Partida Rol por web

El todoterreno recorre en sentido contrario la autopista de entrada a Barcelona en dirección a Vandellós. Aquí el hedor a podredumbre es más llevadero que en la ciudad, pero no deja de ser deprimente la gran cantidad de vehículos acumulados en los carriles de salida. El asfalto está salpicado de maletas y otros objetos inidentificables junto a cadáveres que quedaron demasiado maltrechos como para ser reanimados por el Rain-Rutherford. Unos pocos se sacuden espasmódicamente al notar la presencia del vehículo, pero no merecen siquiera el gasto de unas pacas balas de ametralladora para rematarlos. Las vegetación a los lados de la autopista está agostada y quebradiza, deshaciéndose en polvo con el remolino de aire que el todoterreno causa a su paso.

Mach-4 sobrevuela la zona con el transporte aéreo, avisando de los numerosos socavones provocados por la falta de mantenimiento.

Los niveles de radiación se están elevando peligrosamente - avisa el androide - Yo diría que la central nuclear tiene más de una fuga de radiación. No estoy seguro de hasta dónde pueden aguantar los sistemas electrónicos del vehículo y los míos propios.

Por el momento el androide no ha dicho nada sobre Mariluz aunque es imposible que no la haya visto en una de sus pasadas. La niña permanece en silencio firmemente agarrada a K9.

Avistada la central de Vanellós con los drones. Las imágenes son deficientes pero veo muchísima actividad Rabiosa contra varios grupos de humanos atrincherados en la central. Los infectados superan a los no infectados en una proporción aproximada de treinta a uno. Es muy poco probable que consigan resistir mucho tiempo más ¿Están seguros de querer dirigirse hacia allí? ¿Desean que haga alguna comprobación?...

El triángulo de alerta en el expositor de Alex cambia a naranja - Niveles de radiación electromagnética excediendo la tolerancia de los cibersistemas. Posibilidad de fallos críticos. Abandone la zona inmediatamente.

El triángulo de aviso ahora es naranja, lo que representa un mayor nivel de peligro. Por su parte, Cristina tampoco parece encontrarse demasiado bien. K9 puede captar el olor de un sudor frío que nada tiene que ver con el miedo o el estrés...

Cristina no necesitaba el aviso del androide para darse cuenta del aumento de los niveles de radiación. Nota su corazón raro y el pulso es irregular ¿Aguantará el acercamiento a la central nuclear?

Lo primero que hizo Eliana una vez se sintieron a salvo fue tenderle una memoria USB a Cristina. 

—Cristina, si algo me pasa, por favor, necesito que esto llegue a Mallorca junto con Mariluz. Por favor, confía en mí. Esto es... es muy importante. La llave USB te dará acceso a un servidor. Ahí... guardo mi investigación. 

Eliana estaba siendo muy parca en palabras, pero claramente estaba preocupada por qué podía estar siendo grabado o escuchado por orejas no amigables, o electrónicas. 

Parecía que se acercaba un enfrentamiento bastante desigual. Mejor dividir para vencer. 

—Eh, hojalata —preguntó entonces Eliana abriendo el micro—, ¿puedes ver al objetivo? ¿Te queda munición para abrirnos paso? Dame una visual cuando puedas. Veamos qué entradas hay. 

Por fin se alejaron del centro de Barcelona, habían tenido muchísima suerte, teniendo en cuenta de que aparte de una ciudad llena de rabiosos había también había mercenarios que iban a por ellos. Cuando se acercaban a la central Mach-4 contactó para dar malas noticias, como siempre, pero a esto se le sumaba lo reflejaban sus propios sistemas.

—Pues tengo malas noticias, no creo que K9 ni yo nos podamos acercar demasiado a la central, la radiación y la electrónica son malos amigos y todos mis sistemas ya están pitando, de momento no han fallado, pero según avancemos lo irán haciendo. Y la electrónica del todoterreno me imagino que tendrá el mismo problema. Que ellos no pudieran avanzar reducía las posibilidades, pero sin todo terreno el grupo lo tenía realmente difícil. —Lo que si podemos hacer es atraerlos mientras vosotros entráis, creo que podremos avanzar hasta tenerlos a tiro y entre Mach-4 desde el aire y nosotros desde tierra, intentar atraer y eliminar a todos los que podamos.

