Partida Rol por web

Gin miró al doctor mientras hacía su exposición y asintió tranquilamente. Apenas el doctor había terminado de hablar se levantó y asintió con la cabeza, sabía más que suficiente para hacer el trabajo...

-Bien, profesor... Veré si puedo darle una mano con eso- Dijo suavemente y luego se giró... No esperó siquiera oír la respuesta del pelirrojo, la verdad era que le parecía un pesado de primera y su forma de tratar a su compañero le había alterado bastante aunque ni siquiera su rostro, ensombrecido por la capucha de su sudadera, mostraba un ápice de expresión... Pero ya estaba harto de él

-Abra ¿Nos vamos?- Dijo en un tono normal mientras se dirigía a la salida sin más, no era de andarse en grupitos y, aunque la compañía le caería bien, se sentía demasiado fuera de lugar con ellos ahí...

Se levanta del asiento y en silencio mira un mapa del mundo que tiene el profesor en una pared buscando la zona, no estaba excesivamente lejos, aunque tampoco estaba aqui a la vuelta.

De manera automatica comienza a palparse el pecho buscando los bolsillos donde deberia de estar el equipo de campaña, hasta que recuerda que ya no esta en el ejercito, sonrie algo avergonzado esperando que nadie hubiese reconocido el gesto.

Se gira renqueante hacia el profesor.

- ¿Algun simbolo especial o descripcion o alguien a quien preguntar por el? 

Mentalmente al mismo tiempo le pide a Sweet.

"Por favor, baja que nos marchamos"

Es mas facil mandar un mensaje sin intermediario, asi que este llega integro a Sweet.

Podría decirse que la situación acontecida a mi alrededor era algo extraña. Durante la misma, a propósito me fui apartando de todos los mortales para situarme en una posición casi narrativa, atenta a lo que sucedía pero sin participar en lo absoluto. Aquél Charmander tan parecido a un perro, aquella Ralts tan pesada, aquél chico de pelo rojo y con pintas de delincuente tan estúpidamente vanidoso y que creía saberlo todo me hastiaban en demasía. Parpadeé de una forma pesada cuando Gin se levantó de su silla, y suspiré, preparándome para escapar de aquél lugar al que sentía que no pertenecía en lo absoluto. Una rápida mirada panorámica con los ojos entrecerrados me lo confirmaron. ¿Qué hacía yo con ellos? Si algo había aprendido con el trato a los sujetos racionales era el uso de la palabra y el dominio de la ironía. No quería hacer alarde de ello, pero creí que la situación lo requeriría. Mientras me acercaba a la puerta y consecuentemente a Gin (que, a todo esto, por qué nunca me esperaba? ¡Yo también tenía ganas de salir de aquél lugar!), aproveché para despedirme del grupo. -No, prefiero quedarme un rato más con ellos. Parecen tan buena gente...- Dejé ir con un amago de sonrisa ladina, alcanzando a Gin a la altura de la puerta y acompañándolo al exterior. No quería que los demás supieran que sabía teletransportarme, aunque se lo imaginaran, pero mucho menos quería que supieran el alcance de tal habilidad.

La nariz de Charmander se encontró de frente con mi cara al dar con mi escondite bajo una mesita, salí sonriente dandole palmaditas en la espalda a modo de felicitación por haberme ganado en el juego. No alcancé a ver si mi entrenador guardaba mi dibujo o si lo miraba siquiera. Bueno no importaba, no es como si fuera  un gesto de cariño o algo así, me había prometido no tener esa clase de sentimientos hacia ningún humano.

- No estaba arriba- le señalé acercandome a él, se veía gigante desde este punto de vista. Me subí a su hombro usando teletransporte dispuesta a seguirlo. Mis ojos se posaron en Oak, estaba muy triste podía sentirlo, pero no era mi problema, era su culpa y yo  no iba a dejar que me afectara, ni su tristeza ni la de nadie.

