Partida Rol por web

Le salio de adentro a Jesica decir

- Matemos a esta perra mientras este en el circulo, si no guardara toda su energía  para nosotros y cuando nos queramos librarnos de esta perra, sera difícil y tarde.... 

El señor africano hacia bien su trabajo, mientras que yo misma me sentía inutil sin poder hacer nada...  

- Jamas nos dirá donde esta Agnes con este metodo... Tenemos que encontrar su corazón...  Dije mirando a los presente y mirando aquella mujer sonriendo hacia ella. -Esta claro que su corazón tiene que estar  por aquí cerca.... En una caja pequeña enterrado debajo de la tierra... No se pero seguro que esta aquí en su casa... 

Bufó ante la vulgaridad de Jesica y su plan de escavar todos los terrenos circundantes.

-¿Se cree que es algún Davy Jones, para tener el corazón enterrado? Está viva y poseyendo a personas, seguro que su "corazón" no está a metros bajo tierra como si fuese un cadáver, sino latiendo, en un cuerpo...

Se le cruzó por la mente la idea de quién sería el corazón de Annis y por qué los estaría atacando , pero se lo guardó para si mismo. Aún era temprano para semejantes indagaciones.

-Sólo salgamos todos para que el brujo aquí presente se encargue de ella...-escupió la palabra "brujo", con asco- Y busquemos por la casa. Es lo más sensato, en lugar de estar aquí parados como dianas y esperar ... ¿a qué? Anda, en marcha todo el mundo. Si esta ahí restringida no hace falta que estemos todos aquí. No los niños, ni las damas. Si eso el brujo y el señor inspector para ponerle fin... 

Para él, las acciones que debían tomar eran claras como el cristal y no dudaba en llevarlas a cabo. Pero se sorprendía ante la paupérrima iniciativa de sus compañeros. "¿Con ellos tengo yo que buscar a Agnes?" 

Ante vuestro comentario de buscar su corazón ella se encoge de hombros y se rie jocosamente.

- Bravo, Jesica... desde luego eres la más inteligente... El señor Mordred es pura palabrería. Solo hay una persona que conoce donde está mi corazón, y dudo mucho que él os diga nada. jajajjaa... Queridos...estáis perdidos!- La Evil Amy, se mueve  en círculos mirando a cada uno de vosotros, hasta que se para a mirar a la dulce Edith Cushing.

-Ni el brujo puede retenerme  aquí para siempre ni el inspector podría hacer nada el solo. Lamentablemente para mi... la decisión es de Agnes si quiere venir conmigo o no. La oscuridad nunca podra poseer a la luz sin su consentimiento... pero eso es algo que estoy por cambiar.- Sin moverse cerca de Edith, que sujeta su libro con fuerza, gira la cabeza para mirar a Alice.

- ¿Sabes, Alice? Quizá encuentre en Agnes lo que no hay en ti ahora...Tanto tiempo y la solución podría ser ella... Sabes que de una manera u otra lo conseguiré. Lo que quiero cada vez está mas cerca... y estos bufones- Dice señalándolos a todos- Son ahora una cuestión personal que hay que erradicar. No mas intromisiones... sabéis que la vida os va en ello. No habrá mas avisos. Tenéis dos días para desaparecer de Londres... Os dejo como muestra esto.- Léntamente gira la cabeza hasta mirar al señor Edward y, mientras le guiña un ojo dice unas palabras que calan hondo en su ser y que sabe que pronto llegarían.

- Se que has visto algo... querido, ya me dirás si  se parece en algo...- Dice con una sonrisa

Como si su alma hubiera dejado su cuerpo, le señorita Amy Wood despierta de un sueño.

Os mira a todos extrañada de estar en el centro de todos y mira interrogantemente a Edith Cushing, pues no sabe porque esta tan cerca de ella.

Luego abre los ojos hasta casi salirse de las órbitas y empieza a balbucear como si no quisiera que ocurriera algo.-

-No....nnn...nooo - Dice mientras se lleva mas manos a la cabeza simulando un dolor creciente que le esta haciendo explotar la cabeza poco a poco por dentro.- ...Noooo, la ira...me..llena, no puedo...Lo..lo....ll...lo.... lo siento- Dice apenada cuando siente que ya no puede mas.

Sus ojos cambian a un rojo oscuro inyectado en sangre. La bruja no esta dentro de ella, pero ha dejado algo que no esperabais. Lamentablemente, de una forma u otra conoceréis el secreto mejor guardado de Amy Wood.... Tan solo una risa oscura y malvada emerge de los labios de la tabernera.

