Partida Rol por web

Al entrar ambos en la habitacion encontrais en el salon bellamente iluminado a un personaje sentado en el sillon de los invitados.

Su rostro es amigable aunque misteriosos a la vez. Algo que podeis ver es que , sus ropas, son tambien caras como las de Genevieve y su padre. El hombre al entrar os sonríe, como su fuerais las personas que lleva esperando desde hace demasiado tiempo.

Sin embargo no se mueve del sillon, y, mas bien, espera a que os sentéis.

-Geneviene, hija... quizá no conozcas a un viejo amigo, el señor Adam White.- Dice tu padre mientras os indica un sitio frente a el para que os sentéis cómodamente.

- Es el boticario mas famoso de Londres. Un viejo amigo. No habla mucho, pero cuando lo hace... deberia la gente escucharle mas. Verdad señor Adam.?- Pregunta el señor Shawn mientras se sienta en su ropio sillon de orejas.

-Oh... Si.. bueno , señor Shawn. Lo intento, lo intento...- Dice sonriendo a tu padre.

En cierto modo es un hombre agradable aunque enigmático. Su forma de hablar es bastante petulante y desasosegada. Desde luego es de alta alcurnia pero su voz denota preocupación

Cuando se inclina para besar la mano de Genevieve, se queda unos segundos con ella en la mano.. oliendola. De reojo mira al señor Shawn y pronto suelta su mano. -Señorita Genevieve, encantado de volverla a ver....

-Señor Lazslo.. un placer conocerle... sin duda- Dice cuando  hace un ademán de saludo con la cabeza al saludar a Lazslo.

En ese instante, los ojos de ambos se cruzan y Lazslo puede sentir que los ha visto antes. Esos ojos... no puedes recordar excatamente donde, pero sin duda los has visto. Esos ojos... te miran fijamente, como invitando a un desafio no escrito, pero que pronto parpadean y vuelven  ser los de un hombre, de mediana edad.

- Veran... No voy a andarme con rodeos. Pero se que necesitan de mi ayuda. Ustedes pensaran en un simple boticario, pero se muchas cosas que los demas desconocen. - Mira a tu padre como buscando algo de complicidad. Cosa que él niega completamente mientras saca su pipa para fumar de ella.

- El caso es que tengo ..cierta informacion sobre...Annis Black. Mas en concreto... Se como pueden derrotarla. Si bien no sera facil pero... hay una posibilidad de ello.

Su voz se entrecorta ligeramente para hacerse mas grave. Y cuando esto pasa, el simplemente carraspea, sonrie y su voz normal vuelve a su dueño.

Os alejais lentamente del cementerio.

Alli dejais, vagando entre las tumbas a loco de Valentino, sin mente, sin rumbo, sin vida... practicamente.

En nuestro tiznado amigo se vislumbra una pequeña sonrisa. Puede que su rostro sea el de siempre, pero en su interior dentro, muy dentro... su alma sonrie. Ya quedan menos, Noah. Poco a poco tu venganza va tomando forma, aunque quien diria que las cosas se torcerían tanto como para acabar de esta manera. Tan solo quedan tres Cunningham. Algo que nunca viste la manera de cómo empezaria. Tan solo el deshacerte de uno de ellos seria una odisea despues de tanto tiempo tras ellos.

Y una pequeña luz brilla ahora en tu interior, viejo amigo. Una luz que hace mucho tiempo no sientes. Esperanza. Tanto tiempo perdida y ahora, tan solo cuando mas negras (ironic mode on) estan las cosas, mas claros estan tus pasos.

Victor camina a tu lado, mirándote de arriba abajo, como si fueras un mago... aunque realmente eres un brujo. Victor cree que eres como Papa Medianoche, el baron Samedi de la magia blanca, un brujo sin cabezas reducida. Es facil impresionar a un niño, pero te preguntas a ti mismo, si el mas sorprendido eres tu. La voz de Victor, su habilidad es algo mas infernal que tus deseos de acabar consumando la venganza.

Dime... piensalo detenidamente, pero respóndeme sinceramente. ¿ No me digas que no has pensado en usar a ese chico en tu venganza? Su utilidad es mas que cualquier otra cosa. Lo tienes a tu alcance. ¿Que haras? ¿Cuidaras de él, o simplemente lo usaras y lo tiraras como todo lo que has usado desde que te fuistes de America?

Quizá desates algo que no puedas controlar. Los ojos del chico son claros como el agua, pero su alma...Ah, su alma. Quien es dueño de su alma cuando el diablo ronda cerca y te susurra al oido...