Continuo husmeando el aire hasta que doy con un ligero rastro; es débil, pero lo sigo y poco a poco el aroma que despide la ralts se hace mas intenso. Finalmente cuando meto el hocico bajo una estructura de madera pequeña, noto la presencia de Sweet, que sale sonriéndome y palmeándome amistosamente la espalda. Contento respondo con un lamentón. Doy un par de vueltas a su alrededor queriendo jugar, pero de nuevo desaparece y aparece sobre el hombro del ser de la vara y los dulces. Comienzo a corretear a su alrededor, pero desisto en seguida.

Cuando veo que algunos se han movido y se dirigen a la puerta. Me acerco rápido y doy vueltas a su alrededor esperando atención de alguno de ellos para jugar.

-Esperad, antes de iros necesitaréis esto-avisa a Gin y se saca una hoja doblada que resulta ser un mapa de la zona-o sino os perderéis, el bosque que rodea las Montañas Amapola es denso y no hay camino señalizado hasta la excavación. Si vais andando deberíais llegar a media tarde mas o menos-os señala el punto al que debéis ir.

-No os hará falta ningún equipo, las ruinas están bien despejadas y no hay desniveles importantes...creo que me lo deje en una de las galerías principales, es de marca Scorpion-contesta a la pregunta de Sasori-y creo recordar que hoy los trabajadores se tomaban el día libre. Mejor para vosotros, no tendréis problemas para pasar, pero tened cuidado con las ruinas, podríais estropear algo de gran valor.

Con las puntas de los dedos trastea en la pokedex, pronto un "bling!" suena desde ella confirmando la descarga de un programa extra.

Extiende el mapa sobre la mesa y enfoca con la camara de la pokedex y suenan tres pitidos indicando la realizacion de fotografias. Luego desliza el mapa hacia uno de los muchachos a su diestra.

- Asi seguro que no perdemos el mapa pase lo que pase. -luego se gira hacia el profesor e inconscienemente se iergue- hasta mañana a mas tardar, profesor.

Relajandose ostensiblemente se gira y mira a Ralts en su hombro.

- Esto estara mas seguro aqui -muestra el dibujo que le habia dado y lo guarda dentro de la cartera.

Cuando abre la cartera Ralts puede ver una foto donde estan Mark y un Growlithe sonriendo. Mark guarda el dibujo de Ralts junto a la foto. Luego se gira resoluto.

- ¿Vamos chicos?

-¿Estas seguro de que quieres, doc? El viaje va ser muy largo, y yo tengo los brazos demasiado flacos para llevarte entre mis brazos.- Pregunte sarcástico al ex-soldado, mientras guardaba el mapa en mi equipo, para que estuviera seguro.- Como sea, Sneasel, vamos, es hora de ganar nuestra paga de manera honrada, por ahora.

Ordene a mi pokemon, mientras iniciaba la marcha, pero antes de salir, me detuve y me volvi al doctor, mirandolo fijamente.

-Solo una cosa mas, Doc. Lo del mapa, buena idea, parece que aun conserva muy bien lo de aquí arriba."Mens Sana in corpore malsana".- Le alabe, tocandome con dedos la frente y dando un par de golpecitos.-Sera un placer tenerle como socio, aunque solo temporalmente.- Afirme, antes de volverme para la salida.

Hago otro tanto que Doc con la Pokédex. Hay que reconocer el mérito a una buena idea. Descarga. Foto. Guardar.

- Lista - digo, mirando a Mark y al tío del pañuelo, el que se está metiendo con Mark

Luego miro a Oak. ¿Se dará cuenta del regalo que me ha dado? Lo dudo. Al menos espero que merezca la pena. Pero la cosa promete.

Doy un golpecito a Charmander con la pierna para llamarle la atención.

- Espero que te guste el bosque, criatura, porque allá vamos - le sonrío y, medio en broma medio en serio añado: intenta no provocar muchos incendios, ¿eh? no tenemos Pokémon de agua para arreglarlo 

Parece que los seres altos comienzan a moverse. Me agito y comienzo a moverme más deprisa por la habitación. El bípedo de blanco saca algo que extiende, los bípedos lo miran con interés y hacen un gesto parecido con el objeto rojo. Trato de encaramarme a la mesa, con pequeños saltos y arañando la superficie de madera mientras intento ver.

