Partida Rol por web

Hoy era un nuevo día, donde una nueva generación de entrenadores, motivados por los éxitos de Ash Ketchump (o Rojo, como prefirais) querían alcanzar su sueño de ser entrenadores pokemon. Todos esperabais adquirir vuestro primer pokemon, así que esa noche apenas pudisteis dormir. Algunos soñaron con tener algun pokemon raro, como por ejemplo Articuno o Latias, otros por el contrario soñasteis que vencíais al Alto Mando y ganabais el derecho de desafiar a Ash. El despertador con forma de Voltorb os despierta, haciendo que algunos refunfuñen por levantarse, otros directamente de la emoción se cayeron de la cama.

Estaba soñando con la felicidad que sería ganar mi primera medalla con el primer pokemon que había obtenido, sueño que desapareció rápidamente con un pequeño golpe contra el cabecero de la cama. -Auch-, resonó por toda la casa mientras colocaba de nuevo el cabecero en su sitio, nada importaba, el día había llegado, salí volando de la cama a la ducha, de ahí al vestidor, ¿Vestido?, no! Ahora voy a ser una entrenadora pokemon, da igual la ropa, me decidí por falda y camiseta, con un gorro tras recogerme el pelo en una coleta que me permitiera comodidad, me gustaba mi pelo aunque a veces, era demasiado largo y dificil de llevar. 

En apenas unos minutos estaba en la sala, mis padres habían madrugado para preparar el desayuno y sollozaban, uno, por que su princesita seguiría los pasos de su padre, y la otra, por que tendría que despedirse de su hija por dios sabe cuanto tiempo, en dos minutos ya había comido todo lo que había en la mesa.

Cogí mi mochila que contenía comida en bolsas, una cuerda, una libreta y bolis y todo lo que pude encontrar por casa la noche anterior y la puse en mi hombro derecho y salí de casa gritando -¡ya voy!-, lo último que se oyó fue a ambos progenitores dudando en si el viaje sería una buena opción, con cosas  como «aun es una niña», o, sabrá cuidarse sola. El padre asentía con una sonrisa mientras yo corría al laboratorio en busca de mi primer compañero de aventuras.

Estaba roncando a pata suelta, mientras algún que otro sonido se me escapaba de la boca.

- Espeon, usa Bola Sombra.... zzzzzzz

De pronto unos pasos hicieron que medio me despertara, hasta que algo me sacó el aire de mi cuerpo, despertándome abruptamente.

- Oni-chan!! Vamos vamos vamos, que vas a llegar tarde!

Mi hermana, como no. 

- No podías simplemente despertarme como una persona normal? (su cara sonriente denotaba un claro "no") Vale vale, ya me levanto.

Ella salió corriendo tarareando, mientras yo me vestía. Me miré al espejo y vi que estaba listo. Bajé para desayunar, cuando me veo a mi madre llorando a moco tendido mientras mi padre me miraba con orgullo, aunque también preocupación. Ya una vez desayunado, me levanté, solo para ver como mi hermana se agarra cual lapa a mi brazo, haciendome suspirar.

- Nos vemos, y no os preocupeis, ella estara bien. (aunque conociendola, me meterá en más de un lío)

Tras una noche de no poder apenas dormir y estar despierto horas antes por fin terminara la espera delante del despertador hasta que suene la alarma durante un segundo, antes de que la apague. Me levantare de un brinco agarrando la mochila y empezare a bajar corriendo las escaleras hacia la cocina.

-Me voy mama!.- Gritare probablemente despertandola mientras agarro algo de desayuno.-Nos vemos!.-Dire al salir mientras de fondo se empieza a escuchar una respuesta de mama que no me paro a escuchar y asi y con un portazo involuntario, saldre corriendo en direccion a casa del professor sin poder aguantar las ganas de tener a mi primer pokemon.

Aquella noche apenas pude dormir, solo pensaba en que pokemons habria para elegir en el laboratorio. Ojala hubiera una eevee, me encantaria tener un speon mas adelante y un umbreon, un jolteon... o un equipo de eevees ya de paso pero sobre todo el speon. SIn apenas dormir nada me levante, me arregle y me fui a preparar el desayuno. En mi casa no habia nadie para no variar, siempre estaba sola, mis padres viajaban por todo el mundo haciendo sus negocios, ni siquiera tenían tiempo para llamar a su única hija. Es uno de los motivos que me hicieron querer irme, total no se iban a enterar.

tras desayunar subí a por la mochila y puse rumbo al laboratorío.

Llegué a Pueblo Paleta cuando el Sol había salido recientemente. Aquí comienza todo. Pensé motivado y lleno de energía. Hacía aproximadamente 3 días que dejé mi casa para ir hasta ese pueblo apartado de la mano de Dios para encontrarme con mi nuevo amigo. Suerte que pude pasar la noche en Ciudad Verde después de echar una mano a un amable anciano (el cuál me dejó pasar la noche en su casa) que decía que le dolía la espalda....