Había sido todo como una pequeña pesadilla sin fin. Todo lo que oíamos parecía gritar que iba a ser nuestro fin, ya fuese por el todoterreno de la competencia o por los rabiosos, pero afortunadamente, quizás por nuestra rapidez y el apoyo final de Mach-4, logramos salir con vida.

Hasta ese momento había obviado el lugar hacia el cual nos dirigíamos.

Vandellós.

No se trataba solo de un nombre, sino de una amenaza para la vida y lo que nos íbamos encontrando por el camino parecía ser como la antesala de lo que nos podía esperar allí. Además, era consciente de lo que podía sucederme si continuábamos, pero... ¿acaso tenía alguna alternativa?

No me hizo falta oír a Mach-4 para saber el peligro que corríamos. Por otro lado, parecía que se desarrollaba una auténtica resistencia numantina. Estaba pensando en cómo actuar y enfrentarnos a todo ello cuando oí a Eliana dirigirse a mí. La miré fijamente y tras dudar unos instantes, alargué una mano para coger el pendrive.

-No te preocupes. Lo guardaré... para entregártelo en cuanto lleguemos -le dije, sonriéndole para ofrecerle la confianza que parecía necesitar. No sabía por qué pensaba que yo iba a conseguirlo y ella no, pero al menos podía asegurarle que si dependía de mí, nada le ocurriría a ese USB. 

Cogí entonces las manos de Eliana y la miré fijamente.

-Procuremos que no nos ocurra nada a ninguna de las dos, ¿de acuerdo?

Mientras tanto, poco a poco se iban elaborando planes y me daba cuenta de que aquello no iba a funcionar.

-Lo que no entiendo es como los humanos se han refugiado allí. Es un suicidio. Si querían salir con vida, estar en un lugar así es aceptar una muerte segura. Así que no, no no estoy de acuerdo. Creo que lo mejor es crear un corredor seguro para que puedan salir. Necesitamos un mapa de calor de la zona y descubrir el punto más débil para atacar por ahí.

Eliana negó con la cabeza, algo fallaba en todo aquello. 

—Pero... El crío tiene que estar con la horda, no con los humanos de dentro. Se lo llevó el rabioso loco, ¿no? Necesitamos una visual, algo no me cuadra. 

Podía haber humanos en una central, de acuerdo. No era la llamada más inteligente, pero era probable que no fueran conscientes del peligro real. Idiotas, pero no podía culparles. La central era un buen sitio fortificado. Pero, ¿para qué demonios querían los rabiosos la central? Y sí, dijo querían. El loco del Padre Isidro parecía ser capaz de racionalizar. 

Durante el viaje sacaba la cabeza por la ventanilla del todo terreno y se dejaba sacudir la poco melena que le quedaba por el cuerpo por el aire. Ocasionalmente sacaba la lengua con gracia para luego cerrar la boca y olfatear los alrededores. A pesar de que sus sistemas también daban señales de peligro, por el momento se encontraba en buenas condiciones, que no perfectas gracias al infectado-globo de antes que reventó en sus caras. Pero ahora ya se encontraba mejor.

Volvió a meter el cuerpo al interior del vehículo y de repente algo llamó su atención. Sentía que alguien no se encontraba bien, concretamente Cristina. ¿Estaría mareada? ¿Una herida que nadie había visto? Aunque no era sangre lo que olía. No puedo evitar preocuparse.

- Uh, uhhh... - Aulló dando golpecitos con el hocico al brazo de Cristina. Restregó también la cabeza contra el brazo, como si intentara acariciarla. A él le subía muchísimo el ánimo cuando le rascaban la barriga, así que era evidente de que a las personas también le subía el ánimo unas cuantas caricias, ¿verdad...?

Estábamos de nuevo todos juntos en el coche. En mi cabeza no se iba la imagen de aquel grupo de supervivientes rechazando nuestra ayuda. No me gustaba dejar a nadie atrás. Aunque viendo nuestro destino, quizá su decisión fuera la más acertada.

Miró el paisaje, camino de Vandellós, y no es nada alentador. Tampoco el ánimo en el grupo está por las nubes. Oigo vagamente la conversación que mantienen las dos mujeres, hablando de no regresar. El único que parece estar un poco más animado es K9. Pero para colmo, Match-4 nos advierte de que la radiación nos puede afectar, y Boris puntualiza que a él y al perro no les va a sentar nada bien y no podrán adentrarse con el resto.

