Partida Rol por web

SOMBRA DE ROCÍO FELTON

A partir de la información de Rocío Felton, ambos irán construyendo algunos detalles sobre la Sombra. La construcción permanecerá en secreto para el jugador (así que pido al guía de la sombra especial atención con los destinatarios), pero por acá será la línea directa para preguntar sobre la vida del personaje.

Se supone que debo hacer preguntas inteligentes, pero eso es demasiado pedir... <_<

Hola, Potty. Me toca torturar a Rocío, y para eso necesito conocerla a fondo. Estas preguntas no tienen ninguna urgencia, podés responderlas cuando tengas tiempo. (Las coloco en un muy arbitrario orden de prioridad.)

Es una madre responsable y cariñosa. Sus dos hijos son lo primero en su mundo y da todo de si misma para que a ellos no les falte nada. 

La maternidad, además de luminosa, tiene su lado oscuro, su propia sombra. Una madre "responsable y cariñosa" es, en muchas ocasiones, una madre absorbente, sobreprotectora o manipuladora. En Rocío, ¿qué 'oscuridad' ves en ese rol?

Tiene parientes en Edimburgo. ¿Cuál es su relación con ellos? ¿Tiene amigos? ¿Sus padres viven? ¿Emigraron también?

La partida está ambientada en 1998. En ese momento Rocío tiene 35 años. Emigró a Escocia a los 23 años; ergo, en 1976, año nefasto en la historia argentina. Quizá no tenías en cuenta esa fecha, pero la dejo picando por si decidís utilizarla como algo relevante en la historia de Rocío. (*)

Por ahora, solo esto. Si tenés tiempo y ganas, preferiría que respondas a mis preguntas con un recuerdo, diálogo o, incluso, con la visión de algún personaje del entorno de Rocío.

Nos leemos.

veronick

Hola Veronick!!! antes que nada, te digo que me encanta y me aterra por igual que seas mi sombra XD Me quedé con ganas de leer más de vos en la partida de SamuelVimes... supongo que acá tendré para empacharme XD

Me gusta la idea de ir respondiendo con flashback o similares... me ayudará a conocer bien a Rocío a mí también XD Mañana empiezo (hoy estoy quemada, no se me cae una idea ni por casualidad) y no te preocupes por bombardearme todo lo que haga falta; como dije, me va a ayudar a mi también.

Sugiera tres arquetipos para la sombra de Rocío.

Miralo desde el otro lado. No mires los conceptos, sino lo que tú crees que será la sombra de Rocío... descríbela y quizás yo pueda ponerte algunos arquetipos que la enmarcan.

Mire Ud. <_<

Estaba segura que la respuesta a mi pregunta se encontraba en la ficha de Rocío, casi como una inecuación condicional (¿Veronick usando términos matemáticos? o_O), pero que mi ineptitud (o negación) para con las reglas me lo impedía visualizar.

Entonces... ¿Puedo interpretar libremente cómo será la sombra? ¿Los 'condicionantes' dados por la psique son más 'técnicos'? Digamos, ¿más atinentes a la confección de la ficha?

Sí y no. Hay cosas que serán técnicas (como la Angustia inicial) y cosas que no.

El arquetipo suele hacer de... esqueleto de la sombra, tu miras y decides que tipo de personalidad correspondería a la parte del odio hacia ella misma como Rocío. ¿Un reflejo de ella misma como madre sobreprotectora? ¿La voz de William burlándose y recriminándole por todo? ¿La voz de sus pequeños torturándole? ¿La voz de ella misma, cargada de resentimiento y deseos de venganza? Y luego, el arquetipo vendrá en una palabra.

Luego las Pasiones las decides de forma similar, puedes negar las pasiones de ella o puedes crear pasiones nuevas que expresen el lado negativo de Rocío, o hacer ambas cosas (yo creo que lo mejor son estas dos últimas cosas)

Y lo demás es usar puntos y hacer matemáticas para los poderes y esas cosas.

