Partida Rol por web

Sneasel continua con su mirada fija en el joven que apareció delante y ahora amenaza con no dejarnos pasar hasta combatir contra él, aunque ni el doc (como lo llama sasori), ni sasori o la joven del charmander parecen hacerle caso y siguen el camino. Sigo la seña de sasori y me pongo a su lado realmente crei que iba a combatir piensa mirando a su entrenador 

Estaba atenta de todo lo que sucedía pese a que no participaba en las conversaciones. Por más que quería pensar que este era un grupo medianamente normal, no lo conseguía. Allá donde miraba encontraba cosas que me disgustaban. En un acto de desesperación hundí mis dedos en las largas hebras avellana que cubría bajo la capucha de la sudadera, a su vez tiré de esta hacia atrás, dejándola descansar en mi espalda. "¿De verdad debemos ir en grupo? De verdad, hago lo posible pero.. Me lo complican 

Sentí un tirón en mis ropas, lo que provocó que bajase la mirada apenas unos segundos, ambas cejas se elevaron por el asombro, pero tras eso sonreí apenas unos segundos. "No te dejes asustar... Se comportan como chiquillos, deben ser tratados como tal" Rodeando mi cadera con los brazos, esperé a ver que hacían los demás. Al fin parecían querer irse, por lo que estaba preparada para hacerlo, incluso me giré, pero hubo una frase que me hizo frenarme en seco.-¿Un combate?-Sobre mis labios se dibujó una ladina sonrisa, miré a Abra, luego al joven y finalmente al grupo.-No, yo acepto ese combate.-Mi voz sonó suave, pero con un cierto toque frío. No aceptaría peticiones por parte de mis compañeros.- Creo que igual que yo esperé, ahora vosotros podéis hacerlo también ¿O ahora tenéis prisa?-Esto último fue hacia mis compañeros. No quería aparentar ser borde, aunque mis palabras lo dejasen ver. "¿Preparado, Abra? Vamos a demostrarle lo que podemos hacer, pequeño"

Mark se sonrie cuando Ssasori le habla sobre el arma.

- Si, es mi antigua pistola reglamentaria, pero no hay que temer... -la saca y aprieta el seguro, sin embargo el cargador no cae, levanta la pistola y muestra un soldaje evidente- esta capada, aunque es una porra excelente.

Justo en ese momento Charmander se acerca pedigueño, guarda la pistola y le entrega otro caramelo.

- Y este el ultimo ¿Vale? O vais a acabar como Lickitungs...

Un combate, Mark suspira.

- Y ahora les toca a los Sawbuck chocar las cornamentas... -susurra a Charmander al tiempo que le acaricia la cabeza.

Se levanta y renqueante queda entre ambos contendientes.

- No, tranquila, vamos, creo que el Sr.Peñas entendera este contratiempo cuando llegue tarde al te de las 5 -le dice sonriente, no era borde, pero definitivamente no le gustaban los combates- bien, por edad y corregidme si me equivoco y por que soy el unico que tiene algo que ver con orden y seguridad me instauro como arbitro pokemon.

Mira a ambos contendientes esperando no ver desaprobacion.

- El combate constara de dos rondas y una tercera de desempate. No hay limite de tiempo. Ante la vista de que tu tienes dos pokemon, Sweet esta a disposicion de que puedas combatir con ella, Gina. Bien ¡A luchar!

