Partida Rol por web

Después de conjurar un par de trucos menores, Alatar aprovecha sus recíen lanzada magia para echar un vistazo y susurrar a Eredhir:

- Eredhir, por cierto.  Ningún síntoma ni nada de qué preocuparse por el momento. Cualquiera diría que es usted un médico excelente...

"Los dioses están de tu lado, amigo. La última vez que ejercí de 'sanador' el pobre diablo se pasó tres días en el 'trono'."

Eredhir no halla nada salientable examinando el entorno, pero sí un rastro de huellas en el barro de un cánido de gran tamaño que ha pasado a toda velocidad durante el día de ayer. Vino desde el noroeste y se dirigió hacia los dos edificios que quedan al noeste de vuestra posición actual (el molino y el edificio de dos pisos). Estaba levemente herido pues hay escasas gotas de sangre ya seca alrededor de una de las patas delanteras...

"Mirad esto... aquí, en el barro... un rastro de sangre proviniente del noroeste y que se aleja hacia las casas de esa dirección" - dice el elfo señalando al noreste. "Vamos a su encuentro? o hacía el origen de su huída?"

- No lo sé, la verdad es que ayer ya tuvimos suficientes problemas, quizás fuese buena idea intentar evitarlos hoy y buscar al otro grupo... un rastro de sangre y licántropos no son una gran combinación para una vida plácida.

Nuestros héroes se debatían pensando hacia dónde ir... Por un lado no querían seguir al supuesto lobo (o hombre-lobo) a su lugar de refugio. Y la posibilidad de ir hacia lo que lo que fuese que había obligado a huir a esa poderosa bestia tampoco les seducía. Por otro lado, el otro grupo debía estar cerca según había determinado Dalía...

"Tus augurios marcaban una dirección clara, Dalía. Sigamos los designios de los dioses: al noroeste..."

- De acuerdo pues, abre camino, guardaré distancia. No te arriesgues.

Alatar asiente y se dispone a seguir a Eredhir

Eredhir, Alatar y Dalía continuaron hacia el noroeste. Las huellas del lobo provenían de una casa baja, que parece una de las pocas viviendas que permanecen intactas en este pueblo maldito. Podían ver que había tablones apuntalando las ventanas y la puerta principal parecía estar firmemente cerrada. Detrás se podía ver dos edificios más, uno de ellos con una chimenea alta.

Eredhir se aproximó con cautela a la vivienda...

Dalía se preparó para lanzar su mejor conjuro, el que ya los había sacado de varios apuros, en cuanto hubiese la más mínima señal de peligro.

El mago renueva sus conjuros anteriores, y se queda cerca de Dalía preparado para lanzar conjuros de protección más poderosos.

"Recordad que quizá podamos negociar" Susurra...

Eredhir se acercó sigiloso a la venta, con la intención de ojear a través de las rendijas entre los tablones.

Eredhir escucha de manera clara "hu hu hu AH AH AH HU HU!!!" proveniente del frontal de la casa. Dirías que se trata de un humano imitando a un mono...

Mientras consideras las terribles implicaciones de enfrentaros a los temíbles licántropos hombres-gorila...
 

...Un monillo escuchimizado aparece por una de las esquinas de la casa y se dirige hacia vosotros...
 

Alatar no da crédito. Su cerebro intenta casi de forma inconsciente dar explicación a lo que ven sus ojos...

- ¿Pero qué...?

El ojo entrenado de Alatar le permite determinar que ese monicaco no es un simio ordinario. Está claro que se trata de una criatura potenciada mágicamente y su pelo desordenado que parece cambiar mientras lo mira y ojos sin pupilas, completamente negros, lo marcan como una criatura del plano caótico de Limbo.

- ¡Atentos! Ese no es un mono corriente. Al menos no pertenece a este plano... Puede que sea el familiar de un mago o un convocado...

Y alzó algo la voz, sintíéndose un poco ridículo hablando con un mono...

- ¡Eh! ¡Dile a tu amo, si es que lo tienes, que no queremos problemas!

Dijo sin estar muy seguro de que le entendiera...

Dalía se quedó sorprendida como los demás, en una primera idea no supo muy bien qué pintaba allí un mono, y no quería pararse a hacer una adivinación que le requeriría unos segundos preciosos.

- ¿Sabes de qué plano? Puedo lanzar un conjuro de lenguas para hablar con él... 

- Procede del plano caótico del Limbo, si mis hipótesis son correctas.

Dijo sin apartar la mirada del macaco...