Cuando la hembra me empuja levemente con la pierna, desisto y me la quedo mirando. Comprendo moderadamente lo que me dice, aunque se me escapan algunos sonidos. Pero en esencia quiere decir que nos vamos, y yo, tengo que seguirla. Lo intuyo, y puedo sentir un cierto aprecio por la criatura alta. –Char (Vamos).- La sigo con la cola levantada y la pequeña llama bailando, avivada por la emoción. Comienzo a caminar a su lado, impaciente por salir al exterior y por algo mas de actividad.

Mark se gira hacia Sasori y le sonrie.

- Tranquilo, que aun me queda suficiente fuerza en las piernas para darte una patada en el culo si tratas de abrazarme -le da un par de palmadas amistosas en el hombro- igualmente encantado de ser camarada durante el trayecto.

El joven toma el mapa y mira lo que los otros han hecho... Luego baja la vista, mira el mapa durante unos segundos y sonríe, con su pokedex toma la misma foto y guarda el mapa él, adelantándose al grupo mientras mantenía en su memoria la ruta que trazaría para llegar al lugar, caminando junto con Abra en silencio, un poco apartado del grupo, aún sin entender si eran compañeros o no.

- Se nota que eres demasiado debil para levantar incluso a un Gastly- respondí de mala manera a Sasori, el humano del pañuelo. "Se supone que no ibas a involucrarte" me recordé a mi misma y aún así sentía que solo yo podía molestar al humano, supongo que eso era de lo que hablaba Celes, el vínculo que yo evitaría formar a toda costa. Aún así me sentí orgullosa cuando vi que mi foto era guardada junto a la suya con aquel growlithe, pude sentir lo importante que era para él pero evité el inmiscuirme en su mente, era algo peligroso para mi.

-"ya quiero irme me aburro"- dije telepáticamente a Mark sujetandome fuerte a él para que me llevara.

Ignorando completamente el comentario de su entrenador lo acompaña mientras el profesor les da los papeles, el joven Charmander paresia ajeno a su persona, como si no le agradase, mejor así, un niñato menos con quien tratar.

Tras terminar el papeleo Oak ofrece un trabajo que mi entrenador acepta sin pensarlo, al parecer el dinero mueve sus pasos, o al menos eso da a entender en su "orden" bien, vamos dice poniéndose a su lado para acompañarlo no sin antes dirigir una mirada seria a la pequeña Raltz tras sus palabras.

"cuida tus palabras"

Al salir del laboratorio Barry se despide con la mano, todavía enrojecido por el incidente y que aún sigue recogiendo los desperfectos. El camino de vuelta es muy distinto al de ida, sobre todo por el hecho de que para vuestros pokémon resulta un lugar completamente ajeno; olores, imágenes y sonidos totalmente diferentes a donde se criaron. Desde aquí ya podéis ver las montañas a lo lejos, pasando Pueblo Primavera, cubiertas de altos y esplendidos abetos que cubren sus faldas por completo.

Como bien os indico Oak, no hay sendero en la montaña para guiaros y parece bastante fácil perderse en la verde marea de agujas. Desde las alturas suenan los inequívocos sonidos de una manada de Pidgeys y Pidgeottos y en los árboles podéis ver unos pocos Ledyba que huyen casi al instante. De los troncos también cuelgan varios Kakuna, pero se encuentran fuertemente vigilados por sus hermanos Beedrill que zumban furiosos ante la presencia de intrusos, pero que no acuden a atacar.

Camino al lado de la humana, siguiendo su ritmo mientras salimos del interior de aquella caverna extraña. En el exterior el aire resulta más frío que en mi hogar, pero también mas fragante. Veo enormes elevaciones a lo lejos y arboles altos y verdes, hay muchas flores y césped que crece por doquier. Con los ojos muy abiertos miro en todas direcciones y husmeo el aire, inspirando con fuerza. Con pequeños chillidos de júbilo me acerco a los parterres de flores para olisquear y meterme dentro; a los árboles en los que clavo las uñas y rasco su corteza, me revuelvo en el fresco césped. Estoy extasiado y casi abrumado por el lugar. Procuro no alejarme mucho de la bípeda del pelo dorado y vuelvo con ella cada poco, para comprobar que sigue ahí y vuelvo a moverme al siguiente punto.

