Partida Rol por web

Por poco se me escapa una risotada. Si bien el Pokémon podía llegar a ser muy peligroso, la manera en que había entrado al combate era ridícula. Cerré mis ojos y me preparé para la batalla, asintiendo levemente con mi cabeza, a modo de saludo. No sabía si lo había visto. Ni siquiera sabía si iba a entender el gesto si lo veía pero estaba segurísima de que no era un Pokémon cualquiera. Así pues, y resguardándome de recibir un posible daño masivo realicé el movimiento kinético.

-¡Sneasel, ataque rapido, interrumpe el ataque del enemigo!- Ordene a Sneasel temiendome lo peor, era un novato asi que no conocia muchas tecnicas complejas, mi intencion era aprovechar el efecto del ataque Sneasel, para derrotarlo con golpes rapidos y letales antes de que pudiera contra-atacar.

Oigo la orden de Sasori y poniendo las garras al costado se lanza a gran velocidad hacia Umbreon intentando interceptar el ataque.

Golpeo el suelo con la pata delantera, nervioso. No me gustan los ruidos fuertes, y el inútil que lleva una pistola y no sabe realizar un disparo como es debido me ha asustado más de lo debido. Menudo imbécil, no sabe disparar pienso mientras los miro y gruño. Pienso en defender al grupo, y me acerco al Slugma dando un gran salto hacia él hasta quedar enfrente. Aquello se ponía interesante, sin duda alguna.

El ataque, que en un principio iba dirigido frontalmente, cambia cuando el pokémon realiza una finta intentando esquivar las afiladas garras de su oponente. Esta vez la velocidad de Sneasel no es suficiente para detener a su enemigo y los colmillos le rozan, arrancándole algo de piel. No es más que una herida superficial, pero parece ser suficiente. Cuando se retira sus anillos siguen brillando y ahora un tenue aura morada le rodea.

-¡Acaba con él de una vez! -grita su entrenador.

-Koo..ffiiing.

Ahora parece molesto por tu ataque, aunque su expresión poco ha variado. Sin indicación alguna por parte de su entrenador, de repente expulsa a presión por sus orificios un gas que te rodea sin que puedas evitarlo. Al contrario que el de la pantalla humo, este es de color verde y más tenue. Con una sola inspiración puedes notar el efecto corrosivo que tiene, hiriéndote desde dentro y haciendo que respirar sea una tortura.

Mark estaba preocupado cuando mandó a Sweet al ataque, aunque desenfundó su arma rapidamente y casi al instante el alivio se hizo patente cuando la figura desdibujada de un humano se aparece frente a el junto con Sweet.

Ya habria tiempo para celebraciones por ese teletransporte perfecto, ahora agarra al hombre haciendo presa inutilizando su brazo derecho al mantenerlo sujeto a la espalda y le apunta con la mano izquierda a la cabeza.

- ¡Alto! ¡Alto los combates he dicho! ¡Tenemos a un rehen!

Dice al tiempo que se situa frente a sus compañeros usando al entrenador como escudo si hay cualquier intento de ataque.

En menos de lo que tardó Mark en parpadear, yo ya estaba junto al humano, y antes de que el se diese cuenta de nada, yo ya había saltado sobre él y nos teletransportaba junto a Mark. Vamos, que había realizado dos teleportaciones en apenas un segundo, era la leche merengada.

En cuando nos aparecimos junto a Mark salté hacia un lado soltando al hombre, dejando a Mark hacer lo que tuviese que hacer. No estaba segura de cuál era su plan hasta que lo vi, pero... ¿sería capaz de dispararle si se intentaba escapar? Mark había visto mucho muerte, pero él era el médico...¿le arrancaría la vida o era un farol? 

Si él no lo hace, lo haré yo. - pensé de manera sombría imaginando la escena. Si el rehén iba a matar a Mark, no me importaba que fuese un humano. Le atacaría hasta que no fuese un peligro. Miré al resto, peleando contra los pokémon invasores. ¿Pararían ante las palabras de Mark?

