Partida Rol por web

Son tiempos duros, y aún más lo son en Shadizar la maldita. La Ciudad del Mal, como también la llaman, es sin lugar a dudas la más degenerada de las ciudades civilizadas. Aquí se vende y se compra todo, y los hombres se relamen en la plaza pública de subastas, observando con lascivia la hermosura de algunas esclavas en venta, o escupen a las carentes de belleza. A pesar de que Shadizar es la capital de Zamora, parece que la ciudad no tiene ley, y lo que es seguro es que no lo tiene para los ricos.

Entre los barrios de Shadizar, sólo uno puede ser el más execrable nido de maldad y hogar de perros despreciables, y ese es el que llaman: el Desierto. Allí la vida no vale ni el precio del cuchillo que acabará con ella, y en una de sus peores tabernas tiene lugar una reunión.

La taberna no tiene ni nombre, y una puerta de madera vieja da a una habitación mal iluminada donde huele a sangre, sudor y vino. Frente a la puerta hay seis mesas rectangulares con largos bancos, donde se encuentra lo peor de esta tierra. Inquietantes ladrones zamorios beben, ríen y manosean a las bien dotadas camareras, y también algunos extranjeros, que no son molestados, ya sea por su aspecto, su reputación, o por la cantidad de armas a la vista.

A la derecha hay tres puertas que dan a tres reservados, con una mesa redonda rodeada por sillas, y a la izquierda de la puerta hay una vieja barra de madera. A ambos lados de la puerta de entrada hay una puerta cerrada con un candado, si alguna vez esas puertas dieron a habitaciones, parece que hace tiempo que no se usan, o no para eso.

En uno de los reservados se encuentra la reunión que nos interesa, y allí un hombre habla y otros cinco escuchan. El que habla lleva ropas del desierto, aunque de una calidad que denota que no es un habitante, ni un nómada, sino alguien que tiene dinero suficiente para equiparse bien, al hacer una expedición. Sus rasgos le hace parecer algo oriental, quizás iranistano, y así el lo ratificará más adelante.

A su alrededor cinco hombres escuchan: un hombre feo como un demonio, peludo como un oso y con gran barba pelirroja que lleva un enorme espadón, cota de mallas y parece salido de las montañas; un tipo con un parche en el ojo, delgado y de aspecto zingario con espadas y cuchillos de tamaño pequeño y vestido con un justillo acolchado de colores; un bárbaro de pelo corto y brigantina, con tantas armas encima que da miedo; un hombre del norte, hiperbóreo quizás, que tiene aspecto de soldado con camisa de malla y espadón; y un hombrecillo con cara de imbécil, que observa todo con una sonrisa que no aclara si realmente es imbécil o que se está riendo de todos por dentro.

El iranistano se identifica como Khassek, y dice:

-Como os digo no os he escogido a vosotros fruto a la casualidad, sino que os he seleccionado, pues el trabajo es difícil. Obedezco al Khan de Iranistan, y es su deseo poseer el amuleto llamado "el Ojo de Erlik". El Khan de Zamboula también lo está buscando, y es muy importante que mi Khan lo encuentre antes, pues su valor es incalculable.

-Sé que el amuleto lo tiene una pequeña tribu nómada del desierto, y sé dónde se ubican ahora, lo único que tenemos que hacer es ir allí, coger el amuleto y llevarlo a mi Khan a Iranistan. De la manera que sea. Los problemas que nos encontraremos son: la posible resistencia de los nómadas, la guardia zamoria de Arejun, que me está buscando, e Isparana, una mujer que está al mando de los hombres que el Khan de Zamboula ha enviado tras el amuleto, y tras de mí.

Khassek hace una pausa para dar un trago al vino, y alguien le pregunta por qué le busca la guardia de la vecina ciudad de Shadizar, Arejun.

-Averiguar lo que sé no fue fácil, e hice cosas en la ciudad de Arejun que trajo la atención de alguien importante. Ahora la guardia va tras de mí, aunque no creo que me haya seguido la pista hacia aquí. El problema es que para ir al desierto, o vamos por la colina del dragón, por donde cortaríamos camino arriesgándonos a encontrarnos con el demonio que allí dicen que habita, o vamos por el camino a Zamboula, que pasa al lado de Arejun.

Khassek contesta así a medias a la pregunta formulada, y alguien le pregunta por Isparana

-Isparana es una perra sin alma y tan peligrosa como una banda de zuagires. Le llaman la perra de Zamboula, y creedme que es un título ganado con mucha sangre. Ella no tiene mi información, pero si no nos apresuramos acabará obteniéndola.

Otro de los que escuchan da un fuerte golpe en la mesa, y pregunta por el salario.

-Mi Khan reconocerá el buen trabajo de llevar allí el ojo, y pagará 2.000 piezas de plata por cabeza -dice escueto.

- Groark. - Dijo el Cimmerio mientras continuaba mirando el techo de la estancia.

No había entendido mucho de lo que se había dicho allí dentro, sin embargo, se había quedado con lo más importante. Luchar, masacrar y devolver una baratija a alguien. Eso era lo único que importaba. ¿A quién tenía que acuchillar? Bueno, eso no importaba mucho en este momento.

- Grokgrik. - Volvió a decir mientras asentía con la cabeza, diciendo que estaba de acuerdo en todo lo que se había dicho, aunque haya entendido menos de la mitad.

