Partida Rol por web

Ocaso

6. Apache (amanecer)

Cargando editor
28/08/2015, 10:01
Director

Los indios continúan mirándoos impasibles, sus rifles no se mueven ni un ápice. Dos de ellos se apartan y de en medio aparece un hombrecito.

Es un viejo, y aunque su piel está casi tan morena como la de los indios, es evidente que se trata de un hombre blanco. Viste un maltrecho uniforme del ejército Confederado que está hecho jirones.

Con las manos en alto, viene andando poco a poco hasta quedarse a medio camino. Su sonrisa saca a relucir los pocos dientes negros que le quedan y bajo la chaqueta militar, asoma un revolver.

Os saluda con una voz estridente.

Cargando editor
28/08/2015, 10:02
Clem

¡Saludos matutinos! Aquí mis amigos quieren que ustedes sepan que no tienen intención de haceros daño. Pero también quieren que os diga, señorías, que no están muy preocupados por si hay que derramar algo de sangre antes del mediodía. Me alegro en que estemos de acuerdo en tomar todo esto con calma. Oh, sí.

Mi nombre es Clem, y llevo con estos Apache desde que finalizó la Guerra. Hoy no venimos a negociar mercancías, aunque acepto encantado esa botella de wiskhy como símbolo de buena voluntad.

El hombre se queda mirando al cielo unos segundos, aunque aparentemente no hay nada.

Luego se sopla los mocos con un pañuelo y continúa.

Llevo ya unos cuantos años viviendo con ellos, y les puedo asegurar que el ataque que han sufrido esta noche, ustedes señores, les ha inquietado mucho.

Ellos dicen que lo que ha ocurrido con esos lobos forma parte de una serie de cosas terribles que están sucediendo aquí en las llanuras.

Sus enemigos son sus enemigos, dicen – Clem se queda pensando en lo que acaba de decir, pero continua - quieren saber si seria de su voluntad el volver con ellos hasta su campamento, y hablar allí con el Hombre de las Medicinas.

Si están ustedes de acuerdo, claro – dice con una gran e inquietante sonrisa.

Cargando editor
01/09/2015, 07:56
Bruce Coulon

Bajo el rifle y tras mirar a mis compañeros me adelanto unos pasos. Al llegar a la altura de Clem realizo el saludo militar.

-Ex-coronel Bruce Coulo del ejército confederado del Sur. Me es muy grato poder ver a un viejo compañero de armas, aunque es muy posible que sirviésemos en diferentes regimientos. -Extiendo la mano para estrechársela-

Miro a los indios

-Estamos aquí persiguiendo a un posible asesino, y lo que usted nos dice sobre los lobos, bueno, no negaré que ha sido un ataque un tanto...extraño. Asimismo hemos vivido y encontrado durante nuestro viaje un par de situaciones e indicios un tanto extraños. No digo que haya algo de sobrenatural en todo esto, eso se lo dejo para el predicador -le señalo con la mano- pero si al menos curiosos.

-Durante el ataque perdimos parte de nuestros caballos y otro quedó malherido, uno de nuestros hombres, el ayudante del sheriff no sobrevivió y tenemos a ese jovenzuelo malherido. No puedo hablar en nombre de mis compañeros, pero en mi opinión, yo aceptaría el ofrecimiento que nos dan. Ha habido guerra entre nuestros pueblos y que los indios nos consideren aliados ante...lo que sea, es algo a tener en cuenta, y no estamos en condiciones de seguir mucho más. Tal vez puedan ayudarnos en nuestra búsqueda y podamos crear un cierto entendimiento entre ambos pueblos.

No puedo creer que yo esté diciendo esto, debe de ser la calor y el cansancio que me han afectado

Me giro hacia mis compañeros -¿vosotros que decís?

Cargando editor
01/09/2015, 21:14
Jerry Willis

Esto se está volviendo muy extraño. Tal vez el ataque de lobos que hemos sufrido haya sido tan sólo una premonición de lo que vendría.

Sin embargo, un hombre que se hace llamar el "hombre de las medicinas" puede ser mi amigo ahora mismo.

Levanta como puede su brazo herido.

Voto ir con nuestros nuevos amigos.

Permanece con el brazo herido en alto.

