Partida Rol por web

La horda de Rabiosos sale en tromba, peleándose entre ellos por salir de la estrecha puerta mientras el equipo toma posiciones y se prepara para recibirlos. La mayoría de ellos tienen la mirada puesta sobre los miembros más humanos del equipo, pero seis de ellos se fijan especialmente en Alex y K9: Rabiosos con las mandíbulas agrandadas y deformes. Cuando abren la boca pueden verse que poseen varias hileras de dientes que lanzan destellos afilados cuando los iluminan las luces giratorias de emergencia.

Todos recuerdan la aparición de Zora Elgin en los principales canales de streaming de Isla Renacimiento hablando de mutaciones adaptativas de los Rabiosos. Algunos incluso habían oído cosas más allá de esos rumores (1). En cualquier caso estos nuevos Rabiosos están tan hambrientos como sus contrapartidas más humanas mientras se lanzan a por sus presas sin preocuparse por sus armas...

Al ver la horda de rabiosos que salían aglomerados por la estrecha puerta flexionó las patas y se puso en posición para disparar. Sus escaneres analizaron a una velocidad alarmante cual era el objetivo óptimo al que apuntar e inmediatamente ahí fue donde K9 apuntó, en concreto a uno de los rabiosos que tenía por boca un cepo repleto de dientes terminados en punta.

Tal como disparó el rabioso al que hizo objetivo fue atravesado por la bala, haciéndole caer de espaldas por el impacto.

La escena del canal de El Bandido Sonriente vuelve a la cabeza de Cristina a modo de rápido flashback.

La cámara enfoca a la doctora Elgin sentada en un sillón de aspecto cómodo. Tras ella, una estantería repleta de figuras de series de acción y cómics de antes de las Guerras Rabiosas.

A ver si me he enterado bien, doc ¿Esas cosas comen METAL? - el centro de la pantalla es momentáneamente ocupado por un emoji de cara de sorpresa.

Tienes que tener en cuenta que el virus Rain-Rutherford es eugenésico, Bandido - dos enormes interrogantes rodean a la doctora - Su propósito primario era llevar a la humanidad a su siguiente estadío evolutivo.

Perdona que te lleve la contraria - coro de abucheos - Pero a mí los Rabiosos no me parecen muy "evolucionados" - por la pantalla no dejan de pasar mensajes tipo "Hay que joderse con la puta evolución" - Y a la audiencia tampoco.

Zora asiente - Es verdad que la cepa mutada del Rain-Rutherford se ha desviado muchísmo de su propósito original - rápido GIF de un coche derrapando y saliéndose de la carretera - Pero conserva algunas de las capacidades que tenía su versión primaria, entre las cuales se encuentra la de incorporar nuevos rasgos que mejoren la capacidad de supervivencia del huésped. En el caso de los Rabiosos a los que llamamos Langostas se trata de la capacidad de devorar e ingerir metales. No sabemos si consiguen sacar algún aporte nutritivo, pero sí que son capaces de incorporar los metales que ingieren a su propio organismo para reforzar su piel o sus armas naturales como los dientes o las uñas, que se afilan y endurecen de forma natural. Esta nueva especie es, por tanto, mucho más peligrosa que el Rabioso original.

EH????!!!! WHAT THE FUCK????!!!! - grita una voz grabada. A Zora no le hace gracia la broma.

¿Y por qué el apodo de Langostas? - pregunta el Bandido. En el chat del canal mucha gente pregunta lo mismo - ¿Te los puedes comer hervidos con salsa holandesa?

Zora sigue sin reírse. Al contrario: su rostro tiene una expresión molesta por la frivolidad del streamer - Porque arrasan con todo lo que encuentran a su paso: humanos, instalaciones eléctricas, utensilios de metal, protecciones metálicas... Nada está a salvo de ellos...

Eliana la verdad es que no estaba muy segura de por qué varios de los bichos parecían acabar de salir de ver al dentista y de que les saque mueles sin anestesia. Ella estaría igual de encabronada y con peor pinta seguro. Pero por muy encabronados que estuvieran, estaba segura de que comían plomo igual. Canturreó para sí mientras activaba el modo ráfaga y descargó los cargadores sobre los bichos. Observó atenta al ver cómo reaccionaba la lluvia de plomo sobre ellos. 

A su lado, K9 parecía estar desarrollando el mismo experimento. Vió cómo se cargaba el solito al primero. 

—Buen chico, K9 —le dijo mientras le daba una caricia en el cachete. 

Alex vio como un montón de rabiosos salían por la puerta dispuestos a devorarlos, a la cabeza pudo ver algunos con pinta bastante mas chunga, sin duda serian los que habían mordido el panel de control.

Sujetó firmemente su arma y se dispuso a soltar una lluvia de balas sobre ellos, pero eran demasiados incluso para su arma y estaban muy cerca, así que bajó el cañón y empezó a disparar a la pasarela como había dicho Johan.