22 de junio del '86 - En un bar de Edimburgo.

-Nooooooooooooooooo! eso fue mano! referi!- Ese árbitro está comprado!- Anulación!

-Gol... gol! goooooool!-

-Shhhhhssss, Rocío, cállate por favor... no hagas más escándalo o tendremos problemas- mientras el bar se venía abajo entre insultos y protestas contra el referi del partido del famoso gol de Maradona, Rocío Felton lucía una ancha sonrisa al tiempo que le sacaba la lengua a su primo Stan y acataba el consejo de su novia.

Hacía poco más de un mes que estaba en Edimburgo y la relación con sus primos era excelente. Stan, un chico dos años mayor que ella, a punto de casarse, era fanático del fútbol, pasión que compartía con la argentina. Por eso habían seguido el mundial codo a codo y habían realizado apuestas en torno a aquel cuarto de final. Y la suerte parecía sonreír a la argentina.

De muy buen humor, llamó al cantinero y pidió una nueva ronda para la mesa. Luego del partido irían a cenar a la casa de los padres de Stan. También estarían allí Martha y Lucy, las hermanas menores de Stan que se encontraban en la ciudad por vacaciones ya que ambas estudiaban en Londres. Sería una buena velada.

-Primo, espero que estés preparándote para pagar tu apuesta- lanzó la pulla con sorna. -Calla mujer, esto aún tiene un tiempo por delante. Y ese gol no debieron darlo por válido y lo sabes! -Ohhhhh, creo que estoy oyendo a un mal perdedor... mira!!! Vamos Diego, sí... síiiiii, síiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!! goooooooooool!- el segundo gol, el que más tarde habría sido apodado como el gol del siglo llegaba al tiempo que la ronda de cervezas. Todos a su alrededor se habían quedado callados. El odio en la mirada de los demás concurrentes del bar podía palparse en el aire. Incluso Stan se veía muy molesto. Molly, su novia lo tomó del brazo y le susurró palabras dulces que apenas pudieron mitigar su mal ceño. -Deberíamos irnos- dijo luego para ambos. -Pero la cerveza... y el partido...

-Vamos, en serio. Stan, Rocío... vayámonos de aquí. Terminaremos de ver el partido en mi casa. Podrían originarse disturbios... por un estúpido juego- su voz estaba cargada de desagrado. A Molly no le gustaba el fútbol y no podía entender la pasión que ese deporte podía llegar a desatar. Pero por sobre todo, no quería terminar en medio de una pelea de bar porque Inglaterra se quedaba fuera del mundial.

-Ok vamos. -Sí, vamos ya- ambos claudicaron a la vez. -Pero recuerda... me debes 20 libras...

-El partido aún no termina!!!

Mientras la chica seguía molestando a su primo, los tres salieron de aquel lugar, en busca de un sitio más tranquilo para terminar de ver el partido de fútbol y luego prepararse para la cena familiar.

Riiiing... riiiiing... riiiing.... -Hola? Ah, sí... hola... sí, ellos están bien... Ok... a las 9? como que a las 9? habíamos quedado en que pasabas a las 7. Tenía planes ya... ¡Maldita! sea... No me digas como debo comportarme... sí, están aquí, siempre están aquí!... William... haz lo que quieras- click.

Rocío miró a los niños que apenas se habían percatado de la conversación que había mantenido con su ex-esposo. A pesar de su enojo, había tratado de mantenerla en voz baja, para no alarmarlos y sus cuidados habían dado sus frutos. Ellos seguían concentrados en sus tareas, sin notar el malestar que la embargaba.

Aquel día tenía una cita. La primera desde el divorcio. Y debería suspenderla. Suspirando profundamente volvió a tomar el teléfono.

Tuuuuuut... tuuuuuuut... tuuu -Hola Julian. Soy yo, Rocío... bien... no, en realidad no estoy bien, pero no importa... Oye, no podremos salir hoy. No, mi ex tuvo un problema, no hay quien pueda cuidar a los niños... Gracias por comprender... Sí, luego en la semana arreglamos... Nos vemos el lunes. Adios.