Respiro hondo. -Ojalá me toque un Larvitar... Sino un Cindaquil estaría también bien.... aunque estando en Kanto no sé si esos pokemon han llegado hasta aquí.... tal vez un Charmander.- Siempre me llamó la atención el pokemon Larvitar ya que su color se asemejaba bastante al de mi pelo, además de que parecía ser bastante imponente.

Una vez he dejado de lado mis pensamientos, camino hasta lo que parece el laboratorio y espero en la entrada a que todo comience.

Me desperte de pronto, mire el reloj y aun faltaban unos minutos para que el despertador marcara la hora de levantarse, los primeros rayos de sol ya asomaban a traves de mi ventana, estaba inquieto, por fin llegaba el día que tanto había soñado, el día en el que obtendría mi primer Pokemon, aun así pude contenerme hasta que sonó el despertador, ni dos segundos y ya lo había parado, me levante de la cama, fui al baño, me asee, y volvi a mi habitacion para vestirme, cogi la ropa que deje perfectamente preparada la noche anterior, un olor a tostada reclamaba mi presencia en la cocina para tomar el desayuno antes de irme.

Por fin ha llegado tu dia. Buenos días Damon. Fueron las primeras palabras de mi tío Alaric, en ellas por un lado notaba alegría pero a la vez tristeza. Vamos sientate y comete el desayuno, te he preparado algo de comida para que la lleves en la mochila, hoy te espera un día duro. Como siempre, lo tenia todo controlado, desde aquel fatidico dia, mi tio siempre cuido de mi, ya que el no tenia hijos, y era casi como un padre para mi.

Estoy muy nervioso tio (le dije tembloroso) no se  pokemon me daran y como reaccionara ante mi (realmente era lo que mas me preocupaba, la afinidad que pudiera tener con el pokemon que me dieran).

Cuando acabe de desayunar, le di un beso al tio Alaric, Hasta luego tio. me despedi, y me diriji al laboratorio del pueblo, alli vi algunos niños alrededor, imagine que todos iban como yo, a recibir su primer pokemon, asi que me espere a unos metros de la puerta, atento a mi alrededor, y espectante ante lo que iba a acontecer en breve...

La brisa, la agradable sensación del amanecer, los cantos diurnos de los pokemon de alrededor, todas estas cosas y más hacían a nuestro joven permanecer en el sueño absoluto, pero de repente... BIP, BIP, BIP.

Kevin se levanta de golpe del susto, medio dormido y con la boca reseca se frota los ojos para lidiar levemente con la molestia de despertarse tan temprano.

Hace unos estiramientos, unas sentadillas y se incorpora, acto seguido se gira, todo está bien hasta que de repente...

¡OH NO! ¡Casi se me olvida! ¡Hoy es el día en el que empezaré mi viaje! Debo prepararme rápido o el profesor Oak me regañará...

Kevin rápidamente mueve la puerta para cerrarla, detrás hay una percha con ropa que su madre le había preparado con anterioridad, él dispone a coger la ropa cuando una nota cae de los pantalones. Sin nada que perder se pone a vestirse torpemente mientras lee la nota: Querido hijo, ¿Qué emocionante debe ser este día para tí no? ¡Tu primer paso para ser un líder de gimnasio como tu padre! Es broma cariño, sé que no quieres ser líder de gimnasio, pero deberías reeplantearlo en tu aventura. ¿Eh?. Te he dejado la mochila con todo preparado en el comedor, el teléfono por si necesitas llamarnos, un poco de dinero, cepillo de dientes, pasta de dientes y un par de mudas limpias por si acaso sucede algo. Antes de acabar quisiera decirte que también te he puesto una foto de nosotros, y siento mucho hijo el no poder estar ahí en un momento tan importante como éste, no he podido pedir un día libre porque ya sabes el trabajo hijo, hay que seguir a flote, y con tu padre... También. Sabes que te queremos mucho mucho muchísimo, y si necesitas volver a casa un rato para descansar siempre serás bienvenido mi pequeña pelusilla rojita.

Kevin se pone rojo y asiente, sabe que esta carta está llena del amor de una madre, acto seguido se dispone a recoger su habitación de la manera más rapida posible y se dirije hacia el comedor.

Ajá, aquí está la mochila. Gracias mamá de verdad, qué haría sin ti... ¡Ah! Esta debe ser la foto de la que decía en la nota... Si. Me alegra que esta foto siga intacta a pesar de todo.

