Partida Rol por web

Penny Dreadful: 1°Temporada.

4. A Little Piece of time

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21/03/2016, 00:00
Agnes Blackstone

el rugido la hace detenerse, ya estaba llegando al descanso de las escaleras cuando siente los dedos masculinos de un hombre apretando su hombro. Profundos miedos hacen que se altere y que sus ojos se llenen de lagrimas. Tanto tiempo zafando de hombres que deseaban tocarla, que creían que era como las otras chicas del burdel. No, era diferente, un lirio en medio de un pantano, que por providencia divina, no se había marchitado del todo. Como si careciera de fuerza y voluntad, la llevó contra la pared, en donde no ofreció resistencia alguna, era un corderito, y esos ojos largos lo miraban con impaciencia, él, siendo mucho más alto y fuerte que ella, la tenía controlada.

-¿qué es a lo que le teme?- no sonaba a amenaza, sino a una gentil pregunta - no gritare - ¿no?, pero si lo mueve, para zafarse y recuperar un poco de espacio vital.

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21/03/2016, 00:19
E.Allan Poe

El señor Poe bufa y muestra una sonrisa sarcastica. Es totalmente un hombre incredulo y lo que acaba de oir, pese haberselo comentado su prometida, la señorita Lorina, la noche anterior, se le antoja inverosimil.

- ¿De verdad, señor Edward? ¿Es usted un viajero en el tiempo?- pregunta con tono sarcastico.- Mi joven amigo el señor Wells tiene que escuchar esta historia... oh, si.. le vendria muy bien para poder publicar otro de sus libros. Saben esta bastante influenciado por el señor Verne... dice que necesita un relato impresionante para su revista de la universidad.- Dice levantando las manos de forma exagerada como si todo esto fuera una obra de teatro. - Seguro que su historia le encantaria...

 

Notas de juego

H.G.Wells Escribio La maquina del tiempo en 1887, pero con el título original: The Chronic Argonauts en el "The Science School Journal". En 1895 se publico el libro bajo el nombre de The Time Machine ^^ (se nota que me encanta Wells :P )

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21/03/2016, 00:24
Mordred Le Fay

No se relaja ni un ápice. Hacía falta más que palabras bonitas para quitar ese peso de encima.

-Temo por tu salud, por tu bienestar. -contestó en tono macabro, serio, y en bajo- Ahora, dímelo. Todo.

¿Qué había visto? ¿A qué había venido esa reacción? Si era lo que él pensaba, si su secreto había sido descubierto... De todas formas, ya iba pensando en quitarle la vida. Pero demasiados factores la protegían: ignoraba exactamente qué sabía ella, y además no era una mala persona, no era pecadora, por lo que no podía simplemente matarla; estaban, además, en público; no tenía una verdadera razón para hacerlo; y , lo más importante... ¿Cómo iba a quitar la vida a una rosa? ¿Quién pudiera ser tan cruel para hacerlo? ¿Tenía él ese poder? ¿Era, acaso, capaz de matarla?

-No, no lo soy...-murmuró para si mismo, olvidándose por momentos de que ella estaba ahí.

Por esos momentos, sus ojos volvieron a cobrar vida y su voz había sido gentil. Pero de nuevo se asomaba el Mordred arturiano, el traidor, el oscuro. Su mirada se petrificó y con ella su gesto. 

 

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21/03/2016, 00:52
Agnes Blackstone

quería saber todo, pero ella no sabía nada, solo eran sensaciones, miedo, un miedo sobrecogedor, él era, una persona peligrosa, pero la razón, no la tenía del todo claro. Sus palabras y su gesto la hacían sentirse más y más intimidada y más cuando no se quieta de encima. Su barbilla tembló y debió llevar su mirada a un costado, a las sombras.