Meso mi barba mientras escucho las palabras del hombre. Dado que habla alto, escucho más o menos todo lo que dice. Mi sordera es el resultado de haber estado demasiado tiempo junto a los cañones del barco. Ese atronador sonido, deja como una tapia a cualquiera...

Tras las palabras, sólo hay algo que creo que no ha aclarado, por lo que le pregunto- Y dígame, zeñó mío... ¿Cómo noh ha encontrao en concreto a nohotro? Quiero decí, por qué a nohotro y no a cualquie otro...

Dicho esto, miro a mi alrededor. Quitando al que tiene cara de idiota, el resto parecen los típicos barbaros que gustan de partir cabezas por un módico precio... Quizás para una cosa como esta, es comprensible que lleve a idiotas de ese calibre (y más viendo la cantidad de palabras que uno de los bárbaros es capaz de articular), aunque no tengo muy claro porque yo, sino me conoce de nada... A menos que haya oído la historia del abordaje que hicimos a aquel barco lleno de oro de las Islas Negras, y de como me despaché yo solo a media tripulación...

Eso sí que fue una buena pelea...

Dejo a un lado la jarra con un sonoro golpe sobre la mesa y limpio con el antebrazo la bebida que me escurre por la barba.2000 por cabeza?.Eso quiere decir que la parte de los muertos la cobraremos los vivos o tu amo se lo ahorrara? pregunto en aquilonio con mi horrible acento.No os siente mal compañeros pero nunca he visto una misión donde no caiga ninguno

-Agentes míos han estado observando a los aventureros en las ciudades cercanas, y entre ellos he seleccionado a los hombres más adecuados, que reúnan una buena mezcla de aptitudes, y sobre todo... que no estén comprometidos con facciones que no nos son amigas. Os seré sincero si os digo que podría haber contratado a hombres con una reputación mayor que la vuestra, pero no me fío de ellos. En cambio, según me dicen, vosotros sois gente que respeta un buen contrato, no sois nuevos en esto, y conozco vuestra valía. Los ojos del Khan ven de muy lejos.

Luego gira la cabeza hacia el brithunio

-Son 2.000 por cabeza... viva.

Dice escueto.

- Grurk. -*

Ragnok se acomodó la armadura y sus armas en su sitio, preparado para partir en cuanto le dieran la oportunidad. Aunque normalmente solía trabajar sólo, nunca le hizo ascos a trabajar en grupo por un bien común.

Y 2000 monedas es un bien común.

- Groark Dru Ragnok gramek mogrok migo raztiz. -*1

Lanzo una enorme carcajada que hace temblar la parte alta de mi cuerpo.Bueno prefiero dejar las cosas claras desde el principio y tampoco me puedes culpar por intentarlo iranistano .

Uhm... -Mascuyo ante la respuesta del hombre. ¿Quizás quería engañarnos una vez resuelto el trabajo?. Dos mil monedas por cabeza es una cantidad importante de dinero... Casi imposible. Tendré que vigilar a este tipo... Suerte que duerma con un ojo abierto.

Bueno, me pareze bié. Po mi parte, no tengo máh preguntah... Bueno, tal vé tenga una máh... ¿No tendremo un tradutó?. No te ofenda, amigo -Diciendo esto, miro al gigantesco cimmerio- Pero entre lo sordo que ehtoy, y que ehte hombre habla un poco raro... No entiendo ni papa de lo que me dize...

 Vonotar permanece en silencio escuchando atentamente lo que se dice, con su capa verde ocultándole parte del rostro y un vaso de vino sin probar en su sitio de la mesa.

 Yashin mira a cada uno de los allí presentes con cara de imbécil hasta el punto que puede resultar irritante, realmente no llegas a saber con certeza si verdaderamente posee alguna habilidad o tan solo alguien se equivocó al escogerle. Juguetea con un puñal y se saca la mierdecilla de las uñas mientras sonríe, de vez en cuando guiña el ojo a alguien que se le queda mirando con cara de mosqueo. Parece que las palabras vagan por el viento, atraviesan su cabeza y salen por el otro lado sin ninguna retentiva, como si la conversación no fuera con él, o realmente es que no esta prestando atención, nunca se sabe. Tan solo se apreció en él una ligera reacción cuando Khaseek mencionó las 2000 piezas por cabeza, enarcando una ceja y esbozando una sonrisa de medio lado a posteriori. Solo cuando el contratista termina de exponer y algunos de los allí presentes se pronuncia, expone algunas dudas...

-Esto... ehmm... si... aquí... yo...

Llamando la atención de Khaseek agitando el puñal el círculos con dedos indice y pulgar.

-Una vez que aceptemos... si aceptamos todos los que estamos aquí.. claro, ¿Tú y tu séquito también nos acompañáis en la expedición?, o solo en parte... si.. no... os quedáis aquí... o qué!? Porque si vais a quedaros, por un módico precio podría proporcionaros vestimentas acordes al lugar para que no.. llaméis la atención, ademas de procurarte un buen agujero donde no te encontraría la perra esa de la que hablas... ya que me conozco la ciudad como las verrugas de mi trasero. ¿Que me dices.. eh?

Dice mientras le dedica una picarona sonrisa, alzando las cejas varias veces.