Partida Rol por web

Me acerco a la gachí que tan mala pinta tiene en el suelo. Sigo con mis brazos en jarras, de señora que tiene muchas leyes y le mundo mucho mandar.

- ¿Aonde metemos a los forasteros mientras vienen el práticamente? - a mi me daba cierta cosica meterlos en mi casa, que lo mismo volvían los paliduchos esos pa rematar y me tiraban la casa abajo, !Y pa que queremos más!- Igual se puén meter en el Ayuntamiento...¿Esto es asunto público desos no?

Miro al rubio que me dice algo de unos mozos.

- ¿Que mozos, rubio? ¿Los paliduchos? A mi ya me daban mala espina según han aparecío...- alzo un dedo, con mucha sabiduría.

-Ok... Les gou tu mai van... Ai min... Amo a llevarlo pa mi fragoneta, que la tengo aquí aparcá. -El guiri hace ademán de coger a la gachí, que pesa menos y se la lleva pa la fragoneta mientras mira a los demás.- Amos hombre... No sus quedéis ahí paraos, coger al Mufeo y traeruslo pa'ca. Asín si el prasticante no pué venir, pues los llevamos allá nosotros mesmos.

Evaristo mira al guiri después de que sugiriese llevar a la trini y al Murfeo a su flagoneta:

-Yosua y en esa flagoneta ¿van a entra los dos estos?, lo digo porque el Murfeo tiene pinta de tene la espalda como un ropero empotrao de tre puertas. Bueno vamos al lio -Dice Evaristo mientras se dispone a cargar con el negro-

Me voy pa donde está el negraco aquel. El Paco Pepe está demasiao mamao como pa coger a naide. Asín que ni más dilación voy pa ya, a ver si entre dos podemos cargar aquel armario de cuatro puertas.

- ¿Tabulta o que? Lo que pesa esto, por San Isidro que en su gloria esté - digo, poniendo cara de fuerza intentado levantar a negro. La cara de fuerza viene siendo la misma cara de cuando se jiña. Pues asín.

El Rubio, fiel a sus principios sobre el liderazgo y la colaboración, aporta su amplia experiencia al asunto:

-Así, ahí... fuerte... ojo, que se le sale un zapato... ¡Venga, coño, un poquico de rasmia que parece que no has desayunao! ¡Pero ten cuidiao, que lo vas a eslomar contra la farola!

Al final con toa la disposición qu'hizo el Rubio y la fuerza de ordeñar vacas de la Pitones, llevaron como pudieron a los forasteros a la flagoneta del Yosua. La Pitones no podía del to´sola con aquel negraco, asín que el cabronero le iba sujetando los pieses que no arrastrara por el camino. El Yosua cogió a la gachi escuchimizá como si fuera peso pluma aquello, que casi no mide bien la fuerza y se le vuelca al levantarla y to, una exageración, amos. Que lo mismo si le hubiera dao una hostia de media vuelta al Yona con aquella fuerza lo hubiera dejao gili... O más gili de lo que le habían dejao los porros que se fumaba.

La flagoneta estaba llenísma de mierda y de fotos mu raras a distintas zonas del pueblo, asín de la hierba de las viñas y to eso. Asín como en las pelis esas de uvnis, que están los locos istudiando el cielo y se ve siempre lo mismo... na. Pos así estaba la flagoneta del Yosua. A la comitiva les siguió medio pueblo, que iban a bacinear na más, porque no iban a ayudar si pudían evitarlo... Que no habían sio ellos los c'habían traído a los forasteros a las fiestas. 

El caso... C'al final ninguno de los prutagonistas había llamao al jodío médico, asín que lo tuvo que hacer el Mariano desde los restos de su bar. La gachí empezó a escupir sangre, que s'ahogaba y aquello parecía mu feo to y había c'hcaer algo. El negraco seguía tal cual, que cuando la Pitones lo dejó caer en el suelo de la flagoneta se escuchó un "blam" y to.

Esto pintaba mu mal. Miré como la gachí escupía sangre, y el otro estaba más chuchurrio que la minga de mi mario cuando en vendimia se bebía hasta el agua de los charcos.

- ¿Quemos dicho que pal ayuntamento, no? - a falta de un cabecilla, buena era yo, porque el alcalde ahí estaba como un pasmarote. Como me presentara yo la la prosimas eleciones...Siban a cagar.- Venga pues, ea. Que vaya allí el praticante.

Después de ver a la Trini escupir sangre y al negro que parece que tiene un pie en el otro barrio ya, Evaristo mira al Mariano:

-Mariano ¿Cuando viene este practicante?, que me da a mi que como tarde mucho esto do van a dura meno que una empana en casa de la Loli la tres culos.

Luego escucha la idea de la pitones:

-Lo del ayuntamiento e buena idea, pero no se que le parecera al suseño alcaide.

-Pues venga, ¡arreando pal ayuntamiento!-ordena el Rubio desde el asiento del copiloto. Cuando quiere, el puñetero es rápido de verdad.

Con gesto ausente, Servando empieza a liar un cigarrillo grueso como un pulgar.

Pa cuando llegué a donde estaba el Mufeo ya lo habían terminao de montar en la furgoneta. Le di un cachete en el culo a la Clotilde a la vez que la despachaba.- Anda tira pa casa que ya ves que se h´acabao la verbena.

