Partida Rol por web

Matalascabras, anca'l Mariano                                       22 diciembre 1999, 8:03 a.m., tª: hace fresquete 

Paso a relatar sobre lo acontecío el vintidos de dicembre del año mil novecientos noveinta y nueve de nuestro señor. Todo comenzó una güena mañana, donde se había levantao to' helao' y hacía un fresquete que afeitaba a tos los gorrinos chatos de la zona. Estamos en vísperas de pascuas, pero la gente del pueblo sigue con sus c'haceres como siempre. En la tele no hacen más que dar las noticias de nosequé d'un efecto "dusmil", algo de las maquinicas y los cacharricos. Tos esas cosas que no ti'en más que botones y que solo entienden los guachuzos que s'han ido a la capital a istudiar.

El caso... S'encontraban aquella mañana anca Mariano el "Cansaliebres". ¡Sí, hombre! Mariano, que su mote viene de que es mu' cansino. Pero d'esto de que es cansino hasta decir basta y no parar. Que no se calla ni debajo del agua el jodío. Que si bucea s'ahoga más que por que no cierra la boca ni pa' comer. Mu' cansino, mucho. Pero lo güeno de que no para d'hablar es que es una fuente fiable de cotilleos constantes, s'entera de to' y tamién lo larga to', así qu'en cuidao' con lo que dices delante d'él. Echándole una mano estaba su hija María Consuela "la Berzas", que es mu buen partido porque al ser hija única va a heredar pa' ella sola la taberna. Aunque pa' casa'se con ella hay que omitir lo qu'ícen las malas lenguas d'ella, que al parecer le gusta mucho la jarana y los hombres, que cada noche se le ve con uno distinto... ¡Y que no están ennoviaos ni na'! 

El caso, qu'estaban en la cantina: el Guiri ese c'habla tan raro, la Pitones echándose el carajillo de primera mañana, el señor alcalde que no faltaba a su bacineo mañanero, el pastor que se rumorea que a saber qué hace toíco el día con las ovejicas en mitá'l campo y el Rubio que ya está jubilao y le gusta gozar del cansinismo allá donde va; como casi toas las mañanas vaya. La cantina es un sitio comío por la mierda y con olor a puro y vinacho rancio, pero no había más la'os en el pueblo pa' ir, así que el Mariano se hacía el agosto con los forasteros y los veraneantes y estaba forrao el jodío. Bueno... Que contaba... Ah, sí, pos estaban toícos en la cantina, porque es de saber que aunque madrugan más que las gallinas antes de que salga el sol, son mu' perros. Así que ahí estaban nuestros 5 prutagunistas, echando la jorná tranquilamente...

Anda que no había pasao tiempo ni na. Desde que yo era una guachuza bien hermosa, y me paseaba allá por los campos con padre con toas las vacas, y menganchaba a la teta del animal pa miriendar, como laHeidi esa de la tilivision, pero mucho mas divertio y sin amigas lisias. Mi padre "el lechero", me dicia que yo iba a llegar mu lejos en la vida. Que tan hermosota y por ser tan muchísmo guapa que acabaría desposa con el alcalde, algún concejal, el de la funeraria...ya se sabe...Hombres de parné. Pero como la gente es tan malísma, pos en la verbena del pueblo que hacía muchísmo frío, pos se conoce que fui tol rato con las largas puestas. Iba tan contenta con los chaticos de vino que no mentere. Pos total, que el resto de parroquianos si...Y dician que mabia comportado como una fresca, y el cura me llamó a confesar, y mi cortejo del de la funeraria sacabo.

Pero lejos de estar to perdio,  mixibicion descandilo a mi Pepe. Mi Pepe, mi Mario, el padre de mi Adelaida y mi amante bandio. Pos me casecon él en San Isidro, y estuvimos tres días de jolgorios. En la misma noche de bodas mi Pepe me hizo a mi Adelaida, porque mi Pepe es un semental del amor y el concibimiento. Mi Adelaida, que ahora tie 26 años, se me fue la la capital. Dicia que quería ser modelo desas, pero mi Pepe no lo tomo mu bien. Pero ella se fue igual, y ahora se hace catálogos en bragas, pa la intimmisitimi, inmitimisi, inmitis...La una marca güeña.

Pero no hay mal que por bien no venga,porque con la casa vacía mi Pepe y yo tuvimos una segunda luna de miel, como la que tuvimos allá en Ruidera. Y ahora cuidamos nuestras vacas, y eso es un negocio de bien. Tenemos muchísmas vacas, que luego susan pa matanza o pa lo que surja. Y na, aquistoy, mientras mi Pepe va a ver el cercano yo me caliento las carnes con un carajillo.

