño peor me cae. No entiendo porque es pero me dan ganas de ponerle el plato de sombrero. No lo hago, solo como despacio, tal como me han pedido sin llamar la atencion.

- ¿Por que no nos escapamos?.- pregunto muy bajito.- Seguro que podriamos arreglarnoslas sin mayores...

 Marta asiente a Garikoitz, visiblemente contenta con las atenciones y termina su comida a ritmo tranquilo. Evita, parece, contribuir a la conversación, a si debéis ayudaros o no, a si tenéis que protegeros y demás. Pero ante la última frase de Raquel, pregunta en el mismo tono bajo de voz:

- Y d-dime, ¿c-cómo esperas salir ad-delante sin mayores? - su cara parece realmente apenada al preguntarlo.

Al principio miro a Raquel como si estuviese loca. Sólo al principio.

-Si que podemos irnos. Si conseguimos llegar hasta Vigo, allí está el piso de mis padres. Nos podemos quedar allí. Las chicas podeis dormir en mi cuarto¡, y Gari en el despacho de mamá. Así no tendremos que ver a los señores de la cara torcida. Y en mi cole no hay niños malos qiue pegan.- digo alegre.

A lo mejor si hay una forma de salir de ese sitio horrible.

Les escucho incrédulo. Esta claro que no saben de lo que hablan.

Oid, chicas...no podemos hacer eso. Ahí fuera las cosas no están bien. Los mayores...no son buenos con los niños que están solos. Creedme por favor. Siento un escalofrió al recordar que a punto estuve de caer en manos de un mal hombre. Si no hubiera sido por la policía... La mejor forma de salir de aquí es que seáis un cielo con las parejas que vengan a ver los niños. Raquel como es muy mona, rubia con ojos azules creo que saldrá pronto de aquí...a los padres les gustan que sean como ella. El resto tendremos que ir titando me temo...

Al hablar de Raquel la miro, y me siento un poco sorprendido al ver la cara con la que nos mira a Marta y a mi. Me pregunto que le habré echo a la niña...sera por la pregunta que hice sobre el perro?.

Bajo de nuevo la vista hacia la comida.

-La asistenta social dijo que era muy mayor, que nadie me iba a querer. Se lo decía a la enfermera, pero yo la escuché. Porque decía que era mayor, y demasiado lista, y me falta un dedo.- digo levantando la mano derecha para que los otros niños vean mi mutiliación - si no me escapo, nunca voy a poder salir de aquí. Bueno, nunca, nunca no. Pero si faltan mucho años-

Intento contener las lágrimas. Este sitio es un asco, no tengo mis cosas, y los profesores son horribles. Además, dicen que los niños nos pegarán.

Suspiro para mis adentros. Las niñas siempre son difíciles y les preocupan cosas como salir de el orfanato. Supongo que los niños estamos mas acostumbrados a quedarnos en el. A las niñas las escogen mucho antes.

No te pongas triste, Amanda...aunque no nos adopten nos pueden llevar a una casa de acogida, o a un hogar de fin de semana que es mucho mejor que esto. Ademas, con un dedo menos seguro que tienes mas puntos para salir que yo, que soy un revoltoso según los profesores. Estiro la mano y tomo la mano mala de Amanda unos segundos apretándosela antes de soltarla, sonriendole con mi habitual picardea.

Si podemos vivir sin mayores, mogi viva solo en la selva con animales y tarzan de pequeño tambien asi que solo tendriamos que ir a un bosque. Alli no nos encontrarias, montamos una casita en un arbol y podemos comer cosas del bosque... no necesitamos a los adultos.- digo en tono bajo cada vez mas apenada.- Yo no quiero otra mama, si no tengo a la mia no quiero a otra que finja serlo... la mayoria quieren que olvides a tus papas de verdad, quieren que las llamas "mama" a ellas que no lo son... no quiero eso... no duro nada con otras familias y este sitio no me gusta. Yo me escapare con vosotros o sola, en cuento se me ocurra como.

-Bueno, a mi, tener otros papás me parece mejor que estar sola aquí. Este sitio es horrible. Pero a mi nadie me va a querer.- digo encogiéndome de hombros - por eso creo que es mejor fugarse.-

Empiezo a pensar en el mejor plan de escape.

-Necesitamos dinero. Pero el mío está en el banco. Papá lo llevó a un sitio que se llama Cartilla. Y creo que no puedes sacar nada de Cartilla sin permiso de mayores. Y no creo que nos den paga.-

Marta os mira con ojos sorprendidos, incrédula.