- ... aún bienestar que se vería amenazado por ti... si me consideras una pecadora... ¿Cierto?- se estremeció, no sabía si había encontrado las palabras correctas para hablarle - ... Mejor..: Aún no sabe si somos útiles a sus fines... como cazar a esa mujer, pero ese no es su fin... ¿No?... - vuelve a interpelarlo, pero sigue temblando, sus manos, sus dedos se entierra en la pared - eso es lo que vi... nada concreto, solo la certeza en lo que dice... y su amor por la vida, somos como el yin y el yang, usted amando la vida y yo, la muerte... creo que por eso... puede acabar conmigo... nadie aguarda por mí en casa - sus ojos quedaron a media asta, sintiendo su aroma, resignándose. ¿Así sería su muerte?. No muy distinta a la que hubiera ocurrido en el burdel, al ella rechazar el abuso.

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21/03/2016, 01:30
Mordred Le Fay

¿Era solo eso?¿Sólo... incertidumbre? ¿Acaso se refería a visiones?¿Sensaciones, siquiera? ¿Por eso se había puesto él así? Pero no lo lamentaba, era la actitud normal que debía tener frente a cualquier conato de investigación. Nadie debía saberlo... A Alice se lo permitía porque confiaba plenamente en que no lo diría a nadie... 

-Estate tranquila, no eres una pecadora. No de momento, al menos. Y dudo que puedas llegar a ser un monstruo. Estás a salvo... -ni se molestaba en hablar en términos respetuosos. Aquello había dejado de ser cortesía formal, para ser cortejo puro y duro, hacía ya tiempo- Sí, soy fanático de la vida. Es sagrada. Y voy a hacer que lo sea para ti también...

...

Llevó una mano al cuello de ella, como si fuera a romperlo. Sus dedos rodearon la nuca y pensó en cuán fácil habría sido quebrarla. Tan frágil... Pero no, reservaba otra cosa para su bella garganta, para ese pozo de tan bonita voz. La miró a los ojos. Era más que obvio lo que iba a hacer, y cómo. Era cierta mirada. Exhaló lentamente y luego, antes de volver a inhalar, se acercó y juntó su boca con la de ella. La otra mano había tomado el rostro de Agnes y rozaba el linde de la mandíbula, y casi parte del cuello. La piel era fina. La de Mordred, también. Y sus labios, los de él, cálidos, llenos de sangre por la tensión que iba construyéndose...

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21/03/2016, 02:03
Agnes Blackstone

su mano suave, revelando su alcurnia, se puede conocer tanto de una persona con solo sentir sus manos, sus dedos lisos, lia mucho, manos sin durezas, revelando que nunca había tenido que trabajar para nadie. Un riquillo, como lo hubiera dicho la tabernera, uno de esos ricos que miran sobre el hombro a los que cuidan de ellos, si es que se dignan a mirarlos. Pero ahí estaban, dos almas tan distintas que sería imposible imaginar un momento así. Ella, contra la pared, él, presionando su cuerpo varonil contra el pecho redondo de la dama. En realidad, no es una escena tan distinta, en el burdel es pan de cada día, la diferencia, ahí, las mujeres están solo para satisfacer los caprichos de los que pagaban por ellos; en cambio aquí, aquí no había nada más que dos personas que intentaban controlar el impulso primigenio de sus cuerpos.

- todo ser humano pude... llegar a ser un monstruo... Solo junte las circunstancias... necesarias... y tendrá a su mister Hyde - sus labios se entrecierran, espera que la libere, y que la deje salir corriendo, esos viajes la dejaban mareada, pero no, el hombre la sigue reteniendo, y ahora sujeta su cuello. Agnes levanta su barbilla, había dicho que no le haría nada, quizás mentía, y deseaba hacerla sentir esperanza para luego arrebatándoselo, en un juego macabro, pero no, Mordred la sujeta a y su mirada se tornó turbia, justo antes de inclinarse sobre su boca. Un beso, un beso robado, que fue dado mientras la tenía acorralada. Si fuera otro, hubiera salido corriendo, hubiera suplicado que la dejara en paz, pero no, su cuerpo no reaccionó, el color se fue a sus mejillas y sus ojos se fueron cerrando lentamente a medida que esa boca buscaba la suya, y compartir así una humedad creciente. La pasión la derribó y debió reconocerse flaquear por esos instantes, en medio de ese beso infinito, que le robó el aire, pero no la razón. La razón, jamás, era la razón lo que la había mantenido a salvo. 