- Ieee Mariano, ponme un orujo gueno, que hoy hace una rasca que pela to - digo, mientas me preparo un Gargajo que procedo a echar muy femenina a la puerta.

-Güat de fakin jel... -El guiri pasa a la taberna y s'acerca a lastufa a calentarse las manos, c'ace un frío del carajo.- Wenas mañanas paisanos -paisanos, una bonica palabra que l'han enseñao hace poco. Se le nota algo cabreao, seguro que por alguna jilipoyé de las suyas.- ¿De quié es el cabra gris d'ojos blue? Quisir... ¿azules? La mu joia s'a jalao toa la yerba que ai güas preparing para los gamusinos. -A saber d'ande s'a sacao este que los gamusinos comen yerba. El mu tarao se dedica a recogé la yerba de madrugá, porque dice qu'es la mejó y hace montoncicos pa esperar a que vayan las cabras a comérsela. Porque gamusinos no, pero cabras en el pueblo hay un ratico largo. -Mariano plis, uan cafe con leshe calentico.

En una esquina oscura, donde la roña es más densa, el Rubio descansa y observa con ambas manos encima del pomo de su bastón.

Enfrente de él hay un vaso de anís medio lleno haciendo compañía a otros dos vasos vacíos. En su boca casi desdentada (le quedan tres dientes muy amarillos) un torturado palillo señala allá donde el Rubio mira.

Ahora mismo contempla la televisión con esa calma nacida de la sabiduría, la edad y el llevar dos copazos de anís del Mono ya de buena mañana.

En la tele ahora mismo están poniendo un programa para amas de casa en el que están entrevistando a una mujer que asegura ser capaz de comunicarse telespáticamente con los animales. 

Al Rubio le da igual que sea un partido de fútbol, una película de sobremesa o un documental sobre leones.

Porque el Rubio lo sabe todo. Y lo que no sabe, se lo inventa. Eso sí, con mucha gracia.

-Qué tremendos-murmura llevándose el anís a la boca.

La imponentemente ridícula figura de Constancio, que no levantaba más allá del metro sesenta del suelo a lo alto del rabo´la boina que no se quitaba más que pa dormí y cuando se daba friegas, se recortó contra el haz de lú que salía por la puerta del fondo a la derecha de la cantina.

- ¡Ea! Yastá. - Terminó de subise la cremallera del pantalón, tiró de los pantalones más pa´rriba e hizo sonar las palma al entrechocalas con satisfación. Plas,plas.

Con paso firme, como corresponde a la autoridá, se plantó en la barra y con su enérgica voz, la que pudía salir de aquél cuerpo, se dirigió al Mariano - Ponte un sol y sombra, Mariano, que tengo que rellenar to lo que me se ha salio.

Se dió la vuelta y vió al Rubio en su rincón. - ¿Qué Rubio, cómo lo ves? Paece que hoy va quedar buen día pa no hacer na, ¿eh?

-Yo ya sabe lo que opino destas cosas, señor alcalde-dijo el Rubio pasándose el palillo al lado izquierdo-Cuando un jueves la luna tiene como un redol amarillenco, al día siguiente, viernes.

Tras expulsar aquel gargajo denso que mestaba ahí molestando el pescuezo, vuelvo al interior de la cantina. Entro el guiri, hablando de una forma que yo nunca logro entender. Y sale del cagadero el señor alcalde.

Miro al guiri como quien mira que las viñas este año vienen malas.

- Ea pos con el guachuzo este. Que`nolontiendo ni pa tras, copon - le digo al Rubio y al señor alcalde, me acabo de un trago mi carajillo, esperando ese orujo pa`cer buena sangre.- ¿No hay aquidemias desas, la virgen? - pongo los brazos en jarras.
 

- Que jodio. - Contesto a las palabras del Rubio. - Si es que no me haces caso, redios, que tú tenias quéscribí un libro, Rubio. El día que la espiches a vé a quién vamo ha escuchar toas esas palabras tan bien dichas.

Me vuelvo pa la barra y doy una palmada en el contrachapao. - Anda Mariano, que me tengo que ir pa la casa consistorial. Y tú, Digo mirando pa la Cipriana, - hazme el favor de dejame al zagal tranquilo. No vayamos tener un coflito internacioná desos como los que salen en la tele.

Como tós los días soy el primero de Matalascabras en levantarse y saludar al día. Hast'antes qu'el gallo me arretiro del calorcico de mi señora... me paece que soy l'único que trabaja en por aquí cerca...

