Partida Rol por web

El resto del viaje habia sido tranquilo, me dedique a mirar el camino detra nuestro mientras nos acercabamos al destino.

Ciudad malba, observa un poco los alrededores mientras espera la desicion de sasori quien le pide ayuda para mover unas cajas, solo asiente con la cabeza y se dispone a descargar el camion.

Sin moverme o deicr nada lo que quedaba de viaje, cualquiera habría deducido que dormía.

Al notar a Mark moverse, me di cuenta de que ya no sentía el "runrun" del camión en movimiento, lo que me hacía deducir que habíamos llegado. Con la cabeza ahora más clara y calmada que hacía un rato, trepé sobreMark hasta colocarme sobre su casco, para variar. Observé curiosa su oferta a Joy con esa sonrisa de Casanova.

"A lo mejor le interesa Joy. No había pensado en que Mark es el más adulto de aquí, y cuánto más adulto, más necesidades..." - no terminé mi pensamiento al escuchar el grito de Charmander. Era un grito emocionado, no de alarma, y al girar mi cabeza hacia él lo vi corriendo hacia las puertas. Le habría seguido para jugar un rato, pero ahora prefería estar con Mark.

Finalmente habíamos llegado, un viaje bastante rápido gracias a Joy. Baje tranquilamente del camión y estire mis músculos, creo que hasta escuche alguno de mis huesos tronar en ese momento. Finalmente acomode mi cabello y observe mi alrededor. Normalmente en las ciudades la cantidad de ruidos aumenta así como la potencia de estos, por lo que me es bastante doloroso al principio acomodar mis sentidos para no sufrir tanto. Sin embargo había durante todo el viaje trate de apagar mis sentidos y descansar, por lo que ahora no era tan difícil hacer esto. Después de lo que dijo Joy realmente pensé que ayudar a Sasori, pero el se lo pidió a su Pokemon y ademas seguramente Joy se lo pidió para que tuviera un poco de sufrimiento por toda la hostilidad durante el viaje, así que no debía meterme.

-Que bien me sentaría un baño.- Ajuste los guantes de mi padre en mis manos, justo en el momento en el que Aba se coloco sobre mi cabeza "Bien, supongo que nada de movimientos bruscos." Mis ojos adquirieron una extraña calma entonces, como si finalmente podía tener algo de tranquilidad después de tanto tiempo. "Tampoco hay que bajar la guardia. Pero que bien seria comer algo y dormir en una cómoda cama. Tanto tiempo en la naturaleza te hace extrañas las cosas mas simples." Los olores, los colores, las sensaciones de una ciudad eran completamente diferentes, pero mientras mantuviera tranquilos mis sentidos podía controlarlo. Era extraño de por si, pero supongo que había ganado algo de confianza en mi mismo.

¿Que hacer ahora? Recién habíamos llegado, quizá lo mejor era explorar un poco el lugar y dejar que Joy hiciera las cosas que tenia que hacer. -Muchas gracias Joy.- La miro dejando una pequeña pausa -Nos vemos luego.- Guiño un ojo y Comienzo entonces a seguir a Charmander al interior del centro Pokemon, me preguntaba que iba a hacer.

Charmander parece bastante contento durante el viaje y cuando llegamos a Malva. Aquí fue donde cogí el autobus. Aún soy Kate Manson para todos aquí, aunque espero que nadie me reconozca. Espero. Me gusta bastante esta ciudad, con la orilla del mar tan cerca y aparentemente tan poco contaminada. Pero tengo que ir desacostumbrandome al mar, a Charmander la sola mención del río le puso de los nervios. Es una pena, me encanta.

Sonrío a Joy.

- Siempre es bueno conocer a una chica cuando está una rodeada de tantos hombres - le digo -. A nuestros Pokémon les vendría bien un descanso, e incluso un repaso si no estáis muy ocupados, y así podemos quedarnos cerca por si nos necesitáis

Miro a Mahler. Mis ojos dicen claramente "poco tiempo". Lo justo para que se enfríe nuestro rastro y compensar un poco la amabilidad. Tenemos trabajo. Si puedo conectarme a algún lado incluso podría volver a intentar reventar el ordenador, pero en fin.

