Partida Rol por web

Aprovechando que se encontraba en las cercanías de Ciudad Trigal y que se estaba tomando unos días de descanso desde su último viaje, Bruce decidió pasarse a ver a su familia en la granja.

Después del típico reencuentro y comida familiares, su madre sacó un tema que enseguida captó su atención.

-Pues el otro día estuve dando una vuelta por el Encinar para que la tropa hiciera ejercicio en un lugar algo diferente, más fresco -"La tropa" era el nombre por el que solía referirse a la pequeña manada de eevees de menos de un año, que aún no había evolucionado ni desarrollado bien sus habilidades- y encontré una roca cubierta de un musgo muy frondoso. No, no te rías, dicho así suena como una tontería, pero verás, el caso es que he leído que en Sinnoh y Teselia, en algunos bosques frondosos se pueden encontrar rocas similares, y en determinados casos concretos parecen tener una influencia lo suficientemente fuerte como para hacer evolucionar a los eevees, aunque no tengo claro cómo. En Johto nunca se habían encontrado rocas similares. De hecho, tu padre y yo solemos ir por el Encinar, sobre todo a llevar a la tropa a que desfogue entre los árboles ahora en verano, pero juraría que nunca había visto una roca así. Claro que todos los claros del bosque se parecen mucho unos a otros, igual lleva ahí toda la vida...

-Toda la vida llevo yendo yo al Encinar y nunca he visto tal roca. Dices que era bastante grande, ¿no? -interrumpió el padre de Bruce.

-Sí... Cubierta de un musgo denso y mullido, estaba húmeda y fresca. Parecía un lugar... no sé, realmente vivo. A los eevees parecía interesarles, pero era imposible investigar nada con toda la tropa saltando por ahí. En lo que tardé en buscar la pokégear en el bolso para sacarle una foto, el pequeño se había perdido entre los árboles y el resto se estaban desmadrando, así que al final se me olvidó. ¿Qué opinas, Bruce? No sé, me gustaría que le echaras un ojo, a ver qué te parece a ti. Nosotros no podemos dejar la granja desatendida.

-Igual es una tontería, pero... Sería interesante tener un eevee de tipo planta. Nunca ha habido uno en Johto. -Añadió el padre de Bruce, siempre algo más taciturno que su madre, de quien Bruce parecía haber heredado su carácter animado y risueño.

-¡Claro, iré encantado! Vamos Tide, terminate la comida, que nos vamos de excursión al encinar- Acaricio la cabeza de mi Vaporeon alegremente, recojo mi mochila y mis bártulos y preparo unas pocas provisiones.

- ¿Mamá, quieres que me lleve a la tropa o a uno solo?-

-¡Jaja, tan enérgico como siempre! xD ¡Ese es mi hijo! Pero, no pretenderás irte para allá a las once de la noche, ¿verdad? Más que nada, porque no vas a ver a tres palmos de tus narices. Nah, acuéstate, descansa y, por la mañana, vete para allá temprano con Tide y uno de los eevee de la tropa. Como te los lleves a todos te vas a pasar más tiempo persiguiéndolos que haciendo cualquier otra cosa. O al menos eso me pasa a mí.

-Pero tú eres muy blanda con ellos. -Añadió el padre con una sonrisa, mientras recogía la mesa, a lo que la madre rió desenfadadamente.

- Esta bien- sonrío y subo las escaleras hacia mi habitación, con Tide tras de mí. Me pongo un pantalón de pijama y dejo mi torso al descubierto, para evitar el calor. Tide sube a mi cama y sse enrosca a los piés.

- Buenas noches Tide, descansa bien, mañana toca paseo- cierro los ojos y empiezo a pensar en como será el Eevee de planta, y me voy quedando dormido.

Antes de que Bruce se dé cuenta de que se ha dormido, su madre le está despertando. El sol acaba de salir, su desayuno y su mochila están preparados. Si no se entretiene, podrá alcanzar el Encinar antes de que el sol empiece a pegar fuerte.

-Llévate a este. -Le dice su madre tras el desayuno. -Es muy dócil y parece que está listo para evolucionar. Creo que es el más maduro de la tropa. ¡Cuídalo bien!

Y con esto y un beso, Bruce está listo para empezar su excursión.