Visto lo visto, parecía que David, Dave para las chicas, tan solo quería un combate. Vale, de acuerdo. Si se trataba de un combate amistoso yo no tenía ningún problema en ello. Sin embargo, los otros entrenadores parecían reticentes a practicar un poco sus habilidades. No así me sentía yo, que ya había dejado de apretar el pantalón de Gina con una de mis manos y había dado un paso adelante en la dirección del chico, situándome entre Gina y David, como si estuviera protegiendo a mi entrenadora. Curioseé en silencio la conversación entre el ex-militar y el chico. ¿Por qué tenía que tratarlo Mark como si él, por el simple hecho de haber pertenecido a un servicio de esa índole, fuera mejor que el chico? Estaba claro que tenía más experiencia y la experiencia siempre es un grado, pero ¿hasta ese punto tenía que llegar solo por eso? ¿Qué intentaba demostrar? Mientras esas dudas se mantenían en mi cabeza, con un par de palmaditas en la cabeza del chico, Mark volvió a dar signos de altanería. “¿Qué intentas conseguir, Mark? ¿Hacerte enemigo de todo el mundo?” Medité sin soltar una palabra. Pero Kate rió con el comentario de Mark, que por otra parte a mí no me había hecho ninguna gracia, y encima usó la palabra amigos para referirse a nosotros. “¿En qué momento hemos pasado de ser simples conocidos a amigos? Voy a tener que intentar indagar en ello también. No sé a qué hace referencia, aunque quizá se trate de una manera de deshacerse de David. Tendré que mirar en esa dirección.” Sin embargo, yo no tenía ningunas ganas de seguir las órdenes de un grupo que, ni me importaban como amigos, ni me interesaba como gente con la que tratar. No obstante, Gina era mi entrenadora, y aquellos compañeros podrían servir para mi objeto de estudio de las relaciones entre personas y Pokémon. Era curioso. Charmander y Kate parecían llevarse muy bien y el Charmander daba indicios de mostrar una dependencia que rozaba el parasitismo, quizá debido a que fuera, de los cuatro Pokémon el más salvaje de nosotros. Ralts, por su parte iba a su bola y no hacía ni caso de lo que le decían. Lo mismo sucedía con su entrenador, al que parecía que no hubiera quién le hablara sin la imperiosa necesidad de mostrar que sabía más que nadie de todo. “Desde luego, parecen hechos el uno para el otro. Brillante, Oak.” Dije en mi cabeza, añadiéndole una sonrisa irónica a la situación. Y aquél Sneasel y Sasori, el hombre irónico en persoona, después de un roce inicial parecían entenderse entre ellos bastante bien.

Por mi parte, Gina, quizá por el favoritismo producido en base al hecho de que ella fuera mi entrenadora, me parecía una persona bastante corriente. Y entusiasmada, cabría añadir, debido a la confirmación del combate por su parte, después de una mirada a la que correspondí asintiendo muy levemente con la cabeza. No entendía, de todos modos, la frialdad de su voz cuando se dirigió a los compañeros. El hecho de que se comportaran de la manera en que se comportaran no hacía que tuviéramos que tratarlos en base a ello, aunque lo lógico fuera hacerlo. Miré a mi entrenadora mientras hablaba. Desde luego, parecía ser una persona taimada e inteligente, a la que seguro era dificilísimo engañar. Y también parecía que estaba allí por pura diversión, al contrario que los otros tres humanos. Tenía la impresión de que Gina no estaba allí sólo por hacer la misión, sino que quería pasar un buen rato con ella. Y de igual modo yo, que no había participado nunca en una misión de este tipo (de hecho, esta era la primera misión, por así decirlo, en la que participo), tenía la intención de aprender todo lo posible y más. Y si ello conllevaba participar en un combate amistoso, como parecía ser el caso, estaba encantada de estar implicada en el mismo. Di otro paso adelante y me preparé para el combate, cuando la nueva intervención de Mark, que ya había explicado que la pistola era decorativa y mal acostumbrado al Charmander de Kate, me hizo suspirar. “¿De qué vas, listillo?” Me pregunté en silencio. “Una más así y va a faltar gente para frenarme. Además, ¿qué demonios son los Sawbuck?” El té de las cinco. Qué ocurrente. Bueno, si por lo menos íbamos a tener un árbitro para el combate, “aunque sea debido a su edad y a ser el único que tiene algo que ver con el orden y la seguridad”, podía servirnos de utilidad, “Porque la verdad, una maratón con él debe ser divertida de ver.” Ironicé para mis adentros. Pacientemente esperé a que el Pokémon de David saliera y el entrenador-tullido-árbitro diera la orden de comenzar el combate.

El chico ya se estaba quedando estupefacto por vuestro comportamiento cuando la afirmación de Gin le hace reaccionar. Satisfecho pero extrañado comenta:

Vaya, yo pensaba que los entrenadores vivían para hacer combates...tus amigos son un poco raros, ¿no? Entonces ese es tu pokémon-mira a Abra con cara intrigada-nunca me gustaron mucho los psíquicos, me parecen demasiado fríos y ajenos la mundo. ¡Allá vamos, Gor!

La pokeball da un par de vueltas en el aire y vuelve a caer en su mano para dejar escapar un rayo de energía brillante el cual toma forma de un cuadrúpedo de mediano tamaño...que resulta ser un Growlithe.

Elegante como todos los de su raza, el cánido suelta un ligero gruñido de suficiencia y se coloca en posición de combate, preparándose para saltar cuando su entrenador lo requiera. A simple vista parece un ejemplar joven y fuerte, va a ser un digno oponente.