- Pero... pero... sí que necesitamos a los mayores. ¿Dónde viviréis? En la selva hay cuevas y lobos buenos, pero en la ciudad sólo hay viejos malos y coches. Y... - su voz no ha temblado, no ha dudado; sus ojos brillan, en cambio, un poco húmedos - ¡e incluso a los mayores les pasan cosas malas! Y... entonces sangran. Y... y mueren.

La chiquilla empieza a lloriquear con la cabeza hundida entre los brazos.

Suspiro mientras miro al techo al escuchar lo que dicen las dos niñas. Lo que comentan tan tranquilamente es una locura. Salir ahí fuera sin mayores que te ayuden es una mala idea.

Chicas...chicas...no creo que sea una buena idea. Ni siquiera sabemos en donde estamos y yo no he salido apenas de los orfanatos. No tenemos dinero ni sitio al que ir, y en cuanto nos marchemos irán detrás de nosotros. Es como en las películas de prisioneros que se ven en la tele. Las fugas no les salen bien a los adultos. A nosotros nos saldrán mucho peor.

No me gusta ser un aguafiestas y menos en un momento en el que parecíamos comenzar a llevarnos bien. Marta parece tener una opinión parecida a la mía, y esta claro que ha visto algo muy malo. Tratando de animarle le abrazo con cuidado y le acerco a mi mientras le susurro cariñosamente.

No pasa nada Marta...estas ahora entre amigos.

- Cobardes.- pienso para mi enfurruñandome.- Me tendre que ir sola con Gol... casi lo prefiero a irme con esa niña llorica que tiene miedo a todo.

- Algun dia tendremos que empezar la vida solos ¿No? y mucha gente vive sola y no le pasa nada.- gruño

Miro a los tres un poco confusa, intentando organizar mis ideas.

-Ya está, buscaremos la forma de tener dinnero y, entonces, nos iremos a mi casa. Hay sitio para todos. Seguro que no tardamos mucho.-

Con el dilema ya resuelto, me acabo la cena con una sonrisa. Seguro que ahora todo saldrá bien. Tengo la linterna, amigos, y una forma de salir de aquí. ¿Qué más da un dedo de menos?.

Prefiero callar mientras esas dos pánfilas siguen imaginando que en el mundo los buenos son siempre los que ganas y que a las buenas personas no les pasa nada malo...parecen haber olvidado el sitio en el que están. Si no recuerdo mal, en mi antiguo orfanato se fugaron 5 chicos... y al único que no pillaron en menos de una semana fue a uno de 16 años del que nunca se volvió a saber.

Me concentro el resto de la cena en lograr que Marta se tranquilice y cene algo mas, comiendo yo también mi parte.

La cena transcurre sin mayor problema. Cuando todos habéis terminado, el hombre de la sonrisa exagerada llama la atención dando un par de palmadas.

- Venga, chavales. A vuestras habitaciones, que en una hora se apagan las luces. Y dormid mucho, que mañana tendréis clase a primera hora. ¡Venga, venga, panda de vagos! ¡Para cama de una vez!

Los niños empiezan a ir hacia sus respectivas habitaciones, Marta deja su plato vacío en el carrito que hay entre las mesas y os mira unos instantes mientras recogéis.

Sigo a Marta hasta el carrito y dejo mi plato en el. Realmente la comida no ha estado mal...viendo el lugar y a quienes se encargan de el, me había temido algo mucho peor.

Me quedo junto a Marta, apoyando levemente la mano en su hombro mientras espero por mis compañeras de cuarto. Si algo mas me ha llamado la atención, es la falta de interés de los demás niños por nosotros los nuevos...es como si no existiéramos.

Cuando Amanda y Raquel se acercan con sus platos hago una mueca de desagrado.

Habéis oído?...mañana con clases ya. Si algo no hecho en falta fueron las clases.

Meto el plato en el carrito y me adelanto a mis compañeros. No me apetece tener a la niña rara todo el rato detras, menos cuando parece tan amiga de "Gari" Cada vez me cae peor esa niña, oculta algo, es rara y parece que los demas no la ven.

Cuando entrais en la habitación, pese a tener las luces encendidas, todo parece un poco más tétrico, más lúgubre. Se acerca la noche. Al otro lado de la ventana la lluvia parece haber amainado pero los charcos en el suelo son prueba de la inclemente tromba de agua que se ha prolongado hasta hace escasos minutos.

La luz tiembla, parpadea. Marta dirige su mirada asustada, casi decepcionada hacia la bombilla. Vuelve a parpadear.

- No, no, no... hoy no...

¡CLACK!

Un chasquido que resuena en todo el edificio da paso a la casi inexistente iluminacion que viene de un cielo atardecido y cubierto por negros nubarrones.

- Otra vez no - gimotea Marta.