Partida Rol por web

EL oasis se vislumbra como un zafiro en el calor del mediodía. La vida se aferra a lo largo de su contorno de forma tenaz aunque sólo algunas plantas resistentes afincadas entre las rocas se las apañan para sobrevivir por la zona de alrededor.

Numerosos pinzones se bañan en las aguas, descansando sobre un arnés abandonado. Restos de viajeros se acumulan por toda la zona aunque la única característica permanente parece ser un hogar de ladrillo.

No os resulta muy complicada ver como varios gnolls se ocultan entre las rocas cercanas al oasis. Aunque parece que están simplemente esperando...

Más preocupante te parece la zona de arena que está arremolinada en las cercanías del oasis, no estás seguro pero te imaginas la razón de que los gnoll se estén esperando...

Además la arena se está acercando...

En verdad William se sentia a gusto en el desierto, y sabía cómo moverse y evitar la mayoría de sus peligros. El camino fue duro, pero todos parecieron responder bien a la situación. No en vano era un grupo de aventureros experimentado. Cuando por fin vislumbraron el oasis no pudo evitar sonreir.

Bien. Ahí está nuestro destino, os dije que os llevaría sin problema. Y parece que llegamos los primeros. Aunque eso no quiere decir que esté desprotegido o vacio.
Será mejor que nos acerquemos con cuidado.

El explorador empieza a acercarse con el arco en la mano, por si acaso fuese necesario su uso. Miraba la zona, no sea que les tuvieran preparada una emboscada. No habían de olvidar que fue Torch quién les ha hecho llegar hasta aquí, no era descabellado pensar que podía haber alguna sorpresa desagradable esperandoles.

Viendo a William tomar algunas precauciones, el elfo imito su gesto y saco el arco.

Mientras murmura hacia Clarissa.

- Ya echarás de menos esta sombrilla ... aunque te la dejaría de buen grado. 

Tras una travesía por el desierto sorprendentemente tranquila, finalmente llegamos al oasis.

Bueno chicos, al final hemos llegado sin mayores percances, gracias al buen hacer de nuestro compañero William. El oasis puede tener sus peligros, gente que quiera aprovecharse de los viajeros, pero deberíamos tener una estancia más tranquila...

Parecía que me tragaría mis palabras, pues en ese mismo momento divisé a los gnolls.

... o no, cuidado con esos gnolls. Debemos estar preparados...

Y por el rabillo del ojo distingo algo que se mueve en la arena... Después de todo, mi experiencia en aquella tierra superaba a la de los demás.

¡Preparaos todos! ¡Algo se acerca, y con malas pulgas! ¡Arggggg!

Me lanzo a la arena a interceptar a aquella cosa, fuese cual fuese. No podía permitir que llegara hasta mis compañeros, y le daría su merecido.

Hothar se lanza hacia delante...

Al escuchar el aviso del enano, William busca a los gnols que dice haber visto mientras se adelanta un poco al oasis buscando resguardarse.

¿Gnols?. ¿Donde?
Desde luego, con lo bien que había ido todo.

Lorik tampoco se habia dado cuenta de quién les podia estar atacando, pero como se fiaba lo suficiente, o más bien no se fiaba de aquel lugar en absoluto, corrió a esconderse detrás de una de las piedras, pensando que podian tenderle una emboscada.
 

De repente, la arena alrededor de William y Hothar se abre a sus pies. Los dos quedan con sus piernas prácticamente enterradas entre la arena pero son capaces de ver las fauces de algo bajo ellos...

Reconoces a la criatura, es un cavador de arena, una especie de estrella de mar gigantesca que mora en los desiertos. Es tremendamente peligrosa, no solo por la capacidad de abrir boquetes en la arena repentinos sino por sus tentáculos que usa para agarrar a su presa y llevársela directamente a la boca...

Clarissa invocó el poder de su dios, para poder moverse con mayor velocidad y avanzó hacia donde estaba Lorik sacando su ballesta.

—Mira... allí están los gnolls— le dijo señalando las piedras tras las que se escondían. Si el guerrero no podía ver donde estaban los enemigos, le matarían como a un perro.

Habíamos llegado al oasis con relativa facilidad, estaba claro que nuestra suerte no iba a durar para siempre. Entre las rocas cercanas a la fuente de agua unas figuras estaban apostadas esperando que alguien se acercara....malditos gnolls....mis compañeros mas rápidos que yo se aprestaron a la lucha y avanzaron o invocaron a sus dioses para acabar con el enemigo.

- Pues no voy a ser menos...... digo mientras corro para aproximarme a los gnolls.

Maldita bestia traicionera!!!! Morirás!!!!

A pesar de las trabas causadas por la criatura, me muevo como puedo por las arenas cambiantes hacia la boca de aquella cosa, impactando un doloroso hachazo en las fauces abiertas de malas intenciones.

Já!!!

Arak corre como alma que lleva el diablo, y al pasar cerca de la criatura, un tentáculo surge del hoyo y trata de golpearle, pero el pícaro es ágil y lo esquiva a pesar de la carrera.

Por su parte, Hothar parece haber practicado con su arma y hiere a la criatura.

El elfo toma posiciones intentando parapetarse al lado de Arak.

- ¡William! ¡Hothar! ¿Estais bien?

Mientras gritaba intentaba intuir donde estaba indicando Clarissa que estaban los apestosos gnolls.

Los gnolls salen de su cobertura apuntando sus arcos y...

Asomando sus hocicos y con conocimiento más que patente de lo que hace la criatura a los que están a su alrededor, los gnolls disparan a William, pero sus flechas salen desviadas y ninguna acierta en su objetivo.

Lorik se acercó a toda velocidad mientras empuñaba con fuerza el espadón.