Al acabar de colocarse la mochila y poner todo en orden Kevin coge las llaves de su casa y se va hacia el recojedor sin antes mirar hacia una foto familiar, especialmente hacia la cara de su hermano con las palabras:

Adiós hermanito. Cuida de la casa mientras no esté. ¿Vale? Te juro que me convertiré en un gran entrenador pokemon y me uniré a esa corporación, ten fé en mi. Y con un ultimo suspiro. Te quiero.

Con estas últimas palabras Kevin sale de casa y cierra la puerta con llave, guardándolas dentro de la mochila después y dirijiéndose hacia el laboratorio del profesor Oak.

Toda mi vida había vivido en Pueblo Lavanda, encerrado por la montaña por un lado, mar por el otro, y rodeado de gente que iba a pagar sus respetos a la Torre Pokémon, más bien poca acción se veía en ese pueblo sin siquiera un gimnasio, si acaso entrenadores de paso buscando descansar antes de continuar su aventura...

Yo por mi parte me tenía que conformar con las cartas que me enviaban mis padres que si eran unos expertos en la materia, pero no podrían evolucionar como entrenadores en ese pueblo, no me quejo, la vida con el abuelo no es mala, pero es muy aburrida, solo vender las artesanías que hacía mi abuelo, amuletos, talismanes y demás cosas relacionadas con los templos y esas cosas que no van conmigo, yo quería ser un entrenador como mis padres, así que ahorré un poco del dinero que me tocaba por ayudar al abuelo con el negocio, aprovechando al máximo las hordas de personas que entraban y salían del cementerio pokémon, y cuando cumplí la edad necesaria decidí encarar al abuelo, no quería dejarlo solo, pero el no quería que yo fuese infeliz, sabía mi sueño, pero cuando me di cuenta de mis palabras y las acciones que quería tomar me di cuenta que mis ahorros no alcanzarían; mi abuelo solo sonrió y de una caja sacó una carta de mis padres para que yo leyera al momento de comenzar mi aventura, no solo habían palabras de aliento, sino suficiente efectivo para mi viaje a Pueblo Paleta a buscar a mi primer compañero con el famosísimo Profesor Oak.

-Adiós abuelo Kiru, ya me voy- me despedí feliz, era mi abuelo el que estaba triste -Prométeme que vendrás a visitarme y mostrarme tus compañeros un día- en mi familia no nos referíamos a los pokémon como "nuestros pokémon" sino que acostumbrábamos a llamarlos "Compañeros" y tratarlos como tal, -No solo vendré de visita abue, será mi primera ruta, a pie desde Pueblo Paleta hasta Pueblo Lavanda- y así me despedí, y me fui hacia Ciudad Verde, la última escala antes de Pueblo Paleta.

Me quedé en una posada en Ciudad Verde y colocando la alarma bien temprano me acosté más emocionado que cansado así que cuando sonó el despertador sentí que apenas me había quedado dormido y desperté proporcionalmente opuesto a como me había acostado, con más cansancio que emoción. Así que casi arrastrando los pies me arreglo como puedo, acomodo mis cosas en mi mochila y parto a Pueblo Paleta. 

Ya con la caminata terminé despertando y veo que no soy el único llegando al Laboratorio del Profesor Oak, 

-Hola a todos, parece que no soy el único madrugador... Soy Kiro, un placer- me presento ante los demás entrenadores y espero a ver si alguno tiene idea de que tenemos que hacer para recibir a nuestro primer compañero.

- Hola!!! Encantada soy Alise!! Oni-chan, presentante venga!! (dijo mientras hacía un mohin con sus mofletes)

Suspirando, miro a los que habían llegado.

- Karl.

Mi hermana puso cara de enfado, inflnado aun más sus mofletes.

- Así nunca encontraras novia. (mira a los que estaban) ¿Qué pokemon creeis que habrá? Yo no tengo edad para tener uno todavía, pero si pudiera elegir, me quedaría con un Vulpix, son tan monos...

- Alise, deja de molestar, lo que sea, será.

Está a punto de llegar a la puerta del laboratorio, pero se da cuenta que ya hay cierta cantidad de futuros entrenadores enfrente también. Al parecer he llegado temprano a pesar de todo, ¡Bien! pensó aliviado. Justo al llegar immediatamente és preguntado por un entrenador, su nombre era Kiro.

Buenas, encantado de conocerte Kiro, me llavo Kevin. Parece que no soy el único que ha llegado temprano.

Immediatamente gira su cabeza para mirar al resto, uno de ellos le llama la atención... bueno, dos para ser exactos. ¿Serán hermanos? Puede ser. Mientras tanto responde su pregunta.

Seguramente los iniciales serán los típicos de esta región, Charmander, Squirtle y Bulbasaur. Aunque quien sabe, a lo mejor han cambiado las cosas.