Julian Blake daba clases en la misma escuela que ella. De casi cuarenta años, bien parecido y soltero, había empezado a coquetear con la argentina en los recreos desde hacía uno o dos meses. Rocío, al principio no lo había tomado en serio, pero ante la insistencia en el tiempo, había comenzado a abrirse a él y descubrir que le gustaba. Esa noche iban a salir, antes de que su ex-esposo le avisara que por motivos laborales, recogería a los niños dos horas más tarde de lo previsto.

Siempre igual, se dijo. Mientras estuve con él, no tuve vida. Todo mi tiempo lo dediqué a la casa, y a la crianza de los niños. Su mirada, endurecida por el enojo y la impotencia, se posó en ellos. Ahora que ya no está aquí, sigo igual, siempre esclava, siempre teniendo que anteponer a los demás por sobre mí. Y todo con buena cara... ¿Por qué? ¿Por qué a mí?

-Ma, cuanto falta para que venga papá?- la voz del pequeño Patrick la sacó de sus cavilaciones.

-Mucho. Su padre tuvo un problema. No podrá recogerlos antes de las nueve- su voz sonó tajante. No podía reprimir su malestar.

-¿Entonces nos llevarás tú al cine? Porque íbamos a ir a ver una película antes de cenar...-No habrá película hoy Patrick. Y más vale que termines tus tareas. -Pero ma... -Shhhh, Pat, no insistas- su hermano intervino en voz baja. Patrick era muy pequeño para entender que le sucedía a su madre, pero Marc era capaz de ver lo agobiada que se sentía.

Es egoista, lo sé. De un portazo salió al lavadero a fumar un cigarrillo. Nunca fumaba delante de los niños. Ni siquiera podía permitirse eso. Pero... como sería mi vida si ellos no hubieran nacido? si nunca me hubiera cruzado con Williams, si nunca hubiera venido a este estúpido país... Su estómago se revolvió y una punzada de culpabilidad la asaltó de golpe.

Calla mujer, deja de pensar así, son tus hijos, la luz de tus ojos... Sin ellos no sería nada.

Sin embargo, muy en el fondo, la duda persistió. Ese era un "y sí" de su pasado que nunca terminaría de cerrar.

Interesante. <_<
Creo que el Quelonio deberá guiarme hacia la oscuridad. Percibo varios y tortuosas bifurcaciones en el camino...
Otras preguntas:
—¿Cómo era (y/o es) la relación con sus padres?
—Es docente, se me ocurren muchas preguntas, pero dejo en tus manos que bosquejes sus deseos y frustraciones con respecto a su trabajo.
—En Edimburgo tiene a sus abuelos, primos, ¿amigos? ¿No hizo amigos en su trabajo, en el barrio o...?

Por facilidad de Potty (para evitar que tenga que redactar taanto), también puedes usar respuestas en personal :), como si Veronick estuviese entrevistando a Rocío.

En cuanto a la pregunta de introducir recuerdos, sí, en la medida que ella esté de acuerdo, yo suelo manipular muy poco la historia de los personajes (a menos que tenga que), pero bien podrías concertar con ella por aquí antes de introducir un recuerdo particular, le comentas como va enfocado y lo desarrollas al momento de hacerlo.

Después de todo, el personaje es de Potty.

Por mi parte no hay problema en que introduzcas recuerdos. Lo único que pido es que me des la pauta de como pensás que debía afectar a Rocío (cosa de poder rolearlo como si realmente estuviera enfrentando un recuerdo arraigado y no un flash que podría haberle llegado como si fuera amnésica XD)

Por facilidad de Potty (para evitar que tenga que redactar taanto), también puedes usar respuestas en personal :), como si Veronick estuviese entrevistando a Rocío.

