Partida Rol por web

CAPITULO 1

Kingston fue fundada en 1693 por algunos supervivientes del desastroso terremoto que destruyó gran parte de la ciudad portuaria de Port Royal, capital de la colonia de Jamaica por esas fechas, el 7 de junio de 1692. Inicialmente, los refugiados vivieron en un campamento de tiendas de Coronel Barry's Hog Crawle. La ciudad no empezó a crecer hasta después de la mayor destrucción de Port Royal por la flota pirata de Catania Nick en 1703. Surveyor John Goffe elaboró un plan para la ciudad basado en una cuadrícula delimitada por el Norte, Este, Oeste y Puerto Streets. En 1716 se había convertido en la ciudad más grande y el centro de comercio de Jamaica.

En el año 1690, Kington aún no se había fundado como ciudad, por lo que era tierra de nadie, el sitio donde piratas, filibusteros y demás gente de la misma calaña pasaban sus días y sus noches entre tabernas, ron, tabaco y mujeres.

Todos los días lo mismo, todos los días lo mismo.

¡¡¡Es que la gente no sabe que soy el maldito gobernador de esta ciudad!!!

Ya estoy cansado de lidiar con estos malditos piratas, a ver cuando se deciden a dejar este puerto... bueno, pero pensándolo friamente, son los que me hacen rico... No, no, no... debo ser un gobernador bueno y honrado... pero el oro es tan brillante...

¿Piratas? Claro, son los que mantienen el negocio a flote. Es más, estamos cortos de personal... ¿deseas pertenecer al selecto personal de Madame Lilian? ¿No, seguro? La paga es buena...

- Estamos preparadas para complacer a cualquiera, sus mas bajos instintos, los mas sinceros y los más perversos... ¿Quieres probar? -

¿Quién será el pirata que me saque de esta casa de putas y me lleve con él a surcar los mares?

- ¿Qué si me gustan los piratas? ¡¿Cómo puedes preguntarle eso a un tio con un parche en el ojo y un barco pirata en su avatar?! ¿Estás tonto, o qué? -

- Venid, piratas y demás marineros, disfrutad de la calidez de mi taberna... tenemos ron, cerveza y grog... -

La ciudad de Kingston está dividida en dos partes. La parte del puerto, donde encontraréis el Ayuntamiento, la Taberna de Bill y la Casa de Madame Lilian. En esta zona se encuentran algunos comercios pequeños, y muchos puestos con vendedores ambulantes. También encontraréis las casas de las personas importantes de la ciudad.

Saliendo hacia el norte, dejándo el barrio acomodado, podráis ver muchas casas bajas y apiñadas, donde viven muchos de los trabajadores de los campos en las afueras de la ciudad.

[En la Taberna de Bill]

Markus Raven, Peter de Vries, Stanley Westen y Vargo Hoat no podían creer lo que veían. Su capitana, Mary Red, iba por la cuarta copa, aún cuando ellos continuaban con la segunda. Esta muchacha tiene la garganta de acero, decían los cuatro para si mismos cuando la veían beberse el ron de un trago.

Bill, el posadero del lugar, estaba echando cuentas mientras la capitana Mary pedía otra y otra ronda para sus compañeros de aventuras.

La taberna estaba a reventar. En una de las mesas alejadas, iluminado sólo por la luz de una pequeña vela a punto de extinguirse, se encontraba el buen doctor James Spade, abrazado a una botella de ron, y recordando como había sido su juventud. Aunque la mirada de sus ojos vidriosos paseaba por todo el local, no parecía mirar a nadie en particular y al mismo tiempo, parecía mirar a todos en general.

En otra de las mesas, muy cercana a donde unos piratas estaban jugando al poker, se encuentra Rodrigo de Luna, un personaje alto y carismático, al parecer con sangre española, que está preguntando a una de las camareras a que hora termina de trabajar utilizando sus encantos ibéricos.

Sentado en un taburete junto a la barra, se encuentra otro personaje que llama la atención. Se trata de Jack Crow, un viejo conocido de Bill. Un buen pirata, aunque según dicen, está un poco tocado de la cabeza, pero siempre logra hacer reir a la gente y engatusar a las damas con sus encantos. Crow está bebiendo una especie de líquido amarillento ( según Bill es ron casero ) mientras que con una mano se mesa las largas trenzas que lleva en la barba.

[En la Taberna de Bill]

También podéis observar, un par de mesas en las que están jugando al poker y otras dos, un poco más grandes, donde hay un corro de gente rodeándolas. Todos escucháis los gritos de los participantes, a los cuales no podéis ver ya que están ocultos tras la gente.