El señor Poe. Eso hombre si sabe lo que quiere. Quiere a Lorina de vuelta. Poco le importais vosotros. Pero en cierta manera su destino esta unido al vuestro. ¿Que hace un editor de periódicos cientifico literarios en vuestras vidas? Tan solo sabeis que Alice ha desaparecido y que frente a vosotros  esta de nuevo la maldita cas de los Badcock.

- Estoy perdido...señores...- Susurra el señor POe al entrar por la puerta.- Realmente estoy .... desamparado. No se si es esa realmente la palabra que busco, pero.. no se me ocurre otra- Termina de decir dejándose caer en el sillon frente a la chimenea de la habitacion de Alice.

-¿Alguna idea? Ustedes son los especiales,¿no? ¿No puede hacer un ritual vudu de esos para localizar a.. nose.. Lorina o a ALice?

Noah miró con firmeza a Poe. No le gustaba que los hombres adultos se pusieran a llorar como costureras y, además, le parecía ridículo ir en su búsqueda sin más apoyos. Era cierto que el niño le había salvado en el cementerio, y sin duda le parecía poderoso, pero aún así no le arriesgaría más de lo preciso. A pesar de todo, dentro de su mente sabía que sería injusto usarlo como un pañuelo. A su hija no le hubiera gustado.

- Tengo algo, pero esperaremos a ser más. - Le dijo de forma severa.

No esperaba que comprendiera las dificultades que entrañaría usar un hechizo de búsqueda en ese momento. Era posible que los Loas le dijeran la situación exacta, pero una bruja poderosa podría verlos y saber que habían averiguado la dirección. No, no haría el hechizo sin gente que le guardara las espaldas. E incluso lo evitaría si alguien más podía encontrarlos sin tanto peligro.

Víctor miraba a Noah con cada frase o gesto del señor Poe. Estaba acostumbrado a hacer lo que decían los mayores y por lo general era un niño obediente.

Aun así, decidió hacer una sugerencia:

-Señor Cone ¿podemos preparar algo por si finalmente no viene nadie más?

Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa que le pidiera, especialmente si se trataba de acosar lagartijas para conseguir su cola, cazar arañas, recolectar gotas de rocío o cortar pelos del bigote de algún animal.

El antiguo esclavo afirmó con calma cuando el joven le preguntó si podían ir preparando algo. A pesar de que el señor Poe le caía mal, el niño había empezado a gustarle. Su resolución y valor habían conseguido que Noah le respetase, así que decidió que podían empezar colocando velas normales, de las que se podían encontrar en cada casa, rodeando un circulo en tiza.

- Deberás dibujar tú el círculo. - Le dijo mientras sacaba una tiza medio gastada de su chaleco - Mi pulso ya no es lo que era - Mintió.

Lo cierto es que había poco que hacer y prefería que estuviera entretenido. Se acordaba de las tardes aburridas después de coger algodón y cómo su hija se ponía a inventar juegos y llevaba a la locura a su madre. No era el momento de juegos.

El padre de Genevieve nos presenta a un caballero de modales refinados, al cual lo nombra como Sr.White, un reputado boticario con extensos conocimientos, según parece. Cuando se dirige hacia mi nuestras miradas se entrecruzan y algo familiar me parece atisbar en sus ojos. Que es? – Igualmente, Sr. White, encantado. – le respondo mientras intento desbrozar el origen de esa familiaridad. No lo conozco personalmente, de eso puedo estar seguro, pero me recuerda a alguien o a algo. Tendrá que ver con el sueño real que viví con Genevieve? Dejo de pensar en ello cuando oigo de su boca el nombre  de “Annis Black”. Sabe cómo derrotarla, es eso posible?  Dos apellidos antagónicos, Black y White. Puede ser coincidencia? No creo en las coincidencias ya. – Muy bien, Sr. White. Podría ilustrarnos en su propuesta? Y, de paso, podría explicarnos como un boticario posee información sobre los hechos que hoy acontecen? Quizás hay algo que quiera explicarnos? Por qué deberíamos confiar en ustedes? Si, Sr. Shawn, no me mire asi. Hasta que no se demuestre lo contrario , el único ser de esta sala digno de confianza es la señorita Genevieve.-

Víctor utilizó el cordón de su peonza y un lápiz para dibujar un círculo perfecto. Clavó una tachuela en el suelo de madera -o si eso no era posible pidió a alguien que sujetara fuerte la cuerda- atando al extremo opuesto de la cuerda el lápiz. La tachuela sería el centro del círculo que trazó girando el lápiz manteniendo la cuerda tensada.

Luego se afanó en ir colocando velas, midiendo con su antebrazo para que estuvieran equidistantes unas de otras.

Desde luego que le hacía feliz sentirse útil.

El cambio drástico de su padre le molestaba un poco. Muchas veces era por eso que prefería caminar por las calles del nublado Londres, para no tener que enfrentar la realidad de su vida como aristócrata.

