Partida Rol por web

Polvo de Escorpión

4. Llegada a Bastión Celeste

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01/05/2018, 21:24
Narrador

La noche transcurrió sin incidencias por lo que al amanecer y tras un rápido desayuno, el grupo reanudó el viaje. El plan del día consistía en llegar a Bastión Celeste, entregar a Balaka, comer y si todo iba bien salir tras la comida. Llegarían a Mena de Oro al día siguiente si no volvían a surgir imprevistos en el camino.

Como el día anterior Kifel llevaba el carro con Daha a su lado. Clea, Corriane, Iskal y Nekaua viajaban en la parte trasera. Faltarían dos horas para el mediodía cuando vieron la aldea en el horizonte. Por un lado el pueblo, construido sobre una colina y a su izquierda en un alto que terminaba en un rocoso acantilado las ruinas del otrora Bastión Celeste.

La primera etapa del viaje estaba llegando a su fin.

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01/05/2018, 22:15
Kifel Robbarth

El pelirrojo estaba de buen humor, se notaba que regresar a su pueblo natal era algo que le había animado bastante. En ese momento estaba silbando Paseando con Desielle, una conocida cancioncilla que muchos guardias cantaban cuando salían de fiesta.

 —¿Veis esa colina de ahí?—dijo mientras la señalaba— Es la parcela del señor Bagut. Cuando tenía ocho años solíamos jugar allí al Rey de la Colina. Tuvo una vez una plaga de topos y llenó la zona de trampas. Los niños no lo sabíamos y allí que iba yo corriendo como un galgo hasta que tropecé con una de las trampas y me caí al suelo. Tuve suerte de no pisar la trampa, porque sino seguro que habría perdido media pierna. Lo mejor fue cuando se enteró su mujer.

Kifel comenzó a reírse.

Al muy idiota se le olvidó poner un cartel avisando, así que cuando la mujer se enteró de que lo que había pasado le echó tal bronca que durante dos semanas no se habló de otra cosa en el pueblo. Daba auténtico miedo la señora Bagut aunque hacía unos bollos de leche estupendos.

Al pasar un cambio de rasante vieron a un mediano acercándose en sentido contrario por el linde del camino. Vestía una armadura de cuero tachonado y pantalón verde. Llevaba un arco al hombro. Y Kifel pareció reconocerlo porque no tardó en llamarlo levantándose en el carro.

¡Rommel! ¡Eh Rommel!  ¡Soy yo! ¡Kifel!

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02/05/2018, 16:35
Rommel Barrilpinchado

Rommel se sobresaltó al escuchar como lo llamaban hasta que pareció reconocer al pelirrojo.

¡Kifel!—exclamó— ¡Kifel Robbarth! ¡Maldita sea! ¿Cuanto hace? ¿Dos años? ¡Me dijeron que te habías metido a la guardia de Puerto del Amanecer! ¿Qué haces aquí? ¿Ya te han echado o qué?

Entonces el mediano vio al colorido grupo con el que viajaba el guardia suspendido.

¡No me jodas que te han echado! ¿Te has metido ahora a aventurero o qué?

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02/05/2018, 17:10
Kifel Robbarth

¡NO!—exclamo Kifel— Bueno, no casi. Y a todas tus preguntas de hecho. Es un poco complicado. Te lo contaré un poco con calma, ¿por qué no vienes más tarde y comes con nosotros? Quiero probar la cerveza de este año a ver si está tan buena como dicen.

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02/05/2018, 17:14
Rommel Barrilpinchado

Rommel negó con la cabeza y puso cara de circunstancias.

No voy a poder Kifel, voy al Encinar. Es Serenya, ha desaparecido. No es la primera vez que se marcha un día o dos. Suele ir allí a cazar conejos y esas cosas. Pero ya hace cuatro días que no aparece por casa y no me gusta ni un pelo. Pero tómate una cerveza a mi salud, ¿quieres?

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02/05/2018, 17:27
Kifel Robbarth

Kifel puso también cara de circunstancias  y miró de reojo a sus compañeros para luego responderle al mediano.

