Partida Rol por web

Polvo de Escorpión

7.1. El alquimista

Cargando editor
25/09/2018, 23:47
Narrador

Iskal y Clea entraban a mediodía en la Alta Mena de Oro. La zona amurallada y bien vigilada no tenía nada que ver con la otra parte de la ciudad. Los edificios estaban en un estado envidiable, la gente vestía de forma elegante o cuanto menos correcta, había zonas ajardinadas… Nadie pensaría que al lado podía existir un hábitat como el de la Baja Mena de Oro.

Aunque el acceso a Alta Mena de Oro era aparentemente libre, al félido le quedó claro que no era exactamente así. La guardia le hizo algunas preguntas a Clea que la asistente no tuvo problemas en responder. Tal y como Iskal había propuesto él iba en calidad de guardaespaldas, que dado su tamaño y aparente ferocidad, nadie puso en duda.

Se dirigieron hacia el hogar de Stelio Bondus, el alquimista y justo cuando él estaba llegando vieron salir de ella a alguien que a tenor de la descripción parecía el propio alquimista.

Humana y félido, comenzaron a seguirlo desde una distancia prudencial. La verdad es que el hombre no tenía muy buen aspecto. Se le veía pálido y ojeroso y las patillas no estaban muy bien recortadas. El primer pensamiento que le llegó a Iskal era el de que Stelio fuese un adicto, pero tras un rato siguiéndolo empezaron a notar algunas cosas curiosas. Nada más comenzar a andar, el hombre sacó un cuadernillo sobre el que empezó a realizar apuntes. Y tras un rato caminando se fijaron en un un comportamiento bastante peculiar. De cada cuatro pasos que daba, sólo al cuarto levantaba la cabeza para evitar chocarse con nadie.

El alquimista llegó hasta una taberna que tenía una pequeña terraza ajardinada en el exterior y se sentó. Clea e Iskal hicieron lo mismo poniéndose a una distancia prudencial. Diez minutos después, ambas mesas estaban embargadas por el aroma de un té recién hecho.

Cargando editor
07/10/2018, 13:50
Iskal

Iskal estaba sorprendido, pero sorprendido en el sentido preocupante de la palabra. La diferencia entre un barrio y otro de Mena de Oro era abismal. En su tribu todo era tan diferente... el bien de uno de sus miebros era el bien de todos por lo que a nadie se le ocurría aislarse de los demás ni guardar una buena caza o lección sobre algo sólo para él. sin emabrgo, aquella parte de Mena de Oro parecía estar en una burbuja de prosperidad a la que le resultase bastante indiferente lo que hubiese fuera.

Recordó que no había notado algo tan exagerado en Puerto Celeste así que supuso que no era una norma en las ciudades humanas, cosa que por un lado lo aliviaba pero por otra lo dejaba incapaz de comprender por qué nadie parecía por la labor de equilibrar aquello. ¿Acaso si la ciudad entera prosperaba las cosas no iban mejor que si sólo la mitad lo hacía? Se sentía más que nunca en una sociedad desconocida así que no se le ocurrió hacer comentario alguno.

De un modo u otro, terminaron encontrando y siguiendo al alquimista hasta un bar. El félido en su vida había probado el té y para él era algo así como zumo de hierba. ¡Puaj! Aunque al menos olía bien.

Por el aspecto de su cara parece que nuestro amigo tiene un problema con algo—dijo mientras giraba la taza como si estudiase el líquido, más que nada porque no tenía ni idea de qué hacer con ella—. No sé con qué excusa podríamos acercarnos a él, o igual es mejor seguir lo que hace hasta que pase algo revelador.

Hizo una pausa anecdótica.

—Porque etaría bien que hubiese venido aquí para reunirse con alguien y pudiéramos simplemente oir un montón de cosas interesantes pero me temo que no tendremos tanta suerte.

Era un poco frustrante; con la excusa del guardaespaldas podía seguir a Clea a todas partes pero a la hora de hablar con la gente resultaría raro que se mostrase demasiado inquisitivo, que hablase más que ella o que directamente fuera sólo a dirigirse a alguien a menos que ese alguien en cuestión estuviese amenazando a la humana con un cuchillo o algo así. Seguía siendo como una trucha en medio del bosque.

Cargando editor
09/10/2018, 23:28
Clea Stenon

Clea esbozó una media sonrisa.

No, no vamos a tener tanta suerte. Aunque muchas veces, la mejor forma de ocultar algo es ponerlo a la vista de todos. Nadie sospecharía de una conversación casual en un lugar así, ¿no crees?