Continuó el beso, sus manos aún abajo, hasta que reaccionó ¿quién se creía este hombre?. Atractivo, fuerte, listo, interesante, ¿quién se creía? Aparte del adonis que le puede robar la razón a cualquier doncella. Agnes lo estaba besando, ella, una rata de alcantarilla, besando a un hombre así, sin embargo, no podía permitir que él se hiciera una idea falsa de él. Así que en un acto de determinación y valor, lo separó de ella, con sus dos manos en el pecho del hombre.

- monseiur Le Fay... - se escabuyó de sus brazos - se hizo una idea errada de mí... le suplico que no juegue conmigo...  se lo suplico, ni se burle... por favor...- musita, ahora consternada por saber que había respondido a ese beso, cometiendo un fallo horrible.

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21/03/2016, 02:27
Edward Wesley

El rostro de Edward seguía tenso, la verdad tenía un precio y el límite del horror en el que vivía se estaba poniendo a prueba una vez mas. Se mantuvo firme cuando Agnes y Mordred salieron, una muerte se va a adelantar, pensó.

-Hace tiempo que no disfrutaba tanto de unos segundos de silencio, este hombre va a lograr que me explote la cabeza- le susurró a Alice una vez que Le Fay se retiró. No sentía la menor simpatía por él, pero no era de caballero compartir sus temores con el resto de los presentes, ya tenían bastante con procesar el fin de sus vidas para agregarle mas complicaciones.

Quería escuchar las palabras de Edith, que parecía que iba a poner luz a las inquietudes de Lady Shaw, pero es señor Poe una vez mas volvió a atacarlo. Realmente creerá que me hace daño lo que dice? - Será un placer hablar con el señor Wells, dígale que me vea en la universidad la semana próxima - le contestó con ironía, consciente de que no viviría tanto tiempo.

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21/03/2016, 02:33
Mordred Le Fay

Había sido bonito. Tierno. Había gozado de ello. Maldición, había estado con poquísimas mujeres en su vida. Y llevaba mucho sin contacto femenino. Y ella era por encima de la mujer normal. Pero ella rompió ese momento mágico y tan deseado. Lo rompió con brutalidad y torpeza.

-¡Conque sabes francés! ¡Mon dieu, tenía razón!-sonrió de oreja a oreja, pero aquello se esfumó rápido-...¿Idea? ¿Qué idea? ¿Qué... ?¡¿Qué?! ¿Cómo me voy a burlar? ¿Cómo puedes siquiera pensar eso? ... -se calmó y volvió a la razón. La sangre ya iba desapareciendo de su semblante y la tensión se regulaba.

-Lo siento, mademoiselle Agnes. Me he precipitado... Lo que sí le voy a decir, y lo guardaré bajo llave, para siempre, es esto: lo hice y lo volvería a hacer mil veces. Pero sí lamento las circunstancias. Habría sido gentil, y cortés, y paulatino, pero en cambio, he sido estúpido, tosco, bruto, como ... Como un animal, guiado por pasión e instinto... No se equivoque, ma belle, no significa esto que pienso dejar de sentirme fascinado por ... Por ti...-volvió a la segunda persona- Tan sólo que... Lo haré más lentamente, mejor. Te enseñaré a vivir, voy a hacer que la belleza de la vida te inunde, que quedes intoxicada de la vitae. C'est la vie, non?

Sonrió de corazón, mientras poco a poco el velo sombrío y serio volvía a proclamarse rey sobre Mordred.

