Partida Rol por web

Un nuevo dia comienza para ti y tu huerto, esperando como siempre al chico que lleva las entregas de este.

Mientras re-colocaba bien las calabazas, las cuales se habían caído haciendo bastante ruido para estar en un suelo tan florado, noté como alguien me observaba a lo lejos. 

Mi buen humor fue cambiando poco a poco hasta que noté como se me erizaba el vello de los brazos. 

- ¿Quién anda ahí?- Pregunte, sin mirar a ningún punto exacto, ya que solo notaba que me observaban pero no desde donde. 

Grata fue mi sorpresa cuando descubrí que se trataba de Lupin, un zorrito amigo mío al cual había estado alimentando una temporada. Lo conocí cuando él tan solo era un cachorro, atrapado en una trampa humana. Lo recogí y alimenté hasta que se recuperó, y cuando ese día llegó, pude notar la tristeza y la soledad por primera vez en la vida. Pero no fue tan malo como pensaba, Lupin me venía a ver de vez en cuando, sobretodo para pedirme comida. No era un zorro normal, le encantaban las cerezas y las zanahorias. 

- Vaya, mira a quién tenemos aquí. - Digo con un tono cariñoso, cambiando completamente mi humor. - Hace mucho tiempo que no te veo ¿Dónde te habías metido?- Entonces el pequeño Lupin miró los matorrales de los cuales había salido, y de él salieron zorritos cachorro. - Oh, ya veo...- Digo entre sorprendida y entusiasmada. 

¿Cómo algo podía ser tan hermoso? Noté como las lágrimas brotaban de mis ojos y se deslizaban por mis finas mejillas. Estaba emocionada, mi cachorrín había tenido hijitos pero... ¿Y dónde estaba la madre? Miré a Lupin extrañada y él me devolvió la mirada, una mirada cruda y profunda. 

-¿El hombre... se ha llevado a mamá?- Les pregunto a los cachorros cerrando los puños con fuerza y notando una ira en mi interior tan grande que no me puedo contener. - ¡AAAAAAAAAAHHHHHHHHHH!- Chillo de impotencia y los zorritos se asustan y se van corriendo hacia el seto, en cambio el padre me lanza una última mirada y se va, siguiendo a sus cachorros. 

Ahora iba a ser muy borde con Smith, el cual repartía las frutas y hortalizas que me compraba la gente del pueblo si estas pesaban mucho. Lo esperé con impaciencia.

- Lárgate.- Le digo a mi pobre ayudante, sin más. Él como me conoce bien, me obedece y se va. Ahora era una tontería intentar hablar conmigo. 

 Se escucha la campana de la casa, parecia que por primera vez un visitante tenia. Por lo que te parece raro porque nadie va hasta ahi sin avisarte o pedirte una invitacion.

Mientras observo con el ceño fruncido como se pierde de vista Smith, escucho de repente como pican a casa. 

"¡Maldición! ¿Por qué diablos pican si estoy en el jardín vendiendo las cosechas de mi huerto?" Pienso, aún con muy mal humor. 

Me dirijo hacia la puerta, indignada. La tenía cerca de mi así que no tardo en llegar. 

- ¿Qué quieres? - Pregunto directamente al chico que acababa de picar. - Yo soy la dueña de la casa, por lo tanto nadie te va a abrir porque estoy vendiendo aquí al lado, si te fijas.- Digo lo más borde posible y le señalo mi puestecito de verduras y hortalizas. 

La idea de que la madre de aquellos zorros cachorros seguramente estaba muerta y serviría para ser una bufanda de algún humano asqueroso no se me iba de la cabeza. Pero entonces, la rabia comienza a ser lástima y noto como, sin poder controlarme, me pongo a llorar.

- Lo siento...- Digo, secándome las lágrimas. - Acabo de recibir una mala noticia.  ¿Qué deseas?

La miro y la abrazo. -He visto lo que has hecho con el zorro y me ha gustado pero debo decirte que su madre está viva Luego la miro a los ojos. -La encontré herida cerca de casa y se que tú eres alguien que los conoce y quería avisarte que está en mi casa curada.