Esto me ayudará bastante en esta etapa... me hubiera gustado poder escribir más y mejor (y antes), pero he sufrido una semana desgastante en el trabajo que me secó la creatividad >__<

Bueno a ver si puedo responder un poco más. Lo que falta de la ficha lo dejo para mañana porque hoy tengo una cena en dentro de dos horas y no creo que me de el tiempo :)

Rocío ingresó al despacho con nerviosismo. Hacía casi ocho años que no ejercía. Al casarse, su esposo le había pedido que dejara su trabajo y ella, como una idiota, había aceptado. Ahora que volvía a estar sola, tenía que ganarse la vida otra vez, así que no podía permitirse fallar en la entrevista.

En la oficina la aguardaba una mujer que rondaba los cincuenta años. Con amabilidad la invitó a sentarse y le ofreció un café que la chica aceptó más por cortesía que porque tuviera ganas de tomar uno.

-Muy bien señorita Felton, conversemos un poco sobre sus antecedentes.

Rocío comenzó a relatar su experiencia como docente en el país. A los tres meses de llegar de Argentina, la chica decidió que quería probar suerte allí. En su país las cosas no iban bien: hiperinflación, desórdenes sociales, poca salida laboral. Todo apuntaba a que, si regresaba vería su futuro muy negro. En cambio allí, había una oportunidad.

Su tía la contactó con un colegio privado, y consiguió algunas horas para empezar. Al año, ya contaba con una jornada completa y en la institución estaban satisfechos con su desempeño. Es que Rocío amaba las Letras y su pasión la transmitía en cada una de sus clases. Pero todo esto acabó a los dos meses de matrimonio, cuando ella presentó la renuncia por motivos personales.

-Muy interesante. He hablado con el antiguo director del instituto donde trabajó y me ha dado muy buenas referencias de usted. Se ve que aún la recuerdan. Pero más allá de su currículum, me gustaría conocer sus motivaciones y por qué cree que será buena para enseñar en esta escuela, Rocío.

Necesito el trabajo, se dijo a sí misma. Mis hijos tienen que comer. Pero esa no era una respuesta adecuada. Tomó la taza de café para ganar tiempo y recordar como se sentía diez años atrás, cuando había comenzado a enseñar, y tirando de esa emoción fue que respondió.

-La literatura es mi gran pasión. Desde pequeña me ha gustado leer y escribir; he tenido mi veta de poeta y también de erudita. Pero realmente me di cuenta de cuanto amaba las letras el primer día que me pare frente a una clase. Poder transmitirle a los alumnos la importancia de las palabras, de lo que se puede lograr con ella, de la belleza que encierran... ello es lo que me motiva para enseñar, eso es lo que me empuja a querer transmitir lo poco que sé. Porque soy consciente que aunque tenga una carrera universitaria, el aprendizaje continúa toda la vida, y más en un campo tan amplio y tan rico como lo es la Literatura.

Sé que encajaré en esta institución porque mis valores como persona elevan la educación por encima de lo demás. Mi misión frente a una clase, más allá del tipo de Literatura que dicte, es enseñar a los chicos a buscar el poder que encierran los libros y cómo a través de las palabras, pueden llegar a cambiar el mundo.

-Vaya señorita, que ímpetu. Ahora comprendo por qué el antiguo director la recordaba con tanto aprecio. Muy bien, dígame qué métodos utiliza habitualmente para enseñar y si tiene pensada una currícula para un ciclo lectivo.

Rocío extrajo unos papeles de una carpeta que llevaba consigo con el programa que había diseñado y comenzó a explicarlo punto por punto, haciendo énfasis en teorías pedagógicas que había utilizado con anterioridad y su aplicación en la enseñanza de su materia.

La entrevista siguió su curso con naturalidad. Al salir de aquel despacho, la mujer tenía la seguridad de que le darían el empleo. Sin embargo, no todo eran rosas para ella. Había callado sus miedos, sus frustraciones. No era la misma joven idealista de diez años atrás. Su dura separación y la constante preocupación de tener que ocuparse de sus hijos y su bien estar la habían vuelto una persona recelosa y desconfiada y temía que lo que había mostrado en ese despacho hubiera sido tan solo un personaje, un eco del pasado.

