Partida Rol por web

"¿¿Qué va a ser, intrépidos aventureros??"
 

Saco mi hacha y mi escudo y prosigo con cautela observando atentamente, intentando ver más allá de la niebla.

Te das cuenta que la puerta principal está entornada. No ves nada inusual más allá, al menos hasta dónde tus ojos penetran la niebla...

El pícaro levanta una mano, con un gesto sutil pero imperativo que viene a decir: "no os mováis, dejad que me acerque a echar un vistazo". A continuación se adelanta sigilosamente para explorar el grupo de edificios cercano, con el arco listo.

Zaev entra sigilosamente en la casa. Dentro encuentra una vista dantesca: alguien le ha dado la vuelta a lo que en su día debió ser un lavadero rectangular de piedra y lo ha convertido en un improvisado altar. Encima del mismo, y sujeto todavía con correas, yace un cadáver cuya túnica ha sido rasgada longitudinalmente. El cuerpo subyacente ha sido sujeto a múltiples cortes, de tal manera que la sangre seca lo empapa todo.

Un ídolo crudamente tallado, de forma crudamente lupina, preside la macabra escena. Te das cuenta también que hay huellas humanoides de barro que van desde las proximidades del improvisado altar hacia fuera de la casa.
 

- Despejado, indica Zaev a sus compañeros desde el umbral de la puerta. Después de todas las muertes, apariciones y monstruos que ha visto últimamente, parece que se está volviendo indiferente ante estas escenas. Cuando sus compañeros llegan, lo encuentran estudiando las huellas.

Son realmente 2 tipos de huellas. Las más antiguas (cuyos bordes están más borrados) son de humanoides en forma híbrida (a estas alturas ya has visto suficiente para saber que son hombres lobo) y las mas recientes son de humanos o equivalentes.

Un componente del grupo que dejó estas últimas huellas se iba parando periódicamente, hay marcas de que se ha arrodillado un par de veces. Obviamente estaba rastreando al grupo anterior. Las huellas llevan hasta el sureste, aunque la niebla no te deja distinguir su destino.

Tras la llamada de seguridad el clérigo avanzó, no exento de prudencia pues no sería la primera vez que sus enemigos habían demostrado habilidades superiores a las de sus compañeros en lo relativo a emboscadas y trampas. La escena, perturbadora, le hizo torcer el gesto, pero ya habían visto demasiadas escenas similares a lo largo de sus viajes como para verse escandalizados más allá de la profanación que suponía.

Dado que aquello recordaba a un altar se acercó con cautela, intentando buscar algún signo reconocible que les permitiera obtener más información de qué había pasado allí.

Garev reconoce el ídolo como representación de Jezelda, el Lobo Demoniaco, patrón de la manada del mismo nombre. Es obvio que los seguidores de Adrimarus Ionacu son los responsables de esta carnicería.

El cadáver sobre el crudo altar será, por tanto, uno de los cultistas del Sendero Susurrante, sacrificado para asegurar el favor del infernal ser.

- Propongo que tiremos del hilo. Podemos intentar cazar al grupo del sendero susurante, o podemos seguirlo desde la distancia y esperar a que se enfrenten con los lobos demoníacos, si este enfrentamiento no se ha producido ya. También podemos aproximarnos a la ciudad desde otro punto, pero prefiero lo malo conocido...

- Si el clérigo no lo considera sacrílego, me gustaría examinar el cadáver en busca de pistas. También echaré un vistazo a las otras dos construcciones en ruinas, mientras decidimos qué hacer.

El cadáver del cultista muestra varios cortes poco profundos y uno central en el pecho. Aparentemente le han extraido el corazón. No hay mucho más que ver. El resto de los edificios están en estado ruinoso y no encontráis nada de valor.

Garv mostró su consentimiento, no había mucho que profanar que no se hubiera hecho ya. Obviando el detalle de ser un cultista de una deidad prohibida. El hecho de que faltara el corazón le hizo preguntarse los motivos. ¿Tal vez pretendían hacerlo pasar como el auténtico corazón de hombre lobo para alzarse con la corona y justificar sus proclamas? No dudaba que podrían intentarlo con algún conjuro de ilusión

-Sigamos el rastro, temo que empleen el corazón para algún ritual o como sustituto falso del corazón de la ceremonia para coronarse como señor de los lobos de este lugar-

Avanzáis internándoos en la niebla, siguiendo las huellas. El terreno está encharcado y a la leve niebla se ha unido una ligera llovizna. Todavía no es mediodía, pero las condiciones atmosféricas limitan bastante la visibilidad. Varios árboles muertos son los únicos testigos de vuestros pasos.
 

Zaev oye ruidos más adelante, incluso antes de que la niebla le deje ver a los que los generan, posiblemente un hombre y dos cuadrúpedos de tamaño mayor que un perro, quizás caballos.

Garin permanece alerta, siguiendo al rastreador del grupo, pero no parece percatarse inmediatamente del peligro. En cuanto al clérigo de Pharasma...
 

Los ojos del seguidor de Pharasma tampoco pueden atravesar el velo de niebla. Sólo Zaev, en funciones de explorador, está suficientemente alerta...