Partida Rol por web

Symbar agarra el libro y se dirige a su trono de piedra.

"¿Qué és?"

- "En el libro, Altor desvela que Valion permanece atado a un trono. ¿Sabes qué significa exactamente? ¿Cómo podemos ignorarlo tantos de los que le seguimos?"

"Lo desconozco. Si es cierto que desde que recibí el bastón y derroté a Orcus ya no le volví a ver o escuchar, tiene sentido. Pocas cosas pueden lograr atar y amordazar a un dios. Seres primigenios, más antiguos que el mar. No sé como encontrarlos, deambulan por el mundo, observándonos. Pueden ser el tabernero que te sirve la jarra o ese niño que te mira con una sonrisa."

- "Queda pues todavía para el misterio. La misión que te propongo Symbar, comienza de esta manera. Debes orar, un día entero al menos y recordar las cosas que pasaron aquí. Después saldrás a la puerta del templo... y contemplarás la soledad que la arena provoca en la ciudad durante un día y una noche. Después regresarás dentro y dispondrás dignamente de los restos de los que están en la puerta. Si comienzas con esto puede que el diario comience a desvelarse. A partir de allí te encomiendo a Valion y que la sabiduría de Altor comience a sanarte."

"Así lo haré. Te lo agradezco." - Te contesta desde su trono. Su voz suena cada vez más anciana.

Tomo el bastón

- "El bienaventurado Valion te acompaña, nunca te ha dejado." - me acerco hacia la salida.

Agarras el bastón y sientes una sensación calida. Notas que muy lentamente la carne de tus heridas se recompone. El poder de este basón es algo que no has sentido nunca en tu vida.

Una vez te diriges a la salida, Symbar te dirige una última advertencia.

"Lo que eres, yo fui; lo que soy, tú serás. Aceptar el bastón, sus poderes y la longevidad que proporciona puede llevarte a la perdición, como hizo conmigo. Es un destino que tarde o temprano compartirás, aprovecha todo el tiempo que estés consciente de tus actos."

Miro el bastón. Lo miro a él. Hago una inclinación y salgo.

Sigues por los pasillos con un fuerte olor a incienso. Te paras enfrente de la puerta y la tocas con el bastón, esta empieza a abrirse.

Al cabo de 20 minutos, la puerta se empieza a abrir. Al escuchar el ruido, Dothur deja a Gulog un momento a solas y se junta con vosotros.

Las puertas se abren levemente, con un pequeño chirrido por el roce de las piedras. Dando unos pasos al frente sale Merebor, que porta ahora un bastón.

El bastón, de color dorado, tiene varias inscripciones que brillan levemente.

-Bien. Ya tenemos el palo del mestizo.

Yador se me adelanta con uno de sus insufribles comentarios. Arqueo una ceja al notar que ha estropeado un poco mi aparición triunfante. Aún así digo a todos

- "Creed pues que la gloria de Valion es la vida para el mundo. Saludos, compañeros..."

-Sí, sí. ¿Nos vamos ya?

“¡Por fin!” Digo mientras sigo manteniendo mi espadón fuera por si algo ocurriera. “¿Y ahora que? ¿Necesitas buscar algo más en estas ruinas?- pregunto tranquilamente.

- “Allí dentro se guarda un misterio de dolor y verdad. Si alguien quiere entrar está advertido...”

-Y... ¿algo valioso hay? 

- “Depende...“

-¿De...?

- “Qué tipo de cosas son valiosas para tí.“