No te preocupes, seguro que no le ha pasado nada—dijo intentando quitarle hierro al asunto—. Habrá conocido a otro hombre y se le habrá ido el santo al cielo.  A mí también me pasaría si tuviera que vivir contigo.

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04/05/2018, 16:34
Iskal

Iskal había dedicado bastante tiempo a redireccionar sus pensamientos adonde le interesaba que estuviesen. Para cuando llegaron a aquél Pueblo, el félido husmeaba los alrededores visualmente. Aquella era la segunda vez que estaba en un asentamiento humano y desde luego parecía muy diferente a Puerto del Amanecer; sentía una mezcla de curiosidad y cautela ante la espectativa.

Kifel estaba comentando algo de unos cepos cuando apareció alguien que provocó que Iskal alzase las orejas en el equivalente humano a arquear las cejas.

«¡Anda! ¡Otro como Brisa!»

Recordó la primera vez que había visto a un mediano, le había parecido un humano desconcertantemente pequeño. No un niño, porque los niños no tenían voz de adulto. Pero sí un humano desconcertantemente pequeño. A Brisa le había hecho mucha gracia.

¿Una conocida?—preguntó a Kifel una vez se hubo ido.

No estaba seguro de si aquel era uno de esos casos en los que los héroes terminaban teniendo que elegir entre seguir con la misión o ayudar al ciudadano o uno de esos casos en los que la casualidad tenía el día gracioso y ambas cosas terminaban estando asociadas. Porque nunca había vivido ninguno de los dos básicamente.

Pero en los relatos de Ornaster sí que había oído muchos.

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06/05/2018, 21:40
Nekaua

El grupo despertó con el olor de los conejos asándose sobre la hoguera.

Antes de acostarse, Nekaua había colocado cepos simples en los alrededores del campamento, tal y como le había enseñado Garo. Al despertar, antes del amanecer, como era su costumbre desde que vivía en las tierras bajas, había retirado los animales capturados y se había afanado en atravesarlos en espetones y colocarlos alrededor del fuego.

La tarea no le dejó tiempo para entrenar aquella mañana, así que, mientras el carro traqueteaba por la tosca carretera hacia Bastión Celeste, la muchacha goliath se quedó en silencio un buen rato, con la cabeza gacha, dedicando una plegaria silenciosa a Beltegueuse. El Martillo Tronante prefería las obras, pero Nekaua sabía que lo comprendería; había sido por una buena causa. Quizás, incluso comprendería lo que planeaba para Balaka, aunque hubiera tenido que atar sus miembros, privarla de su libertad y arrastrarla al poblado de las tierras bajas contra su voluntad. Doña Clavilda le había enseñado que Beltegueuse amaba la libertad por encima de todo, pero qué libertad cabría para su hermana, si debía matarla. Y para sí misma, si se veía obligada a hacerlo.

 

Tal y como esperaba, no tardaron demasiado en llegar a Bastión Celeste. Solo hacía un par de jornadas que había pasado por la villa, y había dormido contemplando las ruinas del viejo bastión que le daba su nombre.

Kifel detuvo el carro al ver aproximarse un mediano. Aunque nunca había entrado al pueblo, Nekaua sabía que varias familias de los pequeños humanoides vivían en el pueblo, y unas cuantas más en las granjas de la zona. El patriarca y la matriarca de la familia que vivían en los terrenos de Garo y Doña Clavilda procedían de aquel pueblo.

El gesto de la goliath se arrugó cuando escuchó a Rommel, y no se le escapó el significado de la mirada de Kifel. Mientras el pelirrojo hablaba con su amigo, Nekaua se inclinó hacia su hermana.

Hermana, ¿había otras partidas de saqueo de la Tribu? le preguntó en voz baja. Claro que hay otras; siempre las hay, se reprendió. En esta zona, quiero decir, en los alrededores de Bastión Celeste.

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06/05/2018, 22:37
Corianne

Corianne había remoloneado en el saco de dormir hasta el último momento. Le encantaba dormir y holgazanear, y quedarse arrebujada dormitando era buena manera de no tener que colaborar en la recogida del campamento. Se unió de buena gana al suculento desayuno que les había preparado Nekaua, comentándole que si le gustaban los conejos seguro que también le gustarían las ostras.