Cuando parece que ya vamos a encontrar al chico, no sólo no lo hacemos sino que el siguiente destino es más peligroso si cabe que el anterior. Ahora, una central nuclear. Si de por sí ya es peligroso, con rabiosos no me lo quiero ni imaginar.

-Si Álex y K9, no se pueden acercar, tendremos que ir con mucho más cuidado si cabe. No a lo loco. Sin querer mis ojos señalaron a David. Si hay tantos rabiosos como dice Match-4, dudo que podamos encargarnos de todos siendo sólo cuatro.

Enlazando con drones de reconocimiento - anuncia el androide.

Las imágenes transmitidas son granulosas y con numerosos saltos de estática, pero son suficientes para mostrar un panorama desolador: Los infectados han abierto varias brechas en las alambradas que rodean la central eléctrica y ahora rodean los edificios en busca de una entrada. Grupos de humanos atrincherados disparan contra la horda con armas cortas, escopetas y fusiles, pero hay tantos infectados que sus esfuerzos son como querer vaciar el océano con una cuchara.

Dado que no he visto que los infectados hayan penetrado en los edificios, la suposición más lógica es que los niveles elevados de radiación se deben a fallos en el mantenimiento de la central nuclear. Por ahora es poco probable una fusión del reactor, pero en cuanto los Rabisoso consigan entrar en la central será cuestión de tiempo que Barcelona se convierta en otro Чернобыль (1)...

Desde arriba empezaron a llegarnos imágenes sobre Vandellós que mostraban lo que sin duda parecía todo un infierno. Al sentir el hocico de K9, mi mano se acercó instintivamente a él para acariciarle mientras mis ojos permanecían atentos a lo que veían en las pantallas. 

La central estaba siendo brutalmente atravesada y los humanos se defendían con lo que tenían, lo cual no era mucho.

Era solo cuestión de tiempo que acabasen por ser sobrepasados.

Negué con la cabeza al darme cuenta de lo desesperados que debían estar, mientras Mach-4 informaba de que al menos disponíamos de algo de tiempo para entrar allí.

Pero entrar.... ¿para qué? ¿Cómo?

-La única posibilidad que veo es que Mach-4 intente librarnos desde arriba de todos los rabiosos que pueda y que nosotros entremos con el vehículo a toda velocidad. Necesitaremos todo lo que tenemos para disparar sin parar y defender la posición mientras alguno entra allí en busca del muchacho. Si alguien tiene una idea mejor... ahora es el momento de soltarla.

La mejor idea quizás fuese marcharse de allí con las manos vacías, porque existían muchas posibilidades de no conseguir salir de aquello. Pero estaba segura de que ninguno de nosotros deseaba dar su brazo a torcer, no tanto por el chico, sino por puro y simple orgullo.

Eliana observó a K9, notando la herida. 

—Campeón, ven aquí —dijo mientras sacaba parte de su botiquín para revisar el estado del can. 

Qué menos que, si se metían a la boca del lobo, ir a tope con todo. Después de muertos seguro que no les hacían falta las curas. 

Después, se centró en las imágenes. Si los rabiosos no habían entrado, el niño tenía que estar fuera. 

—El niño, el niño tiene que estar cerca. ¿Hay algún rabioso con sotana? 

Se dejó acariciar encantado, pero si se había acercado a Cristina era porque tenía un mal presentimiento y él siempre se guiaba por su instinto.

No le dio mayor importancia y se acercó a Eliana en cuanto le llamó, con la cabeza baja, poco a poco y mirando alternativamente del suelo a Eliana como si hubiera hecho algo malo y le fueran a reñir. Sin embargo vio como preparaba el botiquín e inmediatamente se dio cuenta de que no le iban a castigar, sino a curarle aquella herida que le estaba haciendo polvo. Movió la colita contento, se tumbó boca arriba y se quedó muy muy quieto, sabía que las curas picaban un poco y que moverse solo haría que picara más.

Alex observó la central, sin duda era una mierda de refugio si tenía fugas, pero si esa gente seguía viva seguramente la fuga fuese reciente. Por otro lado la prioridad era saber si Teo estaba o no entre los rabiosos antes de liarse a tiros contra ellos.