Continuamos avanzando por un bosque de aquellos arboles altos y aromáticos. Permanezco más cerca del grupo, pues entre tanta planta podría perderlos. Observo a los pokémon que permanecen arriba, voladores e insectos. Me llaman la atención esos de color rojo que huyen en cuanto los vemos. Los de las plumas que están arriba despiertan mi apetito, hay muchos y bien tostados están muy ricos. Los que zumban son molestos y agresivos, ya comprobé lo dolorosos que resultan sus picotazos.

Gruño y siseo a los Beedrill en la distancia de la misma manera que ellos nos advierten. Permanezco atento y en guardia, con la espalda arqueada  la cola baja, la llama crepitando en un rojo peligroso. Siento el calor del combate, esta sensación que me llama a pelear. Miro a los pokémon que se mueven junto a los seres bípedos, pero algo me retiene, algo me dice que no está bien. Instintivamente miro a la hembra a la que sigo, como si ella tuviese la respuesta que busco.

Qué feliz me siento yo, Kate Manson con el inicio de mi vaje Pokémon. Inspiro hondo, sonriendo radiante. Después de años y años deseando viajar lejos de mi pueblo natal, al fin he conseguido convertirme en entrenadora. Me tomo un instante para disfrutar del aroma del campo y de su música. 

Observo a Charmander. Corre y explora como si no hubiera visto un bosque en su vida. Aunque si es muy joven es posible que realmente no lo haya visto. Mira embobado a los Pokémon pájaro y sisea a los Beedril. Amago una mirada seria y un chasquido de los dedos autoritario, pero antes de hacer ruido, me detengo. Kate Manson es una chica amable que no sabe lo peligrosos que son los Beedril.

- Ten cuidado, criatura - digo con una voz entre divertida y preocupada -, te pueden hacer daño - luego miro al curtido doctor Mahler, poniendo mis mejores ojos de paleta de pueblo -, ¿No, doctor? Mi madre  siempre me advirtió sobre los Beedril

"Mira, eso es verdad", pero era sobre los Beedril de las fincas de Castillo Caduco, no sobre los de las cercanías de Ciudad Olivo

Mark comenzo a cojear el camino deteniendose cada poco cuando alguna planta le parecia bella o interesante. Le refrescaba el viento en el rostro, ademas la suavidad de la faldita de Sweet le hacia sentirse comodo. 

"¿No quieres ir a explorar como Charmander? Si quieres hazlo, pero no te alejes mucho"

Proyecto ese pensamiento a la joven pokemon, cuando de pronto un Caterpie cria le cayó en el hombro contrario sorprendiendole.

- Vaya... un compañero nuevo -se lo acerco al rostro observandolo, parecia que le habia caido bien pues se enredaba entre sus dedos.

Sin embargo escucho un chirrido apremiante y al levantar la cabeza ve a la madre chillandole angustiada desde el nido. Mark lo acaricia procurando evitar sus antenas y sube la mano para dejarlo otra vez con su madre que corre al encuentro de la criatura cuando Kate hace su pregunta.

Sonriente se gira y le contesta.

- Solo son peligrosos si les atacas o entras en su territorio... o si atacas a sus crias, claro, pero mientras no los molestes no ocurrira nada, aunque hay que tener cuidado si vemos algun Combee o Vespiquen por aqui, son enemigos naturales y sus disputas son muy violentas con los Beedrills.

En ese preciso instante su pokedex comienza a sonar con una cancioncilla bastante animada. Mark la abre y comprueba el mensaje recien llegado.

- ¡Oh! Si que han sido rapidos los chicos... -toca un par de veces y luego la coloca sobre el pecho de Sweet- tranquila, solo es un segundo -un pitido, Mark mira la pokedex- un pulso perfecto, como un reloj pequeña.

Le guiña un ojo a Ralts y se gira al resto y les enseña el resultado del programa donde se muestra las pulsaciones y la tension de Ralts.

- Si quereis luego os puedo hacer un chequeo a todos o si teneis curiosidad.