Cargando editor
01/09/2015, 21:57
Allan Dewey

Aunque el predicador Dewey no confiaba demasiado en aquél ex-militar o en los aborigenes detrás de él entendia lógicamente que desestimar en estos momentos su oferta podría ser una sentencia de muerte en un lugar como ese ... por otro lado le parecía que si podían curar las heridas de Willis, bien valía el riesgo y por otro lado seguramente ellos conocían mejor estos leres que ellos, así que simplemente sonrió antes de responder:

" Hermano Clem, le agradecemos mucho su ayuda y con gusto aceptamos la oferta de sus amigos para ayudar al Joven Willis que se encuentra muy herido y a algunos de nosotros un poco menos, con pocas provisiones y sin una idea exacta de donde pueda estar la mina que usa el individuo que supuestamente asesinó a una pequeña niña del pueblo de Tombstone, desde donde hemos venido acompañando al ayudante del Sherif, quien murió como ya oyeron horas atrás por esos ... lobos, sin embargo atrás también vimos la diligencia del Pony Express volcada, cubierta de flechas y a sus conductores destrozados, sus amigos habrán tenido que ver con eso? "

Cargando editor
02/09/2015, 00:19
Ben Rumson

Ben deja escapar un suspiro de alivio... Parece que han logrado vivir un par de horas más... De nuevo.

—No hay queja por mi parte. Lo que sea con tal de fumar algo.— Dice, relajándose y bajando los brazos.

Es curioso que un confederado haya acabado con un grupo de Pieles Rojas, eso no lo va a negar, pero la conveniencia del momento es suficiente para convencerle de que se reserve las preguntas para otra ocasión. Quizás esos indios puedan curar a Lewis, pues son muy buenos con los caballos.

Cargando editor
08/09/2015, 00:38
Clem

Cuando Bruce se presenta como oficial del ejército Confederado, Clem se cuadra al instante.

- ¡A sus órdenes Coronel!

Se queda pensativo un instante y finalmente relaja su acartonada posición.

- Bueno, quizás no sea verdad en que vaya a cumplir sus órdenes, pero le aseguro que es un placer conocerlo Coronel Coulon – dice mientras acepta el apretón de manos de Bruce.

Coincidiendo con las palabras del predicador algunos de los indios levantan secas palabras en su idioma pero en seguida Clem interviene también en su lengua en un tono claramente apaciguador.

Dirigiéndose de nuevo hacia vosotros, el viejo hombrecillo continúa:

- Como ven, el idioma americano ya ha conquistado casi todo el Oeste, mejor no digan nada que les pueda ofender. Pero no le falta razón a usted, hombre de Diós. Según los exploradores indios alguien cometió unos terribles asesinatos y lo dejo todo preparado para que pareciera que fuese obra de los Apache.

Pero esto no les preocupa a ellos, ya odian a muerte a todos y cada uno de los hombres blancos. Una pequeña mentira, que además podría ser totalmente cierta, no les preocupa en absoluto.

Los motivos de su inquietud escapan a mi escasa inteligencia. Mi cabeza es como un bote de garbanzos en conserva: mejor dejarlo cerrado hasta que te haga falta de verdad.

Bueno, pues si me hacen el favor de acompañarme, iremos charlando de camino hacia el campamento Apache. Allí encontrarán una cosa de su agrado, ya lo verán.

Cargando editor
08/09/2015, 02:57
Allan Dewey

No muy convencido, de ir rodeados de indios, pero con la esperanza que Clem pueda ayudarles y que el enemigo en común les una temporalmente el predicador asienta y les sonríe apoyando la noción, preparandose para seguirlos mientras que rezaba por sus almas.

Cargando editor
10/09/2015, 15:11
Ben Rumson

Ben no tiene ninguna objeción. Al fin y al cabo, por la cuenta que les trae, más les vale no tenerla a ninguna. No tiene ganas de morir en un sitio como aquel, y menos antes de dar caza al asesino de la niña para vengar la muerte de Fox.

—Espero que tengan pipa de la paz...— Susurra para sus adentros, mientras sigue a la comitiva.

Cargando editor
17/09/2015, 11:56
Jerry Willis

Jerry sonríe al escuchar a Ben. Mantiene la cabeza gacha y sostiene el brazo herido por delante del pecho. Su prioridad en este momento es encontrar alguien que pueda curarlo.