- ¿Tenéis un santuario en algún sitio?

Supongo que ahora todos me mirarán raro, pero bueno, si, me gusta rezar, ¿Qué pasa?

Mientras Sasori agarra la caja junto con ayuda de Sneasel, Joy se mantiene detrás de este, aparentemente supervisando el trabajo. Y entonces, sin perder su encantadora sonrisa, le asesta una fuerte patada en la entrepierna al pobre muchacho con tal energía que casi parece que os la diera a vosotros, dejándolo fuera de combate*.

-El placer es mio por teneros como invitados -dice como si nada mientras se agarra al brazo que le ofrece Mark.- Ahora os llevaré a ver a mi tía y despues os llevo a vuestras habitaciones. Kate, controla a Charmander, parece muy entusiasta y podría montar un estropicio si se cuela donde no debe. Si quieres rezar puedes ir a la capilla que tenemos aquí, aunque si te das prisa todavía podrías ir a la Torre Bellsprout. No hay un sitio mejor en toda la ciudad para relajar la mente y orar.

"¿Que es el mal?" Un grito aflora en mis labios, mis manos sueltan su agarre, y puedo ver en camara lenta, la caida descendente de la caja al suelo, mientras noto su patada ascendente.

"¿Que es el autentico mal? El autentico mal, no es alguien o algo, es un cuando, un momento, una singularidad, donde el egoismo y sadismo de las almas humanas se sincronizan en una funebre melodia que se alza hasta los cielos, haciendo resurgir los muertos de sus tumbas, mientras los vivos lamenta su gran ignorancia." La caja cae, dedos destrozados y carne aplastada en mis pies, me aparto dando un empujon hacia atras, liberando a mis pobres pies molidos y cayendome hacia atras, mientras el mundo giraba a mi alrededor en mis freneticos ojos.

"Pero si el autentico mal pudiera encarnarse en una persona, si tuviera que tomar una forma, un ideal ¿Acaso no tomaria la forma de la segadora?¿Un angel de la muerte bella y peligrosas, que con una sonrisa palida, aceptara en sus alas rosadas los pecadores y justos por igual y les diera el final que merecen." Caigo al suelo, notando el fuerte golpe del cemento contra mi espalda y mi cabeza, notando sangre caliente fluyendo por el suelo, mientras me retraigo en una posicion fetal, mis manos temblorosas protegiendo las ruinas de mi hombria.

-M-medica...- Ruego en una voz temblorosa, con lagrimas recorriendo mis mejillas y mi mirada perdida en el horizonte.

"Creo que me he enamorado... O estoy teniendo la peor contusion cerebral de mi vida." Pense, al borde de la insconsciencia y el extremo dolor.

Mark le mira con cara de circunstancia al tiempo que ase a Joy.

Es que te lo has buscado...

- ¿Estas bien?

Le pregunta entre divertido y serio.

En aquel momento, cuando Doc me pregunto por mi estado, hubiera pensado "Wow ¿Y este tio es medico?", pero lo cierto es que pensaba algo mas al estilo de "¡AAAAAAAAAAAAAAAH!"

-No. Dolor. Mucho dolor.- Murmure, casi sin aliento, y notando arcadas en la garganta, del dolor que sentia.- Necesito morfina. Rapido.- O un disparo en la cabeza, cualquier cosa con tal de no sufrir mas este infierno en vida.

La cara de seriedad se resquebraja y comienza a reirse ante la peticion de Sasori. Irremediablemente se lleva una mano a la cara.

- Jajajaja -tiende una mano a Sasori sin soltar a Joy- anda, levanta. En el centro te haré un chequeo, pero me parece que la morfina no esta indicada para estas situaciones.

Me trago dolorosamente la risa cuando el golpe ocurre ante mis ojos. Sólo puedo elucubrar lo que debe doler eso, pero...jo-der. Joy los tiene muy bien puestos, y Sasori ahora ya no. Por lo menos le ha arreado en el mejor sitio, debería ser atendido con rapidez. Cuidado Gin, si te metes en la cama con esta chica. Me tapo la boca con el dorso de la mano.