Paso a paso mujer. Has hecho lo que debías. Si consigues el empleo, tendrás un problema menos de qué ocuparte.

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Dos años más tarde.

-Rocío, ¿que sucede?- una mujer de su edad, rubia y de cara redonda, un poco entrada en carnes se acercó hasta donde se encontraba la Felton, fumando un cigarrillo y mirando a la nada, en medio de un descanso entre horas.

-No lo se Mary... siento que no estoy llegando a mis chicos y eso me preocupa. Cada vez es más difícil encontrar que se interesen por aprender. ¿Será que he quedado anacrónica?

Hacía un semestre que Rocío no se sentía a gusto con su clase. El cansancio del doble empleo, la tensión de llegar con lo justo a fin de mes, el tener que ir y venir en su escaso tiempo libre con cuestiones de los niños estaban haciendo mella en su ánimo.

Había comenzado aquel trabajo con ilusión a la vez que con temor. Ahora simplemente lo llevaba como una rutina. Sabía que todavía era buena enseñando. Sus porcentajes de aprobados estaban entre los más altos y ella no era una profesora benevolente. Sin embargo, ya no sentía la misma pasión que al comienzo de su carrera; y que los adolescentes tuvieran cada vez menos límites y mostraran más desidia tampoco ayudaban a incentivarla.

-Pero... que dices? si hasta hace poco estabas orgullosa del buen nivel de tu curso, y las notas lo reflejan... no seas tonta.

-No es eso... si bien todavía responden, estos niños no se parecen en nada a los de hace diez años. Estos son contestatarios e irresponsables. Conmigo van bien, sí... pero he visto lo que sucede en otras materias y no se puede decir que los demás maestros no pongan empeño... cada vez son más difíciles de tratar.

La mujer terminó su cigarrillo y lo apagó. Juntó la colilla para tirarla en un cesto de basura he hizo un gesto a su compañera para que la siguiera.

-Ven, tomemos un café antes de que nos toque entrar a clases otra vez. No te preocupes por mí, creo que hoy tengo un día malo-. Sonrió e ingresó al edificio otra vez. Sin embargo, por dentro se sentía igual, vacía y sin motivación. Tal vez la docencia no fuera su verdadera vocación.

Quelonio, ando algo escasa de tiempo en esta semana. Recién me pondré con la ficha de mi sombra la próxima semana, pero sospecho que eso no perjudica al inicio de la partida, ¿no?

Si es imprescindible que la termine ya, veo de hacerme un hueco. >.<

Claro, tienes hasta antes de que la mate. Así que sí, no perjudica la partida, es la idea. El último retoque a las sombras lo harán mientras ven interactuar al personaje un poco :)

Comenzarás con tres puntos de Angustia Pemanente.

Estaré al pendiente pues :)

Estimado quelonio, no me olvidé de la partida, peeeeero... Si antes estaba liada; ahora, estoy jodida. Un tornado asomó su nariz por estos lares, destruyó lo que encontró a su paso y se topó con parte de mi tejado. Además, estoy sin agua, luz, teléfono ni internet hace ya... cinco días. <_<

Ahora estoy metida en las reparaciones y a la espera de que se restablezcan los servicios. Aún así, para el fin de semana intentaré hacer la ficha y subir algunos borradores para que los destripes.

Nos leemos.

Vaya, que tú lo que tienes es una increíble mala racha. ¿Has pensado en ofrecerle sacrificios a cuanta deidad exista, no vaya a ser que alguna te escuche y te quite la mala fortuna que ha caído sobre ti?

No te preocupes, ocúpate de lo primero y luego ya volverás. Si algo, yo uso mis superpoderes de tortugo para hacer frente a tu ausencia.