Cargando editor
17/09/2015, 16:23
Director

El variopinto grupo que formáis ha ido avanzando en silencio. Los apache os han guiado, o más bien escoltado, en dirección norte. Durante la silenciosa travesía habéis visto de cerca a estos indígenas, cuyo semblante no invitaba a preguntar nada. La mayoría llevan coronas y collares de plumas, y también colgantes hechos de garras de ave. Visten faldones de piel de bisonte terminados en largos y delgados hilos que al arrastrarse por el suelo borran las huellas que dejan sus dueños al pasar. Tanto los hombres jóvenes como los viejos lucen todo tipo de tatuajes en la cara y en el pecho y muchas veces estas señales de guerra se mezclan y se confunden con las terribles cicatrices que algunos tienen.

Después de andar cerca de una hora por entre las rocas y las piedras os encontráis ya en una zona de muy difícil acceso. Pasáis por un estrecho desfiladero y aparecéis en un puesto abierto y rodeado de paredes de piedra, como si de un caldero natural se tratara. En el fondo de esta pequeña planicie está el campamento apache.

A medida que os vais acercando notáis como vuestra escolta se pone más tensa y veis como las mujeres del poblado recogen a los niños y entran en sus tiendas.

-No se sientan ofendidos si los indios toman muchas precauciones para con ustedes –explica Clem-. Hasta hace un par de años la cabeza de un apache se pagaba a 100 dólares, la de una mujer a 50 y la de un niño a 25 dólares.

Solo hay una docena de tiendas, que se notan provisionales. Están hechas de ramas y tienen el techo abovedado, de no más de 1 metro y medio. La entrada a las tiendas está descubierta pero bien enmarcada con maderas anchas y afuera de todas las viviendas hay una estaca clavada en el suelo que sostiene la ropa al sol.

En el centro del poblado hay una tienda mucho mayor que las demás y al fondo del todo del campamento podéis ver una manada de caballos.

La comitiva se detiene y todo el mundo desmonta.

Cargando editor
17/09/2015, 16:24
Clem

-Bueno señorías, les dije que tendrían una buena noticia al llegar y creo que voy a estar acertado.

Le dirige unas breves palabras a un joven que estaba despellejando un conejo antes de vuestra llegada y este se va corriendo. En unos minutos el chico vuelve guiando por las bridas a dos caballos, que en seguida los reconocéis como las monturas de Coulon y Dewey.

-Aunque están muy debilitadas, las tribus apache de Arizona aún conocen lo que ocurre en su territorio -dice Clem con cierto orgullo-. Creyeron que os vendría bien recuperar estas nobles bestias, así que cuando os marchéis de aquí os las podréis llevar.

También os ofrecen comida, bebida y atención para vuestras heridas.

El viento silba por entre las paredes de piedra y Clem se dirige a él con el puño en alto:

-¡Cállate de una vez! ¡Al final vas a conseguir que todos nos volvamos locos!

Cargando editor
17/09/2015, 20:09
Bruce Coulon

La caminata se hace larga para Bruce debido al cansancio, pero intenta mantener el ritmo lo mejor que pueda. De tanto en tanto miraal jovenWillis para comprobar si aguanta.

Tampoco pierde detalle ante sus silenciosos acompañantes, que tanto miedo causan entre los que se aventuran por estas tierras. Sus cicatrices muestran lo aguerridos que pueden ser.

Al llegar a su campamento Bruce lo observa con atención. Mujeres y niños parecen atemorizados y ante las palabras de Clem, Bruce pone cara de desagrado.

-Dar caza a mujeres y niños es de cobardes, típico de los malditos yanquees. -Tras lo cual escupe al suelo.

Cuando los indios aparecen con sus monturas, Bruce grita de alegría

-¡Yiiiiihaaaaa! ¡Por fin una buena noticia!

 

Cargando editor
17/09/2015, 21:04
Ben Rumson

Ben se permita, por primera vez desde que se levantaron esa mañana, distender los hombros y quitarse el sombrero. Parece que por el momento están seguros, aunque no sabe cuanto durará. Jamás ha estado en un campamento de los Pieles Rojas, y la sensación que le produce es extraña, aunque mucho menos amenazadora de lo que había podido esperar según lo que oyó desde su infancia. No veía nada que pareciera sugerir el salvajismo extremo que sus compatriotas atribuían a los indios.

—Oiga— Dice, dirigiéndose al confederado—. Mi caballo está herido ¿Sabe si sus amigos podrían curarlo?