Noah sintió como el poder se iba debilitando. El espíritu tenía razón, no podría sostenerlo más tiempo y, cuando esté abandonó el cuerpo la señorita Amy Wood ya no parecía ser la misma que había llegado con ellos.

Vio como finalmente la vela se consumía y suspiró, cansado, haciendo caso omiso a los comentarios despectivos de Mordred. Sí no fuera por las circunstancias actuales, posiblemente se despertaría con algún miembro menos o quizá con alguno de más.

- Necesitamos encontrar ese corazón. - dijo mientras vigilaba los movimientos de la mujer.

William dio un brinco hacia atrás cuando Annis Black se apoderó de la srta. Wood, viendo cómo aquella escena parecía convertirse en un "Yo la tengo más larga". Aunque no lo pareciera eso le dio tiempo a analizar bien a la srta. Wood, aunque eso sí, mostrando la cara de chico asustadizo que la srta. Black esperaba. -* Un momento... *- pensó, fijándose en cómo Amy Wood recobraba la conciencia en sí misma, y estudiando cuidadosamente las palabras que habían intercambiado Black y Merril.

En cuanto no quedó rastro de aquel espíritu, Will comenzó a acercarse a la Srta. Wood con paso calmado y meticuloso. Sin embargo, antes de llegar a donde se encontraba, sus ojos cambiaron y su tono se volvió malévolo. Dio un paso atrás y buscó ayuda en los demás. Miró hacia un par de los presentes del género masculino. - Sujetadla, por favor. - 

-* Adormideras... Supongo que si el corazón, como dice la mujer esta, está escondido por ahí... También estará impregnado con este maldito veneno. Sé muy bien que esta sensación es rara en la srta Wood, pues nunca antes la había notado al estar cerca de ella. Por tanto, es Annis. *- Meditaba Will, mientras se acercaba a la srta. Wood, acto seguido de que Annis la hubiera abandonado. -* Este hombre parece que sabe mucho, y al final deshecha una idea magnífica, sólo porque no se le ha ocurrido a él... Ingenuo. *- pensó ante las palabras de Le Fay.

-* Adormideras... Supongo que si el corazón, como dice la mujer esta, está escondido por ahí... También estará impregnado con este maldito veneno. Sé muy bien que esta sensación es rara en la srta Wood, pues nunca antes la había notado al estar cerca de ella. Por tanto, es Annis. *- Meditaba Will, mientras se acercaba a la srta. Wood, acto seguido de que Annis la hubiera abandonado. -* Este hombre parece que sabe mucho, y al final deshecha una idea magnífica, sólo porque no se le ha ocurrido a él... Ingenuo. *- pensó ante las palabras de Le Fay.

Annis te mira de arriba a bajo cuando te apartas de ella.

- Oh! Agnes, querida.. no seas tan pusilánime!- Dice con una mueca de asco, pero sin dejar de sonreirte

Ella se aleja un poco de ti y empieza a andar hacia las puertas enrejadas. Por fuera, estas rejas parecen simplemente eso, unas rejas, pero sabes que algo mas se esconde tras esa fachada virtual. Los ojos de tu hermana distinguen que , tras el umbral de las puertas, se encuentra ese reino de cenizas y decadencia que antes tu hermana te mostró.

- Te ofrezco una tregua... después de Alice, eres la única que me puede dar lo que necesito. Ven conmigo, Agnes.- Te tienta mientras se pone delante tuya y te agarra las manos, con una dulzura inusual. Para nada te esta forzando. Simplemente acaricia tus manos con una ternura... fría, pero sin "maldad" aparente. Igual que cuando tu hermana corría contigo por los prados , ella te sostiene una de tus mano son las suyas.

-Te puedo mostrar cosas que nunca has visto. Secretos de este mundo que jamás nadie sabrá que existen. Secretos de otro mundo , si quieres... tu imaginación es el limite, Agnes! Ven conmigo! Te haré sentir cosas...- Dice lamiéndose los labios con lascivia... la misma que mostró con Mordred - ... jamas sabrías lo que podías sentir... ¡Rasguemos el velo juntas y veras que la Umbra no es mas que lo que tu quieres ver¡... Se que has visto mi mundo, cariño. No se como pero se que lo has hecho y estas asustada por ello. Se que no es... bonito ni...