 

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21/03/2016, 03:19
Agnes Blackstone

Una taciturna sonrisa apareció en sus labios ¿a cuántas mujeres como ella, un hombre del galgo de Le Fay, habían sucumbido a sus encantos y promesas para luego llegar sus barrigas de hijos bastardos? ¿Cuántas? ¿Muchas? Demasiadas como para contarlas, y luego esos niños deambulaban por las calles, sin que una mano amiga los acogiese, siendo tratados como perros. Cuantos niños eran el producto de malas decisiones y de hombres sin escrúpulos. Por eso esa mirada nublada, que se contrarrestaba con el ardor en sus labios, porque ese beso, oh, Dios, ese beso le había robado el aire, pero aún podía poner los límites. Salvarse de terminar en alguna calle, pidiendo como mendiga con un bebé en brazos, famélico. Sus labios se fruncieron, no podía saber sobre la sinceridad en las palabras de Mordred, pero sabía que confiaba en ellas. Ya lo había visto. Miró al piso, luego a los ojos del hombre. 

- no... no sé cómo deben darse estas cosas, no creo en el amor a primera vista... ni en ... nada- ella, que podía ver más allá, no creía en nada -... pero si en algo creo es.. en que realmente cree en lo que dice, o eso pude sentir... - de nuevo bajo su mirada, era incapaz de mantener sus ojos en él sin sentir pudor - ... mi experiencia me dice que cuando un hombre como usted se fija en una mujer como yo... nada bueno sale... y la que sufre es la mujer que creyó en palabras de amor... que quizás pudieron ser ciertas... pero difíciles de mantener, por eso no creo en las palabras, y claro... hubiera deseado que otras fueran las circunstancias... más pausado, más lento... para no sentirme incómoda y confundida, aturdida entre mi corazón y mi razón que me dicta apartarme... - mil veces, mil veces... Besarla mil veces ¿por qué? ¿Qué encontraba en alguien tan insignificante como ella? - además no estoy a su nivel... soy una huérfana que está sola en esta vida, ¿cómo no pensar que es más posible que la triste historia de muchas mujeres como yo... Que exista una historia con final feliz, más cuando moriremos antes de que termine el día?... de hecho, si eso es verdad, debería arrojarme a sus brazos, disfrutar del placer de la carne antes de morir, un vida de castidad cortada a mi edad... no la hace precisamente feliz... - se encogió de hombros - monseiur Le Fay, si cree que realmente... hay tiempo y puede salvarme, tome mi mano y dejemos que el tiempo estreche nuestros corazones, ya sea en una amistad, ya sea en algo más, pero si realmente cree que es posible que no logre salvarnos, pues... busquemos algún lugar solitario, y dejemos atrás las costumbres de esta sociedad nos impone, después de todo, memento mori - se tocó el antebrazo, temblando por lo que había dicho. 

Notas de juego

Creo que ya debería aparecer la anfitriona JAJAJAJAA para cortar el rollo XD !

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21/03/2016, 10:04
Mordred Le Fay

-¿Y aún después de lo que acaba de decir, va a tratar de fingir ser una persona más?-estaba fascinado y sorprendido-¿Cómo...?¿Cómo pretende hacer eso?
Se detuvo y meditó en lo que ella decía.
-He visto a pecadoras dejando morir a sus niños mientras ellas pasaban los días y las noches pecando con hombres distintos... Y cuidé de niños que no eran míos y les di hogar, aunque quizá no haya sido el que necesitaban. No había familia ahí, pero la suya les había dado la espalda... ¿Qué cree que puedo hacer mal en esto? Sólo olvidarme de lo que acaba de ocurrir, sólo enjaularlo y no volver a verlo. Eso sí, sería malo, sería pecado por mi parte..
Él nunca pecaba. Menos aún iba a hacerlo ahí, en ese momento...
-¿A mi nivel? Antes demostraste que sabías francés y de grandes escritores... ¿Y ahora te escondes? Oh, pero no eres la única huérfana aquí... Varios años busqué perdido por Europa a mis padres, ¡maldigo el viaje en el que se fueron! Pero ahí, encontré mis sombras y ... Y estoy en cierto modo agradecido , por haber hecho ese viaje. ¿Cree que no he visto hambre y sufrimiento? En ese maldito viaje traté de ayudar como fuera a cualquier persona necesitada, y me di cuenta de que era imposible, que aunque diese hasta mi sangre, no quedarían todos contentos. Por eso, y porque soy un simple hombre, carne y huesos, y porque soy patético , como todos los demás, elijo ayudarte a ti. Porque así lo quiero. Porque mereces mucho más y tienes insuficiente.-se apartó unos pasos para dar lugar a extender su brazo, y para indicar también que ya deberían ir volviendo--Déjame enseñarte a vivir... Y ninguna bruja podrá ya arrebatarte la vida.