Extracto del artículo de la revista "Mirada Renacentista" firmado por Zora Elgin:

[..] por desgracia las capacidades eugenésicas del virus Rain-Rutherford se han conservado en la variación mutada que dio origen a la pandemia Rabiosa. Debido a esto los Rabiosos siguen desarrollando nuevos rasgos que aumentan su peligrosidad y posibilidades de supervivencia y generando nuevas especies Rabiosas aún más letales y peligrosas.

Un ejemplo de esto lo tenemos en la nueva especie que, a falta de un término mejor, hemos decidido llamar Langostas. Esta nueva especie Rabiosa muestra predilección por los objetos metálicos. De alguna manera que aún no se ha podido estudiar, estos Rabiosos son capaces de digerir los metales y después utilizarlos para reforzar su propio organismo. En la primera fase las moléculas metálicas se acumulan en los dientes y las uñas, los cuales se endurecen y afilan de forma natural. Posteriormente incorporan el metal a su epidermis, volviéndola más dura y resistente. Una vez que han devorado cualquier objeto metálico a su alcance estos Rabiosos se abalanzarán sobre humanos y animales no infectados. Así, al igual que la plaga de insectos homónima, las Langostas Rabiosas no dejan nada recuperable a su paso.

El disparo de K9 detiene en seco a uno de los Rabiosos de dientes metálicos mientras que las dos ráfagas de Eliana hacen tropezar a otros dos, que caen al agua radioactiva al ser empujados sin miramientos por los Rabiosos que vienen detrás. Al mismo tiempo la lluvia de proyectiles de Alex traza una diagonal descendente desde el cuerpo de un Rabioso al que destroza hasta golpear los soportes de la pasarela. La debilitada estructura no soporta el peso de tanto Rabioso a la carrera y se hunde arrojando a varios de ellos al agua donde patalean en un fútil intento de encontrar un asidero para volver a subir.

El grueso de la horda Rabiosa sigue avanzando, ávido de carne humana. La mitad de ellos chocan con los parapetos tras los que se han refugiado los soldados mientras que los demás empiezan a rodearlos para llegar hasta sus presas...

Los rabiosos salieron despedidos igual que si hubiésemos abierto una botella de refresco con gas, después de moverla un buen rato. Retrasé mi posición hasta quedarme tras el parapeto y preparé mi arma ante lo que se nos venía. No era la más rápida ni tampoco la más letal, pero como todos, dispararía a cuanto se acercase.

Sin embargo, la visión de aquellos rabiosos con mandíbulas descomunales y más dientes que nadie, hizo que por primera vez temblase ante la perspectiva que nos esperaba.

Langostas.

K9 empezó a disparar, abatiendo a uno de aquellos "súper rabiosos", Eliana hacia lo propio e impactaba lo suficiente en dos de ellos como para que terminasen de caer al agua que se acumulaba debajo de nosotros, y Alex acababa por hundir la plataforma, logrando hacerles caer.

Resoplé, aliviada.

Ahora solo teníamos a unos cuantos rabiosos normales que podían ser abatidos como todos los demás... siempre que no fallase. Tres de ellos parecían dirigirse hacia mí, por lo que empecé a disparar contra ellos.

-¡Retroceded! ¡Tenemos que ganar terreno! -grité, dando pasos hacia atrás para disponer de más espacio y continuar disparando antes de que llegasen a nosotros.

Me quedé un tanto extrañado al ver que los primeros zombies que aparecían no eran muertos resucitados normales. Dentro de la normalidad que era todo este caos. Estos nuevos zombies parecían "hechos" a posta. Pudiera ser que en el algún momento alguien lo dijera pero estaba claro que no había retenido esa información debidamente.

Los disparos empezaron a sucederse y los rabiosos iban cayendo poco a poco. Hasta que Álex sacó la artillería y consiguió que unos cuántos cayeran en aquella piscina. La clave estaba en que ninguno de nosotros acabara allí dentro o no podría salir, al menos no siendo el mismo. -Bien hecho, Álex.

A pesar de que el plan había salido bien, no fue suficiente para parar a todos y todavía teníamos que deshacernos de unos cuántos. Apunté al que más cerca estaba de mí. No podía ser que a la distancia que estaban, fallase ese disparo. No podía perder oportunidades como esa de acabar con los rabiosos. Ponía en peligro a mí y a todo el equipo.

La horda seguía avanzando. No habría posibilidad de usar la pistola de nuevo. Saqué la katana.

Otro Rabioso más cae al suelo con la cabeza destrozada por el disparo de Cristina. Sus dos compañeros siguen acercándose a ella sin mostrar miedo. Por otro lado, Johan consigue arrancar un par de dedos de la mano que su objetivo tiene levantada hacia él. El Rabioso abre la boca mientras se abalanza sobre él...

Se dejó acariciar con gusto por Eliana, siempre lo hacía. Sin embargo el deber le llama y debía comportarse como un buen chico, así que avanzó al frente junto a Boris y se preparó para recibir a la horda cada vez más próxima al grupo.