Te suelta las manos y se aleja un poco, dándote la espalda. Sus palabras se vuelven un tanto confusas y ensombrecidas por la ira.

- La culpa de ello es de Alice... ¡¡Todo es culpa suya!! Me abandono, ¿Sabes? Quería irse y dejar que me pudriera en esa...casa de locos!!- Annis se lleva las manos al pecho conmovida por una extraña nostalgia, como si empezase a recordar fragmentos de su pasado- Nuestro mundo. Juntas creamos nuestro mundo... y ella lo destrozó todo! Lo dejamos inacabado...  Y todo se derrumbó . !Todo! ¡¡¡Me abandonó!!! A mi.. me abandonó!!

Annis se gira con los puños apretados aun cerca de su pecho.

-Sabes lo que es que te abandonen, ¿Agnes? ¿Sabes lo que es querer a alguien mas allá de de este maldito y jodido mundo? Le di mi corazón, Agnes... literalmente le di mi corazón!!!- Annis Abre su vestido y ves, perfectamente, que donde debería estar un corazón, simplemente hay un agujero negro donde no hay nada. Solo una fea y y negra abertura, con unas lineas de carne , a modo de tiras que pretenden unir los dos extremos en vano. -... y que... un día diga tan solo " me tengo que ir"... No , claro... no lo sabes, querida. -Annis cierra su vestido y alza su cabeza interrogándote de nuevo.

- Pero no necesitas saberlo, Agnes... ven conmigo. yo puedo darte muchas cosas que nadie puede. Ni siquiera las promesas vacías de Alice pueden compararse con las mías. Yo te ofrezco la verdad!! Ni mas ni menos!! Reconstruyamos juntas mi mundo... nuestro mundo. Será como  tu quieras que sea, Agnes!. Prometo... Prometo... ¡¡¡Soltaré a Lorina y a la madre de Genevieve!!! Se que al principio sera difícil.. pero luego... ya verás, Agnes...- Dice acercándose de nuevo a ti, y cogiéndote de nuevo las manos y llevándoselas a la altura de los labios.- ... Enséñame a amar de nuevo, y te prometo un amor sin condiciones. Un amor que lo llenará todo de vida. Haré desaparecer la oscuridad de mi interior... con el tiempo. -

Alza su vista hasta encontrarse con tus ojos. Sabes que te toca contestar, mas...  tu decisión podría cambiarlo todo

- Dime Agnes... ¿Me acompañaras allí donde vaya?¿ Seras mi Reina Blanca?

Seguía muy asustada, pensando en las mil formas en que podría escapar, pero también las mil formas en que seguramente la atraparía,  tensa, la deja moverse, más cuando se pone cerca de las rejas, dejándole el camino para irse, pero Annis tenía mucho que decir, mucho más, y los fantasmas que atormentaban a esta alma errante se levantaban con una sinceridad que parecí real, y eso era lo  peligroso, que fuera real, y por sus decisiones y miedo, frustrara la posibilidad de terminar todo aquello, o, e cambio, si era mentira, y accedía, perdería su alma y se transformaría en los seres oscuros que su hermana le había mostrado. 

Annis parecía realmente perturbada por haber sido abandonada por Alice en el manicomio, y esa perturbación impidió que ella descansara en paz, debía ser eso, lo que hacia que ahora volviera como el ser terrible que era. Sujetaba sus manos, o más bien no ponía resistencia a la tocara, intentando determinar el porqué de todo eso, el porqué en un principio, todos los que estaban en esa mansión habrían de morir. ¿habían sido testigos de algo?, ¿cual era la conexión entre todos, más allá de los dones especiales que tenían?. Agnes seguía nerviosa, se daba cuenta que podría darse una salida a esa locura, aunque significara irse de este mundo a ese mundo de oscuridad.

- ¿por qué yo...?¿qué comparto con la señorita Alice?...- la vio indicarle que deseaba llevársela, pero no la obligaba, seguramente necesitaba un acto voluntario para sus fines, - Seño... señorita... necesito saber, antes de responder, por qué todos moriremos en el corto plazo... que no alcanzaremos a ver un nuevo amanecer... y... y si yo me voy con usted, todos podrán vivir... - no sabía si se encontraba en posición como para pedir cosas.