La asistente del ministro se quedó mirando al alquimista en silencio durante unos segundos.

Podría ser un adicto, al menos lo parece, pero—dijo entre pensativa y escéptica—, ¿va a ser él el único de toda Rhovesia capaz de conseguir el polvo? A esa hipótesis le faltan muchos cabos por atar. Aunque con esa obsesión por su cuaderno... también parece bastante neurótico, ¿no crees?

Cargando editor
14/10/2018, 14:41
Iskal

Iskal no estaba seguro de si había entendido lo que Clea quería decir.

—¿Te refieres a que quizá el cuaderno puede ser importante?

Dijo aquello mientras pensaba que ojalá no fuera fruto de una impulsiva obsesión por dibujar las chicas con las que se cruzaba por la calle. Que era una completa chorrada, por supuesto, pero cuando una situación lo incomodaba tendía a intentar sobrellevarla con humor pensando en chorradas.

—Bueno, puede que tenga más problemas que una adicción—añadió—. Lo digo por lo de parecer neurótico; estar mezclado con gente que hace estas cosas debe ser un poco estresante; no creo que sean el tipo de personas que van por ahí regalando abrazos y besos. ¿Pero por qué lo dices? ¿Tienes alguna idea?

Cargando editor
28/10/2018, 10:18
Clea Stenon

Clea dio un sorbo a su té pensativa.

Para él es importante, eso seguro. Pero los alquimistas siempre andan metidos en sus investigaciones. Como los magos académicos. Que estuviera metido en algún tipo de estudio explicaría mucho de lo que hemos visto. 

Entonces la mujer dio un bote.

¡Eso es! ¡Tenemos que hacernos con ese cuaderno!

Cargando editor
14/11/2018, 21:48
Iskal

A Iskal lo sorprendió un poco el repentino bote de Clea.

«Vaya, ¿he tenido una buena idea?»

—Pues... me temo que yo no puedo ayudar mucho en eso—carraspeó—. La excusa del guardaespaldas funciona para que pueda ir contigo a los sitios, pero me temo que también me limita las cosas que puedo hacer.

Robarle a aquel tipo sin más no era un curso de acción inteligente, tendrían que hacerlo de modo que no se notase, y él destacaba en aquella ciudad como un lobo en medio de un rebaño de ovejas. Era simplemente demasiado llamativo.

—Aunque si estás pensando en algo concreto, estoy abierto a sugerencias.

Cargando editor
28/11/2018, 20:51
Clea Stenon

Es sólo una hipótesis pero pensadlo. Un alquimista, una sustancia peligrosa, una investigación que le obsesiona... Encajan las piezas demasiado bien, ¿no creéis? Y si encima es un adicto... el chantaje perfecto. Como bien habéis dicho Iskal, el cuadernos puede ser importante.

Clea chasqueó la lengua disgustada. Probablemente consigo misma.

Pero no sé muy bien como podemos hacernos con él.

Cargando editor
05/12/2018, 22:33
Iskal

Iskal resopló en su fuero interno. "Separémonos" habían dicho, "es lo mejor" habían dicho... ¡Qué fácil era decir aquello para alguien con más aspecto humano que sesera! Al final estaba pasando justo lo que él se había temido: verse envuelto en la frustrante situación de no poder hacer absolutamente nada sin que se notase una barbaridad por estar relegado a un falso papel secundario.

Y Nekaua debía estar en una situación similar. Aunque teniendo en cuenta la gran diferencia de personalidad entre Clea y Corianne (casi podía imaginar a la desenfadada humana sentándosele sin trapujos sobre la mesa al alquimista empuñando aquella afilada lengua en aras de la elocuencia) puede que las similitudes llegasen hasta ahí.

«Al menos es la primera vez que me tratan de "vos"... » añadió para sus adentros con amargura.

—Sugeriría cambiárselo por otro libro en el cláisco encontronazo fortuito—dijo. Luego añadió con una especie de humor resignado:—. Si tuviésemos otro libro. O más suerte ya puestos.

Gruñó porlo bajo, mirando sus manazas peludas que destacaban tan brutalmente con las manitas de dedos largos y humanos de Clea. ¿Tan distinto era él que aquello le iba a impedir aportar nada en situaciones como aquella? El destino tenía un sentido del humor más retorcido que algunos chistes sobre el matrimonio.

Retorcido e indeseable.

Sintiéndose por enésima vez en el día como un pulpo en medio del desierto (un pulpo que además estuviese atado a un cactus) apoyó la cabeza entre las zarpas, aplanó las orejas con fastidio y frunció el ceño tratando de pensar desesperadamente en algo que no fuera un milagro que pudiera hacer en aquella situación.