Notas de juego

xD ya debería haber llegado... Seguro que la hermana de Alice está eavesdropping por ahí, pensando -y con razón- "Mejor historia de amor que Twilight" xD

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21/03/2016, 12:09
Director

OMG!! Que potitooooo XD
Esta tarde actualizo

Notas de juego

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21/03/2016, 12:35
Victor Nicholas Keller

Víctor estaba emocionado por todas esas noticias. Cuando el admirable caballero Wesley dio por sentada su muerte pensó que ya no podría ser como él, y eso le dio muchas ganas de llorar.

A partir de ese momento se le hizo difícil seguir la discusión que grave que tenía lugar entre las damas y caballeros, en parte debido al esfuerzo en disimular su disgusto. Hasta que escuchó los viajes en el tiempo de Wells, relatos que le encantaban. Eso le ayudó a olvidar la barraquera.

Decidió tirar por la calle de enmedio. Se levantó y habló esforzando una voz varonil, señalando al cielo:

-Señores, en momentos como éste sólo nos queda luchar por nuestra vida, y creo que lo más razonable es unir nuestras fuerzas Esforcemos nuestro ingenio en tenderle algún tipo de trampa. Se mueve por los espejos. Antes casi me agarra. Puedo volver a mostrarme y podemos atarlo con una soga y quemarlo -pensó en la muerte del señor Le Fay- o mejor, lanzarle agua bendecida o asaetarlo, cortarle con el sable o clavarle una lanza. ¡Me niego a morir sin hacerme mayor!

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21/03/2016, 13:32
Agnes Blackstone

¿cuál era la vida que él protegía?¿ La sumatoria de las funciones biológicas que en conjunto hacen aseverar que alguien vive, porque respira, porque su corazón late?  ¿O algo más?¿que era la vida sin dignidad, sin derechos, sin honor?. Era solo la mera existencia de un individuo que consumía recursos que otros podrían consumir. Triste es la idea de la eugenecia, pero más triste es cuando no solo aplicas las reglas de la biología sino de la sociedad, de las clases sociales. Las voces de una existencia con más derechos se levantaban en todas partes, y dejaban en evidencia la importancia de que la Cuestión Social, cáncer de la sociedad, se resuelva por la ley, por el Estado. ¿Estaba empapada de estas ideas la concepción de vida de Mordred?.

- respirar no es símbolo de vida - acota débilmente, sus manos se aferran a las puntas de su desteñida estola, y de tanto en tanto traga saliva, intentando saber qué decir, porque la estremada sinceridad y el miedo haría que este hombre saliera corriendo, ¿y si era cierto lo que decía?. Su corazón de harapos encontraba ligeros trazos de esperanza, ribeteados en la superficie de aquellas palabras. Palabras que podían ser llevadas por el viento.

