Partida Rol por web

El escocido hocico de K9 capta sin problemas el olor de sus tres compañeros procedente del interior de la catedral junto el del ya habitual hedor a descomposición. Sin embargo no capta olor a sangre fresca, lo que significa que los tres se encuentran bien y no han sufrido heridas.

O al menos no que él sepa...

Un suave rumor, lejano pero creciente, llega hasta los oídos de Alex y Cristina: el ruido del motor del tanque acercándose. Los Rabiosos gritan mientras intentan inútilmente volcar o abrir un hueco en el pesado vehículo. A juzgar por los cambios de tono de los engendros, el piloto simplemente les pasa por encima...

Por favor - suplica Mariluz - Vámonos de aquí. Es malo estar en la calle. Los Rabiosos nos encontrarán. Siempre nos encuentran. Luego vienen las carreras, los gritos, los... mordiscos - se aferra al poco pelo visible de K9 - No quiero que nos encuentren. Dan miedo...

Eliana hace un examen rápido de los prisioneros con rapidez y profesionalidad, buscando vendajes sospechosos, costras de sangre secas que puedan ser indicativas de una mordedura o los primeros síntomas de la fiebre Rain-Rutherford. Al terminar, la médica está muy segura de que ninguno ha sido mordido ni infectado.

Ese puto sacerdote meapilas psicópata hijo de perra de Isidro - contesta uno de los supervivientes - Estaba con nosotros en Ciudad Humana hasta que le mordieron y se convirtió en Rabioso. Durante una expedición de saqueo mordió al chico Elgin y algo en la sangre del crío le recuperó parte del cerebro. Recuperó el habla, la memoria y Dios sabe qué mas. Pero no recuperó la parte de no ser un cabrón malnacido y desde entonces está obsesionado con convertirnos a todos en "acólitos de Dios" para no sé qué mierda de guerra santa. Chorradas de zombie zumbado, ya ve.

Y además puede manejar a los otros zombies - añade una de las mujeres - Por eso nos estaban custodiando en vez... - abraza al niño con fuerza, que entierra el rostro en su cintura - ... lo que hacen normalmente.

No sé qué clase de colegas tendrán ahí fuera - vuelve a hablar el otro - Pero si quieren salir de aquí tenemos que ponernos en marcha ya. Sin ese puto zombie parlante dándoles la misa esto se va a llenar de putos zombies descontrolados...

Por fin obtuvimos comunicación desde el interior. Ya estaba empezando a pensar que les había sucedido algo, lo único que me faltaba después de habernos tenido que deshacernos de unos asesinos y un grupo de rabiosos. El día perfecto justo en el momento perfecto.

Las noticias de que el interior estaba despejado eran ciertamente buenas, pero no tanto, aunque lo pareciese, que hubiese gente sin infectar. ¿Cómo se suponía que íbamos a evacuar a tanta gente? Antes de que pudiera pensar qué decir, Eliana preguntó además por los otros... que parecían estar acercándose a marchas forzadas.

-Alex, ¿podemos atravesar una de estas paredes con la artillería?* Porque está claro que aquí no hacemos nada. Dentro de nada tendremos de nuevo a los otros encima, así que podemos dar la vuelta y hacer una puerta nueva en la pared. ¿Qué te parece? Abrimos el agujero, metemos como podamos a la gente y nos largamos de aquí. Por cierto, ¿y el muchacho? ¿Lo tendrán ya?

Mierda, tanto pensar en qué debíamos hacer y lo principal aún no lo sabíamos.

-Arranca y da la vuelta a la manzana mientras lo pensamos; aquí somos blancos fáciles -le dije, mientras me ponía de nuevo en comunicación con los otros -. Tranquilízate, Mariluz. No te ocurrirá nada. 

-Aquí Cristina. De acuerdo, nos los llevaremos. Hemos conseguido despistarlos pero dentro de nada volveremos a tenerlos encima. Estamos pensando en un plan alternativo. ¿Hay una salida trasera? Si no, id hacia el muro opuesto a la entrada y esperad nuestra señal. Por cierto. ¿Y el muchacho? Decidme que lo tenéis porque si no, dará igual lo que hagamos aquí que no nos aceptarán en Mallorca.

-Aquí Cristina. De acuerdo, nos los llevaremos. Hemos conseguido despistarlos pero dentro de nada volveremos a tenerlos encima. Estamos pensando en un plan alternativo. ¿Hay una salida trasera? Si no, id hacia el muro opuesto a la entrada y esperad nuestra señal. Por cierto. ¿Y el muchacho? Decidme que lo tenéis porque si no, dará igual lo que hagamos aquí que no nos aceptarán en Mallorca.