Me calmo bastante con el abrazo tan confortante de aquel desconocido... ¿Pero por qué me abrazaba? ¡No lo conocía de nada!

Me separo de golpe de su abrazo y escucho atentamente las palabras que me dice. 

- ¿En serio esta bien? ¿Y en tu casa?- Pregunto confusa. No sabía ciertamente si me podía fiar de él o si era una trampa, nunca me fiaba de las personas de buenas a primeras. ¿Y si me quería llevar a su casa para secuestrarme y donar mis órganos? Se sabía que yo era de las personas más sanas de Storybrooke. Sin embargo... No notaba mentira en sus palabras. 

- ¡ Smiiiiiiiiiiiiiith!- Grito de golpe. El señor no tarda en venir, así que le digo sin rodeos.- ¿Te puedes quedar en el puestecito un rato?

Sin esperar respuesta, pues sé que mi compañero se iba a quedar, miro a aquel chico nuevo directamente a los ojos y me doy cuenta de que tiene un ojo de cada color. El derecho azul y el izquierdo ámbar. Me quedo sorprendida ante aquel hecho, pues aparte de mis ojos violeta, no había visto ojos de distintos colores por el pueblo. Aunque tampoco es que me fijara mucho...

- ¿Puedes llevarme a verla? Y por cierto ¿Cómo te llamas?

Sonríe ante la situación. -Mi nombre es Erick y vamos antes de que alguien venga. Te guía por el camino del huerto a la calle y luego un calle que sale en diagonal para dar con una casa grande de dos pisos. -Madre ya llegué y me acompaña la chica de la que te hable. Sale una señora un poco mayor con mucha joyería en sus manos.

-Erick pero porque has molestado a está chica, te dije que viniera el fin de semana. Pero bueno nose que haré contigo Se dirige a ti. -Perdona a mi niño pero es un poco apresurado cuando encontró al zorro un poco más y me tira la casa abajo para curarla

El chico no hace caso de su madre y te guía por alrededor de la casa, al fondo ves un galpón abierto y cuando el llega ves que va a su llamado la mamá zorro.

- No es ninguna molestia señora, estaba preocupada.- Digo con una sonrisa que intentaba ser cordial.

Sigo a Erick hasta que llegamos al galpón donde se encontraba la madre de los hijos de uno de mis mejores amigos. Era la primera vez que veía a la pareja de Lupin el zorro y pensé que era de lo más hermosa. Se notaba que derrochaba feminidad por todas partes y que había sido madre.

- ¡Hola bonita! ¿Cómo te encuentras?- Digo agachándome para acariciarla mientras la cánida me da lametones por la cara. 

"Que cariñosa... Parece que me conozca y es la primera vez que la veo"

- ¡Oh, Erick, muchas gracias! Te debo una... ¿Qué puedo hacer para agradecertelo? 

- Nada Dylan... Aunque me gustaria llevarte a la fiesta de pueblo por un nuevo año, que dices?. Mientras te sonrie y luego ves como la zorra va con el y comienza a tocarla. Veo que te gusta esto pequeña.

- ¿La fiesta por un nuevo año? No creo que vaya... No soy de fiestas.- Digo, algo seca. Cuando veo que se acerca la mamá zorro a él y la acaricia le miro con ilusión. Pocos humanos acogerían a un animal herido en su casa, y menos en Storybrooke, donde no me fiaba de nadie. 

- Bueno, me tengo que ir... ¿Llevamos a la zorrita al bosque esta noche? Creo que solo necesita reposar unas horas más y mi amigo estará preocupada por ella... 

Te mira y sonríe. -Está bien vamos al bosque de noche.. Espero que este bien tú amigo y se pondrá feliz Mientras se levanta luego de acaricia a la zorra .

- Adiós y gracias por dejar que la zorrita este en tu casa!- Digo ya en la puerta, despidiéndome de la madre de aquel chico. 

- Y a ti, muchas gracis Erick, de verdad. 