Cargando editor
30/12/2018, 12:06
Clea Stenon

Clea ladeó la cabeza pensativa y posó su mano en el mentón.

El cambiazo... Si Corianne estuviera aquí...—la mujer chasqueó la lengua, recuperó su posición y dio un sorbo a la taza de té—. No podemos quedarnos de brazos cruzado, quizás lo mejor sea que hablemos con él. Por lo menos tenemos que establecer contacto. Pero necesitamos una buena excusa. Solicitar sus servicios para algo puede servir, pero la gente como él no acepta cualquier encargo. Deberíamos pensar en algo que sea un reto. Algo inusual. Algo que no vea todos los días.

Cargando editor
17/01/2019, 14:50
Iskal

«Querrás decir "que hables con él"» refunfuñó Iskal en su fuero interno. Desde el papel de guardaespaldas le parecía raro llevar más voz cantante que su supuesta jefa «Aunque si hablabamos más o menos lo mismo debería dar el pego»

O eso, o Clea quedaba como la típica noble púsilánime, que también daba el pego.

—Yo no sé de alquimia—confesó—. Pero contra la ignorancia... imaginación, supongo. Siempre podemos inventarnos algo de lo que supuestamente él no tiene porqué haber oido hablar aún. El mundo es muy grande.

Se rascó la cabeza.

Veamos: Estamos buscando el Vial Blanco. Se trata de un vial hecho de nieve sin derretir recogida de las montañas Zyfak, el cual purifica, amplifica y rellena cualquier líquido que se deposite en él; ¡la encarnación definitiva de la alquimia misma! Provenimos de tierras lejanas y tu moribundo padre lleva toda su vida buscando un modo de replicar tal portento, así que tu deseo es traerle uno para que antes de morir vea que no ha estado toda su vida persiguiendo una quimera—inventó—. Por eso buscamos al alquimista más afamado de toda Rhovesia. Seguro que él puede reproducir tal cosa.

Se encogió de hombros con gesto de circunstancia.

—¿Algo así? También podemos cambiarnos los nombres... —añadió—. Aunque no veo cómo eso va a ayudarnos a conseguir el libro.

- Tiradas (1)
Cargando editor
01/02/2019, 16:46
Clea Stenon

Fue curioso ver a Clea sonreir conforme escuchaba al félido.

Vaya, vaya, vaya sois una caja de sorpresas Iskal. ¡Todo un narrador de historias! Una gran historia, sólo añadiría un detalle para hacerlo todo más misterioso. El Vial Blanco es la obra maestra de la alquimia de los enanos de Ark Durandor. A fin de cuentas hasta hace dos mil años los enanos eran los únicos moradores de Rhovesia. ¿Os parece bien? Y los nombres, yo seré Zoe Zoudanis de Aguasfrías. ¿Algún nombre que te gustaría tener en especial?

La mujer dio un sorbo y terminó su taza de té.

Respecto al libro...—la asistente hizo una pausa—Quizás no podamos conseguirlo ahora, pero sí podríamos aprovechar la conversación para preguntarle por sus investigaciones o mejor aún, concertar una cita privada en su casa. A solas con él tendremos más margen de maniobra. ¿No creéis?

Cargando editor
10/02/2019, 23:36
Iskal

Iskal rió entre dientes con el halago.

«¡Ja! Chúpate esa, yo mismo, has conseguido que sonría. Y es un logro más difícil que encajar en la ciudad. Aunque no tengo muy claro en qué lugar me deja eso»

Me parece bien el añadido a la historia—dijo—. Y lo de la cita. Aunque sugiero que se la pidamos con algo de tiempo para poder consultar con los demás. Por si han hallado algo relevante o si por el contrario la última baza que nos queda es ese libro. En cuanto al nombre, yo seré... um...

Se rascó la barbilla con una zarpa.

—Félix—concluyó esgrimiendo el índice con expresión erudita—. Félix el félido.

Cargando editor
16/02/2019, 22:08
Clea Stenon

Vayamos entonces—dijo una decidida Clea levantándose y dirigiéndose hacia la mesa dónde se encontraba el alquimista—. Buenas tardes, ¿sóis el señor Bondus?

El hombre que en esos momentos estaba sumido revisando su cuaderno dio un exagerado bote y derramando accidentalmente buena parte del té de su tetera. Al reponerse, en un movimiento casi instintivo cerró el libro y lo acercó hacia su cuerpo.