Detectó enseguida el rastro de sus compañeros y pudo confirmar que efectivamente se encontraban en el interior de la iglesia, incluso podría jurar que estaban ilesos ya que tampoco detectó ningún olor a sangre fresca.

- ¡Woof! - Ladró en dirección a Boris, como si respondiera que todo estaba en orden.

Se encargó de consolar a Mariluz dejándose abrazar y miró confuso a Cristina y luego a la pared, ladeando la cabeza hacía la derecha y luego a la izquierda. Pareciera que le hubiera entendido y no terminara de visualizarles haciendo un boquete en la pared. Sin embargo, él también se sentía expuesto esperando ahí a sus compañeros sin hacer nada, así que acompañó a la pequeña al vehículo y subió, esperando a que el resto hicieran lo mismo.

Los problemas se les iban acumulando y ya empezaba a ser una montaña de mierda demasiado grande, ahora tenían que rescatar a un montón de gente que no cabía en el todoterreno y ni siquiera sabían si el crio estaba entre ellos.

—Es una ametralladora, no un cañón. Lo que podemos hacer es atravesar las puertas con el todoterreno, pero entonces estaremos atrapados dentro cuando llegue el puto tanque—. Se quedó un momento pensando mientras miraba el vehículo a ver si se le ocurría algo, pero al escuchar la pregunta sobre la puerta trasera siguió hablando. —Claro que esto tendrá puerta trasera esto, y si no algún ventanal que podamos reventar, pero no se vamos a hacer con esa gente. Si no tuviéramos a esos cabrones detrás podríamos escoltarlos hasta el transporte, o atar cuerdas y mosquetones para que se agarren por fuera…

Al darse cuenta de que estaba gastando un tiempo que no tenían dándole vueltas al tema se volvió a girar hacia Cristina.

—¿Que hacemos, vamos para atrás?

Eliana cogió aire suavemente, buscando un poco de paciencia que se le acababa. 

—¿Y dónde está el chico? Elgin, el chaval —preguntó Eliana, al ver claramente que el éxito se les escurría entre los dedos. 

Todo ese lío había sido porque pensaban que estaba ahí. Estaban agotando energías, recursos y munición para... bueno, no para nada. Pero tenían un límite. 

A la espera de una respuesta por parte del equipo que estaba dentro, mi mente empezó a sopesar alternativas. Yo tampoco creía que con una ametralladora pudiésemos atravesar el muro, pero sí que podíamos debilitarlo y atravesarlo, y a las malas, movernos por el interior hacia la otra puerta, y atraparlos por detrás.

Así que me volví hacia Alex.

-Alex, tú decides, pero por mí, lo echamos abajo entre la ametralladora y el todoterreno, recogemos a los nuestros y salimos por la puerta de delante. Incluso podemos pillarlos por la espalda. ¿Qué opinas?

Y por si acaso, me preparé para descargar la ametralladora sobre la pared y atravesarla.

Yo prefería arramblar con todo lo que teníamos por delante que arriesgarnos a volver a encontrarnos con el otro vehículo. Además que de aquella manera podíamos recoger a los nuestros sin problemas.

Los problemas se acumulaban. El chico, por lo visto, no estaba en el grupo. Así que nos tocaba seguir buscando. Si queríamos salvar al grupo que acabábamos de encontrar, teníamos que salir de la iglesia lo antes posible. Pero eso significaba no seguir buscando al chico. Y si esperábamos demasiado, los que perseguían a los que están fuera, nos volverían a localizar. No era una decisión sencilla. Me uní a la pregunta de Eliana: -¿Dónde está el chico? ¿Le habéis visto?¿Sabéis dónde podemos localizarle?

Mirando los gruesos muros de la catedral pronto queda claro que la ametralladora no tiene suficiente potencia de fuego como para atravesarlos. Sin embargo, las puertas laterales y trasera del edificio sí que caerían con relativa facilidad.

El sonido de varias ráfagas de ametralladora pesada precede al estallido de cristales y contenedores en una de las calles paralelas al lateral de la catedral. El tanque de G-Nomer aún no está a la vista pero se dirige hacia la entrada principal derrochando una nada despreciable cantidad de munición para quitarse de en medio a los Rabiosos más persistentes.

¿Quiénes son esos? - pregunta Mariluz - ¿Son amigos vuestros o son malos? Si hacen tanto ruido vendrán los Rabiosos...