- Prometo que Charmander se portará bien, no me pegues por favor - mi tono es más bromista que otra cosa -. Mejor vayamos todos mañana por la mañana al templo, merecerá la pena la visita y Sasori podrá pedir a los monjes una túnica que no le roce

Miro a Charmander.

- Criatura, ya has oído, ¿eh? No hagas el salvaje, ni fisgues y si quieres hacer algo, búscame a mí, o a Doc o a Gin o a Joy. Mejor no molestar a Sasori

Doc dice que no le va a dar morfina, ¿Acaso no tiene piedad? ¡Por Arceus! Una vez que yo monté en Rapidash tuve que beberme media botella de whisky para poder sentarme y echarme la otra media...en la zona inflamada. El tipo del pañuelo necesita urgentemente que algo le deje atontado.

Atontado...

¿Puede que Joy sea muy, muy lista? Tengo que mantenerla vigilada...

Discutiria, que no me fiaba de un centro cuya una de sus enfermeras era responsable de mi actual estado, pero estaba demasiado debil para siquiera rechistar, asi que me levante y me apoye en Doc, con cuidado de no forzar su pierna mala.

Al otro lado de Doc, donde estaba Joy, le dedique una mirada afilada e inyectada de sangre de puro odio y rencor. Si pensaba que me iba a disculpar despues de eso, se equivocaba gravemente, es mas, despues de aquella humillacion y sufrimiento, me aseguraria de tener mi venganza sobre ella. No se como, ni cuando, pero me aseguraria de que esa matona psicopata rompe-nueces se arrepintiera de haberme puesto la mano encima.

Una vez el dolor se fuera y pudiera caminar o sentarme sin llorar dolorosamente como un martir ante la cruz, claro. "Ouch ouch ouch ¡AOUCH!" Cada paso que daba y cada roce con la tela de mis pantalones, era tan o mas doloroso como abrazar un cacnea ¿Porque demonios no se conformaria con darme un puñetazo en la cara, como todos los demas?

Un grito y un fuerte golpe me distraen momentáneamente. Apenas me detengo y levanto la cabeza, sé que se han detenido, pero no que ha ocurrido. Realmente no me importa, dentro huele a humano, pokémon, y a algo que no se identificar. Kate dice algo también pero en mi estado eufórico apenas hago caso a nada, que no sea mi nariz y mis ojos.

Con esa determinación dejo que sea mi nariz la que me diga por donde debería ir, y ver qué lugar sería más interesante para explorar. Siento una pequeña molestia, algo que me dice que debería escuchar a Kate. La miro indeciso, pero la curiosidad vence y me muevo a mi primer objetivo, correteando vivamente esperando no alejarme demasiado. Bueno, seguro que podre encontrarla después de explorar un poco.

De golpe la caja se hace mas pesada y un grito ahogado suena del otro lado, algo estaba pasando pero no sabia bien que, solo sabe que algo le paso a su entrenador.

Suelta la caja dejándola allí para ir a ver a Sasori, ¿que paso? sorprendido al verlo tumbado con las manos en su hombría se pone a su lado y mira a los demás intentando sabe que paso y por actitudes casi esta seguro. Lo ayuda a ponerse de pie y camina junto a él, su actitud se volvió algo mas fría, esta molesto por lo sucedido y por no haberlo impedido no vuelve a pasar... pensaba mitras veía el sufrimiento de su entrenador.

Estaba claro que Sasori se había buscando un trato tal trato, pero esa mujer quiza era muy drástica. ¿Acaso no podía pegarle del otro lado? De solo ver a Sasori tirado en el suelo allí mi mente imaginaba el dolor, y por un segundo hasta yo mismo me cubrí mis partes. Aquel evento podía desencadenar en dos acciones, que Sasori se calmara si no quería perder para siempre la capacidad de reproducirse o que Sasori ganara un odio eterno hacia Joy y las cosas se intensificaran aun mas. ¿A cual apostaría yo? Viendo como es, creo que a la segunda.