¡Discúlpeme por favor! No quería sobresaltaros. Si me permitís un momento puedo llamar a alguien para que recoja esto.

Cargando editor
16/02/2019, 22:14
Stelio Bondus

Stelio con una mirada en la que se intuía una chispa de histeria miró primero a Clea y luego con más detenimiento a Iskal.

No...—dijo con una voz dubitativa— no será...mmmm... necesario.

El propio alquimista sacó un pañuelo de su bolsillo y limpió el té derramado con él. La otra mano no la movió del libro. Tanto a la asistente como al félido les quedaron claras dos cosas. Que el cuaderno era importante para él y que arrebatárselo no iba a ser fácil.

Tras dejar la mesa limpia el hombre se quedó unos segundos en silencio. ¿Estaba ido o estaba pensando un millar de cosas por segundo? Era difícil de saber. Tras un rato de incómodo silencio volvió a hablar.

¿Y...?—el hombre hizo una pequeña pausa— ¿Qué quieren?

Cargando editor
16/02/2019, 22:23
Clea Stenon

Permítame que nos presentemos señor Bondus. Mi nombre es Zoe Zoudanis y éste es mi compañero Félix. Sé que quizás os suene increíble pero hemos venido desde Aguasfrías hasta Mena de Oro para reunirnos con vos. ¿Tenéis un momento para hablar ahora? ¿O quizás más tarde?

Cargando editor
16/02/2019, 22:49
Stelio Bondus

Una vez más se hizo ese silencio mientras Stelio miraba a los dos. Su mirada era extraña, ¿los estaba escrutando? ¿Estaba en su mundo? ¿Intentaba averiguar sus intenciones? ¿O simplemente no estaba allí

Siéntense...—dijo finalmente—. Soy consciente de mi fama... mmm... no... no son los primeros en emprender un viaje así. Les escucho.

Cargando editor
08/03/2019, 01:25
Iskal

«Que el dios de la modestia baje, ¡ya tiene un sustituto que suba!» pensó Iskal divertido.

Lo raro del comportamiento de aquel tipo era obvio así que no se esforzó por hacer ninguna seña por resaltarlo, Clea tenía ojos. Y hablando de Clea, cuando el hombre les pidió que se sentasen, primero aguardo a que lo hiciese ella, luego decidió intentar echarle una mano con la conversación.

—Permítame a mí, señorita. El viaje ya ha sido lo bastante agotador—dijo en el tono solícito y serio de guardaespaldas clásico antes de mirar al hombre—. Estamos buscando el Vial Blanco, supongo que un alquimista tan afamado como usted habrá oído hablar de él.

Asintió entendidamente como si el solo hecho de preguntarlo estuviera de más. En el fondo lo que quería era despertar la curiosidad de aquel tipo.

»Mi señora desea regalarle uno a su enfermo padre, ha sido el sueño incompleto de toda su vida. Pero sólo un alquimista verdaderamente talentoso sería capaz de reproducir tan portentoso artefacto, es por eso que vinimos desde Aguasfrías a reunirnos con usted.

Cargando editor
13/03/2019, 22:30
Stelio Bondus

Stelio miró primero a Iskal y luego a Clea, y se quedó unos segundos en silencio.

Mmmmm….No… nunca he oído hablar de algo llamado el Vial Blanco—el alquimista frunció el ceño—. Diría que… estáis tras la búsqueda de una fantasía. No creo que ese Vial Blanco exista.

Cargando editor
13/03/2019, 22:31
Clea Stenon

Clea se mostró consternada al escuchar al alquimista.

No—musitó para luego exclamar—¡No! Mi… ¡Mi padre lleva estudiando alquimia enana toda su vida! ¿Cómo va a ser una fantasía?  ¡Él ha investigado mucho! ¡Semanas enteras! ¡Sí! ¡Semanas y meses sin tiempo para nosotras! ¡Sólo alquimia! ¿Cómo va a ser mentira?

A primera vista Clea no parecía muy buena actriz. O lo había ocultado igual que el talento de Iskal para las historias o ante el temor de que el alquimista tumbara la historia de una forma tan simple se había dejado llevar por la desesperación balbuceando excusas.

¡Por favor! ¡Hemos venido de muy lejos!

Cargando editor
13/03/2019, 22:31
Stelio Bondus

Stelio se quedó mirando a Clea en otro largo silencio.

Puede... que el Vial Blanco sea otra cosa. Es… mmm… habitual—el hombre se ajustó las gafas—. Pero no puedo ayudarla… No tengo tiempo para investigar… mmm... a ciegas.