Y, casi sin darme cuenta, aquél gas tóxico me había entrado en los pulmones. Intenté expulsarlo de allí, pero no parecía posible. Además, al situación era complicada, pues noté al instante que me abrasaban y me herían por dentro. Miré a Mark, en un claro gesto de súplica y de "voy a necesitar tu ayuda más adelante", antes de dirigirme al Koffing nuevamente. Esta vez, mi mirada era de odio. De odio y de rencor, porque sabía que lo que había hecho iba a hacerme mucho daño. Puede que no inmediatamente, pero sí a la larga. Puede que incluso me costara la vida. Y no estaba dispuesto a ello. Era un precio demasiado alto por una misión que no me tocaba a mí. Esperaba despachar rápido al maldito Koffing y encargarme de otro Pokémon con presteza.

Con una sonrisa por el combate inminente me interpongo entre el Slugma y la mayoría de los presentes. No es mi intención sufrir daños graves, y yo cuento con la capacidad de hacer daño. Eso, en un principio, me basta. Sonrío con suficiencia, antes de clavar mis ojos en el Slugma rival e intentar causarle la máxima molestia posible. A partir de ahí, tan solo puede esperar que le ataque...

De entre el humo un puño amarillo surge. A pesar de que me muevo rápido no es suficiente, y recibo un golpe no me deja para nada indiferente. Agito la cabeza, gruño y muestro los dientes a este oponente al que nunca me había enfrentado. Inspiro y descargo mis ascuas sobre él. Puedo notar el ardor de la llama que se abalanza.

Como era de esperar, el ataque de Aba resulta ser muy efectivo y Koffing cae de bruces al suelo. Todavía parece en buena forma, pero está claro que sus pensamientos no están en orden. Asciende y se deja caer, golpeándose contra el suelo, mientras sus ojos dan vueltas, repitiendo el proceso una y otra vez.

A pesar de su aspecto simplón, los ojos de Slugma destilan inteligencia y parece analizarte con cuidado. Tu mirada lo hace estremecer y retrocede un poco, confirmando que eres un enemigo peligroso. Y entonces bosteza. Un bostezo largo, como el de alguien que no ha terminado de descansar bien y quiere echarse un ratito. Lo cierto es que lo comprendes, pues tu tampoco has descansado bien. Sería genial cerrar los párpados y dormir aunque solo fuera un poco...

La influencia del humo no te deja enfocar el chorro de llamas con total precisión y estas parecen no dañar el robusto cuerpo del pokémon eléctrico. Pero al acabar puedes comprobar que no es del todo cierto; parte de sus brazos están quemados y unas minúsculas llamas se mantienen, atacando su piel.

Al oír las palabras de Mark, los hombres se giran para ver como su líder se encuentra atrapado entre los brazos de Mark y amenazado por una pistola. Los combates se interrumpen y todos se quedan paralizados un segundo, sin saber muy bien como reaccionar.

El hombre, lejos de acobardarse, trata de incitar a sus tropas. Ahora que lo tenéis más cerca, notáis que su voz tiene un fuerte acento de Kalos.

-¡No os detengáis! Seguro que este tipo no tiene las pelotas que hacen falta para disparar. -forcejea un instante, como intentando tantear a su captor, pero el agarre de Mark es férreo e inamovible. Los suyos dudan, sin estar muy seguros. Lo cierto es que Mark no parece muy intimidante...

Aba estaba haciendo un excelente trabajo, pero había sido envenenada por el movimiento del Koffing -Aba, ¡ve con todo ahora! Joy ¡Necesitamos pociones o antídotos, rápido!.- Quizá debí haberme pasado por una tienda para abastecerme de suministros antes, ahora que los necesitaba no los tenia, aunque estábamos dentro de un centro pokemon. Luego vi como Mark había tomado de rehén al aparente líder de ellos y les había ordenado que se rindieran. Sin embargo, el líder solo estaba atrapado y se mostraba firme comandando que continuaran la pelea.

Los soldados estaban dudando, lo podía ver, lo podía sentir en los cambios en sus cuerpos. Escuchaba sus dudas aun sin tener que leer sus mentes. Quizá, si había algo que diera mas miedo, algo que les causara verdadero temor aquella duda se convierta en sumisión absoluta. Podía intentar algo, poda intentar demostrarles que se enfrentaban a un monstruo. ¿Pero como? Jamas había atacado una mente humana directamente, era diferente a simplemente invadir una mente. Tenia que causar dolor, y para ello primero debía entender como.