Como si la niña los hubiera invocado, varios Rabiosos cruzan la calle en dirección al sonido de los disparos. Ninguno se fija por ahora en el silencioso todoterreno...

Las preguntas de Eliana y Johan son un jarro de agua fría en los ánimos de los supervivientes. Aún conscientes de que el equipo de soldados los había encontrado ahí por casualidad todavía albergaban la esperanza de ser rescatados del infierno de la península.

¿Teo? - pregunta el hombre mayor - ¿Está aquí? Pero si un equipo de rescate de Isla Renacimiento se los llevaron a él y a madre a Castellón.

Las cosas se torcieron y el crío volvió a la ciudad a pie. - dice David. Pasadas las náuseas el joven vuelve a tener su chulería habitual - Y los groupies de Isidro lo trincaron en el zoo mientras nos peleábamos con un jodido rinoceronte Rabioso ¿A dónde coño lo ha llevado?

A Vandellós - contesta el hombre - A mí me cogió el propio Isidro cuando me dirigía hacia allá para mi turno de guardia. Le acompañaban todos los engendros Rabiosos que no están ahora por aquí dando por saco. Me pareció ver a Teo, pero no estoy muy seguro.

¿Y ya está? - protesta David.

Oye, niñato. Estaba ocupado intentando ayudar a todos los compañeros que estaban devorando delante de mi puta cara ¿Vale? Perdona si no me fijé en tu pequeña fuente de ingresos.

Eh, capullo - replica David calentándose - Por si no te has dado cuenta os acabamos de rescatar del puto Fort Zombie ¿Te vale a ti?...

Pronto quedó claro que allí quietos no íbamos a aguantar durante mucho tiempo. El sonido de la ciudad entera haciéndose añicos parecía acercarse segundo a segundo, por lo que había que tomar una dirección. Para el tanque, su capacidad de fuego era suficiente, pero sonreí, porque nos estaba aclarando el camino, atrayendo a los rabiosos y librándonos de ellos.

Al oír la voz de Mariluz, me volví hacia ella.

-Mientras se vayan con ellos, todo irá bien -le dije. 

Al infierno todo.

Entonces apunté hacia las puertas laterales y traseras del edificio y empecé a disparar, abriendo hueco para que los demás pudieran huir por allí y nosotros, o bien entrar o salir a toda pastilla, porque dentro de poco, o bien los rabiosos o bien nuestros competidores, estarían tan cerca de nosotros que casi podríamos escupirles.

-Estoy abriendo hueco. Mira a ver si es suficiente para entrar, Alex.

Ahora todo dependía de David, Eliana y Johan, o de Alex.

La ametralladora del todoterreno hace pedazos una de las puertas laterales de la catedral y derriba la mayor parte de la barricada que en su momento se construyó para detener a los infectados...

Levantó bien alto las orejas y escuchó con atención las ráfagas de ametralladoras, muy probablemente del vehículo con el que se había cruzado antes, o al menos esa fue la asociación que hizo al escuchar el motor del tanque. Estuvo atento a los rabiosos, algunos empezaban a asomarse aunque aún no habían centrado su atención en ellos.

Como atravesar las paredes no era viable, Cristina no dudó en subirse a la ametralladora y arrasar con las puertas traseras del edificio, volándolas tras una larga ráfaga. Se puso en pie y tensó las patas, si se acercaban rabiosos al vehículo él sería el primero en actuar. Con Mariluz en el vehículo ella debería estar a salvo.

En cuanto la barricada empezó a venirse abajo, agarré el comunicador para hablar con los de dentro.

Chicos, estamos entrando por una parte lateral. ¡No perdáis el tiempo!

Viendo la estrategia de Cristina tocaba darse prisa, porque aunque la suya hacia mucho más ruido, nuestra ametralladora no era silenciosa precisamente. No quería arriesgarme a fastidiar el motor o el radiador del todoterreno, y tampoco sabía si dentro iba a poder maniobrar para salir luego, así que giré el todoterreno para embestir lo que quedaba de puerta con la parte trasera y dejarlo encarado hacia fuera para huir.

—Agachaos y agarraos, vamos a terminar de abrir la puerta—. Grite a los de atrás y luego hice lo propio por el comunicador. —Los de dentro, apartaos de la puerta y preparaos para salir corriendo cuando la reviente.

Eliana agarró el comunicador, pero algo le decía que era tarde. 

—Chicos, tenemos que salir. El chico no está aquí. Se lo han llevado. Tenemos información de dónde puede estar. Hay que reagruparse...