Siguió al salón y su padre insistió en que debía conocer a este hombre, un hombre misterioso, sin duda. A pesar de esto, sus palabras la desconcertaron. Hizo la reverencia que debía hacer y luego le dijo – No recuerdo haber tenido el honor de conocer a un caballero como usted, mi Señor. Si es el caso, permítame el honor de recordarle. ¿Nos hemos visto antes, Monsieur? – le dijo con el tono que debía usar para hablarle a un noble y cuando Laszlo lo desafía, Genevieve se sobresaltó. Si bien era una chica rebelde, guardaba un profundo respeto por su padre.

La joven miró a Laszlo y le dijo – Basta, mi querido señor. Si mi padre confía en él, lo haré yo. Es su decisión si decides ir en contra mía – su tono era severo, pero sentía que debía protegerlo.

- Aunque desapruebo la desconfianza hacia usted, mi señor White, quisiera saber lo mismo. ¿Cómo es que conoce sobre la bruja y nuestro reciente interés en derrotarla? -.

El señor White se apresura a corregirse el mismo pidiendo disculpas sobre su intromisión entre vosotros.

-Disculpadme... Mi querida señorita Shaw, no... no creo  nos hayan presentado nunca. Tan solo... bueno, tan solo la conozco por lo que su padre habla de usted y ... bueno quizá alguna vez la haya visto cuando fuera una tan solo una niña.- Se disculpa nervioso.

- Su... su padre y yo somo viejos... Amigos. - Notáis como cuando pronuncia la ultima palabra sus labios y sus ojos tiemblan.

No sabría is decir si el señor Adam realmente es un hombre con un problema o adicción a la cafeína o bien miente. Si bien es cierto que el padre de Genevieve se muestra distraído en su sillón y apenas le mira. Al contrario, el señor White , no hace mas que echarle ojeadas de cuando en cuando. Como si intentara no incomodar o decir mas de lo necesario.

-Bueno... supongo que el tiempo apremia y no hay mucho del que disponer. - Dice mientras se acomoda en el sillón y toma una taza del té que tenia delante.- Annis Black es una bruja, una leyenda muy antigua, es como el hombre del coco o las meigas de una región de España. Galicia mas en concreto. Oh, disculpen me voy por las ramas... Ademas creo que esto ya lo sabias, a juzgar por sus rostros. El caso es que una Bruja, como todo ser... sobrenatural, no sobrevive tanto tiempo sin varias cosas : Un refugio, un salvavidas y ... aliados. Muchas veces los tres suelen ser lo mismo o estar en el mismo lugar.

Deja la taza de te sobre la mesa derramando un poco sobre el mantel. Algo que podría pasarle a cualquiera, pero, por algún motivo, el nerviosismo de Adam se manifiesta ahora mas en los ojos del señor Shaw que le mira fijamente, como reprendiéndole por haber derramado un valiosísimo té sobre la mesita. Las manos del señor White no dejan de rascarse la una a la otra, como si empezaran a picar.

-Creo... creo que puedo decirles con toda seguridad que, de los tres, se uno de ellos.- Responde finalmente.

Tu padre se incorpora sobre el asiento y mirándole fijamente, inquiere sobre White.

-Diselo ... Adam.- Dice con severidad.- Genevieve esta preparada... los otros dos... tendrán que soportarlo.

Ahora que ambos tenéis la misma cosanguineidad podéis percibir, ligeramente, que el Señor Shawn esta ejerciendo algo de su poder vampírico contra Adam. Sin embargo, este se resiste...
 

Adam se retuerce bajo la mirada de su anfitrión y nuevamente, se corrige.

-Quería decir...  dos de ellos..- Suspira para tranquilizarse un momento bajo la mirada del vampiro que vuelve a acomodarse en su sillón y prestarle toda su atención a la pipa de fumar. - Se donde esta la entrada a su reino. Y... donde esta su heraldo... en lagarto... Black.

Poco a poco el hechizo de localización empieza a tomar forma.

Con Noah como cabeza y Victor como ayudante, sobre las velas y el plano una bolita de sangre empieza a brillar en medio  del plano. Al principio su movimiento es errático. Después empieza a vagar y esparcirse por todas las calles del plano, marcándolas todas con una finísima linea roja hasta que pronto todas las calles están marcadas con la linea roja.

Un poco confuso tal vez, pero al cabo de unos minutos sentís un aliento helador. Un susurro de otro mundo. Una sombra, quizá. Los muros hablan. El propio aire trae palabras sueltas que cada  espectador interpretara a su manera. Tan solo Oídos hábiles sabrían discernir que dicen. Ese aire.. ese viento. Ese hálito en la nuca que hace erizar los pelos.