Se había vuelto a quedar amodorrada durante el resto del viaje, hasta que la despertó la incesante cháchara del Panocha. Gruñó algo bastante ofensivo entre dientes y se desperezó estirando los brazos. 

—¿Quién quiere una cerveza? —fue lo primero que dijo.

Lo último que quería era que se pusieran a jugar a los héroes en Bastión Celeste.

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07/05/2018, 16:08
Daha Phiatabel

Nekaua había tenido una inteligente ocurrencia. Si ellos habían sido asaltados por aquella banda de salvajes, era posible que el destino de la mediana hubiera resultado el mismo. No obstante, no hacían falta más partidas de saqueo que la de Balaka. Si la tal Serenya había sido presa de un asalto, podía haber sido la misma partida de Balaka la que hubiera dado buena cuenta de aquella menuda mujer. Lo cierto era que lo asaltantes que habían registrado portaban encima un buen botín y eso quería decir que no eran a los primeros que habían intentado saquear.

- Es más… - Intervino Daha. – Pregúntale a tu hermana si su partida ha asaltado a una mediana. No tiene por qué haber otras partidas. Basta con una. Lleva cuatro días desaparecida…

Daha esperaba que la respuesta fuera negativa y fuera sincera. Aquel hombrecillo despertaba cierta ternura en la semielfa. Parecía un bonachón y su esposa sin duda también lo sería. Podía equivocarse, sin duda, pero siempre le había parecido que aquella raza de personitas pequeñas, tenía un buen corazón.

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07/05/2018, 16:10
Balaka

Balaka esbozó una cruel sonrisa ante la pregunta de tu hermana. O lo habría hecho de no ser porque seguía malherida, en su lugar lo que se dibujó en su cara fue una mueca desagradable. Pero la mirada fue clara, en los ojos de la goliath si se pudo leer regocijo.

Lo siento hermana—dijo con un irónico todo dócil—, pero no sé responder a tu pregunta.

La ironía había sido tan marcada que lo primero que uno podía pensar era que mentía. Pero era cierto que la Tribu del Martillo de Hueso fuese un grupo organizado. La cohesión la había obtenido a través de un básico ejercicio de la fuerza. Así que tampoco se podía descartar que fuera verdad que Balaka supiese si había otras partidas o dónde se encontraban éstas. El problema era que estaba disfrutando tanto sembrando esa incertidumbre, que sacarle otra respuesta se antojaba imposible.

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07/05/2018, 16:29
Kifel Robbarth

Kifel iba a responder a Iskal cuando escuchó a Daha.

No es ninguna mediana—aclaró—. Serenya es una loba, la loba de Rommel. La ha criado desde que era una cachorra. Y no fue fácil. La mitad del pueblo le decía que estaba loco por intenta criarla. Cuando creció se fue a vivir sólo a las afueras del pueblo porque nadie quería tenerla cerca. Hasta que se convirtió en explorador de Cerastes claro. Entonces se ganó el respeto de todo el mundo y le invitaron a entrar en los vigilantes de Bastión Celeste. La guardia del pueblo vamos. Sin los Custodios, los celestos se han tenido que organizar como buenamente han podido.

El pelirrojo se quedó unos segundos callado pensativo.

Serenya no es uno de esos animales...—se calló un momento mientras pensaba en una palabra que definiera lo que quería decir— mágicos. Pero es muy lista. Es raro que lleve cuatro días desaparecida.

Bastión Celeste ya había pasado de ser un pueblo en el horizonte a estar a poco menos de un kilómetro. No tardarían mucho en entrar en el pueblo.

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08/05/2018, 00:54
Nekaua

Un gruñido que sonó como un desplome de rocas brotó de la garganta de Nekaua. Suavemente, atrapado por los dientes apretados, muerto antes de sonar su amenaza.

¿Te queda ahí dentro algo de lo que eras, o te has despojado de todo? Escupió las palabras, antes de respirar y proseguir con un tono más calmado. La mujer que fuiste se hubiera avergonzado de en quien te has convertido.

