Partida Rol por web

La humana de pelo rosa hablaba y hablaba, le pierdo el hilo a lo que dice, así que me dedico a mirar como los arboles quedan tras nosotros debido a nuestra velocidad. Me imagino que volar debe ser algo así, pero más alto.

Aba responde a mi pregunta, explicándome que las humanas no tienen solo el pelo amarillo. Pero es raro, esta es la única humana que he visto sin el pelo amarillo y Aba dice que no suelen tener el pelo rosa… Quizá… ¡Quizá no era una hembra humana! Olisqueo a Aba y a Kate para estar seguro de que tengo el aroma correcto, y luego me inclino para hacer lo mismo con Joy. Sé dónde huelen más las humanas pero no me acerco mucho… por si acaso. Aunque… Sweet y Aba se habían acercado, eso quiere decir que no es peligrosa… Miro a la humana que sujeta un aro que se mueve en aquel espacio con asiento cómodo del “camón”, y entonces saca una de esas bolas rojas y blancas con las que capturan y guardan pokémon.

La cojo con las manos y comienzo a mirarla.-Hola. Amigo nuevo. Sal a jugar, sal a jugar.- Digo mientras trato de abrir el objeto con las garras.

Nuevamente mi calma era interrumpida, pero esta vez no eran aquellas voces de mis compañeros hablando en la lejanía, si no que era una voz directa en mi mente "¿Aba?" Por las cosas que decía aquella voz en mi mente, y porque ya conocía la voz el otro Pokemon que podría hablar telepaticamente, tuve que suponer que era Aba quien me hablaba. -No tienes porque dormir con nosotros si no quieres, no hay problema.- Respondí de la misma forma que ella me había preguntado, hablando en su mente. Mas que nada porque no quería interrumpir toda esa charla que tenían los demás con un comentario completamente fuera de contexto. Algo en lo que había dicho me llamo la atención, ¿Por que no soportaba a los humanos? Quizá algún mal le habían hecho en el pasado o quizá era un odio natural por las cosas que hacemos a la naturaleza.

Finalmente abrí los ojos cuando comenzaron a hablar sobre una Pokebola que tenia Joy, un Pokemon sin dueño. ¿Y si era un tipo fantasma? Estaría mas que complacido por quedarme con uno de esos, así que tenia que comprobarlo. La pregunta de que había dentro ya la había hecho Sasori, así que esperaba la respuesta de Joy.

Dentro del camión me dediqué a balancearme en la cabeza y hombros de Mark hasta que me aburrí. Cuando eso ocurrió, bajé y me puse a chafardear las cajas sin llegar a abrirlas (pues no quería que me echaran bronca) pero mirando si había dibujos en etiquetas que me diesen una pista, oliéndolas, sacudiéndolas un poquitín.... Joy decía que eran medicinas, y probablemente era cierto, pero me aburría y era curiosa. No tenía mucho más que hacer.

Pero también me aburrí de eso al poco rato, así que me hice paso hasta llegar cerca de la cabina de conductor, dónde Aba y Charmander parecían divertirse más que yo. Cuando Joy sacó la pokebola Charmander la cogió ilusionado. No sabía si iba a funcionar si lo lanzaba un pokemon, pero tenía entendido que si le pedías a un pokemon que saliese de la pokebola, lo hacía. 

"Si es un pokemon muy grande no va a caber ahí, se aplastarán todos, jijijiji".

La mirada de Sakura es más que significativa, os da la sensación de que a este paso Sasori se verá con un ojo morado- Puede que si que lo sea, pero al menos no voy de prepotente con los que me ayudan. Haz el favor de ser un niño bueno y guardarte tus rabietas para cuando lleguemos, si es que eres capaz de aguantarte -le espeta.

Apartando la vista de él, se fija en Charmander y sus intentos por abrir la pokeball- Charmander, ten cuidado, no lo rompas -advierte, aunque no demasiado preocupada, sería difícil que por sus propios medios el pokémon de fuego consiguiera abrirla. - Es un Growlithe, macho por lo que se.

Ya a lo lejos se perciben los límites de una población, sin duda Ciudad Malva, aunque todavía os queda un poco por llegar.

¿Un Growlithe macho?...

Los que estan en la parte de atras del camion solo ven como Mark se ajusta un poco mejor el casco que le tapa la cara. Parece que esta intentando dormir.

Una onda de culpabilidad, dolor y tristeza te golpea con fuerza. Casi puedes notar un aura oscura de depresion alrededor de Mark.

No deberia reirme, pero no puedo evitar soltar una pequeña risilla ahogada al oir la reprimenda de Joy. Eso no era una amenaza, ¿"niño bueno","rabietas"? Eso era mas bien una madre frustrada y desesperada castigando su crio.