- Aquí tiés tu orujo Cipriana! -hay que ver esta mujer, pa lo que iba y pa lo que ha quedao...- Y aquí su sol y sombra de tós los días Don Constancio! -encima de que no hace ná en tól día me viene con prisas... joputa...

Me vuelvo pa preparar el café del inglés... no m'entero de ná de lo que dice, pero tós los días pide lo mismo- MUCHACHO! TOMA TU CAFELICO!- hablo fuerte pa que m'entienda bien.

- RUBIO! RUUUUUBIO! TE PONGO OTRO?- a este le chillo porque entre qu'está lejos y qu'es más viejo que Matusalén...

-Muchos gracias Don Mariano. Paice que vié frio dis mornin. -El guiri presumía mucho de quen su tierra hacía muchismo frío, pero a l'hora la verdá, la escarcha le helaba el bigote como a to cristo. A más, tol mundo decía quera un poco esibicionista, porque a la menor de cambio se quitaba la pellica pa que la gente viera lo cachas questaba, aunque a decir verdá, era más flojo de lo que parecía.

Me bebo el orujo de un traga, y pongo el vaso de nuevo en la barra con costra.

- Echame otro, no te qu`es escaso, ca`ce frescor - doy una palmada fuerte, y me froto las manos- ¿Y ca pensao usted pa las fiesta Don Constancio? Pa la Navidá. !Que se nos vié la Nochebuena! ¿Habís engordao al gorrino? Y la misa del gallo, a ver si es tan apañá como el año pasao !Que quedó muchismo bien! Aunque el cura iba un poco mamao ¿Ta`bulta o que? !El pepe tuvo que metelo pa la sacristia de tapadillo! !Que dicía que la virgen le guiñaba un ojo!

Me rasco una molla del culo, a traves de mi vestido de señora de pueblo. Y las catiuscas de agua, que luego una pisa mojones y senrrea toa.

Ante los berridos que suelta mi padre, no me queda otra c'asomar el morro por la taberna. Me duele la mocha un cojón y no m'acuerdo de la mitá de lo que pasó la noche anterior. Aún tengo el maquillaje y la ropa d'estar de fiestaca. Creo que aún voy pedo, da igual. Pero se me van tos los males en cuanto veo al guiri. Al jodío no se le entendía de la misa la mitá, pero se paseaba por el pueblo ligero de ropa y nos alegraba el día a to'as las mozas.

-Ahí va el Yosua que guapo qu'está esta mañana. Aunque te veo con mucha capa como una cebolla, ti'es que tener calor tan tapao, ¿o qué?- me apoyo en la barra enseñando bien canalillo, como hago en las barras de los baretos de Mojuéllamos, que me los conocía ya to's. 

Luego siento a la Pitones hablar de la última misa'l gallo, que anda que no la pasamos bien con el cura. -Anda que no nos reímos con el puto cura esa noche, que quería luego vumitar en la pila butismal y to', ahí donde lava luego la coronilla a los bebés. Menos mal que no le dio por lava'se el culo tamién...- digo entre risas.

Aparece la Berzas, la hija del Mariano. Menuda pieza...Menos mal que mi Adelaida ha salio más centrá. Pero bueno la Maria Consuela aún está en la edá, igual luego asentaba la cabeza. Mira yo, en mi juventú, y ahora que bien ma ido en la vida.

- !Ay pata libre! - le digo a la hija del cantinero- !A saber ca`ce ese cuando naide lo vé! !Que con mi Adelaida se`lacian los ojos chiribías! Que`sta desándo que se confi`men las mozas pa mira`les las ubres. !Manudo pájaro! Eses como mi Pepe !Que le pu`en los ardores!

Le sirv'otr'orujito a la Pitones, que ya empieza... bebe más qu'el marío. -Toma Cirpiana y no te me pases hoy.

Ara le hablo a mi niña: -MARÍA CONSUELA! ARA VIENES?!? ANDA P'ARRIBA Y TE ME PONES MÁS DECENTE! Si es que con esta niña que m'ha dao Dios no gano pa disgustos! AY!

-Y a ti que te s'ocurra mirale argo a mi niña que te hostio vivo y te saco a palos d'aquí- veremos a ver el inglés este... que me va a desgraciá a la Consuela...

- Esta juventú está mu perdía... ay! - digo pa mí.

Evaristo llega tiene ma frio que un gatico mojao en Enero, pero como to los hombre tienen que se recios y fuerte adema de lleva la ropa justa para no morir de hipotermia entra como machote en la cantina:

-A la buena de dio vecinos, hola Mariano ponme un orujo buen hombre que que comenza bien el día que si lo empiezas ma despue las cabra lo susaben y se te rebelan jeje, pos pareje que se va queda buen día hoy eh?