Un pensamiento invade la mente de Kevin al instante... Un momento... Nunca me había planteado ir de aventura solo o en grupo. Mierda, sabía que me dejaría algo, y esta vez ha sido plantearme este tema... Estar solo tiene sus cosas buenas como malas, igualmente como estar en grupo. Aunque claro... estar solo se sentiría muy... solo. También estar en grupo... depende con quien me mezclo la ruta puede ser agradable o desesperable... Espero que tenga suerte.

Una vez llego al laboratorio veo que no soy la única, ya hay algunos entrenadores alli.  A parecer he llegado justo para oir las presentaciones.

Buenos dias a todos, mi nombre es Alice encantada de conoceros, ¿No llego tarde verdad? Me he entretenido un poco de camino.

Somos muchos así que igual hay mas a parte de los famosos iniciales aunque no se me ocurre cuales podrían ser. Me encantaria que hubiera un eevee. ¿y a vosotros cual os gustaria?

Despistado y sumergido en mis pensamientos había ignorado la llegada de otros invitados al laboratorio del profesor Oak. Sí que somos unos cuantos...Muchos rivales amistosos para mejorar, eso está bien. Entonces me dispongo a saludar.

-Huola chicos. Soy Almus, un placer. Y respecto al pokemon que me gustaría que me tocase...un Larvitar sería estupendo. Y respecto a lo de que somos muchos y por lo tanto no solo habrá iniciales...quién sabe, mientras no nos toque a todos un Magikarp...jejeje.

Me acercare un poco al grupo de gente que se esta acumulando en la puerta.

-Buenos dias a todos.- Dire saludando, no conozco a nadie pero a varias caras me suenan de verlas por el pueblo.-Yo soy Nathan, vivo en la casa en las afueras, somos los que nos mudamos recientemente.- Que me preocupara pensar si no somos demasiados como para que el professor nos de un pokemon a todos.-Entonces estamos todos aqui para recibir nuestro primer pokemon? No esperaba que fueramos tantos la verdad.- Dire sorprendido por la cantidad de gente que esta esperando.-Habeis picado ya?.- Dire acercandome a la puerta para llamar.

La puerta se abre, revelando al famoso Profesor Oak. Este os mira primero con alegría y luego sorpresa al ver a tantos.

- Vaya, tantos hay este año? Menos mal que hay pokemon de sobra. Pasar pasar.

Os conduce hacia su laboratorio, en la cual se pone en un ordenador para que se abra una compuesta, revelando 9 pokeball.

- Como ya sabréis, dentro de estas pokeball hay un pokemon para principiantes. Es por ello que todos estos pokemon son de los que tienen dos evoluciones. Aprender de ellos y que ellos aprendan de vosotros. Los humanos y pokemon tienen que vivir en armonía.

Dicho eso, espera que cojais una pokeball.

Llegado el momento, se nos presenta el famoso profesor Oak. Esperaba que el pokemon que me tocara fuera de mi agrado. Sin embargo, cuando muestra nueve pokeball y tenemos que elegirla nosotros, hace que trague duro: todo se reduciría a la suerte? O sería el destino? Me acerco el primero y cojo una pokeball, la del centro para ser exactos.

Me acerco a la mesa junto al resto de compañeros, he de admitir que estoy bastante nerviosa. Me quedo mirando las pokeball dudando si puedo coger alguna o no.

Me acercare decidido hacia el que me de la mejor sensacion sin dudarlo. Se cual sea es el inicio de todo y sera genial.

Fue ver aparecer al profesor y ponerme a temblar...era tanta la emocion que sentia que en cualquier momento podria desmayarme!!!! 

Respire profundamente, me tranquilize y acompañe al profesor y al resto de chicos al interior del laboratorio, una sonrisa de oreja a oreja ilumino mi cara al ver salir las pokeball...!Una era para mi!!! 

Las mire todas y con una de ellas senti un palpito, algo me empujaba a cogerla, y alli fui, decidido, y elegi aquella que me sedujo al instante.

-Buenos días profesor, un gusto conocerle!- digo en admiración, pero al ver el montón de otros entrenadores y todos en busqueda de su primer compañero, me entra la duda de si ir cuanto antes por una pokéball esperar a que todos los demás agarren una y quedarme con la que sobre...

Al final veo que muchos dudan y todos tenemos las mismas posibilidades de obtener un buen compañero inicial -Vamos muchachos, así como ninguno de nosotros sabe que pokémon será nuestro compañero, ninguno de estos pokémon sabe cual de nosotros humanos será su compañero, solo queda aceptarlo, y llevarnos bien- dicho eso doy un paso al frente y casi sin mirar estiro la mano a la pokéball más cercana "¿Qué será, qué será?, ojalá nos llevemos bien" pienso mientras la agarro firmemente, decidido a que ese sería mi primer compañero pokémon.

-Te elijo a ti, espero que seamos buenos amigos-