Habia llegado la hora, mi primer combate Pokemon. ¿Cuantas veces habia imaginado este momento? Sentia una vibracion en mi cuerpo, estaba un poco nervioso pero a la vez emocionado. Este seria el primer paso pense, el primer paso en un largo camino hasta ser un maestro Pokemon. Utilize la Pokedex para aprender mas sobre ese Growlithe "Es un tipo fuego, y se ve fuerte, normalmente ninguno de los dos tendria ventaja de tipo sobre el otro pero se que estos tipos de Pokemon pueden usar mordisco y eso podria ser peligroso." Obviamente este no parecia ser el primer combate de nuestros contrincantes, por lo que quiza estabamos un poco en desventaja.

Mire a Abra en ese momento, y sonrei. Ajuste los guantes de mi padre en mis manos, sostuve por unos segundos la medalla de mi madre llenandome de confianza para finalmente dirigir unas palabras en forma telepatica hacia Abra "Escuchame Abra, se que nos conocemos desde hace muy poco, nuestra relacion apenas esta comenzando. Sin embargo, no quiero que me veas como tu dueño o tu simple entrenador. Yo pretendo ser un compañero para ti, un amigo en el que puedas confiar, y para probar eso te prometo que dare todo lo que tenga en cada combate que tengamos a partir de ahora. Aun no conocemos muy bien nuestras habilidades, pero creo que cuando esto termine aprenderemos mucho el uno del otro. Confio en ti."

Tras esto, mi mirada habia cambiado, a traves de esta se podria ver mi nivel de seriedad y entusiasmo.Levante mi mano derecha esbozando una pequeña sonrisa de lado, y señale al Growlithe enemigo. -¡Adelante, Abra!-

Un Growlite. Vaya, uno de tipo fuego. Podría aprender algo hoy, porque mis conocimientos sobre los combates Pokémon son bastante rudimentarios. Y los de Kate Manson todavía más, puesto que éste es su primer día de viaje Pokémon y tiene algo parecido a ni puñetera idea sobre los combates...empiezo a pensar que tendré que ser más sincera con Charmander. No está bien mentir a quien lucha por ti, y además, se supone que es mi amigo y compañero y que es leal a mí, no debería ser peligroso compartir información con mi compañero Pokémon, ¿no?

Me dirijo hacia la posición en la que Doc está ejerciendo de árbitro y me coloco a su lado.

- ¿Te importa? Quisiera que Charmander aprendiera estas cosas de cerca, y hay un Pokémon de fuego en el campo...

Luego recuerdo aquellos informes que leí sobre un tal Mark Mahler. Sobre lo que le pasó a su Pokémon.

- ...lo siento - pobre Doc, tuvo que sufrir mucho, y sobre perder seres queridos entiendo...un momento

Me interrumpo. ¡Idiota! ¿Cómo va a saber Kate Manson nada sobre el destino del compañero de Mark Mahler? Ya puede ser más imbécil que un electrode, porque si no acabo de dar pistas. Me apresuro a reparar mi tapadera.

- ¡Criatura! - llamo a Charmander - ven cerca, incluso puedes subirte a mi hombro si quieres, pero no me quemes el pelo, ¿eh?

Miro disimuladamente a Doc. Mierda, mierda, mierda.

-No voy a deteneros, pero sabed que esto supondra un gran retraso para nosotros.- Regañe en general al grupo, pero sobre todo a Doc, mirandolo con una ceja alzada mientras me colocaba junto a este. Quizas no hubiera comenzado el combate, pero bien que estaba metiendo leña al asunto.- Que se le va hacer. Supongo que este es un buen pre-calentamiento para nuestra vida pokemon, aunque espero que alguno de ustedes se haya acordado de comprar antidotos y pociones, la vamos a necesitar.

Saque la pokedex, y puse en modo camara, grabando el combate entre el canido de fuego y el pokemon psiquico "Si tuviera que apostar por uno de los dos, diria que el Growlithe tiene mas posibilidades, pena de que nunca apueste a menos que sea una victoria segura o este haciendo trampas.", observe en silencio el combate, mirando concentrado a ambos, solo molestandome para desviar la vista hacia mi pokemon, y señalarle el campo de combate.