El Mufeo parecia que andaba medio muerto, asin que no le dije na. Tampoco m´iba contestar. Asín que me dirigí a los otros. - Menudo cuajo que tenéis. Primero me montáis una verbena, a luego estos me destrozan el mobiliario urbano, al Mariano le han destrozaoo el bar y taovía me os queréis meter en la casa consistorial.- Refunfuñé con los brazos en jarras.

Negué un par de veces con la cabeza y por fin me di por vencío, que cuando se empeñaban no había na que hacer. - Anda rubio, ponte un poco pa allá.- Le dije a la vez que me subía a la furgoneta. - Venga, tira pa allá.

Una vez ambos extranjeros metidos en la flagoneta, me vuelvo a poner con las manos en jarras.

- Bueno, pos...Yo tengo que ir a dejar a mi Paco Pepe a la casa. Que menuda tajá lleva, !que ni en vendimia ni en San Isidro! - niego un poco, aunque en realidad es por la pena de pensar que estábamos a punto de irnos detras de un matojo, y mira como sa torcío esto- Pos voy a dejale, y depués voy pal Ayuntaminto ¿eh? Ea, nos vemos en un ratico - asiento un par de veces.

Una vez el Murfeo y la Trini metios en la flagoneta Evaristo se queda fuera por eso que dicen de que en una conejera no cabe un cabra, y allí había demasía "cabra" ya:

-Pos ea, yo como la pitones también tengo que irme a ehcarle un vistazo a los bicho, pero si pasa argo avisarme que ya sabei onde vivo, no vaya a se que vuelvan los hermanos neutrex, de todos modos en cuantito acabe de atende a los animale tiro pa el ayuntamiento

Con un gruñido, el Rubio se agarró del cinturón (una cuerda naranja de atar pacas) y se movió al asiento central dejando sitio a las Fuerzas Vivas del pueblo.

-¡Amos yendo si hemos de ir, copón!-exclamó dando un manotazo en el salpicadero-¿Ande coño estal Guiri?

EL guiri asoma desde el morro de la fragoneta. Después de dejar a la Trini, sasomó al motor, toco cuatro cables, saltaron cuatro chispas y finalmente arrancó. Se sube al coche y se disculpa. -La llave no funcionar para arrancá el motó. Hay q'ase un puente cada vé que se arranca. -Otra muestra más de que le toma el pelo tol que quiere, porque to el pueblo sabía que la fragoneta estaba mu tocá cuando se la vendieron. Por eso naide del pueblo la quería.

Tras un brusco acelerón, la fragoneta arranca y a buena velocidad llega a la puerta del ayuntamiento, a unos 200 metros del polideportivo... ¡¡¡Ea!!!¡¡¡Pos a vé que sus pensábai!!!¿¿¿Quel pueblo era niu yor???

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Al bajar de la fragoneta, un pensamiento fugaz pasa por la mente de los nuestros prutagonistas... "A pié habíamos tardao la mitá"

La Pitones dicía que iba a recoger a su marío, pero él que estaba en to lo suyo fue oír palmas y ponerse a bailar. Amos, que era el primerico en subise a la flagotena del guiri, no fuera él a perdése na'. 

-Subéte, Cipri- le dijo a la parienta. -Que nus dan una vuelta y luego nos dejan en casa- que él sabía bien que no, y que no iba a i'se a casa con toa la fiesta que había. La pelea había si'o como d'esas que salen en la tele qu'echan por televisión la mancha onde salía el Cháq Norrí.

Pos menos el cabronero que s'escaqueo (porque el resto le dejaron, to hay que deci'lo, que de ser yo lo'ngancho de una oreja y lo subo a pringar como to'l mundo)., tos tiraron pa'l ayuntamiento. Allí a ninguno se le pasó por la mocha el intentar na' pa' curar a los forasteros... Aunque fuera por cojones, que la gachí vumitaba sangre y to, como el Benancio el ojomoche, que se dio el solo de hostias contra una farola yendo mu' pedismo unas fiestas y luego cargó como un toro bravo contra la misma y acabo vumitando sangre y dientes y hasta se mordió la lengua, mire usté.

Llegaron a la casa consistorial, que el alcalde había cerrao, no fuera a ser qu'en fiestas a alguno le diera por meter el hocico 'onde no debía. No fuera que le diera a algún vecino u no vecino por meter las manos en las arcas.

-¡Cagüen la leche, si es que me lo esperaba!-exclamó el Rubio mirando al alcalde con cierta indignación-¡El yuntamiento cerrado como el puño del alcalde a la hora de soltar las perras! Venga, Constancio, tira pafuera y saca las llaves que aún tendremos una desgracia aquí con estos... Joder, cómo lo están poniendo todo.

Después de un rato tocando teta de cabra Evaristo se dirige al ayuntamiento, la verda no entiende pa que tanta ostia de flagoneta ni na, si el pueblo como mucho en dos hora ya te lo tienes mirao.

Cuando llega al consistorio se encuentra con sus vecinos allí y la puerta cerra. Luego mira a la Trini y al Murfeo que estan dentro de la flagoneta, de pronto se acuerda de tos esos partos de cabra y piensa de que si es capa de hacer que una cabra escuchimirriza salga palante lo mismo puede cura a los dos guiri:

-Señore dejame sitio que como me llamo Evaristo er Cabronero a estos yo los pongo yo bien, si tota a peor no creo que vayan ya.