-HOMBRE EVARISTOOO!! BUENOS DÍAS!! El pastor el ultimico en apaecé por la mañanica! Jajaja. Un orujito güeno pa ti a vé si t'espabilas que te se ve cara de cansao!

-Yu luk veri bonica dis mornin, Mari. Si que venío tapao, c'ace veri cold en el majuelo. Estaba cogiendo rastrojos y se m'a quedao... jou du yu sei?... Helao el coño.

Andeluego el Mariano le pega dos voces al guiri, que se pone to a la defensiva.

-Don boder, Don Mariano. Yu nou que solo tengo ojos pa mi paqui. -Y pasa el Evaristo al bar- Jelou Evaristo, a vi si le dise a tu cabra que no comerse mi yerba fresca, ques for the gamusino... ¡¡¡LECHES!!!

-Venga ese anís, Evaristo, y de paso ponte unas olivicas yunos altramuces que si no,  no sabe a nada-el Rubio se acoda en la barra palillo en boca y mira al Guiri un instante-Mu tapao te veo pa lo que tú eres, jomío. ¿Todo bien por Roma?

El Rubio es una persona viajada (una vez llegó hasta Zaragoza) y tiene clasificadas a todas las personas: suecas, negros, moros y rumanos (de Roma, según su criterio). Pero él es un tipo tolerante: los trata igual que si fueran personas.

Y entre tanta cháchara, bacinería y tontás varias, se oyó abrirse la puerta del bar. Allí ya no se esperaba a nadie más, porque el resto trabajaba como gente de buen hacer. Quizás era el Emilio "Ojogrande" que venía a toma'se un café con la gente d'apié, sí hombre, el terrateniente de la bodega que es mu' avispao. El mote le viene de que no se l'escapa ni una, pero las malas lenguas dicen qu'esque le gusta que le den manteca por detrás, pero ya sabemos cómo es la gente cuando un hombre d'ésito está soltero a esa edad no lo dejan tranquilo ni pa' mori'se . Llevaba ya un par de tardes echándose un café anca'l Mariano y cuando la gente de cuartos se mezclaba con el populacho es que s'iba a meter en pulítica... O a saber.

El caso... Qué pasó... Ah, sí, que s'abrió la puerta y por allí asomó el morro un par de forasteros. Pero unos forasteros mu' rarunos: un negraco y una gachí escuchimizá. ¿C'acía esa gente a esas horas allí metía y en pleno invierno? A estos se les había roto el coche... Aunque por cómo iban vestíos cualquiera diría que eran satanícos d'esos. Esta gente era mu' rara, venían con gafas de sol y cueros brillantes. Como la hija de la Adela "la Ojopipa", que desde que se fue a la capital a estudiar cuando viene va asín vestía de negro, sin tener que ir de luto ni na', y mu' tapá siempre la muchacha con un color asín ceniciento de no darle mucho el sol, como si'stuviera enferma o con cólicos.

Bajo del flamante Cadillac Eldorado de color negro que Tanque nos ha preparado para esta misión. Cierro la puerta con delicadeza, es una lástima que esta preciosidad no exista relamente. Hace frío. El aire es realmente limpio, aunque huele mal, puedo atisbar a lo lejos un montón de estiércol. Esta puñetera simulación siempre tiene que fastidiarme los mejores momentos. Al menos el camino no ha sido muy largo.

Repaso mentalmente el plano de la localidad, sus calles y rincones. Localizo el bar de Mariano al otro lado de la calle. Nos dirigimos hacia él, es buen lugar para comenzar nuestra búsqueda. Abro la puerta con un movimiento firme y entro con paso decidido. A mi lado tengo a mi fiel primera oficial Trinity.

- Buenos días. -digo pausadamente con la voz grave que me caracteriza, al tiempo que esbozo una leve sonrisa y barro todo el local con una mirada escudriñadora a través de mis gafas de sol. Espero poder comunicarme con los habitantes de la localidad valiéndome del programa de castellano que me han cargado hace unos minutos en el Constructor. Veo que todos los presentes me miran con asombro; prosigo- Mi nombre es Morfeo*, y esta es mi ayudante Trinity*. Venimos en busca de uno de vosotros. Uno muy especial. -sonrío cuando pronuncio "muy especial", estoy emocionado de estar tan cerca, tantos años buscándole están a punto de terminar.- No sabemos si es hombre o mujer, ni tampoco su edad. Lo que sí sabemos es que es capaz de hacer cosas extraordinarias y que se encuentra aquí, justo en este lugar y justo en este momento.

Tras esto me detengo, a la espera de que los presentes me indiquen cuál de ellos es el Elegido.