- Cuatro dos. -

- Cinco tres. -

- Seis tres. -

- ¡¡¡Estás mintiendo!!! -

La gente aplaude emocionada los arrebatos de los piratas mientras tiran los dados sobre el tapete.

En las mesas de poker, la tensión puede ser cortada con un cuchillo. En un momento dado, uno de los piratas que estaba jugando, se levanta como un rayo de la silla y se lanza puñal en mano sobre otro de los piratas participantes por haber caído en su trampa.

El cuchillo no llegó a destino. Un ruido como de un disparo se escuchó en la taberna, y todos vieron a uno de los hombres de Bill, con el fusil en la mano, del cual se desprendía un humito desde la punta.

- Ya sabéis cuales son las reglas. -, gritó el pirata. - O las acatáis o conoceréis el sabor de mis plomos. -

Todos parecieron callar ante las palabras del pirata, y ahora parece que en la mesa de poker hay un jugador menos para apostar. Dos piratas más pequeños, retiran el cuerpo muerto del atacante y ahora, sólo quedan dos, los cuales se están disputando las últimas fichas para ver quien es el vencedor.

REGLAS DEL POKER

-¡Vaya!- dijo Stan dando otro trago de su vaso, que había visto días mejores.- Parece que se ha quedado libre una de  las mesas de poker. ¿Que tal si echamos unas manos compañeros?- miró a sus colegas piratas enseñando su mejor sonrisa. Al menos tenía dientes, que era más de lo que podía presumir la mayoría por allí.

Intentando imitar a mi capitana, termino mi copa de ron de un trago y noto como, por unos instantes, me arde la garganta.
Sonrío levemente al notar el agradable calor del ron en mis entrañas y, al oír a mi compañero Stanley, respondo.
Amigo mio, tu afición por el juego es de sobra conocida por todos.
Compruebo que las dos pistolas que siempre llevo encima están adecuadamente cargadas añado.
Nunca fui afortunado en los juegos de azar. Pero claro, todos sabemos que esto no va a ser un juego de azar.
Y al decir esto, tanto mi mirada como mi sonrisa incluye a todos los compañeros presentes. Vuelvo a mirar a Stanley y añado
Trata de encontrar a algunos pichones a los que desplumar y, si llegamos a la segunda parte de la función, me tendrás al lado dispuesto como de costumbre.
Dicho esto, apoyo mi mano izquierda en la empuñadura de una de mis pistolas.

-Ahh, mi buen de Vries, ten por que seguro esos dos- señala con su jarra a los que han quedado en la mesa- estarán más que encantados de jugaral poker con alguien tan... inexperto como yo.

Stan se levanta y se acerca a la mesa de juego, y exagerando aun más su acento inglés hasta un punto casi cómico comenta, como quien no quiere la cosa...

-¡Oh lord! ¡Así que esto es una verdadera partida de poker! Había oído hablar de ellas, pero sin duda verla en directo es mucho más didáctico. No se parece en absoluto al Bridge que jugamos en Kensington...

Me levanto de la silla en la barra,le pido con la mirada a Bill que me llene el vaso y me dirijo a la mesa de la Capitana.
Sin dejar de mesarme las trenzas de la perilla y con el vaso en alto,esquivo a varios piratas...
-Capitana,permite compañia?.- digo sentandome y sacando una manzana de mi chaqueta,que muerdo despacio saboreandola.

Aunque me cuesta, permenezco con el rostro impasible al oir a Stanley. Apoyo los codos en la barra del bar y observo su magnifica interpretacion.
"Buena selección de pichones".
Es lo que pienso mientras observo la mesa de poker y el par de futuras victimas de mi compañero.
También miro en torno a la mesa tratando de identificar algún posible compañero de las futuras victimas.

[ Mesa de Poker ]

Dragut mira silencioso al recién llegado. Como era de esperar, un asiento libre en una mesa de poker no dura mucho tiempo en esta taberna.

Continúo mirando al recién llegado, intentando ver más allá de lo evidente, mientras le señalo con la mano una silla donde se puede sentar.

- Ya somos tres, amigo. -, le digo al recien llegado. - La apuesta mínima son dos monedas. -, dice mientras arroja dos monedas de oro sobre el tapete verde. - Croupier... comienza a repartir. -

- Hagan juego señores... -

-Aaah, bueno... ¿así que apostais? Está bien, esta bien...- Saca un saquito lleno de monedas de oro y saca con cuidado dos piezas que coloca sobre la mesa.