Ese momento no presentaba ningún riesgo para nosotros, los entrenadores. Nuestros compañeros estaban manteniendo a raya a sus pokemon y los soldados que quedaban no estaban armados. Fue entonces cuando me concentre, apague todo otro sentido que podría causar una interrupción en mi mente y tome por objetivo la mente de cualquiera de los soldados que quedaban. Tenia que realizar un mapa mental de su propia mente, analizar el comportamiento de sus ondas cerebrales y tratar de encontrar ese punto en el cual podría infringir dolor a su victima. No era una tarea nada fácil para hacerla por primera vez...

Mark levanta la pistola y golpea con la culata en la coronilla del jefe provocando que un hilillo de sangre manche el pasamontañas que lleva. Nada que no arreglen un par de puntos.

Acto seguido coloca el arma otra vez junto a la cabeza del jefe y amartilla el arma.

- El que se atreva a moverse va a tener que dar explicaciones antes sus superiores. -dice amenazante- Lo primero guardad a los pokemon en las pokeball y puede que podais salir de aqui con vida.

Definitivamente aquel no parecia el doctor afable que os habia acompañado desde el principio de la aventura.

- Sasori, cachea a este hombre -ordena tajante- bien... empecemos por el principio "Erase un vez un capullo que mando a un grupo de soldados a atacar Ciudad Malva y ese capullo se llamaba..."

Dice dirigiendose a los soldados nuevamente.

Hasta el momento Kate se había mantenido alejada de la lucha, dejando que Charmander pelease contra su enemigo ayudado únicamente por su propio instinto. Pero tras resultar exitoso el plan de Mark se dio cuenta de que tendría que detenerle o seguiría combatiendo contra Electabuzz, arruinándolo todo.

-¡Criatura, ya basta! -esperaba que Charmander atendiera a su tono de urgencia.

Hasta el momento Joy había permanecido escondida en la habitación, en parte obligada por el empujón de Mark. Pero al oír las palabras de Gin se acerco a Abra y la examinó, aunque sin quitar del todo el ojo en los atacantes. En su expresión todavía queda algo de miedo, que está empezando a ser sustituido con ira.

-Creo que tengo algunos antídotos en mi habitación...ahora que el veneno actuará más lento, pero seguirá causando daños. Pero no te preocupes, está fuera de peligro.

No había podido lograr hacer lo que pensaba, la mente humana era demasiado compleja y quizá necesitaría algo de practica antes de poder lograrlo. Mientras tanto parecía que los combates se habían interrumpido, lo cual me molestaba en cierto grado puesto que estaba seguro de que Aba podía ganar y ahora quedaría como inconcluso. Por el otro lado eso hacia que Aba no sufriera mas daño en vano, aunque seguía envenenada. Joy se acerco rápidamente a mi llamada, y tenia razón, ahora que Aba no estaba combatiendo el veneno no actuaria tan rápido en su cuerpo. Pero ella tenia antídotos, y ademas, se veía algo tensa. Normalmente no solía utilizar mis habilidades para controlar a las personas indirectamente, pero quizá ahora era necesario.

Me acerque tanto a Aba como a Joy, y mire a esta a los ojos -Lo lamento...pero el pensar que ella sufre algún tipo de dolor...simplemente me molesta, no puedo aceptarlo. ¿Crees que puedes ir a buscar un antídoto? No te preocupes, no tengas miedo, nosotros podemos mantener la situación controlada aquí.- Le dedique una sonrisa, mis palabras estaban intencionadas para tranquilizarla y dirigir sus acciones hacia donde yo quería. Luego mire a mi compañera -Hey, ¿Estas bien? Lo hiciste muy bien. Necesito que me hagas un favor, y me entregues el arma que le quitaste a su líder.- Finalmente mire hacia donde estaba Mark, sosteniendo al líder del grupo que ahora tenia una herida en su cabeza.

Lo podía notar, su mente estaba en un estado mas débil ahora. Siendo el líder de la banda, debía contener información útil en su cabeza. Información sobre el ataque, sus objetivos, quienes eran los agresores, etc. Me acerque a Mark que parecía querer obtener esa información de aquellos tipos mediante amenazas, pero nadie nos aseguraba que no dirían algo o si lo que dijeran seria verdad. Pero a mi no podían mentirme, y si su mente tiene mas problemas para defenderse por aquella herida, entonces tenia mas posibilidades de obtener lo que quería.

-Déjalo completamente quieto.- Dije a Mark con un semblante serio, mientras concentraba mi vista en aquel hombre que tenia aprisionado. Era hora de ver quien era realmente este sujeto.