-Observa, Sneasel. El enemigo de uno, mañana puede ser tu enemigo, debes prepararte para conocer las ventajas y desventajas de tu adversario antes de que este incluso sepa tu nombre.- Ordene, para volver a grabar el combate.

Tomo el caramelo que el ser de la vara me ofrece. Me da una advertencia, suena a tal, pero no la entiendo. Me alejo unos pasos y parto la golosina con los dientes masticando y relamiendo los trozos con fruición. Me paso la lengua por los labios y las manos, durante un momento, mirando al proveedor de dulces.

El bípedo del palo se sitúa entre el forastero y el bípedo que acompaña al Abra. Veo que la hembra de pelo dorado me hace una señal y me llama ¿Me llama? Creo que sí. Me acerco con paso vivo hasta quedar al lado de sus piernas. La miro desde mi posición a la cara.

Cuando me ofrece los brazos salto sin pensármelo, algo dentro me dice que me puedo fiar de ella. Me coloca en su hombro, y me acomodo, sujetándome con las patas y anudando la cola alrededor del brazo. Le doy un lametón en la cara y observo lo que parece que va a ser un enfrentamiento. Delante hay un pokémon de fuego, puedo notar su calor.

El bípedo de la cara tapada se acerca y conversa con los seres altos. Observo al pokémon que no me agrada desde allí arriba, la sensación de frio y peligro sigue estando. Al otro lado está la pokémon de color blanco que permanece en el hombro del proveedor de dulces.

Growlithe... que casualidad tanto tiempo y volvia a presentarse ante mi el fantasma de mi antiguo pokemon.

En ese momento Kate se situa a mi lado, la sonrio y le cedo asiento.

- Normal, es bueno que aprendan... yo espero no tener que estar ahi, no me gustan los combates -Kate se disculpa- no pasa nada... a veces sus recuerdos me asaltan, pero ya esta superado...

Suspiro algo ensimismado, ambos pokemon estan en combate ya. Sasori habla.

- Lo se, pero este viaje es para convertirse en maestro pokemon ¿No? Personalmente yo no tengo interes en ello, pero no me importa ir mas lento -inspira profundamente- la importancia del camino no es el final. Con dinero alguien podria comprar medallas y pokemon -gira para mirarles- y no me vengais con que las medallas solo se pueden ganar venciendo en gimnasio, que sere cojo, pero no soy tonto. 

Hace una pequeña pausa

- Lo importante... es quiza el camino en si mismo. En saber que cada uno de los pasos que estas dando lo estas dando de una manera correcta, que aprendes de cada tropiezo y que te enriqueces en cada tramo. Ser maestro pokemon no solo se define por como amaestras o como combates con tus pokemon. Ser maestro pokemon tambien esta aqui.

Dice señalandose la sien.

- Y por lo de las pociones y demas no os preocupeis -gira la cabeza para mirar de nuevo el combate- ni aunque entrarais en parada cardiorespiratoria os moririais aqui -sonrie y trastea momentaneamente con la pokedex- en mi mochila podeis encontrar casi todo tipo de medicinas para aguantar una batalla real, un combate amistoso es pan comido ademas...

Acerca la pokedex a Sasori y esta le produce una descarga levisima, nota como si un mosquito le hubiera picado en el brazo, Mark sonrie y levanta la pokedex mostrando dos pequeños cuadrados metalicos que hay en la parte de atras.

- Un Desfibrilador Electrico Manual, DEM. Cortesia del ejercito de Teselia, tranquilo que estando yo aqui no muere nadie.

Se gira tranquilo a observar el combate y un pensamiento acude a su mente. "¿Cuando he hablado de Growlithe?"

Me detengo junto a Sasori observando el combate inminente es verdad contesta a su entrenador, mientras oye las palabras del doc con una sonrisa interesantes palabras piensa mientras ve a charmander subirse a su entrenadora realmente me teme se sonríe y vuelve su mirada al combate abra la tendrá difícil pero creo que puede vencer comento a sasori y me dedico a estudiar los movimientos de ambos pokemons.