Enfrente suya se paró un rabioso que rugió con sed de sangre e instantes después se lanzó sobre el can. El arma de K9 se replegó en el lomo, de forma que le sería más fácil esquivar y beneficiarse de su vertiginosa agilidad canina. Y tal fue que esquivó el ataque, giró sobre sus patas biónicas y saltó sobre la nuca de su atacante, mordiéndole el cuello y descolocándole de forma inhumana la cabeza -más que el propio hecho de que una persona volviera a la vida después de la muerte, si cabe-.

Sin vacilar, aprovechó que el rabioso cayó al suelo sin oponer mayor resistencia y presumiblemente muerto para hacer objetivo a otro más que había centrado su atención en Boris. En un movimiento similar, volvió a atacar al cuello, pero esta vez por delante, tumbando al rabioso de espaldas al suelo y sacudiendo la mandíbula una vez clavados los dientes hasta arrancarle de cuajo la garganta.

- Grrrr... - Gruñó, mostrando sus metálicos colmillos manchados con sangre. Él también había pasado por el dentista, al igual que sus amigos los rabiosos mutantes.

El ataque continuaba con fiereza. Por cada impacto que acertábamos y que dejaba fuera de combate a un rabioso, varios más ocupaban su lugar y aunque no eran infinitos, como siempre, no era esa la sensación que daban. Más bien parecía como si estuviésemos intentando detener una inundación con un simple trozo de madera. K9 se movía con rapidez y atacaba con fiereza, haciendo gala de sus armas y también de su dentadura, como si estuviese compitiendo con la de aquellos rabiosos que habían caído desde la plataforma.

Pero para él moverse resultaba sencillo mientras que para los demás, era todo un reto acertar y no dejarse morder o arañar.

Retrocedí todo lo que pude, mientras continuaba disparando sin cesar, ganando espacio para seguir disparando. Cuanto más pudiese retroceder, si es que el muro me lo permitía, más conseguiría mantener a distancia de disparo a los rabiosos.

El ensordecedor ruido de los disparos resonaba por todas partes, mezclándose con los rugidos de K9 y los guturales sonidos de los rabiosos, pero nada de eso podía compararse a la visión de todos aquellas criaturas que alguna vez fueron humanos y que ahora se dejaban arrastrar por la irresistible ansia de devorarnos.

Los rabiosos seguían avanzando hacia nosotros y al contrario que el bueno de K9, que acababa con ellos como si no le costara nada, a mí me costaba horrores deshacerme de ellos. Al no haber acertado con la pistola, tres de las criaturas se centraban en mi y no podía permitirme cometer otro error.

Me mantuve en mi sitio, con los cascotes delante de mí. No era mucha cobertura, si se lanzaban hacia mí, me alcanzarían seguro. Con la katana ya preparada, di un tajo al rabioso al cual había disparado antes. Esta vez no hubo fallos. La espada le entró por la boca, saliendo por la nuca. Una imagen no muy agradable.

Saqué la espada de la cabeza del zombie y me preparé para recibir a los otros que todavía estaban en pie.

La caída de la plataforma seria un problema después, pero en ese momento era un gran alivio. Alex dio un paso lateral para colocarse en el centro de la plataforma y atraer a los rabiosos mientras retrocedía sin parar de disparar, las langostas podían ser un dolor de pelotas, pero con su blindaje podía aguantar bien a los rabiosos normales y dar tiempo a sus compañeros.

—Detrás de mí, retroceded—. Entonces se giró hacia K9 sin tener claro hasta que punto le entendería. —Tu aquí cerca por si se acercan.

Eliana pegó dos tiros al frente, tratando de librarse de los rabiosos que parecían haberla cogido cariño a su manera, y echó a corrrer, obediente, para parapetarse detrás del enorme ruso. Por desgracia, a uno solo lo dejó tonto y la bala rebotó en el otro. 

—Todo tuyos, te los regalo. Estoy segura de que era una relación tóxica —dijo mientras se sentaba durante unos segundos detrás de una caja para revisar cuántas balas le quedaban. 

Los disparos de los soldados se mezclan con los gritos de los Rabiosos como en los días álgidos de las Guerras Rabiosas. Los dientes de K9 y la ametralladora de Alex forman la línea de ataque principal causando estragos entre los infectados. El enorme ciborg, confiando en su poderoso blindaje hace un nuevo barrido con su ametralladora destrozando a uno de los Rabiosos que se acercaba a Cristina. El resto de la ráfaga hace caer a uno de los Rabiosos que atacaba a Eliana y desequilibra al segundo mientras mientras la médica de combate impacta con una de sus ráfagas en el hombro de otro Rabioso, haciéndole girar como una peonza y desequlibrándolo.

Pero los Rabiosos no sienten miedo, ni se desmoralizan. Simplemente avanzan y atacan hasta que son destruidos. Uno de los que se dirigía a atacar a Alex encuentra en K9 una presa más asequible, pero el perro ciborg no tiene problema en apartarse de sus dientes. Los tres Rabiosos frente a Johan terminan por rodear su parapeto y atacarle en grupo sin preocuparse por su katana, arrancando un trozo de su armadura con los dientes y conmocionando al soldado...