-De acuerdo... *Cough*"Mami"*Cough*.- Toso disimuladamente, aunque creo que me ha oido a la perfeccion. Tampoco es que me importe, pero por aparentar algo de cortesia hasta que lleguemos.

Me mantengo en silencio y escuchando, y aunque suena tentador el Growlithe teniendo en cuenta que tenia un pokemon de tipo hielo, decido pasar, era mas de felinos que de canidos, aunque un Houndour no rechazaria eso seguro. Me dedico a observar los demas, preguntadome quien de los otros tres estaba dispuesto a adoptar el pokemon que se ofrecia.

Una ola de trsietza me invadió tan de repente que no pude hacer nada por pararla, pes me había pillado con la guardia baja. Era doloroso, mucho... Empecé a recordar a mi antigua manada.

¿Por qué ahora? ¡Hacía mucho tiempo, y yo era ahora un espíritu libre con sus propias emociones! ¡No quería sufrir por otros!

- Mark...? - mi mente no pudo evitar hablar con él, un impulso casi tan incontrolable como el llanto que asomaba ya en la palabra. Rapidamente me teletransporté para que nadie lo viese y me acurruqué junto a Mark, escondiendo mi rostro. No me verían llorar. - ​¿Por qué, Mark? - le pregunté en un tono roto, aun mentalmente.

Sin hacer o decir nada sobre lo que estaba ocurriendo, me teletransporté junto a Mark y me escondí bajo su abrigo, acurrucandome contra él, escondida. Ahora solo se veía un extraño bulto en el costado de Mark que se intuía era un Ralsta porque los pies aun asomaban por debajo.

Mark te atrae contra su pecho trantando de reconfortarte, al tiempo que trabajaba por no porrumpir el llanto el mismo.

"Perdona pequeña, perdona por tener que sufrir los errores de un viejo..."

El medico trata de serenarse, no solo por su bien, sino tambien por el de Sweet, pero los sentimientos no son tan faciles de controlar.

Tiernamente Mark cubre con un brazo el abultado paquete que lleva en su delantera creando asi una escena dulce donde se le ve abraando a Sweet.

Mío no, gracias por preguntar :)

Miro a la humana de pelo rosa, intrigado. Growlithe… ya he visto de esos. Pokémon de fuego, seguro querrá jugar. Sweet llega hasta nosotros, pero ocupado como estoy tratando de encontrar algo donde asir la uñas para abrirlo con ningún éxito. Al final desisto, iba a preguntar a Sweet y Aba, pero la primera desaparece. La busco un poco apenado por no haberle prestado atención.

Al ver que la ralts no está con nosotros en el asiento cómodo, extiendo la bolita roja y blanca y la muestro a Aba y a Kate.-Sacadle.- Pido, mirándolas con ojitos pedigüeños, y adoptando una voz aguda. Apoyo la cabeza contra aba y suelto un par de leves gañidos.

Un Growlithe. Recordaba como eran, no estaban mal, pero no era ningún Pokemon tipo fantasma. En fin, aun tengo problemas con un solo Pokemon así que sera mejor que por ahora evite conseguir otro hasta que las cosas estén completamente bien, aun soy nuevo en estoy de ser entrenador. Por alguna razón Sasori solo se dedicaba a molestar a Joy quien era la que nos estaba llevando, si hubiese sido por mi ya lo hubiera sacado a patadas del camión para que continué caminando, como castigo a su mente de niño pequeño.

Parecía que ya faltaba poco, así que continué descansando o intentando descansar sin hacer algún comentario.

Parece que Joy va a hacer un comentario sobre el repentino cambio de actitud de Mark, pero la burla de Sasori basta para que se centre en conducir y la conversación quede aparcada en lo que queda de trayecto. Poco más de media hora después os encontráis con un cartel que os da la bienvenida a Ciudad Malva.

Situada en la ladera de una montaña, no es de las ciudades más grandes, pero precisamente por eso conserva cierto encanto rustico, sobre todo en la periferia. Es mas hacia el centro cuando las casas comienzan a ser sustituidas por pisos e incluso hay un par de rascacielos que se alzan desafiantes sobre el resto de edificios.

Accedéis al centro pokémon por un aparcamiento adyacente, donde el camión destaca enormemente entre un mar de bicicletas. Contenta por haber llegado, Sakura muestra una amplia sonrisa y salta a tierra con un brinco algo exagerado.