- y no es patético...- niega con la cabeza para hacer más absoluta su aseveración - no lo es...- insistente e inocente, demasiado optimista y confiado, eso sí, pero no se lo diría - y desearía fingir ser otra persona, porque está, que soy, moría, y no quiero morir con esta congoja en el pecho, - la oportunidad de hacer lo que siempre has querido ¿cuántos tienen esta oportunidad antes de morir?. Sonrío, en realidad, desearía  ir a tumba de su hermana y aguardar ahí a la bruja.

- ... y como le dije en ese cuarto, no... no es un concurso de ver quién ha sufrido más, no... y claro que hablo sobre niveles, porque usted no me negará de su alcurnia, de su cuna, sus ropas y su manera de hablar me lo dicen, y míreme a mi, mi rostro deslabado, pálido como la luna, mis ropas desteñidas y gastadas de tanto lavar, solo mi enagua es de un color más puro, porque logre hacerla de los retazos de tela que descartaron otras, - aunque escosaba, al no ser de tela tan fina- sin embargo...  O creo que mienta, se lo dije antes, no creo que lo haga, pero creer en lo que se dice, no siempre quiere decir que sea verdad,- ahí era que él pecaba de exceso de confianza - el decretar algo, no es garantía de que se cumpla... - sus labios claros se apretaron suavemente - porque nuestras decisiones están supeditadas a muchas otras circunstancias, y muchas veces el destino tiene deparado cosas que no pueden evitarse, como la muerte o como conocernos, aunque fuera en esta triste circunstancia...- tomó una bocanada de aire, y con algo de dudas aún, tomó su mano - ... pero... le daré el beneficio de la duda, y me sentaré como espectadora a ver si logra derribar mis prejuicios, quién sabe, y aprendo algo, o usted aprende algo de mi... como que la vida no es solo respirar... monseiur - sus dedos helados tocaron los dedos de él, y una corriente de energía la recorrió por completo, electrificando sus músculos y haciendo que sus mejillas se encendieran, mientras lo miraba con esa expresión impávida de quién espera un milagro.

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21/03/2016, 14:29
Mordred Le Fay