-Que dolor, deja la morfina para otras cosas, deberían ponerle hielo.- No estaba muy seguro de que era lo que quería chequear el doc. ¿Quizá quería ver si todavía los tenia? Comenzaba a encontrar cierto humor en la escena de suplica de Sasori. Finalmente fui hacia el interior de el centro Pokemon como había planeado antes, ahora quizá dudando si seria buena idea intentar algo con la enfermera Joy.

-El mismo se lo ha buscado con todas esas tonterías sin venir a cuento. -explica Joy antes de dirigirse personalmente a Sasori- No se quien narices te crees que eres, pero hay muchas más patadas de donde vino esa, así que te aconsejo que dejes de hacerte el chulito. Y no te quejes, otros te harían cosas peores.

Se muerde el labio. No parece nada arrepentida por lo que ha hecho, pero tampoco se la ve entusiasmada por la situación en la que le ha puesto. 

-Ahora le daré algo de hielo para pasar el mal rato, en cuanto avise a mi tía de que estáis aquí. Además tengo que avisar para que vacíen el camión, nosotros solos tardaríamos una eternidad.

Así, algunos mas mal que bien, avanzáis por un pasillo hasta llegar a recepción. Allí el mostrador se encuentra vacío y no parece haber nadie en las inmediaciones a excepción de un Chansey que empuja un carrito de medicinas en dirección a las habitaciones.

-¿Tía Carmen? Ya veréis, es un encanto de persona ¿TÍA CARMEN?

De repente se levanta una figura desde detrás del mostrador y se gira hacia vosotros. La primera reacción es espanto. La segunda nauseas. Y la tercera, un pensamiento, ¿realmente son parientes?

La mujer avanza hacia vosotros con una sonrisa de oreja a oreja, haciendo tintinear su vestido de lentejuelas y el repertorio de abalorios que lleva encima. Para arreglar más el cuadro, empieza a hablar con un tono más propio de un baritono

-Hija, ¿donde te habías metido? Ya estaba por llamar a la Policía, me tenías preocupada. -se lanza a los brazos de su sobrina, que la corresponde con un fuerte abrazo- ¿Y quienes son estos buenos mozos que te acompañan? -añade tras lanzaros un guiño picarón.

Mark repite el ritual que habia realizado con Joy, como le habian enseñado. Toma la mano de la Doctora y con una leve inclinacion la lleva a su frente.

- Doctora Joy, soy el doctor Mahler, Mark Mahler. Siempre es un placer poder ayudar a la familia Joy.

Dice levantandose para sonreir a Carmen.

"¡ME HAS DADO UNA PATADA EN LOS HUEVOS, SO BURRA!" Pense iracundo y casi escupiendo bilis por la boca. Vale que tuviese derecho a enfadarse conmigo, pero joder, ni que hubiera insultado su honor familiar o le hubiera prendido fuego a su camion. Un bofeton o dos, y tan contentos todos.

Pero la rabia se va calmando, cuando me doy cuenta de que Sneasel me intenta ayudar, y sobre todo la cara de malestar que pone. Bajo el pañuelo, mis mejillas se enciende por la verguenza, y desvio la vista sintiendome culpable, sintiendo que no estoy dando una buena imagen de entrenador pokemon a mis propio equipo.

-No... No es culpa tuya.- Consegui murmurar para Sneasel.- Un entrenador,ah... Debe luchar, ugh... propias batallas.- Le dije, forzando una sonrisa en mi rostro que fuera evidente aun con el pañuelo.

No queria ser ese inutil cobarde que se escuda detras de sus compañeros pokemons, sabia perfectamente que era un debilucho en cuanto al combate fisico, pero uno debe proteger a su familia con sudor y sangre, sino... Sino solo es escoria. "¿Me pregunto como estara mi tio?"

Una vez dentro, un monstruo que no parecia para nada ser de la familia de la otra Joy, nos recibio. Bueno, monstruo, quizas este siendo bastante injusto con ella, como decian, "la verdadera belleza esta dentro de uno", y detras de ese monton industrial de maquillaje y lentejuelas parecia haber una mujer bastante amable y cariñosa. A diferencia de la otra Joy, que como habia aprendido, detras de esa sonrisa y belleza, se escondia una bestia atroz sedienta de sangre.