¿De veras me acuerdo? se preguntó. ¿Era su hermana la persona que había creído conocer, o alguien diferente, y lo que recordaba de ella estaba mancillado por la perspectiva de la niña que no conocía más que la vida en el seno del clan, y de la tribu?

Ya no solo las viejas ruinas eran visibles. Las humildes viviendas de los aldeanos se divisaban desde la carreta. El mediano quedó muy atrás, y Kifel aprovechó para explicar quién era Serenya.

Algunos trasgos crían lobos como monturas, dijo al cabo. Pero no creo que les interesase una adulta.

Dudaba que los responsables de la desaparición, si los había, pertenecieran a la tribu. Y probablemente carecía de importancia; una loba no era más que un animal, como los que había cazado esa mañana para alimentar al grupo, por mucho que aquel mediano la apreciara lo bastante como para ir tras ella, y los instintos de tales criaturas no respondían a los caprichos de medianos u hombres. No, al menos, antes de varias generaciones de domesticación.

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08/05/2018, 18:25
Iskal

Iskal iba a responderle a Corianne cuando escuchó la explicación de Kifel. Se encogió entonces de hombros.

A uno de los cazadores de mi tribu le sucedió algo similar una vez. Al final resultó que su loba estaba a punto de tener cachorros y se había alejado unos días para poder tenerlos en paz—dijo—. No quiero decir que sea lo mismo, pero que algo sea raro no tiene por qué conllevar necesariamente que sea malo, vaya. «Verás, ahora que lo he dicho lo será sólo por fastidiar» Vayamos primero a lo que vinimos, a ver en qué queda.

Se rascó la cabeza y, pese a dejarlo anotado en una esquina de su mente, trató de quitarle hierro al asunto.

Que dicho sea de paso. Si la gente le llamaba loco al pobre por criar una simple loba, ¿creeis que alguien intentará exorcizarme o algo así cuando me vea? Podemos hacer una porra...

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08/05/2018, 20:22
Daha Phiatabel

Fuera como fuera, nada podían hacer por el mediano ni por su loba. Podía ser que la desaparición estuviera relacionada con las partidas de saqueo de la tribu. Podía ser incluso que tuviera que ver aunque fuera muy remotamente con la desaparición del polvo de escorpión, pero fuera así o no, no lo sabían. Podían arrepentirse en el futuro, pero lo cierto era que lo más prudente y lo que debían hacer era seguir adelante y dejar atrás aquel asunto.

- Espero que ese joven mediano tenga suerte en su búsqueda. – Dijo entonces la semielfa. – Lo deseo de corazón. Es conmovedor como algunas personas cogen tanto aprecio y sienten un cariño tan profundo por los animales y me entristecería si algo le hubiera pasado a la loba, pero no es asunto nuestro.

De esa forma Daha creyó dar por zanjado, al menos de momento y hasta que tuvieran nuevas noticias sobre aquel asunto, algo que veía realmente complicado. Satisfecha con su intervención se acomodó en el carruaje y miró hacia adelante. Aún tenían que llegar al Bastión Celeste y buscar aposento. La semilefa esperaba poder asearse un poco antes de la comida, el polvo del camino sobre su ropa y su cuerpo era algo que le molestaba sobremanera. Más incluso que los modales de alguno de sus compañeros.

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08/05/2018, 23:14
Corianne

—¿Nadie quiere unas cervezas? —preguntó Corianne en un ligero tono de exasperación—. Está bien. Luego no quiero lloros. 

A veces no entendía la gente que la rodeaba. En su opinión Rhovesia sería un lugar mejor si hubiera más gente interesada por la próxima cerveza que iba a degustar, o por el próximo amorío que iba hacer gozar a su entrepierna. Pero en vez de eso, la gente se interesaba por cosas raras. Como la magia. O los lobos.

Joder, eran animales que mataban el ganado. Los humanos habían domesticado a los perros para mantener a los lobos a raya. Ahora un estúpido mediano se había encariñado de una loba sin manada y a todo el mundo se le hacía el culo limón.

Por lo que a Corianne respectaba, se podían ir todos al carajo. A ver si desde allí veían algo interesante.

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09/05/2018, 09:59
Clea Stenon

Para sorpresa de todos, fue Clea la que respondió a Iskal. La asistente del ministro no había hablado mucho durante el viaje, y menos aún de cosas triviales.