- Gracias por el desayuno ¡Nos vemos pronto! Vamos pequeño Eevee. Tide, ¿listo chico?- salgo tranquilamente de casa y me dirijo hacia la ruta 34. No tengo prisa, podemos ir dando un paseo con calma. Jugueteo con mis compañeros mientras camino, lanzandoles pelotas y jugando a ver si alcanzan mis manos a saltos, recompensandoles de vez en cuando con alguna gominola para Eevees.

Hace un día espléndido. La mañana aún es fresca, el sol de julio no empezará ser implacable hasta dentro de un par de horas, y el aire transporta una extraña pero agradable mezcla entre el olor de la brisa marina y el perfume de los jacintos que bordean el camino en una exhuberante floración.

Bruce, Tide y el eevee pasan por delante de la Guardería Pokémon. Parece que a la familia que lo lleva les ha ido bien el negocio, porque ha oído que han abierto otra en Ciudad Iris. O quizá no sean los mismos.

Un poco más adelante, la ruta se vuelve más agreste, aunque el sendero sigue estando despejado y bordeado de lozanos jacintos amarillos. Bruce puede divisar a algunos entrenadores mañaneros y entre la hierba levanta el vuelo de vez en cuando algún pidgey.

A lo lejos, tras un pronunciado recodo del camino, se divisa el Encinar. Aunque camine tranquilamente, si no se entretiene, llegará a la linde en menos de una hora antes de que empiece a apretar el calor.

- Podríamos tomar un descanso. Y comenzar a pensar en caminar por la sombre, cuando el Sol apriete nos podríamos achicharrar- le sonrío a mis compañeros de viaje y busco un arbol pero procuro que no esté plagado de bichos en plan Kakuna o Weedles, no quiero quedar envenenado nada más empezar xD

Bruce y los dos pokémon toman un descanso a la sombra de un árbol. La sombra del árbol es fresca, aunque Bruce sabe que, una vez lleguen al Encinar no tendrán problemas de calor hasta las dos o las tres de la tarde, pues los árboles crecen tan juntos que el suelo es un entramado fresco de luz y sombra. En cuanto vuelvan a ponerse en marcha, llegarán allí.

Tide restriega la cabeza contra la de su entrenador. Se siente un pokémon afortunado de tener un amigo que juega con él, le da chucherías y, en general, le quiere y se preocupa de su bienestar. El otro eevee también parece animado con la compañía.

Es un día espléndido de julio y el aroma de los jacintos embriaga el aire.

Después de unos 10 minutos de descanso, me levanto, hago unos pocos estiramientos y: Bueno, ¡vamonos muchachos! comienzo a caminar de nuevo, sonriente.

Tras un rato andando, Bruce, Tide y el eevee llegan al Encinar.

Entre la sombra de los enormes y vetustos árboles la temperatura es agradable. El bosque parece especialmente verde y frondoso, vivo.

De lo poco que había oido del Encinar, me sorprendo aún más, y la sensación de vitalidad me dejan con la boca abierta. Inconscientemente, le acaricio la cabeza a Tide y hago señas al Eevee para que no se aleje - Parece muy grande, será mejor no alejarse- Busco indicios de la piedra de la que hablaron mis padres.

Bruce se adentra en el bosque buscando la piedra. Allí encuentra primero al aprendiz del carbonero, un chico llamado Alex que está cortando leña con un farfetch'd. Este le conduce hasta la piedra que buscaba, donde se encuentra con Tharion. Tras probar de diversos modos, consiguen que el eevee evolucione a leafeon haciéndolo luchar contra el farfetch'd del carbonero que llevaba Alex. Bruce le ofrece al chico un trabajo en la granja de eevees, adonde se dirige junto con Tharion. Alex se vuelve a casa del carbonero a llevarle la leña y su farfetch'd, prometiéndoles que se reunirá con ellos más tarde.

- Bueno, cuentame algo sobre tu vida Tharion ¿Cuánto llevas viviendo en el Encinar, etc?- pregunto a mi acompañante, mientras caminamos sin prisa por las praderas. De vez en cuando le rasco la cabeza a Tide.

-Pasé por aquí y me gustó el sitio, tranquilo, bonito, con abundancia de alimento, inaccesible con vehículos....ah y cercano a ciudad trigal-