-Sasori Kiniro.- Me presente con voz temblorosa.- Un placer conocerla, señorita. AOUCH. Disculpe que no le de la mano.- No me atrevia a levantar la manos de mis pantalones, ahora mismo, parecian lo unico sosteniendo lo poco que me quedaba de descendencia futura.

Una nueva humana de pelo rosa aparece para saludar al resto del grupo. Comienzan un ritual de presentación, entre lo que parece incluirse colocar las manos entre las piernas, abrazarse afectuoso... es muy complicado y ahora me interesa menos habiendo tantas cosas para explorar. Para empezar veo un pokémon desconocido, el doble de grande que yo, redondo y gracioso. Echo un último vistazo a los humanos antes de comenzar a seguir al pokémon con forma de huevo.

Tratando de que el pokémon huevo no se dé cuenta de que la estoy siguiendo, busco cada rincón en lo que parece una larga madriguera llena de cubiles más pequeños. Algunos están bloqueados pero seguro que podré ocultarme en los suficientes para acercarme y hostigarla sin que me encuentre. Me río divertido dirigiéndome al primer hueco.

Observé, asombrada, la escena que se sucedía. Me veía venir lo que iba a suceder, pero no fui capaz de avisar a Sasori antes de que el "ataque sorpresa" le impactara de lleno. Luego, las consecuencias eran previsibles. El intenso dolor del chico, la respuesta más previsible aún de la enfermera aunque lógica teniendo en cuenta el acoso que había sufrido hasta aquél momento... Nada fuera de lo común, vamos. Finalmente nos dirigimos adentro, con Sasori en su particular vorágine de dolor, mientras en aquella capucha resguardada, no tenía por qué hacer uso de mis piernas ni de mi movimiento. A decir verdad, Gin era un buen mozo de carga. Pero eso, claro, yo no iba a decírselo. Me agarré de un borde de la capucha, y me dirigí adentro con el chico.

Lo que vimos adentro me asustó. La verdad era que la persona más fea que había conocido hasta ahora no me inspiró mucha confianza. Ninguna, para ser sinceros. Era la peor aberración jamás conocida. Dudaba que, entre los seres humanos, existiera algún ser que se alejara más de los estándares de belleza que aquella mujer que abrazaba a la que era su sobrina, y mira que la sobrina sí se acercaba a los estándares de belleza que la sociedad tanto perseguía. No me conseguía entrar en la cabeza. ¿Cómo podía ser su tía? De una forma que imaginé después que sería poco discreta, me asomé en un absoluto silencio (como ya era lo normal en mí, de todos modos) desde la capucha de la sudadera a mirar cómo dos seres tan opuestos, el Yin y el Yang, se abrazaban. Era extraño, pese a lo grotesco y casi ofensivo de la escena no podía retirar mi vista de aquella enfermera y aquella otra masa humana deforme difícilmente identificable. Casi no puedo evitar esbozar una sonrisa irónica cuando Mark va a saludar a la tía de la enfermera Joy con la misma efusividad que la misma. Igual lo hacía para guardar las apariencias, pero entre una señorita de unos veinte y un esperpento de cincuenta, incluso yo, que no conocía mucho el mundo de los humanos, sabía a cuál iba a escoger para saludar, o abrazar. Claro que, no todo era la imagen de uno mismo, pero incluso su tono de voz se metía en mis tímpanos y rebotaba en mi cabeza como una bola en un pinball. 

La curiosidad me pudo, como al bípedo-cuadrúpedo, y desaparecí de la capucha, eliminando el peso que ejercía en los hombros del chico para aparecerme al lado de Char. Tener aventuras con aquél bicho era lo más parecido a lo que los humanos solían llamar "divertirse". No entendía el concepto, la verdad, pero sí tenía claro que pasar el tiempo con él y vivir aventuras con él me producía una sensación de bienestar extraña, diferente a la que sentía cuando comía, o cuando descansaba, o incluso cuando resolvía algún acertijo difícil dentro de mi cabeza. Sin más pensamientos en mi cabeza, acompañé al Pokémon de tipo fuego al interior, siguiendo los instintos y olfato de éste, que seguro que eran mejores que los míos.