No creo que sea un problema vuestra presencia Iskal—dijo—. Sois lo que se podría llamar una rareza verosímil. Con la cantidad de seres que moran en el mundo, entráis dentro de lo posible. Además Bastión Celeste no es una comunidad aislada, está en un cruce de caminos y muchas personas pasan por aquí. Os mirarán raro, llamarás la atención, incluso alguno podría asustarse, pero en la mayoría de los casos no debería pasar de ahí. No saben nada de vuestra gente, así que serán cautos. Si fuerais un orco o un trasgo reaccionarían de forma distinta. A ellos los conocen.

La joven se echó hacia atrás el cabello que reposaba en sus hombros.

Lo mismo pasa con los lobos. Forman parte de su vida cotidiana. Saben como son y los problemas que les dan. Y además imagino que debe de ser muy difícil domesticar uno. Seguramente por eso tildasen a ese mediano de loco.

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09/05/2018, 10:07
Narrador

Aunque Kifel llevaba desde la noche anterior hablando de la cerveza en la Estrella Caída no le dijo nada a Corianne sobre el dorado líquido alcohólico. El pelirrojo no estaba tan dicharachero como antes de encontrarse con Rommel. El carromato se internó en el pueblo, lleno de casas de piedra una o dos alturas como mucho. Muchas de esas moradas del principio de la aldea estaban abandonadas, consecuencia de la terrible despoblación que Bastión Celeste sufrió durante los años de gobierno kurnita. También habían sido muchos los edificios derruidas con el fin de recuperar el terreno para las huertas que había alrededor de la villa.

El carro continuó por la carretera principal. Lo primero que harían es buscar a los vigilantes de Bastión Celeste para poner a Balaka a buen recaudo. Fue así como llegaron al Cruce, el lugar que era considerado el centro de Rhovesia. Era allí donde se cruzaban las dos carreteras principales de la región y también ese lugar era el centro neurálgico del pueblo. La Estrella Caída y El Caldero Cantarín, las dos tabernas más conocidas de la villa y casi de toda Rhovesia. Cada una en una esquina, frente a frente, como una metáfora de la rivalidad de las familias que regentaban cada una de ellas.

Y allí en el Cruce, junto al poste que marcaba el camino a las otras cuatro ciudades rhovesianas, encontraron un pequeño grupo de personas. La mayoría eran jóvenes, vestían armaduras de cuero y llevaban armas, la mayoría de una mediocre manufactura. Sólo un hombre destacaba entre todos, no sólo por la calidad de su equipo, una coraza y una buena espada al cinto, sino por su propia presencia. Rondaba los sesenta años y sus mejores años habían quedado atrás, pero a diferencia de los otros saltaba a la vista que había visto más mundo que las granjas celestas.

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09/05/2018, 10:27
Kifel Robbarth

Kifel tiró de las riendas para frenar el carro y los dos caballos comenzaron a frenar.

Vaya, pues ha sido fácil encontrar a los vigilantes—dijo aún con voz seria pero algo de sorpresa—. Ese de ahí, el viejo, es Biff Mason. Es el jefe.

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09/05/2018, 22:17
Iskal

—¡Eso iba a decirte!—recordó repentinamente Iskal alzando un dedo cuando Corianne habló—. Todo depende de si aquí tienen jarras de las de verdad.

Cuando escuchó a Clea sin embargo rió entre dientes.

—Ya lo sé, mujer. Sólo era un comentario jocoso.

Si un chiste se sobreanalizaba como acababa de hacer Clea, perdía la gracia. Pero el félido estaba empezando a deducir que en despacho de Veiner los chistes no debían ser algo precisamente común así que supuso que tenía sentido. Y que había que ponerle remedio de algún modo.

El viaje continuó y pronto llegaron al cruce. Y allí había gente. Y Kifel sabía quien era aquella gente. Y parecía gente importante. El problema era que Iskal no sabía si aparte de todo eso también era normal o no la situación. Miró al guardia pelirrojo.

Que sepas que por cómo lo has dicho no tengo muy claro si es buena, mala o indiferente señal.