Mientras el chico hablaba, preparándose para el combate y prácticamente agradeciéndonos que combatiéramos con él, no pude dejar de pensar en que realmente, mis compañeros, no eran un poco, sino muy raros. No entendía los motivos que les había llevado a pensar a ellos que no íbamos a combatir contra él. De hecho, si mi entrenador hubiera querido que siguiéramos y no combatiéramos, les habría instado a seguir sin mí. Al fin y al cabo, gracias al teletransporte iba a poder ir donde ellos en un lapso de tiempo muy breve. Sin embargo, no había sido así y Gin había querido combatir. Me gustaba que mi entrenador fuera el único de los cuatro con espíritu competitivo, de lo contrario me hubiera sentido vendida a un cobarde. No sabía en qué pensaba Sneasel, el más maduro mentalmente de los tres Pokémon que me acompañaban, de su entrenador, viendo que éste rehuía el combate. A Charmander parecía no irle muy bien la vida civilizada y Ralts parecía una niña de cinco años, por lo que seguro que no pensaban que algo raro estaba sucediendo. Cuando David, Dave para las chicas, habló sobre los Pokémon psíquicos, pensé que se había vuelto loco. ¿Estaba comparando a uno de los míos con el Ralts ese? Quizá el Ralts sí que fuera la excepción a la regla, pero desde luego había poco en lo que aquél otro Pokémon y yo coincidiéramos por el momento.

De forma elegante hizo salir a su Pokémon de la pokéball. Un Growlithe. Un Pokémon de tipo fuego. Parecía un Pokémon en bastante buena forma. Y su entrenador lo había llamado Gor. Era un nombre bonito. Para no tener buen gusto con la ropa, aquél chicho si parecía tenerlo para los nombres. Pude percibir cómo Gin me sonreía, pero yo me mantuve quieta, firme, mirando de forma incisiva al Growlithe que tenía delante. Si algo había aprendido es que no hay que darle la espalda a alguien desconocido y que podría ser tu enemigo, y en este caso ambas resultaban ser ciertas. No me gustaba la conversación telepática entre humanos y Pokémon, y menos que la comunicación no verbal fuera dirigida a mí pero él, Gin, no podía saberlo, así que preferí no dar importancia a ese hecho y dejarlo correr por ahora. Más adelante le diría lo que pensaba al respecto, cuando tuviéramos un momento. Hasta ahora, la comunicación por mi parte, ya fuera verbal o telepática, había sido nula. “¿Para qué molestarme en perder el tiempo en decir algo a alguien cuando no es de vital importancia?” Si en algo tenía razón Gin, es que por el momento no podía decirse que fuéramos amigos ni compañeros. Nuestra relación se asemejaba más bien a aquella establecida entre dos compañeros de trabajo. Inevitable, y dependiente. Pero para que esa relación fuera a mejor ambos teníamos que cooperar. Y eso íbamos a hacer.

Pasé por alto el comentario fuera de lugar de Sasori. Me daba lo mismo lo que un ser como él pensara, ya había visto la forma en que trataba a su Pokémon anteriormente y aquél chico no me daba muy buena espina. Me mantuve quieta unos instantes, mientras oía que el que se suponía que iba a hacer de árbitro entre nosotros dos se puso a hablar. “¿¡Qué, vas a acabar!?”, pensaba, evitando que mi cabeza se moviera un ápice para mirar con clara incomprensión y enfado al sabelotodo. Sin embargo, preferí cortar la cháchara de ambos con un movimiento. Dicho movimiento se produjo dentro de mi cabeza, pero sin embargo iba dirigido al Pokémon que tenía enfrente. Era una situación un tanto curiosa, puesto que aunque no me estaba moviendo y daba la impresión de que, a priori, estaba completamente quieta, esperando a que me atacara el Pokémon que tenía como rival, ya había dado el primer paso metiéndome de lleno en la batalla.

Los ojos de Abra emiten una luz azulada que golpean al Growlithe en mitad de la frente y lo hacen retroceder varios metros hacia atrás, provocando que Dave apriete los puños. Pero el pokémon no da ningún síntoma de debilidad y cuando el ataque cesa, se lanza ferozmente contra Abra con las fauces abiertas, a pesar de que su entrenador no ha dicho ni una palabra.

-Con que Abra sabe usar Confusion...- Gin observo el ataque de su Pokemon a pesar de que este no le dio señal o contestacion alguna a sus palabras, su mente ahora estaba concentrada en el combate. -Sabe con que ataque contestar sin que se lo diga su amo.- Como el temia, el Growlithe sabia usar mordisco -Si ese ataque le da a Abra va a sufrir mucho daño, pero a menos que el pueda esquivarlo bien o defenderse, poco puedo hacer.- Apreto sus puños en ese momento, estaba preocupado. -Abra, ese ataque es peligroso, creo que lo entiendes.- Ambos parecian igual de fuertes, sin embargo estrategicamente Dave y Gor estaban mejor posicionados, todo lo que quedaba ahora era confiar en su Pokemon.