—Como dije mis sistemas aún no han sufrido daño, pero mientras más nos acerquemos más fácil será que ocurra. Mi propuesta sigue siendo acribillar desde lejos a los rabiosos, porque esa gente tampoco va a aguantar demasiado, mientras el resto que intente localizar al chaval y extraerlo. Con las dos ametralladoras pesadas no los vamos a despachar a todos, pero hacer un buen destrozo antes de tener que replegarnos y así también podemos ayudar a esa gente para que abandonen el lugar.

Aunque Eliana ya se imaginaba lo que le ocurre a K9 viendo su forma de respirar, es al conectar su ordenador médico con el ordenador de abordo del ciborg cuando tiene el diagnóstico exacto: traqueobronquitis leve por inhalación de gases cáusticos (1). Lo mejor que puede hacer por él es llenarlo de inhaladores y fármacos antiinflamatorios para disminuir la dificultad respiratoria del perro, que siente aflojarse el cepo que le oprime los pulmones (2). Por último Eliana apaña un combinado de adrenalina y salbutamol inhalados que vuelve el flujo respiratorio de K9 casi normal (3)Aunque Eliana ya se imaginaba lo que le ocurre a K9 viendo su forma de respirar, es al conectar su ordenador médico con el ordenador de abordo del ciborg cuando tiene el diagnóstico exacto: traqueobronquitis cáustica leve por inhalación de gases tóxicos (1). Lo mejor que puede hacer por él es llenarlo de inhaladores y fármacos antiinflamatorios para disminuir la dificultad respiratoria del perro, que siente aflojarse el cepo que le oprime los pulmones (2). Por último Eliana apaña un combinado de adrenalina y salbutamol inhalados que vuelve el flujo respiratorio de K9 casi normal (3).

Por desgracia el maletín de primeros auxilios de Eliana no cubre el envenenamiento agudo por radiación, aunque supone que por fuerza tiene que haber algo en la sala médica de la central.

Mientras los drones hacen una pasada cerca del edificio los ojos de todo el equipo se fijan en la acumulación de Rabiosos a la entrada de uno de los garajes. Una figura vestida con una andrajosa túnica de sacerdote observa con satisfacción a los Rabiosos coordinándose para levantar el portón, ya sea con sus propias manos o con utilizando sencillas barras de metal a modo de palanca. Junto al sacerdote se encuentra Teo, retenido por dos Rabiosos impasibles ante los tirones y maldiciones del chico...

Por encima de las cabezas de los Rabiosos un grupo de humanos se preparan para dejar caer varias bombonas de nitrógeno líquido procedentes del sistema de refrigeración de emergencia atadas junto a un pequeño paquete de explosivo plástico. Por desgracia Teo estará demasiado cerca del punto de la explosión como para sobrevivir...

Mientras observaba en la lejanía y también lo que mostraban los drones, vi como K9 empezaba a comportarse de una forma extraña.  Eliana fue rápidamente a atenderle y todos pudimos ver de qué se trataba. Otra consecuencia de todo lo que nos rodeaba y que parecía estar diseñado para acabar con nosotros.

-Tranquilo, K9. No te ocurrirá nada -le dije, acariciándole el lomo. De repente me sentía más cercana a él de lo que hubiera esperado.

Entonces, volví a fijarme en la imagen de la zona. Por fin habíamos localizado a Teo... pero la cosa no podía estar más complicada.

-¿Me lo parece a mí o es como si nos estuvieran esperando? -comenté, sin apartar la vista. Solo después de unos segundos, me giré hacia los demás.

-Creo que es demasiado peligroso y se me está ocurriendo algo. ¿Y si dejamos que nuestra competencia nos haga el trabajo sucio? Si no están por aquí, quizás podamos atraerlos con ayuda de Mach-4, con alguna clase de mensaje que "puedan" interceptar. Que ellos vayan por delante y nosotros... recojamos los frutos. ¿Qué opináis? Porque a mí me parece que son demasiados y que la radiactividad podrá con nosotros.

Eliana ahogó un grito y señaló con el dedo. 

—¡Que se cargan al crío! —gritó mientras obsevaba cómo los humanos se dedicaban a tirar bombonas de nitrógeno líquido por encima de la barandilla... no muy lejos de donde el zombie con sotana agarraba al pequeño Elgin. 

Rebuscó en su mochilla con frustración. 

—¡Hay que hacer algo! ¡Que alguien tire una bengala! ¿Los drones pueden emitir sonido? Igual podemos desviar la atención de los rabiosos...

Su última gran idea era cargar con el todoterreno. Pero tenían segundos para pensar en algo.