Pero Noah sabe que es. Nunca antes había sido tan claro. Los Loa nunca antes habían sido tan claros.

Una voz grave y clara surge de entre las tinieblas. Un poco mas allá, en las sombras de la habitación algo toma forma y aunque no distingáis la forma completa sabéis que alguien hay ahí. La voz os pregunta.

- Hablad... ahora... - Pregunta el hombre del rincón oscuro

Noah se sorprendió ligeramente por el loa que había acudido a la llamada. No era habitual que el mismo Barón viajase a encontrarse con un mortal, pero cuando se llamaba a los espíritus siempre había que estar atento a cualquier posibilidad y esto no dejaba de ser una señal de que les esperaba algo importante. Además, el poder que destilaba impediría que la bruja viese sus intenciones... Al menos eso esperaba.

- Necesitamos un lugar... Alice. - dijo respetuosamente el antiguo esclavo mientras agachaba la cabeza para honrar a Samedi y le indicaba al pequeño Victor que hiciera lo mismo. En ese momento estaban corriendo un riesgo enorme y no quería que el Barón les mandará a la tumba antes de tiempo.

Ante la presencia del espectro, Víctor se quedó pasmado. ¿Era un Demonio? ¿Un espíritu poderoso del África? ¿Un condenado, general de una hueste de muertos?

Su porte era impresionante, y daba mucho miedo.

Pasados unos segundos el niño se dio cuenta que había dejado de respirar, y de no ser por su nuevo amigo y maestro, el señor Cone, igual se habría asfixiado, pues fue cuando le vio dirigirse a él para que se inclinara, cuando salió de su trance.

Respiró hondo e hizo una reverencia lo más barroca y exagerada que pudo, inspirándose en las que había visto hacer en el teatro a los actores franceses.

Y con la cabeza casi tocando el suelo saludó:

-Monsieur.

Después de hablarle a Lazslo, su mirada se posó en Adam otra vez. Los profundos ojos de la chica lo miraban fijamente y sus reacciones le decían que algo no andaba del todo bien ahí. Miraba a su padre, pero este no parecía reaccionar, así que Genevieve dejó de preocuparse demasiado por ello. Siguió escuchando y se enderezaba en su asiento mientras avanzaba. Al ver lo que su padre hacía para que el hombre hablaba, la joven noble le miraba sin parpadear. Entreabrió su boca ante la noticia y luego le dijo.

- La verdad, dudo que me haya visto solo de niña, Monsieur. Sería muy útil que me fuera franco con respecto a eso, también. Aunque eso puede esperar. Necesito conocer toda la información que tenga. Debemos entrar a su reino y encontrar a Black. Lo escucho - lo miraba directamente, esperando que el hombre comenzara a decir todo lo que sabía.

El antiguo espectro sale de las sombras solo para que le veáis algo mejor.

Anda con su bastón por la sala y se sienta en una silla cerca del fuego. Su forma corpórea es extraña, pues sus pies se funden con las sombras del suelo y tras sus espaldas, un hálito de muerte y neblina negra se arremolina.

-Nuestros servicios requieren un precio, muchacho... - Comenta sonriente mientras enciende un puro, cuya ceniza roja ilumina su rostro, levemente, solo para descubrir su calavera -Papá Medianoche y Madre Shipton piden algo mas que un pollo sacrificado o una promesa de sangre. - Su mirada se aparta levemente de vosotros para dirigirse a un rincón oscuro cerca del cabecero de la cama de Alice y sonríe mientras saluda con el sombrero, como si hubiera algo allí entre las sombras.

-... queremos el alma del chico a cambio.- Concluye mirandoos de nuevo.

Desde que vió que el varón llevaba sombrero, tenía claro que era uno de esos que hacía trucos. Los había visto sacando conejos y cosas así de sus chisteras. No eran tan impresionantes como éste tal Samedi, pero la idea, en esencia, era la misma. Y el truco aquí estaba claro. Darle el alma de un “chico” era un precio demasiado caro porque suponía también darle la tuya propia… así que obtendría dos almas al precio de una.

Primero se preguntó quién sería ese pobre chico, luego se alegró de no estar en su pellejo y finalmente cayó en la cuenta de que ese chico no podía ser otro que él. Las lágrimas salieron solas y tuvo la sensación de que también sudaba y que probablemente se haría pis.

Incluso notó que lloraba hacia adentro, una sensación muy rara e inexplicable, pero que pareció servirle de lubricante para sus articulaciones porque gritando -¡Noooooooooooooooooooo! -salió corriendo a toda velocidad sin dar ocasión a negociaciones.

No era una cuestión de confianza o no en el señor Cone. Sencillamente era mejor opción evitarle tentaciones.