Mientras habla, señala con la cabeza la fea herida de su compañero Lewis. Siente también un gran alivio cuando ve que los caballos desaparecidos han vuelto. Parece que la suerte no les ha vuelto la espalda del todo, y el ánimo crece en su pecho al pensar que quizás la empresa que se proponen sea más posible de lo que parecía aquella mañana.

Cargando editor
19/09/2015, 10:23
Allan Dewey

El predicador agradece la suerte que dios les ha dado y se inca para rezar devotamente después de pedir ayuda para Jerry por sus heridas:

" Muchas gracias por su ayuda hermano Clem, dios lo tenga en su santa gloria, si no es mucho pedir por favor pueden atender a nuestro ... hermano Jerry, pues los lobos lo han herido bastante "

Cargando editor
19/09/2015, 12:10
Clem

Ese caballo tiene una buena herida sí, ya he visto que durante todo el trayecto no lo ha podido montar. De acuerdo, deje que el chico se lleve su caballo y a ver si a la hora de partir ya puede cabalgarlo.

En lo que respecta a usted, joven, creo que el anciano querrá ayudarle personalmente. Será lo mejor.

Otro chico se acerca. Lleva un collar de dientes y el pelo azabache sujeto con una cinta. Os ofrece varios cuencos con bellotas de roble, piñones, bayas de enebro y una especie de pasta cocida de cereal. También deja en el suelo un par de cuencos con agua fresca y luego se va.

Voy a avisar al anciano de que ya estáis aquí y luego podréis entrar para hablar con él.

Cargando editor
19/09/2015, 12:11
Director

Un poco más lejos, al lado de una tienda hay un hombre mayor sentado en el suelo, quizás ha estado aquí todo el rato, no sabríais decirlo con exactitud. Parece que está pintando una piel de bisonte que tiene estirada en el suelo.

El dibujo está enmarcado dentro de un cuadrado perfecto y muestra una criatura ligeramente parecida a un coyote, pero más esquelética y totalmente envuelta de humo. En una deformación imposible, las fauces del monstruo (no se le puede calificar de otra forma), están a punto de devorar bisonte entero.

Cargando editor
20/09/2015, 21:48
Bruce Coulon

Con un gesto agradezco al chico los cuencos. Con cierta cautela hielo los cuencos y los pruebo. Aunque no llegues gustarme acabo con el contenido del primer cuenco, para acto seguido beber toda el agua.

Con cierto curiosidad observó al hom,bre mayor y el dibujo que pinta. Me acerco a Clem y señalo al anciano

-¿Quien es?, ¿que está dibujando?

Cargando editor
21/09/2015, 18:28
Clem

Al hablar sobre el viejo del suelo, la voz estridente de Clem se vuelve más comprensiva.

- Ése era Tala. Hace años era un guerrero temido pero un mal día cayó preso del Ejército Federal de México y allí lo torturaron largamente. El Gran Jefe Mangas Coloradas consiguió liberarlo a él y a unos cuantos más, pero desde entonces ya no se llama Tala, sino Ishna Witca que significa Hombre Solitario.

Ahora solo pinta. Pinta lo que sueña y pinta lo que le cuenta el viento. El significado de sus dibujos no lo sabe nadie, porqué hace tiempo que dejaron de prestarle atención.

Finalmente Clem se aleja y se adentra en la tienda grande donde presumiblemente se aloja el líder apache. Cuando se marcha, la presencia de los guerreros indios a vuestro alrededor se hace más fuerte, y es que además de llevar sus armas preparadas tampoco os quitan ojo de encima.

Cargando editor
22/09/2015, 00:18
Ben Rumson

Ben comienza a incomodarse visiblemente, y es que todo el asunto de la superchería nativa le pone los pelos de punta; Pero más allá de eso, la gran afluencia de guerreros a su alrededor no termina de tranquilizarle del todo. Sacude la cabeza y se dice que si hubieran querido matarlos, ya lo habrían hecho, y que, en última instancia, al menos todavía quieren algo de ellos si los han traído hasta aquí, desterrando sus pensamientos.

—Es de mala educación no hablar con el anfitrión.— Dice con su habitual precariedad dialéctica, encogiéndose de hombros y aparentando seguridad.

Haciendo un gesto a los demás, el sheriff se dirige a la tienda del jefe.

Notas de juego

Sorry por el post poco inspirado, hoy tenía un día ocupado.