- además... realmente necesito ver que liberará a las dos personas que tiene encerada.... así... si veo que todos estarán a salvo... puedo irme... con usted...- pensó en Mordred, pensó en él, y lamentó no poder decirle que le gustaba, o que le había molestado verlo con Annis, sin embargo, si podía acabar con todo eso, lo haría. 

Genevieve escuchó el escándalo y corrió sin soltarse de Mordred y sintió el apretón de su mano por la tensión. Miró a Mordred pero sus ojos estaban completamente abiertos. No decía nada y miró al enano. ¿Él tenía un poder especial? Aunque él no parecía enterado. Será que…

Mordred insistió pero Genevieve no se movió, no respiró. Sus pupilas estaban completamente dilatadas y su boca completamente seria. Aquel encanto que la joven solía tener se había perdido, ahora parecía vulnerable. Sintió la mirada compasiva de Mordred al escuchar la voz de Annis hablar sobre su madre cautiva y apretó su mano igualmente mientras caía de rodillas presa de la desesperación.

No sabía qué hacer. Si actuaba, todo se echaría a perder pero si no lo hacía… La indecisión de actuar y condenar a su madre o no hacerlo y guardar la esperanza. Genevieve se sentía más confundida que nunca.

Tras esto, Annis habló. Su corazón. De ser lista, no lo guardaría en su cuerpo y ella misma lo admitió. Por ello Genevieve alzó la mirada y al ver la transformación de Amy, se quedó helada viendo cómo su rostro cambiaba de esa manera y se decidió a detenerla. Ella no era Annis pero no permitiría que pasara nada más. Por ello, y a gran velocidad, se lanzó hacia Amy para derribarla al suelo y sostenerla de los hombros. Sea lo que fuere que Will tenía en mente, más le vale que lo hiciera rápido. Había soltado a Mordred con delicadeza, de modo que no fuera a arrastrarlo consigo.

- Si usted puede hacer algo, hágalo ahora – su voz mostraba odio e ira contenida. Un leve hilo de sangre bajó por la comisura de sus labios, causado por una mordida que ella misma se había hecho. La tensión de sus músculos era tal que la fina tela de su vestido sonaba como si de un cristal rompiéndose se tratara. Su vestido y su atuendos seguían impecables, pero su rostro parecía más el de una cazadora que el de una víctima.

Miró a Laszlo suplicante. Debían hacer algo antes que la tabernera lastimara a alguien por culpa de Annis.

Cuango Genevieve cayó de rodillas, él estaba amenazando a la tabernera. Se dio cuenta tarde de que la dama estaba en el suelo. Cuando por fin se percató y quiso agacharse para apoyarla, ella se levantó hecha una tormenta y cargó contra Annis.

"¡Eso es!¡Hazlo más!" pensó, con ojos inteligentes y brillantes, mientras se desprendía de la situación y analizaba el movimiento de la dama. La fuerza, la velocidad, la brutalidad...

Era demasiado versado en todo tipo de lectura , sobre todo la fantástica, como para ignorar ciertas características que veía... Había ido a las tierras de sus antepasados, a Transilvania, y conocía mitos. Además de que había leído los bocetos del Dracula de Stoker. Y conocía de oídas más cuentos... ¿Era Genevieve una vampiresa? ¿Quizá una medio-vampiro?¿Un dhampiro? O... Tal vez algo más sombrío aún. Pero esa inocencia, esa aparente gracia y juventud, que al instante se esfumaban... Apuntaba a ser aquello... 

Trató entonces de ajustarse en cuanto pudiera a la velocidad de Genevieve, a imitarla. Así, corrió hacia la tabernera, situándose al poco rato cerca de la dama pelirroja. Su movimiento, no obstante, no había sido súbito ni parecía sobrenatural, sino simplemente muy ágil. Así, llegó tras la cabeza de la tabernera e, hincando rodillas en el suelo, cogió con la mano izquierda la cima de su cabeza y con la otra el mentón, la papada, para, en caso de extrema necesidad, quebrara el cuello. Era una medida más que drástica, pero los riesgos no se permitían.

Miró entonces con seriedad a Genevieve, y se detuvo en el hilillo de sangre que corría por su rostro. De nuevo aplacó su impulso violento. Como la pelirroja estaba ocupada sujetando a la bruja , y la cabeza no requería urgentemente de dos manos, Mordred extrajo con la izquierda, soltando el pelo de Amy, un pañuelo de un bolsillo. Blanco, y preñado de perfume suave y encantador. Limpió el rastro sanguíneo con gentileza y luego, por segundos, antes de doblar el paño, miró la sangre.