Sin decir una palabra más me marcho de ahí y voy hacia el huerto, para ver si alguien había venido a comprar. Me parecía extraño que aún no hubiese venido nadie ya que soy la única del pueblo que vende esa clase de comida y normalmente se llenaba bastante. 

Al llegar ves a la persona que reparte vendiendo como loca, mucha gente esta en la puerta esperando ser atendida, tu le has enseñado como se vende en caso de que tuvieras que salir. -Dylan esto esta movido esperaba que vinieras pronto.

Nada más abrir el puestecillo de frutas y verduras que ponía diariamente, un hombre grande y ancho de hombros se acercó a ti. -Buenos días ¿Dylan Smith? Soy Jack Evans, guardia forestal de Storybrooke. Tenemos que hablar sobre el zorro que usted ha adoptado.

Cogió una manzana de su puesto y le dio un mordisco. Masticaba la manzana ruidosamente. 

¿Hablar del zorro que he adoptado? Le miré fijamente a los ojos, amenazándole con la mirada. Los sonidos de boca ya de por si me daban asco, pero el de él era exagerado. 

- Sí, soy Dylan Smith. Pero debe de haber un error, yo no he adoptado a ningún zorro. Lo tengo en mi casa hasta que se recupere del todo, ya que por lo visto alguien se dedica a poner trampas a  los animales del bosque y lo acogí porque estaba herido. 

Comenzó hablar con la boca llena, podía ver perfectamente los trozos de manzana triturados y como alguna que otra migaja se escapaba de su boca.

-Pues me temo que eso es delito, debe entregarlo a los forestales para que se encarguen de ellos. Si no puede acabar con cárcel señorita Smith. 

Tragó de manera sonora también, no sabes como alguien podía ser tan ruidoso comiendo.

-Sobre los cepos ya nos encargamos de buscar el culpable, pero mientras tanto... por favor se amable y entrégame al animal.

Definitivamente, ese hombre me caía fatal. 

- ¿Entregarle a la zorrita? Esta adaptada a mis cuidados, llevársela usted para meterla en una jaula no le va a ayudar en nada. Aparte, soy veterinaria. La tengo como paciente temporal. Eso no es ilegal ¿Quiere que le enseñe mi título? Creo que tiene más prioridad encontrar el culpable de los cepos que llevarse al animal ahora que tan solo le queda una semana como mucho para recuperarse del todo. - No me fiaba de contarle nada más, a saber qué diría si le digo que la familia de la zorrita venía a visitarla cada mañana. 

Puso una mueca de disgusto -por favor muestrame su titulación en veterinaria. Y usted no tiene voz para decir que tiene prioridad o no. Le esperaré aquí mientras tanto. 

Se cruzó de brazos, parecía bastante molesto contigo y se notaba que tu tampoco le caías muy bien.

Puse los ojos en blanco y entré sin decir más a mi casa. La zorrita se me quedó mirando y siguió mis pasos mientras buscaba el maldito título, el cual no encontraba. 

- Si me estás entendiendo, más vale que huyas y vuelvas esta noche.- Le digo, no muy convencida de lo que le estaba diciendo. 

Entonces, por fin lo encontré y salí rápidamente a enseñárselo a aquel indeseable. Tenía ganas de acabar de trabajar, aclarar aquello e ir a hablar con mis amigas para contarles el sueño extraño que había tenido aquella noche, bueno, solo lo poco que recordaba de él. 

- Aquí tienes. Todo en regla.- Le digo a Jack.

Cogió el título con rapidez. Sus ojos miraban cada centímetro del papel en busca de algún fallo. Al cabo de un rato te extendió el título con una cara muy seria -bien, parece que todo está en orden. Pero escuche esto señorita Dylan, si vuelve a encontrarse con un animal herido traenoslo a nuestras dependencias. Tenemos mejor equipo para cuidar de cualquier animal. Que tenga un buen día.

Tiró el hueso de la manzana al suelo y se marchó con las manos en los bolsillos. No miro atrás en ningún momento y le perdiste de vista al doblar una esquina.