Demasiado tiempo tardaba en hablar. ¿Qué pasaba por esa mentecilla? Deseaba poder leer la mente, ser un brujo malvado y violar esa intimidad abstracta, abrirse paso a fuerza en su mente, tal como ella y Alice lo habían hecho. Se lo merecerían las dos. Pero no lo era, sino un simple mortal. No tenía esos dones absurdos que Alice y Agnes parecían compartir -¡como hermanas!- ni era perteneciente a ese mundo de las tinieblas por donde la vil bruja merodeaba. Su mundo era ese, el terrenal, el humano, y le bastaba con los espectros del hombre, no necesitaba ni deseaba engendros infernales en su vida ni en el mundo.
Si esos bichos existían, él los iba a purgar. ¡Por la santa Fe que lo iba a hacer!
-Au contraire, indiferentemente de qué consideras como vida, respirar siempre es símbolo de ello. Aunque uno esté en coma, si respira, está vivo. Dejando de lado expresiones abstractas y filosóficas, respirar es vivir... ¿Sabes? Me da mucha pena ver a personas desperdiciar su vida, pensar que no importa, y ver a otras desperdiciarla siendo viles. Tú eres de las primeras, maldito nihilismo el tuyo. Eres libre, dueña de tu vida, y , por poder, puedes conseguir lo que te propongas. Aun cuando eso significa recurrir a métodos repugnantes -que yo aborrezco y a los que nunca caería... Pero tú no tienes voluntad, no buscas vivir. ¿No te das cuenta de qué bendición tienes? Con la juventud, la belleza, el cuerpo, la inteligencia y la limpieza interior que tienes, el mundo está en tus manos. ¿Cuántos hombres sin piernas te mirarían con admiración porque puedes andar? ¿Cuántas pecadoras, putas en un burdel, tendrían envidia porque tú no tienes que venderte?¿Cuántas otras mujeres desearían tu juventud, para enmendrar sus errores y conocer el mundo, o tu belleza para ser queridas por sus amores platónicos? ¿Y cuántas de esas personas, a su vez, tienen admiradores? Ignoráis todos el regalo que es la vida, cómo de bella es, y la convertís en miseria. ¿Cuánto ha de escribirse en libros y rezarse en iglesias para que entendáis que la vita è bella?
Se llevó una mano al rostro, apretándose la nariz entre los ojos con el índice y el pulgar. Como si se aferrase a algo para no desviarse más.
-Olvídate de mi ropa y todo eso, soy una persona como tú y todos los demás. Para tener esto, yo no he trabajado demasiado, pero sí, y muchísimo, mis antepasados. Es el legado de generación tras generación, de lucro honrado y mérito indiscutible. ¡Diablos! Creo que soy de los hombres más adinerados de Londres, y en ningún momento lo fue por robar ni matar, sino por lo que mis abuelos, mis padres, y toda mi estirpe, han trabajado. Cualquiera puede llegar a ser un titán en el mundo, sólo hace falta voluntad. Y tú, no la tienes.
Suspiró. Se sentía como si hablase a un muro. ¿Cómo podía desperdiciar la vida magnífica que tenía?
-¿Así que tu escusa para no vivir es la pobreza? Otros se escudan en el alcohol, en sus discapacidades, o en otras personas... ¿Por qué no te das cuenta de que eres una bendita joya que puede alcanzar el infinito? ¿Por qué te limitas? ¡Y encima tienes ese don!¡Qué darían mujeres "de alta cuna" para tenerlo!
Dio un paso hacia un lado y se acercó a la pared, y mientras musitaba a saber qué, se daba con la frente una, dos, tres veces en el muro.
-Y ahí dentro todos llorando como imbéciles, Alice buscando salvación en otros en lugar de alzarse ella misma, Wesley rindiéndose como si fuese un niño... La única que pensó fue Shaw, y estuvo más ocupada en dar la lata con sus conocimientos -muy agradables, sin duda- que en avivar a esos fatalistas débiles de corazón...-se puso a reír irónicamente, hacia todos ellos.
-Eres bella, Agnes. Quédate bella. No te dejes caer en la tentación y líbrate del mal. Amén.

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21/03/2016, 15:23
Agnes Blackstone

lo miro con compasión, sabía que no se daría por vencido, era una certeza , más idealizada que real, por eso se compadeció de él, un hombre contra el mundo, un solo hombre vestido de sus ideales y su fuerza de voluntad contra la tempestad que se avecinaba desde el oscuro horizonte. Agnes podría seguir con la retórica de sus argumentos, con el materialismo científico que está a en boga, incluso, del anarquismo que asomaba con recalcitrantes postulados, pero se enfrentaría a un muro de convicción, a oídos incapaces de escuchar, porque su misión era rescatar un alma. ¿Un alma?. Se preguntó sinceramente si debía sentirse como una mal agradecida, pero esa belleza de la que él hablaba, oh, esa belleza era una maldicion cuando se es pobre, cuando se está rodeada de mujeres que su belleza se le va entre las manos, cuando se es cercada por hombres que se creen con el derecho de arrebatar a otro lo que consideran suyo por designio del destino, según ellos. Mordred era un ideario, un caballero de brillante armadura pero que guardaba una oscuridad latente. Sombras que formaban su cota de mallas. Sin embargo, era lo mejor que tenía, una carta bajo la manga, una salvación que no buscaba. De todas formas, de morir, encontraría a su hermana, de vivir, aprendería a ser más agradecida. Era un negocio que le brindaba ganarías en ambos sentidos.

Por eso, sonrío, sincera y cálidamente, tampoco era culpa de él haber nacido entre algodones.

Agnes colocó su mano en la frente de él, para que dejara de lastimarse, y volvió el rostro del hombre hacia ella.