Me mantuve quieta mientras el Growlithe retrocedía, sabía que le había hecho daño, pero no estaba seguro del alcance del ataque, y por poco esbozo una sonrisa divertida al ver a David, Dave para las chicas, enfadándose con la acción. Ahora estaba en ventaja, pero en una ventaja muy débil en comparación con él. Me preparé para defenderme del ataque del Pokémon contrincante, que ahora se lanzaba hacia mí. Intentar evitar el ataque estaba de más, pero Estaba claro que si no empezaba a jugar con una estrategia clara, iba a empezar a sufrir de una forma muy severa las consecuencias del combate. Gin me advirtió de lo que ya sabía, que el ataque de Growlithe era peligroso. Y el mordisco me hizo daño, pero no me moví. “¡Qué hijo de puta!” Desde luego, aquél Pokémon tenía fuerza, pero todavía no había acabado conmigo. Resté inmóvil, unos instantes. Quizá pensaran que me había paralizado de la bravura del Pokémon de tipo fuego, pero ni él ni nadie sabían que era imposible que yo me sintiera reticente a atacar por miedo. Me mantuve pensativa, nada más. Parpadeé, solo para atacar de nuevo, a priori sin hacer daño al Growlithe.

En apariencia Abra no ha hecho nada para atacar a su rival, simplemente permanece quieta, la perfecta actitud de su raza. Pero cuando Gor empieza a moverse de nuevo, se puede apreciar una diferencia; sus movimientos parecen más torpes, mas lentos, como si algo lo estuviera refrenando. Por un instante el cánido pokémon permanece un rato inmóvil, examinando a su rival, como si ahora fuera digno de consideración.

Lo veis en sus ojos. Está totalmente decidido a ganar este combate. Embiste de frente, tomando velocidad con cada paso que avanza, notáis como sus músculos se tensan y como un gruñido sale de su garganta antes de convertirse en un feroz rugido. Su boca se llena de llamas y entonces os dais cuenta; está empleando su ataque más poderoso.

"¿Kinetico?" Gin se vio extrañado por unos segundos, pues creía que ese ataque que Abra aprendería una vez que evolucionara. "No se que tan dañado estas Abra, pero si aguantas un poco mas podemos ganar." El colmillo ígneo de Growlithe ciertamente era un ataque llamativo y fuerte, pero sin la ventaja de ser fuerte contra el tipo psíquico, estaba seguro de que Abra podía aguantarlo mucho mejor -Abra, demuestra de que estas hecha. Aguanta ese ataque y vuelve a usar confusión.- Poco a poco comenzaba a entender las capacidades de su Pokemon, y la fiereza que mostraban ambos en combate lo hacían pensar que sea cual sea el resultado de la batalla, valdría la pena.

Claro que, aun así, no pensaba en nada menos que ganar.

Tras unos instantes durante los cuales parecía que el combate se había detenido, cerré mis ojos por completo, intentándome concentrar en el ataque que aquél Pokémon iba a usar contra mí. Vi a ese Growlithe completamente centrado en golpearme y no pude dejar de sentir lástima por los entrenadores como “Dave para las chicas”, tan solo centrados en los combates Pokémon y no en el desarrollo y evolución de los mismos. Supuse que ese ataque me volvería a dar de lleno, y con lo que me había dañado ya el primero sabía que mis opciones eran pocas. Sabía, por otro lado, que mi ofensiva previa había funcionado, pero había sido muy tonta al emplearla tarde. Mi estrategia había fallado. Quizá pudiera decirse que me faltó un poco de suerte, pero incluso así no quise culpar a la misma. Había perdido el combate yo sola.

Escuché a Gin soltar unas palabras de aliento hacia mí y prácticamente dejo escapar un suspiro mientras aquél Pokémon se acercaba casi a cámara lenta. Podía oír el paso rápido del Growlithe venir hacia mí, y sabía lo que iba a hacer, pero pese a la férrea defensa que ahora sí produje, o más bien intenté producir aquél ataque era devastador y consiguió traspasarla, golpeándome de nuevo. Pero ahora no quise perder tiempo y lancé mi ofensiva justo después, volviéndolo a atacar con la ayuda de mi mente. “Vamos a ver qué tal llevas esto, desgraciado.” Pensé para mis adentros en dirección a Growlithe pero también a su entrenador.