Partida Rol por web

La Isla de Tortuga, el lugar donde todos los piratas deben pasar por lo menos una vez en su vida. Allí, se reunen los mejores piratas de todo el Caribe, para contar anécdotas, pelearse por una jarra de Ron o simplemente jugarse todo lo que poseen en los juegos de azar.

También, La Isla es conocida por que allí se encuentra el mayor Mercado Negro de todo el Caribe. Dice la gente que en Tortuga se puede conseguir de todo... ¿será verdad?

No estoy demasiado pendiente de la maniobra de atraque. Pues ante mi, se halla el legendario puerto de Tortuga. Y ya me relamo pensando en el ron, en las tabernas y en las taberneras.
Por tanto, mientras manipulo una de las maromas haciendo un nudo corredizo para amarra el Berenice a uno de los viejos cañones plantados como norays, miro hacia atrás y digo.
Que alguien con puntería se acerque por aquí. A ver si podemos enlazar a la primera.

Desde la torre de vigía Stan intenta dar indicaciones a los marineros para ayudarles a atracar el barco.

-¡Despacio, despacio, despacio! ¡Arriba, arriba, arriba!

No está seguro de si sus indicaciones están ayudando o liando más a los marineros.

La capitana miró a su tripulación, atracando algo despistada.

Suspiró y se hacercó a Peter. Tomó la cuerda y la lanzó con gran destreza al muelle para poder acertar y amarrar el barco. Luego se dirigió al resto de quehaceres para poder atracar el barco sin problemas.

Se desenvolvía con soltura, concentrada en la maniobra.

-Yo esque estoy mirando los mapas...- contesto a Peter mientras me afano en una botella de Ron e indico -Asi, asi, muy bien, despacio, despacio,...- muerdo una manzana que me saco de la casaca.

Vargo se queda al lado de Crow, admirando los mapas, su petaca y la manzana roja..

Gracias capitana.
Digo yo tras la demostración de puntería hecha. Miro entonces a mi alrededor y no puedo evitar añadir con una leve sonrisa.
Creo que hoy no estamos excesivamente inspirados. En mi caso, es facil suponer el motivo. Pero quizá el resto de compañeros tengan otras causas.
Miro entonces a lo largo de la cubierta por si mi ayuda fuera necesaria.

Sumamente concentrado miro de un ladao para otro comprobando que todo va bien...

Por fin veo tierra, no es que la echase de menos pero ... me sentía mas segura sabiendo que si el barco se rompia o algo asi, tenia donde agarrarme ...
- ¿Es ... Tortuga? - digo anonadada viendo el paisaje
- ¿la famosa isla tortuga? - repito mirando a todos lados como si estubiera viendo el paraiso

Spade mira la torpe maniobra de atraque acodado en la base del bauprés cómodamente.

- Si, chiquilla. Tortuga... espero que no tengamos problemas otra vez aquí...

- No se preocupe doctor, yo cuido que no se meta en lios - sonrio bromeando pero al poco borro la sonrisa de mis labios, ¿le caia mal? habia veces que me daba la sensacion de que me miraba como ... demasiado serio no se ... ami me caia bien, pues vaya ....

- Esto ... - miro a algun lado esperando que alguien corte la tension

Elisabeth se acerca a los demás tripulantes para intentar ayudar en lo que pueda... aunque inexperta y poco diestra, al menos pone todo el esfuerzo posible en no parecer torpe... y tampoco lo hace tan mal para ser la primera vez... De todos modos queda anonadada al ver la destreza de la capitana...

Claro... si es la capitana, debe de ser por algo...

Mientras tanto escucha la conversación de María con el doctor... Había oído historias sobre la susodicha isla, pero nunca le había interesado lo más mínimo visitarla... al parecer su destino había cambiado por completo, y si quería recuperar sus posesiones y a su querido gatito, tendría que hacer más de una visita inesperada.

Me giro al percibir un suave olor a perfume y veo que Elisabeth trata de acercarse, la había olvidado, retrocedo unos pasos para ayudarla a caminar mejor, la pobre aun estaba herida
- como te encuentras - pregunto con una suave sonrisa en los labios
- espero que el vendaje que te puse te ayudase en algo, no soy muy buena en eso y el doctor me esta enseñando - digo pasando mi brazo por su espalda para ayudarla a llegar a los demás

La capitana comienza a dar las órdenes pertinentes para atracar, con la mayor celeridad posible, ya que ve como el muelle se acerca cada vez más y más al barco... ( o es al revés ) La Capitana hace todo lo posible y lo imposible para que el barco continúe desacelerando, tensando algunos cabos mientras maneja el timón con su bota. Piratilla se encuentra en su hombro, realizando las labores de segundo de a bordo, ya que repite cada orden de la capitana al segundo de que ella la diga.

Mientras tanto, Elizabeth ha salido de la cocina, dejando un cazo lleno de sopa de fideos junto a la puerta y junto a Marcus se ponen ha atar sogas, tirar de ellas y demás, todo para reducir la velocidad del barco, el cual parece que ahora va bien encaminado para orillarse al muelle...

En ese momento, Vargo que estaba sobre uno de los palos de las velas sentado, mirando por la borda la distancia que hay entre los barcos para ir calculando, al ver que esta era la correcta, baja por una soga, con tanta mala suerte que mete toda su pierna derecha dentro del cazo con sopa hirviendo que estaba junto a la puerta.

Su bota se queda atrancada en la olla de hierro y su pierna comienza a quemarse, por lo cual, comienza a saltar de un lado a otro de la cubierta, chocando con Rodrigo primero y con Peter después. Claro que la cosa no termina allí, desequilibrados por el empujón de Vargo, Peter y Rodrigo sueltan las sogas que sostenían en la mano, dejándo a Stanley y a Crow solos, sosteniendo todo el peso de las velas y debido a ese gran peso, ambos piratas salen desplazados hacia delante chocando entre si de frente...

La vela cae nuevamente, hinchándose con el viento y haciéndo que varias sogas se tensen, haciendo tropezar a Vargo, que aún continúa con su pie dentro de la olla, y tirándo al pirata al agua sucia del muelle.

El barco golpea con fuerza el muelle, pero gracias a la pericia de la Capitana, no da por los pelos en los demás barcos, donde las tripulaciones miraban con los ojos desorbitados la maniobra de atraque.

Cuando el Berenice se encuentra a un metro del muelle, varios mozos del puerto saltan a él y cogen las amarras, lanzándoselas a sus compañeros que rápidamente atan los cabos al muelle, dando por terminada las peripecias de la tripulación del Berenice.

Todas las demás tripulaciones que miraban asombrados la escena, respiran aliviados y mientras se rien, vuelven a sus tareas.