Luego retomó su postura ejecutora. 

Los ojos del joven se abrieron más de lo normal, mostrando una expresión de asombro, al ver que quien saltaba para inmovilizar a la srta. Wood era la srta. Shaw. - Gracias, Srta. Shaw. En seguida. - respondió el joven a la chica.

Acto seguido, William se acercó a donde estaban ambas, en el suelo y miró por un segundo la zona. Estudió los ojos de la tabernera, llenos de ira y consumidos por el odio. - No volverá en sí... Lo siento, y gracias por todo lo que ha significado para mí, Amy. - dijo, sin apartar la mirada de la mujer, visiblemente afectado. Al cabo de 2 segundos, comenzó a deslizarse encima de la mujer. Poco a poco se abrazó a ella, sujetándola por la cintura, y la apretó con toda su fuerza. 

*...*

Abrió levemente la boca y se acercó al cuello de la mujer. El gesto del joven recordaría a un beso, muy fuerte, en el cuello de la descontrolada Amy Wood, que no se despegaría hasta que aquel cuerpo quedara libre de vida.

*...

Justo en el momento en el que se abrazó a la mujer, y sin que ninguno de los presentes lo notara, hundió sus negras uñas dentro de la carne de la mujer, liberando todo su veneno en su interior. 

Luego abrió levemente la boca y se acercó al cuello de la mujer, a modo de disimulo, pues su forma de matar debía permanecer en secreto. El gesto del joven recordaría a un beso, muy fuerte, en el cuello de la descontrolada Amy Wood, que no se despegaría hasta que aquel cuerpo quedara libre de vida.

...*

Annis se muerde el labio de forma sensual cuando te oye hablar, y a cada palabra que haces simplemente cierra los ojos, imaginando... quien sabe que!

Tan solo dirige el dedo indice a su boca, indicando silencio, mientras mantiene los ojos cerrados, y despues lo lleva a tus labios.

-¿No lo oyes, Agnes? Tu corazón... tiene dudas. No me gustan las dudas. Te ofrezco muchas cosas a cambio de que creas en mi. - Abre los ojos y ves, en ese  momento que son de un azul tan intenso que seria imposible compararlo con nada que hayas visto. Alice esta ahora seria pero aun se mantiene junto a ti agarrando una de tus manos con delicadeza.

- No puedo liberarlas... Son mi seguro de que Alice no hará nada insensato. Y las muertes... ummm... me tientan tanto, Agnes... no sabes lo que estoy luchando por ello. El ser que llevo dentro grita por salir y destruirlo todo. A duras penas puedo contenerla... pero al fin y al cabo es mi decisión que viva en mi. Ella me dió cobijo cuando Alice me abandonó- Dice Annis con palabras de amargura.- Después de que Alice me dijera que se iba... que no volvería nunca jamás a verme, y que nuestro mundo estaba destinado al olvido... Es frustrante oír eso, ¿no crees? Así que busqué dentro de mi y... ella me encontró. Ella me hizo quemar el hospital, para ser libre!! Ella desearía mataros a todos. Y cada día que paso lejos de Alice me fundo mas  y mas con esa esencia y pronto no quedara nada de May Robson en esta carcasa. ¿ No lo entiendes? Esto no acabará nunca hasta que... Alice vuelva... o tu ocupes su lugar-  Dice acariciándote el rostro con la mano.- Esa luz en tu interior, Agnes, es como la de Alice, pero la tuya no tiene maldad... Es como la luz de una farola para la polilla.

Después se aleja dándote la espalda. Alejándose cada vez mas y mas de ti en dirección a el enrejado que hay frente a vosotras. Luego te mira de reojo por encima del hombro y te susurra.

- Tienes dos días para decidirte Agnes. No intentes nada... solo piensa en ello. Yo te encontrare Agnes. Te lo prometo  Sabré si mientes, recuérdalo. Te ofrezco mi amor sin trampas... espero que tu respuesta sea igual de sincera. Si no, acabaré con todos. Uno tras otro. - Después sigue caminando al enrejado hasta que pronto, su silueta empieza a desaparecer, como si desvaneciera en la niebla formando remolinos negros que se enroscan sobre si mismos mientras suben en espirales hasta fundirse con la atmósfera.

- Quizá te gustaría saber... que allí dentro ya sois uno menos.- Susurra el viento entre los arbustos a tu alrededor.