-Aquí tenéis el centro pokémon de Ciudad Malva. Por favor, quedaros esta noche a dormir, tenemos sitio de sobra. Bueno, tengo que preguntarle a mi tía, pero estoy seguro de que no le importará. Sasori, ¿puedes cogerme esta caja, por favor? -le señala una de aspecto bastante pesado al abrir la parte trasera.

Es un gozo volver a sentir la jungla de cristal bajo tus pies, bajando del camion y estirando las patas de inmediato, pena de que ni cinco segundos me dejasen para descansar.

Joy me ordena coger una caja, una que parece demasiado pesada para mi, podria excusarme y decir que dudo mucho que pueda mover eso sin romperme la espalda, o ya que estamos, podria pasar de su culo y largarme, ahora que me habia traido hasta aqui, no tenia obligacion de obedecerla o escucharla.

-...- Sin embargo, pense de brazos cruzados, no quiero quedar como un debilucho ante esta chica.- Sin problemas. Sneasel, voy a necesitar tu ayuda.- Le dije a mi pokemon, subiendo al camion para bajar ese armatoste.

Solo esperaba que de romperme algun hueso, las enfermeras Joy supieran tambien de anatomia humana.

El viaje lo habia pasado bastante callado, su mano aun estaba posada sobre la cabecita de Sweet cuando el camion se detuvo. Un suspiro profundo limpio su mente y sus pulmones, se levanto procurando poner su mejor cara cuando Sakura les ofrecio alojamiento durante la noche.

- Claro, siempre es un placer, si puedo ayudaros en algo con el centro en agradecimiento del viaje y la estancia sera todo un honor ayudaros.

Dice alegre al tiempo que extiende el brazo ofreciendoselo a Joy para acompañarla al centro.

Tras el permiso obtenido por parte de Gin de dormir donde quisiera, me recliné en el asiento. Sweet lanzó la bola, pero no pareció abrirse, y sacar al growlithe, que era el pokémon que parecía que nos iba a acompañar a partir de ahora. Sin embargo, lo que más seguía llamando la atención era el nivel de hostilidad que se ofrecían mutuamente la Sra. Joy y Sasori. Char nos pidió que abriéramos la Pokéball, pero dentro de mi cabeza no pareció una buena idea, con lo que le comenté, mentalmente, que no me parecía buena idea.

Y, finalmente, tras un viaje brutalmente largo, llegamos a la ciudad. Ciudad que, como cualquier otra, parecía tener papel pintado por todo ella. No me gustaban las ciudades, y aunque en esta podía apreciarse el hecho de ser una ciudad pequeña, o alejada de lo que eran las grandes metrópolis, seguía poseyendo ese hedor a industrialización y humanidad. Miré a Charmander. Si todo salía bien, él iba a tener un compañero de su mismo tipo con el que jugar. Y el único desparejado, en cuanto a tipo, sería Sneasel. Me desplacé fuera del camión, deseosa de volver a depender de mí misma para moverme y de nada más. No me gustaba no tenerlo todo controlado, y el simple hecho de ir dentro de un vehículo y en consecuencia no poder saber a ciencia cierta hacia dónde nos movíamos me llevaba poniendo nerviosa mucho tiempo. Me coloqué en la capucha de Gin, para descansar, hecha un ovillo, aunque atenta a lo que podía suceder.

El camon se detiene. Según parece hemos llegado sin que me diese cuenta, distraído como esta con la pokeball y con Aba. Al bajar Aba se va con Gin, a descansar en un pequeño nido que el chico lleva en la ropa. Sweet aun permanece escondida bajo la ropa del Doctor Caramelos, y aunque estoy preocupado no sé qué pueda hacer. Gimoteo un poco al verlos bajar y sigo su ejemplo.

Al dejar el camon miro alrededor, hay colinas cuadradas llenas de agujeros donde se ven humanos. Nidos sin lugar a dudas… muchos… muchos más que garras tengo para contar… hay muchas más veces mis garras que garras tengo. Entre todos, un par de montañas estrechas se alzan, brillantes y poderosas. Lo miro todo con ojos como platos, olvidando todo lo que no sea explorar.

Cerca nuestro uno de esos nidos más pequeños, a su alrededor hay muchas cosas que se asemejan ligera y remotamente al camon. Al parecer debe ser alguna clase de planta que evoluciona. Como los odish. Me gustan cuando son pequeños, antes de evolucionar en esa cosa apestosa, gloom. Joy, la human de pelo rosa, nos muestra una entrada al edificio.

-Chaar.- Exclamo y corriendo trato de entrar dentro para recorrer el nido de Joy, en busca de más como ella ¿Habrá más pequeños? Tal vez encuentre a alguien como nuestra amiga. Quiero jugar.