- estudio para ser enfermera, no puedo permitir que alguien se dañe... Sin impedirlo...  sin ayudarlo a evitar ese dolor  - bajo sus manos las que quedaron a sus costados - no necesita... necesitas... defender más tu posición o hacerme cambiar de opinión... dije que si... que accedo a tomar esta aventura, y estaré llana a que me enseñes... pero debes prometerme algo - mantenía el trato de "tu", pero se notaba ligeramente incomoda al hacerlo, no estaba acostumbrada - que si fallas conmigo, no importando lo que pase, no sentirá que se ha equivocado o que es culpa tuya... debe... jurarme esto - toma su mano derecha entre sus dos manos, dándole ligeras palmaditas en el dorso de esta.

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21/03/2016, 16:00
Mordred Le Fay

-No fallaré. No cabe duda. Si alguien falla, no seré yo, me permito esa arrogancia...-la miró y sonrió levemente- Y sólo es a un ser a quien juro... No juraré nada, porque no me voy a culpar de ello. C'est la vie, ¿recuerdas? 

Pero se dio cuenta de que llevaban demasiado ahí fuera.

-Sé un par de cosas sobre medicina... Más bien, en realidad, sobre anatomía... Muy básico todo, no importa... Esto... Como ya dije antes, mi casa está vacía. Sólo vivo yo ahí. Lo que voy a proponer es vigente para todos ellos, mientras se unan a mi... Puedes venir a vivir en mi casa. Tengo demasiadas habitaciones libres y sólo el polvo me es amigo, y de vez en cuando, un alma más como la mía... Pero sus visitas no son tan a menudas... Es más... -empezó a hablar para si mismo- Tendré que avisarle de todo esto... Pobre...  

-Pero ya llevamos mucho aquí y es hora de volver. Espero que se hayan tranquilizado ya, sería toda una pena tener que seguir viéndolos como unos niños pequeños... Con suerte, el caballero Wesley estará ya dispuesto -si Genevive ha hablado bien- de unirse... 

Se alejó dos pasos, volviéndose hacia atrás con la mirada.

-¿Vienes? ... Bienvenida a la vida.

Notas de juego

Ey, no lo ha frienzoneado JAJAAJAJAJAAJJA C: (aún)

Ni nunca e.e 

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21/03/2016, 16:33
Director

Notas de juego

Un segundo, no entréis aún. Déjame postear está esta tarde XD

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21/03/2016, 16:36
Agnes Blackstone

- ¿necesita constante demostrar sus conocimientos?- inquirio con un ligero gesto de suspicacia, sin embargo le gustaba esa forma de ser, revelaba la vulnerabilidad del hombre, esa necesidad constante de validarse por lo que sabía, ese rasgo que podía ser molesto para otros, lo hacía mas humano.

- ... imagino que lo que ha dicho es lo mejor que puedo conseguir - resignada, suspiro y camino hacia el hombre y hacia la puerta de entrada a ese cuarto - me da algo de pudor volver, además, el monseiur Wesley dijo que sería su casa donde moriría, quizás evitar los escenarios en donde las muertes ocurren, nos dé algo de ventaja, monseiur Le Fay - se puso a su lado, tomando algo de valor  para volver a entrar.

Notas de juego

Ok 

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21/03/2016, 17:19
Director

Notas de juego

Pero podéis seguir magreandoos XD

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21/03/2016, 17:57
Mordred Le Fay

Se quedó un poco perplejo.
-¿Qué dice de conocimientos? Ah, se refiere a la anatomía, ¿cierto? No es una muestra de conocimiento, es simplemente una mención cordial. ¿Qué tiene de malo?-cuchicheó-Sobre el escenario, no creo que una criatura de la noche invada la fortaleza de otra... Si lo hace, no saldrá de ahí. Quizás muera yo tambien, pero mi casa será tumba de esa bruja... No le tengo miedo. Ella debería tenerlo hacia mi. Viendo lo visto hoy, creo que soy el único capaz de plantarle cara... Recalco "creo"...
Se plantó frente a la entrada, con Agnes al lado.
-¿Entramos?